Divagaciones de una Poulain
by Nea Poulain

miércoles, 4 de noviembre de 2015

Boy Meets Boy, David Levithan | Reseña


Sinopsis: This is the story of Paul, a sophomore at a high school like no other: The cheerleaders ride Harleys, the homecoming queen used to be a guy named Daryl (she now prefers Infinite Darlene and is also the star quarterback), and the gay-straight alliance was formed to help the straight kids learn how to dance.
When Paul meets Noah, he thinks he’s found the one his heart is made for. Until he blows it. The school bookie says the odds are 12-to-1 against him getting Noah back, but Paul’s not giving up without playing his love really loud. His best friend Joni might be drifting away, his other best friend Tony might be dealing with ultra-religious parents, and his ex-boyfriend Kyle might not be going away anytime soon, but sometimes everything needs to fall apart before it can really fit together right.
This is a happy-meaningful romantic comedy about finding love, losing love, and doing what it takes to get love back in a crazy-wonderful world.

Este es el tercer libro de David Levithan que leo. El primero, uno de sus últimos libros, Two Boys Kissing, me encanta y de hecho cuando lo reseñé hablé bastante bien de él. Con Cada día, tuve algunos problemas pues consideré que tenía mucho relleno, la relación entre los protagonistas sólo se sostenía de un lado y algunas otras cosas. Con este, me doy cuenta de una cosa: David Levithan ha mejorado con el paso de los años. Pero vamos, muchísimo. Demasiado. Exageradamente. Lo malo, claro está es que este es su primer libro. Y es terrible.


Boy Meet Boy tiene lugar en un universo paralelo, de eso estoy segura. Un universo paralelo mucho más open-minded en el 2003 que lo que es el mundo en el que vivo. No es que no hable de la discriminación a los gays, el problema no es ese. De hecho, ningún libro que tenga como protagonistas a dos chicos de la comunidad LGBTI+ tiene por qué hablar sólo de la discriminación como si fuera una obligación. Que hablen del tema y no lo eviten como si fuera tabú se agradece, pero nunca es exactamente una obligación de nadie. Este libro no ignora el tema, simplemente lo trata de manera muy superficial y el mundo en el que se ambienta parece artificial. Como dije, un mundo paralelo donde las cosas son infinitamente mejores. 

Por otra parte, no tiene muchos puntos fuertes. Levithan escribe bien y ha mejorado con el paso de los años. Aquí quizá hay demasiado azúcar, pero no me parece un error, simplemente me parece que no es un libro al que yo le vaya a poner 5 estrellas en Goodreads después de haberme causado un come diabético o algo peor.  A pesar de todo eso, le encontré cierto sentido a lo azucarado de la narración: me recordó a cuando tenía 15-16 años y también me recordó demasiado por qué adoro que hayan pasado esos años: se acabó el "todo es un drama", no más preocuparte por como te vean los demás en la escala social (a menos de que seas un pendejo), no más problemas de ex novios a los que tienes que ver diario. No más

Este libro, es ese mundo, pero elevado a la enésima potencial. Dejando de lado que el quaterback es una chica transexual, hay lesbianas, y hay gays, parece que estoy viendo una película adolescente gringa (que no sea Mean Girls, al menos esa tiene un guion más inteligente). Sí, ese tipo de películas donde todo el mundo es blanco, las porristas y los jugadores de americano son como estrellas de cine y todos son un cliché andante. Esas películas. De los personajes, debo decir que el narrador y dos o tres chicos más o no están tan mal. Pero fuera de eso, hay algo que no cuaja. No es que sean personajes mal construidos, pero parecen hechos a medias, se nota que es el primer trabajo del autor, hay un millón de nombres con los que nunca logre empatizar del todo. No hagan clichés con patas. No funcionan.

Pasando a otras cosas, la historia es en sí insustancial. Hay una trama, hay un climax que se ve venir de lejos y hay demasiada adolescencia suelta. No odio a los adolescentes. Pero me recuerdo a mi misma a la edad de Paul, nuestro protagonista, y quiero ir y golpearme a mí misma. Me pasa lo mismo con Paul: quiero golpearlo al mismo tiempo que me saca una sonrisa nostálgica, pero no mucho más. Me entretuve con el libro, pero simplemente creo que es un libro de esos que pasa desapercibido y no más; de esos que, en unos años, no se va a acordar ni el Dios en el que no creo, ni el diablo, ni nadie. 


Me molestó especialmente que se le diera más importancia al drama de Paul después de besar a su ex (¡UN PERSONAJE BISEXUAL ESTO DEBE SER UN MILAGRO!) que a la situación de Tony. Son dos cosas que ocurren casi al mismo tiempo, y una tenía todo el potencial para ser un buen drama (un drama inteligente) y la otra no. Adivinen cuál eligió el autor para darle mucha más importancia a la hora de crear drama. Sí, a la cliché barato. Al final, retoma la situación de Tony (un adolescente gay con padres cristianos y un poco intolerantes), pero ese arco argumental (que tenía más potencial) queda desperdiciado y sepultado bajo el peso de un deux-ex-machina que lo arregla todo, o al menos, da esa sensación. 

Me alegra que Levithan haya mejorado. Pero debo advertirles algo: si Levithan no les interesa especialmente, este es un libro, ni se preocupen por leer este libro. No tiene caso. No aporta nada a sus libros de calidad y es más bien un cliché azucarado con patas es una preparatoria irreal con una trama desperdiciada. Eso sí, narrado muy bonito (pero con un montón de cosas obvias remarcadas). En fin, ¿conclusión? No muy recomendable. No completamente malo, pero sí irrelevante. 


lunes, 2 de noviembre de 2015

Muerte a la mexicana

El día de muertos es uno de mis favoritos en el año (además, por supuesto, de mi cumpleaños).  Así que esta vez no vengo a hablar de libros, o de películas, o de poemas (bueno, eso quizá sí), o en realidad de nada específicamente literario, sino que vengo a hablar de México, de su día de Muertos, de la muerte a  la mexicana, hasta del Mictlán y de una pequeña parte de mí si me dejan.

Pedazo de ofrenda
El día de muertos, como tal, tiene un origen más antiguo a la llegada de los españoles a costas mexicanas. Con el tiempo se volvió una celebración en la que también participaban las iglesias, pero, en mi propia experiencia, jamás he visto que se le dé demasiada importancia a la religión. Aquí los importantes son los muertos que vienen a visitar. Para la gran mayoría de las culturas indígenas en México, la muerte no tenía la misma connotación que para los católicos. Se podría decir, incluso, que los mexicas (o aztecas) le rendían culto a la muerte, pues consideraban un honor el morir en batalla o morir en sacrificio. Pero esta no es una clase de historia o de antropología (aunque me gustaría), sino simplemente la muerte a la mexicana

Tengo diecinueve años y en diecinueve años nunca he visto que la muerte sea tan fatalista como en algunos libros, nunca he visto que sea tan definitiva, ni tan trágica. La he visto triste y con lágrimas. Sí. He visto a personas de luto y a personas que eligen no seguirlo. La he visto injusta, como acto de justicia y hasta como tragedia nacional. Pero la muerte siempre vuelve, los primeros días de noviembre, y nos recuerda lo mexicanos que somos, ese sentido del humor para acogerla que tenemos y la manera en la que se vuelve una celebración y un fiesta. Supongo que nunca tuvo más sentido decir que aquí, todo lo volvemos fiesta.

Tenemos ofrendas (altares), catrinas, calaveritas, papel picado, pan de muerto (con champurrado o con chocolate), en resumen, tenemos fiesta. Y por supuesto, flor de cempazuchitl para guiar a los muertos en su camino. Hay quien no lo celebra, quien visita Mixquic o Xochimilco o cualquier otro lugar donde las celebraciones son incluso icónicas, hay quien come pan de muerto, pone su ofrenda y recuerda a sus muertos (y a la mejor a los ajenos), hay quien va a ver todas las ofrendas que puede, hay quien hace velaciones (en Oaxaca creo que son comunes), hay quien va al panteón y hay quien se deprime. El día de muertos, a fin cuentas, es para todo el mundo


Usamos a las calaveritas el día de muertos para reírnos de la muerte y de nosotros mismos. Mi maestra de historia en la prepa nos dejaba escribir una cada año y nunca faltaba el profesor ofendido porque lo mencionaban, pero tampoco faltaba nunca el que iba, las leía, y se reía de los chistes hechos a su costa (y a costa, por su puesto, de su muerte). De su origen, se dice que algunos escritores empezaron a usar como burla los largos y ostentosos epitafios utilizados por los nobles y poderosos de la época virreinal, realizando su propia versión, la cual por lo general se trataba de una crítica social dedicada a algún miembro del estado burlándose o bien reclamando a la persona hechos en favor de la comunidad. Después, en el México independiente, empezaron a volverse una tradición y ahora, las calaveritas están en todos lados. 

Quien diga que la costumbre se pierde, no ha visto los concursos de las editoriales, de la cineteca y de muchos espacios culturales, no ha visto la tarea de los estudiantes de prepa, de secundaria, de primaria y hasta de kínder. Las calaveritas siguen tan vivas y aquí mejor les pongo un ejemplo antes de que me empiecen a preguntar de cuál me fumé. 



Pedro Páramo
por Mary Carmen Sánchez Ambriz

Juan Rulfo creó a un tal Juan
personaje muy preciado
que no andaba tan norteado
buscando a un Pedro truhán.

Los muertos alborotados
querían del páramo huir,
aunque se les vio cansados
no lo podían resistir:

medio siglo ha que rumian
en esa ardiente Comala
con el cacique patán
que les da comida mala.

(Original en Tres calaveras literarias)

Quiero hablarles de todo un poco, pero sé que al final los voy a acabar aburriendo. Sé que probablemente no entiendan lo extraños que podemos llegar a ser con la muerte, o lo optimistas, según se vea el caso. Que quizá no sepan porqué en mi lista de cosas que hacer antes de morir, ir a Mixquic y a Xochimilco un día de muertos es algo que me muero por hacer. A los muertos les puedes llorar, pero siempre me ha parecido increíble lo que hacemos nosotros, que los recordamos de esta manera. Alguien me dijo, y a estas alturas ya no sé si tenía razón, que en ningún otro lugar del mundo el culto a la muerte era como aquí. 


"Nuestra muerte ilumina nuestra vida. Si nuestra muerte carece de sentido, tampoco lo tuvo nuestra vida. Por eso cuando alguien muere de muerte violenta, solemos decir: "se la buscó". Y es cierto, cada quien tiene la muerte que se busca, la muerte que se [...] Si la muerte nos traiciona y morimos de mala manera, todos se lamentan: hay que morir como se vive. La muerte es intransferible, como la vida. Si no morimos como vivimos es porque realmente no fue nuestra vida que vivimos: no nos pertenecía como no nos pertenece la mala suerte que nos mata. Dime cómo mueres y te diré quién eres."
Octavio Paz, El laberinto de la soledad.
"Hay categorías de muertes y hombres en la categoría de muertos en su cama, con todos los auxilios de los muertos espirituales. Derechito para el cielo."
Rafael Bernal, El complot mongol
“Me muera cuando me muera quiero que mi tumba huela como tu cuerpo ahorita.”
Angeles Mastretta, Arráncame la vida.
Hay quien dice que tenerle miedo a la muerte es inútil, porque de todos modos nos vamos a morir. No sé que tanto sentido tenga, pero a veces parece que nadie piensa en ella a fuerzas, porque la simple perspectiva de no existir es demasiado grande. Cuando era niña me daba miedo, ahora no sé. No pienso en eso. Pero me gusta pensar en esa muerte a la mexicana, en la que los muertos regresan cada año a la fiesta y a la ofrenda. En la que sus familiares se preocupan por ellos, aunque sea una vez al año. No sé. Me gusta esa muerte. Muerte a la mexicana. Así suena menos fatalista, menos definitiva y hasta menos triste.
“La muerte no se reparte como si fuera un bien. Nadie anda en busca de tristezas.”
Juan Rulfo, Pedro Páramo.
La primera ofrenda que se puso en mi casa.
No teníamos sala, o mesa, o nada. Pero teníamos una ofrenda

sábado, 31 de octubre de 2015

Una verdadera historia de terror: Life and Death de Stephenie Meyer

Advertencia: Esta entrada es muy poco seria, es el especial de Halloween de este año, tiene muchos gifs, tonterías en todas partes y probablemente tomarla en serio sea muy mala idea. Advertidos quedan. 

Yo cuando Stephenie Meyer anunció Life And Death:

¿Ven por qué es una historia de terror?
Ante todo, ya me ha quedado claro que yo lo yo tengo es un exceso de tiempo libre. La curiosidad de que Stephenie Meyer había sacado otro libro basura era grande, pero no lo suficiente como para torturarme gratuitamente los ojos con su narración plana. Pero luego vi que Meyer decía que lo hacía para demostrar que Crepúsculo no era sexista y que hubiera sido exactamente igual con los géneros cambiados. Y ahí si fui a buscar por todo internet y me descargué el bendito libro (nada de seguir haciendo rica a Meyer, no voy a traicionar mis principios) porque estoy segura de que algo de sexista debe tener. Digo, estamos hablando de Meyer.

Ya. Yo es que soy masoquista. Y también quería risas fáciles, lo admito. Pero más que risas fáciles lo que he conseguido es una auténtica historia de terror pensando que miles de personas van a comprar este libro. Y se van a ir a su casa con la idea de que, efectivamente, ni Crepúsculo ni esta cosa son sexistas. Y creyendo, además, que las relaciones amorosas dibujadas son sanas o algo (Edward Cullen es un celoso y controla a Bella, no es un buen novio). Historia de terror para Halloween servida. En fin, para los que no conozcan la historia...


La sinopsis que había en Goodreads: Celebrate the tenth anniversary of Twilight! This special double-feature book includes the classic novel, Twilight, and a bold and surprising reimagining, Life and Death, by Stephenie Meyer.
Packaged as an oversize, jacketed hardcover “flip book”, this edition features nearly 400 pages of new content as well as exquisite new back cover art. Readers will relish experiencing the deeply romantic and extraordinarily suspenseful love story of Bella and Edward through fresh eyes.
Twilight has enraptured millions of readers since its first publication in 2005 and has become a modern classic, redefining genres within young adult literature and inspiring a phenomenon that has had readers yearning for more. The novel was a #1 New York Times bestseller, a #1USA Today bestseller, a Time magazine Best Young Adult Book of All Time, an NPR Best-Ever Teen Novel, and a New York Times Editor’s Choice. The Twilight Saga, which also includes New Moon, Eclipse, Breaking Dawn, The Short Second Life of Bree Tanner: An Eclipse Novella, and The Twilight Saga: The Official Illustrated Guide, has sold nearly 155 million copies worldwide.


Esa sinopsis en general no dice nada interesante de todo el libro, sólo se limita a admirar al fenómeno Crepúsculo y a darse palmaditas en su aniversario número diez. Que me hable cuando haya sobrevivido al olvido y tenga la misma edad de Harry Potter (sé que le estoy poniendo muy bajo el estándar, pero por amor de Dios...), porque si no hubiera sido por este anuncio, la gente seguiría sin darle importancia. 

Ahora sí, sinopsis madre in Nea: Bella y Edward ahora se llaman Beau(fort) y Edythe. Siguen igual de sosos que toda la vida. Se enamoran y la historia es casi la misma que la de Bella y Edward pero gracias a dios sin ninguna Reneesme Carlie Cullen (cosa que, Meyer, todos agradecemos). También hay una Julie Black que es muy guapa, evidentemente. Fin.

Narrativamente, Meyer no aporta nada nuevo. Diez años y su prosa no ha mejorado: lo de esta mujer es serio. Además de escribir plano plano como sabana africana, aburrido cual blanco polo norte, lo cual ya de por sí es muy malo, resulta que la mujer ha copypasteado partes enteras del original y ha sustuido los nombres y cambiado los pronombres. Vamos, que ni original ha podido verse con su gender bender. Si van a fanfiction.net hay miles de fics con el mismo planteamiento en casi cualquier fandom mejor trabajados y con más cariño que este esperpento hecho para ganar dinero.


Por lo demás, adolece de los mismos problemas de Crepúsculo, así que no sé ni para que estoy intentando hacer este intento de reseña: prosa plana, aburrida, personajes planos, aburridos (una hoja de papel tiene más profundidad), plot holes por todas partes, explicaciones redundantes, descripciones no deseadas, una ignorancia absoluta del "show don't tell" y otras cosas. Por ejemplo, yo me sigo preguntando cómo nadie se dio cuenta de que había algo raro y sobrenatural con los Cullen: nunca están en el sol, son blancos como porcelana, no hablan con nadie... Pero bueno, ya lo expliqué yo en un hermoso tweet:


Ahora, pasando al asunto que me importa un poco más: Stephenie Meyer asegura que las críticas a Bella son porque era la típica damsel in distress, cuando en realidad sólo era la human in distress entre puro super héroe (o en este caso, vampiros y hombres lobo). Yo siempre sostuve que no me molesta ese tipo de mujer (o de hombre, o de cosa o de lo que sea) en un libro, siempre y cuando estuviera retratado de manera realista, el personaje estuviera bien construido y tuviera profundidad. Pero Bella tiene la personalidad de una ameba, no es un personaje que te importe y tiene la profundidad de una hoja de papel o menos. Así que Meyer dice que una relación en la que el desfavorecido fuera el chico sería exactamente igual, que no cambiaría nada. Y con eso intento probarme que su libro no es sexista. Yo, leyendo el prólogo de Meyer, estaba así: 


Sí, nada demasiado esperanzador. En las primeras páginas del libro me di cuenta de que la dinámica era la misma, exactamente la misma, aunque ahora la fuerte y misteriosa era Edythe y Beau era un chico más bien patoso, no muy brillante y tampoco muy interesante. Pues bien, si me dieran dinero cada vez que veo una película en que la chica impresionante sale con el chico invisible ya sería rica. No tan rica que si la cosa fuera al revés, pero mi punto se entiende: estamos ante un cliché monumental. Pero de tamaño desproporcionado, se los juro. No cambia mucho (quizá porque la historia original no tenía realmente de dónde cogerse). 

Además hay un momento que directamente me causó querer golpearme la cabeza al mismo tiempo que me moría de risa. Edythe salva a Beau una vez y él no la deja bajarse del carro porque es una chica (y podría pasarle algo, pero ya sabemos, es una chica). Usualmente eso no me molesta. Estoy acostumbrada a encontrar ese tipo de tonterías en los libros y lo único que me hacen pensar es que la brecha de género aún existe. Es un momento que me hace rodar los ojos, pero no me enfurece. Sin embargo, pocas páginas más adelante, Edythe paga la cena y Beau se queja. Entonces aparece Meyer en medio del libro con un cartel del tipo: "EL LIBRO NO ES SEXISTA, ¿LO VEN?". No bromeo, véanlo ustedes mismos.

Me preocupa, además, que la dinámica en la relación no cambie porque, si recuerdan, Edward era un controlador. Celoso, pretendía que su novia le hiciera caso y consideraba válido descomponer su carro para que no fuera a ver a su amigo. No sé si lo sepan, pero cuando alguien en la pareja hace eso, no es la pareja perfecta, sino que se encuentra en medio de una relación de abuso, en este caso en concreto, psicológico. Me enferma que este tipo de relaciones se muestren como auténticas parejas perfectas porque perpetua la idea pendeja de que "si no te cela no te quiere". No es la primera vez que lo digo y no será la última. Si la dinámica no cambia, ¿ante que estamos entonces? ¿Ante la misma relación insana, pero con los papeles intercambiados? Al menos este parece ser un libro autoconclusivo (al menos hasta que Meyer se vuelva a quedar pobre) y no tenemos el privilegio de ver como la relación degenera. Ya por lo menos.

ALGUNOS SPOILERS DE LA SAGA ORIGINAL Y AÚN MENOS DE LIFE AND DEATH

¿Pero no todo puede ser tan malo, verdad?


Ahora voy a hablar de algo que me enojó mucho (y no me hizo soltar esa risa nerviosa de "pero qué despropósito estoy leyendo"): el capítulo de Port Angeles y la historia de Royal (la contraparte masculina de Rosalie). En el capítulo de Port Angeles original, varios hombres abordan a Bella con intenciones claramente no aptas para todo público. Se insinúa demasiado claramente qué es lo que quieren y eso es, probablemente, violarla, o ejercer algún tipo de violencia sexual sobre ella; en cambio, a Beau lo asaltan a mano armada y lo amenazan porque creen que es policía. ¿Ven la diferencia? Parece no ser para tanto, pero tranquilos, que ya voy a llegar a mi punto. Rosalie cuenta su historia en Eclipse, como varios hombres abusaron de ella mientras su prometido se reía; la historia de Royal está contada de manera mucho más resumida en el último capítulo y no hay ninguna clase de abuso, sólo un asalto a mano armada.

Quiero dejar en claro algo: los hombres que han sido víctimas de una violación también existen, en una proporción mucho menor, pero también existen. Las estadísiticas que tengo más a mano son las de Estados Unidos y se pueden consultar aquí: Who are the victims? (los efectos, para hombres y mujeres y cualquier persona también vienen listados allí). En fin, todavía no he llegado a mi punto y no es que yo quisiera que le ocurriera lo mismo a Rosalie que a Royal, porque es algo que en lo absoluto disfruto de leer.

No. Lo que condeno es que, cuando nos demuestra que podía haber usado cualquier tipo de violencia, elige la violencia sexual cuando la víctima es mujer. Que ya sé que parece que estoy haciendo de un charco un mar, pero es que esto no es cualquier cosa: no es la primera, ni la segunda vez que se usa una violación o cualquier tipo de violencia sexual como una manera burda de desarrollar a un personaje femenino (a veces peor, para desarrollar a un personaje masculino), en este caso, Rosalie. No digo, tampoco, que no se pueda hablar de violencia sexual, o que no se deba. No, es un tema que incomoda y hacerlo más visible generalmente ayuda a que se deje de ignorar. Sin embargo, sí hablo de las violaciones injustificadas. Maggie Stiefvater lo resumió en un post en su blog títulado This is a post about Literary Rape de una manera muy simple:
I’m talking about novels where the rape scene could just as easily be any other sort of violent scene and it only becomes about sex because there’s a woman involved. If the genders were swapped, a rape scene wouldn’t have happened. The author would’ve come up with a different sort of scenario/ backstory/ defining moment for a male character. Really, this sort of rape is such a medieval, classical way to tell a story. 
Traducción (hecha por mí): Estoy hablando de novelas donde la violación puede ser cualquier otra clase de violencia y sólo se convierte en algo acerca de sexo porque hay una mujer envuelta. Si los géneros estuvieran cambiados, la violación no habría ocurrido. El autor podría haber creado un escenario/backstory/clímax diferente para un personaje masculino. Realmente, esta clase de violación es una manera demasiado medieval de contar una historia.
Ya llegué a mi punto. Siento que me haya tomado tanto. No estoy pidiendo que a Royal le pasara lo mismo, hablamos de los años veinte y es probable que no hubiera ocurrido de esa manera. Quizá yo sólo hubiera rodado los ojos y me hubiera quejado del asunto sin hacer tanto énfasis si Meyer no intentara demostrar que la saga original no es sexista. Pero esto es una de las cosas más sexistas que he visto. Demuestra que, muchas veces, las escenas de violencia sexual en la literatura podrían intercambiarse por cualquier clase de violencia y se elige hacer uso de ellas sólo porque hay mujeres envueltas, porque me imagino que hubiéramos tenido el mismo resultado en el desarrollo de Rosalie Hale con un asalto a mano armada. No creo que sea un tema que deba callarse, pero tampoco usarse de este modo, pues es una manera burda de desarrollar personajes (más cuando no tienes ni puta idea de las consecuencias, Meyer, y no las muestras en tus personajes, ni en su backstory, como en Rosalie, por ejemplo).

En fin. Me hubiera dado lo mismo si Meyer no insistiera en ese "Mi libro no es sexista", pero en realidad me demuestra que no tiene ni puta idea de lo que está haciendo o de que lo que intentó le salió al revés. Pero vamos a temas menos feos...


FIN DE LOS SPOILERS MENORES

En fin, que yo ya dije lo que tenía que decir sobre lo no-sexista de la novela (un mito, totalmente), y me centrare en temas menos escabrosos, pero también de terror, como la nula calidad literaria que tiene. 

Es difícil evaluar lo que ha cambiado Meyer en diez años. No es sólo difícil, es imposible, ya que el 70% de libro o más es, literamente, un copypaste de lo anterior. Pero al menos el final del penúltimo capítulo, el último y el epílogo cambian completamente (en una manera no demasiado sorprendente, pero cambian). El último capítulo está lleno de relleno porque me parece que Meyer no sabía que poner y un par de cosas cursis, básicamente relleno con un par de frases relevantes. Y la prosa era tan plana y aburrida que... bueno, casi me quedé dormida. El epílogo es mejor. Sin embargo, Meyer no ha cambiado gran cosa en diez años. Eso sí, este final es bastante más angst que el del libro original. Sin embargo, creo que lo prefiero un poco porque no da espacio a que haya una continuación, ni síndrome luna nueva, ni idioteces. (Aunque hablamos de Meyer).


Ahora, evaluando los dos libros en conjunto:
  • La voz narrativa de Bella y de Beau es la misma. No hay ni una sola pista de que trato con un personaje diferente. No es de extrañar porque el segundo libro es un copypaste.
  • Los secundarios, de nuevo, son la parte más interesante del libro. Meyer les presta poca atención (no sé si para bien o para mal), lo cual siempre resulta una lástima. 
  • Como siempre, hay plot holes (por ejemplo, que nadie vea nada raro con los Cullen), se salta de una escena a otra con una falta de continuidad impresionante, al menos para seguir en el mismo capítulo y para lo que Meyer no tiene explicación usa deux-ex-machina o lo ignora. En los dos libros.
  • Al parecer, mejoró un poco a la hora de narrar peleas y acción, porque Meyer no corrió un tupido velo esta vez para evitarse los problemas en esa escena.
  • Como la vampiro es ella, estoy casi segura de que nos vamos a ahorrar a Reneesme Carlie Cullen. Algo bueno tenía que tener este libro.
  • No hay triángulo amoroso. Ya son dos cosas buenas, miren, y yo creí que no iba a encontrar nada...
  • ¿QUIERE ALGUIEN PENSAR EN RENÉE Y CHARLIE? (Charlie es mi personaje favorito, como nota).
En fin. Este libro es una verdadera historia de terror. Sobre todo en Mercadotecnia. Porque alguien con dos dedos de frente se preguntaría que quién demonios quiere leer el mismo libro con las mismas palabras y los mismos párrafos y los mismos errores, pero está editado igualmente. Y si vas a Amazon, te sale en un ojo de la cara. Y la gente lo compra. Y yo me burlo del libro y destaco sus errores, pero habrá gente que no lo haga: gente que siga comprando el libro y creyendo que es una historia de amor sana. Paren el mundo que me quiero bajar.