Divagaciones de una Poulain
by Nea Poulain
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sábado, 2 de enero de 2016

Recuento de los daños | Diciembre 2015

Diciembre fue el mes de leer a marchas forzadas. Primero porque mi orgullo me decía que tenía que terminar el Goodreads Reading Challenge y mi cabeza, un poco más sensata, me decía que por favor lo pensara mejor no me forzara a leer demasiado. Al final no me forcé demasiado, ni nada, pero aprovechando las vacaciones sí que leí mucho más que de costumbre (lo que ya es decir, juro que no tengo un giratiempos, ni nada especial). Aquí van los resultados:

Kitchen, Banana Yoshimoto


Este es un libro raro. Me dan un tiro por favor el día que yo empiece con otra frase a hablar de un libro de Banana Yoshimoto, porque entonces habrá escrito algo tan normal que ni siquiera me daré cuenta que es de ella. Me he dado cuenta de que no adoro a los orientales con locura, porque me cuesta identificarme con sus problemas, me cuesta mucho. Me cuesta identificarme con las motivaciones de sus personajes porque la cultura es totalmente diferente y la narración a veces me parece seca, demasiado al grano, como si hubiera demasiadas cosas lost in translation. Pero a pesar de todo, entre tantas desventajas, a veces, hay un libro que resalta, me llama la atención y, finalmente, me acaba gustando. En este, especialmente, acabé empatizando con la protagonista después de un rato de no entenderla porque para ella la cocina era primordial y para mí, también. Un libro raro, sin duda, pero recomendable.

Mi vida querida, Alice Munro


¿Por qué no había leído nada de Alice Munro antes? Tenía curiosidad desde que la habían anunciado como premio Nobel, imagínense ustedes. Este año por fin logré hacerme con varios de sus libros y este fue el que cayó este mes. Era uno de los cortos (ni tan cortos) y era de cuentos y además trataba de mujeres y casi siempre, de amor, pero no ese amor de las novelas rosas, sino un amor más real, más tangible, más conocido, que suena más cercano y no tan idílicos. Quizá por eso no son los amores con los que soñamos o los que deseamos, pero sí en gran parte con historias con las que nos podemos identificar. Me recordó mucho a Carson McCullers, aunque para mí McCullers es una cosa superior. Pues bien, les recomiendo mucho este libro de Alice Munro, definitivamente se merece ese Nobel que tiene

The Stone Rose, Jacqueline Rayner


Como ya tenía muy fundido el cerebro decidí, obviamente, que leer algo de Doctor Who aprovechando que tiene novelas (no particularmente buenas o excepcionales) y que yo quería escribir fanfiction. El resultado con este libro fue de leer una página, escuchar un pedazo del audiolibro, leer otro pedazo, escuchar otro pedazo. ¿Me estoy aburriendo? Pon el audiolibro, no hay nada mejor que oír a David Tennant intentar hacer el acento y tono de voz que hace Billie Piper cuando hace a Rose (o el de Mickey, podría estar horas riéndome de él). Pero sólo hay dos razones para leer una de estas novelas: o son demasiado fans de la serie (y se encontraron el torrent maravilloso que las contiene todas) o tienen una severa crisis de aburrimiento. En mi caso creo que fueron las dos y la motivación de ver al Doctor y a Rose flirteando durante toda la novela. La trama es predecible, los personajes planos y la resolución huele a deux-ex-machina. En resumen, evítenla a menos de que sean fans hardcore de Doctor Who.

De la ceniza volverás, Ray Bradbury


Ray Bradbury, estoy enamorada de ti. Quizá sea muy pronto para hacer esa declaración, o quizá sea demasiado, quizá debería decir, para ser más precisa, Ray Bradbury, creo que estoy enamorada de lo que escribes. Este es el cuarto libro ya que leo suyo, la segunda recopilación de relatos, aunque los de este pequeño libro estén tan inter conectados que casi parezcan una novela. La historia de La Gran Familia es fantástica, con elementos increíbles, muy diferente a lo que le conocía a Ray Bradbury (conozco su trabajo de ciencia ficción y estos cuentos rozan más el horror o la fantasía que la ciencia ficción). Me enamoré de sus personajes tan variados y las situaciones por las que los hace pasar, que podrían parecernos totalmente inverosímiles. Recomendado.

El viejo y el mar, Ernest Hemingway


¿Por qué este libro es tan célebre? ¡Hemingway ha escrito otras genialidades! Vale, vale, es que me pone de nervios alguien que tarda más de cuarenta páginas en atrapar un sólo pez. Sin embargo, este pequeño libro me gustó mucho y se lo recomiendo a casi todo el mundo (excepto, claro, a los que se ponen muy nerviosos con viejos que tardan más de cuarenta páginas en atrapar o un pez o a los que no les gustan los peces o a la gente que no le gustan los viejos o a la gente que no le gusta el mar, esas personas no tendrían porque leer ese libro). Como es un libro de menos de 150 páginas, no sé que más decir sin contarles la trama entera, así que simplemente les diré, de nuevo, que se los recomiendo y se los recomiendo bastante. Si quieren leer a Hemingway sin fundirse el cerebro y no saben por donde empezar, este libro es perfecto para eso. 

Nana, Chuck Palahniuk


Que me den regalos con buenas dedicatorias más seguido, caray. Si les suena el nombre del escritor (a mí también me sonaba) es por El club de la pelea (no, tampoco lo he leído). Este libro es muy... interesante. No lo llamaría obra maestra, pero sí es un buen libro, que parte de una premisa excepcional, con unos personajes más o menos definidos y que tiene una narración muy... periodística. No es el libro del siglo, pero sí fue un libro cuyo tema me intrigó bastante, sus personajes, aunque no me preocupaba demasiado por ellos, me causaron curiosidad y su resolución me dejó sorprendida en el buen sentido. Lo recomiendo bastante si les interesan novelas con toques de fantasía, medio realistas, muchos muertos y gente con complejo de Dios. O cosas que se les parezcan que, en serio, sea lo que sea que creen que se van a encontrar allí, están equivocados.

Johnny cogió su fusil, Dalton Trumbo


Uno de los libros más extraños, desgarradores y poderosos que he leído. Conocemos a un soldado al que le estalló una granada encima, un hombre sordo, ciego, sin piernas, sin brazos, con la mitad de la cabeza, casi un engendro de exhibición, sólo que no tan agradable a la vista como... la mujer bigotuda, por ejemplo. Sin embargo, esta vivo, porque como el bien dice, si la guerra es mala para los soldados, es buena para los médicos, que pueden presumir de prodigios (¿prodigios?) cómo este: han conseguido salvarle la vida, y allí lo tienen, a su merced, ciego, sordo, mudo y mutilado, pero vivo. En fin, es un libro antibélico y un alegato a la vida, ante todo. No sé que decir de él, no sé si debería recomendárselos, porque para este tema hay que tener un poco de estómago, pero en definitiva, sí, lo recomiendo, ante todo

We Should All Be Feminist, Chimamanda Ngozi Adichie


Lo leí para poder subrayarlo en el kindle unas diez mil veces y hacerle anotaciones por todas partes. Desearía tener un ejemplar en físico de esto para poder hacerlo, sería maravilloso. El librito es prácticamente una reproducción fiel del discurso que dio hace algún tiempo y es increíble. No tiene más de cincuenta páginas, según cómo las cuenta mi kindle y es una perfecta introducción hacia el por qué del feminismo, la brecha de género. Nos lo hace desde la perspectiva africana, no una perspectiva occidental, pero es posible, al menos para mí, que vivo en un país donde la cultura machista va a la orden del día (y que alguien se atreva a decirme que no, porque les pongo a mi familia entera enfrente y verán, verán), identificarse con la gran mayoría de estos problemas. No aborda temas más profundos, ni se mete con la teoría de género, o la transexualidad, o nada, absolutamente. Es un texto muy introductorio y creo que se tiene que entender eso al empezar: no aborda todo el feminismo, pero sí nos dice por qué el feminismo es importante.

La guerra no tiene rostro de mujer, Svetlana Alexiévich


Este podría ser el mejor libro del año si yo fuera capaz de decidir por un libro. Es cierto que no lo hubiera conocido si la autora no hubiera ganado el Nobel, pero no me arrepiento nada de haberlo conocido. Gracias a ese Nobel, este libro pudo, por fin, ser traducido al español y yo pude leerlo apreciarlo. Lo que tienen que contar las mujeres que fueron parte del Ejército Rojo es importante, como mujeres en un ambiente que siempre estuvo reservado a los hombres, vivieron y experimentaron cosas que nadie más experimentó. Se convirtieron, contra todo pronóstico, en soldados, capaces de dar su vida por su patria. Y, contrario a lo que se cree, en la guerra no hubo sólo mujeres enfermeras, cocineras o personal sanitario: hubo francotiradoras, tanquistas, doctoras, personal de transmisiones, soldados de pie, caballería. Tengo tanto que decir sobre este libro que creo que esperaré a la reseña. Por lo pronto, se los recomiendo

Cómo ser mujer, Caitlin Moran



Este es un libro interesante y, en el contexto en el que está escrito, importante. Es feminista, sí, pero habla del feminismo de Caitlin, de las experiencias de Caitlin, del prototipo de mujer que se espera en el primer mundo. Creo que no deben esperar nada más que eso. Habla y se burla del constructo social que, en occidente, supone ser mujer: la idea que tienes que amar el día de tu boda, tener hijos, trabajar, ser independiente, usar tacones, adorar a los ídolos feministas del momento. Es un libro con un humor muy inglés (y unos traductores de la chingada, anagrama, despídelos por favor). Ahora bien, cuando lo leas, y si lo lees, te recomiendo que lo cuestiones todo, que discutas con lo que dice Caitlin y te hagas de una opinión. Primero, porque ni ella misma admite decir verdades absolutas y segundo, porque creo que todo el mundo necesita una opinión. Recomendado si les interesa el tema

Dash & Lily's Book of Dares, Rachel Conn & David Levithan


Participé en la Lectura conjunta que organizaron en Dear Jane. Si no, probablemente hubiera leído el libro pero mucho, mucho tiempo después. ¿Qué puedo decir de él? Es uno de esos libros, que, en un mal día, se llevan dos estrellas en Goodreads y en uno bueno, tres. Ni bueno, ni malo, pero de lejos perfecto. En este caso, creo que la premisa es original y la ejecución cayó en lo cliché en un momento dado. ¡Y la premisa era genial, original y diferente! La verdad es que sí podría recomendarlo si les gustan este tipo de libros, tiene algunas buenas ideas, pero si no, huyan, la verdad, no se están perdiendo de ninguna genialidad ahora mismo. (Aunque Levithan escriba precioso).

Con esto ya acabo de cerrar el 2015, por fin, de hecharle un buen cerrado y empezar fresca el 2016. Sólo falta que conozcan mis mejores libros del año, los retos que cumpliré y todo eso para empezar fresca todo este año. Les deseo un muy feliz año (aunque ya sea dos), que la pasen muy bien, que cumplan sus propósitos y, sobre todo, que esté lleno de buenas lecturas. 


lunes, 21 de diciembre de 2015

Our Souls at Night, Kent Haruf | Reseña

Sinopsis: In the familiar setting of Holt, Colorado, home to all of Kent Haruf’s fiction, Addie Moore pays an unexpected visit to a neighbor, Louis Waters. Her husband died years ago, as did his wife, and in such a small town they naturally have known of each other for decades; in fact, Addie was quite fond of Louis’s wife. His daughter lives hours away in Colorado Springs, her son even farther away in Grand Junction, and Addie and Louis have long been living alone in houses now empty of family, the nights so terribly lonely, especially with no one to talk with.

Realmente no sabía qué hacer con la reseña de este libro. Primero porque sí quería reseñarlo, aunque sé que probablemente no atraiga toda la atención que lo hará un best seller o un libro de juvenil, pero porque a pesar de ser un libro celebrado, a mí no me acabó de cuajar. Tampoco sabía qué escribir en la reseña o cómo abordarla, así que lo haré de una manera diferente a cómo lo hago generalmente. Primero, tres cosas que sí me gustaron del libro

1. Que aborda el tema de las relaciones de amistad o amorosas entre personas mayores y el papel de los hijos. No sé ustedes, pero yo sí he visto a esas personas que, al ver a dos viejitos besándose, sueltan una expresión de asco, como si los viejitos ya no tuvieran derecho a eso. También me ha tocado ver a aquellos que condenan a sus propios padres porque, después de quedarse viudos, se volvieron a enamorar de alguien más, como si las memorias sagradas del muerto dejaran de ser sagradas al existir una persona más en la relación. Este libro aborda ese tema de una manera bastante sencilla y lo hace bien. 


2. Lo doméstico de la trama. Esta novela no necesita de un drama mal planteado o telenovelesco para tener una buena premisa. En general, todo es muy doméstico y los personas están presentados de manera muy realista. Hay un momento en el que parece que están jugando a la casita como los niños cuando el nieto de Allie empieza a vivir con ella y no me cuadra del todo, pero no es nada grave. 

3. La relación entre Allie y Louis. No voy a spoilear nada en ese sentido, pero más que amor, los dos necesitan compañía, alguien con quien hablar y eso suele están bien retratado y se puede sentir en el libro. 

Ahora, las tres cosas que no me gustaron del libro:


1. La narración es caótica y no caótica en lo que yo considero un buen sentido. Es muy fácil perderse entre descripciones, diálogos (porque no están marcados) y situaciones. Las voces de los personas no están diferenciadas de ninguna manera, las dos suelan igual que el narrador y se puede intuir que estás en medio de un diálogo simplemente porque hay algo en primera persona. Allie y Louis están presentados como entes totalmente diferentes, pero a la hora de la hora, no se puede distinguir entre el narrador y ellos, ninguno de los dos. La autoridad narrativa en realidad no está muy presente, lo cual es una pena, porque podría haber sido una mejor historia. 

2. Los personajes tienen un desarrollo cero. Sus relaciones no se estancan, pero ellos sí. Tal como empiezan el libro, lo acaban. Lamento decir que eso no me parece en mi mínimo interesante. 

3. No es una novela que sea provocativa, ni que invite a la reflexión para el tema que trata. Se queda en lo superficial y no se mueve. No siento que sea necesario que sea transgresora, pero sí que no se quede sólo en un punto superficial de un tema que tiene tanto qué ofrecer cómo este. 

Ahora, bien, ¿lo recomiendo? Sinceramente, si les gustó la sinopsis, sí, no es un libro que les vaya a llevar mucho tiempo. Si no, ni se acerquen, no creo que encuentren nada que los cambie dentro de sus páginas o que los invite realmente a reflexionar sobre la situación de los personajes. Es algo penoso en esta novela, pero a mí personalmente no me gustó

miércoles, 24 de junio de 2015

Palabras envenenadas, Maite Carranza | Reseña

Sinopsis: ¿Qué pasó con Bárbara Molina? Nunca se encontró su cuerpo ni se consiguieron pruebas para detener a ningún culpable. Una llamada a un móvil pone patas arriba el destino de muchas personas: el de un policía a punto de jubilarse, el de una madre que ha perdido la esperanza de encontrar a su hija desaparecida, el de una chica que traicionó a su mejor amiga.Palabras envenenadas es una crónica de un día trepidante, vivido a contrarreloj y protagonizado por tres personas cercanas a Bárbara Molina, desaparecida misteriosa y violentamente cuando tenía quince años. Un enigma que, después de cuatro años sin resolverse, va a verse sacudido por nuevas claves. A veces, la verdad permanece oculta en la oscuridad y sólo se ilumina al abrir una ventana. Una historia de mentiras, secretos, engaños y falsas apariencias que pone el dedo en la llaga sobre mitos incuestionables. Un relato escalofriante que disecciona la hipocresía de la sociedad española moderna. Una denuncia valiente de los abusos sexuales infantiles, sus devastadoras consecuencia y su invisibilidad en este mundo bienpensante nuestro.
Gracias a este libro conocí en persona a Maite Carranza. Ya conocía su gran trilogía La guerra de las brujas, cargada de mitología y me había gustado (aunque el final me desencantó un poco). Sin embargo, considero que este, Palabras envenenadas, es el mejor libro que tiene. De temática realista, es engañoso, porque no puedes confiar en los narradores; tiene un poco de policíaco, pero creo que, en todo el sentido de la palabra, no es realmente policíaco.

Palabras Envenenadas ahonda en la miseria de una familia medio deshecha desde que secuestraron a la hija mayor. Su madre se ha volcado en los tranquilizantes y se ha vuelto casi una momia viviente. El inspector encargado del caso, de cara a su jubilación, se enfrenta cara a cara a todos aquellos casos que nunca podrá resolver y este es uno que, de hecho, lleva bastantes años en su escritorio. Y la mejor amiga de la chica secuestrada de repente se ve envuelta en todo el asunto de nueva cuenta porque recibe una llamada y oye, claramente, una voz que le dice: "Soy yo, Bárbara. Ayúdame."


Desde allí, la acción de desarrolla vertiginosamente en menos de veinticuatro horas, narrándonos desde el punto de vista de Eva, la mejor amiga, Nuria, la madre de Bárbara, Salvador Lozano, el inspector encargado del caso y la misma Bárbara —que es, de hecho, la única que lo hace en primera persona—. La novela está narrada en presente y considero que es un acierto. Te pones en la piel de los personajes mucho más fácil gracias al estilo de Maite Carranza, que no es nada complicado ni adornado. Escribe muy directo, parco, seco, no hay descripciones para las cosas que no hace falta describir, ni se detiene mucho tiempo en detalles apenas importantes. Eso, por supuesto, puede volver loco a más de uno, porque uno tiende a intentar resolver el misterio y cada detalle parece una pista que la escritora va dando para que lo hagas. Sin embargo, como nos encontramos dentro de la cabeza de los personajes, algunas cosas son pistas, algunas son simples cabos sueltos. 

Maite Carranza
La resolución del misterio es una de las resoluciones más impresionantes que he visto. Inteligente, con toda concordancia con cada uno de los detalles que se soltaban allí y allá, y una perfecta explicación a todos los porqués que aparecieron en el libro. Palabras envenenadas es un libro con muchas interrogantes, muchísimas, y las suelta a la misma velocidad que alguien podría pensarlas, así que no te puedes dormir ni un momento mientras estás leyendo. Sin embargo, no aumenta el misterio de manera gratuita nunca, no alarga lo inevitable. La autora supo manejar perfectamente un misterio que de otra manera se hubiera convertido en un monstruo. 

El libro es vertiginoso, sí, pero por su género, más le vale serlo. Un libro mucho mas largo o lento se hubiera vuelto aburrido, pero con este, en apenas dos o tres capítulos (narrados siempre desde el punto de vista de un personaje diferente), ya tenemos el panorama principal de todos los personajes, un vistazo a su rutina. No desperdicia capítulos mostrándonos banalidades, ni suma páginas de manera gratuita. Maite Carranza va al grano: un inspector se va a jubilar, atormentado por todos los casos que deja sin resolver y el mismo día, la mejor amiga de Bárbara recibe una llamada. Se empieza a poner en marcha, muy rápido, la carrera por adivinar el final, por adivinar dónde está Bárbara y con quién. Por qué la secuestraron y por qué su captor la mantiene a salvo.


La narración apenas tiene diálogos, pero no los necesita para ser amena. Los narra de manera indirecta. Quizá eso asuste a más de uno, pero debo decir que no tienen nada que temer: están ante un libro bastante entretenido, de misterio, con un misterio que puede engañar a cualquiera. Recomendado, por supuesto. Quizá sea un libro ligero y no muy trascendente (aunque, leyendo entre lineas, se pueden adivinar frases lapidarias sobre la naturaleza humana), con personajes bien perfilados aun para la manera vertiginosa que tiene el desarrollo, con una prosa amena, cuidada, y muy directa. Un libro que me hace tenerle fe a lo juvenil, además de todo y si han visto mis reseñas sabrán que este tipo de libros no son nada frecuentes.

En fin, los invito a leerlo y formarse su propia opinión sobre él. 

jueves, 2 de abril de 2015

La naranja mecánica, de Anthony Burgess | Reseña

"¡¡POR FIN LO ACABASTE!!"
- Todo el mundo (el 10 de febrero de 2015, que es el día que estoy escribiendo esto)

"Estaba en el currently-reading desde 2013, carajo"
- Goodreads.

Sinopsis: La naranja mecánica es tan brillante, transgresora e influyente hoy como cuando fue publicada por primera vez, hace ahora cincuenta años. Una horripilante visión del futuro escrita en su fantástico lenguaje inventado que se convirtió en un clásico de la literatura moderna, así como en la base para la polémica película de Stanley Kubrick. El nadsat-adolescente Alex y sus tres drugos-amigos viven en un mundo de crueldad y destrucción. Alex tiene los principales atributos humanos: amor a la agresión, amor al lenguaje, amor a la belleza. Pero es joven y no ha entendido aún la verdadera importancia de la libertad, la que disfruta de un modo violento. En cierto sentido vive en el Edén, y sólo cuando cae (como en verdad le ocurre, desde una ventana) parece capaz de llegar a transformarse en un verdadero ser humano.

Parezca lo que parezca, que me haya tardado la eternidad en leerlo no lo hace malo. Simplemente dice que soy una persona sumamente olvidadiza... Nah, es que el libro estaba en mi iPad y me daba paja leerlo allí y no en el kindle porque me dolían los ojos. Debo ser la reina de las excusas. En fin, ¿qué tengo que decir de este libro? Al principio el hecho de que la mitad de las palabras fueran desconosidas me daba dolor de cabeza, pero después de la página 5 te acostumbras o has inferido el significado de todo. O has corrido al glosario nadsat- español y todo vuelve a ser claro.

El nadsat es un dialécto creado por el propio escritor que, según lo que googleé por allí, tiene raíces eslavas. Palabras desconosidas como Drugo, Cala, Pe y Me, moloco o joroschó nos acompañan todas las páginas. Y, o te las aprendes, o mueres intentando leer el libro. Quizá por eso no me atrevería a recomendarle este libro a cualquier persona, pero yo tengo que reconocer que es maravilloso, que juega con la lingüistica y exprime el lenguaje. Quien lo tradujo es un genio, también. 

Pasando a la trama, la podríamos dividir en tres partes: la primera en la que Alex y sus drugos practican la ultraviolencia, la segunda, cuando Alex está en la staja (prisión estatal) y la parte final, cuando al parecer ha encontrado una cura a la maldad. ¿Cura a la maldad? ¿A la violencia? ¿Eso existe? Y aunque existiera, parece decir el autor, ¿es algo válido? ¿Seguiríamos siendo los mismos aún con la violencia anulada de nuestro ser? Sobre cuestiones morales no resuelve absolutamente nada, eso sí, salvo quizá un poco al final. Lo que decidas creer sobre Alex o no, es tu asunto, como quien dice. Es una persona detestable, pero un personaje absolutamente bien construido. Además de todo eso, es un increíble narrador. Carismático, por sobre todo.


A mí el libro me ha gustado, así, llanamente. No le metería entre mis favoritos, pero apreció el valor que tiene. Como literatura distópica prefiero a otros, como Orwell, pero la ultraviolencia de Burgess tiene lo suyo. Ese sistema que no busca ser perfecto, pero sí experimenta con los presos siempre y cuando ellos accedan. ¿Y quien no accede, si le dicen que saldrá de la staja en menos tiempo (mucho menos tiempo)? Además, entre fanáticos y detractores del sistema, ninguno es bueno. Como quien dice, ellos buscan lo que quieren, se aprovechan de lo que quieren, y los demás que se vayan a chingar a su puta madre...

Sí, me gustó el libro, la verdad. ¿Lo recomiendo? Con reservas, sí. Si quieren meterse de lleno en la forma de narra de Burgess, si no les desagradan las escenas fuertes y si les llama la atención.

viernes, 6 de febrero de 2015

El Club Dumas, Arturo Pérez-Reverte | Reseña

Sinopsis: ¿Puede un libro ser investigado policialmente como si de un crimen se tratara, utilizando como pistas sus páginas, papel, grabados y marcas de impresión, en un apasionante recorrido de tres siglos? Lucas Corso, mercenario de la bibliofilia, cazador de libros por cuenta ajena, debe encontrar respuesta a esa pregunta cuando recibe un doble encargo de sus clientes: autentificar un manuscrito de Los tres mosqueteros y descifrar el enigma de un extraño libro, quemado en 1667 con el hombre que lo imprimió. La indagación arrastra a Corso ¿y con él, irremediablemente al lector¿ a una peligrosa búsqueda que lo llevara de los archivos del Santo Oficio a los libros condenados, de las polvorientas librerías de viejo a las más selectas bibliotecas de los coleccionistas internacionales. Construida con excepcional talento narrativo, El club Dumas sitúa pieza a pieza una trama excitante, minuciosa y compleja, donde se dan cita los ingredientes de la novela clásica por entregas, los relatos policiacos y de misterio, los juegos de adivinación y las técnicas del folletín de aventuras.

Esto va de un libro que habla sobre libros. Mejor aún, que habla sobre libros antiguos. Y mejor que eso: que habla sobre libros antiguos envueltos en misterios que alguien tiene que resolver (especialmente, porque ya está en medio de ellos). 

Así que Lucas Corso, armado con un manuscrito de uno de los capítulos de Los tres mosqueteros (Le vin d'Anjou, para ser más específicos), presuntamente escrito a puño y letra por Dumas, cosa que le falta demostrar, y un libro que su dueño asegura que es falso, marcha por Francia, España y Portugal intentando desentrañar el misterio. Dos misterios son los que lo acompañan en su viaje y hay tantas casualidades que él está seguro de que se interconectan. Una historia de ocultismo y un folletín de aventuras. ¿Lo hacen? Bueno, ustedes pueden leer el libro para descubrirlo. 

He de decir que el misterio que cautivó más mi interés fue el libro de las Nueve puertas, en el que llega un punto que parece que estás jugando a encuentre las diferencias. Sólo que en nivel hardcore. Y con crímenes de por medio. La verdad, un libro maravilloso para cualquier fanático de la lectura, plagado de referencias aquí y allá, que spoilea Los Tres Mosqueteros completito (todo hay que decirlo, mejor leerlo antes). La vida de Athos, Porthos, Aramis y D'Artagnan se desmenuza entre las conversaciones mientras Lucas Corso intenta encontrar el hilo que une los dos libros, los dos misterios. 

Lucas Corso es, ante todo, un personaje enigmático. Sabemos que amó a alguien, porque se menciona, pero de su vida, nada. La inclusión de Irene Adler, tan enigmática y sorpresa, parece ser una pregunta sin respuesta. Irene Adler, pasaporte británico, residente de 221B Baker Street... A todas luces documentación falsa y fanática de Sherlock Holmes. Pero para un libro de misterios, ¿qué es uno más? 

Un libro bueno, interesante en general, recomendable para los fanáticos del misterio, de Dumas y de los mitos que recubren los libros viejos. 

lunes, 2 de febrero de 2015

Romántica Juvenil: El romance que nos está vendiendo

Adendum a 2020: se le hicieron ligeros cambios a concepto en este artículo. Quizá la opinión de la autora (aka yo) ha cambiando en los detalles y para eso sería mejor dirigirse a entradas más nuevas.

Un día me di cuenta de que ya no disfrutaba de la Literatura Juvenil actual. Fue allí que, para evitar hacer corajes, simplemente dejé de leer mucha juvenil. Lo pueden ver no sólo en las reseñas sino en mi Goodreads. Desde hace tiempo me siento en un mundo donde leo los libros que en ninguna parte de la blogósfera interesan, así que me puse a analizar qué demonios me molestaba tanto de la literatura juvenil. La respuesta me cayó después de ver unas cuantas reseñas de libros que calificaban a sus protagonistas como mujeres fuertes y con carácter que yo sólo calificaba como personajes flojos, desesperados, poco creíbles y pésimos ejemplos para las jóvenes que van a leer esos libros. (Véase... El club de los corazones solitarios).

El problema de los libros no es que un personaje se pueda definir sobre si tiene pareja o no la tiene. Un personaje puede ser creíble aun siendo una chica que busca desesperadamente novio, incluso que llega a desvalorizarse por conseguir la atención de un chico, pero en ningún caso debe de ser expuesta como un buen ejemplo. Con el el libro mencionado arriba me pasó, simplemente, que me molestaba que la protagonista empezara a definir dos tipos de chicas: desesperadas por conseguir novio, pero valiosas, y aquellas chicas que tenían novio y abandonaban a todas sus amigas. 

Hace unos días encontré una reseña de After #2 (de Libros and Stuff, ¡publicidad gratis!) donde la protagonista se contradecía cada dos segundos. Primero, diciendo que no estaba dispuesta arreglarle los problemas a su novio controlador y a las diez páginas lo estaba besando... A todas luces, sin ni siquiera leer me pareció una relación enfermiza, ¿por qué se está vendiendo eso como algo bueno? ¿POR QUÉ?

No estoy en contra de que se pinten relaciones enfermizas, de controladores, de mujeres y hombres abusados (porque sí, ellos también son abusados), siempre y cuando el subtexto no diga que son ideales románticos. Yo misma tengo un par en mi fanfiction, sobre todo en Vendetta, dónde una chica se aprovecha de su novio y lo utiliza vilmente y un hombre se obsesiona de manera enfermiza con una chica menor y me sorprendía encontrarme comentarios de una chica que decía que el obsesivo era tierno... Me daban ganas de gritarle: ¡¿Tierno donde, carajo, si a punto estuvo de violarla?! 

Podemos irnos al ejemplo de siempre y toda la vida, Crepúsculo. Yo no estoy en contra de que Bella se sienta más segura con un hombre a su lado, estoy en contra de que se pinte una relación controladora (por que sí, lo es, sólo de pensar en como Edward manipula a Bella o le prohíbe ir a ver a Jacob porque se le hinchan sus putos huevos, a pesar de que ha quedado demostrado que Jacob no es peligroso) como algo bueno, algo romántico y algo tierno. 

No. Y no sólo es Crepúsculo. La alargada sombra de Crepúsculo está en muchos libros que yo ya no leeré. No quiero hacer corajes con eso y pensar que lo leerán chicas más jóvenes que yo. Una mujer fuerte, un personaje fuerte, no es aquella que intenta arreglar los problemas psicológicos de su pareja, sino que es lo suficientemente valiente como para reconocer que lo mejor es alejarse. 

Por el momento, yo no puedo hacer nada, más que escribir esto, y seguir escribiendo de mis personajes femeninos, en mis historias. Personajes fuertes aun si desean ser detectives como amas de casa, como si son putas o vírgenes, asesinas o policías. Aun si son inseguras que desean un novio o que desean el amor, todos (hombres y mujeres) hemos deseado eso y no nos volvemos más débiles por hacerlo; podemos pintar a una chica insegura que se define en base a su vida amorosa, es válido, pero no podemos atrevernos a decir que está bien que se desvalorice frente a un chico, no podemos atrevernos a definirla nosotros en base a si es soltera o no.

Poniendo un ejemplo, se suele despreciar a Sansa Stark y a adorar a Arya Stark. Una desea un príncipe, es una doncella, sueña con casarse, con tener hijos, con ser una princesa, eso no la hace débil y creo que a lo largo de cinco libros y cuatro temporadas hemos podido verlo. Arya, por su parte, es de armas tomar, pero no por eso es de piedra. Es vulnerable, y lo hemos visto. Pero son personajes como esos los que quiero encontrarme en la literatura juvenil. Personajes como Clara del Valle, como Úrsula Iguarán, como la Vieja Kush y Wilkilén, personajes como Hermione Granger o Minerva McGonagall o Molly Weasley, personajes como Maya Vidal. 

No quiero que me vendan romances con el chico malo donde la chica le arregla los problemas psicológicos y lo hace cambiar. Quiero romances realistas. Personajes realistas... Yo diría que no pido mucho, pero al ver el catálogo de juveniles, las reseñas, las sinopsis, pienso que lo que estoy pidiendo es un milagro. 

Ojalá algo me demuestre lo contrario.

viernes, 11 de abril de 2014

El valle del asombro, de Amy Tan

Llevaba tiempo ya sin tocar a Amy Tan. Dejo pasar mucho tiempo entre un libro y otro porque las estructuras de sus libros suelen ser las mismas, aun cuando la historia no lo sea. Esta vez cayó en mis manos su última novela: El valle del asombro. Fue una lástima que me decepcionara.

Sinopsis: 1912, Shanghái. Violeta es la hija adolescente de Lulú, una estadounidense propietaria de la mejor casa de cortesanas de la ciudad. Siempre a cabal lo entre dos mundos, y viendo cómo Lulú evita hablar del pasado, Violeta no acaba de encontrar su lugar, y está convencida de que su madre no la quiere. Pero antes de que puedan arreglar sus diferencias ambas serán víctimas de un engaño que las separará, llevando a Lulú de vuelta a San Francisco y convirtiendo a Violeta en cortesana. Años después, y como si el destino fuera una condena a la que no pueden escapar, Violeta sufrirá también los reveses de la suerte, y se dará cuenta de que su única oportunidad de encontrar la felicidad pasa por enfrentarse al pasado, compartir sus secretos y profundizar en la complejarelación entre madres e hijas.

Pues sí, eso es el libro, una historia de cortesanas. No puedo decir que no me gustó, pero tampoco me impresionó tanto como otros libros de la misma autora. Me parece que tiene partes muy buenas, pero otras que yo simplemente rebanaría con una tijera. Muchas veces sentí que estaba leyendo algo parecido, al principio, a Memorias de una Geisha. Obviamente con las debidas diferencias entre una cortesana china y una geisha (además de que se nota que Amy Tan no se sacó el noventa por ciento de cosas de su invención).

Pero llegado a un punto, no supe que pensar del libro. De repente parece una sola sucesión de desgracias y mala fortuna para la protagonista y la gente cercana a ella. Violeta es una protagonista fuerte, pero simplemente verla sufrir no me produce empatía, me produce algo peor, algo llamado lástima y ninguna protagonista que me causara lástima ha llegado nunca a parecerme extraordinaria. necesito que me hagan sentir algo más además de pena por todas sus desgracias.

Lo que si es claro es todo lo que el libro no es, así que si lo empiezas a leer ten en cuenta los siguientes puntos:

  • No es una novela histórica. Tiene la caída de un emperador, y quizá una guerra. Pero no es, en ningún caso, histórica. No habla de personas reales.
  • No es una novela erótica. Hay sexo. Demasiado sexo. Pero no hay erotismo en él, simplemente es el trabajo de una cortesana.
  • No es una novela romántica. Hay romance, pero no es el punto central del libro, en ningún caso.
Creo que era un intento de novela para descubrirse, dejar que Violeta se descubriera, pero nada me quedó claro al final. Un reencuentro con su hija que sinceramente disfruté y una brutal sinceridad por parte de ésta, un perdón a su madre, que se lo merecía y un romane... vale, esa parte ya no me pareció bien. Podíamos haber vivido muy cómodamente sin averiguar de quién se enamoraba Violeta, sobre todo por ese sabor de boca extraño que me dejó. 

Si rescato la novela es por algo: por Edward, pero por otro lado, ¿a quién le gusta leer sucesiones de desgracias? Necesito, además de todas las adversidades de los protagonistas, algo que me anime a seguir leyendo.
Quiero que nuestro amor sea tan grande que nos duela por dentro.

domingo, 9 de marzo de 2014

«El amor que nos están vendiendo» en La cueva del escritor

En la vida real los chicos malos no cambian al conocer a la chica tímida, en vez de eso la molestan. Y si llega a pasar, pasa muy pocas veces. En la vida real no todas las chicas que no son las protagonistas de su historia son zorras. En la vida real una chica debería poder defenderse por sí misma y no dejar que nadie le diga que amigos puede hacer y a dónde puede ir. ¡Despierten! Muchas relaciones plasmadas en la literatura juvenil no son reales, son enfermizas, pura masturbación mental.
Esta es la nueva columna que publiqué en La cueva del escritor y, como ya he dejado claro:

Si esto es lo que nos están vendiendo, yo no quiero ser parte


domingo, 1 de septiembre de 2013

Premios con preguntas

Itzabella Ortaceli, de Detrás de la tecla le dio un premio a mi blog y no pensaba seguir la cadena, pero estoy escasa de entradas y pues me dije uno me hará mal. Por otro lado, no lo pasaré a nadie porque a los que se los podría haber pasado, pues ya lo tienen o no les gusta poner entradas de premios

«One lovely blog award»


Las reglas son agredecerlo a quien te lo pasó (¡muchísimas gracias, Itza!), volverte seguidor del blog que te lo pasó (¡eso ya lo soy!) contestar once preguntas y pasarlo… pero de pasarlo creo que no, así que sólo contestaré las preguntas

¿Libro favorito?          
No tengo uno en especial, hay muchísimas libros que me han marcado. Si tuviera que hablar de uno en especial, diría que leo La edad de la punzada hasta que me convenzo de que mis problemas no son tan grandes, que leo Marina preguntándome cuales son los secretos enterrados en el ático de mi alma y que leo Diablo Guardián pensando que Violetta es la mujer en la que nunca quiero convertirme.  

¿Qué tipo de música te gusta?
Depende del día o del humor que tenga. Prefiero la llamada música indie, tranquila, la mayoría de las veces. Por supuesto, en cuestión de pop, La oreja de Van Gogh siempre será mi favorito y por supuesto, el J-rock es una de mis pasiones.

¿Libros que te han marcado o te han hecho ver la vida desde otra perspectiva?
La edad de la punzada me hizo valorar un poco más mi adolescencia, me hizo pensar en muchas cosas sobre mi vida personal y en la manera en la que gasta mi tiempo. Por otro lado, Sibila, de María García Esperón es una concepción del tiempo y de la historia que me hizo reflexionar mucho, leer el libro una y otra vez. Son los que más me han marcado. Algunos otros también me han hecho ver las cosas de manera diferente, o me han dejado huella, pero realmente, ninguno como estos dos.

¿Aproximadamente cuántos libros lees al mes?
No llevo la cuenta. Tres, cuatro, cinco si estoy de racha. A veces más.

¿Ebook o libro impreso?
Los dos.

¿Qué prefieres? Brujo/a, hada o vampiro.
Bruja.

¿Anime o manga favorito?
Code Geass. Porque C.C. es mi personaje favorito, por el dualismo Lelouch/Zero, porque Shirley demuestra ser capaz de dejar atrás sus convicciones por la persona que ama, por los que luchan por los ideales perdidos y aquellos que destruyen el mundo destruyéndose a sí mismos, para volverlo a construir.

¿Prefieres leer o escribir?
Las dos cosas.

¿Película favorita?
Amelie. Porque me hace volver a creer en el romanticismo y en el «a ver qué pasa», porque me recuerda que «Sin ti, las emociones de hoy, sólo serían la piel muerta de ayer» y porque me recuerda que siempre buscamos a alguien cuyas excentricidades se entiendan con las nuestras.

Algo que no puede faltar mientras lees.
Un lápiz. Me encanta subrayar libros.

Algo que no soportas oír acerca de quienes amamos la literatura juvenil.

En general, no me gusta que se desestime a la literatura juvenil, pero tampoco que se sobrevalore. Creo que leer literatura juvenil es tan válido como leer a Kant y aquellos que opinen lo contrario, que nos dejen en paz a los demás. 

viernes, 5 de julio de 2013

Todos mis sueños, tuyos

Este libro lo conseguí gracias a eBook Tours (que lamentablemente se está tomando un descanso temporal, pero no duden en inscribirse cuando vuelvan) y vaya que me ha encantado. Sobre todo porque deseaba hincarle el diente desde que se anunció su salida.

Sinopsis: Hace más de seis meses que Alexis no ve a sus padres. Cansado de ocultar su homosexualidad y soportar las humillaciones de su madre, dejó su casa arrastrando la depresión acumulada durante más de veinte años. Ahora vive en el centro de Buenos Aires, a veinte minutos de la Facultad de Filosofía y Letras, con Martín, un joven bohemio estudiante de Historia, y Franco, encargado de una librería y amante de la literatura medieval. En el bar de la facultad, Alexis conoce a Daniel, un estudiante de intercambio recién llegado de Estados Unidos, con quien inicia una relación.

Alexis vive en Buenos Aires y estudia Letras en la UBA; proviene de una familia desestructurada: un padre borracho, una madre loca. Alexis se marcha de su casa, harto, y acaba viviendo con Martín, estudiante de Historia, y Franco, de Letras, también gay, por el que es bastante notorio que se siente atraído. La novela se mueve en círculo: empieza y termina con la muerte de su padre, y se mueve a lo largo de esa circunferencia, con la voz de Alexis, que no duda en narrarnos los detalles de su día a día, junto a sus dudas y miedos, que lo embargan al principio de la novela.

Alexis
La voz de Alexis es única y creo que es mi parte favorita de la novela: la narración. Esa narración que vuelve a «Ale» real y te deja con ganas de abrazarlo repetidas veces mientras él se esfuerza por superar sus miedos y conoce a Daniel, ese sol de hombre por el que nadie puede evitar tomar parte, aunque sea un poquito, e inicia una relación con él, aun cuando sus preferencias están bastante claras desde el principio.

Sin embargo, la novela va más allá de las relaciones de Alexis. Es la historia de Ale, son sus miedos, sus amistades, sus dificultades, sus anhelos y sus sueños. Es la historia de un chico que nunca ha estado con un chico y que anhela a un novio, que ama la lingüística y no le importa la barriga de Franco, cuyos ligues de internet disminuyen cada vez más, debido a su tendencia a engordar. Es la historia del chico que trabaja en el bar de la facultad, del chico que habla de la sociedad mientras viaja en el colectivo.


El libro es la voz de Alexis y la voz de Alexis es sin duda, maravillosa. 

domingo, 23 de junio de 2013

El estereotipo de la chica lectora

Lee. Quizá tiene pocos amigos, pero los libros la acompañan a todas partes. No le gustan las fiestas y los viernes no sale porque prefiere quedarse en casa leyendo el último libro que le compraron e insiste en que es «diferente». Comparte imágenes por Facebook para demostrar cual diferente es. No le gustan las chicas con cuerpo de Barbie, y dice que su cerebro la hace hermosa (a pesar de que la hermosura viene, directamente, de las proporciones). No tiene  novio y dice que cuando sea mayor va a vivir con muchos gatos porque no encuentra a su amor platónico. Sus únicos ideales de chicos son los galanes de los libros que están específicamente creados para la masturbación mentar de las chicas (acá entre nosotros: no existen ni en pintura). Aun así, denigra a las chicas que no pueden ver la «profundidad» de un libro puramente comercial y juvenil y lo único que hacen son fijarse en los personajes masculinos. Dice que no gasta su dinero en ropa (porque la moda no le apasiona), sino en libros.  Se considera a sí misma un error de fábrica y le encanta compartir el texto de “Cásate con una chica que escriba”. Llega a creerse culta porque sabe de qué trató Romeo y Julieta y está claro que no quiere un amor así porque duró pocos días y acabó con muchos muertos. A veces llega a declarar que es depresiva y casi siempre parece estar melancólica. Grita a los cuatro vientos que se «enamora» de todos los personajes que ve y se queja de que ningún chico de carne y hueso es así. Odia los estereotipos y lo más irónico, es que ella es uno.
                                   
¿Quién no conoce a una? ¿Quién no ha visto una en las redes sociales? Ponen toda su alma en demostrar que son buenas lectoras (¿según nos estándares de quién?) y algunas veces declaran a los cuatro vientos que sin tan pobres que tienen que leer en PDF’s (chica, si fueras tan pobre no tendrías el Smartphone ni me preguntarías como leer ePubs ahí), no como las gringas, que son como diosas, porque las gringas no tienen que esperar que la traducción salga (aprende a leer en inglés, o mejor, lee a hispanohablantes), las gringas obvio obvio no tienen por qué descargar PDF’s para leer (¿y tú qué sabes si lo hacen o no?, ¿les has preguntado?)… Publican las mismas frases en Twitter, las mismas fotos en Facebook, re bloguean las mismas cosas en Tumblr. Su mayor pasión —de casi todas— es el olor del papel, de un libro recién abierto. ¿Conoces a una? Quizá sí, quizá las has visto merodeando por ahí, intentando convencer al mundo de que son mejores personas por el hecho de leer y no ir a fiestas, ni salir con sus amigos. Pero, tristemente, leer no te hace culto, no te hace mejor persona, no te vuelve la madre Teresa de Calcuta.

Una chica lectora no puede ser aficionada a vestirse bien, ni a usar vestidos para gustarle a alguien. Es tachado de «superficial» al momento, como delito. Generalmente son ese mismo tipo de personas que denigran a otros lectores porque «sólo leen sagas de moda», «no ven más allá del personaje masculino», «no entendieron el verdadero mensaje del libro», y otro miles de ejemplos. Parece que lo que verdaderamente disfrutan es presumir los libros que han leído (que van desde sagas de moda hasta Marquéz y Shakespeare, no vaya a ser que no se vea una lo suficientemente culta), ya no el acto de leer verdaderamente, ya no el acto de angustia cuando le va a pasar algo a tu personaje preferido.

También son sensibles. A quien no llora con El Diario de Noah, Bajo la misma estrella, Tres metros sobre el cielo o cualquier libro parecido le dicen que es insensible, qué cómo puede ser, porque es imposible que eso pase. Prefieren el libro sobre la adaptación, obvio, y les cuesta entender que la adaptación es eso: una adaptación; y que los actores no están hechos a la medida de su imaginación. ¿Las has visto vagando por ahí? Dicen que los directores que dirigen las películas basadas en sus libros favoritos son unos idiotas porque borraron dos segundos del libro que obvio obvio son súper esenciales para entender la trama.  


Las he visto: pueblan el mundo como las barbies rubias, copia una de otra. Esgrimen el «soy diferente» como lema y Twittean frases «profundas», cada una más cliché que la otra, sacadas de Tumblr. Son el estereotipo de la chica lectora, poco sociable e incomprendida por una sociedad superficial. 

jueves, 20 de junio de 2013

Todos somos lectores

Ya van a empezar otra vez. Que sí el que lee «Cien años de soledad» es más lector que el que lee «Crepúsculo», y que si tiene más valor leer «La región más transparente» que leer «Hermosas Criaturas» y a le revés. Que si sólo leen las sagas de moda por curiosidad, que si no son cultos si no leen a Borges a Shakespeare, a García Márquez o a Vargas Llosa. Que si lo único que conocen de libros es a Suzanne Collins con «Los juegos del hambre», o que si la literatura juvenil es menor literatura por ser para jóvenes. Hace poco vi que una chica decía «ya se creen que han leído todos los clásicos porque han leído Romeo y Julieta». Me dieron ganas de preguntarle si lo había leído ella, cuántos supuestos «clásicos» había leído. Porque hace doscientos años también existían los refritos: Jane Austen escribía telenovelas (bien escritas), Louisa May Alcott intentos de lecciones morales y Salgari libros de aventuras bastante entretenidos de dudosa calidad literaria para los puristas de la literatura.

Y empiezan a chillar como cerdos sus distinciones, quién es lector y quién no. Si te gusta Crepúsculo (una novela bastante plana con una bonita redacción) debes ser estúpido (porque obvio no puedes ser inteligente con semejantes gustos) y si ya leíste a García Marqués obvio, obvio, tienes que ser cultísimo. A los hipsters les gusta Battle Royale y no Los juegos del hambre, porque la segunda es una copia de la primera y no entienden que cada una aborda el mismo tema de maneras completamente diferentes.  Y luego vienen los que no pueden imaginar que un adulto pueda disfrutar la fantasía como se debe, porque eso es para chicos. «Eso son tonterías y un adulto con un mínimo de inteligencia no lo puede disfrutar».

Cacarean siempre sus distinciones (tú sí eres lector, tú no, tú no puedes serlo; es como un club de niños de primaria en el que el jefe decide quién puede entrar y quién no) al mismo tiempo que despotrican contra la RAE y sus cambios (fascistas de la lengua, que no se imaginan que la lengua cambia, y que hace mil años se estarían horrorizando de cómo hablamos ahora). A ninguno se le ocurre ir y abrir un diccionario (y hasta el básico funciona), para averiguar que carajos es un «lector» según su preciado español, que defienden, según ellos, hasta de la misma RAE.  

Lector, ra.
(Del lat. lector, -ōris).
adj. Que lee o tiene el hábito de leer.

Ahí está el significado según la RAE, para quien pregunte y para quien no se le haya ocurrido. Y leer va desde leer el periódico hasta leer las novelas de Nicholas Sparks y las de Blue Jeans, las novelas eróticas, los clásicos, Isabel Allende (a quien llaman imitadora de García Marqués), a los premios nobel, a Danielle Steel, a Fuentes y a Juan Rulfo. Leer lo engloba todo, sin distinciones o discriminaciones. Para distinguir y discriminar ya está la raza humana bastante sobrada.

Así que sí. Todos somos lectores si tenemos el hábito de leer. A los puristas de la lengua, lo fascistas que quieren decidir qué te hace culto o qué no, que vaya y lea a sus clásicos y a su buena literatura y deje de molestar. Que los demás leemos. A secas.


Que cada quien lea lo que le dé la gana. Que para eso tenemos libre albedrío, mal que nos pese y no vamos a llegar a ningún lado si a los ocho años nos dicen que leemos basura, que deberíamos leer Guerra y Paz (y luego que preguntan por qué odio a Tolstoi). 

Qué tipo de lector sea cada quien, eso ya es otra cosa. Pero dejen de intentar meternos sus opiniones (tanto si son fans de Meyer como de Borges) por las narices como gallinas que cacarean siempre las mismas palabras.

martes, 18 de junio de 2013

La rebelión de Atlas, Ayn Rand | Reseña

Sinopsis: Entre 1933 y 1982 Ayn Rand lanzó al mundo su filosofía objetivista con una claridad de razonamiento que la convierte en una figura gigante de la filosofía. Su precisión y sencillez son singulares. Su sistema filosófico racional, basado estrictamente en la lógica y en la realidad, carece de contradicciones y resulta coherente con la naturaleza del hombre.Dijo Ayn Rand: "La libertad y la razón son corolarios. Su acción es recíproca. Cuando los hombres son libres triunfa la razón, cuando los hombres son racionales la libertad se impone. La libertad intelectual no puede existir sin libertad política y la libertad política no puede existir sin libertad económica. Una mente libre y un mercado libre son también corolarios".

No comparto las ideas de Ayn Rand, ni su filosofía, de hecho, las odio bastante. Pero leí La rebelión de Atlas un día que no había qué leer en mi casa (donde también odian a Ayn Rand). La rebelión de Atlas es la materialización de su filosofía, del individualismo y de sus ideas (que pueden ser consultadas en la sabelotodo Wikipedia si no quieren leer nada más). Y me encontré con algo que parecía… bueno y malo a la vez. 

Los personajes de Rand están divididos en dos grandes categorías, de las que no saldrán en ningún momento: los que están de acuerdo con ella y los que no. Los que no están condenados al papel de los chicos malos y los que sí, supuestamente individualistas, repiten las mismas ideas toda la novela, sin mayores cambios. Son como copias, como robots programados para pensar igual que Ayn Rand. Hay algunos rescatables, como Dagny Taggart, y, por supuesto, John Galt, pero los demás acaban difuminados, encasillados en un mismo colectivo, sin nada que los distinga. 

La Rebelión del Atlas llega al límite el capitalismo, olvidando que no todo en el capitalismo es miel sobre hojuelas, y ridiculiza al socialismo, olvidando que en el socialismo no todo es malo. Ayn Rand lo vuelve todo a su modo, como le conviene a ella y a su trama. Se vuelve todo un blanco y negro, donde los malos quieren meter el humanismo a los directores de las empresas que mueven Estados Unidos, y los capitalistas, que no piensan más que en su empresa. Parecen robots programados, todos con la misma aversión a las fiestas y a lo social, todos con los mismos pensamientos, con la única obsesión de hacer más y más dinero. Ayn Rand se olvida que también son humanos y los pone por encima, como dioses. Lo irónico es que ella, que aboga por el individualismo, dibuje unos personajes tan iguales unos de todos, como una serie de robots que piensan lo mismo y lo repiten para sí mismos una y otra vez. Dagny sólo piensa en ferrocarriles, mientras que los hombres no le preocupan, Rearden lleva ocho años casado con una mujer insípida a la que no atiende y que parece no importarte. 

Las relaciones sociales se marchan al segundo plano, como si no importaran, como si lo único que importara es el dinero. 

Mueven al mundo, como dice Rearden, pero pocos, por no decir poquísimos, son personajes que vale la pena. Quizá sólo Dagny Taggart, con sus intentos de matices fallidos. O John Galt, el pilar de la huelga de los emprendedores, de los empresarios, de esos que mueven al mundo. Porque mueven, al mundo, y es cierto (el capitalismo es la clave), pero no mueven al mundo siendo algo superior a un humano corriente. Mueven al mundo porque son los dueños de las poderosas y omnipotentes empresas que se encargan de mover Estados Unidos.


Algunas ideas de Rand, son, por supuesto, rescatables (como el 0.000000000001% del libro nada más). Pero sin matices nada sirve, porque Rand pone en el papel las virtudes del capitalismo, que hoy los detractores del sistema parecen olvidar, pero lo vuelve tan perfecto, tan ideal, que se olvida de que el mundo no funciona así. En su mundo sólo hay negros o blancos, ni un solo gris. Y todos los supuestos individualistas se funden en un mismo colectivo que según Ayn Rand es el bueno, porque está de acuerdo con ella. Y los encargados del estado, los que aspiran al socialismo, caen en el ridículo más profundo, porque Ayn Rand los caricaturiza de manera que no quede en duda su maldad. 

Pero por supuesto, se olvida de los matices. No todo en el capitalismo es perfecto. No todo en el socialismo es una porquería. 

Y ese es el irremediable error de la "obra maestra" de Rand, de más de mil páginas de relleno: la falta de grises, que son infinitos, y diferentes. Pero sobre todo, individuales.

viernes, 7 de junio de 2013

La esposa del dios del fuego, Amy Tan | Reseña

Sinopsis: Durante más de cincuenta años Winnie y Helen ocultaron sus peores secretos. Pero, cuando Helen está a punto de morir, Winnie decide contarle todo a su hija Pearl, incluso la terrible verdad que ignora la propia Helen. Así despega esta fabulosa historia que nos conduce desde Shanghai en los años veinte, a través de una China envuelta en guerras, hasta Estados Unidos, adonde llega Winnie en 1949. Ignorando que Pearl oculta también su propio secreto, Winnie le confiesa cómo confundió el amor con el abandono de sí misma.
Winnie desentierra la caja de secretos de su corazón cuando Helen amenaza con contarle a Pearl, su hija, sus secretos si no se los cuenta ella misma. Abre la caja y nos transporta a una China llena de tabúes, a una historia de guerra, de mujeres de soldados, de costumbres que en américa nos parecen lejanas y extrañas para convertirá en su historia más personal, aquella que ha guardado en lo más profundo de su alma desde que pisó tierra estadounidense.
Le dice a su hija por qué la lealtad no debe confundirse nunca con el sometimiento y lleva su historia, la de esposa de un hombre que parece no tener alma, hasta el punto en el que la esperanza no es otra cosa más que el más crudo instinto de supervivencia. Las otras mujeres rezan para que sus maridos vuelvan del campo de batalla, en donde se enfrentan a los japoneses, mientras que Winnie lo hace esperando que no vuelva nunca, esperando que el escuadrón regrese un día y le digan que su esposo ha muerto.

Es la segunda vez que leo una novela de Amy Tan, y utiliza la misma fórmula de siempre, ese choque entre dos generaciones de mujeres chinas, ambas sumergidas en un mundo completamente diferente, incapaces de comprender a la otra. La fórmula, sorprendentemente, da resultado y el contraste de dos generaciones cada una con su trasfondo, y su historia, te llega al corazón. Sus personajes, golpeados por la guerra y la desgracia, buscan sin detenerse cualquier esperanza para cambiar sus circunstancias.

Winnie nos enseña, a todos, por qué a veces la vida está llena de contradicciones, y Amy Tan nos lleva hasta lo más profundo de su personaje principal. Nos lleva a explorar su historia, llena de porqués, para comprenderla y entenderla.

Cuando la leí, comprendí por qué la segunda novela de Amy Tan resultó un éxito equiparable al de la primera.

martes, 4 de junio de 2013

La edad de la punzada, Xavier Velasco | Reseña

Sinopsis: Esta es la historia del peor alumno del colegio. Corrección: de la historia del colegio. Con casi catorce años, unos cuantos apestados sociales por amigos y el boletín de calificaciones constelado de círculos rojos, nuestro protagonista sobrevive a un instituto sólo-para-varones soñando a toda hora en esas vecinitas a las que nunca ha osado saludar. Si otros inadaptados no saben lo que quieren, él lo tiene tan claro como su timidez: una moto y una chamarra negra. Decidido a contradecir al retrato embustero del niño con su afgano que preside la sala de su casa, el narrador busca la mejor fórmula para fabricar pólvora, combate a sus vecinos con un rifle de diábolos y bombas incendiarias, roba huesos en sus visitas al panteón, acaba con los nervios de dos padres querúbicos y de paso se deja enardecer por toda suerte de antojos secretos. Esta novela cuenta la historia de una de esas adolescencias en picada donde todo parece salir mal, en medio de una prisa por vivir que invita a acelerar y cerrar los ojos, hasta que cualquier día se despierta en lo hondo de un auténtico infierno para adultos: allí donde la risa es un mero recurso de sobrevivencia.

Unos meses después de acabar Diablo Guardián en una lectura maratónica, mi papá me convenció de leer La edad de la punzada, libro que acabo regalándome en la feria del libro del INAH (una feria del libro bastante decepcionante). Y me gustó. Empecé a leerlo sin demasiadas pretensiones, sin entender por dónde iba su trama, mientras un chico que yo hubiera odiado conocer en el colegio  nos contaba cómo se convertía en el campeón de las materias reprobadas al tener el boletín completo en rojo.

El protagonista, que se llama Xavier —lo que sabemos por unos cuantos diálogos—, es aficionado a reprobar materias, tiene unos padres que son la viva imagen de la irresponsabilidad paterna (¿quién le daría una moto a ese crío?, ¿o un carro?) y unos verdaderos rechazados sociales por amigos. El sueño de su vida es encontrar al amor de su vida, o ya mínimo que una chava le haga caso, porque se vuelve presa de una timidez crónica si una fémina se planta delante de él.
Nadie imagina todos los alaridos que se ocultan tras el silencio de los tímidos. Dejaríamos sordo al universo entero si nos lo propusiéramos.
El libro, que va dando tumbos por una vida donde siempre acaba pasando lo peor es la historia de la Adolescencia con mayúscula. La historia de un niño rico que no está preparado para el futuro que acaba por írsele encima y que sólo está preocupado por ver bajo la falda de la sirvienta. Le salen cuernos mientras no hay nadie para verlo y se entrega al libertinaje adolescente como si fuera el rey de la colonia.
Ya me cansé de esperar que me quieran, ahora nomás espero que me aguanten. Y si no que se jodan
Xavier Velasco te provoca ganas de llorar y de reír a carcajadas en un solo párrafo y va dando tumbos por la vida de un protagonista aficionado a la música de David Bowie, acostumbrado a manejar como conductor de pesero prófugo y a imaginarse cómo se va a casar con cada fémina que le presta atención. Hila ceros en física en un resort con fachada de escuela para niños ricos, pero se da a sí mismo un diez en pornografía. Colecciona infracciones que ve en los parabrisas de los coches y no escucha al drama hasta que ya está por encima de él.

Negado a madurar, ha olvidado que la vida no espera. Entra por la puerta sin tocar y la derriba.
Mi vida está muy cerca de partirse en dos y yo sigo creyendo que es y será la misma, por qué habría de pasar otra cosa. Mi soberbia de hijito de familia debería recordar que la desgracia se manda sola. Cualquier noche la encuentras recostada en tu cama o guardando su ropa en tus cajones o amargando la cena antes siquiera de que la preparen, como un dolor de muelas inmune a los dentistas que bien puede durar el resto de tu vida. Unas veces punzándote, otras martirizándote y algunas otras disimulándose por la dulzura de cierto buen momento, pero siempre ahí detrás, respirando en tu nuca con ese aliento a azufre que amarga hasta un pastel de fresas con betún.

De los mejores libros que he leído, quizá. Aunque eso pienso ahora. Y la gente siempre cambia de opinión.