Divagaciones de una Poulain
by Nea Poulain
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viernes, 21 de diciembre de 2018

Las reseñas que rescaté del olvido

Estas dos reseñas fui a rescatarlas del olvido de una página que ya no existe (Plusbits.mx) para republicarlas. Son viejas y apenas si están editadas, pero no quería que se perdieran en la eternidad del internet.

Algo alrededor de tu cuello, Chimamanda Ngozi Adichie

Sinopsis: Conmovedores y profundos, estos relatos cuentan historias humanamente cercanas y geográficamente remotas: historias de mujeres que sufren lejos de su país de origen, historias de emigrantes que se encuentran a sí mismos en América, la tierra prometida. Chimamanda Ngozi Adichie, autora nigeriana, sabe hablar de África alejándose de los titulares manidos sobre ese continente, pero sin dejar de lado la historia de su país.
Es una escritora interesada en cómo los asuntos públicos afectan a los individuos, interesada en analizar desde la ficción el choque entre la modernidad y la tradición, las expectativas familiares y los sueños de las nuevas generaciones.
África… ese continente que a menudo parece demasiado lejano, siempre retratado con gente pobre de piel oscura, increíbles paisajes, animales salvajes y en donde siempre hay guerra. Al menos, la mayoría de las personas ven así a África. Sin embargo, Chimamanda Ngozi Adichie, escritoria nigeriana, igbo, femeninista, se encarga de enseñarnos la otra cara de la moneda en Nigeria y sus inmigrantes. A lo largo de una serie de cuentos en el libro Algo alrededor de tu cuello, va retratando distintas realidades en Nigeria, distintas historias, tan diferentes unas de las otras, que a veces cuesta recordar que los protagonistas siempre con igbo, una de las tribus de Nigeria. 


Desde esposas de peces gordos Nigerianos a las que llevan a vivir a Estados Unidos, sin quedarse ellos allí, porque allí no los reconocen como los peces gordos que son, hasta ganadoras de una visa que acaban huyendo de quien las llevó a Estados Unidos y aceptan cualquier trabajo en el cual les paguen en negro para poder substitir, hasta Nigerianos desesperados por pasar por un Norteamericano más, perdiendo en el camino raíces, costumbres, idioma y hasta nombre, como la historia de la mujer con una boda concertada por sus tíos a quien su esposo obliga a llamarse Agatha, en lugar de Chinaza.
Te explicó que había estado en Ghana, Uganda y Tanzania, que le gustaba s la poesía de Okot Bitek y las novelas de Amos Tutuola, que había leído mucho sobre los países africanos subsaharianos, su historia, sus complejidades. Querías sentir desdén y demostrarlo, porque son igual de condescendientes los blancos que sienten demasiado entusiasmo por África que los que no sienten ninguno.
(Extracto del cuelo Algo alrededor de tu cuello, que le da el título al libro).
Ya lo dijo alguna vez al autora en su conferencia The Danger Of A Single Story: no podemos retratar a África como una sola cosa, y sólo una, porque entonces, en eso se convertirá. Por eso sus historias son todas distintas y los problemas que sus personajes tienen que enfrentar son distintos, desde religiosos hasta familiares. Nos muestra la África que ya conocemos junto con una nueva, que quizá nos resulte extraña porque no estamos acostumbrados a ver el continente desde esa perspectiva. 

Las historias transcurren entre Nigeria y Estados Unidos, dos ambientes que la escritora conoce perfectamente; ese ambiente que podemos calificar como africano nunca deja de estar presente a lo largo de todo el libro y se hace aún más marcado cuando nuestros protagonistas (siempre nigerianos), comparan lo que conocen con Estados Unidos. Se marca sobre todo en una de las historias donde un pez gordo nigeriano a mandado a su esposa a tener a sus hijos a Estados Unidos y a vivir allí. Y la mujer se encuentra con que, aunque el estilo de vida le parece extraño, es algo que de algún modo quiere para sus hijos: una vida en un mundo donde, si se cae la comida, no haya que recogerla para tener algo que comer.

Así que, para todos los que tengan un poco de curiosidad sobre Nigeria, visto desde el punto de vista de una africana, este es su libro. Quizá las historias no calcen con lo que conocen o con lo se imaginan de Nigeria y del continente, pero, después de todo, se pueden escribir mil historias diferentes de un sólo lugar.

Carol, Patricia Highsmith


Sinopsis: Claire Morgan, una autora desconocida y que eligió permanecer en el más absoluto anonimato, publicó en 1952 una novela, El precio de la sal, notablemente audaz para la época. Los críticos trataron el libro con una mezcla de desconcierto y respeto, pero el éxito de público fue inmediato, y se vendieron más de un millón de ejemplares de la edición de bolsillo. La novela no volvió a editarse, y ahora reaparece con el título Carol, que originalmente le había dado su autora, y firmada por ésta con su verdadero nombre.Carol es una novela de amor entre mujeres –de ahí la decisión de Patricia Highsmith de publicarla bajo un seudónimo, para no ser clasificada como una «escritora lesbiana»–, que se lee con la misma fascinada atención que despiertan las novelas «policíacas» de su autora. Highsmith concibió Carol en 1948, cuando tenía veintisiete años y había terminado su primera novela, Extraños en un tren. Se encontraba sin dinero, y se empleó durante una temporada en la sección de juguetes de unos grandes almacenes. Un día, una elegante mujer rubia envuelta en visones entró a comprar una muñeca, dio un nombre y una dirección para que se la enviaran y se marchó. Patricia Highsmith se fue a casa y escribió de un tirón un primer borrador de Carol, que comienza precisamente con el encuentro entre Therese, una joven escenógrafa que trabaja accidentalmente como dependienta, y Carol, la elegante y sofisticada mujer, recientemente divorciada, que entra a comprar una muñeca para su hija y cambia para siempre el curso de la vida de la joven vendedora.


No mentiré. Conocí este libro por su película y por qué fue nominada a varios Óscares. El libro fue publicado en los años 50 y en el afterword, Patricia Highsmith habla de como en esa época los libros con relaciones homosexuales empezaban a aparecer de manera tímida en las librerías. Habla también, de como solían tener finales trágicos, llenos de suicidios o de separaciones en las que uno de los personajes protagonistas ―hombre o mujer― volvía a vivir su vida de manera «normal» como si «hubiera entendido» que mantener relaciones amorosas con alguien de su mismo sexo estaba mal. Patricia Highsmith dice que cree que Carol fue la primera novela ―o de las primeras― en romper ese molde. Años 50, Estados Unidos, publicada bajo pseudónimo porque su editora la disuadió una y otra vez de publicar esta novela…; no fuera a quedar encasillada como «escritora homosexual». Desde entonces han cambiado unas cuantas cosas.

Patricia Highsmith también cuenta sobre las miles de cartas que recibió tras la publicación del libro, muchas de ellas de gente dándole las gracias. Chicos y grandes, hombres y mujeres. Cuenta como eran tantas cartas que era imposible responderlas a todas. Cuenta como muchos estaban solos y no conocían a nadie «como ellos» y como ella, a su manera, se encargó de unirlos. ¿Pero de qué va el libro? Es la historia de Carol y Therese, una mujer pasando por un proceso de divorcio en el que su marido está dispuesto a cualquier cosa con tal de quitarse a su hija y una joven escenógrafa que intenta entrar en el sindicato y conseguir trabajo.


Se conocen la semana de navidad, mientras Therese trabaja de manera temporal en un gran almacén. La primera vez que ve a Carol y la atiende, se queda cautivada por la mujer y poco a poco ocupa todos sus pensamientos. Quiere estar con Carol, acompañarla, disfrutar de su compañía, su plática. Poco a poco empieza a preguntarse exactamente qué es lo que siente por Carol. Aún así, la vida sigue. Vemos los problemas de Therese en su intento de ser reconocida como escenógrafa, como poco a poco comprende que Richard, el joven con el que sale, no la ama en realidad y ella no le corresponde. De repente, simplemente está orbitando alrededor de Carol, como si no hubiera nada más.

Llevaba tiempo sin ver ese tipo de relación: de amor a primera vista, pero sin amor desde el primer momento. Junta la experiencia y lo enigmático de Carol con la inocencia de Therese y la fórmula funciona de manera increíble. Ahora ponlas en un carro y mándalas de road trip y lo tienes todo. Su relación es complicada, porque aunque Therese orbita alrededor de Carol y tiene pocas ataduras con otra gente, para Carol lo primero es su hija y obtener un acuerdo favorable para poder mantenerla a su lado con el divorcio. Y en los años que transcurre la novela, tener una relación con otra mujer no era exactamente la mejor manera de que te permitieran quedarte con la custodia de tu hija.


Un libro recomendable y que además me permito remarcar porque dentro de la literatura LGBT (las etiquetas serán necesarias hasta el día que no lo sean… o sea, el día que no se tenga que luchar por la representación), las relaciones gays son las más frecuentes. Las mujeres, las lesbianas, suelen ser un poco más ignoradas y muchas veces no pasan de personajes secundarios. Pero aquí son las indudables protagonistas. Therese y Carol son producto de su época y de una manera de pensar anterior, llenas de dudas sobre la moral de lo que están haciendo, pero aún así, dispuestas a intentarlo. Quizá hoy para una chica como Therese conocer a alguien ya no sea tan complicado (o quizá sí, depende de en qué entorno nos encontremos) y las cosas han cambiado. Los libros LGBT están floreciendo en todas partes y la mayoría ya no tiene finales innecesariamente trágicos; pero los libros de hoy no se hubieran publicado sin libros como este, que marcaron un hito en la historia y no se hubieran escrito sin personas como Patricia Highsmith. No olviden eso. 

viernes, 4 de agosto de 2017

Sombras en el arcoirís, Mónica B. Brozon | Reseña

Sinopsis: Constanza conoce a Jero como nadie, es su mejor amiga y confidente. Ella sabe que su hermano mayor es distinto a otros chicos, lo supo mucho antes de que él se lo contara. Compartir ese secreto la hace sentir única en el mundo, pero ahora Jero está enamorado y ha decidido revelarle a sus padres lo que siente. Aunque Constanza está muy orgullosa de él y lo acepta como es, pronto sabrá que no todos piensan igual.

Este libro me quedó a deber y me quedó a deber un chingo. Me gustaría decirles que está bien chido y que está bien padre y que que chingón que publiquemos LGBT para niños en México y que que chingón que el Fondo de Cultura Económica lo haga. Bueno, las últimas dos cosas son verdad, me encanta ver que la literatura LGBT infantil se hace un espacio en las librerías, pero este libro me queda a deber y me queda a deber mucho. He pensado que quizá soy yo. ¿Es mi estándar? Pocos libros lo pasan y los que lo pasan los sobre analizo de una manera que no deja duda de que, ante todo, estamos hablando de una cultura popular creada en un mundo opresor, en un mundo construido por hombres blancos, dónde todo vale según el dinero que puede ganar... o no. 

Roxane Gay habla, en Confesiones de una Mala Feminista, de la desesperación por la representación y toda la responsabilidad que le conferimos a la cultura popular porque queremos vernos representados. De hecho, cuando sale algo medianamente diferente, todos perdemos nuestra shit aun cuando el producto en cuestión sea un producto mediocre. Lo pueden ver en los sitios que se dedican a hablar de cultura pop por todas partes. Orange is the new black sigue siendo una serie halagada por su representación, aun cuando esta representación haya empezado como un estereotipo caminante y haya acabado en el lucro total del sufrimiento de las minorías negras y latinas de la serie (que hay quien se excusa diciendo que es realista... y sí, bueno, háganse esta pregunta: ¿las historias de los negros y los latinos inmigrantes en EUA siempre tienen que estar definidas por el racismo?). Bueno, creo que el ejemplo se entiende.

Entonces, resulta que estamos desesperados por representación: y no es para menos, la cultura popular es mayoritariamente blanca, heterosexual y dirigida hacia los hombres. Además, estamos hablando desde latinoamérica, esa esquinita del mapa en la que todos creen que todo es México, del río Brazo a la patagonia, que todos relacionan con narcotráfico y violencia, que todos relacionan con el reggeaton... Estamos hablando de una esquinita del mapa que es muy ignorada. Si son de latinoamerica, piensen, ¿cuántas veces vieron a alguien de afuera hablar de un libro latinoamericano que no sea... por ejemplo, Cien años de soledad? ¿Cuál es la visibilidad que tenemos en este mapa? Nos consumen los estereotipos que otros tienen sobre nosotros. Entonces, nos encontramos ante un libro de una escritora mexicana de temática LGBT que es para niños. Y les juro que lo que más me gustaría es decirles que ese libro es maravilloso, cero puntos malos, que es genial que exista, pero creo que hay que analizarlo un poco para saber que clase de representación tenemos.

Mónica B. Brozon
De Mónica B. Brozon he leído otros libros, así que no es la primera vez que nos vemos. Y, sinceramente, esperaba más. Es también por qué me ha tenido muy malacostumbrada. Aquí veo su estilo, sus referencias a la cultura pop, su narración sencilla y a ratos chusca, pero como que al libro le faltó un poquito de espíritu. El libro, Sombras en el Arcoirís, nos encontramos a Constanza, una niña muy amigable, que tiene un hermano al que quiere mucho y que se llama Jero. Jero es gay. Jero, además, tiene la suerte de haber nacido en el medio de una familia open-minded que lo acepta perfectamente cuando sale del clóset (cosa que pasa en las primeras páginas del libro). Tiene un novio, Óscar, que no tiene esa suerte. Constanza tiene amigas, tiene compañeras que repiten los prejuicios de sus papás (prejuicios que están muy vivos en México, un país donde tenemos a algo llamado Frente Nacional de la Familia, que se la pasa chingando con que la familia es papá, mamá y bebitos y todo lo que este fuera de eso es antinatural). Tenemos, pues, un escenario que me creo perfectamente.

El núcleo lo veo débil... débil en el sentido no sé cuál es. ¿Es mandar un mensaje de aceptación para los jóvenes LGBT? ¿Es hablar de las realidades de los jóvenes del colectivo LGBT en México? No, en serio, no sé. Podría ser los dos, pero en ambas cosas se queda muy tibio. El libro hace concesiones que no me gustan para ser más aceptable dentro de una sociedad patriarcal asustada de lo diferente. Si fuera un primer intento de hablar de personajes LGBT dentro de la literatura infantil, entendería más las concesiones que hace. ¡Pero Dios mío, no es el primero! Sofía Olguín tiene una editorial llamada Bajo el Arcoirís que distribuye de manera gratuita y por intentet, libros LGBT para niños y jóvenes y deja oír su mensaje fuerte y claro. La editorial el Naranjo tiene un libro cuya protagonista es una joven trans (que tengo pendiente de leer, porque no sé qué tan bien o que tan mal lo hayan hecho). Varias editoriales independientes en México han publicado pequeños cuentos cortos LGBT para niños antes. Este no es un primer intento. Y sinceramente, para no serlo, es muy tibio.


Vamos a ver este asunto por puntos (hay spoilers, perdón):

1. La homosexualidad de Jero se describe con una serie de cualidades que no dejan de estar basadas en roles de género. La orientación sexual de una persona es su orientación sexual... y ya. Es una cualidad que te hace víctima de muchas violencias diferentes, pero es una cualidad. Los hombres gays son descritos como afeminados casi siempre, por default, porque es la única representación de un hombre gay que se nos ocurre. Lo mismo pasa con las mujeres lesbianas, que de repente o son increíblemente masculinas o son sólo usadas para hablarle a los fetiches de los hombres (porque la cultura popular apela a los hombres, obviamente). De la representación trans ni hablamos: suele ser ridícula. Entonces, la homosexualidad de Jero se explica por medio de sus gustos que, en este mundo regido por el binarismo hombre y mujer, son simples estereotipos de lo que le debería gustar a una mujer. Y Lady Gaga. Por supuesto, todas esas cualidades de Jero son completamente válidas, ¿quién dice que no? El problema está en que estamos usándolas para explicar que por eso es homosexual o... que, porque es homosexual, tiene esos gustos, como asociándolas. Y creanme, en este mundo, crear estereotipos que caminan nunca le funcionó a nadie.

2. Me encanta la explicación sobre el sentir de Constanza cuando se meten con su hermano y ella no quiere darles cuerda pero a la vez está furiosa por dentro. Es un punto muy positivo del libro porque en pocas palabras, Mónica describió un sentimiento que conozco muy bien. Me pasa muy seguido. Las ganas de ignorar los comentarios culeros que la gente dirige hacia ti o los que quieres y las ganas de cortarles la cabeza. El respirar hondo mientras en la mente los estás usando de saco de box. El intentar parecer tranquilo cuando muy dentro de ti sólo quieres gritar. Cuando las compañeras de Constanza, repitiendo lo que han oído en casa o en la tele o en esos miles de lugares que desinforman y alimentan el odio y los prejuicios, insultan a su hermano o la insultan a ella, se siente impotente porque no sabe que hacer. Me gustó esa parte, kudos.


3. Sin embargo, es un libro de esos muy tibios que dice que todas las opiniones son válidas... aunque lo dice entre líneas. Hay un momento en el que Constanza está triste porque le dijeron cosas muy feas en la escuela sobre Jero y sobre ella. Una niña le dice que en la Biblia dice que su hermano se va a ir al infierno y que está a tiempo de arrepentirse. Jero la consuela, le dice que no es cierto porque no conoce a nadie que se haya muerto y haya vuelto para contarles en donde acabó y cosas varias. Al final, Constanza le pregunta si todo eso signifca que la niña que le dijo las cosas feas está mal. Y Jero le dice que no. Porque cada quien es libre de creer lo que quiera. Y tal cual. Será que yo sobreanalizo, pero bueno, vamos a partir eso en pedacitos. Efectivamente, la niña no es que esté mal: la biblia dice esas cosas, es correcto, las instituciones religiosas nunca se han caracterizado por ser de lo más tolerantes cuando de orientación sexual e identidad de género estamos hablando. El dato es correcto: la Biblia dice que Jero va al infierno. El problema es que lo que la niña hace está mal. Está usando un dato de un libro muy viejo, que se interpretado y reinterpretado al gusto de los hombres en el poder de la Iglesia Católica, para andar esparciendo un discurso de odio. Y ustedes me dirá: no manches, cálmate, es una niña, discurso de odio. Y tienen razón. Ni esa niña debe ser consciente de lo que es andar pregonando discursos de odio, ni los niños que leerán el libro, o sea el público meta. ¿Entonces cuál es mi chingado problema? Mi chingado problema es que el subtext de ese "cada quien es libre de pensar lo que quiera" parece mandar un mensaje que dice que está bien todo ese asunto. Y no. Los niños sólo repiten lo que sus padres dicen, pero en algún momento hay que romper el círculo y bien que un libro puede hacerlo. Total, si la novela ya se va a poner aleccionadora, bien podría decirles a los niños que las opiniones que denigran a otra persona están mal, muy mal (y créanme, que, entre líneas, los niños lo entienden casi todo). Esa es una de las concesiones que me parece que hizo el libro para verse más aceptable a sectores de la sociedad que, aunque muy dizque open-minded, todavía dudan de la existencia de esta clase de libros.


4. La mención sobre las terapias pa' que la gente deje de ser gay, o trans, etc. Existe en el libro. Constanza le hace un álbum a su hermano con mujeres para ver si consigue encontrar una que le guste. Lo hace cuando es muy pequeña y me parece un gesto interesante. Primero, porque entiendo a esa Constanza, más niña, bombardeada por la heterosexualidad por todos lados, comprendiendo a su hermano. Me pareció genial, de hecho, porque muestra, entre líneas, la importancia de la representación en la cultura pop. Luego, en referencia al novio de Jero, Óscar, se menciona que sus papás son la clase de personas que lo llevarían a esa clase de terapias. De hecho, lo separan de Jero y se lo llevan lejos y... ¿NADIE HACE NADA? ¿Saben lo que son esa clase de terapias? ¿La tortura que implica? ¿Todas las violaciones a derechos humanos que ocurren con esas personas que dicen que te puedes rehabilitar y en esas clínicas? Sí, ya la calmo, es un libro para niños, pero carajo. Estamos hablando de un tema serio y en el libro lo desechan como si nada, como si fuera sólo cualquier cosa. Hablando de eso, vamos a mi penúltimo punto.

5. El padre de Óscar, el novio de Jero, y su hermano, lo golpean y lo dejan en el hospital. Todo digno de denunciar. Jero no denuncia, lo cual es muy real, porque hay miedo, porque es la familia de su novio, porque... mil cosas. Pero, hablando con Constanza, cuando ella le pregunta porqué no denuncia, él dice que son la familia de Óscar y él así los quiere. Carajo. No me vengan con esas. ¿Saben lo que es vivir violencia familiar de a de veras? ¿LO QUE ES? A esa edad, la de Óscar, no quieres a quien te violenta y probablemente sufras un trauma que va a acabar en terapia. ¿Así los quiere Óscar? Puta madre, no me chinguen. Ya me pasé de groserías, pero es que ese mensaje, el de que las familias se quieren aunque te violenten, aunque no te respeten, es rastrero. Te quedas con esas familias por miedo, no por pinche amor. Además, Jero deja entrever la posibilidad de que la familia de Óscar intente llevar a su novio a una clase de rehabilitación ¿Y ME ESTÁN DICIENDO QUE TODAVÍA NO LE HABLARON AL DIF? Puta. No mamen, personajes fictios raritos. Bueno, igual el miedo es el miedo, pero imaginen que un niño gay lee esto, por ponerles un ejemplo y entiende, entre líneas, que las familias igual se quieren aunque pasen estas cosas, ¿qué mensaje le están dando? Pista: no es uno positivo. Y hablando de esto, vamos al último punto.


6. Jero y Óscar no acaban juntos y el libro se queda tibio porque da la sensación de que nunca terminó realmente. Patricia Highsmith escribió un romance entre dos mujeres, hace mucho tiempo, en el año 1952. No era la primera novela con protagonistas LGBT que existía en el mundo, pero sí era una excepción a la mayoría: la pareja acababa junta y feliz. En el afterword ella habla de este hecho y dice que no sabe si fue la primera novela LGBT con un final feliz para sus protagonistas, pero que lo cree. Dice que, después de publicada, recibió miles de cartas diciendo "gracias", precisamente por ese final, porque, hasta entonces, ella sólo conocía novelas donde, al último, la pareja acababa separada, volvían al camino que les había impuesto la sociedad (la heterosexualidad) o se abrían las venas en la tina y se suicidaban; eso le daba la impresión de que esas novelas eran sólo aceptables porque sus protagonistas se suicidaban, aceptaban que vivían inmoralmente, etc. El caso de este libro es especial, porque los protagonistas acaban separados, aunque Jero está dispuesto a esperar a Óscar. El libro toca una realidad mexicana y de muchas partes del mundo: sí, muchas parejas de adolescentes son separadas por padres prejuicios y conservadores. Punto. Es una realidad y no puede ser escondida. Pero, ¿de verdad está es la clase de representación que la literatura infantil necesita? ¿De verdad está es la clase de historia que los niños necesitan leer? O más bien, ¿está historia está narrada de la manera en que la necesitamos? Porque la literatura infantil está plagada de temas trágicos (Buenas noches, Laika de Martha Riva Palacio Obón), pero la narrativa tiene mucho que ver en como percibimos las historias. Y en el caso de niños que están conociéndose y comprendiendo muchas cosas sobre su identidad sexual, me gustan las historias esperanzadoras, que muestren con total normalidad a parejas diversas (Bron y el Dragón y Javier y el Príncipe del Mar, por ejemplo. Historias que no hagan de su único núcleo la discriminación a la otredad por el simple hecho de ver discriminación y apelarle a un público sensible sin nada más interesante o ningún otra clase de trasfondo.

Bueno, ese fue mi análisis del libro y, aunque creo que soy un poco dura, lo soy porque estoy tan desesperada de ver diversidad y representación, que trato de aferrarme a cualquier cosa que la muestre o lo intente. Fuera del tema del libro, quiero hacerle una increíble mención especial a Raúl Nieto Guridi, que es el fantástico ilustrador del libro y, que con dibujos increíblemente sencillos, le da un ambiente muy tierno a este libro. No podía acabar mi reseña sin mencionarlo, porque el trabajo de los ilustradores es, muchas veces, ignorado.

Ilustración de Raúl Nieto Guridi
Bueno, entonces, los dejo que saquen sus conclusiones... y yo me voy a pensar que acabo de escribir un testamento sobre un libro de 62 páginas

martes, 28 de junio de 2016

Libros LGBT que valen la pena | #Pride2016

Hoy, 28 de junio, es oficialmente el día del orgullo LGBT, también conocido como el día de que los idiotas pregunten por qué no hay un día del orgullo heterosexual. Si les preguntan eso, por favor respondan que no hay un día del orgullo heterosexual porque a un hetero nadie jamás le ha cuestionado su orientación sexual, ni los matan por su orientación sexual, ni los insultan, ni... etcétera. Hay miles de ejemplos de por qué no hay uno. En la ficción, que haya libros sobre el colectivo sigue siendo como un tabú. Hasta hace pocos años, me resultaba imposible encontrar libros juveniles sobre el tema, porque la literatura LGBT se asociaba con la homoerótica y se asumía que toda literatura LGBT era erótica o porno. Ni les cuento de los cuentos infantiles LGBT

Hoy voy a recomendar varios libros para todas las edades, desde novelas para los más grandes hasta para cuentos para los más pequeños.

Two Boys Kissing, David Levithan


Este es, quizá, uno de mis favoritos. David Levithan le da voz a las víctimas del SIDA cuando nadie entendía la enfermedad y había un gran prejuicio contra ella y hace de esas víctimas los narradores de esta novela que nos presentan a personajes diferentes. Dos chicos que quieren romper el récord del beso más largo del mundo, una pareja ya establecida de dos chicos, dos chicos que acaban de conocerse, un chico que está más perdido que nada y que está en el closet porque su familia lo odiaría si les dijera quién es realmente. Este libro, además, involucra a un personaje transexual, que suelen ser uno de los grandes olvidados en los libros de esta temática. ¿Por qué me gusta tanto? Primero, porque es juvenil y segundo porque es optimista sin olvidarse de los problemas que deben enfrentar muchos chicos como los protagonistas. Me gusta ese optimismo, me gusta que exista. Sin decir más, les dejo la reseña (que es viejísima) y se los recomiendo.

¿Te gustaría ser mi sol?, Sofía Olguín


Nunca había recomendado este, pero como me van a decir que siempre recomiendo los mismos de Bajo el arcoiris (una editorial que publica libros LGBTIQ para niños y los pone a su disposición en internet de manera gratuita), pues hoy voy a cambiar. En este cuento, Moncho recupera a su perro después de haberlo perdido años atrás con un nuevo nombre y de la mano de una chica que se llama Sol. Al principio, todo parece muy común, pero lo que él no sabe es que en realidad Sol no fue asignada como una chica al nacer, sino que es una chica transexual. El cuento también es optimista, es para pre adolescentes y adolescentes y habla de la transición, de la aceptación y, en parte, deja ver la suerte que tiene Sol con sus padres, que la aceptan tal como es. Les recomiendo mucho este cuentito que no es muy largo y que además cuenta con las maravillosas ilustraciones de Lita Gómez.

Carol, Patricia Highsmith


Llegué a este libro a través de la película y lo que me conquistó fueron las palabras que Patricia Highsmith le dedica al libro en el prólogo y en el afterword. Las protagonistas aquí son dos mujeres y esta es una de las primeras novelas de la temática que tuvieron un final que no era trágico. Patricia Highsmith habla de ese fenómeno y de las consecuencias que le trajo, pues ella misma dice que recibía cartas y cartas de personas que le estaban dando las gracias. Thérese es una joven que está trabajando temporalmente en unos grandes almacenes y allí es en donde conoce a Carol, el día que va a comprar una muñeca. Las dos se hacen amigas rápidamente y es entonces cuando Thérese empieza a cuestionarse lo que siente en realidad hacia Carol: ¿sólo amistad o es algo más profundo? La novela es muy muy muy recomendable y definitivamente me encanta. Para convencerlos, les dejo la reseña por aquí para que la lean entera. En un sólo párrafo, aunque sea tan largo, no le voy a hacer justicia a este libro.

Todos mis sueños, tuyos, Sofía Olguín


Este es mi favorito. Sin duda. Es mi libro preferido cuando hablamos de esta temática porque el protagonista aborda muchos problemas sociales sin muchos tapujos. En general se puede adivinar la voz de la autora, pero aun así no deja de ser increíble. Decir que está novela es sobre Alexis y sus relaciones con dos chicos distintos (Daniel, un estudiante yanqui de intercambio en la UBA) y Franco es simplificar demasiado el libro. El libro es Alexis, es su historia. Podríamos decir que este es un libro coming of age, pero en cierto modo es mucho más que eso: es la crítica social de Alexis, su inexperiencia ligando, su pasado, su mamá internada en el Moyano, sus amigos, sus relaciones, su vida entera. Uno de los detalles que más me gusta es el uso del español argentino y sus modismos: un libro ambientado en argentina no se vería real sin ellos. Sin más que decirles, les dejo la reseña y la recomendación.

El beso de la mujer araña, Manuel Puig


Esta es una de mis últimas lecturas, un libro que está todo contado en diálogo y con diversos documentos que nos ayudan a centrarnos (como las narraciones de grabaciones y cosas así). Molina y Valentín comparten una celda: el primero es homosexual (eso dice, aunque yo quedé confundida y creo que más bien tiene un problema de identidad de género, pues se siente mujer) y Valentín es un rojo comunista. Molina le cuenta películas y platican de muchas cosas: de sus mamás, de sus amores, de su vida un poco... El libro tiene lugar durante la dictadura argentina y quizá aquí todo el contenido LGBTIQ sea mucho más sútil, pero defintiviamente esta ahí, junto con un montón de pies de página explicando lo que se entendía por la homosexualidad en la época. Es uno de esos libros que no dejan de ser vigentes aun cuando el tiempo pasa y que, además, nos muestran todo el camino que ya hemos recorrido y el que nos falta por recorrer. Les dejo la recomendación aquí y la reseña para que la lean y se convenzan. 

Aristotle & Dante Discover the Secrets of the Universe, Bejamin Alire Sáenz


Este libro quizá no está entre mis favoritos de nada, pero me parece que es una buena recomendación aquí. Primero, porque está escrito de manera preciosa, segundo, porque sus protagonistas son latinos... chicanos, en realidad, o sea, mexicanos que viven y nacieron en los Estados Unidos. No es algo que suela ver en los libros de esta temática últimamente, está lleno todo de protagonistas blancos. En fin, Aristotle es difícil para hablar de sentimientos, la mitad del tiempo no sabe que siente con nada y Dante es mucho más abierto, llora mucho y admite que es gay sin ninguna dificultad para él (además de que tiene la suerte de que sus papás lo acepten). El libro está ubicado temporalmente varias decadas hacia el pasado, en una época donde la aceptación era aun menor que ahora y a Alire Sáenz no se le olvida ese detalle. Habla de la discriminación y de los prejuicios, pero dándole un tono optimista a su libro. Les dejo la reseña para que se acaben de convencer.

jueves, 2 de julio de 2015

Recuento de los daños | Junio 2015

Este recuento no viene completo, porque varios libros de este mes ya entraron en Lo que leí en vez de actualizar el blog (concretamente, los últimos tres: América, Rebelión en la granja y El otoño en Pekín) y no veo caso alguno en repetirlos, sinceramente, porque diría lo mismo de ellos.

El amante, Marguerite Duras


Me hubiera encantado que, siendo un clásico, como es, me gustara mucho más. Pero mi madre tenía razón sobre este libro: no es para todo el mundo. La manera de narrar me mareo, principalmente porque salta de un lado a otro, es muy difícil ubicarse en el tiempo o encontrar el hilo conductor de la historia. Apenas fui capaz de ubicarme en los escenarios apenas descritos con algunos detalles (el libro se ubica en Indochina) y la impersonalidad con la que el libro (prácticamente autobiográfico) está narrado, me volvió loca; no fui capaz de conectar con los personajes y de hecho, tampoco con las situaciones en general. Le reconozco la maestría al libro, pero a mí, a pesar de ser tan corto, me aburrió.

El aliento del cielo, Carson McCullers


Ya hablé sobre él en su reseña y sigo diciendo que Carson McCullers es maravillosa. El aliento del cielo es una compilación de prácticamente todos sus cuentos y tres de sus novelas cortas entre ellas, La Balada del café triste y Frankie y la boda. Los sentimientos que transmite McCullers me fascinaron, esa nostalgia por el pasado reflejada en alguno de sus cuentos, la obvia confusión adolescente y lo de sentirse muy poco entendida que refleja el personaje de Frankie (y me hizo recordar mi propia época de pubertad), la desolación de sus tres cuentos de matrimonios rotos por el alcohol, la madurez de la protagonista de Wunderkind... Vamos, si hubiera conocido y leído a McCullers hace cinco o seis años, me hubiera sentido entendida en muchos aspectos.

Extraños en un tren, Patricia Highsmith


Este fue el libro de este mes en el Club de Lectura de La noble y ancestral cada de los Black. Lo conocía de nombre por la película de Hithcock que no he visto, pero nunca me había detenido a leer la sinopsis. Debo decir que retrata estupendamente a dos personajes que son personajes detestables, pero ambos por diferentes razones. Mientras que Guy tiene perfectamente interiorizado que es un buen tipo y que sólo quiere por fin el divorcio de su ex mujer para poder casarse, Bruno odia a todas las mujeres, menos a su madre, quiere deshacerse de su padre y se pregunta constantemente si sería capaz de matar a alguien. Recomendable como libro de crímenes, aunque tiene pasajes que se hacen cuesta arriba.

Más allá del olvido, Patrick Modiano


Este libro lo empecé en mi sequía, en marzo. Lo volví a empezar hace pocos días porque me daba pena no acordarme de qué se trataba o donde me había quedado. Además, leyendo un libro de Modiano ya podía tacharlo de la lista de los premios Nobel. Bueno, la historia, narrada por un personaje treinta y después quince años más tarde tiene varias inexactitudes que achacamos, obviamente, al narrador; además, tiene partes que el narrador parece haber decidido no contar. En eso reside gran parte de encanto e la novela, pues en la mayoría de los casos, los personajes se quedan como un misterio sin develar completamente, porque los vemos a través de un tercero. ¿Recomendable? Por supuesto.

La tienda de los suicidas, Jean Teulé


Libro simplón, sencillo, sin más pretensiones que entretener y criticar... algo que tiene que ver con el suicido, la vida y la muerte y la sociedad actual. Divertido, con gags recurrentes cada tres segundos, eso sí; entretenido, la verdad, tengo que admitirlo, pero con un final muy sorpresivo y poco desarrollo en algunas partes. A pesar de todo eso (porque últimamente estoy muy obsesionada con que las cosas tengan buena calidad además de ser entretenidas), recomiendo el libro si te gusta el humor negro (¡hablamos de una tienda de suicidas!) y los personajes extravagantes. No tengo mucho que decir sobre él porque no fue de esa clase de libros que me dejó pensando demasiado al terminar, pero que sí me hizo pasar un buen rato.

La casa en Mango Street, Sandra Cisneros


Quizá, junto con El aliento del cielo, el mejor libro del mes. La casa en Mango Street es un libro pequeñito, de apenas 110 páginas, que por medio de cortas historias nos va contado la historia de una niña chicana (mexicano-americana) que reside en Mango Street y quiere una casa con jardín y que pueda llamar suya; sin embargo, por lo mientras, tiene a Mango Sreet. Las historias son cortas, el lenguaje es sencillo y el hecho de que hablara de cosas que conozco y con las que me puedo sentir lejanamente identificada, me agradó. Además, la inocencia impresa en la narración hace el libro una pequeña joya que retrata con sencillez diferentes situaciones crudas. Recomendable, sí, muchísimo.

El arte de no decir la verdad, Adam Soboczynski


Libro pretencioso donde los haya,  además con ligeros toques de misoginía por allí y por allá. Más que relatos inteligentes, cuentos que me agradaran, me encontré con una especie de libro de autoayuda que se jacta de sí mismo y pretende "enseñarte algo para ir caminando por la vida". Libro inútil y sin gracia que no es ninguna guía para sobrevivir al mundo y ni siquiera es entretenido. Se vuelve aburrido a la sexta historia y tiene una reutilización de personajes que más que original, parece cómo si el autor no quisiera inventarse más nombres. De verdad, a pesar de lo corto, intragable e infumable; no se lo recomiendo ni a mi mayor enemigo, porque leer este libro es como estar en la cabeza de la persona más pedante del mundo.

Aristotle and Dante discover the secrets of the universe, Benjamin Alire Sáenz


Un buen descubrimiento cuando hablamos de literatura juvenil, porque los buenos títulos empezaban a escasear. Fue el libro que me leí en inglés este mes, así que en cuanto a técnica no tengo mucha queja, en cuanto a trama muy poco, y en cuanto a desarrollo de personajes me parece perfecto. Otro mes menos prolífico probablemente se habría coronado como una de las mejores lecturas del mes, pero este mes le gano la Cisneros (con una mucho mejor representación de la realidad chicana en Estados Unidos que la este libro) y McCullers (que supera casi todo en desarrollo de personajes). Aún así, recomendado por su manera de tratar y desarrollar a un personaje gay en un lugar tan profundamente intolerante como El Paso, Texas, en los años en que está ambientada la novela. Muy buen libro.

Así que el Junio, el total de libros asciende a 12. La verdad, mi mes más prolífico en mucho tiempo, y si así llego lista para el Maratón de Julio, no cabe duda que soy perfectamente capaz de lograr los 10 libros en un mes (más, por supuesto, el extra que será Todas las hadas del reino, de Laura Gallego).