Divagaciones de una Poulain
by Nea Poulain
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viernes, 6 de noviembre de 2015

Recuento de los daños | Octubre 2015

A lo que yo tuve todo el verano hay quien le llama bloqueo lector. Yo le llamo vagancia extrema. Y ni me preocupo. Si las ganas de leer se fueron, ya regresarán. Pues bueno, este Octubre regresaron, pero con ganas, así que este es el recuento de todo lo que leí en Octubre: 

Orange Is The New Black, Piper Kerman


Interesante, pero de ahí no pasa. Me encanta como la serie hace bastantes referencias al libro, aunque es increíblemente diferente. Piper Kerman no me ha acabado de caer demasiado bien en sus memorias, pero evidentemente hace un mucho mejor trabajo que Chapman. Creo que quizá, por el carácter más o menos crítico de Piper en algunas partes de este libro me esperaba un poco más: es cierto que critica al sistema penitenciario, pero lo hace demasiado por arriba y no me acaba de convencer; además de que una vez que lo ha criticado vuelve a centrarse en su situación como si nada, como si nada hubiera cambiando. En fin, es su libro y ella elige contar su historia como quiere. El libro es bueno, es interesante, no demasiado interesante, pero si les gusta la serie y tienen curiosidad, no se lo pierdan. 

Las uvas de la ira, John Steinbeck


Ya algo que no haga dicho en la reseña no creo que vaya a decir en este párrafo. Este maravilloso libro se ganó un premio Pulitzer más que merecido. Es realismo social y retrata perfectamente la realidad de los inmigrantes de la Gran Depresión... y quizá la de los de hoy en día, porque la historia no cambia casi nunca y de hecho, muchas veces se repite. Está inspirado en una serie de artículos periódisticos que escribió Steinbeck (que creo que en alguna parte pueden encontrarse). Me ha encantado y se ha llevado un cinco de cinco en Goodreads aunque a mí eso de calificar por estrellas todavía no me convence. La verdad es que fue una muy buena manera de volver a leer (porque ya había dejado este libro empezado desde Agosto, imagínense). 

The Caged Virgin, Ayaan Hirsi Ali


Creo que lo más relevante de este libro es saber quién es Ayaan Hirsi Ali. Quizá debí de haber empezado por los primeros, o por sus memorias, o por algo más, pero este fue el primero que se cruzó en mi camino, para ver su evolución, pero la verdad es que este me pareció bastante bueno. Los ensayos tienen una estructura bastante desordenada, lo cual es una pena y quizá las opiniones son demasiado radicales, pero la escritora lo fundamenta todo increíblemente. Si este libro habla mal del islam, lo hace con todos los argumentos del mundo y defiende la emancipación de la mujer dentro de la que fue su religión. En fin, volveré a buscar algo de esta mujer, porque me impresionó, para seguir formándome una opinión del asunto. Eso sí, el libro es bueno, pero si alguna vez leen un libro de este tipo, no se queden nunca con una sola opinión. 

Caramelo, Sandra Cisneros


Otros de los libros que me impresionaron muchísimo este mes. Ya conocía a Sandra Cisneros y su peculiar manera de escribir por The House on Mango Street y esta vez me he internado en una novela suya bastante más larga, Caramelo. La historia de los chicos que son mexicanos, pero que nacieron del otro lado de la frontera es increíble. Porque se balancean entre dos culturas, tomando de cada una lo que quieren. Tienen ese orgullo mexicano, pero no quieren ser como los mexicanos de México... Ya lo reseñé y allí lo pueden ver: totalmente recomendado. Siento que casi todo mexicano debería leerlo (y en inglés, que se nota más todavía) porque habla de nuestra cultura, de la particular manera de ser, del estereotipo mexicano que tan bien conocemos. Habla de algo cercano y lo hace increíblemente bien. 

La nostalgia feliz, Amélie Nothomb


Después de Estupor y Temblores y Ni de Eva ni de Adán... (que en realidad fue primero el segundo y después el primero), descubrí que ya podía leer este libro a gusto. Me encantó, tiene el humor de Amélie Nothomb que esperaba, aunque sinceramente no lo he reseñado porque no sé que contar de él. Este es un libro en el que Amélie se reencuentra con su pasado, con Rinri, con su nana y con el Japón de sus sueños. Me encanta y temo que no le haría justicia en una reseña, pero por si acaso no creo que haga falta decir: lo recomiendo. Eso sí, por favor, lean primero Estupor y Temblores y Ni de Eva ni de Adán, este no es el mejor libro para empezar con Amélie Nothomb. Yo próximamente leeré más cosas de ella porque me fascina esta mujer. 

Landline, Rainbow Rowell


La primera decepción brutal del mes. No todos los libros que leo me gustan, eso es obvio, pero tenía una racha bastante buena: no todo me había encantado, pero no había algo que me hubiera costado terminar... pero entonces apareció este libro. Ya lo marqué en la reseña: personajes no demasiado atractivos (cosa que no sería un problema si sus historias valieran la pena y no me los estuvieran intentando vender como buenas personas), trama llena de relleno, trama que no tiene demasiado importancia, una narrativa plana... En general: una completa decepción. Realmente lo lamento porque esperaba algo mejor de esta autora, pero siendo ya la segunda vez que me decepciona, no sé si le daré la tercera oportunidad. Ya lo averiguaremos en unos meses

Voces de Chérnobil, Svetlana Aleksievich


No aguanté mucho a la hora de reseñar el Nobel de este año, ni a la hora de buscar el libro, vaya, ni a la hora de absolutamente nada: me ganó lo ansiaviva que soy internamiente. Así aproveché y taché a alguien más de la lista de los Nobel que me faltan por leer (que sí, son un montón). La verdad es que este libro me encantó y se lo estamparía en la cara a cualquiera que estuviera dispuesto a oírme. De hecho, se lo recomiendo a todo el mundo, aunque no lean no ficción, aunque no lean crónica, aunque no lean texto periodístico y aunque no les guste Chérnobil; creo que con eso ya se alcanzan a imaginar lo mucho que me gustó. Bueno, ya le escribí su reseña (y de paso cumplí con el Reto Nobel 2015 de trotalibros.es) y de nuevo lo recomiendo. Planeo volver a leer a esta autora tarde o temprano.

N.P., Banana Yoshimoto


No sé e que otra manera calificar este libro que no sea un libro raro. Ya lo dije cuando escribí la reseña en La Cueva del escritor. Es un libro muy japonés (absurdamente japonés) que además trata temas que son tabú con toda la normalidad del mundo: suicidio, incesto y, para su año de publicación, la homosexualidad de sus personajes. Con una prosa bastante increíble y una trama absurdamente sencilla que hila a cuatro personajes en una serie de relaciones extrañas. La verdad, si disfrutan leyendo a los autores japoneses, este libro puede gustarles mucho. A mí no me apasionó, pero reconozco que es muy bueno y lo recomiendo, sobre todo a los apasionados de la cultura, en este caso.

La chica del tren, Paula Hawkins


Una agradable sorpresa, la verdad. Lo dije en su reseña: este libro nos presenta a una serie de personajes absolutamente horribles, que son pésimas personas y como resultado tenemos un misterio bastante bueno, un thriller que te mantiene pegado el libro la mayoría del tiempo; aunque algunos han dicho que el misterio empieza a ser predecible cuando el libro empieza a avanzar, pero aún así su resolución no decepciona. Empecé el libro con las expectativas bajas, principalmente porque no quería decepcionarme (y, lo admito, a veces soy una prejuiciosa de mierda), pero las supero bastante bien. No es el libro perfecto y quizá a uno o dos personajes les falta más trasfondo, pero fuera de unos errores de nada, el libro está muy bien.

Boy Meets Boy, David Levithan


Ya lo dije: me alegro un montón de que Levithan mejorara. Porque este es uno de sus primeros libros (creo el primero) y me pareció que la mitad de las cosas estaban sustentadas en un cliché con patas. Así no funciona, por dios. Además que me dio una sobredosis de azúcar, pero eso ya no es cosa de errores graves, eso era sólo porque los personajes derrochaban azúcar, eran tan adolescentes que sentí que necesitaban un buen batazo en la cabeza para reaccionar y dejar la estupidez normal de la edad (que, a pesar de todo, a veces es adorable). En general me pareció curioso, disfrutable, las partes más clichés me dieron risa, pero si quieren empezar a leer a Levithan, este no es el libro. Recomendable si estás interesado en el autor y tienes ganas de desilusionarte porque no todo lo que escribe es bueno.

Life and Death, Stephenie Meyer


No es una broma. Ya lo vieron en el especial de Halloween. De verdad leí esta porquería. Lo siento si se ofenden de que le llame porquería pero no tengo otra palabra para dedicarle. Halagos para nada, pero ni una palabra que tenga una connotación más positiva que porquería, si quiera; lo único bueno es que si tenemos suerte, este serpa un libro autoconclusivo y ya. Me parece incluso una falta de respeto para quienes lo van a comprar y lo van a disfrutar (porque yo, evidentemente, me lo descargué pirata, esto de hacer ricos a los editores de Meyer y a Meyer no me hace gracia) porque es un copypaste de Crepúsculo casi calcado. Hay cambios, claro. Pero... bueno... en fin. Manténganse alejados de él, a menos de que quieran reírse de lo absurdo que es este libro.

Plegarias antendidas, Truman Capote


Este es el último libro de Capote. Al menos, el último que escribió y dejó sin terminar debido a numerosos escándalos y a que se sumió en la depresión. Para mí, nada ha superado todavía su trabajo periodístico en A Sangre Fría, y eso que considero que la mayoría de sus novelas son increíbles, pero no de la misma manera. Plegarias atendidas es un buen libro, pero es un libro, ante todo, inacabado y poco editado, pues publicaron el último manuscrito que Capote dejó parece que sin una revisión mínima y eso hace parecer que la historia no va a ningún lado por momentos, pero aún así se nota que quien escribe es Capote. Por lo demás, los recomiendo para los amantes de Capote, no creo hacerle una reseña porque no sé en realidad que decir para hablar de él. Es de esos libros que no sé si me gustaron o no al terminarlos.

Colaboraciones (en otros blogs)


No sé si lo sepan, y creo que la mayoría no lo sabe a pesar de que los otros blogs donde colaboro están allí abajo, pero yo no escribo nada más aquí. Escribo mucho, pero muchísimo y si lo pusiera todo aquí tendría entradas hasta el año que viene, pero ese no es el plan. Así que siempre he escrito en otros blogs reseñas, artículos, opiniones, noticias y como por aquí no conocen mis otras facetas, desde ahora las incluiré por aquí... Aquí va la lista de lo de este mes: 

En PlusbitsMx:
En La cueva del escritor:
En La hora del té:

martes, 20 de octubre de 2015

Caramelo, Sandra Cisneros | Reseña

Sinopsis: Every year, Ceyala "Lala" Reyes' family--aunts, uncles, mothers, fathers, and Lala's six older brothers--packs up three cars and, in a wild ride, drive from Chicago to the Little Grandfather and Awful Grandmother's house in Mexico City for the summer. Struggling to find a voice above the boom of her brothers and to understand her place on this side of the border and that, Lala is a shrewd observer of family life. But when she starts telling the Awful Grandmother's life story, seeking clues to how she got to be so awful, grandmother accuses Lala of exaggerating. Soon, a multigenerational family narrative turns into a whirlwind exploration of storytelling, lies, and life. Like the cherished rebozo, or shawl, that has been passed down through generations of Reyes women, Caramelo is alive with the vibrations of history, family, and love.

Nunca me había encontrado con un libro que hablara de manera tan sencilla de mi cultura, la mexicana, y no fuera de alguien de aquí. Sandra Cisneros es descendiente de Mexicanos nacida en Estados Unidos, chicana, como quien dice. Hay mucha gente que cree que la cultura es la misma o muy parecida, que al fin y al cabo es latina, pero hay algo que cambia. Los hijos de mexicanos nacidos del otro lado de la frontera no conocen México muchas veces y hablan español con acento. La diferencia cultural es brutal, porque no comen la misma comida, aunque sea parecida, no conocen el picante de verdad, no festejan el 15 y el 16 de Septiembre, sino en Cinco de Mayo, tradición puramente chicana. Este libro es sobre eso: sobre estar al borde de dos culturas y ver como Lala trata de entender sus raíces.

Rebozo de Santa María del Río.
La primera parte de la historia nos cuenta las aventuras de Lala en los veranos en México, en la casa de Awful Grandmother y un viaje a Acapulco. El reparto lo acaban de completar Aunty Light-Skin, Uncle Baby y Uncle Fat-Face, además de todos sus primos y sus seis hermanos. Por la época, imagino que estamos en los cincuentas o en los setentas. Todo el libro Awful Grandmother no ha parado de recordarme a las historias que he leído de mi propia abuela. Por eso, quizá, aunque es un personaje que no está hecho para agradar del todo, me ha parecido muy cercano. Reconozco ese clasismo Mexicano de querer parecer más español, esa celebración a las raíces indígenas que empieza después de la Revolución, pero en la que los indios siguen siendo discriminados, apartados y tratatos, como diría Lala: like shit. Lo reconozco todo. Los tamales, el mole, los rebozos de bolita de Santa María del Río, San Luis Potosi, Acapulco. Lala lo pinta como un mundo extraño, pero a mí todas las descripciones aún en inglés con muchísimas palabras en español y expresiones derivadas del español me recuerdan algo que ya conozco: es el mundo en el que vivo: hace 50 años.

Después, la historia retrocede y nos cuenta cómo se conocieron Little Grandfather y Awful Grandmother. Hay quien dice que es un recurso para poder empatizar con los dos personajes, en especial con la desagradable abuela. En esa historia son sólo Soledad Reyes y Narciso Reyes. Primos demasiado lejanos que ni siquiera lo saben. Narciso es hijo de un sevillano que da clases de música y una mujer que vive sumida en sus propias ínfulas, convencida de que pertenece a la alta sociedad. Nos narra los días de la Revolución y la Guerra en la ciudad de México. La Décena Trágica en la que Narciso perdió tres costillas y la entrada de los Zapatistas y de los Villistas a la ciudad.

Pancho Villa en la silla presidencial, Zapata a su lado.
Después volvemos al futuro, donde Lala ya no es una niña que ve a sus papás y a su abuela pelear en Acapulco. Estamos en Chicago y la abuela se ha mudado con ellos, ella está apunto de entrar en High School y está intentando entender su adolescencia. Es demasiado grande para su edad, no demasiado bonita y demasiado tímida. Está rodeada de hombres y su madre no es alguien de confianza. Vive en un departamento con otras ocho personas donde es imposible tener privacidad. Es la parte que más lejana me sonó de toda la historia, pero aún así soy capaz de reconocer lo mexicano en toda la historia. 

Me encantó el libro porque, además, Sandra Cisneros escribe de una manera muy poética, sin sonar rebuscada o forzada. La historia es simple y la narradora, Lala, sabe como llegar al corazón de los lectores. Pienso que este libro traducido pierde mucho. Muchas de las expresiones están en español, así que hay partes escritas con mucho mucho spanglish y traducido no se aprecia ese detalle. Otro detallazo es que nada viene traducido en los pies de página, sino que los pies de página, que no son muchos ni exagerados, traen detalles de la historia, geografía y cultura en general de México. 

Adelitas de la Revolución
Hay una cita, en especial, que quiero dedicarle a todos aquellos que creen conocer el estereotipo físico latino. A todas esas personas que dicen que alguien rubio y de ojos claros no es latina, o que alguien de piel demasiado oscura tampoco lo es. Sólo en México tenemos una variedad impresionante:
— Hey, hippie girl, you Mexican? On both sides?
— Front & back, I say.
— You sure don’t look Mexican.
A part of me wants to kick their ass. A part of me feels sorry for their stupid ignorant selves. But if you’ve never been farther south than Nuevo Laredo, how the hell would you know what Mexicans are supposed to look like, right?
There are the green-eyed Mexicans. The rich blond Mexicans. The Mexicans w/the faces of Arab sheiks. The Jewish Mexicans. The big-footed-as-a-German Mexicans. The leftover-French Mexicans. The chaparrito compact Mexicans. The Tarahumara tall-as-a-desert-saguaro Mexicans. The Mediterranean Mexicans. The Mexicans w/Tunisian eyebrows. The negrito Mexicans of the double coasts. The Chinese Mexicans. The curly-haired, freckled-faced, red-headed Mexicans. The Lebanese Mexicans. Look, I don’t know what you’re talking about when you say I don’t look Mexican. I am Mexican. Even though I was born on the U.S. side of the border.
En fin, esta reseña ya me esta quedando demasiado larga, así que simplemente me queda decirles ya que el libro es muy recomendable y que a mí me encantó. Realmente es un libro que vale muchísimo la pena y Sandra Cisneros ha resultado ser todo un diamante en bruto.

lunes, 20 de julio de 2015

La casa en Mango Street, Sandra Cisneros | Reseña

Sinopsis:
La casa en Mango Street es la extraordinaria historia de Esperanza Cordero. Contado a través de una serie de viñetas —a veces desgarradoras, a veces profundamente alegres— es el relato de una niña latina que crece en un barrio de Chicago, inventando por sí misma en qué y en quién se convertirá. Pocos libros de nuestra era han conmovido a tantos lectores.

La casa en Mango Street es un libro diminuto. Pequeñísimo. Apenas tiene 110 páginas según Goodreads y se lee muy rápido, pues está dividido en pequeñas viñetas que retratan, desde los ojos de Esperanza, como es la vida en Mago Street y cómo es su vida. A partir de las viñetas la vemos hacer amigas, enfrentarse al mundo exterior, a Mango Street y decirnos que su nombre no le gusta. Todo visto desde su inocencia, claro, las idas y venidas de sus vecinos, cómo llegan y se van.
Sandra Cisneros es chicana. Latina originaria de Estados Unidos, gente con costumbres propias (lo más famoso, el Cinco de Mayo), que no son propiamente ni americanos, ni mexicanos. Retrata ese ambiente en un libro tan pequeñito que, de alguna manera, te hace sentir parte. Las viñetas casi siempre son pequeñas y conocemos a multitud de personajes. Unas chicas se casan por sólo huir de su padre y se encuentran con un esposo que no las quiere dejar salir a la calle; otras viven encerradas porque sus esposos creen que son demasiado bonitas y podrían huir... Otros viven con la añoranza de regresar a sus ciudades de origen a sus pueblos, a los lugares donde de crecieron y se niegan a aprender inglés del todo. Las historias se entrelazan todas en los ojos de Esperanza, que simplemente nos cuenta cómo son las cosas en un entorno al que no quiere pertenecer. 

La casa en Mango Street no es una casa que pueda llamar casa, según ella, que ya se ha enfrentado a las miradas de pena al señalar los lugares en los que ha vivido. Necesita una casa blanca, con jardín y árboles, para poder llamarla casa. Por lo pronto, está en Mango Street y una parte de ella siempre se quedará en Mango Street.

Los ojos tienen miedo del barrio, dice, pero es que no lo conocen. Allí todo es, dentro de lo que cabe, tranquilo. Un chico les da un paseo en un coche robado y los hace bajar cuando oye las sirenas,  un viejo paga dólares a cambio de besos. Allí es donde Esperanza ve nacer su pubertad y su adolescencia. Por su manera de narrar, todos los personajes se vuelven de carne y hueso a tus ojos, todo se vuelve creíble, las situaciones, que podrían ser tan desgarradoras (y muchas veces lo son), se narran con sencillez, porque Esperanza no tiene otro modo de narrar las cosas. 

Retrata muy bien un modo de vida que yo apenas conozco de palabras. La mitad de la familia de mi mamá está en Estados Unidos. Y llegaron así como Esperanza, probablemente a un lugar mucho menos acogedor que Mango Street

Como detalle, me encantó encontrarme entre las páginas con ese:

dos y dos son cuatro
cuatro y dos son seis
seis y dos son ocho
y ocho dieciséis.
 

Una versión diferente a la que conozco, porque todas las versiones son distintas, pero es un juego que conozco de toda la vida y que se seguirá jugando, pase lo que pase. 

El libro, en general, me ha encantado. La voz narrativa es definitivamente su mejor cualidad, una delicia. Esa inocencia (y un poco pérdida de ella) a la que se enfrenta Esperanza, ese mundo en el que vive y nos presenta cómo si no fuera la gran cosa todo lo que pasa con su familia. Viven en un barrio donde dos cada de tres noches alguien muere baleado, y si no es allí, al menos es cerca. A veces no los reclaman, porque su familia está lejos, muy al sur. Esas familias que nunca sabrán que fue de los suyos, porque un día se fueron al norte y nunca volvieron a saber de ellos. 

A ver, por si no lo he dejado ya suficientemente claro: el libro es precioso. Precioso en mayúsculas y con neón. Yo me lo leí en una madrugada, pero como eso no suele ser identificador de nada (porque yo me leo hasta malos libros en poco tiempo), pues diré que, el tiempo que estuve leyendo, no sentí deseos de levantar la vista.  

De verdad, se lo recomiendo a todo el mundo. A quien quiera oírme. Es un libro que no es del todo feliz, con muchas partes desgarradoras, que te deja con sentimientos encontrados. Porque algo tan triste no puede ser tan bonito.

jueves, 2 de julio de 2015

Recuento de los daños | Junio 2015

Este recuento no viene completo, porque varios libros de este mes ya entraron en Lo que leí en vez de actualizar el blog (concretamente, los últimos tres: América, Rebelión en la granja y El otoño en Pekín) y no veo caso alguno en repetirlos, sinceramente, porque diría lo mismo de ellos.

El amante, Marguerite Duras


Me hubiera encantado que, siendo un clásico, como es, me gustara mucho más. Pero mi madre tenía razón sobre este libro: no es para todo el mundo. La manera de narrar me mareo, principalmente porque salta de un lado a otro, es muy difícil ubicarse en el tiempo o encontrar el hilo conductor de la historia. Apenas fui capaz de ubicarme en los escenarios apenas descritos con algunos detalles (el libro se ubica en Indochina) y la impersonalidad con la que el libro (prácticamente autobiográfico) está narrado, me volvió loca; no fui capaz de conectar con los personajes y de hecho, tampoco con las situaciones en general. Le reconozco la maestría al libro, pero a mí, a pesar de ser tan corto, me aburrió.

El aliento del cielo, Carson McCullers


Ya hablé sobre él en su reseña y sigo diciendo que Carson McCullers es maravillosa. El aliento del cielo es una compilación de prácticamente todos sus cuentos y tres de sus novelas cortas entre ellas, La Balada del café triste y Frankie y la boda. Los sentimientos que transmite McCullers me fascinaron, esa nostalgia por el pasado reflejada en alguno de sus cuentos, la obvia confusión adolescente y lo de sentirse muy poco entendida que refleja el personaje de Frankie (y me hizo recordar mi propia época de pubertad), la desolación de sus tres cuentos de matrimonios rotos por el alcohol, la madurez de la protagonista de Wunderkind... Vamos, si hubiera conocido y leído a McCullers hace cinco o seis años, me hubiera sentido entendida en muchos aspectos.

Extraños en un tren, Patricia Highsmith


Este fue el libro de este mes en el Club de Lectura de La noble y ancestral cada de los Black. Lo conocía de nombre por la película de Hithcock que no he visto, pero nunca me había detenido a leer la sinopsis. Debo decir que retrata estupendamente a dos personajes que son personajes detestables, pero ambos por diferentes razones. Mientras que Guy tiene perfectamente interiorizado que es un buen tipo y que sólo quiere por fin el divorcio de su ex mujer para poder casarse, Bruno odia a todas las mujeres, menos a su madre, quiere deshacerse de su padre y se pregunta constantemente si sería capaz de matar a alguien. Recomendable como libro de crímenes, aunque tiene pasajes que se hacen cuesta arriba.

Más allá del olvido, Patrick Modiano


Este libro lo empecé en mi sequía, en marzo. Lo volví a empezar hace pocos días porque me daba pena no acordarme de qué se trataba o donde me había quedado. Además, leyendo un libro de Modiano ya podía tacharlo de la lista de los premios Nobel. Bueno, la historia, narrada por un personaje treinta y después quince años más tarde tiene varias inexactitudes que achacamos, obviamente, al narrador; además, tiene partes que el narrador parece haber decidido no contar. En eso reside gran parte de encanto e la novela, pues en la mayoría de los casos, los personajes se quedan como un misterio sin develar completamente, porque los vemos a través de un tercero. ¿Recomendable? Por supuesto.

La tienda de los suicidas, Jean Teulé


Libro simplón, sencillo, sin más pretensiones que entretener y criticar... algo que tiene que ver con el suicido, la vida y la muerte y la sociedad actual. Divertido, con gags recurrentes cada tres segundos, eso sí; entretenido, la verdad, tengo que admitirlo, pero con un final muy sorpresivo y poco desarrollo en algunas partes. A pesar de todo eso (porque últimamente estoy muy obsesionada con que las cosas tengan buena calidad además de ser entretenidas), recomiendo el libro si te gusta el humor negro (¡hablamos de una tienda de suicidas!) y los personajes extravagantes. No tengo mucho que decir sobre él porque no fue de esa clase de libros que me dejó pensando demasiado al terminar, pero que sí me hizo pasar un buen rato.

La casa en Mango Street, Sandra Cisneros


Quizá, junto con El aliento del cielo, el mejor libro del mes. La casa en Mango Street es un libro pequeñito, de apenas 110 páginas, que por medio de cortas historias nos va contado la historia de una niña chicana (mexicano-americana) que reside en Mango Street y quiere una casa con jardín y que pueda llamar suya; sin embargo, por lo mientras, tiene a Mango Sreet. Las historias son cortas, el lenguaje es sencillo y el hecho de que hablara de cosas que conozco y con las que me puedo sentir lejanamente identificada, me agradó. Además, la inocencia impresa en la narración hace el libro una pequeña joya que retrata con sencillez diferentes situaciones crudas. Recomendable, sí, muchísimo.

El arte de no decir la verdad, Adam Soboczynski


Libro pretencioso donde los haya,  además con ligeros toques de misoginía por allí y por allá. Más que relatos inteligentes, cuentos que me agradaran, me encontré con una especie de libro de autoayuda que se jacta de sí mismo y pretende "enseñarte algo para ir caminando por la vida". Libro inútil y sin gracia que no es ninguna guía para sobrevivir al mundo y ni siquiera es entretenido. Se vuelve aburrido a la sexta historia y tiene una reutilización de personajes que más que original, parece cómo si el autor no quisiera inventarse más nombres. De verdad, a pesar de lo corto, intragable e infumable; no se lo recomiendo ni a mi mayor enemigo, porque leer este libro es como estar en la cabeza de la persona más pedante del mundo.

Aristotle and Dante discover the secrets of the universe, Benjamin Alire Sáenz


Un buen descubrimiento cuando hablamos de literatura juvenil, porque los buenos títulos empezaban a escasear. Fue el libro que me leí en inglés este mes, así que en cuanto a técnica no tengo mucha queja, en cuanto a trama muy poco, y en cuanto a desarrollo de personajes me parece perfecto. Otro mes menos prolífico probablemente se habría coronado como una de las mejores lecturas del mes, pero este mes le gano la Cisneros (con una mucho mejor representación de la realidad chicana en Estados Unidos que la este libro) y McCullers (que supera casi todo en desarrollo de personajes). Aún así, recomendado por su manera de tratar y desarrollar a un personaje gay en un lugar tan profundamente intolerante como El Paso, Texas, en los años en que está ambientada la novela. Muy buen libro.

Así que el Junio, el total de libros asciende a 12. La verdad, mi mes más prolífico en mucho tiempo, y si así llego lista para el Maratón de Julio, no cabe duda que soy perfectamente capaz de lograr los 10 libros en un mes (más, por supuesto, el extra que será Todas las hadas del reino, de Laura Gallego).