Divagaciones de una Poulain
by Nea Poulain
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martes, 8 de enero de 2019

Oscars Literarios (VIII)

¡Bienvenidos a la octava entrega de los Oscars literarios del blog! Se toma en cuenta todo lo leído durante el año 2018. Tuvieron que esperar algunos días, pero les juro que este top vale mucho la pena. Como siempre, hice algunos cambios en las categorías para adecuarlos a lo que leí este año, borré algunos géneros que no leí este (esperemos que vuelvan el próximo) y pues, sin más dilación, aquí están las mejores lecturas de 2018 para mí.


Mejor trama



Este, por supuesto, es para el magistral libro de El ministerio de la felicidad suprema, de la escritora india Arundhati Roy, que nos cuenta la historia del conflicto en Kashmir entre las páginas de su novela mientras lo entrelaza todo con la vida de una hijra de Dehli que vive en el barrio musulmán por excelencia. En las más de 500 páginas del libro, la trama se va entrelazando y los distintos personajes van contando sus propias historias mientras se habla de los conflictos en el país y las guerras que han ocurrido desde la partición. Muy interesante toda la historia, de verdad se los recomiendo.

Mejor escritora



Este puesto es, sin duda alguna, para Alexandra Kollontai. 2018 fue un año en que me decidí a explotar sus libros y sus artículos y salí encantada. Ya lo dije, Kollontai cura las dudas, el alma, lo cura todo. Su manera de explicar es tan sencilla que me sorprendí de lo claras que me quedaban cosas que no me habían quedado antes. La admiro, me gustaría que todos en el mundo en algún momento la leyeran (por eso le he dedicado bastante contenido este año y, por supuesto, seguiré haciéndolo en 2019). No olviden darle una revisada a sus escritos porque casi todo está disponible en internet. 

Mejor protagonista femenina



Sin duda alguna, creo que este puesto es para Agnes Magnusdottir de Ritos funerarios de Hannah Kent. Agnes Magnusdottir fue la última mujer condenada a muerte en Islandia por un asesinato y en este libro, Hannah Kent la recupera y nos muestra una versión novelizada de lo que pudieron haber sido los hechos. Agnes brilla en este libro, de verdad. La quise mucho durante todas las páginas de Ritos Funerarios y, a pesar de que conocía el final, no pude evitar sentirme triste por su destino. Me gustó mucho el libro y, por supuesto, lo recomiendo. Además, no creo que lo hubiera leído si no hubiera sido por la Travesía Feminista de Libros b4 Tipos.

Mejor protagonista masculino



Aquí no sabía qué poner, la verdad, me costó mucho decidirme entre algunos, pero creo que el título se lo merece Punkzilla, el adolescente que le da el título al libro de Adam Rapp. Me fascinó su historia, la manera que tiene el escritor de mostrar su vulnerabilidad, cómo cuenta la historia, la fortaleza de la que Punkzilla es capaz y, pues eso, la muestra de que no todo en la literatura juvenil son los chicos malos de las motos ni los inadaptados nerds, sino que entre ellos hay chicos rebeldes que no saben muy bien cuál es su lugar en el mundo, pero que ahí están, contando sus historias, deseando ser oídos. Les recomiendo mucho el libro que pueden encontrar en el FCE en la colección juvenil. 

Mejor cómic, manga o novela gráfica



Este año leí bastantes comics y no me decidía que poner, pero sin duda creo que este año el reconocimiento tiene que llevárselo Monstress de Marjorie M. Liu y de Sana Takeda. Quedé encantada con la historia y con el arte de este comic. Complicado como el sólo, claro (pero bueno, a mí me gustan las cosas complicadas, si mi manga favorito es de CLAMP), pero precioso y con una historia muy interesante. Apenas leí dos volúmenes, pero espero seguir estando tan encantada con los que siguen como con los primeros.

Mejor libro o álbum ilustrado



Aquí quiero hacer un reconocimiento para Nocturno de Isol. Admiro mucho a la autora e ilustradora argentina y, bueno, este año tuve el placer de ver, por primera vez, un ejemplar de Nocturno y de tenerlo en mis manos. Nocturno es un recetario de sueños, es un libro que brilla en la oscuridad, donde cada ilustración no es lo que parece cuando la vez en la noche. Nocturno es un libro prácticamente único en su género y que les recomiendo revisar el día que lo vean.

Mejor personaje secundario masculino



Aquí me encantaría reconocer a Chacko de El dios de las pequeñas cosas. El tío marxista e intelecutal que se fue a casar a Inglaterra y tiene una niña inglesa y está orgulloso de ello con su familia. El dios de las pequeñas cosas es la historia de una familia que vive en Kerala, el sur de la india, ese pequeño lugar en el mundo donde comparten lugar los militantes marxistas con los religiosos cristanos y los hindúes y de repente algunos musulmanes y todo está rodeado de sincretismo. Chacko me sorprendió en el libro por los muchos matices que tiene, de verdad. Libro super recomendado.


Y pues no quería borrar a Chacko porque de verdad me encanta como Arundhati Roy plantea el personaje pero me vi en la necesidad de también reconocer a otro personaje maravilloso de otro libro maravilloso que leí los últimos días de 2018. Y pues mientras más buenas lecturas, mejor, ¿no? Bueno, aquí quiero aprovechar para hablar de H, de la novela Volver a casa de Yaa Gyasi. Tuve mis conflictos para elegirlo a él entre los distintos personajes (y ponerlo en esta categoría, porque es el protagonista de una de las historias que colectivamente conforman volver a casa), pero finalmente, creo que es el que más me gustó (aunque Yaw y Kojo quedaron cerca). Me fascina su historia, su fortaleza, sus convicciones, creo que es un personaje magnífico.

Mejor personaje secundario femenino



No me decidía a cuál de las mujeres de El vagón de las mujeres de Anita Nair poner pero finalmente me decidí por Margaret. Su historia fue una de las que más me resonó, que más me gustó (quizá no la que más), pero ella, en definitiva, es mi favorita. Su actitud de armas tomar, el deseo de tener el control de su propia vida, de recuperarlo de las manos de su marido, esa manera que tiene de caracterizar todo según elementos y soluciones químicas me fascina. Es la más divertida de las mujeres del libro, pero también la más aterradora. Les recomiendo el libro, seguro alguna de las seis historias les hará clic.

Mejor libro de no ficción



Aquí también tuve dudas porque leí grandes cosas en el género, pero finalmente el premio se lo lleva Nuevas perspectivas para la liberación de la mujer de Stefan Engel y Monika Gärtner, un libro bastante bueno, escrito desde el análisis marxista que analiza el movimiento de liberación de la mujer en el siglo pasado, específicamente en Alemania. Me falta escribir una entrada dedicándole un poco de tiempo, pero lo haré esté mes, creo. Definitivamente una muy buena lectura que ahonda en las limitaciones de algunas (muchas) corrientes feministas y en la situación material de las mujeres.

Mejor libro infantil o juvenil



Aquí voy a poner un libro que leí prácticamente al inicio de este año, pero creo que, aunque hay muchas cosas que se le han acercado, todavía ningún libro lo supera. La casa de los tres perros de Agustín Cadena, una historia de fantasmas ambientada en una vieja vecindad de la ciudad de México, que habla de la muerte, el duelo, la nostalgia de los fantasmas por la vida y todo lo embute en un libro apenas juvenil, con un fantasma enamorado de una niña viva y un montón de misterio. Muy recomendado, sobre todo si les gustan las historias del tema.

Mejor antología de cuentos



Aquí voy a recomendar cuentos de terror. Es un género que no leo demasiado, pero creo que este libro lo merece: El horrible sueño de Harriet de Anthony Horowitz. Son nueve (¿u ocho?, realmente nunca me acuerdo) historias macabras que me sorprendieron porque definitivamente representan una innovación en el género. Una cámara que mata todo lo que toma, una tina que en vez de agua echa sangre, una videojuego que te atrapa, todas las historias son magníficas y me costó adivinar el final, aunque de repente presentía lo que podía pasar en cada una de ellas.

Mejor libro


 
La única razón por la cual no exploté al poner el ganador de no-ficción es precisamente porque su principal rival ganó aquí: La mitad del cielo de Claudie Broyelle. Fue, sin duda alguna, una de las mejores lecturas del año. Mi pdf está lleno de anotaciones, de subrayados y de apuntes. Creo que ya he hablado demasiado de él, pero este libro habla de la experiencia colectiva de las mujeres en China en la época de la revolución cultural. Lectura ampliamente recomendada, y además disponible de manera libre en internet. 

jueves, 27 de diciembre de 2018

El vagón de las mujeres, Anita Nair | #GuadalupeReinas2018

Sinopsis: En la estación de Bangalore, en la India, Akhila, una mujer soltera de cuarenta y tantos años está a punto de realizar su gran sueño: subirse sola a un tren hacia un lugar lejano. Con ella viajan cinco mujeres con quienes comparte pronto intimidad: una madre confundida, una profesora de química casada con un hombre tiránico, una perfecta ama de casa que busca su identidad, una mujer cuyos sueños e inocencia se rompieron y una adolescente que parece comprender mejor que nadie lo que ellas buscan. Al calor de las confidencias susurradas durante la noche, Akhila intenta encontrar respuesta a lo que le ha preocupado desde siempre, los mismos dilemas que definen el viaje que cada mujer emprende en la vida.

La verdad es que le debo mucha atención a las novelistas de la India, sobre todo porque las dos que he leído este año tienen sendos puestos en las mejores lecturas que he realizado este año. La primera es Arundhati Roy, de quien leí El ministerio de la felicidad suprema y El dios de las pequeñas cosas y la segunda es Anita Nair, que acabo de conocer gracias al maratón Guadalupe Reinas que hacemos en Libros b4 Tipos (y que espero se convierta en tradición). Bueno, este libro es bastante largo para meterlo en un maratón de lectura (en goodreads me sale que su edición en español con Alfaguara tiene poco más de 400 páginas), sin embargo, el libro apenas me duró poco menos de tres días. Pero bueno, vamos por partes, el libro empieza con la siguiente nota: 
Hasta principios de 1998 había una taquilla especial para las señoras, los ancianos y los minúsválidos en la estación distrito de Bangalore. Y en la mayor parte de los trenes nocturnos de la India con compartimientos de segunda clase había un vagón especial para mujeres.
Desde entonces, se ha abolido la ventanilla de las mujeres en todas las estaciones de tren. También me han informado varios empleados de los ferrocarriles, en particular jefes de estación y revisores, de que el vagón de las mujeres ya no existe y que los vagones nuevos se fabrican sin este compartimiento.
En general, para mí las estaciones de tren en la India son una pequeña pesadilla. Conocí la más grande de Dehli y puedo decir que, si tuviera que viajar sola en ese lugar, no llegaría a ninguna parte. Todo está escrito en hindi. De todos modos, la única vez que viajé en tren, lo hice desde una estación más pequeña de Dehli, rumbo a Agra, en una clase de segunda, sleeper. Los boletos más baratos de mi vida. Usualmente prefería el autobús porque llegué a entender cómo funcionaban las ventanillas y dónde buscar los precios y destinos. Y cómo pelearme por los boletos. En las estaciones de autobús casi siempre hay fila de mujeres, sobre todo cuando hay mucha gente. Te formas en la ventanilla del destino y, con un billete en la mano, casi gritas cuantos boletos quieres para que te hagan caso (cuando hay mucha gente). Si no te sabes los números en hindi o ellos no los entienden en inglés, las señas. Como siempre había menos mujeres que viajaban solas, me mandaban a mí por los boletos en algunas estaciones. 


Y eso también funciona en muchos otras partes: hay fila de mujeres en la ventanilla de los bancos (en la demotización, solía ser yo la primera en pasar a ventanilla a cambiar billetes que habían sacado de circulación), hay fila de mujeres en los cajeros cuando están llenos (llegué a entrar con casi cuatro tarjetas y cuatro pines porque en la época de la demotización los cajeros duraban con dinero unas tres horas, si no sacabas en ese intervalo, no sacabas, y era más fácil que pasara yo más rápido). En los autobuses hay asientos de mujeres. Mientras no haya ninguna mujer parada en el autobús, no importa quien se siente en esas filas. Cuando hay, depende de la ruta, pero usualmente los revisores paran a alguien para que las mujeres puedan sentarse. Me pasó una vez en el trayecto de Noida a Greater Noida (un trayecto como de cuarenta minutos, que un revisor paró a gritos a un hombre para que yo pudiera sentarme). Y en los museos o templos o sitios arqueológicos donde hay revisión, siempre hay una fila de mujeres y otra de hombres (en el Taj Mahal incluso dividen entre locales y extranjeros porque vigilan bastante bien que ningún extranjero entre con boleto de local, que es más de diez veces más barato). En fin, ya que terminamos mis aventuras en la India como introducción a este libro, sólo quiero decir que lo sentí muy cercano. Entendí las referencias, la comida, los festivales y las costumbres, a pesar de que el libro esté ambientado en el sur de la India y yo haya vivido al norte, en Punjab. 


En fin, después de toda esa perorata sobre la India, me dispongo a contarles sobre el libro. El vagón de las mujeres es un libro coral que cuenta la historia de seis mujeres muy diferentes, de distintos estratos sociales en su relación a la vida social, el matrimonio, los hombres y el amor. La protagonista, Akhila, es una mujer que no se casó nunca, puesto que se tuvo que hacer cargo de su familia cuando su padre murió, decide perdirle consejo a las mujeres que viajan con ella. ¿Es difícil vivir sola?, se pregunta, puesto que desea hacer (aun vive con su hermana, que se pegó a ella). ¿Podrá todavía encontrar el amor? Las mujeres les responden contándole sus historias. Las más viejas, las más jóvenes, todas historias diferentes. Una mujer que desea aprender a nadar más que nada. Una nieta que se encarga de su abuela enferma. Una mujer que sí conoció el amor en su matrimonio, otra que no. Las historias son diferentes entre sí y abordan multitud de temas que tienen que ver con las mujeres: el matrimonio (que en la India es prácticamente una obligación, las que no se casan son solteronas), el aborto, los hijos, la falta de independencia. Una a una, las mujeres van contando poco a poco sus historias mientras Akhila le cuenta la suya al lector. Prácticamente todas ahondan en su relación con el amor. De todos los relatos hay cosas que rescatarles.


Sheela, la más joven de todas las que van en el vagón, se encarga de su abuela moribunda (hay una escena bastante especial donde su abuela, indefensa, sin maquillaje y sin arreglar, se niega a bajar de la ambulancia porque no quieren que la vean así y Sheela la ayuda, a su manera, para hacerla feliz) y pelea constantemente con su familia. Pelea usualmente con su padre, que la encuentra descarada. Hay una escena donde se imagina que le diría a uno de sus tíos que se porta con su primera menor igual que recordaba que su padre se comportaba con ella cuando era descarada y más pequeña (le hace gracia) y la verdad es que subrayaría ese pedazo millones de veces:
Mi padre hacía lo mismo. Le parecía muy divertido que yo fuera una descarada. Pero ahora lo llama mala educación y lo pone furioso. Por favor, no le haga lo mismo a ella. Crecerá convencida de que hay que ser así. Mejor enséñela a tragarse las palabras, enséñela a proferir cosas agradables, bonitas e inocuas. Mate su espíritu y domestique su lengua. Para que cuando crezca no se encuentre como yo, preguntándome que es lo que he dicho de malo o qué disparate voy a decir la próxima vez que abra la boca.
De verdad me gustó mucho esa parte. Sheela es una adolescente que no se atiene aún a las convenciones sociales y no entiende qué es lo que esperan de ella. Nunca han domado su espíritu. Mis historias favoritas, sin embargo, son la de Margaret y la de Mari. Margaret está en medio de un matrimonio infeliz con un hombre que es director de una escuela y no tiene el más mínimo amor por la pedagogía. Mari ha tenido una vida muy complicada, siempre buscando cómo sacar adelante a su familia mientras que a ella ni siquiera le tocó estudiar. 

Me gustaron mucho todas las historias. De verdad recomiendo el libro y sin duda considero que es un buen libro que poner en la lista de pendientes. Sobre todo si quieren conocer un poco más de la India, es un libro que tiene un pequeño bonus: al final trae recetar de cocina del sur de la India. Todo es delicioso.