Divagaciones de una Poulain
by Nea Poulain

miércoles, 7 de octubre de 2020

11 libros para 11 años

El año pasado festejé diez años de estar y escribir en la blogósfera. No es una trayectoria que se dice pronto: son años y años de lecturas y de escribir lecturas. Abrí este pedacito del internet cuando tenía trece años y toda mi adolescencia está contenida aquí. Ahora también mis veintes (porque me acerco a los veinticinco). Durante estos años, varias veces he mencionado que leo a un ritmo mucho más rápido del que puedo reseñar, incluso cuando soy selectiva con qué reseñas voy a escribir. Por ello, decidí festejar este onceavo aniversario recomendando un libro por cada año que llevo aquí. Todos estos libros son libros que leí ya teniendo el blog y no reseñé nunca o que leí antes incluso de tenerlo. Son libros de los que quizá he hablado en mis redes sociales, pero que no han tenido una entrada para ellos solos o no han tenido su lugar en una compilación de reseñas. Lo hay de todo. Poesía, narrativa. Todo. Sin más que decir, empecemos.

Entre los rotos, Alaide Ventura

Sinopsis: Una joven encuentra la colección de fotos de su hermano menor. No entiende por qué Julián decidió conservar esas imágenes. No retratan momentos particularmente alegres, por el contrario, casi todas pueden verse como la antesala de una catástrofe doméstica. Pensándolo bien, eso fue su infancia en Veracruz: la antesala y las secuelas de una catástrofe continua, la construcción minuciosa de las ruinas que son ella, su hermano y su madre. Su padre, un hombre imprevisible y violento, los lastimaba a la más arbitraria provocación. Julián, sin embargo, siempre se llevó la peor parte, por lo que encierto momento, alzó una muralla de silencio para protegerse a sí mismo. Pero el silencio tiene la capacidad de contaminarlo todo con su propia forma de violencia. 

Ya les había contado de Como caracol... de esta misma autora, un libro juvenil que aborda la vejez y las labores de cuidados dentro de las familias que me gustó muchísimo porque me recordó a mi mamá. Entre los rotos aborda una catástrofe doméstica a través de una colección de fotografías que la protagonista encuentra entre las cosas de su hermano menor. Hace mucho ya les había contado que a mí la violencia como trama única de un libro era una cosa que ya no me estaba funcionando porque toda la literatura contemporanea estaba secuestrada por ella (y por el narco).

Me parece lógico ver ese fenómeno en un país como México, pero siempre ando buscando otras cosas. Alaíde Ventura me mantuvo pegada a este libro contandome la historia (tragedia) de una familia y me maravilló la capacidad de convertirla en una guerra. (Aunque, viéndolo en perspectiva, es lo más lógico). Sobre el libro, quiero decir que el contar una historia a través de lo visual (las fotos) es algo que me gusta mucho hacer a mí y que en parte por eso me gustó el libro y me interesó tanto el personaje de Julián. Entre los rotos es una historia complicada, sí, pero finalmente es una guerra. Cuatro frentes. No hay sobrevivientes.

Certain Dark Things, Silvia Moreno García

Sinopsis: Welcome to Mexico City, an oasis in a sea of vampires. Domingo, a lonely garbage-collecting street kid, is just trying to survive its heavily policed streets when a jaded vampire on the run swoops into his life. Atl, the descendant of Aztec blood drinkers, is smart, beautiful, and dangerous. Domingo is mesmerized. Atl needs to quickly escape the city, far from the rival narco-vampire clan relentlessly pursuing her. Her plan doesn't include Domingo, but little by little, Atl finds herself warming up to the scrappy young man and his undeniable charm. As the trail of corpses stretches behind her, local cops and crime bosses both start closing in.Vampires, humans, cops, and criminals collide in the dark streets of Mexico City. Do Atl and Domingo even stand a chance of making it out alive? Or will the city devour them all? 

Este lo leí hace varios años, por puro interés de saber qué libro de una autora mexicana se publicaría en inglés y sería fantasía urbana sobre vampiros en una suerte de México distópico (más o menos, el DF simplemente se volvió ciudad estado en una increíble demostración de centralismo y que el resto del país le hiciera como pudiera con las hordas de vampiros). Ya lo mencioné cuando reseñé Gods of Jade and Shadow, una novela de fantasía histórica de la misma Silvia Moreno-García, pero me gusta mucho como recupera los mitos de diferentes pueblos originarios de México para sus historias. 

De este libro me gusta el tono oscuro y meláncolico. Los dos protagonistas, Atl y Domingo, son personajes que me parecieron muy bien formados y que me hacían querer seguir su historia (hay policías, pero me dieron más o menos igual porque ya no me gustan las historias de policías) y averiguar si lograban cruzar la frontera sur (la manera en la que Silvia Moreno-García narra viajes me gusta). Creo que este libro es la prueba de que desde México se pueden escribir historias de vampiros que no sean copia de las gringadas actuales y que me encanta.

Sólo por ser mujer, Sol Ceh Moo

Sinopsis: Sol Ceh Moo, escritora maya peninsular, ha elaborado una importante narrativa con una clara evolución lingüística, cultural e histórica. Su liderazgo literario se encuentra basado en traspasar los temas acotados por tradición a la literatura indígena. Ha logrado romper paradigmas, que marcaban la delimitación para lenguas originarias. Su narrativa en conjunto es una literatura de denuncia étnica. Sus obras resultan un valioso análisis crítico sobre patologías sociales que en ocasiones se mimetizan para pasar desapercibidos. La situación actual de los indígenas, las desventajas sociales han creado una enorme brecha histórica entre la cultura oficial y la cultura indígena. Entonces, no resulta sorpresa que Sol Ceh Moo entregue esta novela, en donde la discriminación tiene un papel preponderante en la vida de la mujer indígena, a la que ella le da forma, en un interesante trabajo literario con enfoque jurista, acompañado con una incisiva carga de doble moralidad. 

Este libro fue lectura de este año en Librosb4tipos. Lo leímos en Julio. Curiosamente, se suele creer que todo libro en México se escribe en español, ¿no? Ya saben, esa tendencia a ignorar todas las lenguas que se hablan en el territorio. Sólo por ser mujer es un libro que se escribió en maya y se editó de manera bilingüe. Se puede acceder a él de manera gratuita, aquí les dejo el link. Cuando lo leemos en español estamos leyendo una traducción al español. 

Sólo por ser mujer narra la historia de una mujer tsotsil y a la que el sistema judicial le falló mucho y de muchas maneras. Le pensé mucho a esta historia porque no me voy a cansar de repetir de que la violencia como trama única me cansa y de repente me pasaba eso con la protagonista: ¿qué mas cosas podrían pasarle?, ¿estaba yo leyendo una tragedia para regodearme en "pobres las vidas de las mujeres indígenas" o había algo más? El libro me cayó la boca, pero de repente tengo dudas. No dudo de que haya gente que se quede en eso "pobres las vidas de las mujeres indígenas" y luego enarbole banderas de salvador blanco sin escuchar nunca a esas mujeres que pretende... salvar. Sin embargo, no es lo único de lo que habla el libro. Los invito a leerlo para que conozcan la literatura maya en el país.

Un montón de escritura para nada, Sara Uribe

Sinopsis: Después de Antígona González, un poemario que marcó un punto de inflexión importante en nuestras letras, la poeta presenta ahora Un montón de escritura para nada (Dharma Books, 2019): un libro desconcertante que desmitifica de una vez por todas y de tajo la figura del poeta, como vate inspirado y empoderado, y lo muestra como un trabajador más en la cadena, cercado por un sistema literario opresivo y altamente masculino.  

Este libro fue mi primer acercamiento a Sara Uribe (y lo leí en bookmate). Ya la conocía porque un Guadalupe Reinas (ese maratón de lectura maravilloso de Librosb4tipos) muchas leyeron Antígona González y desde entonces tenía la curiosidad por leer algo de su poesía. Un montón de escritura para nada me interesó por la manera en la que desacraliza la figura del poeta (en general, esto de sacralizar la escritura me trae conflictos porque se construye un mito entorno a quienes escribimos y luego resulta que sólo estamos escribiendo cosas en pijama, cuando el tiempo no deja). No me gustan los mitos, especialemente en torno a las escritorAs. Muchos las convierten en Reinas (como un halago y les juro que entiendo de dónde viene), pero se nos olvida que muchas veces escribimos en lugares llenos de ruido, papeles, servilletas y en momentos en los que el capitalismo nos deja. No somos tan reinas como proletarias.

Además, la poesía de Sara Uribe en este libro también habla de modelos editoriales caducos y le abre la puerta a las alternativas. Me lo leí con calma en medio de un maratón de lectura (prefiero leer los poemarios así, poco a poco, entre otras lecturas, aunque de repente hay algunos que se me pegan y no me sueltan). Si quieren conocer un poco a Sara Uribe, definitivamente lo recomiendo.

Nefertiti, Jacqueline Dauxois

Sinopsis: Jacqueline Dauxois nos transporta de la mano de la enigmática Nefertiti a una época fascinante en la que se suceden bodas divinas, incestos reales, usurpaciones y asesinatos, además de las diez plagas que azotaron Egipto. La historia de una reina de espléndida belleza, la esposa del faraón Ajenatón, que sería la instigadora de la mayor revolución religiosa de la Antigüedad, que impuso en Egipto el culto a un dios único, que dio seis hijas al faraón, quien se casó con tres de ellas. Pero la autora va todavía más lejos, pues sería un error conformarse con esta parte de la historia, cuando algunos egiptólogos afirman que, tras la muerte de su esposo, reinó sola, una hipótesis cuyas sorprendentes perspectivas explora esta novela. ¿Y si Nefertiti fuera el misterioso faraón de la Biblia? ¿Y si hubiera sido ella quien se enfrentó a Moisés? 

A este libro sí le escribí reseña (lo descubrí paseando por mis archivos) pero no me gustó (siento que estaba muy mensa cuando la hice) y está en un blog que murió, así que simplemente decidí volver a escribirla. Nefertiti de Jacqueline Dauxois es un libro que mis papás compraron por ahí en el 2003 en la Comercial Mexicana por treinta pesos. De esas ofertas que no vuelven porque los libros se descatalogan (desde entonces me interesa encontrarlo). Yo lo leí estando en secundaria y desde entonces me obsesiona. De eso ya pasaron diez años. Elegí remarcarlo específicamente en estos once años del blog porque la figura de Nefertiti tal cual la cuenta ese libro (una mujer que desea más que nada ser Faraón) me interesa de una manera quizá poco sana.


Leí mil y un veces como se enamoraba de Ajenatón/Akenatón, leí mil y un veces el drama de los faraones que se casaban con sus hijas (pues su descendencia tenía que ser de la sangre de la Esposa Real, de los dioses), leí mil veces a Nefertiti enfrentarse a Moisés y la vi caer. La prosa de la escritora me sorprende, como se sitúa en el egipto faraónico. (Y es que, aunque hoy en día alce la ceja ante el uso de faraona como elogió porque entre otras cosas a mi esnobismo le da curiosidad remarcar que en teoría no tiene femenino y Hastshpsut la Constructura fue Faraón... bueno, Reina-Faraón más concretamente y Nefertiti quizá también, aunque es pura especulación, las figuras de estas mujeres me interesan mucho...; desde la distancia, claro). Si algún día lo ven, léanlo

Masters of Death, Olivie Blake

Sinopsis:  This book is about a real estate agent—only the real estate agent is a vampire, and the house she has to sell is haunted, and the ghost haunting the house has been murdered, and he has no idea how he died. This book is also about a medium, and though this particular medium is definitely a shameless fraud, he isn’t entirely without his uses—seeing as he’s actually the godson of Death. When Viola Marek seeks out Fox D’Mora to help her with her ghost-infested mansion, he becomes inextricably involved in a quest that neither he nor Vi expects (or wants). But with the help of an unruly poltergeist, a demonic personal trainer, a sharp-voiced angel, a love-stricken reaper, and a few high-functioning creatures, Vi and Fox soon discover that the difference between a mysterious lost love and an annoying dead body isn’t nearly as distinct as they thought.

A Olivie Blake la escogí para esta entrada porque la conocí en 2018 leyendo fanfics de Harry Potter (es una excelente fanficker) y descubrí que tenía algunos libros de fantasía autopublicados. Le di la oportunidad y no me decepcionó para nada. Su lore con la muerte siempre ha sido fantásico (dentro de los fanfics, jugando con sus reglas, y fuera de ellos). Fox D'Mora es el hijo de la muerte. O más bien, ahijado. Al rededor de él se mueven otros personajes curiosos: reapers, ángeles, vampiros y todo tipo de criaturas fantásticas que viven entre las sombras y a plena luz del día y, finalmente, un fantasma que se niega a permitir que vendan la mansión de su familia 

Me gusta el cuidado que Olivie le pone a la fantasía de sus historias y a los personajes. No me cabe duda que es una escritora character-driven (si es que podemos hacer esas distinciones) y que de las mejores cosas que ofrece son personajes que nunca jamás serán planos (acordarte de que tus personajes son personas, qué difícil es si son idealizados), que cometen errores, tienen pasiones, aciertos y dentro de todo, son humanos por cómo nos reconocemos en ellos, por más que sean la Muerte misma. Si les gusta la fantasía urbana y las historias de criaturas que viven entre nosotros, Masters of Death es su libro. Es autopublicado y está bastante accesible en Amazon.

Gravedad Artificial, M. T. Anderson

Sinopsis: Titus y sus amigos viven completamente sometidos por un transmisor implantado directamente en su cerebro, que piensa por ellos y les dice todo lo que deben hacer y comprar. Entonces conocen a Violet, una chica a la que le importa lo que está pasando en ese frenético mundo y que cambia todas sus creencias.

Violeta... ¿Violeta? Hay una historia que te voy a seguir contando. Voy a seguir contándotela. Tú eres esa historia. No quiero que olvides. Cuando despiertes, quiero que te recuerdes. Yo voy a acordarme. Existes mientras te recuerde. Mientras alguien te conozca. Yo te conozco tan bien que podría manejar un simulador. Ésta es la historia

M. T. Anderson es uno de mis grandes referentes en la ciencia ficción. Lo digo aunque sea gringo (sorpresivo) y aunque sea vato (sorpresivo también). No es el único, pero sí fue uno de los primeros que me hizo decir "quiero escribir ciencia ficción así" cuando cerré este libro. Antes de Gravedad Artificial había leído ya Paisaje con Mano Invisible (también, como este libro, editado por FCE) y lo reseñé aquí porque me fascinó. Ante todo, me encanta su crítica al capitalismo en el que todo es una mercancía y lo humano de su narrativa. Sí, es uno de mis referentes. Sobre todo porque Gravedad Artificial es un romance en clave de ciencia ficción y una crítica a esa vida que va tan rápido y sin detenerse. 


Creo que es de mis libros favoritos en el género (y es un género que tengo plagado de autoras, nótese, que un vato sobresalga es raro, pero es que me cansa la hard sci-fi que les gusta tanto) y de esos libros juveniles salidos de los Estados Unidos que sí me gustan muchísimo. Además, las traducciones del FCE siempre han sido muy buenas en México y es otro punto a su favor. Recomendadísimo.

La séptima expedición al Malabí, Gabriel Sáez

Sinopsis: Seis expediciones se organizaron al reino de Malabi y ninguna regreso. Ahora intentan desentranar ese misterio el Viejo Stefano, un inventor, y Meronik, un joven cuyo oficio es imaginar. Acompanados del loro Truman, inician su peligroso viaje por el rio Kamini, que no se sabe a donde conduce. A medida que avanzan, descubrirán que cada provincia de Malabi es como la pieza de un rompecabezas que los llevara a encontrar algo que no buscaban pero en el fondo deseaban fervientemente. Un viaje prodigioso por parajes y dimensiones desde el recuerdo hasta el deseo. 

Dos vatos juntos para que no crean que sólo hablo de autoras. No es cierto. A veces también hablo de ellos. Grabriel Sáenz es un escritor uruguayo y lo único que sé de él es que escribió La séptima expedición al Malabí, publicado en la colección A la orilla del viento, serie azul, para los grandes lectores. Si me conocen poquito ya saben que dos años seguidos vendí libros del FCE en ferias del libro y no les puedo explicar la cantidad de veces que intenté vender este. Lo logré con un puñado de niños y adolescentes, porque a niños que no leían tanto les parecía algo más complicado y a niños que leían más, el hecho de que estuviera en la serie azul los detenía. A mí me fascina.

Me gustan los libros de viajes y de descubrimientos y este es uno de ellos. Van dos hombres y un loro por un río que no saben a donde conduce, encontrándose con las historias (colectivas y hermosas) de todas las provincias del Malabí a su paso. Este es un libro que siempre recomiendo si tienen conocidos a los que les gusten los libros de aventuras y esas historias de fantasía en las que todo se desencadena con un viaje. ¡Además, tiene un detalle precioso! Hay una provincia en el Malabí donde tus sueños se hacen realidad. Puedes, incluso, soñar con la mujer de tus sueños y aparecerá frente a ti. ¿Se imaginan las implicaciones que tiene eso? Léanlo, creo que es un libro que merece más reconocimiento del que tiene.

Momo, Michael Ende

Sinopsis: Momo es una pequeña niña que vive en las ruinas de un anfiteatro de una gran ciudad italiana. Es feliz, buena, cariñosa, con muchos amigos, y tiene una gran virtud: la de saber escuchar. Por eso, es una persona a la que mucha gente acude para desahogarse y contar las penas, ya que ella es capaz de encontrar una solución para todos los problemas. Sin embargo, una amenaza se abalanza sobre la tranquilidad de la ciudad y pretende destruír la paz de sus habitantes. Llegan los Hombres Grises, unos extraños seres que viven parasitando del tiempo de los hombres, y convencen a la ciudad para que les entregue su tiempo. 

Siempre he deseado perderme en Fantasia y viajar con Atreyu. Lógico que Michael Ende sea un referente mío muy claro. El problema es que tengo veinticuatro años y siento que los Hombres de Gris me andan persiguiendo. Todo lo que oigo tiene que ver con cómo ser productivo, perder el tiempo está mal. De repente, en mi adultez, me encontré con una sociedad que venera a los hombres de gris que chupan el tiempo y no se detiene ni un momento y me abruma. En parte, por eso estoy hablando de Momo aquí. En parte es porque simplemente me gusta mucho Momo y la tortuga y la historia de una niña que llegó a vivir de la nada en un Anfiteatro.

Leí Momo de niña y me gustó mucho. Le entendí un poco, pero no puedo decir que haya entendido el peso de la persecusión de los hombres de gris hasta ahora. Me llega mucho más ahora que voy a cumplir veinticinco y estoy, con desesperación, buscando un lugar en el mundo. Por eso, si también se sienten un poco así, lean Momo. Si ya lo leyeron, vuelvan a sus páginas. Si no, sumérjanse en ellas por primera vez. Respiren hondo y tomen un tiempo que sea sólo para leer. Momo es maravillosa.

El sabotaje amoroso, Amélie Nothomb

Sinopsis: Presentamos ahora la segunda novela de Amélie Nothomb, y una de las mejores. Si en Metafísica de los tubos exploraba su singular autobiografía hasta los tres años en Japón, en El sabotaje amoroso recoge las conmovedoras vivencias de su infancia posterior en China. En el gueto de los diplomáticos, en Pekín, la narradora, que entonces tenía siete años, se enamora de una bellísima niña italiana, Elena, quien le enseñará todos los padecimientos del amor. En la senda de Lolita y de Ada o el ardor, transita aquí la mejor narrativa joven de la actualidad.

Creo que ya se dieron cuenta de más o menos como estoy estructurando este asunto. Libros con temas que me interesan, libros que me llegaron, libros de mis referentes. Amélie Nothomb es esa escritora contemporánea que leo sin reservas. Me encanta el valor que le da a su propia imaginación a través de sus historias. El sabotaje amoroso es una de sus novelas autobiográficas, como Estupor y temblores y Ni de Eva ni de Adán, que ya he reseñado en el blog. En esta cubre una parte de su infancia que pasó en China, puesto que su padre es diplomático. 

Además de hablar del amor, como dice la sinopsis, puesto que Amélie se enamora de Elena y descubre cuánto se puede sufrir por amor, también narra una guerra en miniatura que pelean los niños que viven en el gueto de los diplomáticos. Adoro cómo Amélie narra su propia vida. Es esa escritora que, cuando no tengo nada que hacer y quiero asomarme a la imaginación de alguien más, busco sin dudar. Y a ella, curiosamente la conocí porque tengo un blog y leo blogs, así que suena a buena adición en esta entrada.

Bordados, Marjane Satrapi

Sinopsis: Una tarde cualquiera, mientras los hombres hacen la siesta, las mujeres se reonen en el salon y hacen un to. Mientras beben, airean su corazon. Poco a poco, cada una de ellas explica una experiencia vital que les ha marcado para siempre: matrimonios concertados, infidelidades que les han cambiado el futuro y lo m's importante de todo, tener que mantener la virginidad hasta el matrimonio, una cosa que, en los tiempos modernos, a veces no es siempre posible. Bordados es un duro retrato sobre la situacion de la mujer en Oriente Medio y sobre la mejor manera de sobrevivir.

La última, finalmente es Marjane Satrapi con otra novela gráfica autobiográfica. De Marjane siempre me ha sorprendido cómo narra sus sueños y vivencias y como narra las relaciones entre mujeres. Bordados es una novela muy sencilla, donde varias mujeres se juntan (siendo Marjane la más joven, puesto que son reuniones de su abuela) y platican. Cuentan sus vidas mientras hacen algunas labores, hablan de los hombres, de sus amores, de sus experiencias. Nada me gusta más al escribir de la vida de las mujeres que reconocerlas a ellas como personas.

Así que me parece adecuado recomendarlo en mi undécimo aniversario porque aquí se habla mucho de mujeres en la literatura y de mujeres que escriben y reconocer que son personas es una de las cosas que más me gusta (y uno diría que es imposible que no pase, pero la retórica de "mujeres dulces angelitos incapaces de hacer nada malo) de repente sí aparece mucho en la literatura. Por eso, los invito a leer Bordados, de Marjane Satrapi. 

Y hasta acá llegamos. Once años, once libros.

lunes, 28 de septiembre de 2020

Hermanastra, Jennifer Donnelly | Reseña

Sinopsis: Isabelle no es la preciosa muchacha que ha enamorado al príncipe tras perder un zapato de cristal, sino la hermanastra fea que se ha cortado los dedos de los pies para lograr meterlos en el zapato de Cenicienta. Y ese zapato… se está llenando de sangre. Cuando el príncipe descubre el engaño, la rechaza y condena a su familia al desprecio del pueblo. Pero ella cree que se lo tiene merecido: quería ser como Cenicienta y solo ha conseguido ser mala y celosa. Ahora tiene la oportunidad de cambiar su destino y demostrar lo que las hermanastras feas siempre han sabido: ni siquiera un corazón roto basta para someter a una chica.

NO TE CONFORMES CON ROMPER EL CUENTO DE HADAS. HAZLO AÑICOS.

Hay muchas cosas que me dan risa de la sinopsis, de este libro, del hecho de que leí 250 páginas en un día para acabarlo a huevo, antes de que me siguiera dando pereza leer. Ay, esto de romper los cuentos de hadas me da mucha risa, perdón. Pero ya les explico por qué más adelante. El caso es que el libro no me gustó pero a veces encuentro interesante discutir de cosas que no me gustaron porque se abre el diálogo y esas cosas. Esa creencia de que sólo vamos a hablar de las cosas buenas me cansa mucho porque en la crítica puede haber debates increíbles y mucho diálogo (eso sí, parto de la idea que cada quien lee lo que quiere, incluidas las reseñas. 

De nuevo, como hice con El fuego verde voy a dividir la reseña en partes, para dividir los temas que quiero tratar (ya ven, no lo hago sólo con libros que me gustan mucho, aunque sí es más frecuente que me ocurra con libros queme gustaron...). Sólo juro que no estará tan larga.

El hilo negro de los cuentos de hadas

Me llama mucho la atención una corriente que no se cuanto tiempo lleva existiendo (que sé yo, yo alcé la vista y la estrategia de marketing ya estaba aquí) que se volvió una tendencia cuando los retellings de cuentos de hadas inundaron el mercado (recordarán que yo leí Una corte de rosas y espinas de Sarah J. Maas con terribles resultados porque ese libro peca de ser aburridísimo y la peor re imaginación que he visto de La bella y la bestia) después de que se publicó Crónicas Lunares (que se salvó un poquito del asunto, pero yo no los he leído, así que no opino). De repente los equipos de marketing de las editoriales anunciaban estas novelas como "cuentos de hadas más oscuros" o "cuentos de hadas para adultos". Supongo que asumían que lo único que su público conocía eran las adaptaciones de Disney porque de otra manera no se explica como demonios vi campañas y campañas del estilo y como vi cuarenta mil portadas como Hermanastra.

Ilustración de Gustave Doré

Hermanastra acaba allí donde termina la Cenicienta, en esa versión en que la Madrastra obliga a sus hijas a cortarse los dedos para que los pies les puedan entrar en la zapatilla. Ese es el inicio de la historia y me pareció de repente que Jennifer Donnelly quería rescatar esa versión y desarrollarla más. Lo cual es una excelente intención. Reimaginar los cuentos de hadas, reinventarlos, crear a partir de ellos es algo que me encanta. El problema viene siendo cuando, aun cuando los autores no lo hagan a posta (Donnelly siento que no lo hace con esa intención, simplemente quiere agregar a la historia), las editoriales por todos lados me están vendiendo estas cosas como cuentos de hadas más oscuros.

Me pregunto. ¿Habrán leído las recopilaciones de Grimm, Perrault (mi indiscutible favorito porque marcó mi infancia), los cuentos de Hans Christian Andersen? ¿Habrán... leído? La idea de que los cuentos de hadas son rosas viene, sospecho, de Disney. También de la idea que son para niños (sí, para niños de cero y hasta más de cien años, ridículos) y que todas las cosas para niños tienen que ser rosas en el sentido de bonitas, felices y sin ninguna cosa triste (lo que es, mi opinión una soberana estupidez, porque sólo me hace pensar que consideran a los niños estúpidos). En fin, todas esas campañas de hacer los cuentos de hadas más oscuros o "volver a los cuentos de hadas originales" (considerando que lo que tenemos son recopilaciones que nacieron desde la tradición oral en muchísimos casos...) me matan, lo juro. Parece que acaban de descubrir el hilo negro y no asomarse a una tradición que lleva siglos sobre la tierra. (Y no, se llevan escribiendo reinterpretaciones de los cuentos de hadas desde que el mundo es mundo y si quieren unas muy buenas, recomiendo La cámara sangrienta de Angela Carter).

Ilustración de Gustave Doré

En fin, llegué con interés al libro de Jennifer Donnelly porque, al menos, prometía escribir la historia después de Cenicienta, la historia de las hermanastras y la premisa no se veía mal (además era la lectura de un club de lectura, no iba a decir yo que no) y me gustó la manera en la que empezaba la historia (con el Azar y las parcas, elementos de la fantasía del libro tremendamente desaprovechados en un intento de hacerlo más "realista" creo), además del punto de comienzo para las hermanastras de Cenicienta. Y... ya. El resto del libro se pierde en reivindicar cosas (todavía siendo a la autora gritándome) en vez de contar una historia con esas cosas que pretende reivindicar, desaprovecha todos los elementos fantásticos que mete (con excepción de la Reina de las hadas) y es una gringada suprema.

Personajas fuertes

En mi adolescencia me emocionaba mucho por el prototipo de "personaje feminimo fuerte". Se los juro. Muchísimo. Para mí Hermione Granger fue un antes y un después en mi vida porque yo era igual de ñoña y en ese momento buscaba identificarme con cualquier cosa. Nunca me ha sido muy difícil identificarme con personajes, pero una tan idéntica a mí me encantaba. Y después me siguió pasando con muchos personajes (Hester Shaw de Máquinas Mortales, Momo...). Y luego llegó el boom con Katniss Everdeen y acabé descontenta. Me estaba pasando algo con los personajes femeninos fuertes. No porque haya algo malo con ellas per se; Katniss me parece muy interesante para hablar de salud mental, con todo y que yo deteste a morir la trilogía de Los Juegos del Hambre. El problema es que de repente los personajes femeninos fuertes eran aquellos que entraban en un rol masculino y nada más.

Me explico: personajes fuertes eran las guerreras que daban patadas y reventaban cabezas de la nada en historias con un subtexto que despreciaba abiertamente lo femenino. Me gustan, en cambio, las personajas que van contra esa norma (Elizabeth, en Black Butler, es un ejemplo) y que demuestran que algunas cosas "típicamente masculinas" no están peleadas con otras "típicamente femeninas". O personajes que demuestran que no sólo hay fuerza en la pelea, sino en la inteligencia (¿por qué creen que me gusta Hermione Granger?), en la compasión (Luned, de El fuego verde, de quien hablé tanto la entrada pasada), en el cuidar a otros, en la resiliencia. 

 En el caso de Hermanastra, me resultaba especialmente atrayente Tavi, la otra Hermanastra, apegada a las ciencias y a los libros. Sus ansias de estudio me resultaban maravillosas y los desastres en los que se metía (como el queso maloliente) me hacían sonreír. Una chica a la que le gustaban las matemáticas y quería estudiar en vez de ser una esposa para el resto de su vida. Es algo bonito. Lástima que sus diálogos parecieran exposiciones aburridas de secundaria escritos sin ninguna clase de amor y no tuviera personalidad más allá de eso. Isabelle estaba mucho mejor formada en ese sentido, buscando los pedazos de su corazón. Sin embargo, me decepcionó un poco que acabara finalmente en ese prototipo de personaja que sirve para reventar cabezas cuando durante toda la historia se demostró que además de sus habilidades para la pelea, también era compasiva con los suyos a su manera y era protectora. 

En fin, lo que no me gusta tanto de la historia es el subtexto. Siento que es algo que la autora no supo manejar. Está ahí gritándote constantemente, sin ni intentar usar el lenguaje a su favor para gritarte "¡mira lo feminista que soy! ¡mira lo woke que soy!". No me gusta eso. ¿A mí que? Que bueno que seas woke, oye. Quiero una historia, no que te cuelgues medallas en la frente. Quiero que tu historia me transmita ese mensaje, no que salgas de entre las páginas a tratarme como una lectora pendeja. En fin. Creo que hay pensar a los personajes más allá de la gringada woke, construirlos con cariño para que no acaben hablando como robots de secundaria (de verdad qué tristeza me da Tavi, porque su personaje pudo haber sido entrañable) contestando con desgana a las preguntas del profesor.

Conclusiones y otras cosas

Muy bien, ya no me quiero extender más respecto a la reseña. Creo que lo único que me gustó fue Tanaquil, la Reina de las Hadas (y lo digo con reservas, porque de verdad le busqué cualidades redentoras a este libro, pero de gringada no pasó) porque fue el único elemento de fantasía que me pareció bien aprovechado. El resto quedó diluido en la nada (¡las parcas! ¡Azar! ¡Desaprovechados totalmente!). Los personajes no me parecieron formados muy bien con la excepción de Isabelle (y eso sólo porque a ella se le dedican más páginas).

Ilustración de Gustave Doré

Mi conclusión del libro es que fue una gringada. No hay otra forma en la que yo pueda describirlo. Sentí que los personajes se movían y hacían cosas y hablaban y que el texto me intentaba contar algo, pero de lejos y de repente salía la autora a tratarme como si no fuera suficientemente lista para entender su subtexto. Y eso, miren, yo no lo aguanto. 

¿Recomedarlo? O sea, sinceramente no, pero si les gustan las cosas basadas en cuentos de hadas es probable que igual les guste y yo no voy a detenerlos de que lo intenten. Cada libro tiene su público. Total. Nos vemos en la siguiente reseña.

sábado, 12 de septiembre de 2020

El fuego verde, Verónica Murguía | Reseña

Sinopsis: Luned no es como las demás muchachas: en sus sueños no hay sitio para pretendientes y familia. Lo que anhela es perseguir a los ciervos, trepar a los árboles y buscar madrigueras. Un día, gracias a un forastero, descubre un oficio misterioso que tal vez le proporcione un hueco en el mundo: contar historias. Será el principio de una peripecia que la llevará por senderos nunca transitados... 

Ya me volví a encontrar con Verónica Murguía... *truena los nudillos* ¡No es cierto! Este libro me gustó mucho y voy a llorar por toda la entrada. Quienes sepan de mis desencuentros con Loba los saben y ya; pasa que a veces un libro no te gusta nada y luego lees otro del autor y te gusta mucho. Eso me pasó con El fuego verde, que es la lectura de septiembre en #VolverAHogwarts (club de lectura de fantasía, al que los invito con mucho gusto si les gusta el género).

Quiero abordar la reseña desde distintos puntos, entonces voy a separar la entrada en partes, más que nada para poner orden y no ir saltando de un tema a otro sin ton ni son. La reseña no tiene spoilers, pero beware por exceso de referencias a cosas de la tradición fantástica y exceso de sentimientos de Nea.

Sobre contar historias y el poder del lenguaje

La guerra, y eso no podía explicarlo, era una en los poemas y otra en la vida real. No es que ella hubiera visto una guerra. Pero Efra había visto dos batallas, y no había nada poético en lo que vio; decía que todo fue confusión, dolor y muerte. Recordaba los gritos, el olor de la sangre, de os orines y el excremento de heridos y muertos. 

Siempre he escrito historias con elementos fantásticos. Tengo experimentos en otros géneros, como la ciencia ficción (aunque siempre acaba muy híbrida y no al gusto de los intelectuales de la ciencia ficción), el realismo (no me vuelvan a dejar escribir realismo, porque no es lo mío), pero siempre acabo volviendo, de muchas maneras a la fantasía. A finales de año pasado empecé a escribir otra vez fantasía de esa que queda en la etiquetita de fantasía épica después de años de no acercarme porque había acabado muy aturdida de cómo hacer bien los mapas y dónde van los ríos y cómo hacer que tu sistema político esto y lo otro y lo de más allá. 

Arte conceptual de Hwanggyu Kim

Léase, estaba muy trabada. No negaré que Marx influyó en mi manera de escribir sistemas políticos, pero estos jamás han sido el centro de mi fantasía, por ejemplo. Lo mágico, imaginativo y lo imposible dentro del realismo sí. Por unas o por otras, este también ha sido un año donde he leído muchísima ficción especulativa y, dentro de ella, bastante fantasía. Y yo no concibo escribir sin leer (se me ocurre imposible sentarse a escribir sin haber leído, pero luego hay quien lo hace y pues... ok, los juzgaré desde la distancia), así que entre tanta lectura empecé a descubrir hacia donde quería ir con esto de la escritura.

El fuego verde tiene como protagonistas a dos cuenteros. O un cuentero y su aprendiz, si quieren ponerse estrictos. Gran parte del libro versa alrededor del arte de contar historias, del amor por las historias y la manera en que las palabras las transforman, hacen posible que la gente se las imagine de alguna u otra manera. La prosa de Verónica Murguía está repleta de amor por las historias y un profundo reconocimiento a algunas de las historias más reconocidas del lore fantástico. Siendo Broncelandia el escenario de parte del libro, es lógico que se hable de Merlín y del ciclo Artúrico, por ejemplo; en el libro también hay múltiples referencias al Beowulf (que me dejó con ganas de leerlo, porque yo en esos lados del mundo siempre he ido más tras el ciclo artúrico y, yéndonos al sur de Europa, la mitología clásica griega y romana y ¡ojalá hubiera tiempo para leerlo todo!). Dejo un poco eso de lado porque ya lo recuperaré más adelante, ahorita quiero centrarme sobre todo en el amor a las historias y a los libros.

El chiste es que quiero hablar un poco de el amor a la tradición oral que se respira en este libro (y al preservar las historias también). Hace poco comentábamos en una transmisión en vivo de Librosb4tipos en como muchas escritoras reconocían, desde su narrativa, el trabajo de la oralidad al momento de contar historias. Ya mencioné que a mí, por ejemplo, Kalpa Imperial de Angélica Gorodischer me había trasladado hasta Las Mil y Una Noches (porque yo personalmente asocio la tradición oral a esa obra porque es de mis favoritas que algún día terminaré de leer). Me pasa algo parecido con algunos pasajes de El fuego verde, que me trasladan inmediatamente ya no sólo a los poemas épicos a los que hacen referencia, sino a todo el montón de historias que han pasado de boca en boca y que alguien decidió que merecían quedar inmortalizadas sobre el papel y así llegaron hasta nosotros.

También, por supuesto, por el inmenso poder que Verónica Murguía le concede a las palabras. A mí lo que más me importa a la hora de leer fantasía es que me dejen con esa sensación de que la imaginación es el único límite que existe (y esta no tiene fronteras, así que...). El lenguaje es sumamente poderoso porque puede cambiar la perspectiva de quien está leyendo. Una historia trágica, sólo con el poder de la palabra, puedo parecerte hermosa.

Los tres estaban de acuerdo en que tal vez esa fuera la magia de las palabras. Cuando el poeta escribía "cisne sangriento" por buitre y "árbol de lobos" por la horca, lo que acudía a sus cabezas era hermoso.

Si hacemos eso los escritores. La muerte puede volverse algo hermoso en nuestras palabras (oíganme nada más decirle a mi esposa que un personaje "tuvo una muerte hermosa", por ejemplo), la guerra puede ser algo poético si lo quieren, no el horror que es en la realidad. Y Luned, Denme y Efra, viven en esos dos mundos: el de las historias y el de las palabras terribles con significados terribles y horrorosos. Hay un pasaje en donde Luned habla de las palabras aprendidas en Corberic en contraste con los poemas y es un pasaje precioso que nos recuerda que escapamos de la realidad a través de los cuentos de hadas no porque estos sean hermosos y color de rosa (asumiré que aquí todos sabemos que no lo son) sino por las imágenes que los escritores y los poetas evocan en nosotros.

Brocelandia y otras referencias a la tradición fantástica

El escenario era el bosque. En el bosque vivió Merlín —y Luned percibió con claridad que en el nombre del mago resonaba el eco del gorgojeo del mirlo— cuando se volvió loco; en el bosque nació Peredur; oculto en el bosque acechaba Grendel, el monstruo. Las hadas y los elfos eran los hijos o padres de los árboles que ella amaba tan apasionadamente.

La fantasía no nació en un termo al vacío. Tolkien no la creó un buen día ni sacó a la Tierra Media de ninguna parte. Todos los escritores de fantasía tienen (tenemos) una tradición inmensa a nuestras espaldas. No sólo la celta ni todas las historias que hicieron que Tolkien imaginara la tierra media, sino todos los mitos, de todas partes del mundo. A mí me cansa lo predominantemente europeo en el género (más que nada porque hay un constante cierre de puertas para quien no se ciñe a unas reglas muy rígidas en el mercado) pero no quiere decir que no me guste. Por ejemplo, si yo les contara del ciclo artúrico... *dos millones de años después*. Creo que eso lo dejó claro.

Concept Art de Marco Gorlei

El caso es que además de que me gusta leer fantasía inspirada en el imaginario fantástico de América Latina (y aquí es en donde me interrumpo otros dos millones de años para hablar de La saga de los confines de Liliana Bodoc) o de cualquier otra parte que no sea Europa, también me encanta ver honrado el lore fantástico del Ciclo Artúrico, de Bretaña, Francia, los cantares medievales (amor aquí para Isolda y Tristán, por favor), porque la fantasía no nació de la nada ni la inventó Tolkien del vacío, ni ningún otro escritor. Ya lo dije: hay una tradición inmensa a nuestras espaldas.

Hay un libro que se llama Breve historia de la fantasía y tiene una cita referente al ciclo artúrico que yo aplicaría a casi todas las historias que me hicieron desear escribir fantasía una y otra vez, es esta: 

Y es que quien sucumbe una vez a la leyenda Artúrica, irremediablemente, sucumbirá mil veces más y no podrá evitar que terminan cayendo en sus manos todas las obras que resuenen con los ecos de la Dama del lago.

The Quarrel of Oberon and Titania, de Sir Joseph Noel Paton

La cosa es que a través de las páginas del fuego verde veo toda una rendición a esta tradición fantástica hermosa, el amor a los libros y a los poemas de Luned lo siento, porque se parece un poco al mío: no es tanto a los objetos como a las historias mismas (¿he mencionado ya las suficientes veces que el culto al libro como objeto me pone nerviosa?). Aunque Denme me parezca un poco creepy a veces en sus interacciones con Luned (perdón, apreciaciones personales) adoro que ella decida seguirlo para convertirse en cuentera justamente por el amor a las historias y por querer provocar los mismos sentimientos que él le causa cuando cuenta sobre Brocelandia o cuando lee el Beowulf (muchísimas veces referenciado en esta historia). También pueblan el libro y el universo de Murguía personajes como Tristifer o la Fata Titania, Reina de las Hadas.

Luned

Si el bosque de Brocelandia era el palacio, Luned jugaba a ser la reina. Las veredas alfombradas de agujas de pino eran los pasillos que llevaban a la piedra musgosa que hacía las veces de trono; los abedules y los castaños eran las columnas que sostenían el techo, entre cuyas nervaduras aparecían las estrellas. El búho era el heraldo que anunciaba su llegada.

Mi parte favorita del libro es Luned. Es una de las protagonistas que mas me ha enamorado últimamente y adoré cada uno de sus momentos en el libro. Su infancia en el pueblo y el bosque, por ejemplo, es de mis partes favoritas, porque no es un tipo de protagonista que suela tener muy seguido.

Lo comentaba una vez que estaba hablando de Black Butler (Kuroshitsuji) en tuiter y sobre Elizabeth Midford, mencionando que aunque estaban en boga las protagonistas fuertes ¡y a mí me encantan!, hubo un momento en la historia en que solían ser calificadas por su feminidad. Está bien tener esas protagonistas fuertes que se salían de la norma, como Katniss Everdeen (hola, soy Nea Poulain y Los juegos del hambre no me gustan y nunca lo he superado), pero son constantemente castigadas por la feminidad que mostraran y la narrativa pasaba el tiempo recordando que "no eran como las demás chicas" (en realidad ninguna chica es como las demás). 

Mencioné en tuiter a Elizabeth de Black Butler porque me maravilla su sensibilidad y me maravilla ese capítulo donde empieza diciendo algo como que "las chicas están hechas de cosas delicadas", haciendo alusión a las convenciones sociales (victorianas) sobre las mujeres y termina, demostrando lo fuerte que es, diciendo "pero esto es de lo que estoy hecha yo". Breve resumen. También recordé un poco una trilogía que más o menos me gusta de Kristin Cashore (Graceling, el primer libro está bien, el segundo, Fuego, es majestuoso y el tercero, Bitterblue, es normal), porque sus protagonistas, tres mujeres, son muy diferentes entre sí; mi favorita es Fuego, una arquera monstruo que sueña con formar una familia (algo que, en su condición de monstruo, le es negado) y pone de cabeza a un reino entero. 

Arte conceptual de Sergey Vasnev

Luned no tuvo miedo de este bosque antiquísimo: amaba a los árboles y sentía que los gigantes que la rodeaban la conocían. Sabía que pisaba suelo sagrado, porque no había experimentado nunca esta especie de silencio grabe y preñado de muda alegría que se hizo en su corazón.

Me gusta Luned precisamente por su sensibilidad y por su fuerza interior. Es valiente y no se traiciona a sí misma. Se esfuerza en aquello que la apasiona, como el bosque, las plantas y las historias. No es una chica como "las demás", o sea, no calza con el imaginario de lo que debe ser una chica, pero la narrativa no lo repite todo el tiempo. Queda claro siempre que Luned se sale de la norma porque su madre se desespera con ella, pasa todo el tiempo en el bosque y no tiene ningún interés en casarse. Hay varios fragmentos sobre ella muy curiosos sobre ello. En tuiter, mientras comentaba la lectura, dije varias veces que quería abrazarla y protegerla y sí, eso me inspira Luned. Aunque no es que necesite protección.

—¿Quieres morir? ¿No ser? ¿Estás loca, niña?
—No... No quiero, pero tampoco quiero ser para siempre. ¿Cómo, entonces, podría amar sin vacilaciones? ¿Gozar? Tarde o temprano todo sería mío, y perdería todo también... Olvidaría lo que soy. Un ser preso en el tiempo y la carne...

Si ya leyeron el libro, les diré que mis momentos favoritos de ella son en su viaje por el bosque de los elfos y las hadas: el capítulo de Tristifer y su plática con la Fata Titania. Son momentos poderosísimos para ella y para la historia en sí. Quiero más protagonistas tan sensibles y tan fuertes como Luned. Muchas, muchísimas más. La única pega que pongo a todo esto es que a mí, precisamente, no me encanta la relación que tiene con Denme, pero bueno, eso ya es una apreciación personal porque por algunos detalles de la narración siento que él es muy creepy a veces.

Conclusiones 

Había aprendido otras palabras terribles desde su llegada a la ciudad. Horca, picota, cepo, descuartizamiento, grillete, tortura, mazmorra, rueda de Tántalo, verdugo, mano de gloria.
Su aldea era tan pequeña que esas palabras no se usaban.
Muerte, hambre, peste, dolor, sí.
Se decía a sí misma (y hacía uso de un lenguaje nuevo, recién aprendido) que cada palabra era como un fruto, la culminación de un árbol de ideas; que cuando aprendía la palabra y comprendía su origen, la palabra la iluminada con el relámpago de la revelación.

Perdón por hacer una reseña (a estas alturas, ¿esto califica como ensayo o algo así?) tan larga. La fantasía, el contar historias y los personajes como Luned me pueden. Les recomiendo este libro porque es magnífico. Tiene algunos detallitos, pero no quiero detenerme en ellos (y además ya los mencioné arriba).

Me reconcilié mucho con Verónica Murguía. Creo que este es el libro que debí de haber leído primero, para recomendárselos miles y millones de veces. Tiene la misma prosa magnífica que amo de Loba con temas que me interesan, cosas que me apasionan y es, además, fantasía mexicana. ¡Latinoamericana! Lean a las fantasistas de este lado del planeta, tenemos muchas cosas que ofrecer.

En otros temas, también me apasiona como el libro habla de la vida y la muerte. Ese es ya un apéndice no más a toda la entrada, porque si no esto terminaba siendo inacabable y yo no sé si me van a leer o me van a mandar al carajo al párrafo y medio. Pueden leer este libro en bookmate. Ahí lo leí yo porque esa es su edición más reciente (es diferente a la primera, aviso).

—Y a ti, ¿quién te dijo que la muerte es mala? Mala es la lepra, y mala la crueldad de los demás hombres y mujeres que nos rechazan. Pero no la muerte.