Divagaciones de una Poulain
by Nea Poulain

jueves, 16 de febrero de 2012

Top Ten Personajes Anime


Hace ya tiempo de mis últimos top tens, y esta vez es de personajes de anime porque sentí que la vez pasada, en el de los literarios, había faltado gente y cuando me quise dar cuenta toda esa gente era de anime, así que aquí está, por sexta vez, un top ten.

Como siempre, es totalmente subjetivo.

10° Lugar
Saber de Fate/Stay Night
    “Bedivere... Esta vez, mi sueño... será... un poco más largo...”


9° Lugar
Anya Alstreim de Code Geass
“¿Memoria? ¿Qué me memoria? No recuerdo nada. No tengo memoria”


8° Lugar
Subaru Sumeragi de X/199
“Que todos seamos felices al mismo tiempo es imposible”


7° Lugar
Chise de Saikano
“Disculpame, Shu-chan. Mira en lo que me he convertido...”


6° Lugar
Arthur Kirkland a.k.a Inglaterra de Hetalia
“¡América es mi hermano pequeño!”


5° Lugar
Rei Aiyanami de Evangelion
“La felicidad es una mentira, y la verdad siempre dolorosa.”


4° Lugar
Mello de Death Note
“Lo siento… Matt”


3° Lugar
Hitagi Senjōgahara de Bakemonogatari
"… puede que mi pasado no haya sido afortunado, pero si esa es la razón por la que tengo aquí entonces estoy feliz..."

C

2° Lugar
L de Death Note
“¡Porque... yo soy la justicia!”


1° Lugar
C. C. de Code Geass
“Lelouch, ¿sabes por qué la nieve es blanca? … Porque se ha olvidado de qué color era.”


Seguro intuían el primer lugar, que le hago.


Nea

martes, 14 de febrero de 2012

Regalo de San Valentín: Confesiones de amor

En este día supuestamente especial, Dann y yo les traemos un regalo: dos cuentos del más puro amor, disponibles en descarga directa :) Los dos nos pusimos de acuerdo para hacerles un regalo de San Valentín muy especial: dos cuentos (de temática LGTB) recopilador en una sola "antología"

Confesiones de amor


La portada es obra de Dann. ¿A que es preciosa?
Sinopsis: «Confesiones de amor» es un suspiro. Un desahogo de los sentimientos, del romance y de la pasión; del amor que cada persona puede llegar a sentir. «Confesiones de amor» es eso, una confesión.

(ambos en 4shared)

Advertencias: ninguna, en lo absoluto, a menos de que en estos tiempos siga siendo necesario, advertir que las relaciones son entre personajes LGBTI.
Curiosidades: Es el primer cuento —al menos el mío— que publico con regionalismos mexicanos. Quería hacer notar que estaba ambientado en México.

¡Espero sus comentarios y que lo disfruten!


lunes, 13 de febrero de 2012

Me queda la palabra, Blas de Otero


Ayer acabó la serie El Octavo Mandamiento, producida por Argos, en México y debo decir que hacía mucho tiempo no confiaba tanto —ni me gustaba tanto— una producción mexicana. El Octavo Mandamiento no fue nunca una telenovela de consumo, de esas que pasan en Teidiotiza —Televisa— y su hermanita, TVAzteca (las dos cadenas igual de choteadas con sus ideas, incapaces de producir cosas de calidad y originales). 




Tal vez por eso me gustó.

Por otro lado, la serie hace referencia a la situación política actual de mi país, y es realmente desgarrador ver como a este país se lo está llevando la chingada (y perdón las malas palabras).

El final fue escalofriante y el mensaje, muy claro: la corrupción va a seguir.

Yo a lo que vengo es a compartirles el poema que pasaron antes de los créditos finales de la serie (que me plantee poner en Hablemos de Poesía, pero sinceramente, no me apetecía. Me apetecía hablar del final de la serie y de que a mi país, a México se lo están comiendo los políticos con su maldita guerra al narcotráfico, que de guerra nada más tiene el nombre; no están combatiendo al narcotráfico para nada… pero eso sí, tenemos a un montón de muertos calificados como daños colaterales).

Pues bien, acá el poema.

Me queda la palabra


Si he perdido la vida, el tiempo, todo
lo que tiré, como un anillo, al agua,
si he perdido la voz en la maleza,
me queda la palabra.
Si he sufrido la sed, el hambre, todo
lo que era mío y resultó ser nada,
si he segado las sombras en silencio,
me queda la palabra.
Si abrí los labios para ver el rostro
puro y terrible de mi patria,
si abrí los labios hasta desgarrármelos,
me queda la palabra.
Blas de Otero.