Divagaciones de una Poulain
by Nea Poulain

domingo, 14 de julio de 2024

Perras de reserva, Dahlia de la Cerda | Reseña

Sinopsis: Perras de reserva, de Dahlia de la Cerda. Colección de cuentos se centran en las experiencias de las mujeres en un país como México. Con un lenguaje juguetón y humor negro, la escritora nos va acercando a las diferentes realidades que coexisten en nuestras poblaciones.
«Me encomendé al Diablo porque Dios en esto no hace el paro», nos dice una de las narradoras de los trece cuentos que conforman Perras de reserva, el genial primer libro de Dahlia de la Cerda, ganador del Premio Nacional de Cuento Joven Comala 2019, que aparece ahora publicado en una nueva versión revisada y ampliada. Y es que sabe bien que «Escapar de esto no depende de echarle ganas, de querer salir adelante», antes de adentrarse sin retorno en una vida criminal. Un poco como sucede con Yuliana, la macabramente entrañable heredera al trono de un capo del narcotráfico. O con su mejor amiga Regina y su deseo de tener «un novio buchón con ropa de marca que no fuera a Zara y que en lugar de tener gatos Sphynx tuviera leones de mascota». O con «la mejor bruja de la región», que ofrece sus servicios a través de su página de Facebook, y pacta con el diablo para que le ayude con la vecina cuyos perros se saltan al patio de la bruja para hacer sus necesidades.
Y es que las protagonistas de Perras de reserva comparten las dificultades y peligros implicados en el mero hecho de nacer mujeres, y los enfrentan con los recursos que la vida les ofrece, obligadas a formular sus propias categorías para situar la frontera entre el bien y el mal. Y nos cuentan sus vidas siempre en primera persona, haciéndonos parte íntima de su forma de habitar el mundo, con un lenguaje sumamente oral y coloquial, casi siempre cargado de una fuerte dosis de humor negro. Como si solo mediante el relato de sus aventuras y desventuras encon­traran estas memorables protagonistas la redención consistente en existir atemporalmente, a través de la potente y sumamente original literatura de Dahlia de la Cerda.

Voy a hablar del libro y de nada más que del libro. Si tienen la tentación de venir a contarme cosas sobre su autora en los comentarios probablemente ya las sé o no las sé, y no me interesan. Toda crítica o halago a Perras de reserva acaba viciándose horrible y yo no tengo interés en que otrxs vuelvan un campo de batalla mis comentarios o mis opiniones. También, si tienen tentación de poner terfadas, don't. Único aviso.

Perras de reserva es un libro con trece cuentos, muchos de ellos (la mayoría) relacionados entre sí cuyas protagonistas son mujeres de diferentes estratos sociales y contextos en México. Parte de esto se contextualiza con la manera en la que narran, las palabras que eligen, el modo en el que está escrito el libro. Me llamó la atención, sobre todo, el peso que le dan al uso del lenguaje coloquial que le dan cuando hablan de él. Me parece, por ejemplo, absurda la batalla a la se somete el lenguaje coloquial contra el literario, como si el lenguaje coloquial no pudiera ser también literario o como si el lenguaje literario fuera inaccesible. Ambas son mentiras y me cagan. Como si no nos hubiera demostrado ya un montón de gente en muchos idiomas que el lenguaje coloquial es también literario (podría ponerme a nombrar ejemplos, pero no me alcanzaría el tiempo para desmenuzar lo absurdo de ponerlos a pelear) y como si no nos hubiera dicho Marx que pensar que la gente que trabaja doce horas es incapaz de entender otro tipo de lenguaje no es muy pendejo (no lo dijo así, pero estoy parafraseando y Marx es mi amigo personal, fui a las fiestas de cumpleaños de todos sus hijos). 

Escribo todo eso porque quiero hacer un preludio a todo este libro: sí tengo un problema con su lenguaje, pero no tiene nada que ver que este sea coloquial. Eso es secundario. Un libro con los mismos vicios de la prosa que este pero que en vez de usar regionalismos de distintas partes de México usara un lenguaje florido y más adornado me seguiría pareciendo malo en su uso del lenguaje. Lo dice Ursula K LeGuin en From Elfland to Poughkeepsie: el lenguaje importa porque es la materia prima de la literatura. Es el lenguaje el que nos hace sentir que estamos en un lugar muy lejano o desconocido o, al contrario, si lo que quiere evocar es al país en el que vivimos, esquinas que nos hemos topado toda la vida, discursos políticos que hemos escuchado hasta la saciedad. Liliaba Bodoc también lo dice: La Palabra es importante, el cómo nos referimos a las cosas, cómo las elegimos, cómo las comunicamos. No me queda duda de que casi todas las palabras que componen Perras de Reserva fueron elegidas por una razón: estamos ante mujeres que quieren contar su propia historia ellas mismas. 

El problema es que, tras varios cuentos, se notan las costuras. El lenguaje coloquial es un escenario, un adorno. La voz en el fondo nunca cambia.

En algunas reseñas vi que de repente, tras varios cuentos, la primera persona ya no era novedosa o ya era cansada. No comparto totalmente la opinión, pero la entiendo, sobre todo cuando me puse a analizar más de cerca lo que estaba pasando, por qué esa aparente perdida de novedad (me dio curiosidad, sí, que hubiera quien dijera que la primera persona era novedosa: ¿de dónde o qué algún narrador en el año de 2024 nuestro señor es novedoso o fresco, si ya lo hemos intentado casi todo en la literatura desde que existe la palabra escrita?). Las descripciones físicas y de la ropa que usan las protagonistas siguen estructuras de oraciones muy parecidas, aunque todas decoradas con un registro distinto del habla. Y así hay varios ejemplos. El registro a veces es no más espolvorear por ahí un par de regionalismos (en algunos casos mal usados, como plebe, en vez de plebes) y esperar que eso y sólo eso sea suficiente para que el lector diga: ah, sí, se trata de esto. 

Es difícil replicar registros del habla en la palabra escrita, sí, siempre existe ese riesgo de que sean solo la manera en la que escribes tú (tu registro) con un par de expresiones que conoces y sabes usar, que sean una replica del discurso de alguien más encima de tu literatura y muchas veces cosas así cumplen el truco (al final los escritores no más somos un montón de mentirosos muy hábiles a los que les gusta mucho el lenguaje y experimentamos con él todo el tiempo y sabemos mentir muy bien, porque nuestras mentiras son la realidad de nuestra ficción), pero cuando la cosa cambia y cambia y cambia a lo largo de trece cuentos, parece sólo un decorado barato sobre otra cosa (se nota, por ejemplo, en el último: parece el cuento más honesto y es también de los más personales, por lo que no tiene las costuras tan obvias como los demás). 

Es una elección, por ejemplo, el peso que tiene el dinero contra el peso que tiene el feminicidio (y no porque yo crea que tenga que serlo, cada autora pone su libro en el mundo como el libro debe de ser y yo no vengo a escribir reseñas para decirles deberían haberlo escrito diferente). El peso que tiene la ropa. La misma oración una y otra vez nombrando marcas diferentes y estilos diferentes cada vez; es la misma, una y otra y otra y otra y otra vez (la estructura no cambia). Sospecho que el hecho de que haya párrafos enteros del estilo buchón y del estilo de las niñas esposas de políticos y de las mujeres del narco y de todas las mujeres de Perras de Reserva y una de ellas muera tres o cuatro veces en el libro y varias veces se la despache con una frase sin impacto es una elección deliberada que más o menos entiendo. Para cuando me cuenta su historia quiero que me importe y no lo logra porque no parece importarle ni a su mejor amiga, por más que nos quiere convencer que sí (y por más que, de hecho, se venga del asesino). Parece exactamente lo contrario al show, don't tell. Nos dijo, pero nunca nos contó

Lo que no entiendo es que los registros del lenguaje sean no más un disfraz, una escenografía, porque las frases no cambian en su estructura, no más en el adorno que le ponen. Quizá hay algo que no estoy entendiendo, finalmente, porque unas de las cosas que más se le han reconocido a Perras de Reserva es su uso del lenguaje coloquial. No es sorprendente, ni es novedoso, ni es descubrir ningún hilo negro (y si para algún lector lo fue, sólo puedo decir: este es un estilo que lleva años cultivándose en México y en todo el mundo, es parte del camino lector), ni tiene sentido poner a pelear a quienes prefieren un lenguaje diferente, que quizá no es el que se habla en la calle (malamente llamado literario) a uno coloquial (que también puede ser literario). Sólo me saca de onda que bajo todos los registros que se pretenden retratar en este libro (y que pudo ser uno de sus más grandes virtudes) no hay nada diferente. Escribir las mismas frases una y otra vez cambiándole los modismos y las formas no me demuestra nada, acabas usando al lenguaje (la materia prima de la literatura) como un mero disfraz

Justo el discutir los asuntos del lenguaje, me llevan a mi segundo punto: debido a su poca variación, la primera persona se hace muy cansada. No es culpa del tipo de narrador. La primera persona es muy versátil en este tipo de historias (personajes que se confiesan ante el lector, que quieren demostrar su agencia, historias donde personajas como estas tienen que ser el centro) y en este libro es una elección deliberada (en Entre los zulos se habla de la elección referenciando a bell hooks y a tener voz una misma, una idea que no necesariamente comparto como escritora, pero que entiendo de donde viene y me parece una muy buena arma al escribir). El problema es que cansa porque los focos nunca cambian. Los mejores cuentos son aquellos que se salen de la narrativa de la obsesión con el dinero y el poder que tienen muchas de estas mujeres, no porque esas sean malas historias qué contar, sino porque no varían en sus costuras. La historia se repite una y otra vez con escenarios y acciones cambiadas, pero para gran parte de estas mujeres la única obsesión es el poder o el dinero y todas te lo cuentan más o menos igual en el fondo

Eso cansa. Ante todo, eso cansa. Yo puedo creer que a este libro le faltan comas y le sobran puntos y seguido, pero no es sólo eso lo que agota al leerlo. Es la repetición. En el caso del feminicidio narrado (contado en una frase o en dos cada vez) se nota como pierde fuelle y cómo, antes de llegar a él, antes de que la víctima pueda hacer lo que quiera con esa narración, ya perdió todo su fuelle. Si acaso, el cuento con el que cierra el libro es uno que podría tener mucha más fuerza (porque es más visceral, porque parece más cuidado), sino pecara de tener pedazos que en vez de narración son exposición de problemas sociales (y no creo que no tengan que estar, sólo creo que hay que pensar en el uso de las palabras y por qué las ponemos y en cómo ponerlas, cosa que es, a mi parecer, lo que le falla terriblemente a este libro). 

Si me preguntan si lo recomiendo o no: claramente no. Pero yo soy una única persona y lectores hay muchos. Hay de todo en la viña del señor y que un libro no resuene con nosotros (o nos parezca terrible) no es una condena, sino sólo un testimonio de nuestros caminos lectores. Pero no, no lo recomiendo. Creo que como retrato de la literatura mexicana actual es un retrato pésimo, pero yo pienso casi siempre eso sobre muchos libros actuales que hablan de los temas que trata este libro (no es la excepción: es la regla). No resueno con estas formas de acercarse al realismo ni a la violencia, pues. Si lo leen, ahí me cuentan que opinan.

sábado, 20 de abril de 2024

Oscars Literarios (XIII)

Ya sé que estamos en abril, pero 2024 ha sido un año, qué les digo. Igual van a tener que oír cuáles fueron mis mejores lecturas del 2023 porque no me siento preparada para escribir ninguna reseña si no hago esto primero; quiero, dentro de lo posible, cerrar ciclos. Especialmente el de lectura del 2023: fue un año raro en lecturas, un poco lento, pero con grandes obras. La verdad es que decidí sólo leer lo que quiero leer, por los motivos que sean (o sea, los libros me pueden gustar más o menos) y así me la he pasado un poco mejor. Muchos tipos de libros me dan curiosidad, así que falta de variedad en las lecturas no hay... aunque sí tengo tipos de lecturas e historias que me atraen más y me parecen mejores que otras, entonces mis premios suelen versar sobre temas similares (aunque no siempre los mismos autores, porque siempre busco cambiarle). 

Ya saben que no hay un top en orden, sino que resalto los mejores libros con categorías que me inventé yo, sacadas de mi trasero y que todo esto es subjetivo y honesto (por favor, la honestidad lectura también puede ser positiva, si quieren la negativa vayan a ver las peores lecturas del año pero métanse en la cabeza que siempre soy honesta respecto a lo que me gusta... incluso cuando me deja de gustar: se los anuncio en goodreads, si tengo ganas les hago la entrada de la relectura, lo que sea; o cuando pasa de no gustarme a sí). Dicho esto, vamos allá.

Mejor trama

Portada de La costa más lejana de Ursula K LeGuin

La verdad es que no creo sorprender a nadie con mi primera elección, porque Ursula K LeGuin es una constante en mis tops de lectura todos los años. Tengo por costumbre leer Terramar lentamente, usualmente en el Guadalupe Reinas, porque siempre encuentro una consigna dónde ponerla. Para esta categoría elegí La costa más lejana porque me pareció un libro muy bueno y el viaje de Ged y el muchacho Enlad es impresionante. Mi parte favorita creo que empezó desde los botes hasta el final. Me sorprende la maestría con la que Ursula construía historias y conjuraba dragones. Era una gran narradora y muy a menudo sus letras me recuerdan que incluso las narraciones aparentemente sencillas tienen mucha fuerza.

Mejor escritora

Fotografía de Camila Sosa Villada, fumando

Estuve posponiendo leer a Camila Sosa Villada mucho tiempo porque temo al hype. Sin embargo, estaba casi segura de que Las malas me iba a gustar, sólo quería leerla fuera del ruido mediático porque hay cierto discurso respecto a su escritura que no me acaba de encantar. Lo podemos discutir después, pero se los resumo: creo que mucha banda cis la lee desde la culpa; es común ver descrito al libro como una historia desgarradora y necesaria. ¿Qué hace necesaria a una historia? Me parecen adjetivos tramposos, porque obvian la maestría de Camila Sosa Villada para narrar (y sus letras demuestran que estilos más coloquiales pueden ser literatura para quienes desde su sillita elitista digan que no; es un poco tonto que tengamos que seguir demostrando eso a estas alturas) y contar historias. (En este momento del tiempo, si quieres hacer un esfuerzo por leer escritoras trans, ya es un skill issue no encontrarlas. Están infrarrepresentadas, claro que sí, pero hacer un esfuerzo implica, también, saber buscar). Las malas es un libro hermoso. Podría pasarme horas hablando de su estilo y de su lenguaje y de la elección de recursos que hace Camila Sosa. No más por eso ella fue mi escritora del año, la verdad su trabajo con la palabra: majestuoso.

Mejor protagonista femenina

Portada de Moribito en inglés, el guardián del espíritu

La verdad es que ya la conocía, de la primera vez que intenté leer el libro y no lo logré. Quizá no la conozcan porque en español SM publicó el libro y lo terminó descatalogando y yo lo tuve que leer en un pdf todo mal escaneado: se trata de Balsa, la protagonista de Moribito, un libro de la japonesa Nahoko Ueashi y creo, sin temor a equivocarme, que una gran escritora de fantasía. La construcción del personaje de Balsa me pareció impresionante: su lógica, por qué protege, las deudas que tiene, lo que entiende por proteger a alguien, su visión. No más por ella les recomiendo leer este libro, con eso tengo suficiente. Y todo el resto de los personajes son impresionantes también, así que imagínenese.

Mejor protagonista masculino

Chu Wanning, por Villa-laoshi

No creo que le sorprenda a nadie lo que voy a decir: Chu Wanning. Él y Mo Ran son los protagonistas de The Husky and The White Cat Shizun (y si me voy a verlo de lado más técnico, creo que el protagonista por excelencia es Mo Ran, pero Chu Wanning no se queda atrás) de la escritora Rou Bao Bu Chi Rou. Es una elección plenamente subjetiva, como todas las de esta lista, pero quizá es la que más, porque Chu Wanning es un personaje con el que puedo identificarme en cierto sentido y que compartimos traumas familiares. Está tan bien construido en ese sentido que sentí que Rou Bao podía estar escribiendo de mí. Escribí un ensayo larguísimo sobre el libro, así que si quieren saber más de Chu Wanning pueden leerlo.

Mejor Manga

Portada del volumen 13 de Requiem for a Rose King, Richard III con la corona

Como ya había sacado el top 10 de narrativa gráfica las siguientes categorías no son una sorpresa para nadie, pero igual las quiero repetir. Sin duda alguna el mejor manga que leí fue Requiem for a Rose King de Aya Kanno. Es una adaptación libre de las obras de Shakespeare entorno a Enrique VI y Ricardo III de Inglaterra (siendo este el último rey Plantagenet y el último que murió en batalla) que plantea la idea de que Ricardo fuera intersexual. Me gustó muchísimo, si conocen un poco el contexto de la Guerra de las Rosas o han leído a Shakespeare, definitivamente recomiendo.

Mejor manhua o manhwa

Portada digital de Ennead, Seth y Horus

Creo que este se repite, pero no estoy segura. Tengo manhua y manhwa condensados en una categoría porque leí muy poco de ambas el año pasado, intentaré hacer un mejor trabajo con ello este año. El mejor, sin duda alguna es ENNEAD de Mojito. Todo el 2023 lo dediqué a seguir la segunda temporada en emisión y me fascina cómo representa al dios Seth en su punto más bajo: sin poderes y en el Egipto que gobernó con crueldad, pero al que también protegió. Sin duda demuestra la dualidad del personaje y es impresionante. Tengo una reseña de la primera temporada, por si gustan darle una vuelta.

Mejor cómic

Portada de Warchild, volumen 5 de Monstress

Leí exactamente un sólo cómic occidental en todo el 2023: me puse al corriente con Monstress de Marjorie Liu y Sana Takeda; es tan bueno que a ciegas merece el lugar en este top. Nunca me ha decepcionado y, de hecho, esta no es la primera vez que aparece aquí. Este año pasado que medio me puse al corriente (aun me falta un TBP, si no mal recuerdo) me emocionó mucho ver por fin desarrollo entre la historia de Tuya y Maika, y entender mucho más de lo que pasó entre ellas. Definitivamente una gran historia que seguiré leyendo.

Mejor personaje secundario masculino

Portada de Fuego y sangre, de George R. R. Martin

Pensé mucho, pero sabía que tenía que mencionar este libro en particular porque tiene grandes grandes personajes: Fuego y Sangre de George R. R. Martin. Es difícil pensar que haya realmente un protagonista en un libro que es una clase de enciclopedia o crónica ficcional, así que en mi criterio personal después de pensarlo un rato decidí que el protagonismo era para la dinastía Targaryen, lo cual excluía a prácticamente todos sus retoños. Fuera de ellos, mi personaje favorito y que creo merece muchísima atención en el libro es Cregan Stark, el Señor del Norte; Martin es muy bueno dándole vida a personajes muy diferentes entre sí y este es una pieza muy importante durante y después de la danza de dragones. 

Mejor personaje secundario femenino

Richard III y Anne Neville ne su coronación en el anime de Baraou No Soretsu

No quisiera repetir obras, porque la idea del top es justamente no hacerlo, pero a veces quiero puntualizar algunas cosas y por eso mi personaja secundaria favorita fue Anne Neville, que aparece en Requiem for a Rose King de Aya Kanno. Por medio de ella se representa como se mueve una mujer en la poca independencia que le concede su estatus en la corte y cómo es usada una y otra vez como pieza de cambio. Pero no sólo eso: se habla de su propia autonomía desde esta imagen aparentemente indefensa. Algo que me molesta de las mujeres en estos escenarios históricos, incluso cuando están basadas en mujeres que existieron, como la Reina Ana, es que están condenadas a una dicotomía feroz: o son las mujeres girlboss guerreras o son las mujeres que no son sino presas de su destino. A menudo, una mujer puede tener ambas representaciones, según el autor que la escriba. Aya Kanno con Anne Neville (y con Elizabeth Woodville y con Margaret d'Anjou) muestra una dualidad impresionante que tira toda esa dicotomía al piso y les añade una gran complejidad que creo que falta cuando analizamos personajas como estas. 

Mejor libro infantil o juvenil

Portada de Tras el rastro de Plata de Cornelia Funke, edición mexicana

La verdad que cuando empecé a leerlo supe que iba a ser ese y se trata de Tras el rastro de plata de Cornelia Funke. Es la cuarta entrega de la serie que sigue a Jacob Reckless y a Fux en sus aventuras y esta vez exploraron Nihon y otras partes del mundo al otro lado del espejo que serían nuestro equivalente a Asia. Es un libro más o menos de transición y es increíble como, aunque estos libros suelen ser más flojos que los que no, Cornelia se las arregla para mantener el ritmo y la tensión en la trama y escribir de una manera impecable. Incluso cuando esta serie no está al cien la considero de las mejores cosas que leo. Impecable. Pueden leer mi reseña en las tres entregas anteriores, por cierto. 

Mejor antología

El señor de la noche de Tanith Lee, portada en la edición de Duermevela

Aquí no hay duda alguna que mi ganador fue El señor de la noche de Tanith Lee. Quería leerlo desde que lo vi recomendado en el blog de Sofía Olguín hace más de diez años. ¡Diez años! Sin embargo, sé que es un libro que me hizo esperar por buenas razones. No lo hubiera disfrutado tanto de haberlo leído antes y sin el bagaje lector que traigo ahora. Es un libro al que le agradezco haber llegado en el momento que llegó a mí y sus cuentos son increíbles. La historia de Azhrarn y su fascinación y amor por los humanos a lo largo de los cuentos que aparecen en este libro fue increíble y reconocer muchas de las inspiraciones de Tanith Lee en su lirismo me pareció precioso. De verdad, un libro que recomiendo muchísimo. 

Mejor libro de fantasía

Portada de Las bestias olvidadas de Eld en edición de Duermevela

Mi elección aquí la leí en enero y desde el dia que la lei supe que sería parte de mis mejores lecturas. No hay duda. Se trata de Las bestias olvidadas de Eld de Patricia McKillip y uno de los datos curiosos es que terminé de leerlo mientras iba en carretera en la I-5 cruzando Oregon, el estado de Estados Unidos de donde ella es originaria. Es un estado extraño, poblado de fantasía, de bosque y de historias de Big Foot, su costa es preciosa como es rara y de las cosas que recuerdo de las veces que lo he recorrido es que tiene un pueblo llamado Salem que verdaderamente parece un lugar en el que hay brujas. La verdad, después de leer Las bestias olvidadas de Eld y cómo McKillip habla de las criaturas y la naturaleza, que haya crecido en Oregon me pareció lo más normal de todo el mundo. 

Mejor romance

Portada de Stard of Chaos (Sha Po Lang) de priest, volumen 2.

Me costó, pero se eligió sólo uno. La autora de romance este año por excelencia fue una escritora china con pseudónimo en inglés: priest. Y el elegido fue Sha Po Lang. Sé que ella repite, porque la mencioné también para el 2022, si no me equivoco, así que felicidades por escribir romances que me fascinan. Sha Po Lang narra la historia de Gu Yun, un general del ejército a cargo de la protección del noroeste del Gran Liang y Chang Geng, el cuarto príncipe, que creció en una aldea del norte sin conocer su origen. La verdad es que me parece impresionante como romance porque se trata de dos personas dispuestas a cambiar el mundo para que su amado pueda vivir tranquilo. Desde Gu Yun diciendo que cuidará a Chang Geng hasta las últimas consecuencias (después de todo, aquel es su hombre) hasta Chang Geng haciendo una reforma económica, política y hasta una conspiración para que Gu Yun pueda descansar. A veces la historia de amor es reformar el sistema económico

Mejor cuento

La canción detrás de todas las cosas de Gaby Damián, fotografía

Ay, este me emociona mucho platicárselos. Les juro que se lo recomiendo a toda la banda y se trata de Anunciación, un cuento presente en La canción detrás de todas las cosas de Gabriela Damián. Llevaba años emocionada con la idea de esta antología y tuve la suerte de poder leerla en físico. Mi cuento favorito, sin duda, fue una reimaginación bíblica sobre María. Me obsesionan esos temas. Muchísimo, con mucha fuerza. Además la exploración del pecado, el deseo, la curiosidad; les juro que si yo pudiera sentarme aquí a platicarles todo el cuento, lo haría, pero me interesa que lo lean ustedes, así que no más se los recomiendo. 

Mejor fanfic terminado

De fanfics leídos la verdad es que hubo uno en particular del fandom de Scum Villain Self-Saving System llamado Shadows can bleed de SenZen_Travers. Se trata de un fanfic en el que el Luo Binghe Original revive a su Shen Qingqiu (en este caso Shen Jiu) tras visitar el universo en el que Shen Yuan transmigró y cambió la historia, preguntándose por qué su Shen Qingqiu no pudo ser amable con él, amoroso. No hay día que no piense en él. Es mi imperio romano de los fanfics actual. Y miren que leí fanfics muy buenos. 

Mejor libro de poesía

Abrazando a las estrellas, Chuuya Nakahara, Satori ediciones

Casi no leí poesía este año y costó decidir pero defintivamente, sin duda alguna, el premio es para Abrazado a las estrellas de Chuuya Nakahara. La traducción al español es impecable (pudiendo compararla con la traducción al inglés). Para explicarles lo mucho que me gustó sólo puedo decirles lo que escribí en mi reseña de Goodreads: antes de Chuuya Nakahara no existía la poesía, llegó él y la inventó. Seguro él no estaría de acuerdo conmigo, porque era un amante de los franceses. Y quizá yo del futuro decida que esta exageración ya no le hace justicia a lo que sentí tras leerlo, pero por lo pronto eso es lo que pienso. Lean a Chuuya Nakahara.

Mejor libro

Portada del volumen 1 de The Husky and his white cat shizun, edición de Seven Seas

Con todos sus altos y bajos, se lo tengo que dar a The Husky and The White Cat Shizun de Rou Bao Bu Chi Rou. Llevaba tiempo sin disfrutar tanto una obra que además hubiera sido escrita por entregas (tienen sus particularidades, luego platicamos de eso) y que incluso en las condiciones en las que la leí fuese tan lírica y tuviera una profundidad tan impresionante. Creo que el danmei está poniendo a la vista a la gente que escribe por entregas en internet y que luego no vemos o vemos poco (especialmente porque en español es un fenómeno casi totalmente cooptado por plataformas explotadoras o editoriales buscando qué publicar). Además, como libro de fantasía me parece que es muy impresionante el mundo que construye y los personajes con los que lo habitó. Si me pongo a hablar de él no vamos a salir nunca de aquí. Nada más la reseña/ensayo que le escribí tiene casi diez mil palabras. Mejor lean ese.

Así que, hasta aquí llegamos con las lecturas del 2023. Ahora sí puedo empezar con las reseñas pendientes, listas pendientes y entradas pendientes con tranquilidad. Ya saben que todas las lecturas de esta entrada son muy recomendadas por mí.

jueves, 15 de febrero de 2024

Razzies Literarios (IX)

Si hiciera esta sección el día de hoy probablemente sólo le pondría peores lecturas del 2023, pero bueno, las tradiciones se siguen siempre. La verdad es que 2023 fue relativamente un año bueno en cuanto a lecturas y no tengo demasiadas que quise arrojar por la ventana. Sí hay dos libros que abandoné porque eran pésimos (Hermanastra y Reencarnación, que no salen en el ranking porque no los terminé), y unos cuantos que no me gustaron. Así que, vamos a hablar de ellos. 

Razzies literarios, encabezado

No le pasen esta entrada a ningún autor, no creo que sea productivo, hay una razón por la que no etiqueto a nadie, y si se lo encuentran, pues se lo encontraron y ya. Especialmente porque los tres que comparten el dudoso honor este año son literatura hispana. La advertencia de siempre para la gente no sabe leer es que todas estas opiniones son subjetivas y que lectores hay un mundo y seguro estos libros tienen lectores que los disfrutaron, yo no fui una de ellas.

Cordeluna, Elia Bacerló

Portada de Cordeluna, de Elia Barceló

Empecé este libro con muchísimas esperanzas porque era fantasía, misterio y abordaba a Rodrigo Díaz de Vivar, el Mío Cid, muy de pasada. Pero es malo. La prosa es superficial cuando menos en casi todo el libro, suena como el meme de hello my fellow youngsters mal, es como lo que las editoriales te piden de lo que yo llamo libros pa' la banda, que es lo que los editores creen que los adolescentes leen en cuanto a calidad porque no pueden comprender nada más complicado. Además me resultó en sí un libro desagradable, en el que los personajes están poco desarrollados y muchos existen un poco por existir o para llenar el cast. La verdad es que aunque comprendo qué clase de historia quería contar Elia Barceló no creo que lo haya logrado y lo más que conseguí con este libro fue curarme el insomnio, lo cual es muy triste porque genuinamente trata de un tema interesante al que simplemente creo que no se le da ni el lugar ni la importancia porque todo el libro parece que lo dumbificaron para que los jóvenes entendieran

Tsunami 2, varias autoras

Portada de Tsunami 3, Varias autoras

Es pésimo y ya hice una entrada sobre él. Hay uno o dos buenos ensayos y uno o dos que ir, no van a ningún lado pero tampoco dan tanta pena. ¿Los peores? Los que se murieron de repetición porque no tienen argumentos, los que directamente demostraron que no saben investigar y esparcieron la misma propaganda anticomunista que las mujeres burguesas llevan esparciendo décadas en el feminismo a ver si las proletarias se lo creen para desarticular el movimiento. Entre ellos hay un montón de ensayos vacíos de toda alma que son superficiales a más no poder y que nada más repiten consignas que ya suenan vacías. No creo que el mundo me de la oportunidad de no tener Tsunami 3, pero sí les recomendaría que pisaran el freno e investigaran. No es posible que edición tras edición se le siga permitiendo a la gente decir cosas tan falsas como que Marx y Engels (y nada más ellos dos, sin tomar en cuenta a nadie más) no hablaron de la cuestión femenina

Mándame un mensaje cuando llegues a casa porfa, Oralia Torres de la Peña

Portada de Mándame un mensaje cuando llegues a casa

La cosa está así: si vamos a escribir poesía, vamos a respetar la poética. Y si vamos a escribir haikú, vamos a respetar el género. No puedes escribir haikú (o jaiqu) si no respetas su base: cinco, siete, cinco. Hay que aprender a contar. La autora pretende rebelarse contra la esencia del género: en lugar de causar tranquilidad y paz, busca más bien causar horror y angustia, lo cual me parece un buen punto de partida para retar al género y subvertirlo, si de verdad hubiera algo en ellos que remitiera al haiku. Cuando vamos a romper reglas, creo que es importante saber que si todavía queremos ser parte de algo o una subversión de algo, no podemos romperlas todas. ¿Cómo subvertimos el haiku si no escribimos ninguno? Todo este libro consta de frases cortadas con enter cuyas imágenes a mí personalmente no me remitieron a muchos horrores (pero sí a la sombra de ellos: o sea, entiendo la intención, simplemente no llegan conmigo, a pesar de remitirme, sin duda alguna, al 2006, a Calderón, a la militarización) y ninguna sigue la métrica del haiku. La métrica en este género importa. Hay que tenerle respeto al género para subvertirlo. Sobretodo: saber escribirlo primero. No puedo calificar algo que no respeta esas bases y quizá soy muy snob, pero creo genuinamente que respetar la métrica hubiera hecho maravillas por muchas de las imágenes presentadas aquí, sobre todo porque habría obligado a que su escritura fuera más reflexiva del lenguaje y no hubieran acabado siendo frases cortadas con enter