Divagaciones de una Poulain
by Nea Poulain

viernes, 24 de julio de 2015

2x1: América y La Metamorfosis, Franz Kafka | Mini reseñas

"Que si no nunca acabo de reseñar"
-Yo, dándome cuenta de que no puedo reseñar a la misma velocidad a la que leo

América


Sinopsis: Narra las aventuras de Karl Rossmann, un chico de dieciséis años que es enviado a América por sus padres, tras haber sostenido relaciones con la criada.
Una vez embarcado, la rapidez con que entabla amistad con el fogonero y la profundidad que llega a adquirir ese vínculo quedan de manifiesto cuando rompe a llorar al verlo por última vez. Esto a su vez demuestra, desde el inicio de la novela, una insondable falta de afecto en Karl.
Pronto aparecerá la figura de un tío radicado en Nueva York, que lo conducirá hacia un ambiente amable, preocupándose además por educarlo con esmero. Para la mala suerte del chico, esta situación dura muy poco ya que, tras un incidente nimio, la actitud de su pariente da un giro asombroso: simplemente se deshace de él sin una explicación congruente. Con esto se le imprime -de entrada- a la obra esa significación desconcertante, tan característica en la narrativa Kafkiana.

Si quieren valorar este libro por lo que es tienen que tomar en cuenta las siguientes cosas: 

1. Es un libro inacabado y publicado póstumamente. Sí, hay algo que parece un final, pero hay un salto extraño hasta él, no parece justificado y lo único que te hace pensar es que Kafka está en drogas.


2. Kafka nunca visitó América. Y tampoco le importó no retratar a una América fiel, lo que se nota desde la primera página. Hay incongruencias por aquí y por allá, pero nada que afecte a la trama. Por ahí en algunas versiones San Francisco está en la costa equivocada y la estatua de la libertad tienen una espada. 

Marcados esos dos puntos, pasemos a hablar de la novela. Alguien me dijo una vez que esta es la novela menos Kafkiana de Kafka. Si han leído otras novelas de Kafka lo notarán, si no..., bueno, les basta saber con que no tiene a ningún sujeto convertido en cucaracha. Los protagonistas de Kafka son siempre, básicamente, un self-insert de él (unos más que otros) y Karl Rossmann no se salva de este pequeño detalle. 

A pesar de todo, América no deja de ser un producto de su época y, aunque buena novela, entiendo que no a todo el mundo le puede resultar especialmente entretenida, porque no todo el mundo ama a Kafka como yo. Personalmente, me parecía que carecía de una trama demasiado fuerte, pero me gustaban las aventuras de Karl, tan perdido en tierras estadounidenses como cualquier recién llegado y abandonado a su merced. Mi parte favorita fue cuando es elevadorista en un hotel, porque después de eso parece que el único que conoce el rumbo es Kafka y la novela, ya todos lo sabemos, está inacabada. 

Interesante trabajo que, a mí, me gustó mucho, aunque aun no acabo de decidirme si es porque amo a Kafka o porque sea realmente una de sus mejores obras. Creo que es porque amo a Kafka

La metamorfosis



Sinopsis: La metamorfosis narra la pavorosa transformación de un hombre en insecto. En un ambiente de pesadilla, la novela transmite al lector la sensación de excentricidad y de extrañamiento que asalta al protagonista, quien poco a poco va tomando conciencia de que se ha convertido en un parásito con respecto a sus seres más queridos.

Si después de la primera frase, en la que Gregor Samsa se despierta una mañana convertido en un monstruoso bicho (una cucaracha), consideras que es ilógico, que es asqueroso, que Kafka estaba mal de la cabeza o fumó demasiada mota y el hecho de que escriba sobre una cucaracha gigante no tiene sentido, hazte un favor y no sigas leyendo. Me he encontrado mucha gente a la que este libro no le gusta por ese hecho, otras personas que lo alaban porque no lo entienden (no creo que sea sencillo de entender y aún hoy me sigo preguntando que demonios quería decir Kafka con este trabajo).

Vamos, me he encontrado de todo. A mí me ha gustado, pero no la prefiero por sobre varias novelas de Kafka. A mis ojos, lo mejor que he leído de él sigue siendo El Proceso (novela también inacabada y publicada de manera póstuma), por todo el paralelismo que le encuentro a la burocracia mexicana. La metamorfosis es un libro que, si no te das cuenta y lees a una velocidad más o menos decente, lees en menos de tres horas. Tiene sólo tres capítulos más o menos largos en los que vemos como evoluciona la transformación de Gregor para él y para su familia, que tiene que vivir con el hecho de que el hombre en el que habían depositado todas sus esperanzas económicas, esté convertido en un horrible bicho, incapaz de trabajar. Un libro interesante, que se lee rápido y en muchos casos puede ser calificado como una lectura más bien ligera.

A mí me gustó, sí, pero al ser la obra estrella de Kafka, esperaba un poco más. Por cualquier cosa, un muy buen libro, recomendado.

miércoles, 22 de julio de 2015

Sense8 (o qué fuman las Wachowskis antes de escribir un guion)

Corrección al 2020 (aka el año que recordé que escribí esto): se cambió por las Wachowskis para que coincidiera con el género de ambas hermanas. (Cuando se escribió originalmenta la entrada, una de ellas aun no había iniciado o anunciado su transición). 


La serie es la sensación, eso ni como negarlo. De repente, cuando empezó a pasar la fiebre por la tercera temporada de Orange Is The New Black, la serie estrella de Netflix, Sense8 empezó a salir en todos lados. me harté de verla hasta en la sopa, y como vi a todo el mundo hablar bien y mal de ella (y tenía la firma de los Wachowskis), decidí que la vería porque el concepto, que no acababa de entender, era interesante. 

Debo decir que, para bien y para mal, me llevé una grata sorpresa. Lamentablemente, sigo sin saber qué se fuman las Wachowskis para escribir estas historias, pero volvieron a ganarse mi respeto (ese que perdieron cuando yo vi la segura película de Matrix), así que si vienes buscando averiguar eso, cierra la ventana. Aquí no vendemos droga o promovemos su consumo, por muchas menciones que tenga (en serio, cuenten cuantas veces  hago alusiones a eso). Sense8 tiene un buen concepto, no es para nada una serie mala y tiene un reparto de personajes bastante variado que tiene mucho que ofrecer

Tiene su propio ritmo, supieron darle una consistencia, aunque también sus problemas radican en la cantidad de personajes y en que cada uno tiene, para bien y para mal, su propia historia. Escenarios como la Ciudad de México (grande la escena en el Museo Anahuacalli), distintas partes de Europa, Inda, Corea y hasta África son los que se dan lugar y los que nos cuentan ocho historias diferentes. Sí, ocho. Oyeron bien, no es un chiste. ¿Ya adivinan cuál es el pequeño problema de esta serie? 

No es que abarque mucho, no. Es que son tantos los personajes que el inicio es lento, para darle consistencia a la historia. Pudieron haberlo hecho más rápido, pero reconozco que la historia no habría sido la misma. Nos dan tiempo de conocer a los personajes, empatizar con ellos. Sin embargo, por ello sacrifican el dinamismo y eso puede llegar a cansar. Hay que tener paciencia con la historia y reconocer que no está hecha con las patas. Cada trama está cuidada, cada personaje tiene su importancia y si unos resaltan más que otros en algunos capítulos es porque hacer una historia coral es sumamente difícil.

¿De qué trata la historia? De ocho personas normales, en distintas partes del mundo, cada uno con sus propios problemas, que de la noche a la mañana descubren de de alguna manera (pspíquica) están conectados entre sí y pueden verse, pueden saber dónde está el otro e incluso descubrir las partes más escondidas de la personalidad de cada quien. Para todo lo demás, sólo vean la serie.

No confiaba demasiado en el elenco (de todos, sólo había visto a Doona Bae trabajando en Cloud Atlas, con los Wachowskis ya) y tenía miedo de que las historias estuvieran estereotipadas. Pero no, tratan con cada cultura con el respeto que se merece, rompiendo los clichés (¡no todos los días veo a los latinos retratados así, especialmente, no a los mexicanos!) y tratando temas bastante delicados con una normalidad sorprendente. Mientras que en la India nos muestran a una mujer inteligente, cientifica e independiente, pero también religiosa y creyente, tenemos en Corea del Sur a una mujer que sufre aún por su género y se ve relegada. Es un dato que me pareció curioso, porque a menudo las mujeres en la India suelen tratarse como "oprimidas" y "víctimas" y se olvida que la desigualdad de género llega hasta el primer mundo.


Disfruté especialmente con Lito, por la manera en que está representada su historia: ese miedo perfectamente normal a ver su carrera arruinada si sale del closet y las decisiones estúpidas que toma en base a eso. Me fascina una de sus escenas en solitario, cuando llega a su punto más bajo y ya no le queda más que subir. Sin embargo, el favorito definitivo se lo lleva Wolfgang, el alemán, con un pasado que parece perseguirlo. Me fascina una de sus escenas en el último capítulo de la temporada, nos deja ver realmente con que clase de monstruo estamos tratando, y, sin embargo, siempre nos recuerda lo extremadamente leal que es con sus amigos. 


Recomiendo bastante la serie para alguien que quiera explotarse el cerebro y encontrarse con un montón de personajes variados. Muchos han alabado a Nomi y a Amanita (definitivamente, hacen una pareja con una química increíble); especialmente, creo que el papel de Jamie Clayton es muy bueno en toda la serie, aunque durante los primeros capítulos el guion no le ayuda demasiado precisamente. Deseo ver más de ella y de Sun, quien, lamentablemente, acaba la temporada en un destino incierto. También tenemos a Cepheus, que es el chico bueno, con unos increíbles principios y que me hace creer en esa frase de "los buenos somos más". 

La historia en sí es complicada y no sabemos demasiado sobre los sensates (personas como nuestros protagonistas) porque vamos descubriendo qué es todo el asunto conforme ellos lo van haciendo. A algunos quizá eso no les parezca lo más atractivo, pero creo que es así cómo se nota que quien escribió el guion sabe qué clase de historia quiere contar. Se enfocan en construirla, en plantar cada una de las piezas para dejarlas caer en el último momento. Creo que el final es perfecto para una segunda temporada, pues cierra algunas tramas y deja otras interrogantes por resolver, además de muchas preguntas acerca de la naturaleza de los sensates

Ojalá a Netflix le de por renovarla y a la gente por verla. Porque una serie sin público, pues poco es. Desde ya, yo la recomiendo.

lunes, 20 de julio de 2015

La casa en Mango Street, Sandra Cisneros | Reseña

Sinopsis:
La casa en Mango Street es la extraordinaria historia de Esperanza Cordero. Contado a través de una serie de viñetas —a veces desgarradoras, a veces profundamente alegres— es el relato de una niña latina que crece en un barrio de Chicago, inventando por sí misma en qué y en quién se convertirá. Pocos libros de nuestra era han conmovido a tantos lectores.

La casa en Mango Street es un libro diminuto. Pequeñísimo. Apenas tiene 110 páginas según Goodreads y se lee muy rápido, pues está dividido en pequeñas viñetas que retratan, desde los ojos de Esperanza, como es la vida en Mago Street y cómo es su vida. A partir de las viñetas la vemos hacer amigas, enfrentarse al mundo exterior, a Mango Street y decirnos que su nombre no le gusta. Todo visto desde su inocencia, claro, las idas y venidas de sus vecinos, cómo llegan y se van.
Sandra Cisneros es chicana. Latina originaria de Estados Unidos, gente con costumbres propias (lo más famoso, el Cinco de Mayo), que no son propiamente ni americanos, ni mexicanos. Retrata ese ambiente en un libro tan pequeñito que, de alguna manera, te hace sentir parte. Las viñetas casi siempre son pequeñas y conocemos a multitud de personajes. Unas chicas se casan por sólo huir de su padre y se encuentran con un esposo que no las quiere dejar salir a la calle; otras viven encerradas porque sus esposos creen que son demasiado bonitas y podrían huir... Otros viven con la añoranza de regresar a sus ciudades de origen a sus pueblos, a los lugares donde de crecieron y se niegan a aprender inglés del todo. Las historias se entrelazan todas en los ojos de Esperanza, que simplemente nos cuenta cómo son las cosas en un entorno al que no quiere pertenecer. 

La casa en Mango Street no es una casa que pueda llamar casa, según ella, que ya se ha enfrentado a las miradas de pena al señalar los lugares en los que ha vivido. Necesita una casa blanca, con jardín y árboles, para poder llamarla casa. Por lo pronto, está en Mango Street y una parte de ella siempre se quedará en Mango Street.

Los ojos tienen miedo del barrio, dice, pero es que no lo conocen. Allí todo es, dentro de lo que cabe, tranquilo. Un chico les da un paseo en un coche robado y los hace bajar cuando oye las sirenas,  un viejo paga dólares a cambio de besos. Allí es donde Esperanza ve nacer su pubertad y su adolescencia. Por su manera de narrar, todos los personajes se vuelven de carne y hueso a tus ojos, todo se vuelve creíble, las situaciones, que podrían ser tan desgarradoras (y muchas veces lo son), se narran con sencillez, porque Esperanza no tiene otro modo de narrar las cosas. 

Retrata muy bien un modo de vida que yo apenas conozco de palabras. La mitad de la familia de mi mamá está en Estados Unidos. Y llegaron así como Esperanza, probablemente a un lugar mucho menos acogedor que Mango Street

Como detalle, me encantó encontrarme entre las páginas con ese:

dos y dos son cuatro
cuatro y dos son seis
seis y dos son ocho
y ocho dieciséis.
 

Una versión diferente a la que conozco, porque todas las versiones son distintas, pero es un juego que conozco de toda la vida y que se seguirá jugando, pase lo que pase. 

El libro, en general, me ha encantado. La voz narrativa es definitivamente su mejor cualidad, una delicia. Esa inocencia (y un poco pérdida de ella) a la que se enfrenta Esperanza, ese mundo en el que vive y nos presenta cómo si no fuera la gran cosa todo lo que pasa con su familia. Viven en un barrio donde dos cada de tres noches alguien muere baleado, y si no es allí, al menos es cerca. A veces no los reclaman, porque su familia está lejos, muy al sur. Esas familias que nunca sabrán que fue de los suyos, porque un día se fueron al norte y nunca volvieron a saber de ellos. 

A ver, por si no lo he dejado ya suficientemente claro: el libro es precioso. Precioso en mayúsculas y con neón. Yo me lo leí en una madrugada, pero como eso no suele ser identificador de nada (porque yo me leo hasta malos libros en poco tiempo), pues diré que, el tiempo que estuve leyendo, no sentí deseos de levantar la vista.  

De verdad, se lo recomiendo a todo el mundo. A quien quiera oírme. Es un libro que no es del todo feliz, con muchas partes desgarradoras, que te deja con sentimientos encontrados. Porque algo tan triste no puede ser tan bonito.