Divagaciones de una Poulain
by Nea Poulain

viernes, 22 de enero de 2016

#MásGordoElAmor, Antonio Malpica | Reseña

"Pe... pero... ¡¿YA LO ACABASTE?!"
― Mi papá, dos días después de comprarlo.

Sinopsis: Ella tenía quince años. Él también. Y se amaban (ejem) con locura... Pero el destino a veces es cruel. Y la fortuna hace de las suyas. Ahora, muchos años después, la suerte les ha puesto los ojos encima. Casa, vestido y sustento no importan. Ni distancia alguna que los separe. No hace falta salud ni dinero. Encontrarla es lo único que importa.

Yo decidí que iba a leer este libro y otros cuantos de Malpica un buen día y decidí pregonarlo por toda mi casa, mi vida, internet, mi colonia. Hasta que me cansé porque la FIL Minería todavía quedaba muy lejos y yo no iba a comprar libros hasta entonces. Supuse que todo el mundo sabría para entonces que yo quería algún libro de Antonio Malpica. Pero no. Mi papá oyó en el radio una entrevista con Malpica donde hablaba de este libro y le llamó la atención que los protagonistas perdieran su tiempo en Plaza Satélite, que los novios adolescentes se citaran en la oficina de correos que estaba enfrente de Plaza Satélite y que muchos de los circuitos salieran mencionados. Y lo compró. Bueno, quizá todavía no entiendan por qué, pero se los explico: mi papá ha vivido más de la mitad de su vida a cinco minutos de Plaza Satélite. Pensaba darle el libro a mi hermana, pero yo lo encontré, lo abrí y antes de que se diera cuenta ya había decidido yo que: 1) el libro iba a ser mío y 2) el libro estaba muy bueno. 

Había leído libros ambientados en el D.F., pero nunca, nunca jamás, un libro en el que Ciudad Satélite tuviera tanta importancia. Ciudad Satélite, un lugar parecido a un fraccionamiento para gente que se creía rica de los años setenta y ochenta, sin semáforos (pero con muchos topes), con circuitos en vez de avenidas, hoy con el tráfico cada vez más inaguantable, y cada día más gente. El Pollo, Molina y Simón, amigos de toda la vida, tienen algo en común: su adolescencia transcurrió en Ciudad Satélite, en la misma secundaria, que por cierto, es la misma a la que fueron mis hermanos (yo no, yo fui a acabar a una secundaria laica más persignada que la más católica de las escuelas, donde todos los maestros se iban por problemas con la dirección, toda una lástima). Allí fue donde Simón conoció a su primer amor, Majo Tuck García, la popotitos, flaca, flaca (busquen la canción: Popotitos, Los teen tops), más rara que nada, convencida de que Simón era el amor de su vida y se iba a casar con él. Según yo, el amor de los quince es más dramático que la telenovela de la lisiada, más estúpido que nada, lleno de absolutos (nuncas, jamáses, siempres) que nadie cumple y más cortavenas que el libro más deprimente que hayan leído.

Lo sé, yo soy toda una optimista. Así que esa historia se trata de ese primer amor. O de la masturbación mental que ese amor supone treinta (o menos) años después, ya en los cuarenta, con decepciones amorosas a tutiplén, divorcios, hijos, carreras truncadas y sueños deshechos y vueltos a hacer y adaptados a decepciones anteriores. Así se encuentra Simon cuando su pareja actual, Judith, le pone los cuernos en su propia casa y decide que ya está bien, que nadie puede tener tan mala suerte en la vida y que se va a suicidar. Pero antes de que logre llevar a cabo su cometido, ocurren dos cosas y una de ellas es que decide lanzarse en la búsqueda de una de las tres personas en el mundo que no tienen ni twitter, ni facebook, ni ninguna red social conocida y que parece que no han tenido conexión a internet en su vida: su ex novia de la secundaria, Majo Tuck García, a la que recuerda como si hubiera visto ayer y está convencido que es su amor para toda la vida porque ella fue la única con la que no cagó las cosas. 

David Tennant, nunca me falla
Así que así parte el libro: una búsqueda de telenovela, pero sin las tonterías habituales de una, una narración hecha por El Pollo que volvería loco a cualquier maestro de literatura, porque salta de un narrador a otro como le da la gana y lo encuentra conveniente. Este tipo de recursos suelen ser inteligentes bien usados, con una justificación decente, no sólo porque "me dio la gana" y este libro es uno de esos que sabe hacer eso de ese tipo de narración. El lenguaje es simple... bueno, supongo que es simpre si eres mexicano y conoces todas las groserías posibles que se dicen en el DF, por lo menos. Si no, te recomiendo que te busques a tu amigo mexicano más cercano y lo interrogues sobre cuanta palabra rara se te cruce

Los personajes son creíbles dentro de su entorno y situación, por supuesto. Pero como he conocido gente más extraña, no los cuestioné mucho. Un psicólogo infantil que en realidad quería dedicarse a dibujar comics toda su vida, pero lo único que ha conseguido es tener seis carpetas llenas de dibujos de Juventina, que describe como una Mafalda mexicana mil veces más ácida (o un millón). El Pollo que quería ser una estrella de música country... y lo único que ha logrado es tocar en las bodas... mientras llegan los novios al salón. Y Molina, el que completa el trío, que es ejecutivo bancario porque a su novio le gustan los ejecutivos bancarios, no porque le encante el trabajo. Lo sé, panorama desolador. Los personajes tienen sus objetivos, consientes, inconscientes, sus incongruencias de seres humanos y es muy fácil empatizar con ellos aunque sus desgracias no se parezcan en nada a tu vida. (En primera porque, primero, no conozco mucha gente con tantos problemas para encontrar a su novia de hace mil años y, por supuesto, tampoco con muchas ganas). 

En resumen, aunque este libro da muchas vueltas sobre el amor y el núcleo es precisamente la búsqueda de un amor perdido, poco hay de romántico en todo el asunto. Las conversaciones de Simon y Majo a los quince años no dejan de ser perturbadoras, pero con un dejo de romance, principalmente por la insistencia de Majo en asegurarse que Simon es el hombre perfecto para ella y el recuerdo que guarda Simón de su ex parece empañado por sus ilusiones, más que una representación de la realidad. Y el personaje lo admite. La novela es divertida, a pesar de las desventuras de los protagonistas y todas las vueltas que da la historia antes de llegar a su final. Parece que hubieran puesto a Xavier Velasco a escribir la historia que pretendía contar Mónica Beltrán Brozón en Historia de un corazón... y tal vez un par de colmillos. O al menos el estilo, la narración y los personajes me recordaban a los de Brozón mezclados con la Violetta de Velasco.

Tennant no falla
Los secundarios siempre tienen su papel y, una de las curiosidades del libro es que El Pollo, en ese papel de narrador omnisciente que se adjudica al principio del libro, intenta ser lo más objetivo con todos sus personajes, pero de alguna manera acaba siempre dejando escapar un pequeño pedacito de su parcialidad y sus pensamientos. El tratamiento que le da a Rosa, su ex mujer, es uno de ellos. Parece que, aunque nuestro narrador en tercera persona no la odia, sí que se siente irritado por su presencia y deja que algo de eso se le acabe escapando. Para mí es un increíble detalle porque nos recuerda que nuestro narrador es un narrador en quien no podemos confiar demasiado para hacer juicios de valor objetivos y que es uno de los personajes del libro. Me recuerda un poco a La Peste de Camus y como estoy segura de que alguien me vendrá a tirar una piedra por atreverme a comparar al genio de Camus con cualquier cosa, remarco lo de "un poco".

Los giros de la novela son inteligentes y realmente en los plot twists no sentimos que Antonio Malpica nos haya tratado como lectores imbéciles. No diría yo que son los mejores plot twists del mundo, pero al menos no son de esos que, como en algunos otros libros, me hacen desear lanzar el libro por la ventana y mucho menos parecen escritos por un guionista de Televisa. Malpica hace y deshace con sus personajes hasta que nosotros ya sólo deseamos que por favor les vaya bien. Que se ven como buena gente, a pesar de lo malhablados y de todas las locuras que hacen por buscar a alguien. Antonio Malpica me convenció, literalmente, que sus personajes se merecían algo bueno en la vida no por ser buenos, simplemente por ser humanos.


Las ilustraciones, magníficas todas ellas, son de Bernardo Fernández, BEF, y aparecen en forma de tira cómica cada ciertas páginas, siempre hablando del mismo tema o problema al que se están enfrentando los personajes. Es cierto que yo hubiera preferido que estuvieran entre capítulo y capítulo, porque a veces me cortaban la lectura en medio del párrafo, pero me gustaron muchísimo. Sí daba la sensación de que, como dicen en el libro, Juventina era una especie de Mafalda mucho más sarcástica que la original, pero con su propio toque

Les recomiendo el libro, no se van a arrepentir (eso espero). 

miércoles, 20 de enero de 2016

Como (no) escribir un libro de fantasía

Ya saben, yo siempre ayudando a la comunidad a hacerse rica mientras pierde la dignidad publicando libros malos. Ya saben como escribir el próximo best-seller de novela romántica y cómo escribir una distopía que todo el mundo lea, supongo que ha llegado el momento que me meta con el género preferido de mucha gente: ¡la fantasía! ¿Quiere publicar una novela fantástica que venda muchos ejemplares, sea carente de originaliad y tenga una trama sin núcleo? ¡Este es el lugar perfecto! Lo único que tiene que hacer es seguir estas simples instrucciones y todo irá viento en popa. La única advertencia es que tu dignidad se podría enojar mucho por verse seriamente afectada

¿Empezamos?


1. Primero, en un libro fantástico necesitas un mundo nuevo fresco y original. ¡Pero, ey! ¿Qué te crees? No demasiado original. Mira, mejor no pienses mucho para no quebrarte la cabeza, haz un mundo medieval y ya. Príncipes, princesas, emperadores, espadas y caballeros. A todo el mundo le gusta eso, ¿por qué tendrías que añadir algo más? Eso sí, asegúrate que tenga magia suficiente y criaturas extrañas. No te preocupes por crear nada nuevo que eso la gente no lee, puedes poner elfos, dragones, enanos barbones y malhumorados y... no sé, trolls. Eso siempre funciona. Recuerda responder que no cuando te pregunten si plagiaste a Tolkien.


2. ¡Conflicto! Necesitas un problema en tu mundo fantástico, no todo puede ser tan idílico como aparenta. Puedes tirar, por ejemplo, de un rey malo, o un emperador malo, o un reino conquistado y subyugado a un pueblo bárbaro y sangriento. Pero bueno, no creas que hay tan pocas opciones, que si no el mercado estaría ya saturado. No. También puedes decir que la magia está muriendo y que tu protagonista es el elegido para salvarla o tirar de alguna profecía que diga que tu protagonista evitará el fin del mundo/civilización/imperio/etcétera. Recuerda que tu protagonista no puede saber nada, todo le tiene que caer de casualidad encima. 

3. Hablando de protagonistas, bueno, vamos a eso. Pongamos... un chico (también puede ser una chica, pero recuerda que en esos mundos medievales las chicas no eran tan libres y llevaban unos vestidos incomodísimos), entre la adolescencia y la juventud, tampoco tan pequeñito. Pero no tan viejo porque eso no atrae a absolutamente nadie. Sobre su personalidad, hazlo lo más llorón e irritable que puedas, también un poco rebelde, capaz de meterse en todos los problemas del mundo pero, en esencia, un buen chico. Si es huérfano y vive con sus tíos, que lo protegen de todo, mejor que mejor. Y cuándo te pregunten si no te plagiaste Star Wars, responde que no, por si acaso.


4. Para que tu protagonista se convierta en el héroe perfecto, hazlo el último caballero de una orden de caballería que sólo admite a los mejores, o el último poseedor de un dragón, o el último mago de una orden que se ha visto exterminada. Algo así, vamos. A la gente le gusta eso. No te olvides de usar el viaje del héroe, calcado, sin ninguna modificación. Eso te garantizará éxito inmediato.

5. Para completar el elenco de personajes, no te olvides que todo héroe necesita un maestro. Que sea sabio y misterioso, de pasado desconocido y que entrene a tu protagonista. También necesitas alguna clase de interés amoroso y ese obviamente será una chica adelantada a su época medieval..., pero no tanto, no vayas a exagerar. Que no sea una damisela en peligro a toda regla, pero tampoco que sea mejor que nuestro héroe, lo que queremos es que él brille. Y, finalmente, el villano al que hay que derrotar: oscuro, malvado, con motivos para ser más malo que Hera cuando Zeus le pone el cuerno por milésima vez que no conocemos y que tampoco te vas a molestas en explicar. ¿Darle un trasfondo al villano? ¿Pero qué es eso? ¿Se come?   


6. No te olvides de los deux-ex-machina para salvar a tu protagonista al final si no sabes como hacerlo y de meter una gran revelación, aunque esta sea forzada. Por ejemplo, que el villano es el padre del protagonista o que el maestro es el padre del protagonista o que la mamá del protagonista estuvo enamorada del villano pero no tuvo hijos con él, o yo que sé. ¡Hay tantos giros interesantes que puede usar hoy en día! (Responde que no cuando te vuelvan a preguntar si te plagiaste Star Wars).  

7. Finalmente, aderézalo todo con una narración insufrible, llena de explicaciones innecesarias y descripciones detalladas de todas las piedras que pisa el protagonista. Pon un poco de mal desarrollo de personajes, le agregas diálogos robóticos y algunos problemas clichés al viaje del protagonista (robos, mal entendidos, etcétera). ¡Ya tienes tu novela lista para publicar! Casi cualquier editorial estaría feliz de publicarla, pero en caso de que no, más te vale que mami y papi sean editores y te editen ellos mismos. Después, vende los derechos cinematográficos lo más pronto que puedas para que hagan una película mala de tu obra maestra y espera a que el dinero llegue.  


lunes, 18 de enero de 2016

Tutorial: cómo personalizar la lista de blogs

Mi blog es un blog literario que tiene una característica muy especial: también es un blog de cuanta pendejada se me atraviese enfrente. Imagínense que un día me voy a mochilera (not gonna happen) y me dan ganas de documentarlo: pues para eso tengo un blog, ¿no? Me dirán que podría abrir otro, pero la verdad es que la pereza gana y este ya tiene público, seguro me siguen aunque les cuente mis viajes imaginarios como mochilera. En este caso no les voy a contar mis viajes, les voy a acomodar un tutorial que me pidieron hace tiempo (quien lo haya pedido, lo siento por la tardanza, lo mío es ir a mi paso y lo demás tonterías). Les voy a enseñar a personalizar la lista de blogs parecida a cómo tengo la mía (por que eso me pidieron, que les enseñara a hacerla así). 
Ejemplo
¿Qué necesitan para este tutorial? Un blog en blogger (no, no tengo para otras plataformas) y un widget para desplegar una lista de blogs (no de links, de blogs) que sólo muestre el título del blog y de la última entrada. Nada de imágenes ni de fragmentos.

Lo ideal es que el CSS que les voy a dar lo pongan directamente en el HTML del blog, no en la sección del editor de plantillas que permite agregar CSS, pero pueden hacerlo donde sea, por si acaso, voy a enseñarles en donde añadir el CSS en el código del blog con unas cómodas imágenes.




Ahora vamos con el CSS que van a agregar. Primero, vamos a ocultar los iconos para que no nos estorben. Esto es opcional, pero a mí por cuestión estética no me gusta tenerlos allí
#BlogList1_container .blog-icon{
   display:none!important;
}
Con ese display:none; lo único que le estamos diciendo es que no tiene por qué salir ni desplegarse. El important se le pone para sobreescribir el CSS que tiene (mientras los estándares de diseño lloran en un rincón). Ahora, le vamos a quitar los efectos a los links para que no se subrayen cuando el cursor les pasa encima; también por cuestión estética, así que si lo desean pueden no hacerlo.
#BlogList1_container a:hover{
  text-decoration:none;
}
El hover indica que eso sólo ocurrirá cuando el cursor esté encima del link (a) y el text-decoration:none; indica que el texto no se decorará de ninguna manera. Hasta el momento no hemos hecho casi nada para cambiar el aspecto del widget, pero ahora sí, empecemos: primero con el título de los blogs. Deben agregar este CSS:
#BlogList1_container .blog-title{
  text-align:center;
  font-variant:small-caps;
  font-size:14pt;
  padding:3px 0px;
  border-bottom:1px solid  rgba(106,168,66,0.7);
  margin:3px;
}
Explicaré paso por paso, para que no se pierdan y porque mi intención es que el tutorial sea for dummies. Ya saben que cualquier duda la pueden poner abajo.
  • El text-align:center; indica que queremos el texto al centro. También se puede poner right, left y justify, pero en este caso el que nos sirve es el centro.
  • El font-variant:small-caps; indica que queremos que nuestro texto salga en versales (mayúsculas chiquitas, para los perdidos). También se puede usar normal, que es la opción por default. Esa propiedad no sirve para hacerlas todas mayúsculas, para hacer eso tienen que sustituir esa línea por text-transform:uppercase; y para que sean todas minúsculas, deben poner text-transform:lowercase;
  • El font-size es el tamaño de la fuente, ajústenlo a su conveniencia.
  • El padding es el margen interno de la caja que contiene al texto, para que no se junte con todo. En este caso, está como 3px 0px, pues 3px es el valor que tendrá arriba y abajo y 0px en la izquierda y en la derecha. Ajústenlo a su conveniencia, también.
  • El border-bottom:1px solid  rgba(106,168,66,0.7); es el borde de abajo. Se pone border-bottom para indicar que sólo se dibujará abajo. El primer valor, 1px, es el ancho del borde, recuerden ajustarlo como a ustedes les guste. El siguiente es cómo aparecerá el borde, pero no se preocupen, aquí abajo les pondré una imagen con todas las opciones que tienen, además de solid. Finalmente rgba(106,168,66,0.7); es el color, las tres primeras cifras son el rgb del color (se puede consultar en internet) y la siguiente es la opacidad, siendo el 0.0 el transparente y el 1 el tono más fuerte.
Tipos de bordes
  • El margin es el margen que tendrá la caja del texto hacia los cuatro lados, ajusten el valor a su conveniencia.
Ahora vamos a centrar el resto del contenido con este código. No lo explicaré a profundidad porque allí arriba puse la explicación de su propiedad.

#BlogList1_container .item-content{
  text-align:center!important;
}
Y eso es todo. ¡Lo sé, así se simple es personalizar la lista de blogs como la tengo yo! Cualquier duda que tengan, pueden preguntarme aquí abajo (mejor si lo hacen); también se admiten quedas y sugerencias. Si quieren pedir un tutorial, también aquí debajo y prometo hacerlo, siempre y cuando sea algo que yo sepa hacer. Si se animan a hacerlo, compartan sus resultados, me gustaría verlos.