jueves, 5 de febrero de 2015
Poulain's Playlist (II): Love of Lesbian
miércoles, 4 de febrero de 2015
Buscando a Alaska, John Green | Reseña
Yo tengo un problema grave con John Green. No es que el tipo escriba mal, no, sabe hilar frases y las sabe hilar bastante bien. No es que me caiga mal, no, hasta eso sus vlogs son interesantes, dice cosas bastante buenas y conincido con el 90% de sus opiniones. No... el problema que tengo con John Green, es ¡sus malditos diálogos!
Ya ni hablar de sus personajes con crisis existenciales que no piensan en otra cosa todo el tiempo (lo cual por fuerza los vuelve aburridos), no. Los diálogos. Podría soportar personajes tan insufribles como Alaska, o peor, Miles, si sus diálogos me resultaran creíbles y naturales. Este fue el libro que, después de llevarme un chasco, decidí leer porque me lo recomendaron y con una crisis optimismta me dije que no todo lo que escribiera Green podía ser como Bajo la misma estrella
Valoro mucho la naturalidad de los diálogos. No quiero ver a ancianos hablando en la boca de adolescentes. No me pega. Ni yo hablo así. Y eso es todo lo que me parecen todos los personajes del libro: ancianos (amargados, además) hablando en la boca de adolescentes.
Puedo entender el drama. Los adolescentes tienden... tendemos si es que yo lo sigo siendo, a dramatizar más de la cuenta y a ver en un mar donde hay un charco, pero si algo me quedó claro en todo el libro es que Alaska necesita ayuda psicológica. Urgente. Grave. O eso me pareció a mí, habría que preguntarle a un psicólogo de verdad.
En fin, creo que yo, gracias a la inquina que le agarré a todos los personajes por igual fui incapaz de disfrutar la trama, que, digámoslo, tampoco era muy complicada y hubiera estado bastante bien narrada de una manera quizá un poco menos rebuscada. Era algo así como un drama enorme con algunos momentos de felicidad efímeros que hasta Miles manchaba con su nostalgia. De verdad, de verdad, juro que no vuelvo a tocar un libro de John Green en un buen rato, porque no quiero torturarme gratuitamente.
¡Naturalidad en los putos diálogos! ¡No pido mucho! ¡No quiero adolescentes con pensamientos de ancianos!
lunes, 2 de febrero de 2015
Romántica Juvenil: El romance que nos está vendiendo
Adendum a 2020: se le hicieron ligeros cambios a concepto en este artículo. Quizá la opinión de la autora (aka yo) ha cambiando en los detalles y para eso sería mejor dirigirse a entradas más nuevas.
Un día me di cuenta de que ya no disfrutaba de la Literatura Juvenil actual. Fue allí que, para evitar hacer corajes, simplemente dejé de leer mucha juvenil. Lo pueden ver no sólo en las reseñas sino en mi Goodreads. Desde hace tiempo me siento en un mundo donde leo los libros que en ninguna parte de la blogósfera interesan, así que me puse a analizar qué demonios me molestaba tanto de la literatura juvenil. La respuesta me cayó después de ver unas cuantas reseñas de libros que calificaban a sus protagonistas como mujeres fuertes y con carácter que yo sólo calificaba como personajes flojos, desesperados, poco creíbles y pésimos ejemplos para las jóvenes que van a leer esos libros. (Véase... El club de los corazones solitarios).