Divagaciones de una Poulain
by Nea Poulain

martes, 19 de abril de 2011

Historias de amor, desamor, y cosas de esas (VI)


Sobre el 1° de Marzo.

Acá va la última, por el momento, historia de amor que tengo por el momento, la de B. ¿Recuerdan que el 1° de Marzo estaba yo excesivamente feliz? Bueno, pues les vamos a contar por qué.

B no se llama B, se llama Bryan. Lo conocí en Octubre, cuando aún era alumno regular –o semi regular- de la escuela, e iba en la mañana. Me lo presentó una amiga por casualidad y en el primero que me fije de él fue en que tenía hoyitos a ambos lados de la sonrisa. Tiene la sonrisa más bonita del mundo.

Pues éramos amigos, ya ven. Y nos fuimos de vacaciones y regresamos y un día de esos lo volví a ver, y paf! que a la semana estaba yo que me moría por él. No es guapo, no malinterpreten, es apenas siete u ocho centímetros más alto que yo, flacucho como el sólo, juega americano y nadie se lo cree (oh, sí, es el número 33 de la escuela) y es moreno, moreno, tostado tostado. Guapo guapo no es, pero es lindo.

Bueno, el caso es que un día con la pero ortografía que se puedan imaginar me dijo por sms en esos momentos de gran valentía, que le gustaba. Al día siguiente, por supuesto, como buen valiente acobardado aplicó la de yo no dije nada y no se atrevió. Pero me siguió insinuando, e insinuando, e insinuando.
Así que un día me invito por una paleta.

Ese día fue el 1° de Marzo.

En resumen fuimos por la paleta y después me acompañó al metro. En el segundo metro, ya en el trasbordo, pareció como si fuera a hacer/decir algo, pero llegamos a la estación donde me bajo y no dijo/hizo nada. Salimos y esperé mi camión. En las escaleras antes de salir… también pareció como si fuera a decir algo.

Tampoco lo hizo.

Y finalmente, antes de irme, antes de tomar mi camión, me detuvo… y lo demás es historia. Es mi novio, llevamos un mes y dos semanas y media (?) –si me lo sé con TAL exactitud- y un palito de paleta de grosella con la fecha del 1° de Marzo de 2011 aún merodea en mi mochila.

Nea.

PD: Y aquí se acabaron las historias. Por ahora.

sábado, 16 de abril de 2011

Historias de amor, desamor, y cosas de esas (V)


Otro que no podía ser

Llamémoslo Inglaterra-san. Tiene parecido al de Hetalia –físicamente-. Admito que por no sé qué razón, me empezó a gustar. Tampoco quiero saberla porque *miedo* no sé, es tan feo, que lo considero algo… puaj! Nono, no me puede haber gustado un tipo así. El caso es que me gustaba –y hasta pena me da decirlo, la verdad-. En unos XV’s lo hice bailar –fuimos seis del salón, tres y tres, el sobrante para mí, era él- y pues no sé. Me empezó a gustar.

Ah, y L se puso celoso con él.

El problema era que a él le gustaba una de mis mejores amigas, y pues como que no.

Para no hacerles de la historia larga:
-Empecé a llamarlo A en las redes sociales, después él logró que mi amiga le dijera que sí y yo me semi deprimí, pero lo acepté y me quedé sin prospecto.
-Pasaron las vacaciones de navidad.
-Cuando volvimos ya no me gustaba y una semana después de volver a clases, volví a ver a B –mi actual novio- y me empezó a gustar B-
-Cortó a mi mejor amiga por una estupidez.
-Concluí que es un tipo bastante estúpido.

Nea.

viernes, 15 de abril de 2011

Historias de amor, desamor, y cosas de esas (IV)

Y allá vamos, con otra historia de mis amores frustrados, medio frustrados y frustradísimos.

Esta ocurre justo cuando yo entré a la preparatoria. El punto es que la escuela era nueva, los compañeros nuevos y pues todo eso… ya saben, todos los nuevos :D Se llama Luis. Y no es feo.

Nuestra plática empezó en Computación porque casualmente… allí se sentaba al lado de mí. Y me pasó su correo, y empezamos a hablar por msn, aunque así cara a cara, le daba cosa, se ponía super nervioso y a mí me daba mucha ternura. Un día, me confesó, a medias, que le gustaba (con una indirecta extremadamente directa) y pues… yo, ya que no estaba nada feo, y también me gustaba… flipé.

Pero todo acabó pronto.

Me llevó a una plaza. Me besó. Fue super romántico, pero nunca nunca nunca, se atrevió a hacer la pregunta de fuego: esa que haces cuando te declaras. Y poco a poco, después de eso, aunque seguimos en lo mismo, dejo de hablarme, y cuando me di cuenta, a mí ya no me importaba el tipo en lo más mínimo.

Si, no pasó nada.
¿Interesante, no? –sarcasmo-
Pero él es importante para el que viene.