Divagaciones de una Poulain
by Nea Poulain
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domingo, 15 de enero de 2017

¿Y quién es Elenita? #AdoptaUnaAutora

Entrada para el proyecto #AdoptaUnaAutora.

Elena Poniatowska Amor, para ser más correcto. Nació en París, pero es muy muy mexicana. Es hija de un polaco de origen francés y de una mamá mexicana. Como nota curiosa, su padre era un príncipe, sobrino del último rey de Polonia y Elena renunció a su título nobiliario por su nacionalidad mexicana. Lo que es querer a un país. 

Elena conoció México a los diez años, pues llegó desde Francia a causa de la segunda guerra mundial. Sonaría poético decir que ya no se fue jamás, pero lo cierto es que fue a estudiar a Estados Unidos y a su regreso fue cuando decidió dedicarse al periodismo. Empezó trabajando en el Excélsior que, espero, sea un nombre que todos los mexicanos reconozcan; firmaba sus crónicas ―y aún hoy, el trabajo crónico de Poniatowska es impresionante―. Durante un año, publica una entrevista al día, pasando por las casas de reconocidos mexicanos: Amália Rodrigues, Juan Rulfo, Dolores del Río.

Y es cuando, dicen, empieza a interesarse por cuestiones sociales y el papel de la mujer mexicana. 

Publica su primer libro ―que no he leído― Lilus Kikus en 1962. Es una colección de cuentos ―que, espero, tengo que leer pronto―. Después de ese sigue Todo empezó en domingo y, finalmente, el que sigue, es el internacionalmente reconocido Hasta no verte Jesús mío.


Elenita ha recibido los doctorados Honoris Causa de la Universidad Nacional Autónoma de México, la Universidad Autónoma Metropolitana, la Universidad de Puebla, la de Sonora y del Estado de México, la de Guerrero, la de Chiapas y la de Puerto Rico. También el New School of Social Research de Nueva York, Manhattanville College y la Florida Atlantic University en los Estados Unidos y en Paris 8, La Sorbona y en Pau-Pyrénées, así como el Premio Mary Moors Cabot de periodismo en la Universidad de Columbia, Nueva York (2004), el de la Universidad Complutense, Madrid (2015), la Legión de Honor francesa (2003), el “Gabriela Mistral” de Chile (1997) y en 2006 el “Courage Award” de La International Women’s Media Foundation. El 19 de noviembre fue nombrada Premio Cervantes de Literatura en 2013. Como quien dice, es toda una personalidad en el ámbito literario y es casi imposible no conocer su nombre. Pero, exactamente, ¿quién es Elena Poniatowska?

El jurado del Cervantes describió su obra ―que no a ella― como «una brillante trayectoria literaria en diversos géneros, de manera particular en la narrativa y en su dedicación ejemplar al periodismo. Su obra destaca por su firme compromiso con la historia contemporánea. Autora de obras emblemáticas que describen el siglo XX desde una proyección internacional e integradora. Elena Poniatowska constituye una de las voces más poderosas de la literatura en español de estos días». Escribe crónica, novela, cuento, teatro y hasta poesía.

En su obra destaca especialmente el cuidado que le pone a la imagen de la mujer. Ha escrito trabajos biográficos de reconocidas mujeres como Tina Modotti, Angelina Belof y Leonora Carrington. Ese fue uno de mis principales motivos para elegirla como mi autora adoptada. La mujer es siempre una constante en su obra, aunque Elena también habla de las injusticias sociales ―es internacionalmente reconocida por su trabajo periodístico en La noche de Tlatelolco―. Se enfoca también mucho en la Ciudad de México, con toda su belleza y todos sus problemas. Así que, literariamente, esa es Elena. Y como primer acercamiento, eso es lo que les puedo contar sobre ella. Tengo planeado que la siguiente entrada sea sobre alguno de sus libros para hablar más a fondo sobre todos sus temas recurrentes y su manera de escribir. 

jueves, 8 de diciembre de 2016

Iniciativa #AdoptaUnaAutora

¡Hola! Obviamente me uní a esta iniciativa que lleva ya tiempo pululando por la blogósfera porque, bueno, soy yo, ¿qué esperaban? A mí no me pueden decir de iniciativas así sin que tarde o temprano me acabe anotando, pues. Así que vengo a contarles más o menos de qué va la cosa y a quien adopté y a animarlos a adoptar a la suya. De hecho, tengo a muchas autoras en mente, seguro cuando acabe con una me mudo con otra y así hasta el infinito. Peor bueno, empecemos por lo primero. 


¿De qué va la iniciativa?


Eliges a una autora. La das a conocer. Fin. 

Bueno, eso es la explicación simple, pero por otro lado...  ¿por qué es necesario darlas a conocer si se supone que cada vez hay más y tenemos nombres monstruosos como J. K. Rowling, Jane Austen, las hermanas Brontë y hasta, si quieren, Stephenie Meyer? Bueno, por la misma razón que J. K. Rowling escondió su nombre de mujer en las iniciales ―¿qué tal si por ser una mujer escribiendo fantasía no la leían?― o también la razón por la cual el nombre de Jane Austen nunca apareció en sus publicaciones sino que los libros eran escritos por "una mujer" o por la razón por la que las hermanas Brontë publicaron, originalmente, con pseudónimos masculinos ―Currer Bell, Ellis Bell y Anton Bell. 

Aunque no nos demos cuenta, la literatura femenina aún va un poco detrás. las escritoras se están poniendo a la par poco a poco, conforme la industria les va dando entrada, pero todavía hay que pelear mucho por ese lugar y por ese reconocimiento. J. K. Rowling no fue la regla cuando publicó, fue la excepción. Por ejemplo, si buscamos las listas de los diez mejores escritores de todos los tiempos, las listas están llenas de hombres ―blancos en su mayoría― y si acaso, alguna mujer por ahí, a veces a simple vista, a veces escondida bajo un pseudónimo masculino, como George Elliot, por ejemplo. 

En fin, que todavía creo que es necesario dar a conocer las joyas que escriben las mujeres. 

No es que les de prioridad o que crea que por ser mujeres escribirán mejor. No, es simplemente que creo que si se encuentran en desventaja en la industria editorial, hay que darles una oportunidad de darse a conocer y que mejor que apoyando iniciativas como esta. 

Ahora sí, ¿a quién adopté?


Tengo muchas ideas de autoras sobre las que hablar, pero para empezar elegí a una mexicana: Elena Poniatowska. Me podrán decir que es famosa hasta las trancas, pero me duele lo poco que la veo en los blogs y en booktube. Necesita que más gente la conozca. Como esta entrada no es para darla a conocer, sólo voy a dejar una pequeña semblanza de ella para que quien sí no tenga ni idea de quien es sepa un poquito y les cuento que planeo hacer con ella. 

Elena Poniatowska Amor, hija de padre francés de origen polaco, Jean E. Poniatowski, y madre mexicana, Paula Amor, nació en París, en 1932. Primera mujer en recibir el Premio Nacional de Periodismo, entre sus obras se cuentan “La Noche de Tlatelolco”, un clásico desde su publicación, al que se le otorgó el Premio Xavier Villaurrutia que rechazó preguntando quién iba a premiar a los muertos. Sus novelas y cuentos son “La flor de lis”, “De noche vienes” y “Tlapalería”, “Paseo de la Reforma” “Hasta no verte Jesús mío”, la vida de una soldadera mexicana, “Querido Diego, te abraza Quiela”, “Tinísima” ganadora del Premio Mazatlán (1992), “La piel del cielo”, ganadora del Premio Alfaguara de novela 2001 y “El tren pasa primero”, sobre la vida de los ferrocarrileros mexicanos, Premio Internacional de Novela Rómulo Gallegos (2007). “Leonora” obtuvo el Premio Biblioteca Breve Seix Barral (2011). “El Universo o nada” (2013) es la biografía del astrofísico Guillermo Haro. “Rondas de la niña mala” es su primer libro de poesía, y cinco libros de cuentos para niños. “Boda en Chimalistac”, “La vendedora de nubes”, “El burro que metió la pata”, “Sansimonsi” ilustrado por Rafael Barajas El Fisgón y “El Niño Estrellero” por Fernando Robles.
Así que aquí encontrarán reseñas y otras cosas diferentes sobre ella. ¡Ya verán! Que es una mujer que ha marcado escuela en México y que merece muchisisimo más amor de la blogósfera del que está recibiendo, así que me encantaría cambiar eso. ¡Bienvenidos a #AdoptaUnaAutora!

viernes, 8 de julio de 2016

Libros mexicanos | Mini reseñas

Esto de poner mini reseñas, cosa que ya había hecho antes, pero no con frecuencia, me están ayudando a recomendar libros que nunca reseñé porque no encontraba qué decir como para llenar una entrada entera. Esta vez quiero hacerle honor a los libros mexicanos. ¿Por qué? Bueno, últimamente, me doy cuenta de que todos los blogs tienen una cantidad exagerada de libros que vienen de Estados Unidos, Inglaterra, a veces Australia, a veces Irlanda. A veces, reseñan libros chinos, japoneses, coreanos. A veces, español (especialmente si el blog es español). Rara, muy rarísima vez, hay africanos, latinoamericanos, o escritores del oriente medio. En un intento de solucionar eso, esta vez voy a recomendar tres libros mexicanos con sus respectivas mini reseñas.

Estos en especial son libros que definen a México y son parte de nuestra historia, no libros cualquiera. Hay algunas omisiones (lamentablemente) pero no podía ponerlos todos. Ya habrá otra ocasión. 

Pedro Páramo, Juan Rulfo


Sinopsis: Años cuarenta del siglo pasado. Alentado por su madre en el lecho de su muerte, Juan Preciado viaja cargado de ilusiones en busca de su padre, a quien no conoce. Pero al llegar a Comala, el lugar donde le dijeron que vivía, sólo encuentra recuerdos... Los recuerdos de todo un pueblo en torno a ese hombre, Pedro Páramo: de cómo se convirtió en el patrón de la hacienda más importante de la región; de cómo mató, extorsionó o utilizó a todos sin escrúpulos; de cómo se enfrentó a la revolución; de cómo, por culpa de su frustrado amor por Susana San Juan, terminó por pudrirse en vida... y Comala entera con él. 

Vine a Comala porque me dijeron que acá vivía mi padre, un tal Pedro Páramo

Esa frase es mítica. Así empieza la búsqueda (¿búsqueda?) del padre de Juan Preciado, un tal Pedro Páramo. Pero parece que ya no queda ningún Pedro Páramo, sino sólo una leyenda. Un hombre que usó, abusó, extorsionó y mató. También embarazó. También amó a Susana San Juan. Juan Preciado va poco a poco buscando entres los recuerdos y la leyenda del que fue su padre, en Comala, que parece estar podrida en vida (¿vida?). Más bien, parece que Comala es un pueblo lleno de almas en pena.

Con esa frase de arriba empieza una de mis novelas favoritas. Pedro Páramo debería ser lectura obligatoria en las escuelas, pero ya si quieren me conformo con que sean cuentos de El llano en llamas (también de Rulfo) sólo que sin censurar (alguno lo censuraron en un examen). Más que nada porque me acuerdo de Aura y me imagino que si Pedro Páramo fuera un libro obligatorio, igual un día le toca leerlo a la hija/o de un funcionario. Igual y, quien sabe, al niño no le gusta. Igual y alguien le va con el cuento al papá/mamá. Igual y no saben de que es el libro o igual y sí. Pero igual y lo consideran malo para los niños y pasa lo que Aura y lo prohíben. 

Aunque viéndolo así, se pondría de moda. Las ventas subirían como la espuma (como las de Aura de Carlos Fuentes en su momento) y todos querrían leer Pedro Páramo (ahora sí, de a de veras). Pedro Páramo es la historia de muchos pueblos de México, hundidos en la pobreza y en la miseria, manejados por terribles terratenientes dispuestos a todo. Pedro Páramo es una historia de almas en pena y un poquito de amor (por Susana San Juan). Es salir a buscar un padre (si es que alguna vez lo fue) y encontrarte con su leyenda. Pedro Páramo es México. Y por eso, sólo por eso, por favor, léanlo.

Hasta se los paso gratis si hace falta. Casi como que se los regalo. Pero lean Pedro Páramo, por favor. 

La región más transparente, Carlos Fuentes


Sinopsis: La región más transparente es la primera novela mexicana a la que podemos aplicar el término cosmopolitismo, debido a la tesis que sostiene sobre la conformación de la ciudad a partir de diversos orígenes, ideas y clases sociales. Su título proviene de una expresión de Visión de Anáhuac, ensayo que va y viene de la crónica a la viñeta histórica, del poema en prosa a la estampa costumbrista, escrito por Alfonso Reyes, y que sirve como punto de partida a la novela, ya que utiliza la Decena Trágica (acontecimiento histórico con el que culmina el ensayo) como inicio del rumbo que tomará la vida de los moradores

Este libro también es México. Pero es un México diferente. Pedro Páramo es la miseria de los pueblos y la pobreza. La región más transparente son los nuevos ricos después de la revolución y es la clase media. Es, además, la ciudad de México después de la revolución y un montón de historias entrelazadas unas con otras, de la revolución para adelante. Es esa resignación perpetua de que aquí nos tocó vivir, en la región más transparente del aire. (Sí, de ahí sacó Cristina Pachecho el título de su programa). 

Este libro lo leí en la prepa. Teníamos dos meses, porque todos saben que no tiene poquitas páginas. Lo leí en cuatro días, antes del día de revisión. A mi profesora no le interesaba qué habías entendido o qué habías analizado. Hacía cinco preguntas medio estúpidas a los que se quedaban a la mini evaluación (nombres de personajes, parentescos obvios) y al final te preguntaba tu opinión. Podías ponerle que era el mejor libro de tu vida o una mierda putrefacta, no importaba, pero ya te había hecho leerlo. 

Desde ese día hasta entonces, no me he cansado de decir que sí, La región más transparente es en parte el México post revolucionario. Como que nunca salimos de la revolución, como que nos atacaron los caudillos, el gobierno, los nuevos ricos, los viejos ricos que, milagrosamente, seguían ricos. Como que ahora, en nombre de la revolución, hablan unos y otros. Pero ¿qué significó realmente? Quien sabe. Aquí la protagonista es la ciudad. La región más transparente del aire, qué le vamos a hacer.

La noche de Tlatelolco, Elena Poniatowska


Sinopsis: La noche de Tlatelolco es el testimonio más completo y más emocionante sobre el movimiento estudiantil que cambió la historia de México y sobre el crimen de Estado que le puso fin. A partir de su aparición en 1971, década tras década y generación tras generación, ha sido la fuente primordial para quienes quieren saber qué sucedió en 1968, pues recoge y transmite el clima de enorme alegría que reinó durante el movimiento, su cauda de asombrado dolor y la decisión compartida de no olvidar. El libro de Elena Poniatowska, leído y releído por cientos de miles de personas, es uno de los mayores clásicos en la historia de nuestras letras y su inigualable prestigio se debe a sus extraordinarias virtudes. Bajo la modesta apariencia de una simple reunión de voces recogidas por una periodista, se esconde una inusitada perfección en el arte del tejido, una notable capacidad para transmitir, mediante el recorte y el entramado, Estados de ánimo, ritmos crecientes, gritos y silencios, colores y gestos. En la sencilla prosa coloquial con que la autora toma nota de lo que le dicen sus testigos, late y es perceptible aún hoy, a más de cuarenta años de los hechos que narra, la valentía y la emoción de la cronista y de las voces que recoge; esa valentía y esas emociones encienden las páginas rebeldes, resistentes, de este libro entrañable: un riquísimo y enorme mural de voces que vienen de todos los rincones de la sociedad y que dio vida para siempre a esa noche de sangre y fuego que el gobierno en turno quiso ocultar a toda costa, uno de los momentos más dolorosos de nuestra historia.

Muchos historiadores, intelectuales y pendejos comunes dicen que hay un México antes del 2 de Octubre de 1968 y un México después del 2 de Octubre de 1968. No sé si sea verdad. Yo nací en el '95 así que no tengo ni idea. Dicen que es algo así como antes de Cristo y después de Cristo. Sí, ejemplo pendejo, pero qué quieren, a estas horas mi cerebro está pensando en otras cosas. Bueno, Elena Poniatowska escribió un libro dedicado al 2 de octubre. O más bien, compiló una serie de fotografías, entrevistas y las puso en un libro hablando del movimiento y de la noche de Tlatelolco. Incluso hoy, las cifras exactas de muertos son estimaciones.

Cuando Octavio Paz añadió Postdata al Laberinto de la soledad, tuvo que recurrir a diaros extranjeros para encontrar una cantidad que se asemejara a la realidad, pues en México los muertos no eran más de veinte. Los Bichir aparecieron en una película que se grabó sin permiso y que estuvo prohibida muchísimo tiempo; aún hoy, si quieres ver Rojo Amanecer te tienes que resignar a la mala calidad de las copias que quedaron. El 2 de octubre es como un tabú y Elena lo rompe todo. Entrevista a los que estaban a favor del movimiento, a los que no, a los que no tenían ni idea de nada. A los que lo traicionaron y a los que no. Los que huyeron y los que acabaron en la cárcel. Los periodistas que lo vieron. A todos los que pudo. 

Así que este libro que es más periodístico también es impresionante. Es el primero y el único (#VergüenzaSobreMiVaca) que he leído de Elena Poniatowska. Recomendadísimo, pero eso no hace falta decirlo. Si hice estas mini reseñas es para recomendar libros mexicanos que valieran la pena, no les iba yo a poner aquí a Carlos Cuauhtémoc Sánchez o a Trejo. No, puro libro de calidad.

sábado, 21 de febrero de 2015

Oscars Literarios (IV)

Nombrar lo mejor y lo peor de cada año el sábado antes de los Óscares ya es costumbre. Dann fue el primero en hacerlo en su blog: Ratonera de un cuasi-escritor. El recuento es de lo que leí el año pasado (febrero 2014 - enero 2015, que se pueden consultar en mi perfil de Goodreads o el año en que me de por hacer las reseñas aquí). Así que, pasando a cosas importantes, los premios a lo mejor de mis libros el año pasado es... 

Este año, la música, cortesía de A. C. Newman, Prophets, del albúm Get Guilty.

Mejor trama


Se lo queda Los días del venado, de Liliana Bodoc. Le debo una reseña en condiciones (aunque ya tiene una Plusbits), pero es que el libro es amor puro. Muchas referencias a las culturas prehispánicas en américa latina, desde los husihuilkes que habitan los Confines, los zithahay de Beleram y los Señores del Sol que me recordaron demasiado a los Aztecas. Además la manera de escribir de Liliana Bodoc no te hace extrañar la acción y sabe hilar, perfectamente, los hilos de la trama y urdir intrigas de todo tipo ¡y todo el tiempo! Además, crea un universo mágico y te hace desear conocerlo... aunque pasen tantas desgracias en él, pues no le tienta la mano a la hora de hacérselo pasar mal a sus protagonistas.

Es, como suelo decir, una de esas escritoras rompe kokoros, porque la verdad, me tardé en terminar el libro por falta de valor. Liliana no se tienta el corazón en ningún momento y a veces George R. R. Martin se queda corto en comparación con ella.

Mejor escritor


David Mitchell, por Cloud Atlas, El Atlas de las Nubes, un libro en el que, aunque la historia es buena, la forma es lo que importa, la manera de entrelazar un diario de viaje, las cartas a Sixmith, una novela de escenas cortas sobre una periodista que buscar deshacer un misterio, un relato de un editor inglés que posteriormente se vuelve película, un interrogatorio, o entrevista, según se vea a un clon rebelde y finalmente, un relato hablado (con todos los errores de gramática y sintaxis que eso conlleva). Parece, por momentos, que lo que importa no es en sí la historia, si no la forma. Un libro precioso, cuyo autor supo cómo hacer para mantenerte en vilo. (También, por cieto, hay una adaptación cinematográfica que es muy buena).

Mejor protagonista masculino


Kyril, de Los novios búlgaros, un búlgaro que huye de Bulgaria en busca de riqueza fácil y se encuentra con un caballero dispuesto a dárselo todo. Un personaje gracioso hasta cierto punto, sin miedo a la muerte, al que le faltan escrúpulos y quizá un poco de moral, pues está dispuesto a todo para conseguir algo de dinero, hasta a lo ilegal. Incapaz de estarse quieto, con un mal gusto que se hace notar en su forma de vestir y en esa cadena dorada gruesa que quiere para el cuello, con una moto y demasiadas multas, siendo el chófer de un caballero sin carro se va abriendo paso por Madrid.

Mejor protagonista femenino



Se lo lleva la única chica capaz de hacerme leer más libros de Scott Card: Petra Arkanian. Medité mucho antes de dárselo, porque parece que en los libros de Scott Card el único propósito de las mujeres, por más  genios militares que sean, es casarse y tener hijos (y la mayoría acaba deseándolo a los quince años con una vehemencia que yo nunca he tenido). De preferencia muchos hijos. Pero Petra es Petra y lo merece. Porque deseó ser la madre de una nueva raza (y de hecho, lo fue, aunque no haya visto crecer a sus hijos) y libró una guerra... y me hizo seguir leyendo esos libros. De verdad, Petra se lo merece. 

Mejor comic/manga/novela gráfica



La categoría que se estrena (porque la mitad de las cosas que leí en el año fueron manga y comics) es para xxxHolic, de las CLAMP. Nada lo supera, aunque fieles a su estilo, las CLAMP me dejaron con mil y un dudas al terminar de leer todos los tomos, pero los personajes valieron la pena. He de decir que aun no he visto el anime y no quiero verlo por miedo a que me arruine la percepción que tengo del manga (cosa que me pasó con X, pero al revés). Y tampoco me he leído xxxHolic Rei, pero lo tengo pendiente (y tiene el listón demasiado alto).

Mejor personaje secundario femenino



Para La inocente, La destrenzada, Wilkilén, de La saga de los confines, en especial, por Los días del fuego. El personaje de Liliana Bodoc se caracteriza por su inocencia y su manera de ver la vida. Por andar con trenzas y hacerse amiga de la muerte. Un personaje que aparece muy poco a lo largo de la saga, pero sus apariciones siempre son oro puro. ¿Quién más se atrevería a decirle a la Muerte que es una vieja senil y ofrecerle trenzarle el cabello y pintarle con añil las líneas de la mano? Bueno, pues Wilkilén, que crece a lo marco de tres libros, y nosotros la vemos crecer.

Mejor personaje secundario masculino



Kostya, de Guardianes de la noche (y los libros siguientes). Aunque en realidad su papel en Guardianes del Crepúsculo fue el que me hizo darle este lugar. Kostya es Kostya y... realmente no sabía que esperaba de él: si un rebelde, un renegado o un antagonista. Pero Kostya es sólo Kostya y en eso radica que me haya gustado, no es precisamente un vampiro al uso, tampoco un otro al uso, y mucho menos un personaje que puedas clasificar en ninguna parte. Los sentimientos entre paternales que despierta en Anton al principio de la saga y, finalmente, las sospechas que van acabando con él... Un personaje perfecto, redondo, humano...

Mejor libro no ficción



Es, sin ninguna duda, para La noche de Tlatelolco de Elena Poniatowska. Lo más notable de no ficción que leí el año pasado. No entra precisamente en la categoría de ensayo y no pretende narrar los hechos del 2 de octubre de 1968, pero es una compilación de anécdotas y entrevistas que se dieron lugar esa noche y en genera, durante todo el movimiento. Un libro interesante, de por sí. Le debo una reseña también, pero esa quizá, quizá, se tarde un poco en llegar, porque no sé con que palabras describir este libro, porque aunque cuenta la historia, no es, en ningún momento, objetivo, tiene demasiados puntos de vista entremezclados. 

Mejor libro



Definitivamente, para Two Boys Kissing, de David Levithan. Hermoso en todos sentidos... de hecho, pueden leer la reseña que le hice. Básicamente califico al libro como una sucesión de palabras muy bien acomodadas con situaciones demasiado cotidianas que se vuelven extraordinarias cuando las lees. Lástima que aun no esté disponible en español (y de hecho, dudo que llegue a estarlo alguna vez), pero si pueden leer en inglés, se los recomiendo mucho. Lo mejor de todo, quizá, sea que no necesita apelar al drama para hacerte pensar o enternecer. Simplemente necesita mostrarte escenas cotidianas.