Divagaciones de una Poulain
by Nea Poulain

miércoles, 10 de febrero de 2021

El musgo en las ruinas, Paula Rivera Donoso | Reseña

El musgo en las ruinas
Sinopsis: El musgo en las ruinas es una compilación de tres cuentos de Fantasía que pretende cerrar una etapa importante en la creación literaria de su autora.
«Las lágrimas de Lianna» narra los dilemas existenciales de una joven sanadora marcada por el destino de su tribu para ser esposa y madre de héroes, roles que no entrañan ningún sentido para ella.
«Canción de grillo» narra el peregrinaje de una pequeña niña, maltratada por su madrastra y perseguida por el mal primigenio del bosque, hacia la transformación que supondrá su liberación.
«Memoria» narra la vida y aventuras de cuatro amigos que salen a los caminos del mundo en busca de legendaria ciudad del mismo nombre, morada de héroes.

El musgo en las ruinas es un libro pequeñito, que me encontró de casualidad hace años, pasó un tiempo en mi biblioteca sin que yo supiera cuando lo iba a leer. A Paula la conocí antes de saber que era ella la que escribía por escritos que tiene sobre Liliana Bodoc, una autora que nos ha unido un poquito. Alguna vez me pidió una reseña y a mí se me fue el pedo. Luego los caminos del internet nos reencontraron hablando de fanasía y por fin me decidí a sentarme y leer este libro pequeñito, sin saber qué iba a encontrar dentro de él. Soy una persona muy escéptica y práctica (por lo cual es curioso mi amor por la fantasía en la ficción) y no suelo creer en casualidades u otras historias (cosas de programadora) pero a veces hay libros que sí me dicen muy claro que llegan en el momento adecuado. El tiempo que dejé pasar para leer este libro me ayudó mucho a apreciar el trabajo de Paula y a leerlo bajo un enfoque muy especial

Al día de hoy algo que aprecio mucho es la sensibilidad en la narración. Me cansa mucho el tono de "realismo oscuro donde pasan cosas feas porque vivimos en una sociedad" y que la única manera que tienen muchos escritores de retratar la tragedia o la tristeza sea escribir una suerte de pornografía de la desgracia y terapia de shock. Acabé 2020 cansada de esa narrativa, sumida en muchos libros y mangas que hicieron que el año pudiera sobrevivirse (les juro que no he hablado lo suficiente de cómo Inuyasha, por ejemplo, me acompañó; o como leer muchos libros de Úrsula K. LeGuin hizo el tiempo más soportable). El musgo en las ruinas fue uno de los últimos que leí durante 2020 y fue como un faro alumbrando el camino. Quizá, sólo por eso, estuvo esperando su momento en el fondo de mi biblioteca digital. Llegó en el momento exacto. 

Ahora, si no les importa a ustedes, voy por partes.

«Las lágrimas de Lianna» tiene tono de mito. Entra de lleno de una dicotomía de mujeres sanadoras y hombres guerreros como único destino posible. Algo que me parece muy simbólico es que sean las lágrimas de las mujeres las que sanen a los guerreros y que estos no lloren nunca. Para Lianna, la protagonista del cuento, los roles a los que está destinada (ser madre y esposa de héroes) no es algo que entrañe ningún sentido, ni un destino en el cuál se sienta cómoda. Es muy común abordar las historias de las mujeres con una dicotomía de buenos y malos, sin muchos matices, sobre todo en ciertos movimientos literarios contemporaneos. Paula no pone el foco en una dicotomía que no tiene tanto sentido si nos paramos a ver los infinitos matices y a reconocer la diversidad del mundo y, en parte por eso, esta historia se siente llena de luces y sombras que van acompañándote en tu camino al leerla. 

Ilustración de Joaquín Torres Zavaleta
Ilustración de Joaquín Torres Zavaleta

Seguimos a Lianna en su búsqueda del ser y vemos como la dicotomía de los roles predefinidos va afectando su vida y todo a su alrededor. La prosa de Paula es muy cuidada y queda perfectamente con el tono de la historia (siento que esto lo voy a repetir un poco, pero me gusta mucho disfrutar lo que estoy leyendo, sobre todo cuando se trata de fantasía y la prosa que más recuerda a lo cinematográfico me llena muy poco, por ejemplo, al contrario que la de este libro). Creo que de las tres, por el tono de mito, es mi favorita. 

Toda su vida sin llorar por ella misma, al igual que tantas otras mujeres que la habían antecedido y que sin duda la sucederían.

«Canción de grillo» tiene tono de cuento clásico y me recordó a estar leyendo las compilaciones de Perrault o los hermanos Grimm por la noche... o incluso a Christian Andersen y quizá, de lejos, esas colecciones con algunos cuentos de Las mil y una noches, adaptados para niños, que llegaron a existir en mi casa. Nos presenta a una niña, a un bosque y a una madrastra. Casi todos arquetipos que conocemos o de los que hemos escuchado hablar en los cuentos. Recorre su historia y sumirse en su manera poética de contar (para mí no es lo mismo contar que nada más poner palabras en el papel, buscar esas frases que resuenan y nos llegan sin caer en lugares comunes o formulas repetidas y manidas por todos es un gran trabajo). Recuperar arquetipos de cuentos de hadas y usarlos, aprovechar todos sus matices y darles otros nuevos para romper con los cuentos e imaginarse otras formas de ser y de contar. 

Tal vez ambas nunca hayan estado tan lejanas la una de la otra, como tanto se habían esforzado en creer. Tal vez aquella mujer fue una niña como ella, frágil y asustadiza de su propia sombra al verla fundida con la de los árboles, como si estos hubieran querido revelarle su renegada monstruisidad.

La verdad es que no sabía qué esperar de Canción de grillo cuando empecé a leerlo. Me envolvió su niña y su bosque y el cuento me hizo caminar con él. Como experiencia de lectura, es algo que agradezco. La literatura que te obliga a poner atención para captar todos sus vericuetos (me gusta esa palabra, ¿sabían?) es esa que yo disfruto más. Esa que, aunque no entienda todas sus referencias, admiro la belleza de su lenguaje (lo que, al final, acaba inspirándome a leer y buscar más y seguir caminando con las palabras). Y este cuento es uno de ellos.

Arte de Sylvain Sarrailh
Arte de Sylvain Sarrailh

Finalmente, «Memoria» es el cuento más largo (quizá podríamos hablar de que se acerca a una novela corta, cortísima, pero no sé muy bien yo donde o cómo se deciden las diferencias). Me recordó al rol. Así, sin más. Yo siempre he jugado Vampiro, Pathfinder o partidas hechas a medida (sobre todo de Charmed, que siempre han sido mis favoritas) y eso siempre me hizo disfrutar el viaje más que el final. Dar vueltas y hacer que los personajes se detuvieran en las pequeñas cosas y contarlas siempre fue algo que me gustó. Primero, porque las pequeñas cosas pueden ser muy importantes en las historias, por mucho que en algunos sectores sólo haya interés por las grandes batallas, las grandes guerras y los grandes acontecimientos (sean esos cuales sean) y muchas veces son desdeñadas como parte del camino. Pero a veces lo que importa no es el destino, sino el viaje, y este cuento me recordó todo eso. Rescato varios pasajes de él, sobre todo aquellos en los que nos recuerda que los magos no están por encima de los campesinos que aran la tierra y cultivan el grano que nos da de comer.

Hablas de conocimiento y poder, como si trabajar la tierra no tuviera nada que ver con eso. ¿De qué nos sirve a todos nosotros el conocimiento y el poder si no tenemos alimento con el que mantenernos con vida o ayudar a los demás a mantenerse vivos? Los campesinos son hombres mucho más valiosos que nosotros, sin necesidad de leer grimorio alguno.

Arte de Alrynnas
Arte de Alrynnas

Disfruté mucho el viaje al que me llevó esta historia. Quizá no mi favorita entre las tres (porque es inevitable hacer ese tipo de apreciaciones), pero fue una que leí con gran cariño, recordando mi pasado rolero y mi amor por contar lo que pasa en medio de las grandes cosas. 

Para cerrar, les voy a contar que este libro se puede conseguir gratuito de manera digital en Lektu. Lo único que tienen que hacer es un pago social que, en este caso es un tuit. La edición es muy cuidada, lo que siempre aprecio (por la miopía, sobre todo, una que es ciega). Si quieren, pueden conseguirlo en este link. Si creen que alguna de las historias les va a gustar o es para ustedes, los animo a conocer a Paula.

viernes, 5 de febrero de 2021

Puente a Terabithia, Katherine Paterson | Reseña

Sinopsis: La vida de un adolescente llamado Jesse cambia cuando se hace amigo de Leslie. Los niños crean un mundo imaginario al que bautizan con el nombre de Terabithia, en el cual habitan toda clase de criaturas mágicas. A pesar de que sus vidas son complicadas y rutinarias, Jesse y Leslie son el rey la reina de Terabithia. Muy pronto, uno de los amigos debe hacer frente a una tragedia en su reino imaginario.

Hace muchos años, no me pregunten cuantos, no tengo tan buena memoria, en alguna clase de alguna escuela me pusieron a ver la película de este libro. Recuerdo que estuvo algunos años de moda, no sé para qué materias. En algún punto vi el libro, pero nunca le dije a mi mamá que lo comprara y pasó el tiempo y pasó el tiempo y pasó más el tiempo y siguió pasando el tiempo y creo que por algún motivo, lo olvidé. Reconozco que es difícil seguirle la pista a cada cosa que me interesa cuando me interesan tantas cosas y quiero leer desde un montón de lugares diferentes. He tenido épocas en las que sólo leí no ficción, épocas en donde sólo leí mexicanos o latinoamericanos, épocas donde sólo leí juvenil. Ahora estoy en una de esas épocas en las que quiero abordar la literatura de la imaginación y eso significaba, por supuesto, acercarme a libros que sabía que estaban esperándome desde hace mucho mucho tiempo. Katherine Paterson es una escritora estadounidense nacida en China, hija de misioneros (yo siempre juzgo a los misioneros por muchas y variadas razones, pero entre hijos de es siempre común encontrar escritores o artistas).

Katherine Paterson es miembro de Alianza Nacional de Libros y Literatura Infantil, una organización sin ánimo de lucro que aboga por la instrucción, la literatura y las bibliotecas. Investigué un poco sobre ella, me di una vuelta por su trayectoria. Datos es que ha ganado el premio Hans Christian Andersen y el Astrid Lindgren, algunos de los más importantes dentro de la Literatura Infantil y Juvenil. Pero cuando investigo la trayectoria de un autor de libros infantiles y juveniles, sobre todo cuando son tan renombrados, hay cosas o frases que me llaman la atención. Por ejemplo, es común que sobre Paterson se menciona que trata temes "difíciles", "complicados", "adultos" como la muerte. Es curioso luego como los adultos no consideran que la infancia pueda comprender los temas supuestamente difíciles. Quizá porque no los entienden de la misma manera que los adultos, porque los racionalizan de otra manera (y creo que Paterson en su escritora entiende muy bien esto, pero es sólo una conjetura). Hay no pocos libros que aborden la muerte, por ejemplo (y menciono este tema porque es justo uno de los que son centrales en Un puente hacia Terabithia), como Los rojos camaradas de Ana Romero o Buenas noches, Laika de Martha Riva Palacio. Pero siempre, siempre, sin fallar, son temas difíciles (y no recuerdo que me hicieran ruido en mi niñez: sólo recuerdo que los pensaba diferente pero a veces estas visiones de niños quedan atrapadas entre tanta adultez).

Este libro nos presenta la amistad entre Jesse y Leslie, dos niños muy diferentes, con imaginación despierta, sensibles, que tienen perspectivas muy interesantes sobre el mundo. Lo que quiero destacar por encima de todo es la tremenda sensibilidad con la que Katherine Paterson habla de la niñez. Una de mis grandes frustraciones en literatura infantil y juvenil es la ola de autores y editores que creen que los libros para niños tienen que tener una moraleja o enseñar algo que sea tan explícito que no pueda ser pasado por alto, esos que creen que para escribir para niños hay que escribir fábulas (malas, además) y presentárselas a los niños. Todo libro que haya sido concebido como una suerte de manual de comportamiento me pone de nervios. Paterson, en cambio, reconoce a los niños como personas. Los mira y comprende que no ser el niño más rápido de quinto año supone una decepción terrible y que los pequeños problemas se vuelven enormes sin ser condescendiente con ellos. Jesse y su sensibilidad con el arte, Leslie y su capacidad imaginativa llenan el libro.

Muchas veces la imaginación es desdeñada por la realidad, sin comprender que ambas cosas pueden caminar en el mismo sentido, relacionarse, juntarse y formar un ciclo infinito. Sin realidad no habría imaginación, no existiría Terabithia, este mundo del que Leslie y Jesse son reyes y que es sólo suyo, donde nadie más puede inmiscuirse. Me encanta esa importancia de tener un lugar íntimo, donde poder ser, sin más

Concept Art, Terabithia, Brendan Hefferman

Paterson es una escritora religiosa. Yo no. Y, voy a hacer aquí un paréstesis, a pesar de no serlo y declararme firmemente atea, sin creencias religiosas algunas, me gusta hablar de la fe en la narrativa y las historias que no tiene nada que ver con instituciones opresoras. (Es curioso, como cuando creciste sin ninguna relación con la religión, al margen de esta completamente, siendo sólo un acontecimiento curioso el ir a una boda o a un funeral, puedes acercarte a ella desde otros lares, aunque lo hagas a la distancia: me gustan los templos y los mitos cristianos como me gustan los griegos y los fenicios y los hindús y los árabes y desconfió de toda institución que acumula poder y no creo en nada, porque soy comunista y nada ha resonado en mí como Lenin hablando de ese tema).  

Este libro es uno de los libros más cuestionados en Estados Unidos en términos de religión. Sí, sí, para eso saqué el tema. Algunas cosas por las que el libro ha sido cuestionado nos podrían parecer ridículas, como que Jess use frecuentemente la palabra "Dios" no para rezar, sino como exclamación, pero otros ya son más curiosos, como que a los dogmáticos les enoja que el libro hable de aproximarse a cosas relacionadas con la fe desde otros lares y que haya simbología bíblica a la vez que mitología celta (hoy en, hot takes de Nea: decir "la mitología cristiana" es algo totalmente válido). En fin, la doble moral gringa. Justo me encanta como Paterson aborda el tema y como yo, que disiento excepcionalmente con ella, puedo leer y ver otra perspectiva en su literatura y pensar.

Por cierto, también es un libro que ha sido prohibido en muchas bibliotecas escolares por tener muchas... groserías, según los gringos, pero la traducción definitivamente no me dio esa idea y ahora quiero saber si es que sí tiene unas cuantas más en inglés o es la moralina común que rodea al middle grade gringo (demografía que, salvo unas cuantas obras que obvio son cuestionadísimas en gringolandia y que yo adoro, me tiene hasta la chingada porque ustedes creen que Estados Unidos es muy liberal, PERO NO, AMIGOS, eso pasa cuando sólo se asoma uno a Nueva York y a California; en general es un demográfico atascado por moralina barata, historias sin matices y un chingo de fast-food de buenos contra malos absolutos). 

Concept Art, Terabithia, Brendan Hefferman

El libro también aborda el duelo y lo inesperado. La absoluta falta de preparación con la que podemos encontrarnos para afrontarlo y todo lo que nos puede desatar. Su reconocimiento de la imaginación y lo poderosa que está es es muy bueno también. ¡No la desdeñen! Hace falta mucha para conjurar mundos nuevos, donde exista otra manera de hacer las cosas y creo que justamente por eso Leslie es mi favorita en todo el libro.

—Necesitamos un lugar —dijo ella— que sea sólo para nosotros. Será tan secreto que jamás contaremos a nadie en el mundo que existe. —Al columpiarse hacia atrás Jess arrastró los pies para frenar. Ella le habló, casi susurrando—. Debería ser un país secreto —prosiguió— y tú y yo seríamos los soberanos.
Sus palabras hicieron que algo se removiera en su interior. Le gustaría ser el soberano de algo. Hasta de algo que no fuera real.
—Vale —dijo—, ¿dónde podríamos tenerlo?
—En el interior del bosque, donde nadie pueda venir a estropearlo.

Creo que otra de las virtudes de Puente a Terabithia es la empatía de su narración. Los niños no son seres de luz que lo hacen todo bien. Me estresa esa literatura que se empeña en una narrativa de buenos contra malos. No la encuentro profunda ni interesante. Moralina, si acaso (y es por eso que la odio). En Puente a Terabithia también podemos ver que Jesse y Leslie buscan venganza de sus bullies, que no es necesario ser amigo de alguien para sentarse y escucharlo y que quizá hay relaciones que no se arreglan pronto y está bien. Todo a su tiempo. Hay cosas que no van a pasar y eso también está bien.

Les recomiendo mucho, como siempre que me gusta un libro, que lo lean y se acerquen a él. Creo que es un libro icónico por una razón: tiene múltiples lecturas y uno es capaz de ver más cosas cada vez que se asoma a sus páginas. Ya saben que trae sello de que Nea lo aprueba.

martes, 2 de febrero de 2021

Del fandom para el fandom: el trabajo transformativo

Esto es una compilación de casi todas las cosas importantes que pienso sobre el trabajo transformativo en el fandom. Concretamente, sobre el fanfiction. 

1. Primero, creo que valdría la pena aclarar un término: el trabajo transformativo toma algo existente y lo transforma (dada la redundancia); lo convierte en algo nuevo, le da un nuevo propósito, distinta sensibilidad u otra forma de expresión. El fandom es la contracción de "fan kingdom" y se refiere al grupo de personas que comparten una afición. No todo trabajo transformativo es parte de un fandom, pero dentro de él podemos encontrar fanfiction, cosplay, doujinshis, fanvideos, fanart, etcétera. Un poco de eso quiero hablar.

2. Me incomodan los creadores "originales" que buscan dominar a su fandom. No me cae mal que se involucren, pero sí que sientan que son los reyes de él. No, es un mundo para los fans. 

3. Dentro del trabajo transformativo, existe todo lo que puede existir bajo el sol. Sí, esa cosa que no habías pensando y te parece terriblemente mal, también. Hay que vivir con eso.

4. Quien crea que el mundo del trabajo transformativo es predominantemente blanco sólo se mueve en el mundo anglo o blanco del primer mundo (que, por supuesto, suele invisibilizar a creadorxs negrxs y racializadxs de manera sistemática). Muchas de las personas que escriben en inglés lo hacen buscando tener más público, desde lugares del sur global. A otros les da igual: escriben en su idioma y que entienda quien entienda. 

5. "El fandom es tóxico" es una afirmación enorme. También falsa. Todo fandom tiene sus lugares oscuros y "tóxicos" (o más bien, poco sanos), pero también los que no lo son. Aprender a alejarse de lugares que causan incomodidad es sano, pero también promover dinámicas que sean sanas en la creación de trabajo transformativo (cualquier clase de este). 

6. El trabajo transformativo no tiene por qué ajustarse a tus estándares de calidad para tener derecho a existir

7. Tampoco tiene que ajustarse a tu particular moral.

8. De hecho, no es que tenga derecho a existir: es que existe y punto.

9. Hablando de lo anterior: "hay fanfics escritos mejor que libros publicados" es un argumento engañoso para defender a los fanfics. Sí, los hay mejores, los hay iguales y los hay peores. Todos existen porque a alguien algo le gustó lo suficiente o lo inspiró lo suficiente para crear algo. No es contenido para ser consumido bajo estándares capitalistas, ni normies, ni mainstreams. No hay necesidad de defenderlo frente a esos públicos. Siempre habrá gente que lo desprecie; quédate con la que no lo haga.

10. Los fanfics no le están haciendo publicidad a nada. No se crearon para que otras personas conozcan el trabajo original y se adentren en él. Se crearon para quienes ya lo conocen. (Aplica también a fanarts y a todo lo demás). Que alguien llegue a un producto comercial por allí, a una serie o a algo de arte por allí es simplemente una consecuencia agradable. Léase: mi objetivo escribiendo de My Hero Academia no es que más gente lea o vea My Hero Academia porque lo creé para quienes ya son fans, pero si alguien lo lee o ve por eso, simplemente es agradable y sí, pasa con frecuencia.

11. El trabajo transformativo está fuera de cualquier esquema de publicación tradicional. Como dije, todos caben.

12. Despreciar a las mujeres porque leen fanfiction es rastrero. Y la mayoría de las veces, misógino. Lo mismo aplica para lxs miembrxs de la comunidad LGBT+ que lo leen y lo crean

13. Si alguien me dice que debería disfrutar lo que consumo sin buscar gay subtext o personajes del colectivo LGBT+ o lo que sea, lo único que oigo es que los haga a todos bisexuales (o gays o lesbianas o trans o no binaries o asexuales o lo que se les ocurra poner aquí). Unx fan teniendo una percepción en particular de un personaje no va a cambiar como lo ves tú. Regla de oro: no quejarse de los headcanons del resto. Son headcanons. Son personales. No están hechos para ser mainstream y nadie te va a obligar a que pienses cosas que no quieras pensar.

14. Escribir fanfic no es revolucionario de ninguna manera. Es, simplemente.

15. Sin embargo, los fanfics también están llenos de las ideas políticas de quien lo escribe. No menospreciar a lxs fans es una buena práctica.

16. De hecho, no necesitas justificar que estás haciendo algo rompedor o revolucionario: escribe y crea porque te gusta. De eso se trata todo esto. Todo lo demás viene después.

17. Dentro del fandom existe la cultura de la advertencia (o de la advertencia de la no-advertencia). Si hay temas fuertes, violencia o abuso, a menudo hay un letrero avisándolo (o avisando que hay temas fuertes, aunque no te va a avisar de cuales). Si algo te incomoda aléjate. Si tú creas, avisa al menos de que no advertirás: es algo amable. Un fanfic no es un libro. Y si a alguien le incomoda algo, no tiene por qué leerlo.

18. Criticar destructivamente un trabajo transformativo no le ayuda a nadie. Decir que simplemente quieren ayudar al creador a mejorar es rastrero. Hazlo desde la amabilidad. Deja el sarcasmo afuera. Los foros del tipo Los Malos Fics y Sus Autores (donde se hacían criticas llenas de sarcasmo y desprecio a los autorxs de fanfiction) no ayudaban a limpiar el fandom, sólo contribuían a que más gente dejara de crear. 

19. ¡Si algo te incomoda, no lo busques!

20. Respeta el contenido detrás de advertencias de contenido adulto. Casi todas las plataformas diseñadas para ello te lo advierten. Lxs creadorxs también hacen su parte en plataformas que hacen más difícil poner filtros. Si la advertencia está, lxs creadorxs hicieron su parte. Mentir sobre tu edad puede ser tentador y te puede ganar la curiosidad (a todos nos ha ganado), pero recuerda que la advertencia esté ahí por algo.

21. Ningún trabajo transformativo es educación sexual. Me atrevería a decir que nada dentro de la literatura, además, lo es.

22. La narrativa u otras formas de expresión artística si pueden ayudarte a comprender cosas sobre ti o a explorar cosas sobre ti. No está mal que explores tu sexualidad o identidad. Sólo recuerda el punto de arriba y aléjate de todo aquello que te incomode.

23. Hay muchos adultos en el fandom que quieren rodearse de niños impresionables y acosarlos o aprovecharse de su falta de experiencia. Sacar a esos adultos del fandom a patadas me parece muy poco, la verdad. Los sacaría a sillazos en su cara.

24. Lxs fandom moms me dan mala espina. Tanto como aquellxs que quieren que exista sólo contenido puro y apto para sus estándares morales (ni en literatura para eso, wey) como lxs que le muestran contenido adulto a adolescentes que no pidieron ser bombardeados con ese tipo de contenido. O quienxs sólo quieren un séquito de gente impresionable que les aplauda en una obvia relación de poder. Por favor, crea relaciones sanas en el fandom

25. Sí, hay discusiones éticas sobre los fanfics de personas reales. Y sin embargo, estas obras existen desde antes que el término fanfiction existiera. Matizando: estamos hablando desde antes de los años 60.

26. Si me lo preguntan, a mí personalmente los fanfics de personas reales no me encantan. Pero es importante recordar que la ficción es ficción y separarla de la realidad es importante. Tanto quienes crean como quienes leen. Si es algo que te incomoda, evítalo.

27. Del mundo modo, los fanfics de rayita o de "un personaje y tú" existen desde antes que el término fanfiction existiera. Despreciarlos abiertamente como cosas de "niñas rata" no hace que tú gusto súbitamente sea mejor. Si me lo preguntan, a mí particularmente no me gustan, pero no ando molestando. Gran regla esa: no andar molestando.

28. Puedes escribir lo que se te de la gana porque te salió de los bajos fondos. No necesitas contarle tu vida a nadie para justificarlo. De hecho, no cuentes tu vida en foros anónimos de internet. Es más seguro.

29. Si Canción de Hielo y Fuego no hizo que todo el mundo se volcara en relaciones incestuosas, tampoco lo harán los fanfics. La ficción no tiene que ser moralmente correcta todo el tiempo para transmitir algo o existir; la mayoría no la es, usualmente el subtexto tiene mucho qué ver con cómo es recibido cierto mensaje. Lo cierto es que es bueno reconocer que cosas como Flores en el ático (ah, ícono de mi adolescencia) llegan a más gente que un fanfic nicho que leen dos gatos. Es bueno que identifiques qué te incomoda y salgas corriendo y lo evites; o sea, si el incesto te incomoda evítalo.

30. Si el omegaverse te incomoda, evítalo. Es el legado de Supernatural en el fandom. Sí, puede abordarse de formas extremadamente misóginas y homofóbicas. También puede abordarse de formas más horizontales, inclusivas e igualitarias de gente que está intentando crear narrativas mucho más conscientes. Hay de todo. El fandom ha tenido mucho tiempo para darle vueltas en círculos a sus universos particulares.

31. No tiene caso alegar que no hay misoginia, homofobia, transfobia o racismo en el fandom. Todo eso hay en algunas esquinas: el fandom es oscuro y también está lleno de horrores. No está bien tolerar discursos de odio, pero estos no son exclusivos ni creados por el fandom. La sociedad es misógina, homofóbica, transfóbica y racista: el fandom es un reflejo adecuado de lo que ocurre y es trabajo colectivo cambiarlo.

32. Hay fanfics que se van a quedar en hiatus. Así es la vida. Dar un salto de fe y leer algo en proceso es agradable. Muchos autorxs te agradecerán que sigas su historia mientras está en publicación.

33. Las comisiones de fanfics son terreno peligroso. Si un día vuelve el mood de los abogados de Anne Rice, podría quedar en peligro todo el terreno fandomero (para quien no sepa, Anne Rice demandó a muchos creadorxs que fueron amenazados por abogados). Fanfiction y AO3 no te prohiben que linkees tu patreon o tu ko-fi nada más por sus huevos. NO LINKEES TU PATREON NI TU KO-FI EN PÁGINAS QUE LO PROHIBAN. El fanfiction existe porque no se puede lucrar con él. Y quizá quieras alegar que hay doujinshis a la venta: sí, son costos de recuperación, en general no hay profit porque, de haberlo, también lxs creadorxs se enfrentarían a demandas. Con los zines pasa igual: la gran mayoría son non-profit y sólo recuperan o donan a distintas causas. No le creas a quien te diga que puedes capitalizar tu hobbie: a veces necesitas que sea sólo un hobbie. Los fanfics pueden enfrentar demandas chungas si hay casos de lucro, especialmente en fandoms que tienen que ver con libros o con narrativa porque se puede alegar que uno se está metiendo en el mismo mercado de algo que está protegido por copyright. Y sí: muerte al copyright, pero también cuida a la comunidad fandom. Existe a pesar de los creadores originales de las cosas, no gracias a ellos.

34. "Ay, pero el fanfiction está lleno de fujoshis/fundashis". Sí, ¿y? También habrá cosas que te gusten a ti. Deja al resto en paz (y si acaso, busca sobre como las japonesas se adueñaron del termino fujoshi que, en un principio, fue para insultarlas); lee y disfruta aquello que te gusta.

35. "Ay, pero el fanfiction está lleno de romance". Sí, ¿y? Todo lo está. Y también hay cosas alejadas del romance. Búscalas: hay filtros.

36. En resumen: el trabajo transformativo no tiene que ajustarse a los gustos de nadie en particular para poder existir porque hay tantos gustos como personas. Sólo podemos esperar encontrar a alguien que sea compatible con los nuestros.

37. Las ship wars son estúpidas. No inicies una ni escales una ya iniciada; no contribuir al conflicto es una práctica sana para tener la esquina de cada uno bien limpia; no insultes a una persona por sus gustos en personajes 2D, no lo vale, no sirve y no vas a hacer que súbitamente le deje de gustar. Hay gente que shippea una cosa, hay gente que shippea muchas, hay gente que no shippea. Shippea y deja shippear, ninguna ship es superior. Una de las reglas de oro del fandom es esa. 

38. Seme/uke, top/bottom y pasivo/activo no son personalidades. Me incomoda mucho ver que se usan así en el fandom, porque un rol determinado en una relación sexual no tiene por qué definir tu personalidad entera. Me incomoda más cuando se utilizan en relaciones homosexuales (tanto de mujeres como de hombres) en una dicotomía masculino/femenino y a veces sólo retraten las mismas dinámicas desagradables y abusivas de la literatura romántica mainstream heterosexual. Que esto ocurra en el fandom es obviamente un resultado de que ocurre también en la literatura, manga y cultura pop LGBT+. No reproducirlo es buena idea: los personajes son mucho más de lo que hacen mientras cogen.

39. El fandom no siempre ha sido "woke". A veces se olvida, pero existieron archivos que no aceptaban trabajos de parejas homosexuales o archivos que obligaban a marcar las relaciones homosexuales como contenido para adultos, como si fuera algo pecaminoso que sólo los adultos pudieran ver, aun cuando la historia fuera apta para todas las edades. Por eso existió slasheaven, amoryaoi. La historia del fandom refleja muchas cosas: que la gente encuentra o arma lugares donde crear con libertad pero también hay gente que no quiere dejar que otra cree con libertad.

40. Hay mucho rechazo al fanfiction porque se ve como algo que hacen chicas adolescentes y el mundo adora odiar lo que le gusta a las adolescentes. Primero, odiar lo que le gusta a las adolescentes no te hace moralmente superior o más culto; segundo: no, las chicas adolescentes no son las únicas que están en él. 

41. "Escribir cosas originales es mejor que hacer fanfics". En realidad no hay un método cuantitativo que permita medir qué es mejor. No te pone en el banquito superior de la creación del arte despreciar otro medio y género. No todos creamos por las mismas razones. En la diversidad de visiones está la diversidad de perspectivas en lo artístico.

42. No me gustan las pláticas esas de "cómo convertir tu fanfic a original". Sí, puedes convertir tu fanfic a original y publicarlo. Lo que no me gusta es que se bombardee con eso a creadorxs en plan de convencerlos que es mejor crear fuera del fandom.

43. Las perspectivas gringas del fandom siempre me han parecido muy limitadas como mujer latinoamericana y mexicana. Me parece además, rastrero, cuando sólo saben ver obras culturales del sur global o del mundo oriental desde una perspectiva fuertemente occidental que no se abre a otras perspectivas. Miren otras perspectivas. Hay muchas formas de ver el mundo, el fandom es, en teoría, horizontal, y nos permite asomarnos, a través de trabajos transformativos, a otras visiones; igual que la literatura, por ejemplo. (Y no, excusar misoginia, por ejemplo, en que es algo cultural, también es algo rastrero: ¿creen que no hay mujeres en otras partes que luchan? Y así con otros tipos de opresión y discriminación).

44. Crea todos los headcanons que quieras.

45. Se usa con mucha libertad el término Mary Sue para descubrir personajas que son capaces y fuertes, pero no se usa Gary Stu con la misma frecuencia para los personajos que tienen las mismas características. Me pregunto cuál es el sesgo. [Inserte aquí el emoji pensativo].

46. El fandom es maravilloso y terrible. Mantén tu esquina limpia, barrida y trapeada. Lo disfrutarás más.

47. Nadie va a cambiar el mundo creando trabajos transformativos, probablemente. Pero, caray, sí se hace más disfrutable.

48. Existen trabajos transformativos que son verdaderos trabajos artísticos y literarios. Otros que no. Pero no importa porque nadie está aquí para conseguir el reconocimiento de la Academia

49. Disfruta el fandom y sus trabajos transformativos. No tiene que sentirse como un trabajo donde no puedes ni respirar o como una pesadilla. Filtra todo lo necesario para estar a gusto. Etiqueta todo lo necesario para estar a gusto. Es lo mínimo para ser empático con otrxs. No empieces ni escales conflictos innecesarios. Reconoce la diversidad de opiniones y de perspectivas. Abrázalas. Por eso el fandom es tan grande.

50. El trabajo transformativo es y existe. No le está pidiendo permiso a nadie. Tú decides qué haces con ello.