Divagaciones de una Poulain
by Nea Poulain
Mostrando entradas con la etiqueta 50 sombras de Grey. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta 50 sombras de Grey. Mostrar todas las entradas

domingo, 12 de julio de 2015

Cómo (no) escribir una novela romántica

¿Quiere escribir una novela romántica plagada de clichés, cero original, que cualquier editorial desesperada por hacer dinero le publicará para lanzarlo a la fama? Sólo tiene que seguir los siguientes sencillos pasos y le aseguro que acabará con una novela romántica (o trilogía, depende de cuanto quiera exprimir a la gallina de los huevos de oro) completamente infumable, llena de clichés baratos de película de instituto gringo, con pesronajes planos y una trama nula. No necesita mucho, sólo un lugar donde escribir su bodrio a la medida.


1. La protagonista primero. Para la chica, el ideal es una estudiante de Literatura Inglesa (o cualquier otra carrera de letras). ¿No tiene ni idea de la carrera? Bueno, no se preocupe, simplemente haga un par de referencias a Orgullo y Prejuicio, el libro de Jane Austen, haciendo que la protagonista se compare con Lizzie Bennett a quien obviamente se parece. Por lo demás, recuerde decir que nunca ha tenido novio (o sólo ha tenido uno, nadie quiere leer de una chica que ha salido con todos), que es muy inocente y si se puede, cuele por ahí también su virginidad. Muy importante lo último. Por lo demás, su personalidad es muy simple y tiene un par de rasgos (estúpidos) muy distintivos: morderse el labio (hasta sacarse sangre), ponerse el cabello detrás de la oreja, rascarse la oreja, ruborizarse como tomate. Ya verá usted. Por lo demás, no tiene personalidad y se deja mangonear por todo el mundo, sin tener opinión propia. ¡Listo! Tiene a su protagonista perfecta.

Ahí la tiene: ejemplo perfecto
2. Obviamente, después va el protagonista. El rasgo más distintivo, y el único que realmente importa, es que sea guapo cual galán de telenovela. Masculino, quizá con un poco de barba, joven y atractivo para que nuestra chica caiga en sus garras en menos de un milisegundo. ¿Qué más necesita su protagonista? Ser machista, posesivo, celoso, muy celoso, tener traumas de la infancia; básicamente, el ingrediente perfecto para una relación amorosa destructiva. Sin embargo, para que sus lectores no se den cuenta de esto, recuerde decir que en el fondo es muy dulce y que sólo necesita de una mujer para arreglarlo. Ignore a su consciencia que le dice que en la vida real, una relación entre sus dos protagonistas acabaría en violencia de género; eso a los lectores y editoriales no les importa. ¿Cómo bonus? Que sea rico, asquerosamente rico, si no, a nadie le va a gustar

Ejemplo perfecto no. 1
Ejemplo perfecto no. 2
3. La relación "amorosa". Píntela como la ultimate love story, haga que todas sus lectoras digan lo tierna que es. ¿Cómo hace esto? ¡Muy fácil! Haga que la chica se deje mangonear por el protagonista, como siempre y que la relación sólo esté basada en lo físico. Ponga frases románticas del estilo: "eres mía", "te quiero y por eso no puedes hacer...", "siempre serás mía", "no puedes escapar de mí"; ¿qué no son románticas sino que algunas dan miedo? ¡No importa! A nadie le importa eso, recuerde lo celoso y posesivo que es su protagonista. Además, no olvide inspirarse en la peor película porno que haya visto para escribir las escenas subiditas de tono, a nadie le importa el realismo y su chica virgen (y en general, mojigata) bien puede resultar una diosa del sexo. Por otro lado, para marcar más aún su romance, no olvide que la chica se tiene que quedar imbécil cada que admira la guapura de su pareja y se crea fea en comparación. ¡Qué subidón de autoestima! No necesita nada más. ¿Un desarrollo profundo? ¿Qué es eso? 

4. Escriba paja para llenar al menos 300 páginas. Citas, encuentros en cafeterías, quizá alguna ex loca del protagonista que quiera ponerle las cosas difícil, métalos en problemas con la mafia si su protagonista es mafioso, haga que alguien intente matar a la chica por razones completamente absurdas. Añada algunos amigos y personajes desechables para la ocasión y pinte siempre siempre siempre a su protagonista como una irritante damisela en apuros. Escriba un final cursi digno de Nicholas Sparks y vea a su pareja caminar agarrados de la mano hasta el infinito. Claro que si quiere escribir más libros, sepárelos para tener una excusa cuando los vuelva a reunir, en la segunda parte.

5. Échese a dormir o siéntese a esperar, lo que usted prefiera. Si escribió todo bien, obtendrá reacciones como las siguientes: 


6. Cuando sienta que el fenómeno se está acabando, escriba más libros malos. Si ya no tiene que escribir porque acabó la historia, simplemente reescriba el primer libro desde el punto de vista del protagonista masculino, y no de la chica. ¿Que no le parece original? No se preocupe, no es el primero en hacerlo: 

En serio, ¡¿QUE CLASE DE KARMA ESTAMOS PAGANDO?!
No olvide incluir pasajes perturbadores como este:
Como bonus, no olvide decir que la gente que critica la relación amorosa de sus protagonistas (diciendo diciendo que es enfermiza y abusiva) son reprimidos mojigatos que no entienden nada del amor. Si puede, venda los derechos de su libros basura a un estudio cinematográfico y hágase más rico. Luego ríase de todos los idiotas que siguen pobres con sueños de publicar un libro