Divagaciones de una Poulain
by Nea Poulain

miércoles, 19 de junio de 2013

Top Ten Marauders


Los merodeadores están lejos de ser mis personajes preferidos, pero han dado bastantes fics interesantes. Personalmente son los chicos con los que yo nunca me juntaría en el colegio y que me caerían de la patada. Pero admito que me gustan los matices de Sirius, sus partes más oscuras, y la paciencia de Remus con ese medio a que sepan que es un licántropo. De Peter me llegó a interesar su instinto de supervivencia, convirtiéndose en rata y traicionando, una y otra vez, y de James, nada de nada. No entiendo como Lily no le dio dos tortazos y se marchó (con Sirius, por ejemplo). Así que aquí el top ten de los merodeadores. Está excento de mi mayor pasión, porque la estoy guardando para otro: los Sirlys.

10° lugar
—Necesito que me beses.
—¿Qué?
—¿Queréis que os dejemos solos? —una mirada homicida clavada en su rostro hizo a la pelirroja cambiar de idea—. Vaaaaaleeee... Nos quedamos.
Remus se giró de nuevo hacia Sirius.
—Vamos a ver¿qué es eso de que necesitas que te bese? —preguntó, armándose de paciencia, en un tono de voz aparentemente calmado. Aparentemente.

9° lugar
Aquella lágrima hirió toda posibilidad de que estos pequeños gestos quedaran siempre. Y siempre y para siempre fuesen dirigidos a él.
Aquella lágrima arrancó del rostro de la chica aquellos pequeños placeres que Remus había cultivado desde sus once años tan cuidadosa y secretamente.
Aquella lágrima arañó el corazón del chico, de forma más profunda y más dolorosa que la mordedura de Greyback.

8° lugar
—Lily…
—Remus…
Ambos hablaron al mismo tiempo, como si lo hubiesen ensayado. Quizás sus corazones estaban sincronizados.
—Lily —retomó él la palabra mientras la joven mujer lo miraba tiernamente—… yo, eh… Lily… creo que no fue buena idea venir —dijo mientras tomaba la capa y comenzaba a ponérsela.
—No, Remus, espera… —pidió Lily.

7° lugar
Cuando se lo metió en la boca y lo mordió, James sintió que multitud de sabores atacaban sus papilas gustativas. Pensó que en realidad sólo eran dos: el amargo y duro del chocolate negro y el dulce y suave de la marihuana. Una combinación perfecta. Sin embargo, su cerebro reconocía muchos más: el de las tartas de chocolate que su madre hacía por su cumpleaños; el de la tableta de chocolate con naranja que le llevó Remus a la enfermería, cuando se cayó de la escoba en un partido de Quidditch y se hizo una herida desde la rodilla hasta la mitad de la pierna; o el de la primera vez que Sirius y él probaron un porro: en Las Tres Escobas, cuando Mundungus Fletcher lo apoyó descuidadamente en el cenicero.
—Dios… es como tener un orgasmo en la boca -oyó decir a Sirius.

6° lugar
[…] Cuando los dos Merodeadores por fin le pudieron ver el rostro al chico que estaba a sus pies, el aliento se atascó en sus gargantas.
Sirius miró a James con los ojos abierto de par en par por la sorpresa y trató de hablar.
—James —empezó diciendo Sirius en un susurro horrorizado—,  es igual a…
Sin embargo, no terminó su oración. Estaba demasiado shockeado e impresionado por lo que estaba viendo.
—A mí —terminó diciendo James, mientras veía a su doble ensangrentado que estaba en el piso.

5° lugar
Que tiene esa cara porque ya se imagina lo que dirá su madre cuando le diga y que francamente, prefiere no decirle nada. Que tiene ganas de levantarse de ahí y decirle a McGonagall que le ponga de nuevo ese sombrero de mierda para que le ahorre todos los problemas que seguro llegarán por la mañana.
Pero en vez de eso, responde. Lentamente responde:
—Es que creo que recibiré la primera vociferadora el año.

4° lugar
—Ey, Evans, ¿te interesaría dar un paseo por los jardines? Hace un clima precioso —comentaba James, fingiendo desinterés.
—Sería una magnífica idea, Potter. Pero temo que tu cabeza llena de egocentrismo no resista las altas temperaturas —replicaba ella, y se marchaba con la cabeza bien arriba y los libros apretados contra el pecho. Entonces Sirius soltaba una carcajada y Peter era el encargado de palmear la espalda de su decepcionado amigo.

3° lugar
Para empezar, Sirius se ha puesto un poco molesto conmigo. No lo sé, siempre fuimos muy unidos y de... ¿juguetear? Nos molestamos mutuamente desde hace tiempo, en cuanto uno da pie, el otro aprovecha. Pero últimamente me molesta aunque yo no le dé el más leve indicio de estar jugando. Eso me llama la atención, pero como no pasa a mayores, no ha traído discusiones.
Peter, en cambio, sí es insoportable. Siempre me pareció que era un idiota, pero nunca tanto como ahora. Ya lo había dicho en el diario anterior, me parecía que él andaba con nosotros por conveniencia, pero James lo conoció antes de que me uniera a ellos en tercer año. Ya eran amigos en aquel entonces y si James confía en él, por algo es. Pero me incomoda un poco cuando cruzo miradas con Peter. Quizá sea el hecho de que se me queda mirando con esa cara de rata que tiene.

2° lugar
«Fui al bosque porque deseaba vivir deliberadamente, quería vivir profundamente y extraer toda la esencia de la vida. Dejar de lado todo lo que no fuera la vida, para no descubrir en el momento de la muerte, que no había vivido».
James le sonrió con calidez como rara vez lo hacía:
—¿Quién lo escribió?
Él examinó la portada para encontrar el nombre del autor:
—Henry David Thoreau.
—Henry David Thoreau —repitió James—. Nos debió conocer muy bien.

1° lugar
—¿Dónde están Black y Potter? —preguntó, buscando sus dos cabezas negras por toda el aula.
Un brazo se alzó en un extremo de la clase, y otro en el lado opuesto. La profesora se quitó las gafas y sus ojos pasaron de un muchacho a otro, varias veces. Algunos alumnos rieron.
—Por Merlín —musitó con la boca abierta—. Potter… y Black… Jamás pensé que vería esto. —La clase rió más—. ¿Qué puede haber obrado tal prodigio?
[…] Fue Sirius quien habló:

—Yo no me siento con traidores.

martes, 18 de junio de 2013

La rebelión de Atlas, Ayn Rand | Reseña

Sinopsis: Entre 1933 y 1982 Ayn Rand lanzó al mundo su filosofía objetivista con una claridad de razonamiento que la convierte en una figura gigante de la filosofía. Su precisión y sencillez son singulares. Su sistema filosófico racional, basado estrictamente en la lógica y en la realidad, carece de contradicciones y resulta coherente con la naturaleza del hombre.Dijo Ayn Rand: "La libertad y la razón son corolarios. Su acción es recíproca. Cuando los hombres son libres triunfa la razón, cuando los hombres son racionales la libertad se impone. La libertad intelectual no puede existir sin libertad política y la libertad política no puede existir sin libertad económica. Una mente libre y un mercado libre son también corolarios".

No comparto las ideas de Ayn Rand, ni su filosofía, de hecho, las odio bastante. Pero leí La rebelión de Atlas un día que no había qué leer en mi casa (donde también odian a Ayn Rand). La rebelión de Atlas es la materialización de su filosofía, del individualismo y de sus ideas (que pueden ser consultadas en la sabelotodo Wikipedia si no quieren leer nada más). Y me encontré con algo que parecía… bueno y malo a la vez. 

Los personajes de Rand están divididos en dos grandes categorías, de las que no saldrán en ningún momento: los que están de acuerdo con ella y los que no. Los que no están condenados al papel de los chicos malos y los que sí, supuestamente individualistas, repiten las mismas ideas toda la novela, sin mayores cambios. Son como copias, como robots programados para pensar igual que Ayn Rand. Hay algunos rescatables, como Dagny Taggart, y, por supuesto, John Galt, pero los demás acaban difuminados, encasillados en un mismo colectivo, sin nada que los distinga. 

La Rebelión del Atlas llega al límite el capitalismo, olvidando que no todo en el capitalismo es miel sobre hojuelas, y ridiculiza al socialismo, olvidando que en el socialismo no todo es malo. Ayn Rand lo vuelve todo a su modo, como le conviene a ella y a su trama. Se vuelve todo un blanco y negro, donde los malos quieren meter el humanismo a los directores de las empresas que mueven Estados Unidos, y los capitalistas, que no piensan más que en su empresa. Parecen robots programados, todos con la misma aversión a las fiestas y a lo social, todos con los mismos pensamientos, con la única obsesión de hacer más y más dinero. Ayn Rand se olvida que también son humanos y los pone por encima, como dioses. Lo irónico es que ella, que aboga por el individualismo, dibuje unos personajes tan iguales unos de todos, como una serie de robots que piensan lo mismo y lo repiten para sí mismos una y otra vez. Dagny sólo piensa en ferrocarriles, mientras que los hombres no le preocupan, Rearden lleva ocho años casado con una mujer insípida a la que no atiende y que parece no importarte. 

Las relaciones sociales se marchan al segundo plano, como si no importaran, como si lo único que importara es el dinero. 

Mueven al mundo, como dice Rearden, pero pocos, por no decir poquísimos, son personajes que vale la pena. Quizá sólo Dagny Taggart, con sus intentos de matices fallidos. O John Galt, el pilar de la huelga de los emprendedores, de los empresarios, de esos que mueven al mundo. Porque mueven, al mundo, y es cierto (el capitalismo es la clave), pero no mueven al mundo siendo algo superior a un humano corriente. Mueven al mundo porque son los dueños de las poderosas y omnipotentes empresas que se encargan de mover Estados Unidos.


Algunas ideas de Rand, son, por supuesto, rescatables (como el 0.000000000001% del libro nada más). Pero sin matices nada sirve, porque Rand pone en el papel las virtudes del capitalismo, que hoy los detractores del sistema parecen olvidar, pero lo vuelve tan perfecto, tan ideal, que se olvida de que el mundo no funciona así. En su mundo sólo hay negros o blancos, ni un solo gris. Y todos los supuestos individualistas se funden en un mismo colectivo que según Ayn Rand es el bueno, porque está de acuerdo con ella. Y los encargados del estado, los que aspiran al socialismo, caen en el ridículo más profundo, porque Ayn Rand los caricaturiza de manera que no quede en duda su maldad. 

Pero por supuesto, se olvida de los matices. No todo en el capitalismo es perfecto. No todo en el socialismo es una porquería. 

Y ese es el irremediable error de la "obra maestra" de Rand, de más de mil páginas de relleno: la falta de grises, que son infinitos, y diferentes. Pero sobre todo, individuales.

miércoles, 12 de junio de 2013

Cómo subir una historia a Fanfiction.net o a Fictionpress.net

Para Tanit, mi esposa, que me hace hacer esto

Todos sabemos que publicar en fanfiction.net y en fictionpress.net es el pedo más grande que existe la primera vez que lo intentas (en serio, yo aún recuerdo mi propia cara de “¿y cómo se maneja esto?” la primera vez que lo hice, luego le agarré el chiste, aunque me sigue pareciendo un sistema de pulicación bastante lento).

En fin, si no sabes publicar en ninguna de las dos páginas, que son similares, el tutorial es para ti. O eso espero. Y si conoces a alguien que no sepa publicar en ninguna de las dos, mándalo por aquí.

Pues bien después de que hayas iniciado sesión y estés en tu menú de usuario vas a donde dice «Publish», justo en la parte izquierda y le das un click. Y te despliega un menú con varias opciones: «Info/Guide», «Doc Manager», «New Story», «Manage Stories», «Rules & Guidelines» y «Recovery» (por aquí pongo la imagen como ejemplo).



Bien, lo primero que tienes que hacer es irte a Doc Manager, que es donde debes subir el archivo *.doc o *.docx de tu historia (si es un cuento, el cuento, si es una historia de más capítulos, sube sólo el primero) haciendo click en «Seleccionar archivo».


Finalmente, le das en «Submit document» y voilá!, tu archivo ya está cargado en fictionpress o en fanfiction. Como aclaración, fanfiction borrará las separaciones entre escenas si son tres asteriscos y directamente la ignorará si es un enter de más sin embargo, puedes editarlo (fanfiction te da la opción):


Ya que tienes tu archivo le das click en «New Story» (ve a la primera imagen si no te acuerdas de dónde está). Si es la primera vez que publicas o llevas muchos meses sin publicar te saldrá esto:


Lo único que tienes que hacer es darle en el link y en la página que te despliegue, darle click al botón enorme que está hasta abajo que dice «Yes, I have agreed to the content guidelines» y regresar a «New Story».


En el caso de fanfiction te pide que indiques si es una historia común y corriente o un crossover, pero en el caso de fiction press ese paso se omite. Ambos, sin embargo, te piden que selecciones la categoría:


Le dan en «Select Category» y si no les aparece es que tienen las ventanas emergentes bloqueadas y tienen que ir a desbloquearlas. Allí seleccionas primero la categoría y luego la subcategoría, según tu gusto y le das en «Click to continue» (el botón que está abajo) cuando lo hayas hecho. Finalmente, en tu ventana principal das click en «Continue» y los manda a otra pantalla:


Llenan todos los datos a su gusto, el título, el resumen, los géneros, etc (en el caso de Fanfiction.net también les preguntará los personajes principales). Finalmente en el document seleccionan el documento que cargaron al principio, en el document manager.

Y voilá! tienen una historia.


Ya saben, dudas en los comentarios (no soy la mejor persona haciendo tutoriales). Si les gustó y le entendieron se lo pasan ese amigo que no sepa subir historias en esas dos plataformas y si no se lo pasan al sucesor de Perla Shumajer.