Divagaciones de una Poulain
by Nea Poulain

domingo, 26 de febrero de 2012

Menú de libros (XII)



Primer tiempo
El Disco del Tiempo de María García Esperón
—Haré como dices, Dédalo —había contestado Aléktor con lágrimas en los ojos—. ¿Puedo hacerte una última pregunta?
Dédalo asintió con la cabeza.
—¿Para quién está destinado el mensaje del Disco?
—Para los dioses —contestó Dédalo— pata quienes se encuentren en el centro del Disco del Tiempo.

Segundo tiempo
Ciudad de los ángeles caídos de Cassandra Clare
Clary bajó la vista hacia su mano y volvió a levantarla, para mirar a Jace.
—No entiendo…
Jace abrió la mano y el cuchillo cayó al suelo con estrépito. Por un segundo dio la impresión de que iba a salir […] huyendo […]. Pero cayó arrodillado al suelo, llevándose las manos a la cabeza.

Tercer tiempo
El amor en tiempos de cólera de Gabriel García Márquez
Pero antes de que pudiera agradecerle la visita, él se puso el sombrero en el sitio del corazón, trémulo y digno, y reventó el absceso que había sido el sustento de su vida.
—Fermina —le dijo—; he esperado esta ocasión durante más de medio siglo, para repetirle una vez más me fidelidad eterna y mi amor para siempre.

Postre
Everlost de Neal Shusterman
Los rascacielos de las inmediaciones del centro de Manhattan habrían dejado sin respiración a Lief si hubiera tenido la costumbre de respirar. Pero la visión más maravillosa de todas era la de dos torres plateadas que vio brillando a la luz del alba cuando se aproximaban a la punta sur de la ciudad. […]
—No sabía que existieran edificios así —dijo Lief.
Allie lanzó un suspiró.
—No existen —dijo ella—. Al menos… ya no.
A Lief le pareció que la tristeza de la voz de Allie llegaba directa hasta el centro de la tierra.

jueves, 23 de febrero de 2012

Bumbumbum, poema en prosa (y otras cuantas cosas)


Bumbumbum. «Te amo». Bumbumbum. Miedo. Bumbumbum. Sangre. Bumbumbum. Muerte. El miocardio bombea sangre otra vez. «Te sigo amando». Bumbumbum. La mirada la dirige a algo que está a sus pies. «¿Por qué?» Pregunta muda. Teamoteamoteamo. Como Bumbumbum. Furia. Tristeza. Y al último amor. Bumbumbum. Deja caer algo. Teextañoteextrañoteextraño. No ve como cae Bumbumbum. Las flores quedan tiradas sobre el mármol.
Andrea Vega
El poema anterior fue escrito en clase de Base de Datos en estado de “maldita sea, quiero irme a mi casa ya”. Estaba yo así cuando prendió la idea y escribí esa… esa cosa que ven arriba. Y esa cosa que ven arriba es un poema en prosa (que sí existe, como ejemplo rápido busquen algo de Sabines –que es lo que estoy leyendo ahora-. Hace tiempo tuve una discusión con alguien por eso, que me decía que no, que la poesía escrita en prosa no existía, y me divertí bastante sacándolo del error después de unos días.) Espero que sea comprensible… Porque lo que es yo, sí que me divertí escribiéndolo, imaginando ese bumbumbum como los latidos de un corazón.

Sobre las otras cosas he de decir que ya leí la noticia del nuevo libro de Rowling y me que alegra. Cuando lo lea dentro de unos años (? –bueno, cuando salga- le dedico una entrada.

Me declaro en huelga de reseñas de libros de moda. Ahora sólo publicaré las reseñas de libros poco conocidos en el blog. No sé cuanto me durará, pero ya me cansé de leer reseñas en blogs literarios cada una un calco de la otra y quiero leer otras cosas, conocer nuevos libros.

Pues eso. Espero que hayan disfrutado leyendo y comentando el poema (:

Nea

miércoles, 22 de febrero de 2012

La dama del Nilo, Pauline Gedge | Reseña


Sinopsis: Mil seiscientos años antes que Cleopatra, reinó en Egipto Hatshepsut, una mujer extraordinaria no sólo por su inteligencia y su belleza, sino también por ser la primera mujer en la historia que gobernó con plenos derechos en un mundo dominado por los hombres. Según la tradición, los faraones de Egipto sólo podían gobernar si se casaban con una mujer de sangre real que, mediante el matrimonio, otorgaba al hombre la condición de soberano. Tan arraigada costumbre iba a romperse por primera vez hace treinta y cinco siglos, cuando el faraón reinante dictaminó que su hija Hatshepsut, de quince años, fuera consagrada primera emperatriz de la historia de Egipto. Hábil en la administración, audaz en la guerra y, sobre todo, entregada a su tierra y a su pueblo, la dama del Nilo supo defenderse de los celos y la insidia de sus enemigos y mantener el poder del imperio en el apogeo de su gloria.

La primera vez que le hablé de esté libro a mi papá, me preguntó de qué iba a y yo le conté de Hatshepsut, que fue nombrada Faraón, y antes de eso, Príncipe Heredero. Recuerdo que no me entendía, “¿por qué si era mujer la nombraron Faraón?” Me tomó años explicárselo y que comprendiera. Vamos, el título de Faraona, ni siquiera existía, lo que demuestra que el mundo era profundamente machista… —y que lo gobernaban los hombres, pues—. Pues bien, Hatshepsut fue mujer y fue nombrada faraón.

El libro comienza desde la infancia de la faraón, culminando en el momento de su muerte, despojada de todo su poder por su sobrino Tutmés (un personaje impresionante, por no decir más).

He de decir que la novela histórica siempre me ha gustado mucho, pero poca me apasiona tanto al punto de leer tan rápido. O hasta tan tarde, como esta. Tal vez porque habla de una mujer que destacó, ya no por su belleza, sino por su inteligencia, demostrando lo capaz que era de gobernar un imperio entero. Además, un imperio tan grane y tan poderoso como en su época lo fue Egipto.

Por otro lado, otro punto que me pareció excelente de la novela (ya para no marearlos con más cosas) son las peleas y/o discusiones verbales que mantienen Hastshepsut y Tutmés, su sobrino (que hubiera sido un digno hijo de ella, por la inteligencia que tiene).

Totalmente recomendable.