Divagaciones de una Poulain
by Nea Poulain
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sábado, 20 de abril de 2019

Una botella al mar de Gaza, Valérie Zenatti | Reseña

Sinopsis: Para entender qué pasa del otro lado, cómo piensan y sienten los palestinos, Tal decide lanzar una botella al mar y establecer un contacto, un diálogo que le permita vislumbrar la realidad palestina. Naïm responde a su mensaje de manera hosca y burlona; sin embargo, poco a poco su ironía se irá transformando en confianza y a través de sus cartas podemos ver los dos lados del conflicto. 

Creo que todos sabemos la historia del conflicto Israel-Palestina, ¿no? Al menos las generalidades: llegó Israel, quiso un país, todos se opusieron, le declararon la guerra, Palestina se quedó sin Estado y en control israelí, Israel hizo unas cuantas barbaridades por ahí en los cincuentas en Palestina... de hecho sigue la cosa. En resumen: la gente inocente muere. Y cuando digo inocente quiero decir la clase trabajadora en general. Valérie Zenatti es francesa aunque vive/vivió en Israel e hizo su servicio militar en Israel (por favor no me pregunten qué opino de él) y escribió un libro sobre ello y por eso es conocida un poco. Aquí el Fondo de Cultura Económica tradujo su libro Una botella al mar de Gaza, que es una historia de correspondencia entre Tal y Naïm, una israelí y un palestino.


Toda la literatura es política. Y quiero dejar esto bien claro. Bueno, no sólo la literatura, todo el arte. Y no sólo el arte, todo. Todo. Hasta ir a cagar, si quieren. Pero hablando de las historias, todas parten de la cabeza de alguien, de la ideología de alguien. Entonces, por ejemplo, yo escribo algo y me dicen "es que parece que odias al capitalismo" y sí, probablemente se note. Eso pasa con todos. Muchas veces se adivina en el subtexto o se ve claramente, cuando el punto es ese, la ideología de una persona. Por ejemplo, los últimos libros de la saga de la sombra de Orson Scott Card están atascados de cosas que él piensa y en el subtexto, de cosas que piensa de las mujeres. Los libros de Ayn Rand..., ni qué decir: vive en un mundo de pedo donde los empresarios son buenas personas, pagan sueldos justos y no hay capitalistas estúpidos. Hasta los superhéroes: nacieron con el propósito de ser propaganda bélica en favor de los Estados Unidos y por eso muchos de sus enemigos están o estaban vinculados a los nazis. Así que un libro que habla de la franja de Gaza es obvio que trae una ideología y una agenda detrás: en este caso, habla de la paz.


Tal es una joven que vive en Jerusalén y sueña con que, un día, haya paz. La verdad es que no lo tiene muy claro (hasta Naïm se lo dice) y es idealista a más no poder. Adolescente que sueña cambiar el mundo, finalmente. Me pareció un personaje muy adecuado para ser el pivote de la historia, porque precisamente es de alguien como Tal que te crees que quiera echar una botella al mar de Gaza para comunicarse con alguien en Palestina. Lo dije: idealismo. Mi favorito, sin embargo, es Naïm. Más resentido, más irónico, más directo al punto, más realista, pero también más agudo en sus análisis. Me gusta porque en cada frase mete la política y me recuerda a mí. La comunicación entre ambos funciona por lo diferentes que son y hacen a una historia en la que parece que no pasan demasiadas cosas, mucho más dinámica de lo que parece de lejos.

El único problema de esta novela creo que es su estructura. Hay una introducción, hay algo que hace que Tal decida enviar un mensaje y algo que hace que Naïm lo responda. ¿Y luego? Luego hay que agotar la fórmula hasta el infinito, meter un par de atentados (uno de cada lado, que quede la cosa igual), no saber resolver la tensión de la novela, meter una subtrama romántica que no va a ninguna parte y crear un final más anticlimático imposible. Ese es un problema. No hay final, hay más bien un corte. Valérie Zenatti parece no saber como resolver nada y lo que queda es algo parecido lejanamente a un deux-ex-machina que no lo es del todo, pero se le acerca. Les confesaré que no fue mi parte favorita y, para mí, le restó muchísimo a la novela.


Es como si se hubiera dado cuenta de que el tema que estaba tratando (un conflicto internacional que siempre se cobra vidas) era demasiado peligroso y lo cortara de un tajo. Tal cual. Me gusta más, por ejemplo, como habla Joe Sacco de Israel y de Palestina. Es más frío y más realista, pero me gusta su visión. Joe Sacco es un periodista que ha cubierto varias cosas en la franja de Gaza y que publicó una novela gráfica sobre muchos asesinatos de hombres palestinos que cometió el ejército israelí en los 50 que se llama Footnotes in Gaza. Es un trabajo periodístico pero en el menciona que lo hace para que todos esos asesinatos no sean sólo un pie de página de algo que pasó, sino que exista algo documentando. Aquí, parece que mientras Valérie Zenatti tiene que acercarse más al conflicto, más se va hacia atrás. Le mete la reversa muy rápido, así que, fuera de que es obvio que quería escribir este libro para hablar de la paz y de lo bonito que sería que la hubiera en este conflicto, no me quedó claro el punto de nada.


Por otro lado, los personajes secundarios apenas si están perfilados, no existe ninguna clase de desarrollo en ellos. Tienen nombre. A veces se me olvidaba quienes eran. O sea, no tenían característica alguna que hiciera que se quedaran guardados en mi mente.

Creo que de todo eso, el punto positivo es que ahonda un poco (muy superficialmente, pero lo toca) en las consecuencias psicológicas que tiene vivir cerca de un conflicto y ver la muerte de cerca. Le pasa por encima al tema, pero lo toca. Y eso en la LIJ me parece algo muy valioso en estos tiempos.

Fuera de eso, el libro me pareció un libro promedio. Ni bueno, ni malo; nada demasiado positivo, nada demasiado negativo. Recomendado si quieren alguna lectura sobre el tema, pero no creo que, literariamente, sea lo mejor del mundo. Lo vi bastante normal. Esa es mi conclusión sobre el libro: normal, nada extraordinario. Lo edita el Fondo de Cultura Económica en su colección A través del espejo, que es juvenil, por si les interesa conocerlo. Después de todo, no es una mala lectura. ¡Nos vemos en la siguiente reseña!