Divagaciones de una Poulain
by Nea Poulain

viernes, 31 de julio de 2015

Los 10 libros que más me marcaron

Hoy es 31 de Julio. Si su friki interior les dice que es un día especial, es que probablemente leyeron Harry Potter, como yo, y les gustó. Sin esos libros, problablemente yo no sería lo que soy ahora, ni tendría este blog, ni escribiría fics (algunos más malos que otros), ni estaría perdiendo escribiendo esta entrada. A mí no me disgustaba leer antes de Harry Potter, porque mi mamá me compraba cuentos toda la vida, pero el día en que llegó a la casa con Harry Potter y la Cámara Secreta (sí, me los leí en desorden) marcó gran parte de mis gustos.


Así que esta es la entrada de los 10 libros que más me han marcado a lo largo de toda mi vida. No son mis libros favoritos, debo aclarar sino aquellos que marcaron un antes y un después en mi vida, en mis gustos, o en mi forma de ver el mundo. 

1. Harry Potter


Mis siete libros. Todos rotos, deshechos, con la marca del uso
Si nos ponemos estrictos, estos son siete libros en total, pero bueno, a mí lo que me marcó fue el primero que leí (el segundo) y el monstruoso fenómeno que vi pasar ante mis ojos y del que fui parte. Hoy, todas las personas que crecimos con Harry Potter (yo tenía seis años cuando empecé a volverme fan), rondamos peligrosamente la veintena, incluso ya hay gente bien metida en ella. Harry Potter fue la razón por la cual yo conocí a mucha gente interesante, me puse a leer todo libro que cayera en mis manos y, si nos ponemos estrictos, llegué hasta aquí. 

2. El tesoro del molino viejo


Usualmente, no pienso nada en ese libro, es un libro que olvidé fácilmente después de cumplir doce años, pero que, cuando leí, me dejó impresionada (porque, seamos sinceros, yo era fácilmente impresionable). Trataba de una chica medio abusiva que se había amiga de una chica mucho más tímida a la que molestan en el colegio y la chica más tímida, deseosa de atención, empieza a mentir diciéndole que ella conoce al molinero del que habla la leyenda y que puede parar las lluvias. La otra chica empieza a aprovecharse de ella y listo, ya tenemos trama. No recuerdo una trama más simplona complicada hasta las últimas consecuencias que este libro. No me parece malo, y de hecho me llegó a gustar, pero el final es estúpido, simplón y se marca un final a lo Narnia. En fin, yo no soy quien para cuestionar las creencias de los autores, pero el libro era muy creíble hasta que llegamos a ese punto.

3. Diablo Guardián


Ya he hablado de él en blog antes y he citado ese maravilloso inicio que me sé de memoria. Bueno, cuando empecé a leer ese "Ave María Purísima: me acuso de ser yo por todas partes", no sabía qué clase de libro iba a leer, ni que cuando lo acabara lo iba a recomendar por activa y por pasiva. Este libro es uno de mis libros de cabecera y me lo llevaría a una isla desierta sin dudar. Primero, porque es divertidísimo (Violetta narrando lo es), segundo, porque podrá ser una historia acerca de nada, pero la narración es increíble. Este libro hizo que se me cayera uno de los mitos más grandes de mi vida: leer no nos hace mejores personas (moralmente), leer a veces acaba volviéndote más ácido, más crítico, más sarcástico y más irónico. Por ese libro conocí a Xavier Velasco y entendí que no tienes que escribir de personajes agradables para hacer una buena historia: puedes crear dos personas despreciables en todo su ser y contar, con ellos dos, una de las mejores historias que he leído.

"Me escapé de la casa para criar mis propias esclavitudes. Más perfectas, más sólidas. Esclavitudes diseñadas a la medida de ambiciones un poquitito menos estúpidas. Mis papás no sabían gastar el dinero, yo sí. Ésa es toda la diferencia. Ladrones finalmente éramos todos. Impostores, también. Y nacos, que, ni qué. Me da un poco de pena decirlo, pero el nombre que sale en mi acta de nacimiento es Violetta Rosalba Schmidt, y ya después los apellidos de mis papás, que por supuesto desentonan como pelos en las piernas de Brooke Shields."


4. La peor señora del mundo, Fransisco Hinojosa


Sí, lo tengo dos veces
No hay libro que me haya tenido más entretenida que este cuando era niña. Es todo lo que espero de un libro infantil: una buena historia, unos personajes buenos que derrotan a un villano de manera original y una señora tan mala, pero tan mala, pero tan mala, que apagaba sus cigarros en los ombligos de los taxistas y le daba a sus hijos comida para perros. En un mundo de verdad, la seguridad social se habría llevado a sus hijos (pero ella seguiría apagando sus cigarros donde quisiera, no nos engañemos). No tengo mucho para decir sobre este libro, sólo que, si alguna vez ven a una loca de más o menos veinte años formada en una firma de libros para niños con una edición especial de La peor señora del mundo, diciéndole a Hinojosa que lo ama, soy yo.

5. Sibila, María García Esperón


Este es un libro descontinuado porque apenas si vendió ejemplares. Yo lo encontré en un almacén de Porrúa, donde dos empleados quizá no pudieron evitar preguntarse por qué demonios me interesaba el librajo. María García Esperón ganó el premio El Barco de Vapor en 2004, lo que le valió que le publicaran El Disco del Tiempo, la primera parte de tres libros (El Disco del Cielo y El Disco de Troya) y nada más. Yo lo alabé bastante en Hi5 (sí, eran esos tiempos) y un día recibí un mensaje de una tal María García dándome las gracias. Cuando una chica de 12 años fácilmente impresionable recibe un mensaje como ese, sale dando saltos así le haya escrito el escritor menos importante del mundo. Intercambiamos varios mensajes, y aun hoy tengo la consideración de avisarla cuando reseño uno de sus libros y ella cuando tendrá un evento en la Ciudad de México. 

Así que, después de recibir ese mensaje y haber leído El Disco del tiempo, me embarqué en la travesía que significó obtener Sibila, una novela cortita, muy cortita, con una edición barata, y me puse a leerla. Hablaba del tiempo y de cosas que yo no entendía, además de un mito que yo en mi vida había oído, el de la Sibila Cumana. La estructura de la novela era rara y los narradores muchos, los personajes no demasiado atractivos para una niña de doce años. Hice de tripas corazón y la leí tres veces más, hasta que la entendí, o creí entenderla, hasta que descubrí que estaba ante una de esas joyas que probablemente no iban a lograr publicarse por la falta de interés.

6. Pregúntale a Alicia, supuestamente anónimo


Me da pena poner este libro aquí, porque todas las personas con dos dedos de frente saben que esto no es anónimo, no es ningún Diario y Alicia no se suicidó, ni se drogó ni nada, básicamente porque no existió. La historia no es mala, pero el propósito falla. Desde el principio se nota que, aunque la prosa puede parecer la de una adolescente, hay muchas cosas que no acaban de cuadrar. Analizando el libro completo, uno se da cuenta de que más bien es un intento de fábula con moraleja (no te drogues) no demasiado bueno. Sin embargo, yo lo leí en una edad fácilmente impresionable y el recuerdo me sigue persiguiendo. No me convenció de que no me drogara (eso lo hizo una campaña mil veces más efectiva tiempo después), pero bueno, fue un libro que releí tantas veces que se hizo viejo. El libro, gracias a dios, lo perdí.

7. Novia que te vea, Rosa Nissán


Ostenta el placer de ser el libro que más he releído en la vida y que nunca ha encontrado un lugar en mis listas de favoritos. No es que sea un mal libro, es sólo que nunca me ha convencido lo suficiente como para hacerse un lugar. Me entretiene y es siempre uno de mis referentes. Uno de los libros más feministas que he leído nunca y está escrito desde el punto de vista de una judía sefardí (turca), en la ciudad de México en los años 40s y 50s. No es lo que esperarían que yo declarara uno de los libros más feministas que conozco, eso sí. Demuestra que, con una mujer bien plantada, que lo que quiere es estudiar, todo es posible.
—No es eso, ya me aburrí. ¿Cuántos años me faltan todavía?, quiero comprármelo yo, tú no tienes tanto, no quiero que gastes.
—¡Cómo que no tengo! Te lo voy a comprar, ya verás, y además, ¡qué coche!
¡Qué coraje!; si yo fuera la que no quiere estudiar, harían una fiesta para celebrarlo. 

8. Cien años de soledad, Gabriel García Márquez


Ahora, sí, otro de mis libros favoritos. Lo agarré un día del librero de mi papá, que me advirtió que me iba a aburrir porque no estaba entretenido y dejó que me lo llevara cuando lo ignoré. Más o menos quince horas después, casi sin haber dormido, se lo estampé a mi padre diciéndole que era uno de los mejores libros que había leído, que no me había aburrido ni la dedicatoria y que debería leerlo. Todavía no lo logra y ya van tres o cuatro años de que yo leí el libro. La última vez, se quedó en la parte de la desgraciada de Fernanda del Carpio y de allí no ha pasado. Yo sigo haciendo campaña, convenciendo a quien se deje convencer de que este es uno de los mejores libros de la historia y que todo el mundo debería leerlo al menos una vez, si quiera para conocer el realismo mágico.

9. Todos mis sueños, tuyos, Sofía Olguín


Dudé mucho sobre si poner este libro en la lista o no. De todos, es el que creo que más recientemente he leído y eso fue hace dos años. Antes de eso, ya conocía a Sofía: había leído toda la homoerótica que había escrito y pedazos de su blog. Siempre me ha maravillado la manera en la que habla de la lengua, del español y de la literatura. Me parece una excelente persona y es la única autora con la que, en casi seis años de blog, con la que he colaborado (libros a cambio de reseñas). ¿Por qué este libro, entonces? Es el libro suyo que más me ha impactado, con unos personajes increíbles y que me hizo pensar mucho. En fin, de este libro no puedo poner foto porque no lo tengo, más que en el kindle

10. La insoportable levedad del ser, Milan Kundera


Kundera y yo nos llevamos mal. Este es el único libro que he conseguido meterme entre un ojo y otro sin querer matarlo durante más del 50% por ciento del libro y creo que es por la carga filosófica que contiene (y que su manera de ver a los regímenes socialistas coincide bastante con la mía), no realmente por los personajes. Me gustó bastante cuando lo leí, pasando por alto todos los comentarios que me parecían misóginos en el libro (por eso me llevo mal con Kundera, sólo tiene dos prototipos de mujeres: la santa y la puta); no le haría un lugar entre mis favoritos, y quizá ni siquiera quedaría cerca de ellos, pero que haya influido en mí, eso nadie lo puede negar. Ya les contaré cuando vuelva a leer algo de Kundera además de este libro (y el de los amores ridículos)... si es que nos seguimos llevando mal.

domingo, 26 de julio de 2015

El curioso incidente del perro a medianoche, Mark Haddon | Reseña

SinopsisA sus quince años, Christopher conoce las capitales de todos los países del mundo, puede explicar la teoría de la relatividad y recitar los números primos hasta el 7.507, pero le cuesta relacionarse con otros seres humanos. Le gustan las listas, los esquemas y la verdad, pero odia el amarillo, el marrón y el contacto físico. Si bien nunca ha ido solo más allá de la tienda de la esquina, la noche que el perro de una vecina aparece atravesado por un horcón, Christopher decide iniciar la búsqueda del culpable. Emulando a su admirado Sherlock Holmes -el modelo de detective obsesionado con el análisis de los hechos-, sus pesquisas lo llevarán a cuestionar el sentido común de los adultos que lo rodean y a desvelar algunos secretos familiares que pondrán patas arriba su ordenado y seguro mundo.

Este es un libro raro. Listo, lo dije. Al estar narrado por un adolescente autista, no esperes encontrarte con un libro común y corriente, con misterios, o con una trama bien definida. No esperes descripciones (porque no las hay), no esperes más profundidad de la que un adolescente autista (aunque al principio creí que era sólo Aspenger) le va a dar a una narración. Vas a ver una historia desde su punto de vista y punto. Es una historia cotidiana que tiene sí, un incidente con un perro a la medianoche.  

A mí me gustó mucho, porque Christopher ama el rojo y odia el amarillo y el marrón, porque cinco carros rojos significan un Día Muy Bueno, porque le gustan las matemáticas (y de hecho hay varias explicaciones de matemáticas) y los capítulos están numerados únicamente con números primos. Vamos, el libro es toda una curiosidad. Por cierto, si tienes planeado leer El sabueso de los Baskerville, leélo antes de este libro, porque Christopher, a quien le gusta Sherlock Holmes, lo destripa entero cuando distingue entre las pistas reales y las pistas falsas.

Ahora sí, entremos en materia. Emulando los gustos de Chris, haré una lista de por qué este libro me pareció bastante bueno.

1. La caracterización de Christopher  y su narración. No es la narración convencional y la historia no sigue una estructura conocida, porque a Christopher no le gusta contar mentiras, no entiende las metáforas y se empeña en escribir una novela de algo que en realidad ocurrió. Me encanta leer sobre la manera que entiende en el mundo y cómo lo expresa. Me gustaba como hablaba de sus gustos, de los tipos de días, las reglas que sigue para darle a su vida un poco de orden, y cómo cuida a Toby (casi me muero casi

2. Los magníficos personajes que hacen sus padres. Aquí debo hacer la clara distinción: son buenos personajes, pero personas a las que golpearía con una silla directo en la cara. Sin embargo, a través de Christopher puedo sentir su impotencia, su frustración y cómo poco a poco intentan convivir con su hijo. Creo que quedó muy bien plasmado que, como pareja, cometen muchos errores que acaban salpicando a Christopher, pero siempre están determinados a hacer las cosas más o menos bien por él (o como quien dice, a intetarlo).

Yo cada que algo malo les pasaba a todos en el libro.
3. Los problemas de matemáticas. Me ayuda a entender a Christopher verlo todo en los fríos datos y números que él usa. Allí es cuando más entiendo su razonamiento y su manera de pensar.

4. Que el libro no sea "políticamente correcto". No me hubiera gustado en ese caso. Aquí se hace latente completamente el rechazo al que se enfrenta Christopher, pero también él mismo admite que comete errores y se hace notar lo difícil que es lidiar con él.

5. Las imagenes y los diagramas tontos. Lo entiendo: pueden resultar molestos, extraños, pero es la manera que tiene Christopher de explicar las cosas. Están allí porque es la única manera que encuentra de describir algunas cosas. No es un error la falta de descripción, es que no es algo que le interese realmente.

Bueno, creo que con esos cuatro puntos, el libro casi se ganó mi corazón. No tengo demasiados fallos que marcar: la prosa seca y la puntuación cortante están justificadas dado que Christopher es quien está escribiendo la historia. Es increíble cómo te puede transmitir los sentimientos de tristeza, desazón y felicidad de una manera tan sencilla con una prosa que algunos dirían quizá que es demasiado plana. Este es un libro que me hubiera gustado leer en inglés, pero creo que no había nada realmente lost in translation, por lo sencillo que estaba narrado.


Ahora bien, la historia no es sencilla, tiene bastante trasfondo a mi parecer. Puede que trate de un chico que quiere resolver el asesinato de un perro, pero eso no es lo importante de la historia. Lo importante de la historia, y lo que realmente la hace brillar, es Christopher. Sin él, y sin esa narración, no tendríamos una historia tan sólida (aunque tengo que admitir que sus padres también se llevan una buena parte de la historia, puesto que, a pesar de los errores humanos de ambos, son magníficos personajes, increíblemente construidos).  

viernes, 24 de julio de 2015

2x1: América y La Metamorfosis, Franz Kafka | Mini reseñas

"Que si no nunca acabo de reseñar"
-Yo, dándome cuenta de que no puedo reseñar a la misma velocidad a la que leo

América


Sinopsis: Narra las aventuras de Karl Rossmann, un chico de dieciséis años que es enviado a América por sus padres, tras haber sostenido relaciones con la criada.
Una vez embarcado, la rapidez con que entabla amistad con el fogonero y la profundidad que llega a adquirir ese vínculo quedan de manifiesto cuando rompe a llorar al verlo por última vez. Esto a su vez demuestra, desde el inicio de la novela, una insondable falta de afecto en Karl.
Pronto aparecerá la figura de un tío radicado en Nueva York, que lo conducirá hacia un ambiente amable, preocupándose además por educarlo con esmero. Para la mala suerte del chico, esta situación dura muy poco ya que, tras un incidente nimio, la actitud de su pariente da un giro asombroso: simplemente se deshace de él sin una explicación congruente. Con esto se le imprime -de entrada- a la obra esa significación desconcertante, tan característica en la narrativa Kafkiana.

Si quieren valorar este libro por lo que es tienen que tomar en cuenta las siguientes cosas: 

1. Es un libro inacabado y publicado póstumamente. Sí, hay algo que parece un final, pero hay un salto extraño hasta él, no parece justificado y lo único que te hace pensar es que Kafka está en drogas.


2. Kafka nunca visitó América. Y tampoco le importó no retratar a una América fiel, lo que se nota desde la primera página. Hay incongruencias por aquí y por allá, pero nada que afecte a la trama. Por ahí en algunas versiones San Francisco está en la costa equivocada y la estatua de la libertad tienen una espada. 

Marcados esos dos puntos, pasemos a hablar de la novela. Alguien me dijo una vez que esta es la novela menos Kafkiana de Kafka. Si han leído otras novelas de Kafka lo notarán, si no..., bueno, les basta saber con que no tiene a ningún sujeto convertido en cucaracha. Los protagonistas de Kafka son siempre, básicamente, un self-insert de él (unos más que otros) y Karl Rossmann no se salva de este pequeño detalle. 

A pesar de todo, América no deja de ser un producto de su época y, aunque buena novela, entiendo que no a todo el mundo le puede resultar especialmente entretenida, porque no todo el mundo ama a Kafka como yo. Personalmente, me parecía que carecía de una trama demasiado fuerte, pero me gustaban las aventuras de Karl, tan perdido en tierras estadounidenses como cualquier recién llegado y abandonado a su merced. Mi parte favorita fue cuando es elevadorista en un hotel, porque después de eso parece que el único que conoce el rumbo es Kafka y la novela, ya todos lo sabemos, está inacabada. 

Interesante trabajo que, a mí, me gustó mucho, aunque aun no acabo de decidirme si es porque amo a Kafka o porque sea realmente una de sus mejores obras. Creo que es porque amo a Kafka

La metamorfosis



Sinopsis: La metamorfosis narra la pavorosa transformación de un hombre en insecto. En un ambiente de pesadilla, la novela transmite al lector la sensación de excentricidad y de extrañamiento que asalta al protagonista, quien poco a poco va tomando conciencia de que se ha convertido en un parásito con respecto a sus seres más queridos.

Si después de la primera frase, en la que Gregor Samsa se despierta una mañana convertido en un monstruoso bicho (una cucaracha), consideras que es ilógico, que es asqueroso, que Kafka estaba mal de la cabeza o fumó demasiada mota y el hecho de que escriba sobre una cucaracha gigante no tiene sentido, hazte un favor y no sigas leyendo. Me he encontrado mucha gente a la que este libro no le gusta por ese hecho, otras personas que lo alaban porque no lo entienden (no creo que sea sencillo de entender y aún hoy me sigo preguntando que demonios quería decir Kafka con este trabajo).

Vamos, me he encontrado de todo. A mí me ha gustado, pero no la prefiero por sobre varias novelas de Kafka. A mis ojos, lo mejor que he leído de él sigue siendo El Proceso (novela también inacabada y publicada de manera póstuma), por todo el paralelismo que le encuentro a la burocracia mexicana. La metamorfosis es un libro que, si no te das cuenta y lees a una velocidad más o menos decente, lees en menos de tres horas. Tiene sólo tres capítulos más o menos largos en los que vemos como evoluciona la transformación de Gregor para él y para su familia, que tiene que vivir con el hecho de que el hombre en el que habían depositado todas sus esperanzas económicas, esté convertido en un horrible bicho, incapaz de trabajar. Un libro interesante, que se lee rápido y en muchos casos puede ser calificado como una lectura más bien ligera.

A mí me gustó, sí, pero al ser la obra estrella de Kafka, esperaba un poco más. Por cualquier cosa, un muy buen libro, recomendado.

miércoles, 22 de julio de 2015

Sense8 (o qué fuman las Wachowskis antes de escribir un guion)

Corrección al 2020 (aka el año que recordé que escribí esto): se cambió por las Wachowskis para que coincidiera con el género de ambas hermanas. (Cuando se escribió originalmenta la entrada, una de ellas aun no había iniciado o anunciado su transición). 


La serie es la sensación, eso ni como negarlo. De repente, cuando empezó a pasar la fiebre por la tercera temporada de Orange Is The New Black, la serie estrella de Netflix, Sense8 empezó a salir en todos lados. me harté de verla hasta en la sopa, y como vi a todo el mundo hablar bien y mal de ella (y tenía la firma de los Wachowskis), decidí que la vería porque el concepto, que no acababa de entender, era interesante. 

Debo decir que, para bien y para mal, me llevé una grata sorpresa. Lamentablemente, sigo sin saber qué se fuman las Wachowskis para escribir estas historias, pero volvieron a ganarse mi respeto (ese que perdieron cuando yo vi la segura película de Matrix), así que si vienes buscando averiguar eso, cierra la ventana. Aquí no vendemos droga o promovemos su consumo, por muchas menciones que tenga (en serio, cuenten cuantas veces  hago alusiones a eso). Sense8 tiene un buen concepto, no es para nada una serie mala y tiene un reparto de personajes bastante variado que tiene mucho que ofrecer

Tiene su propio ritmo, supieron darle una consistencia, aunque también sus problemas radican en la cantidad de personajes y en que cada uno tiene, para bien y para mal, su propia historia. Escenarios como la Ciudad de México (grande la escena en el Museo Anahuacalli), distintas partes de Europa, Inda, Corea y hasta África son los que se dan lugar y los que nos cuentan ocho historias diferentes. Sí, ocho. Oyeron bien, no es un chiste. ¿Ya adivinan cuál es el pequeño problema de esta serie? 

No es que abarque mucho, no. Es que son tantos los personajes que el inicio es lento, para darle consistencia a la historia. Pudieron haberlo hecho más rápido, pero reconozco que la historia no habría sido la misma. Nos dan tiempo de conocer a los personajes, empatizar con ellos. Sin embargo, por ello sacrifican el dinamismo y eso puede llegar a cansar. Hay que tener paciencia con la historia y reconocer que no está hecha con las patas. Cada trama está cuidada, cada personaje tiene su importancia y si unos resaltan más que otros en algunos capítulos es porque hacer una historia coral es sumamente difícil.

¿De qué trata la historia? De ocho personas normales, en distintas partes del mundo, cada uno con sus propios problemas, que de la noche a la mañana descubren de de alguna manera (pspíquica) están conectados entre sí y pueden verse, pueden saber dónde está el otro e incluso descubrir las partes más escondidas de la personalidad de cada quien. Para todo lo demás, sólo vean la serie.

No confiaba demasiado en el elenco (de todos, sólo había visto a Doona Bae trabajando en Cloud Atlas, con los Wachowskis ya) y tenía miedo de que las historias estuvieran estereotipadas. Pero no, tratan con cada cultura con el respeto que se merece, rompiendo los clichés (¡no todos los días veo a los latinos retratados así, especialmente, no a los mexicanos!) y tratando temas bastante delicados con una normalidad sorprendente. Mientras que en la India nos muestran a una mujer inteligente, cientifica e independiente, pero también religiosa y creyente, tenemos en Corea del Sur a una mujer que sufre aún por su género y se ve relegada. Es un dato que me pareció curioso, porque a menudo las mujeres en la India suelen tratarse como "oprimidas" y "víctimas" y se olvida que la desigualdad de género llega hasta el primer mundo.


Disfruté especialmente con Lito, por la manera en que está representada su historia: ese miedo perfectamente normal a ver su carrera arruinada si sale del closet y las decisiones estúpidas que toma en base a eso. Me fascina una de sus escenas en solitario, cuando llega a su punto más bajo y ya no le queda más que subir. Sin embargo, el favorito definitivo se lo lleva Wolfgang, el alemán, con un pasado que parece perseguirlo. Me fascina una de sus escenas en el último capítulo de la temporada, nos deja ver realmente con que clase de monstruo estamos tratando, y, sin embargo, siempre nos recuerda lo extremadamente leal que es con sus amigos. 


Recomiendo bastante la serie para alguien que quiera explotarse el cerebro y encontrarse con un montón de personajes variados. Muchos han alabado a Nomi y a Amanita (definitivamente, hacen una pareja con una química increíble); especialmente, creo que el papel de Jamie Clayton es muy bueno en toda la serie, aunque durante los primeros capítulos el guion no le ayuda demasiado precisamente. Deseo ver más de ella y de Sun, quien, lamentablemente, acaba la temporada en un destino incierto. También tenemos a Cepheus, que es el chico bueno, con unos increíbles principios y que me hace creer en esa frase de "los buenos somos más". 

La historia en sí es complicada y no sabemos demasiado sobre los sensates (personas como nuestros protagonistas) porque vamos descubriendo qué es todo el asunto conforme ellos lo van haciendo. A algunos quizá eso no les parezca lo más atractivo, pero creo que es así cómo se nota que quien escribió el guion sabe qué clase de historia quiere contar. Se enfocan en construirla, en plantar cada una de las piezas para dejarlas caer en el último momento. Creo que el final es perfecto para una segunda temporada, pues cierra algunas tramas y deja otras interrogantes por resolver, además de muchas preguntas acerca de la naturaleza de los sensates

Ojalá a Netflix le de por renovarla y a la gente por verla. Porque una serie sin público, pues poco es. Desde ya, yo la recomiendo.

lunes, 20 de julio de 2015

La casa en Mango Street, Sandra Cisneros | Reseña

Sinopsis:
La casa en Mango Street es la extraordinaria historia de Esperanza Cordero. Contado a través de una serie de viñetas —a veces desgarradoras, a veces profundamente alegres— es el relato de una niña latina que crece en un barrio de Chicago, inventando por sí misma en qué y en quién se convertirá. Pocos libros de nuestra era han conmovido a tantos lectores.

La casa en Mango Street es un libro diminuto. Pequeñísimo. Apenas tiene 110 páginas según Goodreads y se lee muy rápido, pues está dividido en pequeñas viñetas que retratan, desde los ojos de Esperanza, como es la vida en Mago Street y cómo es su vida. A partir de las viñetas la vemos hacer amigas, enfrentarse al mundo exterior, a Mango Street y decirnos que su nombre no le gusta. Todo visto desde su inocencia, claro, las idas y venidas de sus vecinos, cómo llegan y se van.
Sandra Cisneros es chicana. Latina originaria de Estados Unidos, gente con costumbres propias (lo más famoso, el Cinco de Mayo), que no son propiamente ni americanos, ni mexicanos. Retrata ese ambiente en un libro tan pequeñito que, de alguna manera, te hace sentir parte. Las viñetas casi siempre son pequeñas y conocemos a multitud de personajes. Unas chicas se casan por sólo huir de su padre y se encuentran con un esposo que no las quiere dejar salir a la calle; otras viven encerradas porque sus esposos creen que son demasiado bonitas y podrían huir... Otros viven con la añoranza de regresar a sus ciudades de origen a sus pueblos, a los lugares donde de crecieron y se niegan a aprender inglés del todo. Las historias se entrelazan todas en los ojos de Esperanza, que simplemente nos cuenta cómo son las cosas en un entorno al que no quiere pertenecer. 

La casa en Mango Street no es una casa que pueda llamar casa, según ella, que ya se ha enfrentado a las miradas de pena al señalar los lugares en los que ha vivido. Necesita una casa blanca, con jardín y árboles, para poder llamarla casa. Por lo pronto, está en Mango Street y una parte de ella siempre se quedará en Mango Street.

Los ojos tienen miedo del barrio, dice, pero es que no lo conocen. Allí todo es, dentro de lo que cabe, tranquilo. Un chico les da un paseo en un coche robado y los hace bajar cuando oye las sirenas,  un viejo paga dólares a cambio de besos. Allí es donde Esperanza ve nacer su pubertad y su adolescencia. Por su manera de narrar, todos los personajes se vuelven de carne y hueso a tus ojos, todo se vuelve creíble, las situaciones, que podrían ser tan desgarradoras (y muchas veces lo son), se narran con sencillez, porque Esperanza no tiene otro modo de narrar las cosas. 

Retrata muy bien un modo de vida que yo apenas conozco de palabras. La mitad de la familia de mi mamá está en Estados Unidos. Y llegaron así como Esperanza, probablemente a un lugar mucho menos acogedor que Mango Street

Como detalle, me encantó encontrarme entre las páginas con ese:

dos y dos son cuatro
cuatro y dos son seis
seis y dos son ocho
y ocho dieciséis.
 

Una versión diferente a la que conozco, porque todas las versiones son distintas, pero es un juego que conozco de toda la vida y que se seguirá jugando, pase lo que pase. 

El libro, en general, me ha encantado. La voz narrativa es definitivamente su mejor cualidad, una delicia. Esa inocencia (y un poco pérdida de ella) a la que se enfrenta Esperanza, ese mundo en el que vive y nos presenta cómo si no fuera la gran cosa todo lo que pasa con su familia. Viven en un barrio donde dos cada de tres noches alguien muere baleado, y si no es allí, al menos es cerca. A veces no los reclaman, porque su familia está lejos, muy al sur. Esas familias que nunca sabrán que fue de los suyos, porque un día se fueron al norte y nunca volvieron a saber de ellos. 

A ver, por si no lo he dejado ya suficientemente claro: el libro es precioso. Precioso en mayúsculas y con neón. Yo me lo leí en una madrugada, pero como eso no suele ser identificador de nada (porque yo me leo hasta malos libros en poco tiempo), pues diré que, el tiempo que estuve leyendo, no sentí deseos de levantar la vista.  

De verdad, se lo recomiendo a todo el mundo. A quien quiera oírme. Es un libro que no es del todo feliz, con muchas partes desgarradoras, que te deja con sentimientos encontrados. Porque algo tan triste no puede ser tan bonito.

sábado, 18 de julio de 2015

El libro de los portales, Laura Gallego | Reseña

Advertencia: Hay spoilers menores (algunos más grandes) todos marcados dentro de la reseña. Si quieren leerla y pasarlos por alto, no hay problema. 

Sinopsis: Los pintores de la Academia de los Portales son los únicos que saben cómo dibujar los extraordinarios portales de viaje que constituyen la red de comunicación y transporte más importante de Darusia. Sus rígidas normas y su exhaustiva formación garantizan una impecable profesionalidad y perfección técnica en todos sus trabajos.
Cuando Tabit, estudiante de último año en la Academia, recibe el encargo de pintar un portal para un humilde campesino, no imagina que está a punto de verse involucrado en una trama de intrigas y secretos que podría sacudir los mismos cimientos de la institución.

Leí este libro hace bastante porque me lo compré en una FIL Zócalo, teniendo aún fe en Laura Gallego. Este libro es la muestra total de por qué sus libros más cortos me parecen magistrales y no he querido volver a abrir Memorias de Idhún para encontrarme con que una parte más crítica de mí les encuentra errores. No es el mejor libro de Laura Gallego y de hecho me dejó sin saber que pensar. Tiene puntos fuertes, pero los puntos débiles acaban rebasado el libro por todos lados y es casi imposible encontrarle algo que lo rescate. Pero bueno, ¿por dónde empezamos? 

La sinopsis que puse arriba es un poco mentirosa, debo aclarar. Al menos al final. Quizá el propósito de Laura Gallego era que en su libro se mostrara como se tambaleaba una institución, pero realmente no vi eso en ninguna parte. Sin embargo, no planeo ponerme a spoilear el libro en el segundo párrafo de la reseña, así que vamos en orden. 

Uno de los puntos fuertes es la construcción de un Reino que vive a base e portales. Laura Gallego sabe construir mundos fantásticos y este, aunque más flojo que otros que he conocido, no es la excepción. Toda su teoría con base en los portales es maravillosa y la trata como ciencia, no como magia. Muchos podrán decir que no es ciencia, es magia, pero creo que deben recordar que no lo vemos desde el punto de vista de nuestro mundo, sino del mundo en el que habitan los personajes. Toda la institución de la Academia está bien montada, aunque tiene detalles que se tambalean si los sobre analizas. Algunas cosas, como el hecho de que se nieguen a innovar en las formas de los portales probablemente se deba a lo arcaico de la institución. En fin, un punto por la construcción del mundo.

En el área personajil hay de todo. Tabit es un personaje sólido, pero eso es porque no tenemos oportunidad de ver un gran trasfondo de él hasta más o menos la mitad de la novela y no nos explica su pasado hasta prácticamente el final (y se empieza a tambalear por allí mismo). Pude, más o menos, identificarme con algunas partes de su poca personalidad, lo que me dice que Laura Gallego fue capaz de hacerlo tridimensional, pero que le faltó mucho al personaje para que me lo creyera, pues al momento de verlo en una escena más dramática, todo se cae a pedazos. Es sacar a Tabit del ambiente general de la novela y arrojarlo al drama cuando el personaje pierde demasiada fuerza.


Sus amigos no aparecen mucho y están caracterizados según detalles obvios: como el chico que le cuesta trabajo aprobar todo, la chica medio rica medio estudiosa... Parecen sacados de película adolescente y metidos en un mundo medieval en una Academia de Portales. Los arquetipos son medianamente perdonables a su poca participación en la novela. 

Caliandra es otro asunto. Mujer fuerte, femenina, inteligente y con un instinto realmente artístico. Cuestiona las normas más antiguas de la Academia... pero tampoco sabemos nada más allá. Sólo conocemos su faceta como alumna gran parte de la novela. Tiene algún interés amoroso que nunca llega a consumarse, pero esa trama parece cortada de tajo, como si Laura hubiera cambiado de idea a medio libro. Al final, somos capaces de verla más humana, sí, pero también roza lo Mary Sue durante unos momentos, cuando resulta ser la estudiante más joven que nunca entró a la Academia de los portales (SPOILER pues entró a los trece años, y no a los quince, después de aprobar el examen que le hacen a aquellos que quieren obtener una beca FIN SPOILER). 

Los cuidados antagonistas dicen ¡hola!
Cali y Tabit son contrarios en el ámbito académico, contrastan, así se nos presentan y es por eso que creo que su relación amistosa se pudo enfocar de otra forma diferente, pues una vez que empiezan a colaborar, parecen no tener ningún desacuerdo demasiado grande nunca, algo que me suena sumamente inverosímil. En fin, pero yo no soy la autora, sólo doy mi opinión. 

Yunek, en cambio, es uno de los personajes más sólidos que se han visto. Capaz de hacer de todo por su familia, hasta el final, es fiel a ella y a nada más. Cometió un error en el pasado y desde entonces trata de arreglarlo, pero realmente no sabe cómo y empieza a navegar en un océano de soluciones fáciles que no lo va a llevar a ningún lado. Es un persona sólido, fiel a sí mismo y que en general no está desaprovechado en la novela; me pareció el más humano (con todas sus contradicciones), pero no fue mi favorito. Sentía que le faltaba algo. 

Tash y Rodak son los dos personajes faltantes del cuadro, más inútiles que nada. Tash es una chica que se viste de chico porque su papá no pudo tener hijos y sólo es útil por el asunto de la bodarita azul (el material que usan para pintar los portales) y Rodak... Bueno, para que vean la inutilidad, tuve que ir a consultar al libro para acordarme del libro. Repitan detrás de mí: No crees personajes inútiles y, si ya los creaste, al menos que no salgan haciendo bulto en toda la novela. Rodak se suponía que era toda una transgresión, porque al chico le gustan los chicos... Se trata con normalidad y todo, pero en serio, no aporta nada a la trama

Los antagonistas son un chiste, una caricatura de sí mismos, apenas consiguen escenas y parecen antagónicos poco creíbles, realmente no aportan nada... Fin

Ahora, vamos a la parte peliaguda de la novela: la trama. La trama que se arma en el libro es un conjunto de demasiadas cosas. Laura Gallego quiso abarcar mucho en muy poco (sí, casi 500 páginas se quedan cortas con este libro) y al final no le funcionó. Hubiera funcionado en un libro de 500 páginas más, mucho más desarrollado, pero también mucho más aburrido, porque la mitad de las cosas no tienen el suficiente interés,


¿Cuáles son las variables que entran en toda la trama? Viajes en el tiempo (terriblemente desaprovechados, mal enfocados), una conspiración que todos creen que es un mito (trama apresurada, que requiere de deducciones más agudas que las de Sherlock Holmes), una crisis institucional porque la bodarita se está acabando (así como aquí el dilema con el petroleo y que hubiera sido mucho más interesante si se hubiera enfocado bien y se hubiera hecho una crítica real a la institución de los pintores de portales, pero que acaba siendo sólo relleno aburrido con una fácil resolución porque ya se le había acabado el libro a Laura), portales que van a otros mundos/universos (igualmente, apenas relleno desaprovechado), traiciones (interesante, pero irrelevante también), un asesinato que ocurrió más de veinte años atrás que a nadie le importa, ni a la autora, porque aunque se resuelve, es tan poco importante y relevante para el cuadro completo que es perfectamente olvidable. 

Ahora, ¿de qué se trata el libro en realidad? De dos estudiantes, Tabit y Caliandra, buscando a un desaparecido Maese Belban (ella porque era su aprendiz, él porque... sí). ¿Qué tiene que ver esto con todo lo que mencioné arriba? Todo, absolutamente. Todo está vinculado a la desaparición de manera bastante complicada y a menudo muy poco creíble; Tabit relaciona cosas que otro no sería capaz de relacionar y nos sale mejor que Shelock Holmes. Yo lo diagnosticaría paranoide. Es un error difícil de ver porque los que vemos el cuadro completo somos los lectores y a menudo tendemos a creer que también los personajes lo hacen, pero no. Tabit sólo tiene una pequeña vista al cuadro, saca conclusiones que sólo los lectores sacarían... o que ni ellos sacarían. 


Así que tenemos un rompecabezas amorfo, en general aburrido, porque los personajes pasan más tiempo hablando que haciendo cosas gran parte del libro, un montón de relleno y una voz narrativa que invita a dormir. Laura Gallego tiene sólo una voz narrativa que no ha cambiado nunca (más que en Dos velas para el diablo, narrado en primera persona en presenta) que le ha funcionado con más o menos éxito otras veces (Finis mundi, El Coleccionista de relojes extraordinarios, ambos libros que me agradan), pero aquí no. ¿Cuál es el problema? El narrador omnipresente que nos acompaña durante toda la novela intenta adecuarse al personaje que tiene el punto de vista principal en la escena y fracasa, así que todos los personajes suenan igual y tu mente grita "¡ABURRIDO!"

Rapidez con la que se resuelve todo.
Añada un toque de absurdo.
¿Después de toda esta tesis de por qué el libro no es realmente tan bueno? Bueno, la naturalidad en los diálogos se suicidó, la elocuencia de los personajes no para por elocuencia, sino por pendejez, el final es apresurado en narración y en ejecución, los personajes sufren de OOC (Out Of Character) de parte de la propia autora y... al no tener tiempo para explicar qué pasa con todos sus personajes relleno al final, hace que Tabit se lo cuente a otro personaje algunos años en el futuro. Nada más que ese epílogo parece narrado y actuado por robots

Ahora, un pequeño apunte al margen... 

Los cimientos de la institución de los pintores (Maeses) de portales nunca se ven realmente afectados. Las cosas que los amenazaban durante la trama nunca tienen una relevancia real. Por ejemplo, si hubiera estado en mi mano, hubiera criticado más fuertemente la institución, pero Tabit se conforma, acepta las reglas. Cali ve un poco más los errores, pero no los cuestiona realmente. Por ejemplo, SPOILER cuando un maese traiciona a la Academia y enseña a alguien que no pertenece a ella a pintar un portal le cortan los tendones de las manos para que no pueda volver a pintar y la lengua, para que no transmita el secreto. Eso es altamente criticable, pero simplemente se ve normal. Lo hubiera aceptado, porque estamos en otro mundo, con otras reglas, si la conspiración que ocurre durante medio libro no hubiera atacado justamente ese punto con argumentos perfectamente razonables. FIN SPOILERS


Así que, en resumen, ¿qué tenemos? Un libro interesante en su planteamiento, fallido en su ejecución, con un par de frases y escenas buenas, que se quedan en eso, sin realmente ir más allá. La trama en general es un rompecabezas amorfo mal resulto y mal pegado. A pesar de todo ello, creo que quienes disfruten del género fantástico, podrán encontrar que el mundo está bien planteado y las explicaciones técnicas sobre los portales de Laura son mínimamente interesantes. Sin embargo, los puntos malos rebasan a los buenos y no sé si recomendarlo

jueves, 16 de julio de 2015

Fantástica Juvenil que vale la pena

¡Hola! Bueno, hace poco publiqué la entrada Distopías que valen la pena y por alguna razón tuvo bastante éxito y a mucha gente le gusto. Así que me dije, ¿por qué no hacer otro más? Bueno, esta vez voy a hablar de Fantástica, en especial Juvenil (Fantástica en general lo dejaré para después). ¿Listos? La única aclaración es que aquí habrá muy pocos libros actuales, en especial porque no he leído casi nada de Fantástica Juvenil actual y que fenómenos del tamaño de Harry Potter no entran aquí, esos ya todo el mundo los conoce (y en serio, lean Harry Potter, me cambio la vida).

Stravaganza, Mary Hoffman



Destino los descontinúo hace tiempo, antes de publicar el tercero. Otra editorial en español tomó el relevo de la historia, pero no sé como estará ahora. Los primeros aún se pueden conseguir en español, lamentablemente, el resto, que yo sepa no. La saga, protagonizada por adolescentes normales de Inglaterra que se convierten en Stravagantes (capaces de viajar a otra dimensión) y descubren Talia, una versión extraña de Italia, cada libro ambientado en una ciudad diferente, que tiene su contraparte en el mundo real. Romula y Roma, Remora y Siena, Bellezza y Venecia... y así. Cada stravagante se tiene que enfrentar a diversos problemas cuando viaja, pues la Talia de ese entonces está llena de familias que quieren disputarse el poder. 

Finis Mundi, Laura Gallego


Últimamente Laura Gallego no acierta demasiado bien en cuanto a libros, pero este, el primero que publicó, ganador del Premio El Barco de Vapor, es uno de los mejores en cuánto al fin del mundo he leído. Un joven monje, Michel, huye de su monasterio después de haber encontrado unos extraños manuscritos que dicen que el mundo terminará justo con la llegada del año 1000 d.C. Estamos en 997, en pleno auge de la Edad Media, y Michel, que después de haber pasado toda su vida en el monasterio no sabe exactamente a donde ir (además de que habrá multitud de obstáculos para él), busca desesperadamente la ayuda de alguien que tenga más conocimiento del mundo que él y es así como se encuentra con Mattius, el juglar, que lo arrastra por todo tipo de lugares, lo mete en casas de judíos, y lo lleva a cuestas allá a donde los manuscritos dicen que hay que ir. Ayuda nunca les falta, pero problemas tampoco. Es un libro cortito, entretenido, con la fantasía justa, protagonizado por tres personajes muy diferentes, que evidentemente hacen contraste. De mis cosas favoritas de Laura Gallego, realmente, dejando de lado sus libros mucho más vendidos. 

El guardián de los dragones, Carole Wilkinson


Antaño,en china, la posición de Guardián de los dragones era respetada. Sólo aquellos que habían nacido con él don de hablar con un dragón y podían entenderlo, aspiraban a obtenerla. Sin embargo, ahora los dragones, descuidados, moribundos, dependen de los cuidados de una pequeña esclava sin nombre y de un hombre que no sabe lo que es cuidar a un dragón. Descubrí estos libros más pequeña y no pude resistirme a leerlos porque tenía dragones. Al principio el dragón viejo es causa de toda la desesperación de la joven niña esclava, Ping, porque es un dragón viejo y sabio, como el abuelo que te sermonea que nunca has tenido. Poco a poco, Ping y él se van entendiendo, huyendo de un cazador, de los agentes del emperador y del mismo emperador, que aspira a convertirse en inmortal.

Este libro es parte de una trilogía (ahora tetralogía, me parece, aunque no leí el cuatro), siendo la segunda parte El jardín del dragón púrpura y la tercera, La luna del dragón.  

Corazón de tinta, Cornelia Funke


¿Alguna vez has soñado con sacar a los personajes de los libros mientras lees en voz alta? Seguramente es el sueño de mucha gente, sin embargo, la cosa nunca puede salir tan bien: podrías sacar a los villanos más crueles. O peor aún: por cada cosa que sale, una entra. ¿Qué te arriesgarías a perder entre las páginas de un libro con un mundo cruel? Meggie, la hija de Mo, no entiende por qué la única copia que su padre tiene de un libro desconocido, llamado Corazón de Tinta es tan importante, hasta que aparece un hombre llamado Dedos Polvorientos (nombre curioso), a advertirles que Capricornio los está buscando. Nombres curiosos, se dice Meggie, pero antes de que pueda preguntar quién es esa gente tan rara Mo la ha metido en el carro y se ha marchado cual fugitivo hasta la casa de la Tía Elinor, una mujer a la que no le hacen demasiada gracia los niños. 

Esta es la primer parte de una trilogía (que lamentablemente, va de más a menos y por eso me limito a recomendar sólo su primera parte), y, aunque los personajes a veces pecan de excesivamente inocentes, no temo decir que este es un libro buenísimo, con apariciones estelares de Rapunzel, uno de los cuarenta ladrones (al que sus compañeros no van a extrañar) de Las mil y una noches y Toto, de el Mago de Oz.

La saga de los confines, Liliana Bodoc



Creo que si han revisado el blog aunque sea un poquito, ya sabrán que amo completamente esta trilogía. Es como el amor de mi vida en forma de libros, porque es de una autora latinoamericana (y ya sabemos la poca juvenil latina que hay disponible), porque es fantasía épica en todo sentido y porque es fantasía épica inspirada en las culturas latinas antiguas. Incas, mapuches, aztecas, mayas inspiran a los zitzahay, los husihuilkes, los señores del sol... Quizá, la única crítica que podría marcarle es la pobre división de escenas que hay en el libro, pero por lo demás, incluso el lenguaje profundamente poético me gustó. La historia esta muy bien planteada y tiene grandes paralelismos con la Conquista de América (con marcadas diferencias, por supuesto) y criaturas como lamellos en vez de caballos, y penachos y religiones antiguas.

Bueno, ahora, ya lo saben, ¡a leer!

martes, 14 de julio de 2015

El teorema Katherine, John Green | Reseña

Sinopsis: Según Colin Singleton existen dos tipos de persona: los que dejan y los que son dejados. Él, sin duda, pertenece al segundo. Su última ex, Katherine XIX, no es una reina, sino la Katherine número diecinueve que le ha roto el corazón.Para escapar de su mal de amores, y con el propósito de hallar un teorema que explique su maldición de las Katherines, Colin emprende junto a su amigo Hassan una aventura que le llevará a Gutshot, un pueblecito de Tennessee, y a la sospecha de que en la vida la inteligencia no siempre es la mejor compañera de viaje.

Si usted odia:
a) los anagramas.
b) las preguntas tontas que se hacen las personas a las que dejan sus novios/as.
c) los datos curiosos.
d) los pies de página.
e) dos o más de las anteriores.

Este no es un libro para usted. Durante las páginas del teorema Katherine tenemos un abuso de todos esos elementos enlistados arriba que dejan de parecer graciosos como a la página diez. Considero este el libro peor logrado de John Green y a Buscando a Alaska y a Bajo la misma estrella no les dediqué palabras especialmente halagadoras (Bajo la misma estrella se llevó un comentario bueno en cuanto a la construcción de algunos personajes, Buscando a Alaska sólo por ciertos pasajes). Creo que no hay nada que quiera rescatar de este libro.

Como por algún lado tengo que empezar la crítica, vamos a empezar por Colin Singleton. El niño es un niño prodigio cuya utilidad para la vida es nula, sabe once idiomas (envidia), lee cuatrocientas páginas al día (ni yo sé como, que me acabo de marcar récords personajes leyendo 250), hace relaciones raras con datos en su cabeza, usa palabras raras y pedantes, no sabe que es realmente interesante en una conversación normal (un esfínter pupilar, no) y, bueno, no está especialmente arriba en la escala social. No es muy difícil comprender por qué. Sólo es bueno memorizando cosas, la verdad, así que no le encontré la verdadera inteligencia y además se marca el teorema matemático menos fundamentado del mundo.


Me pareció tierno que cuando era pequeño le gustara jugar a ser un robot sabelotodo (que era realmente lo único a lo que sabía jugar), pero poco más. Colin es muy inseguro y es ese el rasgo que está mejor mostrado sobre él en el libro (siempre preguntándose si gusta, si lo que va a decir es correcto, si es buen novio, si es buen amigo...), porque bueno, está intentando demostrar que sus relaciones tienen una representación matemática. ¿Dato curioso inútil? Ha tenido diecinueve novias en distintas etapas de su vida, todas llamadas Katherine (no Catherine) y todas lo han dejado a él.

Tenemos también a Lindsay, un personaje que vive la vida actuando: ella misma lo dice, con los viejitos tiene acento sureño, con su novio es la chica popular, con Colin una aficionada a las gráficas que cuentan historias. No es un personaje demasiado bien armado, pero se defiende relativamente. Hassan, el mejor amigo de Colin, es, por el contrario, el graciosete de turno y la mayor parte del libro da risa, sí. Me hubiera gustado conocerlo un poco más, pero en general como personaje me ha gustado y sólo he creído que le ha faltado un poco de más protagonismo para que no viéramos sólo la parte graciosa. Es musulmán, no tiene demasiadas ganas de ir a la universidad, ni de besar chicas con las que no se va a casar, usa muchas palabras en árabe y... bueno, en general está bien. Es un poco bueno para nada y a lo largo del libro eso no cambia, por lo que el personaje no evoluciona demasiado, lamentablemente. Nos da una sorpresa al final, pero no más.

Para el resto de los personajes... pues, tenemos al novio de Lindsay, El Otro Colin (EOC), unos cuantos tíos cuyo nombre no recuerda y Katrina, una chica buena, sexy y popular. Algo así como el estereotipo de las porristas en las películas de instituto gringas. Tenemos a los padres de Colin y a los de Hassan, pero a John Green parece que le estorban, así que no tienen realmente un papel importante en la novela, simplemente se dedican a... no, ni a estar allí. El único papel que tienen es que Colin les llame por teléfono. La madre de Lindsay, Hollis, es, básicamente, la rica del pueblo, le da trabajo a todo el mundo. Y no hay más personajes con verdadera relevancia, además de que los protagonistas a menudo suenan forzados o no muy naturales.

Ahora vamos con la trama. Es una trama sencilla, introducción (a Colin lo han dejado diecinueve chicas llamadas Katherine), desarrollo (Colin se va de viaje en carretera y acaba en Gutshot, Tenneesse), nudo y desenlace. En el camino, obsesionado por que diecinueve chicas lo hayan dejado, empieza a trabajar en un teorema matemático que exprese sus relaciones en una gráfica. La gráfica apunta hacia abajo cuando es la chica quien deja al chico, y la gráfica apunta hacia arriba cuando es el chico quien lo hace. ¿Tiene sentido? Por supuesto que no, como la mitad de las cosas que pasan en matemáticas. Sin embargo, mis problemas con las matemáticas de John Green empieza cuando, al parecer, incapaz de hacer funcionar el teorema, va metiendo más variables (hasta allí, todo bien todavía) de las cosas que influyen en la relación: popularidad, aspecto físico, etcétera. Sin embargo, la fórmula no es producto de un análisis, ni de nada, o no lo parece. Básicamente Colin se dedica a meter todo al azar a ver si funciona y, obviamente, después de mil intentos, algo funciona. La fórmula es larga, tiene un seno, muchas cosas, no recuerdo más (no, no es bonita, Juan Verde, una fórmula así causa pesadillas). 

Hay un apéndice de matemáticas en el libro que se me hizo exageradamente básico, pero hablo por mí, no me atrevo a decir nada más porque bueno, en mi carrera hay gente que no sabe graficar una parábola (¡una parábola!). 

Por lo demás, sí, esa es la trama, pasan cosas mientras Colin hace su teorema y piensa en las Katherines. Por supuesto, las cosas que pasan son mucho más interesantes que Colin haciendo su teorema. Trabajan para Hollis, grabando los testimonios de mucha gente que vive en el pueblo, sobre si cambiarían de pueblo, si vivirían en otra parte, qué hacen... Vamos, es un testimonio que Hollis quiere dejar para sus nietos. Me pareció algo tierno de parte de Hollis y así nos da tiempo para conocer algunas caras curiosas en Gutshot. Durante esos días Lindsay huye del trabajo para estar con su novio, Hassan hace nuevos amigos que a Colin no le gusta y Colin está preguntándose por enésima vez por qué Katherin XIX lo dejó. Un chico muy entretenido, nuestro Colin. 

Tenemos vistazos al pasado de Colin (algunos tan extraños como increíbles), siendo de los mejores, su relación con Katherine I, La Grande (una relación de dos minutos y medio) y sus experiencias como niño anormal. Hay cosas que lo hacen prácticamente estar a un paso de la categoría de Gary Stu, al menos tratándose de intelecto, pero siempre tenemos su inseguridad (que es molesta, no mentiré) como recordatorio constante de que no es muy perfecto que digamos. Eso John Green lo desarrolló bastante bien, le daré el mérito, pero hay un pequeño problema. 

Pequeñísimo, de hecho. La narración de John Green. Voz narrativa... no es muy agradable, es como tener a Colin en nuestra cabeza y al mismo tiempo a un pedante sabelotodo que todo el rato está soltándonos datos curiosos inútiles (en su gran mayoría) y tenemos el recuerdo constante de que Colin es inteligente: ¡ya lo muestras, Green, o al menos lo intentas, deja de decírnoslo con esas palabras! Pero bueno, la mitad de las notas al pie nada más te causan la impresión de que John Green estaba tal que así: 


Así que en general, lamentablemente, el libro es bastante aburrido, el final predecible más o menos desde la mitad (con detalles de más o de menos) y la moraleja final, estúpida con todas sus letras. Tres libros y sigo confirmando que de verdad, Juan Verde y yo no nos llevamos. Me gusta su sentido del humor alguna veces, sus vlogs, pero sus libros no. Exceptuando a los protagonistas de Bajo la misma estrella, todos los demás son los mismos arquetipos una y otra vez y las tramas se parecen. Los clichés repetidos son los mismos, aquí sólo cambiamos de la obsesión por las últimas palabras de la gente famosa (creo recordar) por los anagramas y al Coronel por Hassan y listo. Tanta originalidad no mata, en serio.

En general la novela está llena de relleno, con pasajes inútiles y poco entretenidos, y acaba convertida (muy lejos de sus pretensiones iniciales) en una plasta adolescente común y corriente que no se distingue en lo absoluto del resto. Vamos, que muy original no es, el planteamiento matemático no se sostiene por muchos lados (porque más bien parece una fórmula hecha al azar en muchos sentidos), los personajes no son exageradamente agradables, Colin en general desespera y no evoluciona lo suficiente como para convertirse en alguien del todo agradable. Y, por supuesto, mi queja normal ya que hablamos de John Green: ¡no tienes naturalidad en los diálogos! Juan Verde parece entender a los adolescentes, pero no su manera de hablar y le acaban saliendo un montón de pedantes traumados complicados con problemas existenciales que se arreglarían de sólo ir al psicólogo. En su mayoría.

Así que el veredicto final sobre esta novela es:


domingo, 12 de julio de 2015

Cómo (no) escribir una novela romántica

¿Quiere escribir una novela romántica plagada de clichés, cero original, que cualquier editorial desesperada por hacer dinero le publicará para lanzarlo a la fama? Sólo tiene que seguir los siguientes sencillos pasos y le aseguro que acabará con una novela romántica (o trilogía, depende de cuanto quiera exprimir a la gallina de los huevos de oro) completamente infumable, llena de clichés baratos de película de instituto gringo, con pesronajes planos y una trama nula. No necesita mucho, sólo un lugar donde escribir su bodrio a la medida.


1. La protagonista primero. Para la chica, el ideal es una estudiante de Literatura Inglesa (o cualquier otra carrera de letras). ¿No tiene ni idea de la carrera? Bueno, no se preocupe, simplemente haga un par de referencias a Orgullo y Prejuicio, el libro de Jane Austen, haciendo que la protagonista se compare con Lizzie Bennett a quien obviamente se parece. Por lo demás, recuerde decir que nunca ha tenido novio (o sólo ha tenido uno, nadie quiere leer de una chica que ha salido con todos), que es muy inocente y si se puede, cuele por ahí también su virginidad. Muy importante lo último. Por lo demás, su personalidad es muy simple y tiene un par de rasgos (estúpidos) muy distintivos: morderse el labio (hasta sacarse sangre), ponerse el cabello detrás de la oreja, rascarse la oreja, ruborizarse como tomate. Ya verá usted. Por lo demás, no tiene personalidad y se deja mangonear por todo el mundo, sin tener opinión propia. ¡Listo! Tiene a su protagonista perfecta.

Ahí la tiene: ejemplo perfecto
2. Obviamente, después va el protagonista. El rasgo más distintivo, y el único que realmente importa, es que sea guapo cual galán de telenovela. Masculino, quizá con un poco de barba, joven y atractivo para que nuestra chica caiga en sus garras en menos de un milisegundo. ¿Qué más necesita su protagonista? Ser machista, posesivo, celoso, muy celoso, tener traumas de la infancia; básicamente, el ingrediente perfecto para una relación amorosa destructiva. Sin embargo, para que sus lectores no se den cuenta de esto, recuerde decir que en el fondo es muy dulce y que sólo necesita de una mujer para arreglarlo. Ignore a su consciencia que le dice que en la vida real, una relación entre sus dos protagonistas acabaría en violencia de género; eso a los lectores y editoriales no les importa. ¿Cómo bonus? Que sea rico, asquerosamente rico, si no, a nadie le va a gustar

Ejemplo perfecto no. 1
Ejemplo perfecto no. 2
3. La relación "amorosa". Píntela como la ultimate love story, haga que todas sus lectoras digan lo tierna que es. ¿Cómo hace esto? ¡Muy fácil! Haga que la chica se deje mangonear por el protagonista, como siempre y que la relación sólo esté basada en lo físico. Ponga frases románticas del estilo: "eres mía", "te quiero y por eso no puedes hacer...", "siempre serás mía", "no puedes escapar de mí"; ¿qué no son románticas sino que algunas dan miedo? ¡No importa! A nadie le importa eso, recuerde lo celoso y posesivo que es su protagonista. Además, no olvide inspirarse en la peor película porno que haya visto para escribir las escenas subiditas de tono, a nadie le importa el realismo y su chica virgen (y en general, mojigata) bien puede resultar una diosa del sexo. Por otro lado, para marcar más aún su romance, no olvide que la chica se tiene que quedar imbécil cada que admira la guapura de su pareja y se crea fea en comparación. ¡Qué subidón de autoestima! No necesita nada más. ¿Un desarrollo profundo? ¿Qué es eso? 

4. Escriba paja para llenar al menos 300 páginas. Citas, encuentros en cafeterías, quizá alguna ex loca del protagonista que quiera ponerle las cosas difícil, métalos en problemas con la mafia si su protagonista es mafioso, haga que alguien intente matar a la chica por razones completamente absurdas. Añada algunos amigos y personajes desechables para la ocasión y pinte siempre siempre siempre a su protagonista como una irritante damisela en apuros. Escriba un final cursi digno de Nicholas Sparks y vea a su pareja caminar agarrados de la mano hasta el infinito. Claro que si quiere escribir más libros, sepárelos para tener una excusa cuando los vuelva a reunir, en la segunda parte.

5. Échese a dormir o siéntese a esperar, lo que usted prefiera. Si escribió todo bien, obtendrá reacciones como las siguientes: 


6. Cuando sienta que el fenómeno se está acabando, escriba más libros malos. Si ya no tiene que escribir porque acabó la historia, simplemente reescriba el primer libro desde el punto de vista del protagonista masculino, y no de la chica. ¿Que no le parece original? No se preocupe, no es el primero en hacerlo: 

En serio, ¡¿QUE CLASE DE KARMA ESTAMOS PAGANDO?!
No olvide incluir pasajes perturbadores como este:
Como bonus, no olvide decir que la gente que critica la relación amorosa de sus protagonistas (diciendo diciendo que es enfermiza y abusiva) son reprimidos mojigatos que no entienden nada del amor. Si puede, venda los derechos de su libros basura a un estudio cinematográfico y hágase más rico. Luego ríase de todos los idiotas que siguen pobres con sueños de publicar un libro