Divagaciones de una Poulain
by Nea Poulain

lunes, 4 de febrero de 2013

Top Ten Los juegos del hambre


¡Les traigo otro Top Ten de Fanfiction! Esta vez es del fandom, aun en desarrollo, de Los Juegos del Hambre (mi favorito siempre será Harry Potter, pero en este también hay algunas joyas… pocas, pero joyas al fin y al cabo). Esto es totalmente parcial, está basado en mi opinión y tiene de todo (Cato/Clove…, Katniss/Peeta, Johanna, Rue, la madre de Katniss, Gale/Katniss, Cinna, etcétera).


10° Lugar
“Quiero volver a llamarla, pero ya no me sale la voz. El bosque está aclareciendo y finalmente veo la Cornucopia. Lo que veo no me gusta nada: Clove está estirada en el suelo, en una posición que parece imposible. No puede ser que ya éste muerta, ¡no puede ser!”

9° Lugar
“Te extraño. Casi tanto como cuando nos separamos, y me gustaría volver a vernos. Pero sé que no podemos. Aunque yo sería más feliz si contestaras, respeto tu decisión.
Siempre te tendré cerca. Sólo necesito cerrar los ojos, y estarás conmigo. Espero que yo siga estando presente en tu mente.
Y que las probabilidades estén siempre… siempre de vuestra parte.”


8° Lugar
“—Cuando me choqué con el campo de fuerza y se me paró el corazón, lloraste. ¿Real o no?
Katniss sintió que se le llenaban los ojos de lágrimas, algo que la pilló por sorpresa. No sabía cuándo había llorado por última vez.
—Real —dijo en voz casi inaudible.”


7° Lugar
“¿Desde cuándo la muerte era considerada un espectáculo? ¿Desde cuándo ver cómo se mataban veinticuatro jóvenes era algo digno de admiración?
Cinna odiaba El Capitolio. Y, sin embargo, vivía en él.”

6° Lugar
“A Peeta no le gusta jurar, sobre todo desde que su madre le dijo que si alguna vez juraba algo que no era cierto el Capitolio le cortaría la lengua. Pero esta vez jura por todo lo que tiene que el Distrito 12 se ha quedado en silencio mientras su compañera de fila entona el cántico.”

5° Lugar
“Cuando oye su nombre, siente que algo se rompe dentro de ella. Que algo ya no es igual, que ha cambiado para siempre. Oye su nombre y respira hondo, una, dos hasta tres veces. Su madre no puede impedir romper a llorar y es en ese momento cuando Rue decide que ha llegado el momento de empezar a caminar hasta el escenario”

4° Lugar
“Y nos invade el alivio. Pero la culpa azota luego como un latigazo y en el estertor de ese relajamiento, ¿qué somos?, ¿cómo podemos alegrarnos de no ser elegidos y ver con buenos ojos que otra sea la que hoy acabe su vida?; nos han vuelto insensibles y vacíos”

3° Lugar
“Pero cuando el tren llega con el vencedor en él,[…]; cuando lo ves marcharse a su nueva casa que derrocha lujos, donde no tendrá que volver a pensar en trabajar, o en alimentar a niños desnutridos o abuelas moribundas; recuerdas que cuando entrenas también te dan suficiente ración de comida para que no se te vean los huesos, […], o que curan tus heridas y resfriados con medicinas de verdad y no remedios sacados de la mente de alguna viejecilla arrugada que ha logrado sobrevivir por gloria propia.”

2° Lugar
“Sentada a la sombra y observando a su hermanito, Hope no puede evitar pensar que guarda gran parecido con la hermana muerta de su madre. Los dos son rubios, alegres, los dos son los pequeños y los dos tienen un gato. Cinna es el ser más inocente del mundo, piensa Hope.  […]  Hope piensa que si los Juegos siguiesen existiendo, el nombre de Cinna acabaría dentro de la urna. La simple idea le da escalofríos. Cinna no sobreviviría nunca en un sitio así. Ella si, quizás. Sabe cazar y trepar a los árboles, y hacer fuego. Pero Cinna no, como tampoco lo sabía Primrose Everdeen.

1° Lugar
“El cañonazo resuena mientras su cuerpo cae inerte. Todo ha terminado. Caes de rodillas, dejando que todo lo que retuviste bajo llave en tu mente te colapse. Un nudo te atraviesa la garganta pero has olvidado cómo llorar.

¿Qué les pareció? ¿Han leído alguno? Si leen alguno, no olviden que un comentario siempre anima.
Nea

domingo, 3 de febrero de 2013

Menú de libros (XVIII)



Primer tiempo
La pasión de Erzebeth de Joel Alexandre
Cerré el libro en este punto. El dueño del café había bajado la persiana metálica hasta la mitad y nos invitaba a irnos. Mientras él despertaba al viejo, que se había dormido con la copa de vino —todavía llena— en la mano, dejé sobre el mostrados el importe de la cerveza para, seguidamente, salir del local.
Era casi medianoche. De camino a casa me preguntaba: ¿es necesario que te declaren muerto para inventarte una nueva vida?

Segundo tiempo
Harry Potter y el Cáliz de Fuego de J. K. Rowling
Dumbledore alargó la mano y lo cogió. Lo extendió y miró el nombre que había escrito en él. Hubo una larga pausa, durante la cual Dumbledore contempló el trozo de pergamino que tenía en las manos, mientras el resto de la sala lo observaba. Finalmente, Dumbledore se aclaró la gargante y leyó en voz alta:
—Harry Potter.

Tercer tiempo
La llamada de los Muertos de Laura Gallego García
—Dana no ha salido de la Torre en más de veinte años, Jonás. Ha hecho viajes a lomos de Kai, sí, pero apenas se ha mezclado con la gente. Yo he visto cosas, he vivido cosas. No creo en el destino.

Postre
La Reina de los Condenados de Anne Rice
—[…] Pero ella es la Reina de los Condenados y los Condenados no pueden vivir sin ella. Enkil era sólo su consorte y por eso no tiene relevancia alguna que lo haya liquidado y  se haya bebido su sangre hasta la última gota.
—La Reina de los Condenados —masculló Marius por lo bajo. Había habido una extraña inflexión en la voz de Maharet al pronunciar aquella expresión, como si los recuerdos se  hubiesen removido en su interior, dolorosamente, de una manera atroz; recuerdos que el paso  del tiempo no había difuminado.

sábado, 2 de febrero de 2013

Sabina

Y te tiraste a la orilla de la chimenea y me miraste como miran los enamorados mientras sonaba la canción más hermosa del mundo, la que habíamos hecho nuestra, en la radio. Y era abril y teníamos más de cien mentiras para enamorarnos las dos, como si no hubiera mañana. Y allí, al lado de la chimenea que no estaba encendida, nos dieron las diez, mientras te quitabas las medias negras y la minifalda azul… y nos quisimos esa noche, y la que siguió… y la que siguió. Y entonces se acabó abril, y pasó mayo, con sus aguaceros y te fuiste dando un portazo que sonó a venganza. Y aquí estoy, en donde habita el olvido, como tonta, recordando tus besos y tus mentiras piadosas…; recuerdo tu cigarro a las dos de la mañana, princesa (porque todavía me gusta llamarte princesa, ¿sabes?). Y ahora estoy aquí, como si estuviera en la calle melancolía, sin esperanzas para largarme al barrio de la alegría…
Y a nosotras dos nos sobran los motivos para hacernos daño…, pero después de pasar por bares y por besos anónimos, aparados por la noche y el alcohol, borrachos de necesidad, te he acabado dando por perdida. Y a veces todavía me pregunto quién me robó el mes de abril, en el que fuimos tan felices; tú estabas conmigo, yo contigo…, y no queríamos nada más. Me he tardado en aprender a olvidarte diecinueve días y quinientas noches, atascadas todas de insomnio y de pastillas para no soñar, a las que les ruego que me hagan olvidar la perfección de tus besos.
Porque amor se llama el juego en el que jugamos a hacernos daño, desde la soledad del olvido. A veces me pregunto dónde estarás y por qué te fuiste dejándome el corazón en los huesos. Y a pesar de todo lo que me has hecho sufrir… a pesar del insomnio, de mi corazón cerrado por derribo… Y sin embargo, te quiero. Esta es la canción de las noches perdidas, ésas que perdí intentando olvidarte mientras te grababas a fuego en mi piel.
Andrea Vega
a 29 de enero de 2013
Si encontraron todas las canciones de Sabina, además de otras referencias a este genio, me caen muy bien (y déjenlas en comentarios, digo, si ya lo leyeron, entreténganse buscando). Sólo decía.

Por otro lado, ¡el blog ha vuelto!