Sinopsis: A sus quince años, Christopher conoce las capitales de todos los países del mundo, puede explicar la teoría de la relatividad y recitar los números primos hasta el 7.507, pero le cuesta relacionarse con otros seres humanos. Le gustan las listas, los esquemas y la verdad, pero odia el amarillo, el marrón y el contacto físico. Si bien nunca ha ido solo más allá de la tienda de la esquina, la noche que el perro de una vecina aparece atravesado por un horcón, Christopher decide iniciar la búsqueda del culpable. Emulando a su admirado Sherlock Holmes -el modelo de detective obsesionado con el análisis de los hechos-, sus pesquisas lo llevarán a cuestionar el sentido común de los adultos que lo rodean y a desvelar algunos secretos familiares que pondrán patas arriba su ordenado y seguro mundo.
Este es un libro raro. Listo, lo dije. Al estar narrado por un adolescente autista, no esperes encontrarte con un libro común y corriente, con misterios, o con una trama bien definida. No esperes descripciones (porque no las hay), no esperes más profundidad de la que un adolescente autista (aunque al principio creí que era sólo Aspenger) le va a dar a una narración. Vas a ver una historia desde su punto de vista y punto. Es una historia cotidiana que tiene sí, un incidente con un perro a la medianoche.
A mí me gustó mucho, porque Christopher ama el rojo y odia el amarillo y el marrón, porque cinco carros rojos significan un Día Muy Bueno, porque le gustan las matemáticas (y de hecho hay varias explicaciones de matemáticas) y los capítulos están numerados únicamente con números primos. Vamos, el libro es toda una curiosidad. Por cierto, si tienes planeado leer El sabueso de los Baskerville, leélo antes de este libro, porque Christopher, a quien le gusta Sherlock Holmes, lo destripa entero cuando distingue entre las pistas reales y las pistas falsas.
Ahora sí, entremos en materia. Emulando los gustos de Chris, haré una lista de por qué este libro me pareció bastante bueno.
1. La caracterización de Christopher y su narración. No es la narración convencional y la historia no sigue una estructura conocida, porque a Christopher no le gusta contar mentiras, no entiende las metáforas y se empeña en escribir una novela de algo que en realidad ocurrió. Me encanta leer sobre la manera que entiende en el mundo y cómo lo expresa. Me gustaba como hablaba de sus gustos, de los tipos de días, las reglas que sigue para darle a su vida un poco de orden, y cómo cuida a Toby (casi me muero casi
2. Los magníficos personajes que hacen sus padres. Aquí debo hacer la clara distinción: son buenos personajes, pero personas a las que golpearía con una silla directo en la cara. Sin embargo, a través de Christopher puedo sentir su impotencia, su frustración y cómo poco a poco intentan convivir con su hijo. Creo que quedó muy bien plasmado que, como pareja, cometen muchos errores que acaban salpicando a Christopher, pero siempre están determinados a hacer las cosas más o menos bien por él (o como quien dice, a intetarlo).
3. Los problemas de matemáticas. Me ayuda a entender a Christopher verlo todo en los fríos datos y números que él usa. Allí es cuando más entiendo su razonamiento y su manera de pensar.
4. Que el libro no sea "políticamente correcto". No me hubiera gustado en ese caso. Aquí se hace latente completamente el rechazo al que se enfrenta Christopher, pero también él mismo admite que comete errores y se hace notar lo difícil que es lidiar con él.
5. Las imagenes y los diagramas tontos. Lo entiendo: pueden resultar molestos, extraños, pero es la manera que tiene Christopher de explicar las cosas. Están allí porque es la única manera que encuentra de describir algunas cosas. No es un error la falta de descripción, es que no es algo que le interese realmente.
Bueno, creo que con esos cuatro puntos, el libro casi se ganó mi corazón. No tengo demasiados fallos que marcar: la prosa seca y la puntuación cortante están justificadas dado que Christopher es quien está escribiendo la historia. Es increíble cómo te puede transmitir los sentimientos de tristeza, desazón y felicidad de una manera tan sencilla con una prosa que algunos dirían quizá que es demasiado plana. Este es un libro que me hubiera gustado leer en inglés, pero creo que no había nada realmente lost in translation, por lo sencillo que estaba narrado.
Ahora bien, la historia no es sencilla, tiene bastante trasfondo a mi parecer. Puede que trate de un chico que quiere resolver el asesinato de un perro, pero eso no es lo importante de la historia. Lo importante de la historia, y lo que realmente la hace brillar, es Christopher. Sin él, y sin esa narración, no tendríamos una historia tan sólida (aunque tengo que admitir que sus padres también se llevan una buena parte de la historia, puesto que, a pesar de los errores humanos de ambos, son magníficos personajes, increíblemente construidos).
2. Los magníficos personajes que hacen sus padres. Aquí debo hacer la clara distinción: son buenos personajes, pero personas a las que golpearía con una silla directo en la cara. Sin embargo, a través de Christopher puedo sentir su impotencia, su frustración y cómo poco a poco intentan convivir con su hijo. Creo que quedó muy bien plasmado que, como pareja, cometen muchos errores que acaban salpicando a Christopher, pero siempre están determinados a hacer las cosas más o menos bien por él (o como quien dice, a intetarlo).
Yo cada que algo malo les pasaba a todos en el libro. |
4. Que el libro no sea "políticamente correcto". No me hubiera gustado en ese caso. Aquí se hace latente completamente el rechazo al que se enfrenta Christopher, pero también él mismo admite que comete errores y se hace notar lo difícil que es lidiar con él.
5. Las imagenes y los diagramas tontos. Lo entiendo: pueden resultar molestos, extraños, pero es la manera que tiene Christopher de explicar las cosas. Están allí porque es la única manera que encuentra de describir algunas cosas. No es un error la falta de descripción, es que no es algo que le interese realmente.
Bueno, creo que con esos cuatro puntos, el libro casi se ganó mi corazón. No tengo demasiados fallos que marcar: la prosa seca y la puntuación cortante están justificadas dado que Christopher es quien está escribiendo la historia. Es increíble cómo te puede transmitir los sentimientos de tristeza, desazón y felicidad de una manera tan sencilla con una prosa que algunos dirían quizá que es demasiado plana. Este es un libro que me hubiera gustado leer en inglés, pero creo que no había nada realmente lost in translation, por lo sencillo que estaba narrado.
Ahora bien, la historia no es sencilla, tiene bastante trasfondo a mi parecer. Puede que trate de un chico que quiere resolver el asesinato de un perro, pero eso no es lo importante de la historia. Lo importante de la historia, y lo que realmente la hace brillar, es Christopher. Sin él, y sin esa narración, no tendríamos una historia tan sólida (aunque tengo que admitir que sus padres también se llevan una buena parte de la historia, puesto que, a pesar de los errores humanos de ambos, son magníficos personajes, increíblemente construidos).