Divagaciones de una Poulain
by Nea Poulain

lunes, 6 de abril de 2015

Novia que te vea, Rosa Nissán | Reseña

Sinopsis: Si no nos tomáramos tan en serio podríamos pintar nuestra infancia, nuestra juventud como un jubiloso descubrimiento. Pero he aquí que no tenemos la capacidad nissaniana de enamoramiento, tampoco sabemos cuán cachonda es la tierra, ni oímos el lento paso del tiempo en las campanas de la iglesia, ni caminamos en los meses de lluvia en las veredas del Desierto de los Leones, porque queremos domar a los leones para poderles asestar nuestra obra. Rosa quiere que la posean y va diciendo: "Señor León, ¿sería tan amable de tomarme entre sus garras?" Con tal de que el león fuera judío los padres de Rosita estarían de acuerdo, porque el judaísmo lo traen en la médula de los huesos y a Rosita siempre la alumbraron con el candelabro de siete brazos y no vio más estrella que la de David. Hasta que pronto, y con todo y su numerosa prole, se convirtió en puras astillas de estrellas y el judaísmo fue una astilla más en el espacio sideral.

Yo aprendí de los judíos con este libro. Bueno, de los sefardí recién llegados a México desde Palestica e Israel y sabrá Dios dónde más en los años cuarenta. Al principio me daba curiosidad la manera en que estaba escrito, con muchas palabras sefardíes. Me tarde en encontrarle sentido a algunas de las largas parrafadas del abuelo de Oshinica, eso tengo que reconocerlo, porque era todo un personaje. Y no quería a su nuera, no mucho, al menos. 

En fin, la historia es el diario de Oshi, como decidí ponerle de cariño a la protagonista, que al principio no está muy convencida de eso de ser judía y después, conforme crece, lo único que quiere es evitar a toda costa el altar. No quiere vestirse de blanco y mucho menos que le encuentren novio. Hace rabiar a su mamá porque quiere seguir estudiando —y no para hasta que lo consigue—, mientras su hermano, destinado a hacerse un hombre de bien, quiere olvidarse de la carrera a la primera de cambio —lo que hace a sus padres rabiar, también—. Total como dice Oshi, si la que no quisiera estudiar fuera ella, le montaban una fiesta. 

Lo leí hace mucho y recuerdo que de más chica me daba curiosidad la vida de Oshinica. Y aunque el libro me gusta, tengo que decir que no la envidio en lo más absoluto: ella vive en una sociedad donde para la mujer conseguir marido es lo más importante. Mientras sea judío, todo bien. Su mamá no es que tenga urgencia por verla bien casada, pero no quiere verla de quedada. Y para alguien como Oshi, los veinte años son ya para las quedadas. 

El libro es, en sí, una gran crítica hacia todas aquellas costumbres que a la protagonista no le gustan o no le convencen. Todo visto desde los ojos inocentes de una niña, primero, y después desde los de una adolescente. Y como adolescente también se enamora y se dedica a besar sapos verdes. Algunos se convierten en príncipes, pero no pueden mantenerla, otros más no le agradan a la mamá. Todo lo vemos desde el punto de vista parcial de Oshinica, por supuesto, por lo que no tenemos ninguna otra opinión para contrastar, sin embargo Oshi tiene la voz fuerte y se queja: ¿por qué las mujeres no pueden aspirar a algo más que a ser fábricas de hijos?

Oshinica, aunque no parezca, me parece uno de los personajes más feministas que he visto en mi vida. De ideas claras y fuertes, pero encerrada en una sociedad. Un libro que ni se proclama feminista, ni nada por el estilo, y, aunque trata de una carrera desesperada porque Oshinica encuentre marido desde que sale de la secundaria, cumple el Test de Bechdel con creces. En serio. Quizá por eso lo recomuendo y lo releo una y otra, y otra, y otra vez. Me gustaría encontrar gente que hoy, pensara un poquito como Oshi. Nada más, para variar. 

sábado, 4 de abril de 2015

Las vírgenes suicidas, Jeffrey Eugenides | Reseña

Sinopsis: En menos de un año y medio, las cinco hermanas Lisbon, adolescentes, se suicidan. Los jovencitos del barrio habían estado siempre fascinados por esas inalcanzables jovenes en flor, y veinte años después, aquellos chicos ya en la frontera de la mediana edad, intentan desentrañar el enigma de aquellas lolitas muertas que siguen fascinándolos.

Esta no es la historia de las chicas Libson. O de sus suicidios. O de los chicos que quisieron ser sus príncipes y no supieron entender el llamado de ayuda de unas chicas que la necesitaban. Esta es la historia de la decadencia de un vecindario que empezó cuando Cecilia Libson logró suicidarse. El libro está narrado por los chicos que durante la adolescencia estuvieron fascinados por las hermanas Libson, todas rubias y angelicales desde la distancia, que intentan desentrañar el misterio de los suicidios. No estoy contando ningún spoiler porque el libro empieza, justamente anticipándote lo que va a pasar. 

¿Por qué? No lo sabes y los chicos tampoco. Nadie sabe lo que ocurre dentro de la casa Libson a ciencia cierta porque llega un punto en el que nadie quiere acercarse. Los vecinos del vecindario prefieren lamentarse y ser testigos de la desgracia ajena desde la comodidad de sus sofás, comedores o cocinas. En realidad, quizá el libro pueda decepcionarte si lo que buscas es el por qué de las Libson o un análisis a su psique. El libro no es eso. El libro es la historia de chicos que vivieron adorándolas desde la distancia y nunca se atrevieron a acercarse... demasiado; es la historia de los chicos enfrentados a sus demonios y a sus recuerdos ya cerca de la mediana edad y como el suicido de las Libson sigue marcándolos.

Es la historia de un vecindario y el deterioro de una casa, que empezó con el primer suicidio. Cecilia Libson, después del primer intento de suicidio, le dice al doctor, que no cree que tenga motivos para suicidarse: "Obviamente, usted nunca ha sido una niña de trece años." Todo lo vemos desde afuera. No podemos acercarnos nunca más de lo que se acercan los chicos y de los testimonios que han conseguido a lo largo de los años. Del padre de las Libson, de la madre, una mujer conservadora que mantiene a sus hijas en una jaula imaginaria, del único novio que tuvo Lux, de los maestros y los vecinos que saben tan poco como los chicos. 


Ante todo, no hay ningún juicio. El deterioro del vecindario, de la casa Libson, la actitud conservadora de su madre, el hecho de que las haya encerrado, el poco caracter del padre, no juzgan nada. Dejan que el lector sea quien lo haga, porque los narradores simplemente analizan los hechos y los canalizan en las Libson. ¿Qué las llevo a suicidarse? Therese, Mary, Lux, Bonnie, Cecilia... Son y de hecho nunca dejan de ser un misterio

El libro parece, por momentos, el eterno preludio de otra historia, pero no hay otra historia. Sólo hay unos chicos recordando el pasado, intentando desentrañarlo, pero olvidando que la única manera de conocer los porqués de las Libson es haciéndolas que se levanten de la tumba y preguntándoselos. Cosa imposible. En si, el libro está narrado magníficamente, con un tono nostálgico y melancólico que va aumentando a cada página. Quizá el problema es que no hay un clímax real, sabemos lo que va a pasar desde el principio y el autor pudo haber aprovechado eso de mil maneras, pero realmente no lo logró. De los personajes no puedo hablar porque los narradores hablan como un todo y los pocos personajes bien definidos son apenas dibujados desde los ojos de nuestros narradores, 

¿Recomendado? Absolutamente sí. Tiene sus altas y sus bajas, yo le daría un 2.5/5 cuantitativamente... pero bueno, no me gusta calificar los libros con un frío número, siempre prefiero que lean la reseña y se hagan su propia opinión valorando los puntos que elijo mostrar del libro.

jueves, 2 de abril de 2015

La naranja mecánica, de Anthony Burgess | Reseña

"¡¡POR FIN LO ACABASTE!!"
- Todo el mundo (el 10 de febrero de 2015, que es el día que estoy escribiendo esto)

"Estaba en el currently-reading desde 2013, carajo"
- Goodreads.

Sinopsis: La naranja mecánica es tan brillante, transgresora e influyente hoy como cuando fue publicada por primera vez, hace ahora cincuenta años. Una horripilante visión del futuro escrita en su fantástico lenguaje inventado que se convirtió en un clásico de la literatura moderna, así como en la base para la polémica película de Stanley Kubrick. El nadsat-adolescente Alex y sus tres drugos-amigos viven en un mundo de crueldad y destrucción. Alex tiene los principales atributos humanos: amor a la agresión, amor al lenguaje, amor a la belleza. Pero es joven y no ha entendido aún la verdadera importancia de la libertad, la que disfruta de un modo violento. En cierto sentido vive en el Edén, y sólo cuando cae (como en verdad le ocurre, desde una ventana) parece capaz de llegar a transformarse en un verdadero ser humano.

Parezca lo que parezca, que me haya tardado la eternidad en leerlo no lo hace malo. Simplemente dice que soy una persona sumamente olvidadiza... Nah, es que el libro estaba en mi iPad y me daba paja leerlo allí y no en el kindle porque me dolían los ojos. Debo ser la reina de las excusas. En fin, ¿qué tengo que decir de este libro? Al principio el hecho de que la mitad de las palabras fueran desconosidas me daba dolor de cabeza, pero después de la página 5 te acostumbras o has inferido el significado de todo. O has corrido al glosario nadsat- español y todo vuelve a ser claro.

El nadsat es un dialécto creado por el propio escritor que, según lo que googleé por allí, tiene raíces eslavas. Palabras desconosidas como Drugo, Cala, Pe y Me, moloco o joroschó nos acompañan todas las páginas. Y, o te las aprendes, o mueres intentando leer el libro. Quizá por eso no me atrevería a recomendarle este libro a cualquier persona, pero yo tengo que reconocer que es maravilloso, que juega con la lingüistica y exprime el lenguaje. Quien lo tradujo es un genio, también. 

Pasando a la trama, la podríamos dividir en tres partes: la primera en la que Alex y sus drugos practican la ultraviolencia, la segunda, cuando Alex está en la staja (prisión estatal) y la parte final, cuando al parecer ha encontrado una cura a la maldad. ¿Cura a la maldad? ¿A la violencia? ¿Eso existe? Y aunque existiera, parece decir el autor, ¿es algo válido? ¿Seguiríamos siendo los mismos aún con la violencia anulada de nuestro ser? Sobre cuestiones morales no resuelve absolutamente nada, eso sí, salvo quizá un poco al final. Lo que decidas creer sobre Alex o no, es tu asunto, como quien dice. Es una persona detestable, pero un personaje absolutamente bien construido. Además de todo eso, es un increíble narrador. Carismático, por sobre todo.


A mí el libro me ha gustado, así, llanamente. No le metería entre mis favoritos, pero apreció el valor que tiene. Como literatura distópica prefiero a otros, como Orwell, pero la ultraviolencia de Burgess tiene lo suyo. Ese sistema que no busca ser perfecto, pero sí experimenta con los presos siempre y cuando ellos accedan. ¿Y quien no accede, si le dicen que saldrá de la staja en menos tiempo (mucho menos tiempo)? Además, entre fanáticos y detractores del sistema, ninguno es bueno. Como quien dice, ellos buscan lo que quieren, se aprovechan de lo que quieren, y los demás que se vayan a chingar a su puta madre...

Sí, me gustó el libro, la verdad. ¿Lo recomiendo? Con reservas, sí. Si quieren meterse de lleno en la forma de narra de Burgess, si no les desagradan las escenas fuertes y si les llama la atención.