Divagaciones de una Poulain
by Nea Poulain

martes, 5 de febrero de 2019

Quién teme a la muerte, Nnedi Okorafor | #LCOceáno

Sinopsis: Mi madre me llamó Onyesonwu. Significa: ¿Quién teme a la muerte? Un buen nombre. Nací hace veinte años en tiempos difíciles. Irónicamente, crecí muy lejos de todos los asesinatos…
En el África postapocalíptica, el mundo ha cambiado de muchas maneras. Pero en una región, el genocidio tribal sigue asolando la tierra. Una mujer que ha sobrevivido la aniquilación de su pueblo y su propia violación vaga por el desierto buscando la muerte. En vez de encontrarla, da luz a una niña color de arena. Al crecer, Onyesonwu entiende que está marcada por la violencia de su concepción. Pero además comienza a manifestar señales de poseer una magia única, y durante una visita al reino de los espíritus se entera de algo trepidante: un ser muy poderoso la quiere asesinar. Su destino mágico y su naturaleza rebelde la llevan a un viaje en el que se enfrentará con la naturaleza, la tradición, la historia, el amor verdadero, los misterios de su cultura y la razón por la cual recibió su aterrador y poderoso nombre.

APAGA Y VÁMONOS, MEJOR LIBRO QUE HE LEÍDO. Fin de la reseña. Vale, no, no es el final, pero sí creo que este libro es muy bueno, muy interesante y muy hermoso. Para los asiduos a mi blog, ya sabrán que suele gustarme mucho como escribe Nnedi Okorafor (Akata Witch, Kabu-Kabu y Binti) y que ¡este mes la estamos leyendo en Libros b4 Tipos! (literalmente, lo puse en la entrada pasada). Gracias a ello, Océano nos mandó ejemplares de este libro, Quién teme a la muerte (aunque estamos leyendo Binti) del que están haciendo la #LCOcéano. Luego sí me preocupa que cuando me mandan algo o cuando recibo libros directo de la editorial (poco frecuente, la verdad) crean que voy a hablar maravillas, pero luego también recuerdo que soy brutalmente honesta y tengo estándares imposibles de alcanzar, entonces bueno, confíen en mí: este es un buen libro. ¿Por qué? Bueno, eso planeo explicarlo en una larguísima reseña que toca varios puntos sobre la historia.


La inspiración: el conflicto de Darfur


A pesar de que la historia se sitúa muy al futuro, en lo que que antiguamente fue el Reino de Sudán, la inspiración es muy actual. Dice la Wikipedia sobre el conflicto de Darfur:
es un conflicto militar por causa racial en curso en la región de Darfur, en el oeste de Sudán, principalmente entre los yanyauid, un grupo de milicianos formados por miembros de las tribus Baggara de los Abbala (criadores de camellos de etnia árabe) y los pueblos de raza negra, no Baggaras y principalmente agricultores.
Mujeres de Darfur
Es un conflicto de corte racial (y no religioso, como en la Segunda Guerra Civil en Sudán, entre cuyas consecuencias estuvo el referéndum que permitió la independencia de Sudán del Sur) entre árabes y negros. En el marco del conflicto, se ha usado la violencia sexual como arma de guerra y como ataque sistemático contra la población negra (para realizar "una limpieza étnica", que sí, es así de horrible como suena). La situación la explica mejor este artículo del Washington Post, si es que leen en inglés: We Want To Make a Light Baby. Si no, acá un párrafo del mismo artículo, traducido por mí (no soy traductora, tampoco confíen ciegamente en mí) que da una introducción al tema:
Las entrevistas con dos docenas de mujeres en los campos, escuelas y centros de salud en dos provicias capitales de Darfur mostraron reportes consistentes acerca de que los Janjaweed llevaban a cabo olas de ataques contra (específicamente) las mujeres negras africanas. Las víctimas (y otros) declararon que las violaciones parecían ser una campaña sistemática para humillas a las mujeres, sus esposos y padres y para hacer más débiles la ascendencial tribal. En Sudán, como en la mayoría de las culturas árabes, la etnia de un niño está lugara a la etnia del padre.

Sobre ello versa Quién teme a la muerte. Onyesonwu es una hija ewu de una mujer Okeke (de piel oscura) violada por un hombre Nuru (de piel clara). Su origen define como la miran los Okekes y los Nurus, como piensan de ella. En el libro, se dice que los ewu son hijos de la violencia (y, como tal, están predestinados a ella). El libro desafía esta historia múltiples veces, habla de las víctimas fuera de su papel de víctimas (lo cual es precioso). La madre de Onyesonwu sí está y no está definida por la manera en la que Onyesonwu fue concebida. No es sólo eso. Me gusta la manera en la que Nnedi Okorafor se acerca a la historia y cómo no deja que la violencia y el horror sea lo único que defina a los personajes.


Mwita y Onyesonwu 


Fueron mis personajes favoritos por mucho. Su desarrollo me gusta mucho y su evolución también. No son los únicos con una gran construcción y desarrollo: a lo largo de todo el libro, se nota que Nnedi se dio tiempo de darles a sus personajes personalidades, contradicciones, profundidad y motivos. Las amigas de Onyesonwu, Binta, Dita y Luyu también son personajes entrañables, cada una con sus propia personalidad y sus propios pensamientos. Pero por el momento quiero detenerme en Mwita y Onyesonwu. Me gustan mucho, con todas sus contradicciones y defectos. Creo que muestran perfectamente lo difícil de las relaciones humanas y lo difícil que es desaprender los prejuicios. Me gusta el enojo de Onyesonwu al verse apartada por ser mujer o por ser ewu, me identifico con su enojo al ver la injusticia y la entiendo cuando se enoja por nos saber algo (aunque también encuentro bastante acertadas las palabras que le dirige Aro al decirle que nunca podrá comprenderlo todo). Y veo a Mwita y también entiendo sus conflictos, sus ambiciones rotas, la envidia que no sabe cómo enfocar y veo su amor y me sorprenden todas las capas sobre las que está construido un personaje. Ambos son terriblemente complejos. Definidos por su destino y su futuro, pero aún así me encanta la manera en que Nnedi muestra que ambos eligen cómo enfrentar al destino.


Hay una escena de Mwita que les pegaría aquí si no fuera un spoiler como una casa, pero bueno, de él lo que quiero remarcar es que Nnedi nos muestra los prejuicios con los que crece y su manera de afrontarlos, de desaprenderlos y de intentar (aunque no lo logre siempre) ser una mejor versión de sí mismo. Me gustó mucho porque me suelen gustan esa clase de personajes y debo reconocer que lo que lo hizo mejor fue su crecimiento y sus contradicciones. La verdad es que toda la construcción de personajes hace que me quiera parar a aplaudirle a Nnedi. Y también de las relaciones entre ellos: complicadas, difíciles, como todas las relaciones humanas, pero también hermosas. La amistad y el romance en el libro fue algo que me gustó mucho.

El viaje del héroe 


Para quien acaso no lo sepa (que lo dudo, estamos en un blog literario) el viaje del héroe es un tipo de arco narrativo que suelen seguir las novelas de literatura fantástica (Harry Potter, por poner un ejemplo o El señor de los anillos), obras de ciencia ficción (Star Wars, sin ir más lejos), historias de aventura y misterio. Este libro no es una excepción a este tipo de arco narrativo (para Carl Jung, el vieja del héroe es componente del subconsciente colectivo) aunque, evidentemente, Nnedi lo adapta a su historia y a sus necesidades. Pero todos los elementos están allí.


La vida cotidiana de Onyesonwu, la llamada a la aventura cuando descubre sus poderes, el rechazo de esta llamada cuando una y otra y otra y otra vez es rechazada como aprendiz por su condición de mujer (algo que juega un papel importante en todo el libro, puesto que en la ciudad en la que vive la protagonista se habla de las tradiciones y del protocolo), el finalmente encontrar un mentor y ahí sí, la aventura, el cruce al otro mundo (que en esta novela es el desierto de Sudán), los amigos y los aliados. El arco narrativo está usado de una manera que a mí se me antoja, de verdad, exquisita. Le da mucha vida y profundidad a la novela. Quien teme a la muerte bebe de la fantasía tradicional y la alimenta con afrofuturismo y con las tradiciones y la magia de Sudán. La mezcla entre lo mágico y lo tecnológico es perfecta dentro de todo el libro y creo que tiene un equilibrio especial.

La vida de las mujeres


Quería dejar esto al final. Quería hablar de las mujeres del libro al final. Como ya mencioné, en el libro se junta la magia con lo tradicional, se habla de la violencia a las mujeres y, sobre todo, se habla de su sexualidad. Se habla de la ablación (la mutilación genital femenina), puesto que hoy, uno de los países donde más ocurre en el mundo es, precisamente, Sudán. En los años setentas, Nawal el-Sadaawi hablaba del fenómeno y de esta tradición por la cual se mutila a las mujeres (en el libro La cara desnuda de la mujer árabe) y hablaba, desde el punto de vista médico, de las observaciones que había podido hacer cuando había atendido a inmigrantes sudanesas en egipto. También, en ese libro, era muy clara en que la ablación no era una tradición que hubiera surgido con el Islam, sino que era mucho más antigua.


En el libro, es una tradición que está presente. Es algo normal. Para las niñas, el Rito de los Once es algo por lo que pasan toda su vida en la ciudad de Jawahir. En otras ciudades y pueblos, como en el lugar donde había crecido la madre de Onyesonwu, había sido abolida mucho tiempo atrás. Me gusta que, debido a la manera en que el rito aparece el libro, se cuestionen muchas cosas sobre la sexualidad de las mujeres, la manera en que hay quien cree que es una mutilación que se hace para protegerlas, que hay quien cree que es la única manera de resguardar su honor y el de la familia (porque este, claramente, se encuentra en el himen, ajá, sí, ejem). Además, la sexualidad de las mujeres y su libertad, es algo que en esta historia se une con la magia y me gusta cómo buscan ser libres de las imposiciones sociales.

En conclusión


Les recomiendo el libro. Léanlo. Se le pueden sacar muchísimas cosas: yo estoy segura de que me dejé muchísimas cosas en el tintero. Es una historia muy hermosa sobre la lucha por la libertad y por el cambio. Además, debo mencionar que me sorprendió la traducción al español, que está muy buen hecha por Raquel Castro y Alberto Chimal (para latinoamérica, en España el libro está/será editado por CronoCiFi y traducido por Carla Bataller Estruch, que tradujó Binti y también es maravillosa, me consta).

Es un libro del cual se pueden debatir muchas cosas, como de prácticamente todos los que he leído de Nnedi. Creo que se está convirtiendo lentamente en una de mis escritoras de fantasía (y ciencia ficción) de cabecera porque después de varias buenas lecturas, confío en un libro que traiga su nombre estampado en la autoría. De verdad, léanlo. Es una obra maravillosa y magnífica.

domingo, 3 de febrero de 2019

Binti, Nnedi Okorafor | #LeemosJuntas

Sinopsis: Su nombre es Binti, y es la primera de los himba a la que se le ha ofrecido una plaza en Oomza Uni: la mejor institución de enseñanza superior de la galaxia. Aceptar esta oferta significará abandonar su casa, su familia y viajar a través de las estrellas entre extraños que no comparten su forma de ser ni respetan sus costumbres. Lo que Binti no sabe es que el conocimiento le costará caro. Una sanguinaria raza alienígena, las medusas, amenazan su viaje y, para poder sobrevivir, necesitará la ayuda de su pueblo y de la sabiduría contenida en la Universidad. Ganadora de un premio Hugo en 2016, un Nébula en 2015 y nominada al Locus, Binti es una historia intensa y condensada. En Binti comprobaremos cómo funcionan los prejuicios con los que crecemos y cómo se desmorona este sistema de creencias cuando se trata de afrontar lo desconocido. Nuevos lugares, nuevos modos de comunicarse y el temido y a la vez cautivador contacto con el otro, ya sea una raza alienígena o una cultura africana, tan distante de la nuestra, que podríamos sentir de otro planeta diferente. Este viaje transformará a quien lo emprende de forma irremediable, sin posibilidad de volver atrás.


Cuando yo tenía menos de cinco años, mi mamá tenía una colección de Vanidades y Marie Claire que llenaban una repisa entera del librero. Mi mamá devoraba la vida de la realeza Europea, las biografías de estrellas de Hollywood, princesas, vedettes... Todo lo habido y por haber. También las novelas de Corín Tellado y las entrevistas de la Marie Claire. Le encantaban las ediciones donde salía Lady Di, llegó a tener varios especiales de su vida cuando murió. Esas revistas se quedaron allí mientras yo estaba ya en la primaria, acumulando polvo. ¿Por qué empecé la reseña con esta historia? Para allá voy. Las Marie Claire de los noventas solían traer siempre reportajes de dos tipos: cosas que ellas consideraban controvertidas (mamás solteras... por ejemplo) y cómo se vivía en otros lugares del mundo. Por otros lugares del mundo no me refiero a todo el mundo, sino a dos tipos de lugares: pueblos que habían sido parte de la URSS donde vivían muy mal (seguramente para mostrar las desgracias del comunismo, yo que sé) y tribus que habitaban lugares de África, América o Asia. Yo, a falta de lectura, devoraba eso (y las biografías sensacionalistas de la Vanidades y las malas novelas de Corín Tellado). 

Foto de un pedazo del reportaje
En una de esas revistas, había un reportaje sobre los himbas. Todavía la tengo. El reportaje se llamaba Las reinas rojas de África y... bueno, no puedo decir que estuviera muy bien hecho. Ese tipo de reportajes estaban dirigidos a un público específico y siempre estaban escritos con un lenguaje condescendiente hacia los habitantes del lugar del que estaban hablando. En el caso de los himbas, los mostraban como salvajes en algunos casos. Sin embargo, recuerdo que la primera vez que lo leí me quedé absolutamente fascinada. El texto qué. Las fotos me dejaron impresionada (yo, admito, era una niña fácilmente impresionable). Luego me olvidé de los himbas por un tiempo. Luego volví a leer el reportaje y me di cuenta de que los mostraba bajo una luz puramente occidental (que considera salvaje o incivilizado prácticamente todos los modelos sociales o formas de vivir que no son las esperadas). Pero así conocí a los himbas.

Binti estuvo en mis ojos desde el momento en que me percaté que Binti era una. Quería por primera vez una visión que no estuviera tan sesgada para mal. Quería algo que por fin me supiera a realidad y no a sensacionalismo. En Binti, una novela futurista de ciencia ficción, creo que encontré exactamente eso. Porque es algo bastante triste que muchas de las imágenes que nos llegan de otras culturas, muchos de los retratos vienen sesgados con una idea de que otras formas de vida son salvajes por ser extrañas o diferentes. Binti, en ese sentido, como libro, es diferente. No es condescendiente con el lector, no le tiene ninguna clase de deferencia. No sé pone a explicarle nada, simplemente presenta su mundo: ahí está, para el que quiera conocerlo. 

Binti es una novela corta pero creo que es muy poderosa en muchos sentidos. No sólo es la primera protagonista himba que conozco, es también una novela que habla del saqueo a otras culturas. Inglaterra y Francia y Estados Unidos y un montón de países de Europa están llenos de reliquias de América, de África y de Asia. Un montón de cosas que se fueron con las conquistas y el colonialismo para nunca volver. El mundo en el que vive Binti es igual. Pero es más grande, es más amplio, los humanos conocen mucho más de él y se mueven en diferentes planetas. Binti se enfrenta a Las Medusas que están dispuestas a todo por conseguir las reparaciones que quieren y recuperar aquello que les fue robado y que otros tienen expuesto como si fuera digno de un museo. Los conflictos, aun con todo el universo enfrente, siguen siendo los mismos. 


Hablando de más cosas por las qué me gustó el libro, tengo que decirles que adoro a Binti y su inteligencia. También sus ansias de conocimiento y su capacidad de armonizar. Creo que, si la conociera de carne y hueso, la admiraría. No porque sea perfecta, sino porque entiendo los ideales por los que hace las cosas. Me gusta el amor con el que habla de los himbas y el orgullo que demuestra por su cultura, al mismo tiempo que se atreve a romper tradiciones para ser ella misma, la curiosidad con la que habla de todo lo que le resta por aprender. Binti definitivamente es una protagonista de la que quiero seguir leyendo. Y seguiré leyendo, porque me quedan dos libros más por conocer.

Así que ya saben, un día pueden ser una niña como de ocho años leyendo fascinada un reportaje culero y después pueden tener veintitrés y estar leyendo un libro sobre el mismo tema que, de hecho, es bueno. Les recomiendo el libro, es la lectura del mes de febrero en Libros b4 Tipos y la estaremos discutiendo en un hangout los primeros días de marzo. Hablaremos del afrofuturismo, de Nnedi Okorafor, que es una autora que no me ha decepcionado con ningún libro que yo haya leído de ella hasta el momento (por lo pronto, les adelanto que la próxima reseña también es de un libro suyo) y de Binti. Sobre todo, de Binti. 

¡No dejen de leerlo!

viernes, 1 de febrero de 2019

¿Sexo contra sexo? o ¿clase contra clase? | Ensayos de Evelyn Reed

Sinopsis: Las mujeres de la sociedad precivilizada eran tanto económicamente independientes como sexualmente libres. En la sociedad comunitaria trabajaban junto con otras mujeres y otros hombres en beneficio de toda la comunidad, y dividían los resultados de su labor sobre una base igualitaria. Según las costumbres, decidían ellas mismas autónomamente acerca de su comportamiento sexual. No eran objetos que se pudieran poseer, oprimir, manipular y explotar. Como productoras y procreadoras eran la cabeza reconocida de una sociedad matriarcal, y eran tenidas en el más alto honor y respeto por los hombres. Sin embargo, cuando estos hechos fueron descubiertos por primera vez por los antropólogos del siglo pasado, estas versiones de las formas primitivas de organización social ofendieron y alarmaron a los guardianes del statu quo, exactamente como sucede todavía en nuestros días. Sus objeciones han tenido efectos negativos sobre el desarrollo sucesivo de la ciencia de la antropología, y han servido incluso para impedir y retardar la elaboración de una historia de la mujer que fuese auténtica y completa.

Hoy vamos a hablar de Evelyn Reed. Ella fue miembro del partido socialista de los trabajadores en los Estados Unidos y escribió para el periódico del partido mucho tiempo. Sospecho que varios de los ensayos y artículos que vienen en este libro fueron publicados allí. En general tengo algunas quejas sobre estos, pero bueno, vamos por partes. Primero las partes buenas.

El libro empieza con su ensayo titulado La mujer: ¿Casta, clase o sexo oprimido? donde analiza precisamente qué es lo que une o no une a todas las mujeres. A pesar de que difiero con Evelyn Reed en muchas cosas respecto a otras políticas, este ensayo me parece muy lúcido y muy bueno. Muchas teorías dentro del feminismo sostienen que las mujeres son una clase o casta aparte. Un ejemplo de ello, es, por ejemplo, el feminismo radical. Evelyn Reed refuta esa afirmación pues como muy bien dice, hay que situar el origen de un sistema patriarcal en la historia para hacer un análisis (puesto que es algo social, no es algo natural, ni surgió por osmosis). Para ello se remonta al surgimiento de la sociedad de clases y usa como ejemplo a los antiguos sistemas de castas:
Ni en el sistema de castas ni en el clasista –y ni siquiera en la combinación de los dos- las mujeres han constituido una clase o casta aparte. Las mismas mujeres han estado divididas en las distintas castas y clases que han formado el sustrato social.
De estos ejemplos, que muestran efectivamente como las mujeres siempre nacieron en distintas castas y tuvieron distintas obligaciones y distintos derechos, se mueve hacia el sistema de clases en el que vivimos en el capitalismo y, efectivamente, muestra como las mujeres están separadas por clase, refutando que, en efecto, sean una casta o clase aparte y dice que un término más correcto sería "sexo oprimido". Hoy, yo creo, que sería mejor decir "género oprimido" (el ensayo fue publicado en el 70, la manera de hablar ha cambiado desde entonces).
¿En qué relación se encuentran las mujeres con estas dos clases opuestas? Pertenecen a todos los estratos de la pirámide social. Las pocas que están en la cima pertenecen a la clase de los plutócratas; algunas pertenecen a la clase media, la mayoría al proletariado. Existe una enorme diferencia entre las pocas Rockefeller, Morgan y Ford, y los millones que viven con subsidios de todo tipo. Resumiendo, las mujeres, como los hombres, son un sexo interclasista.
Finalmente, niega que la opresión de la mujer tenga causas naturales. En lo que estoy de acuerdo con ella es que es, finalmente, un mensaje esperanzador. ¿Cómo cambias lo natural o lo que, efectivamente, ha existido siempre? Es poco menos que imposible. Pero lo social sí puede ser cambiado, derrumbado, reconstruido. Y eso es precisamente lo que es la opresión de las mujeres: no es natural ni tiene causas biológicas per se, sino que, finalmente, es uno de los pilares en los que se sostiene la sociedad de clases. Y el capitalismo, claro. 


En el segundo capítulo, que le da título al libro, retoma varios debates que conciernen a las mujeres y al capitalismo. Habla de la industria de la moda y de la belleza con perspectiva de clase y aunque creo que no me convence del todo su análisis completo, me gusta que se voltee a ver a estas industrias con una perspectiva de clase. Quienes imponen el canon de belleza y llevan a las mujeres a consumir en cosméticos, cirugías, moda, etcétera, se llevan unas ganancias millonarias. El canon de la belleza es dañino para las mujeres, pero lo peor son quienes se llevan el dinero a costa del sufrimiento y las inseguridades de... básicamente, la mitad del mundo.

 Dentro del mismo capítulo analiza si la competición o la rivalidad entre el sexo masculino y femenino es algo natural o social, algo que retoma a lo largo de varios capítulos, puesto que es el tema central del libro. Algo interesante porque le da una perspectiva histórica, pero no creo que sea en análisis más completo que haya entre estas páginas.

El siguiente capítulo es un discurso pronunciado por ella, que le da una visión histórica a la opresión de la mujer y que enfatiza en la necesidad de las mujeres de conocer nuestra historia. También se hace eco de cómo la antropología y la ciencia ha contribuido activamente a crear el mito de que la inferioridad de la mujer es algo natural. No tengo mucho que comentar sobre ello, porque es algo que retoma en los dos capítulos siguientes y hace análisis mucho más extensos. Habla de las mujeres en la antiguedad y del trabajo que estas realizaban, precisamente en la necesidad de hablar de la historia, de hacer visible nuestra historia.

Sin embargo, mi parte favorita de estos tres capítulos es el último, donde analiza de manera más extensiva si es o no es el factor biológico el que ha condicionado a la mujer (pista: no lo es).
Las mujeres, por naturaleza, no están obstaculizadas, respecto a los hombres,  por  sus  funciones  biológicas.  Y  en  la  sociedad  preclasista,  las  mujeres  no  fueron  inferiores  a  causa  de  su  papel  materno.  Se  las  tenía  en gran consideración por su doble función de procreadoras-productoras. La posición de la mujer en la sociedad, por lo tanto, ha sido determinada y   predeterminada   por   notables   condiciones   históricas.   [...]. Fue al surgir la sociedad de clases patriarcal cuando la estructura biológica de la mujer se convirtió en el pretexto ideológico que justifica proseguir con el alejamiento de las mujeres de la vida social y cultural, y el mantenimiento de las mismas en un estado de servidumbre.
Creo que a Reed aun le faltaba ser más clara con su estrategia, pero la parte en la que analiza los factores biológicos y sociales es la mejor de todo el libro. En cuanto a su recuento histórico, es el enésimo que he leído y no lo rescataría por entrañable, pero no es malo (aunque prefiero a Kollontai, con todo respeto, me parece todavía más claro). Recomiendo el libro, que pueden encontrar de manera gratuita en internet (concretamente, en el Marxist Internet Archive). Una lectura crítica de este puede ser bastante interesante. Si alguien lo lee, puede comentarme acá abajo que le pareció.