Divagaciones de una Poulain
by Nea Poulain

martes, 31 de marzo de 2015

Hábitos de lectura | Booktag


Mi antiguo librero.
Yo hago Booktags cuando me aburro, generalmente a las doce de la noche cuando no tengo nada que hacer y acabo de terminar un libro. No quiero empezar otro porque planeo dormir, así que este es el resultado... El Booktag me lo encontré en Rumbo a lo desconocido y me dio curiosidad porque siento que mis respuestas (gracias a mi desorden natural) serán bastante diferentes que las de la mayoría de la gente, 

1. ¿Tienes algún lugar concreto para leer en casa?

No, leo en todas partes. La mayor parte del tiempo es en mi cama, pero a veces lo hago en el escritorio o tirada en el sillón. 

2. ¿Marcapáginas o una pieza de papel al azar?

Yo tengo muchos marca páginas, usualmente los uso, o lo intento. Como leo ya poco en papel (porque necesito espacio y tengo un kindle), a veces los uso, pero generalmente uso lo que encuentro más cerca cuando lo necesito: desde estampas hasta envolturas de galletas vacías. 

3. ¿Puedes parar de leer o tienes que detenerte luego de un capítulo o un determinado número de páginas?

No es que me guste, pero tengo que parar de leer en donde me quede, porque como leo en la universidad, tengo que parar de hacerlo cuando tengo que poner atención. En realidad prefiero parar al terminar un capítulo, me resulta más cómodo.

4. ¿Comes o bebes mientras lees?

Sí. Puedo leer en un restaurante si el libro es lo suficientemente bueno, para que te imagines. 

5. ¿Ves la televisión o escuchas música mientras lees?

Música, tele, hago tarea, oigo a un profesor explicar temas... Aún no sé de donde sacó mi habilidad para que mi cerebro no explote, pero debo decir que la amo. 


6. ¿Leer en casa o en cualquier parte?

En cualquier parte. 

7. ¿Leer en voz alta o en tu cabeza?

En mi cabeza, por esas cosas de la rapidez y así... 

8. ¿Alguna vez lees páginas adelantadas o te salgas algunas?

Nunca jamás me salto páginas, a menos de que el libro se llame Amanecer y esté narrando Bella Swan. La cosa se volvió insostenible porque cada frase que decía me parecía más estúpida. 

9. ¿Romper el lomo o dejarlo como nuevo?

Si el libro aun tiene el lomo sin romper, intentó dejarlo como nuevo, pero con los tochos es imposible. Además como compro libros de viejo, suelen venir ya un poco maltratados y mientras más maltratados más baratos, así que no me quejo, mientras se puedan leer. Vamos, consigo libros a veces por veinte pesos, lo que son menos de dos dólares así que...

10. ¿Escribes en tus libros?

Un montón. Siempre con lápiz, pero todos mis libros están subrayados y con márgenes escritos. Nunca he encontrado nada malo en hacerlo, aunque a mucha gente no le acaba de gustar el asunto. En mi caso, a mi madre le escandaliza ver mis libros rayados, pero mi padre los raya más que yo. Cuestión de costumbres, supongo. 

11. ¿Un solo libro o varios a la vez?

Leo varios. En mi Goodreads siempre hay más o menos cinco en currently-reading, pero en general sólo leo dos al mismo tiempo. ¿Los otros tres? Bueno, son libros que pueden pasar ahí años porque me aburrieron... Porque los perdí, porque... Variadas cosas. A veces los acabo, a veces simplemente pasan a la lista de los tochos infumables de mi vida. 

No me gusta taguear a nadie en los booktags, así que siéntanse libres de hacerlo si les gustó. Si no les gustó pueden ignorar la entrada, hacer como que no existe, o pasársela a sus enemigos, como ustedes deseen. 

domingo, 29 de marzo de 2015

Holocausto, de Robert Marasco | Reseña

"Juro que me dio miedo. Leí con la luz prendida tres días después de leerlo."
- Mi mamá cada que mi cara de incredulidad aumentaba.

Advertencia: Debería decir que no te considero un idiota si te gusta este libro, pero dudo que alguien lo conozca y si te gusta te diré lo mismo que le dije a mi mamá: Lee a Lovecraft y a Henry James.


Lo que dice la contraportada (a falta de una sinopsis hecha y derecha):

El más alucinante final de los últimos años…
"Su lectura, aun de día, me puso la carne de gallina, y hubo momentos en los que no me atrevía a volver la página…" (Christopher Lehmann-Haupt, New York Times).
"La novela comienza de manera totalmente inofensiva. Una joven pareja desea salir de Nueva York durante el verano. Hallan una casa, al alcance de sus bolsillos, en las costas de Long Island… Naturalmente que todo esto es una trampa… Al término del verano, la casa se ha transformado en una pesadilla, en la personificación misma del mal, del cual no parece haber escapatoria… Marasco ha logrado crear una atmósfera alucinante…" (O. L. Bailey, Saturday Reriew).
"Marasco sabe cómo crear una atmósfera y desarrollar el suspenso… Al final, rompe con todos los límites: locura, terror, shock, ¡todo! quien lea Holocausto no dejará de experimentar esos deliciosos estremecimientos que suben y bajan por la espalda…" (John Barkham, New York Post).
Sí; la crítica ha estado de acuerdo en que Holocausto es una novela amenazante, malévola, exquisitamente tramada, en la que su autor se revela un maestro en el arte del suspenso.

Lo que digo yo después de leerla:


Qué gran pedazo de... árboles talados injustamente para publicar esta... novela. 

Muy bien, pero como quien dice, hay que explicar porque no me gustó nada. Para empezar, tenemos a una pareja convencional, yo digo que de los sesentas o setentas, ni idea, que desea pasar un verano en el campo y encuentran una casa demasiado lujosa (pero perdida en suciedad y hierba) a un precio excesivamente barato. Hasta el más idiota diría que allí se cuece gato encerrado, sobre todo por la manera tan extraña que tienen de comportarse los hermanos que la alquilan. La única condición es que cuiden de su anciana madre que nunca sale de su cuarto y a la que tienen que llevar de comer.

Como dije, gato encerrado.


Pero como tampoco esperaba una obra maestra en una novelucha best-seller de terror, sino que al menos estuviera entretenida y de hecho, diera miedo, pasé por alto aquello. No le puedo pedir peras al olmo, por favor y mucho menos champagne a la gotera. Así que dije que aun con los personajes estúpidos, con personalidades clichés la cosa sería perdonable si la novela daba miedo. Por que para eso la empecé a leer: para cagarme de miedo. 

MEC. Error

No da ni una pizca de miedo. Tenemos a una señora obsesionada con la casa y con hacer el quehacer (uy, que miedo), a un niño medio asustadizo, a un padre que cambia de carácter abruptamente a veces y la hace daño a sus seres queridos (podemos inferir que la culpa la tiene la casa, claro) y, por último a una tía vieja que siempre ha sido muy enérgica y al llegar a la casa empieza a envejecer progresivamente, pero lo oculta, porque es una cuestión de orgullo para ella parecer más joven. En serio, todo el libro trata sobre eso

Todo el maldito libro.


Si el 30% es de cómo consiguen la casa, el otro 55% es de como viven en esa casa y les pasan cosas extrañas que harían a cualquiera salir corriendo, pero que de hecho no dan miedo y el 5% es un final más apresurado que el de Sinsajo. Miriam, la esposa, es la ama de casa perfecta, todo el día está limpiando sin salir a divertirse ni un segundo (de veras, quien le dijo al autor que así son las mujeres) y empieza a envejecer demasiado rápido, se olvida del amor de su familia por atender la casa y hasta deja de hacer el amor con su marido (hasta que este intenta violarla sin venir a cuento, what, Marasco, WHAT?!). De hecho, parece que por parte del autor se da a entender que es una mala esposa porque no quiere tener sexo con su marido. Mis ojos estaban abiertos como platos, y la reacción que consideré correcta en este caso fue la siguiente: 


Los personajes tienen la misma profundidad que una hoja de papel y me da que la hoja de papel tiene hasta más. De hecho, son arquetipos: buena esposa (o sea, ama de casa esclavizada), esposo trabajador, hijo modelo y la anciana que quiere hacerse la joven. Arquetipos, y además de los años cincuenta. Durante todo el libro no evolucionan en lo más mínimo, si acaso sus obsesiones se agrandan, pero no cambian y además tenían una falta de sentido común que ni siquiera podía soportarlos. Los libros de Stephen King me dan más miedo y tienen personajes con más sentido común (y no considero que los libros del señor King den especialmente mucho miedo)

Que tortura, por dios, y para que al final no diera ni pizca de miedo. ¿Hace falta decir que no se lo recomiendo a nadie? 


miércoles, 25 de marzo de 2015

La Conquista de América: La pregunta del otro, Tzvetan Todorov | Reseña

"Reseñar esto es como suicidio social blogósfero, por lo menos"
- Mi conciencia, que se está preguntando por qué reseño cosas que aparentemente no pintan nada por aquí.

"¿En serio leíste eso? ¿No te aburriste?"
- Mi papá, que confía demasiado poco en lo que leo.

"YOLO"
- Yo, escribiendo la bendita reseña.

Escribo este libro con el fin de que no caiga en el olvido este relato, ni otros miles más del mismo tenor. A la pregunta acerca de cómo comportarse frente al otro no encuentro más manera de responder que contando una historia ejemplar: la del descubrimiento y conquista de América. Al mismo tiempo, esta investigación ética es una reflexión sobre los signos, la interpretación y la comunicación: pues la semiótica no puede pensarse fuera de la relación con el otro.” Tzvetan Todorov

Sí. El libro básicamente narra y analiza la conquista de América. Por eso parece no pintar nada aquí, pero bueno...

Primero que nada, si lo quieres leer tengo que hacer unas pocas advertencias tales como...

Evidentemente no es una novela. Así que puedes llegar a partes que no te interesen (hola, Bartolomé de las Casas) y casi quedarte dormido con el asunto. O puede haber citas que te hagan reír (hola, arma definitiva de Cuauhtémoc), o puede haber pasajes que simplemente te hagan rodar los ojos (hola, cartas de Colón). Es historia, que se haga amena o no depende mucho de tu interés en el tema. Yo estaba investigando para escribir algo de histórica, así que probablemente dentro de unos meses encuentren aquí compilado en toda una entrada las cosas que acabé leyendo...

Códice Florentino
Sinceramente, es interesante. Todorov analiza el comportamiento y las decisiones que toman los conquistadores y los conquistados con el poco material que tiene. Es evidente que no entiende a Moctezuma Xocoyotzin, como muchos autores antes de él... pero hace lo que puede. Explica las carencias de los aztecas y destaca las superioridades que ayudaron a los españoles a ganar, como el mismo lo explica, no se trata sólo de añorar a los buenos indios y condenar a los malos españoles. Latinoamérica es ahora el resultado de esas conquistas y de su mestizaje. Se analiza todo desde un punto de vista que pretende abarcar tanto la historia de los conquistadores como de los conquistados, dar un por qué a sus decisiones, incluso a aquellas que carecieron de sentido para los españoles, que a fin de cuenta fueron quienes escribieron el relato de los vencidos.

En fin... antes de que empiece a divagar, que soy capaz de hacerlo, resalto un par de cosas interesantes. Hay una parte, cuando habla de Durán, que se avoca a conocer la cultura azteca para destruir cualquier rastro de rito pagano que, al encontrar demasiadas similitudes entre los ritos aztecasy los suyos propios no se le ocurre otra cosa que ya tuvieron un evangelizador antes. No, no es posible que todas las religiones se parezcan... lo primero que concluye es que alguien más ya les había hablado del cristianismo, o en su defecto, del Antiguo Testamento. Pero se me hizo una parte bastante interesante, porque Todorov tiene razón: alejados de ritos muy específicos, algunas costumbres y los nombres de los dioses, todas las religiones se parecen un poco.
Y esto: 
Para Cortés, la conquista del saber lleva a la del poder. Conservo de él la conquista del saber, aun si es para resistir al poder. Hay cierta ligereza en conformarse con condenar a los conquistadores malos y añorar a los indios buenos, como si bastara con identificar al mal pata combatirlo. Reconocer la superioridad de los conquistadores en tal o cual punto no significa que se les elogie; es necesario analizar las armas de la conquista si queremos poder detenerla algún día. Porque las conquistas no pertenecen sólo al pasado. 
Por supuesto, no puedo decir que estoy de acuerdo en todo con Todorov, pero comparto muchos de sus puntos y me hace pensar sobre otros de ellos. Claro que, como ya he dicho, esta no es una reseña al uso, porque sólo considero prudente recomendar el libro si alguien está de verdad interesado en el libro. Ya me imagino a alguien a quien el tema ni le va ni le viene, leyendo el libro: el remedio perfecto para el insomnio.