Divagaciones de una Poulain
by Nea Poulain
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lunes, 4 de enero de 2016

Leamos a los premios Nobel | Reto de lectura

Como no encontré este reto como yo lo quería, con los lineamientos que yo lo quería, decidí que, si no estaba hecho, lo iba a hacer yo. Creo que ya ha quedado claro de que se trata, de leer a los premios nobel de literatura, no tiene mucha ciencia, así que explicaré de que se trata, por si alguien quiere hacerlo: 


  1. Tienen que leer al menos un libro de cada Premio Nobel de Literatura.
  2. Este es un reto atemporal. No hay fecha de inicio, y no hay fecha de fin. Da exactamente igual si lo hacen en un año, que si lo hacen en tres, en cinco o se tardan toda su vida (yo llevo dos intentando leerlos y no llevo mucho). El propósito es leer, no ir a velocidad
  3. Es retroactivo. Todos los libros que han leído en su vida cuentan. Por ejemplo, si ya leyeron un libro de García Márquez, lo pueden contar como parte del reto. Aunque si quieren empezar de cero, son más que bienvenidos.
  4. Es acumulativo. Cada año se anuncia un premio Nobel de Literatura, cada año se agrega un libro más. Al menos, hasta el momento en que deseen seguir el reto. Si un día deciden detenerse, son libres de hacerlo.
  5. No es obligatorio reseñar sus lecturas. Aunque mejor si pueden hacerlo.  
  6. ¡Disfruten la lectura!
Si desean anotarse, pueden notificármelo en esta entrada. Si tienen y van a publicar reseñas, pueden dejar el enlace de su blog, su cuenta de Goodreads, su canal de Youtube, o el medio que les apetezca. Si no, pueden dejar sólo su nombre. Yo voy a ir dejando mis avances en esta misma entrada, junto con los enlaces a las reseñas.

Participantes



Lista de premios Nobel


En color verde y negritas, los que ya leí, con el título de la obra que leer. En caso de existir, link a la reseña.


2017 - Kazuo Ishiguro - Nunca me abandones - Reseña
2016 - Bob Dylan
2015 - Svetlana Alexiévich - Voces de Chérnobil - Reseña
2014 - Patrick Modiano - Más allá del olvido - Reseña
2013 - Alice Munro - Mi vida querida 

2012 - Mo Yan
2011 - Tomas Tranströmer
2010 - Mario Vargas Llosa
2009 - Herta Müller - Todo lo que tengo lo llevo conmigo
2008 - Jean-Marie Gustave Le Clézio
2007 - Doris Lessing
2006 - Orhan Pamuk
2005 - Harold Pinter
2004 - Elfriede Jelinek
2003 - J. M. Coetzee
2002 - Imre Kertész
2001 - V. S. Naipaul
2000 - Gao Xingjian
1999 - Günter Grass
1998 - José Saramago
1997 - Dario Fo
1996 - Wislawa Szymborska
1995 - Seamus Heaney
1994 - Kenzaburo Oe
1993 - Toni Morrison - Sula
1992 - Derek Walcott
1991 - Nadine Gordimer
1990 - Octavio Paz - La llama doble
1989 - Camilo José Cela
1988 - Naguib Mahfouz
1987 - Joseph Brodsky
1986 - Wole Soyinka
1985 - Claude Simon
1984 - Jaroslav Seifert
1983 - William Golding - El señor de las moscas - Reseña
1982 - Gabriel García Márquez - Cien años de soledad
1981 - Elias Canetti
1980 - Czeslaw Milosz
1979 - Odysseus Elytis
1978 - Isaac Bashevis Singer
1977 - Vicente Aleixandre
1976 - Saul Bellow
1975 - Eugenio Montale
1974 - Eyvind Johnson, Harry Martinson
1973 - Patrick White
1972 - Heinrich Böll
1971 - Pablo Neruda - Veinte poemas de amor y una canción desesperada
1970 - Alexandr Solzhenitsyn
1969 - Samuel Beckett
1968 - Yasunari Kawabata
1967 - Miguel Angel Asturias
1966 - Shmuel Agnon, Nelly Sachs
1965 - Mikhail Sholokhov
1964 - Jean-Paul Sartre
1963 - Giorgos Seferis
1962 - John Steinbeck - Las uvas de la ira - Reseña
1961 - Ivo Andric
1960 - Saint-John Perse
1959 - Salvatore Quasimodo
1958 - Boris Pasternak
1957 - Albert Camus - El extranjero
1956 - Juan Ramón Jiménez
1955 - Halldór Laxness
1954 - Ernest Hemingway - Las nieves del Kilimanjaro y otros cuentos
1953 - Winston Churchill
1952 - François Mauriac
1951 - Pär Lagerkvist
1950 - Bertrand Russell
1949 - William Faulkner - La escapada
1948 - T.S. Eliot
1947 - André Gide
1946 - Hermann Hesse
1945 - Gabriela Mistral
1944 - Johannes V. Jensen
1939 - Frans Eemil Sillanpää
1938 - Pearl Buck - Viento del este, viento del oeste. 
1937 - Roger Martin du Gard
1936 - Eugene O'Neill
1934 - Luigi Pirandello
1933 - Ivan Bunin
1932 - John Galsworthy
1931 - Erik Axel Karlfeldt
1930 - Sinclair Lewis
1929 - Thomas Mann
1928 - Sigrid Undset - Catalina de Siena. 
1927 - Henri Bergson
1926 - Grazia Deledda - El secreto del hombre solitario. 
1925 - George Bernard Shaw
1924 - Wladyslaw Reymont
1923 - William Butler Yeats
1922 - Jacinto Benavente
1921 - Anatole France
1920 - Knut Hamsun
1919 - Carl Spitteler
1917 - Karl Gjellerup, Henrik Pontoppidan
1916 - Verner von Heidenstam
1915 - Romain Rolland
1913 - Rabindranath Tagore
1912 - Gerhart Hauptmann
1911 - Maurice Maeterlinck
1910 - Paul Heyse
1909 - Selma Lagerlöf - El carretero de la muerte. 
1908 - Rudolf Eucken
1907 - Rudyard Kipling
1906 - Giosuè Carducci
1905 - Henryk Sienkiewicz
1904 - Frédéric Mistral, José Echegaray
1903 - Bjørnstjerne Bjørnson
1902 - Theodor Mommsen
1901 - Sully Prudhomme

jueves, 22 de octubre de 2015

Voces de Chérnobil: crónica del futuro, Svetlana Aleksievich | Reseña

Sinopsis: Tal como recalca su propia autora, este no es un libro sobre Chernóbil, sino sobre sus consecuencias ―las pasadas y las futuras―, sobre personas a las que les tocó vivir una nueva realidad que todavía existe pero que aún no se ha comprendido. Aquellos que sufrieron Chernóbil son los supervivientes de una Tercera Guerra Mundial nuclear. Según Alexievich, en este mundo hostil “todo parece completamente normal, el mal se esconde bajo una nueva máscara, y uno no es capaz de verlo, oírlo, tocarlo, ni olerlo. Cualquier cosa puede matarte... el agua, la tierra, una manzana, la lluvia. Nuestro diccionario está obsoleto. Todavía no existen palabras, ni sentimientos, para describir esto”.

Un día anunciaron el Nobel. Como de costumbre, el nombre no me sonaba de absolutamente nada. Vamos, en mi vida lo había oído (como a los anteriores). Pasaron unas horas y me aguanté las ganas de investigar todo sobre su vida. Era una mujer y era bielorrusa, así que no aguante mucho y lo busqué en google. Vi que era periodista y que su único libro traducido al español era acerca de la catástrofe de Chérnobil (o más bien, de sus consecuencias). Yo, que en una época vi cuanto documental sobre radiación se me puso delante, dije que algún día lo leería. Y luego me lo topé enfrente. Se tardó más o menos dos días más en caer y yo me tardé dos días más en empezarlo. De ahí, lo que sigue es historia. 

Este es, sin duda, uno de los mejores libros de no ficción que he leído. No creo que todo el mundo esté interesado en él, o que a todo el mundo le guste o que a todo el mundo le entretenga. De hecho, aunque yo lo he recomendado por activa y por pasiva sé que, de todas las personas que lo leerán porque yo llevo ya semanas estampándoselo en la cara a quien quiera oírme, le encantará a unas cuantas. Otras me dirán que es largo. Otros que se aburrieron. Otros me dirán "está bien", pero se quedará allí. Al menos eso creo. No conozco demasiadas personas que suelan leer texto periodístico y mucho menos de este tipo.

Voces de Chernóbil me recuerda irremediablemente al único libro que he leído de Elena Poniatowska: La noche de Tlatelolco. ¿Por qué, si entre un accidente catastrófico en Ucrania y una matanza en Tlatelolco no hay prácticamente nada en común? Por la manera de contar la historia. Tratan sobre temas muy diferentes, y están estructurados muy diferentes, pero no hay duda que las dos historias están contadas de manera oral, que son entrevistas o pedazos de entrevistas que se seleccionaron y se transcribieron. Eso, obviamente, en este libro hace difícil que te sitúes en la historia hasta que no te lo dice quien está hablando y, generalmente, nunca te lo dicen tal cual. 

Si quieres saber los datos duros y fríos de la catástrofe de Chérnobil, este no es el libro para eso,  ya hay libros y miles de documentales que se enfocan en esa parte de la carástrofe. Para eso no sirve. Apenas hay algunos números y porcentajes, aquí lo que hay son las voces de Chérnobil, literalmente. Algunas de las personas entrevistadas hablan sobre los roetguen y las dosis letales de radiación, pero de pasada, eso, al fin y al cabo, deja de importar ante algo que ya ocurrió. Eso no es lo que importa, porque en este libro está impreso el lado más humano. Habla de las consecuencias, no sólo para la ciencia, la radiación, la URSS, el comunismo, habla en sí de las consecuencias sobre las personas. 

Reactor de la Planta Nuclear. Aún sin el sarcófago.
Este, además, no es un libro que busca culpables. Los años pasan y buscar culpables ya no le importa a nadie. Además, entre los que eligieron no avisar para no cundir el pánico y trabajar en el más absurdo secretismo, entre los que prefirieron el secreto que salvar a su propia población, entre los que no informaron a los liquidadores de las dosis reales de roetguen que estaban recibiendo y entre los que dejaron pasar los días antes de avisarle al mundo que en la Planta Nuclear había ocurrido un accidente (sólo un incendio, controlado, y sin embargo, nadie dice que los liquidadores trabajaron para evitar que explotaran los otros tres reactores, cuyo efecto sobre toda Europa hubiera sido letal), los culpables son tantos, que en realidad a nadie le importa ya.

Es una historia dura y lo es porque no es una historia de guerra, no es una catástrofe causada por alguien más, como la bomba atómica sobre Hiroshima y Nagasaki: fue un simple accidente, una casualidad y eso es aún más difícil de entender. Lo mencionan en el libro. Hiroshima y Nagasaki fueron la guerra, pero Chérnobil era el átomo de la paz y nadie se imaginaba que fuera sólo un hermano del que conformaba la bomba atómica.

Pripiat actualmente: una ciudad fantasma
¿Cómo elegir entre el amor y la muerte? ¿Entre el pasado y el ignorado presente? ¿Y quién se creerá con derecho a echar en cara a otras esposas y madres que no se quedaran junto a sus maridos e hijos? Junto a esos elementos radiactivos. En su mundo se vio alterado incluso el amor. Hasta la muerte.
Ha cambiado todo. Todo menos nosotros.
Eso sí, si no conoces la historia de Chérnobil, al menos de pasada, lo más probable es que haya varias partes en el libro confusas, que quizá no entiendas a la primera, quizá te pierdas un poco porque los entrevistados dan por supuesto que al menos algo se sabe del tema. Al libro le falta ponernos un poco en contexto, pero en realidad creo que no es algo que sea totalmente necesario. Con leer la Wikipedia entiendes de que hablan los entrevistados. La mujer de un bombero que murió de la radiación a los diecisiete días cuenta su historia, como perdió a su hija y su salud por lo mucho que amaba a su marido, los liquidadores (soldados que trabajaron en el reactor), gente evacuada, gente que se negó a evacuar, gente que volvió a sus pueblos, aún abandonados, comunistas convencidos y no convencidos, científicos, historiadores, escritores... un sinfín de personas desfilan por estas páginas para contarnos su versión de la historia, sus desdichas o sus alegrías, para contarnos lo que pasó desde sus ojos. Y por supuesto, la historia varía por la cantidad de puntos de vista que hay, pero casi todos coinciden en algo: para la Unión Soviética hubo un antes y un después de Chérnobil.

Liquidadores de Chérnobil, casi todos están muertos hoy en día o enfermos
We're often silent. We don't yell and we don't complain. We're patient, as always. Because we don't have the words yet. We're afraid to talk about it. We don't know how. It's not an ordinary experience, and the questions it raises are not ordinary. The world has been split in two: there's us, the Chernobylites, and then there's you, the others. Have you noticed? No one here points out that they're Russian or Belarussian or Ukrainian. We all call ourselves Chernobylites. "We're from Chernobyl." "I'm a Chernobylite." As if this is a separate people. A new nation.
Bueno, creo que ya quedó claro; para mí este libro es un 5/5, perfecto, aunque reconozco que quizá le hace falta darnos un poco de contexto, pero es precisamente la manera de hablar de cada entrevistado lo que nos deja ver el lado más humano de la situación. Totalmente recomendado. Este libro a menudo nos recuerda que, muchas veces, la realidad supera a la ficción. ¿Quiénes somos nosotros para poder imaginarnos una catástrofe de esta magnitud cuando ni los libros que leemos se acercan al tema de esta manera? Ver el lado más humano de esta catástrofe es a menudo sobrecogedor y desesperanzador, pero también espeluznante. Porque ni en el libro más trágico de ciencia ficción existe algo como Chérnobil.