Divagaciones de una Poulain
by Nea Poulain
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sábado, 11 de julio de 2020

El debate de la piratería y el acceso a productos culturales

Reducir el debate de la piratería a que "la piratería es una elección" y que la gente que piratea lo hace por ser muy mala me parece una simplificación muy absurda dentro del capitalismo. Y me van a perdonar, pero es lo que todos hacen en tuiter. Los últimos días he visto correr en mi TL argumentos de que la piratería siempre es un robo, falacias, generalizaciones y una tremenda defensa al sistema editorial que no entiendo por qué sucede de parte de los mismos escritores. ¿Por qué querríamos defender a los monopolios editoriales que no permiten otras formas de pensar en la publicación? Pero bueno, sobre eso, más adelante. La verdad es que hay muchas razones para piratear productos culturales pero casi todas, en mi experiencia, terminan y empiezan con la situación económica de una persona y el difícil acceso a la cultura o a textos académicos. 

Los debates suelen dar vueltas alrededor de las publicaciones de ficción, pero pocas veces tocan el ámbito académico (donde los libros no los pueden comprar ni los mismos profesores, que viven de fotocopias y dejan fotocopias para sus estudiantes). Tampoco nadie toca a las elecciones que hacen las editoriales: quién publica, qué libro cruza el charco, por qué el precio que tiene el libro es ese, quién se lleva las ganancias en realidad, etc. Entonces me gustaría empezar este ensayo hablando del mercado editorial y de cómo la cultura, como todo lo demás, es una mercancía en el capitalismo.

Las mesas de novedades y la lectura como producto

La cultura ha sido siempre en China patrimonio e los terratenientes e inaccesible a los campesinos.
Mao Tse-Tung.

El capitalismo nos ha convencido de que el conocimiento, la cultura y el entretenimiento son todos un producto por el que hay que pagar. No es cosa sólo del mercado editorial: se ve en los clichés de que la "educación privada es mejor" porque pagas con ella, los altos precios que ponen los teatros a los que solo va la élite (contra los proyectos comunitarios más accesibles), el elitismo que existe respecto a los musicales (y el hecho que de grabaciones como la de Hamilton sean la excepción y no la norma), etc. Como todos jugamos dentro del capitalismo, hacerlo todo más accesible suele reportarle ganancias a la gente. Ya pueden ver a Netflix, que fue de las primeras plataformas de streaming (ahora, el problema es que con mil pues volvemos al que nadie puede pagar nada y todo el mundo vuelve a los torrents, pero ese es otro tema para otra ocasión). Con los libros es lo mismo. ¿Puedes comprarlos? Qué chido. Hay quien va tan lejos como para asegurarte que la lectura nos hace mejores personas (mentira cochina, hay muchos cabrones muy leídos). ¿Publicas? Felicidades, eres uno de los elegidos.

Les voy a romper un mito: escribir no va de talento. Va de hábito. Y de posibilidades. Lo veo como escritora. Decía Gloria Anzaldúa en Una carta a escritoras tercermundistas que nos olvidáramos del cuarto propio. Quienes lo tienen tienen casa grande, quién les limpie, la vida resuelta económicamente (hombres y mujeres, aunque siempre los primeros son mayoría).

Olvídate del "cuarto propio" (c) -escribe en la cocina, enciérrate en el baño. Escribe en el autobús o mientras haces fila en el Departamento de Beneficio Social o en el trabajo durante la comida, entre dormir y estar despierta. Yo escribo hasta sentada en el excusado. No hay tiempos extendidos con la máquina de escribir a menos que seas rica o tengas un patrocinador (puede ser que ni tengas una máquina de escribir). Mientras lavas los pisos o la ropa escucha las palabras cantando en tu cuerpo. Cuando estés deprimida, enojada, herida, cuando la compasión y el amor te posean. Cuando no puedas hacer nada más que escribir.

Entonces, quienes tienen más probabilidades de terminar un manuscrito y pueden mandarlo a una editorial para su valoración ya son los que tienen ciertas condiciones. Y el publicar es un premio. Sólo unos pocos "talentos" pueden hacerlo. No es talento. Es una chinga, pero nadie nació sabiendo escribir. La tienen más fácil unos que otros y los que la tienen más fácil para escribir pueden llegar más fácil a las mesas de novedades donde para mantener su lugar tiene que demostrar que son rentables. Los libros que no lo son regresan a los almacenes, muchos acaban destruidos. Así como me parece un despropósito cuando se hace con los cultivos (¡las papas en Estados Unidos!) me parece un despropósito con los libros (novelas, ensayos, académicos), pero así funciona el capitalismo.

El sistema hace que los mismos autores sean tan protectores de sus libros (mi libro es antisistema, pero yo lo protejo como si quisiera que me pagaran por cada lectura, me encantaría decir que no pasa, pero sí). Quizá ya cobraron todo su adelanto por la primera edición, pero una reedición depende de vender. A estas alturas ya no se trata del arte, la literatura o el conocimiento, ni creo que haya ya allí nada altruista: es vender. Finalmente, todo es un producto, ¿no? 


Las mesas de novedades que alguien decidió cómo acomodar, donde un montón de libros se pelean por sobresalir y un montón de gente ve los precios y se queda con las ganas. Las mismas cosas ocurren con los sistemas de autopublicación: en Amazon tienes que sobresalir o nada. ¿Tienes una historia que hay que pagar para leer en Wattpad? Hay que sobresalir, saber hacer marketing, ya no se trata de si la escribiste porque escribir es como respirar para ti (mi caso), se trata de convertirte en tu propio agente del marketing. Es el capitalismo y, por supuesto, el valor de los autores se define en oferta y demanda.

Vale la pena preguntarse lo siguiente: ¿quién es quien realmente gana en todo este proceso de publicación? Los grandes monopolios editoriales y libreros (Planeta, PRH, Librerías Gandhi, Amazon), los best-sellers que venden los derechos para que adapten sus obras (Rowling, sin ir más lejos). A mí defender empresarios y millonarios se me da muy mal. ¿Qué hace que un libro sea best seller? No es su calidad, se los aseguro. ¿Qué logra que un libro cruce el charco, en cualquier dirección? ¿Nos tenemos que quedar con las ganas porque el *mercado* tiene ganas? Desde el principio todo el sistema está MAL, ¿por qué defenderlo? Quejarse de los precios abusivos de los libros y la inaccesibilidad y de las malas condiciones de escritores, maquetadores y editores son dos argumentos que pueden coexistir.

¿Se puede pensar más allá del capitalismo? ¿Del copyright? Quiero creer que sí. Y creo que parte de ello empieza poniendo el foco del problema en el sistema y no en la gente que piratea. Ahora sí, vamos para allá.

Las "alternativas": bibliotecas, archivos y plataformas digitales

En contra de la actual tendencia a restringir el acceso a los saberes, pensamos que el interés común de autores y editores está en dar a conocer lo que escriben y publican.
Proyecto de la Editorial Traficantes de Sueños

En el debate sobre los libros pirata pasan dos cosas: se pone el foco directamente sobre las personas que lo hacen, como si el problema fueran ellas y no el sistema y se grita que "hay alternativas". ¿Las hay? ¿Cuáles son?

Siempre se menciona a las bibliotecas. Vamos a poner un ejemplo personal. Vivo en la periferia de una ciudad enorme. Lo que quiere decir que vivo y no vivo en la ciudad. La biblioteca de la colonia apenas tiene libros y apenas tiene presupuesto y, como muchas otras, no tiene préstamo a domicilio. La Red Nacional de Bibliotecas de México está en abandono total y continúo. Por suerte, existe el milagro de la Biblioteca Vasconselos (para mí). Afiliación gratuita (siempre y cuando tengas una línea telefónica fija y facilidades para que alguien la conteste en horas de trabajo), tres libros cada tres semanas. Cuarenta minutos de ida, cuarenta minutos de vuelta. Está en el "norte", como yo, lo que significa que está cerca. Pero requiere poder moverse, tener tiempo, etcétera, etcétera. Sobre muchas cosas de las bibliotecas públicas (en México) pueden leer a Verónica Juárez Campos o el twitter de Ale QH. Dejando de lado la red, aquí no todas son públicas y en aquellas privadas que cobran cuota para el préstamo de libros, el perfil de los asistentes responde a un perfil económico. Como quien dice, no todo el grueso del proletariado tiene acceso aún cuando hay bibliotecas.

¿Y qué pasa cuando no hay? ¿Cuántos piensan en las bibliotecas en el ámbito rural? Los debates suelen estar centrados siempre en lo urbano. Es fácil decir que "no hay más que ir a la biblioteca" cuando uno vive en un lugar donde hay una y está bien surtida y tiene presupuesto para compra de libros y no es tratada sólo como almacén. O en un país donde la red de bibliotecas funciona y los prestamos interbibliotecarios funcionan. No es el caso para todos y creo que, desde el principio, hay que asumir que no todos tienen acceso a las alternativas.


¿Qué pasa con alternativas digitales? Hay proyectos que ofrecen libros sin derechos de autor gratuitos. El Proyecto Gutenberg, sin ir más lejos es uno de ellos. "¡Los clásicos no tienen derechos y se distribuyen gratuitamente!" Cierto y falso. A la vez. Las traducciones recientes sí que tienen y a veces nos enfrentamos a la brecha del idioma. Existen otros proyectos que creen en la distribución gratuita de los libros digitales. Está, por ejemplo, el sello editorial del CCU Tlatelolco, que libera libros gratuitos. La editorial Traficantes de sueños apuesta por la liberación gratuita de sus libros en digital y los físicos pueden fotocopiarse enteros. Si quieres. No son caros, además. (Pero, como todo el resto, juegan dentro del capitalismo, lo que son las cosas). Existen otros proyectos como openlibrary y archive.org, que son bibliotecas con préstamos de libros digitales (escaneados, muchos de ellos descatalogados, pero aún con derechos) y aun con toda la accesibilidad que permiten, tienen la mayor parte de su material en inglés. ¿Qué ocurre con la brecha del idioma? ¿Quiénes pueden aprender inglés? ¿Por qué?

Hay miles de cosas que nunca se consideran en los debates en internet. Mucha gente asume que todo ocurre por la prisa de leer una novedad (epublibre tiene una veda de seis meses para no subir novedades, para prisas, no vamos bien), que la gran mayoría de los lectores son como la comunidad lectora se presenta en internet (muchas veces bilingües). En el debate centrado en España se olvida que las condiciones económicas en latinoamérica son diferentes y aun así, los precios de los libros editados allá que cruzan el charco no cambian; son más baratos los de nuestras editoriales independientes por una razón. Se ignoran los altos impuestos a los libros (Chile, por ejemplo, tiene de los más alto). Más bien convendría recordar la existencia de otras realidades y empezar a hablar con empatía.

En el debate de la piratería se olvida que esta no siempre es digital. Los libros piratas impresos existe y tuve muchos porque esos eran más baratos cuando yo era chica. Recuerden la brecha. Internet podrá ser el mundo real, pero sólo lo es de la gente con acceso a él. La piratería no es sólo de best-sellers, también es de fotocopias de libros descatalogados en los que alguna editorial tiene los derechos, pero no se molesta en publicarlos. También es de libros baratos (piratas) en los tianguis porque es lo único que alguien puede pagar y a lo único que alguien puede acceder. Y por supuesto, estas alternativas arriba mencionadas (que volverán más adelante) no funcionan exactamente en el ámbito académico.

Adendum a 2022: por otro lado, me resulta muy curioso que en un intento por fingir apoyar a las bibliotecas, se use un discurso que dice que leer no es un derecho, ni el ocio es un derecho. Me resulta alienígena porque ese mismo discurso es el que usan las grandes empresas que quieren bloquear la existencia de bibliotecas públicas o de organizaciones sin fines de lucro construyendo bibliotecas. Sólo falta ver que los grupos editoriales más poderosos de los Estados Unidos quieren acabar con una de sus bibliotecas digitales más grandes, la del Internet Archive. No se engañen, las editoriales a las que tanto defienden diciendo que hay bibliotecas también estarían muy felices si no existieran las bibliotecas o el préstamo de libros (no por nada los ebooks se venden con DRM que yo quito religiosamente de todos mis ebooks y hasta hay páginas que te dicen que sí, lo compraste, pero no puedes descargarlo y sólo podrás consultarlo en su link por siempre y si la página se cae seguro no te devuelven tu dinero... Esa fue la Universidad de Madrid, si les interesa saber). 

Además, hay quien se atreve a sugerir que las bibliotecas deberían tener un "módico costo" aka pasarse al privado. No mamar. Si son públicas por algo y de por sí nos cuesta que haya en todos lados. 

"Pasé la universidad con fotocopias": lo académico

Toda obra de arte, todo poema, toda filosofía, toda música surgen de una experiencia común, de la experiencia humana (que es invariablemente común) y por lo tanto, más que a un individuo, todo conocimiento y cultura pertenecen a la humanidad.
[...]
La cultura y el conocimiento no se roban, se expropian.
Manifiesto de la Pirateca

"Yo de lo académico no estaba hablando...", manera magistral de esquivar el tema cuando se atañe a él en los debates sobre piratería. En realidad, es un todo. Insisto que hablar de piratería no sólo tiene que ver con el best-seller de turno, el libro de moda o las novedades. Tiene más que ver con la falta de accesibilidad a los libros (de todo tipo género y cara) que con la terquedad de leer algo en específico (excepciones habrá, como siempre). Pero vamos al tema.


Para si quiera plantearnos por qué piratean los que piratean, también hay que mirar a las fotocopias. Las fotocopiadoras de muchas universidades te sacan libros enteros sin preguntar. ¿Saben lo que cuesta un libro académico? No he comprado muchos en mi vida. Los de matemáticas los heredé (el Baldor, el Granville, el Lehman, el Leithold) o los mismos profesores pasaron el pdf porque ni siquiera ellos los tenían. De física tengo un par. En la época fueron más de mil pesos desenbolsados. ¿Saben lo que cuestan los libros de idiomas? El último de inglés, 960 pesos (fue mi turno de take one for the team, porque los fotocopiábamos enteros). ¿Francés porque claro, estudiar con descuento de estudiante en universidad pública no puede ser caro? Acercándose a los 800 los últimos y no te atrevas a fotocopiarlo porque el mismo centro tenía convenios con quienes los vendían.

No se puede no hablar de lo académico. Si se hacen generalizaciones diciendo que todo aquel que piratee un libro es un ladrón, en las generalizaciones caben grupos enteros de profesores y alumnos que vivieron a base de copias, impresiones de pdfs y quizá una copia en una biblioteca que todo el mundo peleaba. En el caso de los papers el argumento suele cambiar, porque ahí la explotación a los autores suele ser más evidente: a veces pagan porque los publiquen y luego los journals pretenden que les des 20 dólares por leer un paper. A veces funciona mandar un email. A veces no y para eso existe sci-hub.



Y no pretendo tanto "justificar" la piratería (no tanto como hay personas que pretenden justificar el capitalismo, al menos) como explicar de dónde viene. Todos piratean por algo. Y cada que pretenden separar del debate al ámbito de las universidades, preparatorias y en general un montón de estudiantes del proletariado, están ignorando que también la academia hace una criba de quién entra en ella. Esta también es parte importante del debate, no sólo la que hace más ruido en redes. No es comparar "tipos de piratería", sino entender que todos coexisten en el mismo sistema. Ayuda a explotar por qué un sector piratea bajo qué condiciones. Como dije, hay muchas explicaciones a la piratería y todas empiezan y acaban con el capitalismo, nada está muy separado. Quién le pone precio a la cultura, al conocimiento, a las letras, a la creatividad.

El hermano menor de la defensa del acceso desigual: "siempre hay posibilidades"

"Las personas antipiratería están mantiendo un discurso de que siempre hay posibilidades en vez de piratear. No es real. Pero aunque lo fuera, ¿por qué estamos defendiendo el acceso parcial y desigual en vez de lo contrario?", decía ayer un tuit de está cuenta en tuiter. Por supuesto, no siempre hay posibilidades. Por las razones que ustedes quieran. No todos están en nuestros zapatos y hay cosas que siempre se nos olvida considerar. 

Siempre hay posibilidades. Por ejemplo, vamos a hablar de mí:

1. Páginas de suscripción. Como Bookmate o Scribd. Bien, uso ambas. Una por regalo, otra por conseguir 30 días gratis cada vez. Tienen sus limitantes, por supuesto y no son baratas. [Adendum a 2022] Bookmate ha subido su tarifa en estos años, volviéndose un poquito más inaccesible para la banda cada vez. Además, dependen de sistemas operativos en iOS o Android que la mayoría de los lectores de tinta electrónica que muchos miopes no tienen (salvo una o dos excepciones que tampoco son super accesibles en el mercado)... y sí, los miopes dependemos de no fregarnos los ojos.

2. ¡Proyectos como Lektu donde hay cosas gratis o autopublicadas! Maravilloso. Lo he usado. Sigue sin solucionar un acceso desigual. [Adendum a 2022] Además, tendríamos que hablar del acceso desigual a la tecnología y ese tema no les gusta tampoco porque implica abrir el bote de basura donde escondemos el abandono a las bibliotecas, la piratería en físico y las fotocopias.

3. ¿Pero y las bibliotecas? Ya expusimos que la accesibilidad varía. 

3.5 [Adendum a 2022] Por otro lado, las bibliotecas digitales usualmente están limitadas, dependen de acceso a la tecnología y son proyectos que se abandonan. En México podrías usar una biblioteca digital con tu CURP: hoy el proyecto no existe porque lo mataron desde la red. Los monopolios editoriales llevan años atacando a estos proyectos porque a ellos no les importa la legalidad, sino el dinero. El caso del Internet Archive, uno de los archivos y bibliotecas más grandes en internet es muy esclarecedor: compran libros, los escanean, les ponen DRM y los prestan limitadamente (solo una persona puede tener el ejemplar, tal como se haría en una librería física) usando el sistema de préstamos de Adobe (o directamente en línea en su web), un software donde no existe algo que le pueda quitar el DRM a libros en préstamo. Las editoriales llevan años cacareando que esto es piratería (a pesar de que el ejemplar prestado ya las fue pagado) y han conseguido que autores los apoyen porque creen que "pierden dinero". Lo que no quieren es que existan ni las bibliotecas y junto a eso pelea uno cuando dice "es que hay opciones".

4. Está wattpad. No voy a ser cómplice de una página que se hace rica de publicidad con un sistema de suscripción en la que lo autores subimos nuestras cosas gratis (con excepciones en el programa de historias pagadas que habría que ver cuánto paga). Le entro al juego de publicar yo porque entiendo las reglas, pero me niego a nada más. [Adendum a 2022] También no es gratis siempre: si tienes que ver publicidad, no es gratis. Tú eres el producto.

5. ¡Amazon Unlimited! Prefiero mantenerme lejos de Amazon salvo para lo imprescindible. No existirá el consumo ético bajo el capitalismo, pero si no es para leer un libro que sólo está allí o conseguirle uno a alguien, paso. Pero es una posibilidad. 

6. Los libros electrónicos son más baratos. Algunos. No muchos. De nuevo, cuando hay una conversión a pesos desde euros en libros españoles no siempre "barato" es lo mismo en ambos países (con excepciones). Pero algunas editoriales mexicanas independientes realmente hacen un gran trabajo para hacer el acceso a sus libros más barato. 

6. ¡Proyectos gratuitos! ¡Libros gratis! Y se van a ir al cielo al que no creo, pero no solucionan el acceso desigual a la cultura, aunque son proyectos que intentan cerrar la brecha. 

7. [Adendum a 2022] ¡Lugares donde puedes leer gratis como Webtoon! Geniales, los uso. Aunque algunos son engañosos: si te hacen ver publicidad, la gratuitidad no es tal y quien está pagando es otro, tú eres el producto que ve anuncios. De todos modos, siguen sin solucionar un acceso que ya es desigual de fábrica porque es el capitalismo funcionando a la perfección. 

8. [Adendum a 2022] Lugares como NetGalley. ¡Libros a cambio de reseñas! No es gratis, estás cambiando tu trabajo, el de escribir una reseña, por un libro. Hay pago. Hay un costo. Esto es capitalismo. Está muy bien afrontarlo, pero no olvidemos que implica cierta trayectoria, que hay unos idiomas donde es más fácil hacerlo que otros y que los lectores no somos pendejos, no vamos a leer lo primero que nos pongan enfrente como si sólo nos merecieramos lo que quieran darnos.

¿Pero saben algo? Todo eso significa seguir defendiendo el acceso desigual. Decirle a la gente sin dinero que lo que queda para ella son un puñado de libros más económicos o gratuitos o lo que sea que haya disponible en la biblioteca. "Esto es lo que hay para ti", les dicen. "Si quieres acceso a lo otro tienes que trabajar, ahorrar, vivir en el capitalismo". Se quedan a un paso de los que critican en qué se gasta el proletariado su dinero, de los que bajita la mano creen que el entretenimiento no es para el proletariado que no puede pagarlo. El "quien de verdad quiere un libro, ahorra para comprárselo" no está muy lejos de dejar que el capital decida nuestro valor. Al final, y con perdón, me parece que dicen "si eres pobre, pues ya qué, sólo puedes acceder a esto, lo demás está CERRADO" y eso, además de ser el capitalismo funcionando a la perfección, es una barbarie.

El capitalismo hizo esto, no quien piratea.

En vez de buscar alternativas más allá del capitalismo, se queda todo en defenderlo. "No piratees, es robar". ¿Cómo se roba la propiedad intelectual que no deja de pertenecerte? ¿Por qué defender al sistema que explota a los autores, artistas y a todo el sector editorial? Sólo los burgueses con medios de producción sacan ganancia. ¿En serio es tan complicado pensar más allá del capitalismo? Yo no escondo que lo quiero en llamas y quizá ese es mi problema. Le pienso mucho antes que condenar algo mío a él. Respeto a quienes arman proyectos libres (como traficantes de sueños), mucha de mi formación se la debo a proyectos como marxist.org o a carpetas de drive con pdfs escaneados de libros que no encontraba en ningún lado. No me interesa defender a un sistema editorial que condena a todos sus autores a una mesa de novedades, culpa en su mayor parte de los monopolios de librerías, editoriales y amazon. Entiendo por qué los autores lo defienden (viviendo de él, peleando por condiciones mínimamente aceptables), pero quiero mirar un poquito más allá.

Creo que pensar más allá del capitalismo es posible. Aquí nada es una libre elección. Todo parte y vuelve a nuestra clase. Explotado o explotador, finalmente, y entre el proletariado unos menos peor que otros. Quiero pensar más allá de un sistema que nos convenció que sólo unos cuantos son los elegidos, los talentosos podían publicar y que unos cuantos (porque créanme, SOMOS UNOS CUANTOS) podían acceder a los libros comprándolos.

Ya decían Marx y Engels en La ideología alemana
La concentración exclusiva del talento artístico en individuos únicos y la consiguiente supresión de estas dotes en la gran masa es una consecuencia de la división del trabajo (…) en todo caso, en una organización comunista de la sociedad desaparece la inclusión del artista en la limitación local y nacional, que responde pura y únicamente a la división del trabajo, y la inclusión del individuo en este determinado arte, de tal modo que sólo haya exclusivamente pintores, escultores, etc. y ya el nombre mismo expresa con bastante elocuencia la limitación de su desarrollo profesional y su supeditación a la división del trabajo. En una sociedad comunista, no habrá pintores, sino, a lo sumo, hombres que, entre otras cosas, se ocupan también de pintar.

Así que mis conclusiones van a lo siguiente: yo no voy a defender a las empresas ni mucho menos al capitalismo. No voy a jugar el juego de hay posibilidades porque ese juego significa que el acceso sigue siendo desigual y que no cualquiera entra al ruedo de "los que escriben" (refiriéndose a los que publican y lo hacen constantemente). Mucha gente conoce las posibilidades que siempre son mencionadas y las usa. A veces eso no es suficiente. Si van a empezar este debate, empiecen desde la empatía y no pongan el foco donde no (la gente que piratea) cuando en realidad el problema es todo el sistema. El argumento de que los autores (y otros en el medio) se mueren de hambre coexiste con el argumento de que el acceso no debería ser desigual (pero es). Total: capitalismo, de ahí parte todo este desmadre.

Antes de dejar de escribir (gracias si llegaron hasta acá), tengo una pregunta: si no son de México, ¿cómo funcionan las redes de bibliotecas? Si son de México, ¿usan alguna biblioteca? ¿Por qué sí o por qué no? Sólo conozco la situación extensivamente del lugar en dónde estoy, así que cualquier otra cosa es muy interesante.

Gracias por leer. Toda mi formación política (casi) fue gracias a todo el material que está en esta biblioteca de mega (parte uno y parte dos) que yo compilé. Pueden usarla. Si quieren. Es material que en su mayoría, por supuesto, no se consigue en ninguna parte (del sur global).

jueves, 25 de junio de 2020

Sobre La gesta del nombre propio en el mes del orgullo

¡Hola! Junio, creo que ya sabemos todos, es el mes del orgullo. Este año no preparé especiales tan marcados como los del año pasado, pero sí tengo algunas cosas que quiero compartir. La verdad esta entrada la estoy escribiendo apenas porque me agarró el mes sin haberla hecho. Leí y revisé La gesta del nombre propio el año pasado. EN JUNIO. A veces me tomo mi tiempo. Como ya verán. 

Muy bien, creo que primero quiero ponerlos en contexto, un poquito. El año pasado escribí sobre Cumbia, copeteo y lágrimas, un informe publicado sobre la situación de la comunidad travesti/trans en Argentina. Es un proyecto que fue coordinado por Lohana Berkins, de quien hablé en la entrada que le dediqué (en el link del título del libro lo ven), quien fue una de las pioneras en la lucha por el reconocimiento de la identidad de género en Argentina; de hecho, fundó una de las organizaciones más importantes al respecto: la Asociación de Lucha por la Identidad Travesti y Transexual (ALITT). Fue militante comunista y además de la lucha por la identidad de género, también se unió al debate de la prostitución (porque es un tema que toca mucho a la comunidad por la que luchó). En la entrada pasada pueden ver más información al respecto sobre ella.

Los trabajos de Lohana Berkins son cosas que me han ayudado mucho a aclararme algunos temas, por eso siempre los recomiendo. Sobre abolicionismo, identidad de género, etc. En este caso, vamos a hablar de La geste del nombre propio. Es un informe, originalmente publicado en el 2005 (dos años antes de Cumbia, Copeteo y Lágrimas, que es de 2007), compuesto por varios textos y artículos donde además se registran los resultados de una encuesta aplicada a la comunidad travesti/trans de Argentina. Lohana es una de las coordinadoras y la otra es Josefina Férnandez. El texto está además prologado por Diana Maffia (feminista argentina) y trae otras colaboraciones. 

Eso para darles un poco del contexto del texto. Antes del prólogo está un texto de Lohana Berkins donde explica que el libro es "el resultado de una investigación sobre la situación de travestis, transexuales y transgéneros en la Ciudad Autónoma de Buenos aires, Mar de Plata y en localidades del Conurbano Bonaerense" bajo la coordinación de la ALITT (mencionada arriba). Explica también que en el proceso participaron "activistas travestis, transexuales, transgénero, feministas y mujeres del campo académico" agregando que la selección no fue casual, puesto que buscaba romper las fronteras que separan "la academia del activismo".

Entonces sí, habla sobre los resultados y menciona lo siguiente: 
Los resultados de la investigación muestran la exclusión que afecta a nuestro colectivo, la dificultad de acceder a la condición de ciudadanía, los problemas en el campo de la salud, la educación, la violencia policial, sexual y doméstica. Condicionadas a conseguir nuestro sustento a través de la prostitución, único medio de subsistencia, nos vemos sometidas a una serie de indignas situaciones que nos colocan en una extrema vulnerabilidad, despojándonos de nuestra condición humana.
Ese es un resumen muy pequeñito de lo que se expone en el resto del libro. (Y, por cierto, como nota al margen, pone al final del texto que, aunque han elegido utilizar las denominaciones travesti, transexual y transgénero, respetan cualquier otra denominación asumida por la comunidad). Una de las cosas que me parece más importante de este libro es que es un trabajo que se hizo desde la comunidad y para la comunidad. Muchas veces los trabajos sobre género se quedan sentaditos muy felices en la academia, así no podemos hablar de accesibilidad. Hay muchos trabajos del corte "escribo sobre ti, pero no para ti" en el mundo intelectual. Este no es uno de ellos.

Ya lo mencioné cuando hablé de Cumbia, Copeteo y Lágrimas (que es mi favorito, si hablamos de preferencias) pero lo que me gusta mucho de estos informes es que muestran la realidad en un contexto específico. No puedes llegar y decirle a un libro "esto no pasa", porque detrás de él hay muchísima gente entrevistada que volcó su experiencia para que una estadística pudiera armarse. Ya saben, las estadísticas se conforman de un chingo de gente con nombre, cara y experiencias. A veces ponerse en los zapatos de otra persona es muy difícil. Las experiencias varían. Pasa mucho cuando hablamos de género. Las experiencias de las mujeres varían según el contexto específico. Un ejemplo que les puedo dar del hecho es como Alexandra Kollontai aborda el tema en Madre y Trabajadora. Toca sólo el tema de la maternidad con cuatro mujeres diferentes (una de ellas burguesa, las otras partes del proletariado) y cómo la experiencia de la maternidad no se parece para ellas. Es un ejemplo medio yéndose por la tangente, pero me ayuda para el punto al que quiero llegar y sobre el que creo que me ayudaron tanto los trabajos de Lohana Berkins.

A las mujeres nos discriminan y nos excluyen por un cúmulo enorme de razones. No ocurre de la misma manera en todas partes, aunque todos estemos sujetos a las mismas relaciones por el capital. En México matan a 10 mujeres al día. En otros lugares no y no significa que sea menos grave. Ocurren otras cosas. Para mí, ver los resultados de estas encuestras, significó comprender hasta que punto las mujeres trans y travestis sufrían también misoginia. Las experiencias entre mujeres y hombres trans no son las mismas. No es sólo la transfobia. La misoginia siempre se mete muy hondo en nuestras relaciones. Ver los resultados de una encuesta a la comunidad en tablas ya desglosadas me ayudó mucho a la hora de investigar, a buscar las experiencias.

Lohana Berkins no habla de abolicionismo de la prostitución por casualidad: representaba el único ingreso posible para gran parte de la comunidad por la que luchaba, lo que, como expone al principio, las condenaba aún a más exclusivos y las dejaba expuestas a los abusos policiales. (De hecho, en mi lista de lecturas sobre Sexualidad y Capitalismo viene un trabajo suyo). Se aborda el tema en La gesta del nombre propio porque el 79% de las encuestadas vivía en ese momento en condiciones de prostitución. Muchos de los temas en el libro se abordan desde este eje porque para aquellas que se dedican a la prostitución, los abusos policiales empeoran, existe una presión para modificar sus cuerpos en condiciones insalubres o no seguras, etc. Lo pueden checar en el libro. Viene con gráficas y todo, acá el ejemplo:


Las estadísticas son números, finalmente, nada más. Fríos y sin historias. Pero, tal como escribe Diana Maffia en el prólogo sobre los resultados:
Estos resultados le ponen cifras al daño irreparable de la discriminación, del sufrimiento innecesario, de las barreras absurdas para el ejercicio de los derechos elementales que se levantan para algunos sujetos por el mero hecho de su identidad sexual.
La intolerancia y la agresividad contra las travestis, la humillación y la marginación son la respuesta reluctante al revisar la construcción de todas las sexualidades; entonces aparecen el temor a la interpelación de aquello que se cree un destino biológico, la prepotencia del dogma impuesto por la ciencia, el derecho y la religión que trasladan su poder a la policía.

No olviden que detrás de los números HAY HISTORIAS. Conozcan este libro. Es una pequeña imagen de las condiciones que viven travestis y personas trans en América Latina. No es el único, por supuesto. Lo pueden encontrar en mi drive en este link. Cumbia, Copeteo y Lágrimas lo encuentran en este otro link. Se los recomiendo, son muy interesantes. Y casi que quiero terminar la entrada, pero tengo dos anexos.

ANEXO 1: Aunque en otros lugares hispanohablantes la etiqueta travesti no es común, en Argentina sí lo es y muchxs lo han reclamado como su identidad. Lohana habla de la reapropiación y resignificación del término:
En la década de 1990, cuando las travestis comenzamos a alzar nuestra voz en público y a organizarnos, decidimos que una de las primeras cuestiones en las que teníamos que concentrar nuestros esfuerzos colectivos era en resignificar el término “travesti”, que hasta el momento tenía connotaciones negativas para las y los otros y para nosotras mismas. El término “travesti” ha sido y sigue siendo utilizado como sinónimo de sidosa, ladrona, escandalosa, infectada, marginal. Nosotras decidimos darle nuevos sentidos a la palabra travesti y vincularla con la lucha, la resistencia, la dignidad y la felicidad.
Pueden leer del tema en el ensayo Travestis: una identidad política.  

ANEXO 2: Mi postura (porque no me preguntan y luego asumen). Para definir a las mujeres siempre me he remitido a cosas que escribió Alexandra Kollontai sobre la historia de las mujeres (en La mujer en el desarrollo social tiene todo un análisis de la historia de las mujeres y aborda lo que significaba ser mujer en diferentes periodos de la historia y durante distintos sistemas económicos como el esclavismo, el feudalismo, etc.) y a la definición que usa Claudie Broyelle en La mitad del cielo
Más allá de todo el discurso sobre la "esencia" de la mujer, ser mujer en un régimen capitalista es estar implicada en cinco relaciones sociales principales: es vivir en una cierta relación con
                             el trabajo social, 
                             el trabajo doméstico,
                             los hijos,
                             la familia,
                             la sexualidad.
 El papel de la mujer en los sistemas productivos ha cambiado, no se mantiene estático. Lo que hoy se asume como una característica innerente del papel de las mujeres quizá no lo era antes. No le veo el caso a entrarle al determinismo biológico. Soy marxista, no feminista. Sobre eso, hace poco leí un texto que suscribo completamente y que me parece un buen agregado a esta entrada: Sobre género, familia y personas trans. Suscribo varias cosas que dice, pero resalto lo siguiente:
Y una de las funciones principales de la familia es la reproducción literal de la especie humana. Como fábrica de seres humanos, tiene también su propia división del trabajo, ocupando el lugar subordinado el individuo productor. Las personas trans, al igual que, en distintos grados, las personas homosexuales o las mujeres que rechazan la maternidad, no encajan en este esquema tan estrecho. No hablo de un determinismo biológico: tener útero o pene no implica ser inmediatamente mujer u hombre, en el sentido de una psicología inevitable y determinada al margen de cuestiones sociales, pero sí es uno de los criterios fisiológicos que exige la familia para satisfacer esta función suya. Y, por ejemplo, en el caso de las mujeres, derivada de la capacidad de gestar, aparece una serie de requisitos que se espera que tenga, comportamientos y aptitudes, como es la feminidad. A nadie debería sorprender que la sociedad de clases aún tenga este tipo de criterios reaccionarios, biológicos.
(Énfasis en criterios reaccionarios y biológicos). Bueno, espero que mi postura en todo esto quede cubierta y nadie me mire raro la próxima vez que diga que podría rebatirle todo a la Jotacá Rowling aunque me gane la hueva, porque es una señora del primer mundo y lo que diga me vela madres porque me preocupa más el contexto de latinoamerica. LEAN A LOHANA BERKINS, se los digo con amor.

viernes, 8 de mayo de 2020

Crítica a Acoso de Marta Lamas

Sinopsis: Ante la urgencia ética para enfrentar el acoso, Marta Lamas realiza una profunda reflexión de las diferentes corrientes teóricas del feminismo, así como de las actitudes sociales en relación a éste. La autora busca, para ello, abrir el debate para definir aquellos actos que pueden ser considerados como acoso, de otros que no lo son y que encaminan, por otro lado, a la persecución y la difamación. En este proceso de crear una sociedad más justa e igualitaria, es necesario reflexionar críticamente entorno a aquellas prácticas que resultan emancipadoras, así como aquellas otras que son más bien, un tropiezo.

Sí, bueno, esto no es una reseña. Si eso es lo que vienen buscando, quizá esta no sea la entrada. Está es más bien una crítica donde voy a hacer papilla este libro porque me pareció penoso y tendencioso. No se preocupen, tengo argumentos para sostener todo mi desmadre. Empecemos con un poco de contexto. Lo leí porque el FCE lo puso gratis durante quince días (calculo que lo van a poner encontrar gratis todavía esta semana acá) y siempre había tenido una curiosidad que rayaba en el morbo por leerlo. El libro se escribió en al calor del movimiento mediático que fue el #MeToo en Estados Unidos y que aquí se replicó de distintas maneras. Es muy obvio, el propio libro lo menciona y de ahí obtiene sus ejemplos.

El siguiente contexto que necesitan: yo tengo desacuerdos teóricos muy cañones con Marta Lamas. Dejémoslo en que considero que no existe emancipación posible allá donde la sexualidad es una mercancía y quienes son explotadas por ello (en su gran mayoría) son mujeres proletarias. No nos hagamos: la sexualidad es una mercancía cuando no debería serlo. No hay libertad allá donde todo se puede convertir en una operación mercantil. En fin, sobre el tema tengo una lista de lecturas en Sexualidad y capitalismo por si gustan checarla.


Ahora sí, ¿por dónde empezar con este libro? Creo que es un intento de Marta Lamas de que nos hagamos la pregunta ¿todo es acoso? y de abogar por un debate matizado. Excelentes intenciones de no ser porque este libro metió el acelerador a fondo y se despeñó por la barranca (cosa que, sinceramente, no me extraña en lo más mínimo). Muy bien, para hablar de acoso, de misoginia y de machismo en México (o en cualquier parte) se me hace súper importante tener un contexto y hablar dentro de él. La realidad del oriente medio no es la misma a la de Europa y la de Europa no es la misma a la de América Latina y en América Latina en cada país varía todo y en México una cosa es el contexto urbano y otra el rural y una cosa es el contexto de la periferia y otra el del centro de la ciudad. Por eso, cuando al principio del libro menciona que, aunque el contexto violento y machista de México es escandaloso, quiere dejarlo de lado, no pude evitar alzar una ceja. Porque sí, podemos analizar el #MeToo mil veces, analizar qué mujeres son las que tienen más posibilidades de denunciar públicamente (que no legal) a sus agresores, pero eso no quiere decir que estemos hablando de algo que repercute en nuestra realidad. Las actrices de Hollywood, fuera de tener la posibilidad de volver sus denuncias mediáticas (para bien y para mal: se vuelven más visibles, pero el escrutinio público es mucho mayor), no influyen realmente en la realidad de las mujeres trabajadoras que sufren, también, acoso diariamente. Es más mediático, sí. Puede, en muchos casos, poner el tema del acoso sexual en el centro de la mesa. ¿Ofrece soluciones? No realmente. ¿Por qué no contextualizar en México y centrarnos en la lucha contra el acoso y el machismo aquí?

Pero bueno, también da la impresión que Marta Lamas habla sólo de mujeres de una clase muy particular, pero sobre eso más adelante.

Lamas hace una crítica a McKinnon y Dworkin, ambas feministas radicales abolicionistas (McKinnon además, abogada, aunque tengo pendiente leerla) y aunque si entiendo a done van las críticas, se me hacen mal enfocadas. Preferiría ejecutar una crítica desde el marxismo (pero eso cuando hablemos de ellas en el blog), pero bueno, lo que tenemos es la de Lamas, que insiste, como muchas personas en este mundo, en hablar de abolicionismo como puritanismo o prohibicionismo. Usualmente para clarificar diferencias en torno a lo que distintos movimientos por la liberación de la mujer tienen como visión respecto a la prostitución suelo usar las explicaciones del informe Cumbia, Copeteo y Lágrimas, de Lohana Berkins (argentina, comunista). Son explicaciones super accesibles que se encuentran en el libro que encuentran acá.

Además me gusta ese material porque hace notar que es un debate mucho más grande que la típica dicotomía liberación vs. puritanismo; de verdad, si tienen oportunidad, chéquenlo. Además que el abolicionismo y los temas en torno a la sexualidad no son abordados de la misma manera dentro del feminismo radical y del marxismo. En fin, yo sólo dejo la pregunta de: ¿de verdad es posible la liberación sexual en el capitalismo que la explota y la tiene como mercancía? Porque digo, muchos y muchas parecen creer que sí (y, una pista: quienes aseguran que sí con más vehemencia suelen ser aquellos y aquellas que se benefician de esa explotación).

Bueno, pasando a otro punto: me parece lamentable que el libro esté lleno de obviedades. En los capítulos introductorios hay demasiado énfasis en demostrar que no todas las mujeres son víctimas de acoso (sí, okey, al definir acoso según lo legal o según una serie de actitudes de una persona hacia otra, es obvio que no todas en el mismo momento van a ser víctimas de acoso) y también en reconocer que existen hombres que son víctimas (creo que nunca nadie lo ha dudado) y que existen mujeres victimarias (de nuevo, las mujeres no son tiernas y angelicales por ser mujeres y creerlo me resulta bastante misógino). Sí, todas las mujeres (y todos los hombres, si es que por algún milagro del señor en el que no creo necesito recalcarlo) vivimos en el machismo de una sociedad de clases. Y sí, hay acoso. Mi pregunta aquí sería, ¿por qué la necesidad de recalcar que NO TODOS LOS HOMBRES? Además de que me parece que muchas personas son capaces de entender una generalización, ¿cuál es el punto?


Porque para empezar me suena a esas cosas que dicen los libros y textos y la gente que no quiere que otra gente que no sabe ni de feminismo ni de otros movimientos de emancipación de la mujer se asuste, pero este libro no parece estar dirigido a esas personas. En fin, eso son conjeturas. ¿Saben que sería interesante? Contextualizar esas afirmaciones. Sí, sabemos que hay hombres víctimas: ¿cuántos?, ¿en qué contextos?; lo mismo para las mujeres que son victimarias. Pero si las estadísticas son complicadas para lo que es más evidente (mujeres que son acosadas por hombres) y está de manera insultante enfrente de nosotros, pues... bueno..., ya me imagino para lo demás. Pero contextualizar eso se me hace tremendamente necesario. No son fenómenos que se den de la misma manera. Y si el acoso ya varía de una región a otra..., pues no podemos pretender de hablar de la experiencia de hombres y mujeres de manera universal. (Digo, ya sólo empezando porque si el genero nos une, la clase bien que nos separa).

Hay un capítulo dedicado al tema en Estados Unidos y en las universidades donde entre otras cosas aboga por el debate matizado (sí, buena idea, ajá) para después condenar al escrache "y otras acciones terroristas". No me lo inventé, está en el libro. ¿NO HABLÁBAMOS DE MATIZAR EL DEBATE? Ningún comentario más. Mi realidad no es EU y a mí me interesa este tema en México. (Bueno, quizá que aunque es obvio que un comentario machista al aire no es lo mismo que tocar a alguien sin consentimiento, no son acciones que existan en contextos separados, todos son producto de las mismas relaciones sociales).


Entonces, ¡por fin!, entramos a México. Sin son de México y son tuiteros, seguro les suena el caso de Tamara de Anda (aka plaqueta). Lejos de mis opiniones personajes sobre el caso (un taxista le grito guapa y creo que todos entendemos que pa' qué chingados te gritan en la calle sin ir a cuento), me sorprende que en una nota al pie de página Marta Lamas se pregunte si hubiera sido diferente si hubiera sido blanco y güerito. El mismo argumento de los machos del tuiter. Felicidades. (Y es que lejos de que a mí el sistema legal de la burguesía me valga pitos con toda su larga historia de servirle a una sola clase, qué son esas maneras de conjeturar sobre la incomodidad de las mujeres). El segundo caso que menciona acaba peor. Con el contexto del MeToo gringo y Karla Souza hablando de cómo fue acosada, habla de una denuncia pública de Sofía Niño de Rivera hacia Ricardo Rocha. Dejando de lado mi opinión personal sobre semejantes personajes (nada bueno, se los aseguro), Marta Lamas añade que en la grabación se podía ver que era un gesto amistoso (¿quién chingados juzga eso con objetividad? La idea de matizar un debate también pasa por admitir que las mujeres se pueden sentir incómodas cuando otras personas invaden su espacio personal sin venir al caso) y que, en todo caso, lo más productivo hubiera sido que la acusaran de difamación para esclarecer las cosas (WTF, en qué chingados ayuda la justicia aquí). Bueno, son los dos grandes casos de los que habla. Mediáticos a más no poder, el último que involucraba a gente de una muy específica esfera social... ¿Saben algo? México no es ni el mundo del espectáculo, ni los tuiteros. Hablamos de acoso, pero sin hablar de lo que ocurre, ya sin salirnos mucho de la CDMX, en la periferia (hablo del edomex porque de aquí soy), hablando de mujeres con poder mediático, ignorando que hay otras 40000 voces que no se escuchan. ¿Para qué o qué hacerlo así?

Además, mil veces se ha dicho cuando se trata de exponer casos públicamente (y no hay denuncias legales que en muchos casos no proceden) que lo que se busca es hacer visible el problema; muchas veces se hace incluso de manera anónima para todas las partes (otras no). Mil veces va a haber alguien que insista que la única manera de arreglarlo es acudiendo a la justicia del Estado. Miren, no juzgo a quienes creen en ella. Qué bueno. ¿Cuándo chingados le ha ayudado la justicia del Estado a las mujeres del proletariado? ¡¿No es obvio por qué no se acude a ella en estos casos?! ¡¿No podemos tener un sólo debate que no acabe como única solución en reformar el sistema existente?! Bueno, ya me adelante. Sigo.


Marta Lamas también pregunta que, si en un puesto de trabajo, es acoso cuando un jefe pide favores sexuales a cambio de un ascenso, la mujer lo rechaza y ahí queda la cosa (utópico lo último, considerando que lo que suele pasar después es que hacen un infierno la vida de las mujeres hasta que renuncian o las despiden, pero vamos a seguir en el escenario de Lamas). Sí, siguiente pregunte. Bueno, matizando: si es o no es acoso sexual en términos legales no quita que sea una acción de mierda que no DEBERÍA (insisto, debería, pero ocurre) ocurrir. ¿Listo? Sigue Lamas: si la mujer acepta, ¿es acoso? Sí, siguiente pregunta. Súbitamente el hecho de que haya mujeres que hagan cosas que nos parecen mal en nuestra ética para vivir (sobrevivir) en el capitalismo parece que hace válido que los hombres sean una mierda. "¡PERO ES QUE HAY CONSENTIMIENTO!" ¿Y ESO BORRA EL CHANTAJE? (Por eso, además de hablar de consentimiento, es muy buena idea hablar de deseo y de que es un poco mierda que el sexo sea una mercancía en el capitalismo y que no debería de ser, pero... oh... boy... así estamos). (Más tarde Lamas insiste en que el quid pro quo en que las mujeres cambian su sexualidad por "ventajas" es algo legítimo; no sé si crea que es una ventaja, pero no se queda lejos de afirmarlo).


Pasando a otro tema, por ahí Lamas cita a dos hombres con el argumento de demostrar que no sólo las mujeres están interesadas en esos temas. Sí, ya lo sabíamos (o sea, existe Engels y El origen de la familia, la propiedad privada y el estado nada más por poner un ejemplo que acabo de releer), ¿algún aporte nuevo? El "aporte" que menciona Lamas se limita a decir que "los hombres también sufren desventajas". ¿Suena ridículo? Es que lo es. No puedo agregar nada. Para esos aportes (y sin tener un enfoque de clase), mejor nada.

En el epílogo, además, pone la tablita de los homicidios violentos en México y afirma: "a los hombres los matan más que a las mujeres". Sí, cómo explico yo esto: es obvio para cualquier persona con ojos que vea la tabla. Lo que no es obvio es el contexto: ¿quiénes son los asesinos? (si se sabe), ¿en qué circunstancias mueren unas y otros? (En México la delincuencia organizada tiene mucho que ver con esto, la guerra fallida contra el narco, pero también la violencia intrafamiliar, sexual, etc.). Porque afirmarlo así nada más pues... qué chido. Y luego decir que la sociedad no se escandaliza por la muerte de los hombres... ¿hablamos de la burbuja de Marta Lamas o de qué? ¿De qué sector? ¿En qué país vive? ¿En cuál burbuja? (Porque resulta una fantasía que a muchos les gusta la de que las mujeres sólo nos preocupamos por el feminicidio, pero no sé a dónde están volteando, en serio, respóndanme; a la gente que una cosa le vale madres, la otra también; y quienes protestan por los feminicidios también se indignan con las olas de violencia).


En fin, el único punto medio interesante (y medio interesante es un halago) es que Marta Lamas sí intenta hacer ver como el neoliberalismo usa sectores del feminismo para justificar el punitivismo. No es una crítica que aterrice muy bien (una lástima, porque ese sí es un tema interesante) y yo la hubiera agarrado desde una perspectiva, qué se yo, marxista *shocking* pero bueno. Un intento fue hecho (no funcionó).

En conclusión, me parece un libro simplista, lleno de obviedades estúpidas para el público al que "parece" estar dirigido, sin contextualización de nada (pero eso sí, una tendencia tremenda a hablar de matizar el debate porque falta la congruencia) y que parece hablar de mujeres y ejemplos que no son de mi clase. Hay otros textos mejores que abordan la violencia y el acoso mucho mejor. Diría que este parece hecho para calmar a los hombres, pero para qué hacer conjeturas cuando tengo argumentos más sólidos (¡¿EN DÓNDE METIERON EL CONTEXTO?! LOS ACTOS DE VIOLENCIA NO OCURREN ASÍ NADA MÁS AISLADOS DE LA SOCIEDAD). En fin, al final incluye un texto como anexo y... voy a dejar que hable por sí sólo. Ni vale la pena que yo hable mal de esto:


Ahí la dejamos, ya ni para qué seguir. Sí les recomiendo ahorrarse este libro.

martes, 9 de julio de 2019

Enigma asiático, Carolin Philipps | Reseña

Sinopsis: Lea es una adolescente adoptada por una pareja de alemanes. Cada vez que oía o veía algo sobre China, su país natal, sentía un vuelco en el corazón. Todo lo de aquel país le resultaba familiar de una manera especial y, sin embargo, muy lejano. Durante años se negó a acercarse a esa cultura, por temor a saber algo origen y, más aún, sobre los motivos por los que fue dada en adopción. Un día, sin embargo, comienza la búsqueda que la llevará hasta la familia biológica y a conocer uno de los episodios más oscuros de la sociedad china contemporánea.

Este libro es tan pero tan malo que me dio rabia. Primero, porque trata de temas que se prestan a la reflexión (racismo, misoginia, infanticidio) y está escrito desde la mirada más blanca posible. En serio, sólo podía pensar a The whites are at it again y no sólo eso, Imperialists are at it again, porque justo tiene una manera de mirar a China que me parece muy desagradable. No es que lo haga remarcando todo lo que es horrible sobre China, no, sino que lo hace desde la idea de que China es algo maravilloso y exótico. No. China es un lugar, donde hay gente. Para esto, realmente prefiero leer a Amy Tan, que con todo y su bias sobre China, habla de esa cultura como se habla de cualquier otra. No es rara (decir que es rara implicaría que hay algo "normal" y estamos hablando de ¡culturas!, pero claro, el mundo occidental quiere imponer lo suyo como normal y ni siquiera en lo occidental las culturas son homogéneas) ni es éxotica. Es. Tiene diferentes costumbres y diferentes maneras de ver la vida. Por el contrario, Carolin Philipps refuerza la idea de China como una lejana tierra exótica (en la que los campesinos viven en el atraso y eso es El Mal, porque que flojera pararse a ver las condiciones de vida en China y por qué las creencias de los campesinos son las que son, sean buenas, malas o nada de eso) y casi parece que alaba que se occidentalice. ¿Y eso es algo bueno? Es algo que ocurre, y ya (usualmente de mano con el imperialismo, pero bueno, ocurre).  En fin, como dijo Jack el destripador, vamos por partes.


El libro aborda el tema del infanticidio en China. Cuando la política del hijo único, miles de familias deseaban tener hijOs. Con o. En masculino. Los infanticidios de niñas aumentaron, mujeres eran presionadas para olvidarse de sus hijas y presionadas para tener hijos (ya, como si la decisión dependiera de ellos). Por supuesto, cuando salió la política probablemente les pasó por la cabeza que habría resistencia (en China tener muchos hijos era de buena suerte), pero no la cantidad de infanticidios. Todavía, a pesar de que intensas campañas que se habían hecho por la emancipación de la mujer (pueden ver los testimonios en La mitad del cielo), había muchos contextos en los que las mujeres seguían siendo vistas como inferiores. Se aborda ese problema en un ensayo que leí hace poco que viene en Sisterhood is powerful: China es enorme y el trabajo que debía hacerse para conscientizar a todas las personas era enorme igualmente, por lo que mientras en algunos lugares se hablaba ya de la colectivización de la crianza y de las labores domésticas, en otros apenas se estaba hablando de que las mujeres no eran seres inferiores a los hombres. Entonces, pues sí, el problema de los infanticidios (en los que el sexo y el género tenían todo que ver) fue algo que afloró. No sólo eso: la trata de niños aumentó (se ofrecían bebés en venta a extranjeros en algunos casos). Habiendo explicado yo este contexto, hablemos del libro: Lea es una joven China adoptada a la que sus padres le contaron que la adoptaron en un orfanato. Después de que su padre le de unas respuestas vagas cuando ella escribe un artículo sobre los guerreros de terracota y sea demasiado obvio que hay cosas que no le está contando, empieza su curiosidad por descubrir de dónde viene y quienes fueron sus padres biológicos. Creo que saben hacia dónde va la cosa, ¿no?


En fin, la primera vez que sale el tema de los infanticidios en China en el periódico escolar donde trabaja Lea, afloran un montón de actitudes racistas contra ella (porque claro, sus compañeros medio racistas la ven china y aunque sea alemana le echan la culpa). Una cosa positiva del libro (mínimamente, tampoco para echar cohetes) es que el chico que llevó el tema al periódico después publicó uno sobre los buzones para bebés abandonados instalados en Alemania, para demostrar que no era algo exclusivo de China. Y bueno, que existan los buzones para bebés es algo horrible que NO DEBERÍA EXISTIR porque para empezar lo que debería existir son condiciones para que las mujeres puedan decidir ser madres, lo cual involucra educación sexual, acceso a métodos anticonceptivos, aborto, que existan guarderías o, de otro modo, que la crianza sea colectiva y no recaiga sobre las mujeres, etc. Lo que me parece positivo es que justamente ese personaje vuelve sobre sus pasos al ver lo que causó su primer artículo y la ola de racismo que se empezó a extender (cuando, claramente, el foco no está ahí). ¿Cómo trata la autora a China? Ese es otro asunto.


Ya mencioné arriba que la trata como una tierra exótica, rara, alejada de lo normal, no como una cultura y civilización como cualquier otra (anda que no todas tienen mierda escondida). ¿POR QUÉ NO PODEMOS DEJAR DE MOSTRAR TODO LO QUE NOS RESULTA AJENO COMO EXÓTICO? Por otro lado, es de esos libros que critica la opresión a la mujer en el patio del vecino y no ve la suya. Muy literalmente. Eso me pasó cuando fui a India. A ver, vamos a explicar algo rápido: la misoginia y la opresión a la mujer se manifiestan diferente en contextos diferentes, pero están presentes en prácticamente todas las sociedades de clases. Cuando viví en la India, estudiando becada, mucha gente me preguntaba cómo podía vivir siendo tan machista la sociedad. Pero ah, cuando llegué me encontré con que no es que fuera más o menos machista (no tengo un ranking de dónde están menos oprimidas las mujeres, perdón), sino que la misoginia se manifestaba muy diferente y más bien variaba. Y lo mismo pasa con China y con cualquier cultura que conozcan. Entonces Philipps ve lo que pasa en el patio del vecino y no voltea a mirar al propio nunca (lo cual, si pasara, creo que mejoraría el libro, porque justamente resaltaría cómo la opresión se manifiesta diferente en contextos diferentes). Resulta chocante, un poco.

Ahora, al tema que me atañe: hay un poquito del libro entre la propaganda anticomunista. Al principio creí que eran mis ideas, pero luego llegué a la página 99 y descubrí que no. Vean este fragmento: 
Mientras comían sopa de codorniz y rollitos primavera, el señor Li les contó que hasta 1968 había sido profesor de historia antigua de China. Entonces llegó al Revolución Cultural y con ella el odio de los comunistas hacia todos los profesionistas. Médicos, maestros, profesores, todos eran sospechosos porque por su profesión acostumbraban pensar demasiado.
—La gente que piensa siempre es considerada una amenaza en los países no democráticos. No fue diferente con Hitler —añadió el padre de Lea.

Alta ahí la comparación de un régimen fascista con uno comunista. Pero antes de meterme a eso (porque obviamente tiene una agenda mencionar a Mao junto a Hitler, como si fueran cada uno lo mismo y no hubieran escrito de política con enfoques totalmente contrarios), voy a buscar algo que escribió/dijo Mao en Contra el culto a los libros:
Si usted no ha investigado un problema, se le priva del derecho a opinar sobre él. ¿Es esto demasiado brutal? No, en lo más mínimo. Puesto que no ha investigado el estado actual del problema ni sus antecedentes, e ignora su esencia, cualquier opinión que exprese al respecto no pasará de ser un disparate. Decir disparates, como todo el mundo sabe, no resuelve nada; así, ¿qué habría de injusto en privarlo del derecho a opinar? Muchos camaradas no hacen más que lanzar disparates con los ojos cerrados; esto es una vergüenza para un comunista. ¿Cómo puede un comunista decir tonterías con los ojos cerrados?
¡Inadmisible!
¡Inadmisible!
¡Hay que investigar!
¡No decir disparates!
Por supuesto, el investigar requiere pensar, reflexionar. Y no es sólo leer, debatir sobre un problema ayuda a reforzar nuestros argumentos y conocer otras posturas. Este es un tema que también es un tema que se aborda en La mitad del cielo, donde se habla de cómo se animaba el debate en las escuelas y en las comunidades durante el apogeo de la revolución cultural. O sea, tanto así como "estaba prohibido pensar" pues no. Y ojo, que la Revolución Cultural igual no fue perfecta e igual e cometieron errores, pero oigan, hay que criticar bien, no con frases del tamaño "es que con Hitler era lo mismo", "no se podía pensar". Y ya, cierro mi caso con eso. Voy a otro tema (que mira que un libro de menos de 150 páginas me hace rantear con ganas).


Por otro lado, la prosa es... plana, se puede atisbar cierto interés aleccionador (que a estas alturas no cabe en libros para jóvenes, sino que yo considero más interesante el que los textos abran debate) más que un interés literario de contar una historia sobre la cual se debata. Los personajes tienen un poco de evolución (Luca y Lea en especial), pero aún así siento que podrían estar mejor desarrollados y que la historia tiene un muy mal ritmo y que este va a trompicones y como puede. O sea, dejemos en que odié este libro y que no lo recomiendo, pero que si lo quieren leer los animo a hacer una lectura crítica de él. 

domingo, 23 de junio de 2019

Pequeña guía para leer a Clara Zetkin

Me gusta hacer guías de lectura. O listas recomendadas. Sobre todo cuando hablamos de no ficción y cuando hablamos de autoras comunistas. Hay algo que ocurre sobre todo con Clara Zetkin, Rosa Luxemburgo y Alexandra Kollontai: cuando se habla de su trabajo intelectual, de repente hay quien las reduce sólo a su trabajo en la cuestión de la mujer. Como si no hubieran escrito más (Kollontai, por ejemplo, escribió mucho oponiéndose a la Guerra) o de otros temas. Como si por ser mujeres, sus escritos versaran únicamente sobre ello. Y sí, escribieron sobre la cuestión de la mujer, por supuesto, pero también sobre otras cosas y, algo importante: no eran feministas. Eso es un hecho. Aunque yo las suelo recomendar a veces como lecturas feministas con un poco de trampa (porque estrategia para acercar a la gente a lo que escribieron), estas tres mujeres eran comunistas y sobre eso escribieron. 


Entonces, pues como ya hice con Alexandra Kollontai en su momento, este es el momento de Clara Zetkin. Por supuesto, esta es una guía sólo para empezar a leerla, no contiene toda su obra y contiene cosas medio variadas que, si bien yo a veces no considero las más sencillas del mundo, las considero relevantes al mundo de hoy o importantes para conocer su forma de pensar. Además, esto tiene un poco de sesgo, porque mis escritos favoritos sobre Zetkin tienen que ver con la lucha contra el fascismo o contra el reformismo; esto es porque sus escritos sobre la cuestión de la mujer, aunque interesantes, me parecen superados por Kollontai en algunas cosas y, sobre todo, me parece que La mitad del cielo y las mujeres revolucionarias chinas se llevan a todos por delante. Lo que no quiere decir que en su contexto no fueran importantes (puesto que Zetkin abogaba por la emancipación de las mujeres) o que no tengan cosas que aun sean aplicables el día de hoy. En fin. Para no hacer la entrada muy confusa voy a englobarlo todo en tres libros que tengo disponibles de Zetkin. 

Pero antes...

¿Quién fue Clara Zetkin? 


Fue una política alemana, nacida en 1857, de ideología comunista (y dice la Wikipedia, que muy influyente). Militó en el Partido Socialdemócrata de Alemania hasta 1917, cuando se cambió al Partido Socialdemócrata Independiente de Alemania, concretamente a su ala más a la izquierda, la Liga Espartaquista (un movimiento revolucionario marxista organizado en Alemania durante los últimos años de la Primera Guerra Mundial) que finalmente acabó formando el Partido Comunista de Alemania.


Fue parte de la primera Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas en 1907 y fue parte de las delegadas que fundaron la Internacional Socialista de Mujeres (donde nació el día de la mujer, que hoy conmemoramos el 8 de marzo). De hecho, justamente durante el II Encuentro Internacional de Mujeres Socialistas que se celebró en 1910 en Copenhague, Clara Zetkin presentó, junto a Käte Duncker, el proyecto para conmemorar un Día Internacional de la Mujer Trabajadora. 

Durante la primera guerra mundial Zetkin tuvo una marcada pocisión antibélica (de hecho escribió mucho acerca de ello). A consecuencia de su lucha fue arrestada varias veces durante la guerra. Tuvo varios cargos importantes en el PDK después de la guerra, fue miembro del comité de la Internacional Comunista y también llegó a presidenta del Reichstag (y estando en ese cargo llamó a luchar contra el nazismo). Cuando Adolf Hitler llegó al poder, el partido comunista fue ilegalizado y Clara Zetkin tuvo que exiliarse. Pasó sus últimos años en la unión soviética. 

La cuestión femenina y el reformismo


Este es un libro que contiene varios de sus articulos y discursos dividido en dos partes. La primera dedicada al movimiento proletario femenino y la cuestión de la mujer; la segunda abarca algunos temas más, tiene escritos antibélicos y escritos directamente contra el reformismo (o sea, reformar el sistema en vez de mandarlo a volar, un resumen). Lo considero una buena introducción a quién fue Clara Zetkin y que escribía y no me parece muy complicado para principiantes (yo lo leí siendo un pollito). Sin embargo si les recomiendo conocer lo mínimo de la cuestión de la mujer en el marxismo (leer a Kollontai no es mala idea, por ejemplo La mujer en el desarrollo social o Los fundamentos sociales de la cuestión femenina, que aunque sea posterior es mi introducción preferida a la cuestión de la mujer). 

Algo que me gusta mucho sobre Clara Zetkin es que habla muy bien de cómo el trabajo de las mujeres (las proletarias, en este tiempo las mujeres de clase más acomodada en general no se habían unido al campo laboral) y cómo, aunque en teoría es algo que contribuye a su emancipación económica, fue algo que fue usado por los capitalistas para pagar más sueldos de mierda, pagándoles menos a las mujeres, abaratando los salarios de los hombres con el pretexto de que las mujeres cobraban menos y, en general, se usó todo para beneficio de unos pocos. Sí creo que algunos de sus escritos necesitaban ahondar más en las circunstancias específicas de las mujeres: por ejemplo, ahondar más en la doble carga (cosa que más tarde hizo Kollontai en algunos artículos y escritos y que también se hizo en Nuevas perspectivas para la liberación de la mujer), pero en general creo que su lectura crítica es muy valiosa (como todo en el mundo).


Rescato especialmente las Directrices para el movimiento comunista femenino (que pueden encontrar en el link), porque si en algo pone Clara Zetkin el dedo una y otra vez, es en lo importante que es hacer trabajo para atraer a las mujeres a la lucha de clases, que si no se atrae a las masas y estas no tienen conciencia política, nada va a ninguna parte. Por otra parte, y aunque me hubiera gustado más material, al final trae algunos de sus textos antibélicos. Si leen en español, la mala noticia es que es el único material que he encontrado en español de ella. Algunos de los publicados aquí están en su archivo en el MIA (Marxist Internet Archive) y pueden encontrarlos aquí. Por lo demás, pueden encontrar en pdf en este link.

Selected Writings


Este es otro libro que trae artículos y discursos de Clara Zetkin, que prologó Angela Davis (aunque mi versión viene sin prologar, lamentable). Algunos (al menos la mitad), se repiten. Los temas en general versan sobre la cuestión de la mujer, como arriba. Del mismo modo que el anterior, analiza perfectamente el trabajo femenino y las condiciones de la época y las expone. También trae un texto dedicado a las aportaciones de Marx al movimiento proletario femenino (básicamente las herramientas para analizar su situación, léase: el materialismo) que está interesante aunque la verdad es que no fue de mis favoritos. 

Pero la razón por la que rescato este libro (aunque yo lo tenga incompleto, porque viene sin prólogo y sin dos artículos que de todos modos vienen en el anterior), es por dos artículos antibélicos en especial. Obviamente están escritos en el contexto de la primera guerra mundial, pero creo que los dos le pueden proporcionar a la gente herramientas para analizar los conflictos bélicos de hoy en día. En uno inclusive analiza quién se beneficia de las guerras (pista, no fueron los millones de soldados casi adolescentes que lucharon en las trincheras) y por qué a los estados capitalistas les gusta hacerlas a costa, por supuesto, de la clase trabajadora. 

Son escritos bastante accesibles, la verdad, en mi opinión y bastante sencillos de entender, aunque sí hay que darles una buena repasada. Son textos que me parecen importantes para el contexto en el que vivimos hoy día y que además funcionan para recordar que Clara Zetkin no escribió únicamente de la cuestión de la mujer. Pueden encontrar el pdf en este link.   

Fighting Fascism: How to Struggle and How to Win 


Yo lo leí con ese título porque lo leí en bookmate (y trae un prólogo medio pitero, si quieren mi opinión), pero también se puede encontrar como The Struggle Against Fascism. No es un libro o un informe sencillo, así que, ¿por qué lo estoy poniendo aquí? Primero, porque lo considero muy importante en el contexto que se vive hoy día, especialmente viendo como la extrema derecha gana terreno o grupos abiertamente fascistas ganan terreno. Pasa en Europa de manera mucho más obvia, pero también hay un fenómeno similar en América Latina. Obviamente para leerlo sí les recomiendo que tengan presentes conceptos básicos sobre el marxismo o que ya hayan leído algo introductorio para que no les duela la cabeza leyendo esto, pero de todos modos no es muy largo y me parece un documento que analiza perfectamente cómo aparece el fascismo y cómo se gana a las masas. 

No es un libro del que tenga tanto que decir en realidad, pero sí se los recomiendo (parezco disco rayado). Además de que analiza, por ejemplo, la situación de Italia, presenta estrategias revolucionarias e insta a un movimiento que le plante cara (léase, a mover el trasero). Lo pueden encontrar íntegro en el MIA en este link.

Como nota ya aparte, si quieren explorar por su propia cuenta, pueden visitar las obras completas de Clara Zetkin en el MIA en inglés (o en alemán si leen aleman, qué se yo) y ver todo lo que hay publicado si quieren meterse un clavado por ahí. Hay varias cosas que yo he leído pero que no incluí aquí por diversas razones, así que no duden en explorar ustedes (igual y les da miedo, pero no importa, eso se quita). Aquí les dejo el link donde pueden encontrar todas sus obras. No duden en consultarlo.