Divagaciones de una Poulain
by Nea Poulain
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domingo, 29 de marzo de 2015

Holocausto, de Robert Marasco | Reseña

"Juro que me dio miedo. Leí con la luz prendida tres días después de leerlo."
- Mi mamá cada que mi cara de incredulidad aumentaba.

Advertencia: Debería decir que no te considero un idiota si te gusta este libro, pero dudo que alguien lo conozca y si te gusta te diré lo mismo que le dije a mi mamá: Lee a Lovecraft y a Henry James.


Lo que dice la contraportada (a falta de una sinopsis hecha y derecha):

El más alucinante final de los últimos años…
"Su lectura, aun de día, me puso la carne de gallina, y hubo momentos en los que no me atrevía a volver la página…" (Christopher Lehmann-Haupt, New York Times).
"La novela comienza de manera totalmente inofensiva. Una joven pareja desea salir de Nueva York durante el verano. Hallan una casa, al alcance de sus bolsillos, en las costas de Long Island… Naturalmente que todo esto es una trampa… Al término del verano, la casa se ha transformado en una pesadilla, en la personificación misma del mal, del cual no parece haber escapatoria… Marasco ha logrado crear una atmósfera alucinante…" (O. L. Bailey, Saturday Reriew).
"Marasco sabe cómo crear una atmósfera y desarrollar el suspenso… Al final, rompe con todos los límites: locura, terror, shock, ¡todo! quien lea Holocausto no dejará de experimentar esos deliciosos estremecimientos que suben y bajan por la espalda…" (John Barkham, New York Post).
Sí; la crítica ha estado de acuerdo en que Holocausto es una novela amenazante, malévola, exquisitamente tramada, en la que su autor se revela un maestro en el arte del suspenso.

Lo que digo yo después de leerla:


Qué gran pedazo de... árboles talados injustamente para publicar esta... novela. 

Muy bien, pero como quien dice, hay que explicar porque no me gustó nada. Para empezar, tenemos a una pareja convencional, yo digo que de los sesentas o setentas, ni idea, que desea pasar un verano en el campo y encuentran una casa demasiado lujosa (pero perdida en suciedad y hierba) a un precio excesivamente barato. Hasta el más idiota diría que allí se cuece gato encerrado, sobre todo por la manera tan extraña que tienen de comportarse los hermanos que la alquilan. La única condición es que cuiden de su anciana madre que nunca sale de su cuarto y a la que tienen que llevar de comer.

Como dije, gato encerrado.


Pero como tampoco esperaba una obra maestra en una novelucha best-seller de terror, sino que al menos estuviera entretenida y de hecho, diera miedo, pasé por alto aquello. No le puedo pedir peras al olmo, por favor y mucho menos champagne a la gotera. Así que dije que aun con los personajes estúpidos, con personalidades clichés la cosa sería perdonable si la novela daba miedo. Por que para eso la empecé a leer: para cagarme de miedo. 

MEC. Error

No da ni una pizca de miedo. Tenemos a una señora obsesionada con la casa y con hacer el quehacer (uy, que miedo), a un niño medio asustadizo, a un padre que cambia de carácter abruptamente a veces y la hace daño a sus seres queridos (podemos inferir que la culpa la tiene la casa, claro) y, por último a una tía vieja que siempre ha sido muy enérgica y al llegar a la casa empieza a envejecer progresivamente, pero lo oculta, porque es una cuestión de orgullo para ella parecer más joven. En serio, todo el libro trata sobre eso

Todo el maldito libro.


Si el 30% es de cómo consiguen la casa, el otro 55% es de como viven en esa casa y les pasan cosas extrañas que harían a cualquiera salir corriendo, pero que de hecho no dan miedo y el 5% es un final más apresurado que el de Sinsajo. Miriam, la esposa, es la ama de casa perfecta, todo el día está limpiando sin salir a divertirse ni un segundo (de veras, quien le dijo al autor que así son las mujeres) y empieza a envejecer demasiado rápido, se olvida del amor de su familia por atender la casa y hasta deja de hacer el amor con su marido (hasta que este intenta violarla sin venir a cuento, what, Marasco, WHAT?!). De hecho, parece que por parte del autor se da a entender que es una mala esposa porque no quiere tener sexo con su marido. Mis ojos estaban abiertos como platos, y la reacción que consideré correcta en este caso fue la siguiente: 


Los personajes tienen la misma profundidad que una hoja de papel y me da que la hoja de papel tiene hasta más. De hecho, son arquetipos: buena esposa (o sea, ama de casa esclavizada), esposo trabajador, hijo modelo y la anciana que quiere hacerse la joven. Arquetipos, y además de los años cincuenta. Durante todo el libro no evolucionan en lo más mínimo, si acaso sus obsesiones se agrandan, pero no cambian y además tenían una falta de sentido común que ni siquiera podía soportarlos. Los libros de Stephen King me dan más miedo y tienen personajes con más sentido común (y no considero que los libros del señor King den especialmente mucho miedo)

Que tortura, por dios, y para que al final no diera ni pizca de miedo. ¿Hace falta decir que no se lo recomiendo a nadie?