Divagaciones de una Poulain
by Nea Poulain
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sábado, 26 de enero de 2019

El dios de las pequeñas cosas, Arundhati Roy | #Librosb4Tipos

Sinopsis: Ésta es la historia de tres generaciones de una familia de la región de Kerala, en el sur de la India, que se desperdiga por el mundo y se reencuentra en su tierra natal. Una historia que es muchas historias. La de la niña inglesa Sophie Moll que se ahogó en un río y cuya muerte accidental marcó para siempre las vidas de quienes se vieron implicados. La de dos gemelos -Estha y Rahel- que vivieron veintitrés años separados. La de Ammu, la madre de los gemelos, y sus furtivos amores adúlteros. La del hermano de Ammu, marxista educado en Oxford y divorciado de una mujer inglesa. La de los abuelos, que en su juventud cultivaron la entomología y las pasiones prohibidas. Ésta es la historia de una familia que vive en unos tiempos convulsos en los que todo puede cambiar en un día y en un país cuyas esencias parecen eternas.
Esta apasionante saga familiar es un gozoso festín literario en el que se entremezclan el amor y la muerte, las pasiones que rompen tabúes y los deseos inalcanzables, la lucha por la justicia y el dolor causado por la pérdida de la inocencia, el peso del pasado y las aristas del presente. Arundhati Roy ha sido comparada por esta novela prodigiosa con Gabriel García Márquez y con Salman Rushdie por sus destellos de realismo mágico y su exquisito pulso narrativo.

Andrea, la que le libros y los reseña un año más tarde, deberían decirme. Pero bueno, es mejor tarde que nunca. Y en el caso de El dios de las pequeñas cosas, nunca jamás es tarde. Antes de irme a India conocía como tres cosas de India. Luego viví en India y me di cuenta de que no sabía nada del país, que lo amaba y que si me dijeran que viviera allí más de dos años lo haría. Y regresé y no he dejado de extrañarlo (aunque he de admitir que no extraño cuando me hablaban en hindi creyendo que entendía absolutamente todo y yo con cara de pos oc), así que intento llenar ese vacío viendo películas de Bollywood (y sorprendiéndome de los inaccurate o accurate que son) y leyendo libros de novelistas Indias. Planeo traerles muchos más reviews de escritoras de ese país que merecen ser conocidas y leídas, pero bueno, por algo tenemos que empezar. Arundhati Roy es muy famosa. Muy. Probablemente no necesita ni que yo me ponga a recomendar su libro. El dios de las pequeñas cosas se volvió un fenómeno (además de un escándalo) cuando fue publicado y obtuvo bastante reconocimiento después de haber ganado el Man Booker Prize

Sin embargo, curiosamente, no fue lo primero que leí de ella. El Ministerio de la Felicidad Suprema fue el primer libro que leí de Arundhati (porque estaba ambientado en el norte de la India, en Dehli principalmente y hablaba de conflictos al norte, hablaba de los guerrilleros en Kashmir y de las madres de Kashmir y de las hijras de Dehli y eso es algo que yo conozco). Me encantó y el siguiente que leí fue El dios de las pequeñas cosas. También me gustó y también lo sentí cercano, aunque habla de un mundo que no conozco en lo absoluto. Habla del sur de la India. Habla de Kerala, un estado completamente al sur, que ha sido gobernado por comunistas (que han logrado aumentar la alfabetización, si les interesa saber), que ha sido recorrido por misioneros cristianos, que es el lugar donde se asentaron los cristianos sirios y donde el hinduismo convive con todo lo anterior. 

En El dios de las pequeñas cosas seguimos la vida de la familia Kochamma, familia desgraciada donde las haya (porque son las familias de las que se cuentan las mejores historias en la literatura, se sabe). El libro tiene una estructura narrativa algo extraña. No es una narración lineal en ningún caso, sino que es un libro que comienza a mitad del conflicto. Una niña a muerto y el lector no sabe cómo o por qué. No sabe, para efectos prácticos, ni quién era. Nos enteramos que la niña muerta se llama Sophie Mol. Que hay unos mellizos (Rahel y Estha) de su edad involucrados y que la mayoría de la familia Kochamma está implicada de alguna manera. Y entonces Arundhati Roy mete la reversa y nos empieza a presentar las piezas del rompecabezas. A los miembros de la familia, la situación sociopolítica en Kerala en la época de los años después de la partición de India y el por qué Sohpie Mol estaba donde estaba. 

 
La historia de un accidente (la muerte de Sophie Mol) se vuelve una historia de un amor prohibido entre castas, un sistema que en la India hoy es ilegal pero sigue muy pero que muy vivo (como dijo me dijo una amiga un día: se supone que ya es ilegal, pero si en una pareja no son de la misma casta, usualmente las familias no los dejan casarse), la historia de un niño que sabe que hay que estar preparado porque siempre algo podría pasar y un comentario sobre las dinámicas familiares que ocurren en India. Ammu, la madre de los gemelos, huye de casa y se casa simplemente para huir. Se casa en Calcuta, con un Bengalí al que después abandona, en vez de casarse en Kerala, como lo hubiera deseado su familia. Cuando vuelve con dos hijos y sin ningún marido, es la vergüenza de la familia. Chacko, el otro hijo de la familia Kochamma se casa y divorcia en Inglaterra. Tiene una hija. Vuelve a casa sin esposa y sin hija y, en vez de ser una vergüenza como su hermana, es el hijo pródigo y consentido que ha vuelto con sus padres.

El dios de las pequeñas cosas, además, se adentra en el mundo de los dalits. Los intocables, la casta más baja de la india. Después de la partición el sistema es abolido en lo legal, pero en la realidad se muestra que sigue muy vivo. Las diferencias de clase entre casta y casta son abismales y la novela lo muestra. (Sobre este tema debo decir que me fascina, porque al haber vivido en pujab, con una mayoría sij, en donde se supone, se supone, que rechazan el sistema de castas, nunca lo vi muy marcado en la sociedad como en este libro). Kerala es un lugar además fascinante, lleno de sincretismo, donde conviven religiones e ideologías por igual y creo que por eso es el escenario perfecto para El dios de las pequeñas cosas

Pero volvamos al principio. Se murió una niña. No se sabe por qué. Apenas si vamos sacando algunas pistas, poco a poco. El libro da vueltas en círculos, dándonos los datos, presentándonos a todos los personajes, dándoles su tiempo y su protagonismo. Nos hace esperar. Me gusta mucho esa estructura al narrar porque siempre me llena de curiosidad. Me recibe en medio del conflicto y luego mete la reversa para contarme cómo demonios llegó allí. Siempre me ha gustado esa manera de contar las historias, creo que es la naturaleza chismosa.

Bueno, pues yo ya no tengo más palabras para seguirlo recomendado, pero aquí abajo dejó el hangout que hicimos en Libros b4 Tipos en mi perfil de youtube. Canal, canal, yo diría que no es, pero bueno. Ojalá puedan verlo porque ahí mencionamos más cosas sobre el libro.