Divagaciones de una Poulain
by Nea Poulain

viernes, 4 de diciembre de 2015

Dido para Eneas, María García Esperón | Reseña

Sinopsis: Tras la muerte de su padre y el asesinato de su esposo, Dido debe retomar fuerzas para fundar una nueva ciudad y lidiar con el asedio amoroso de Jarbas, rey de la tribu libia de los gétulos. Cuando el héroe troyano Eneas llega al recién erigido puerto de Cartago, la reina Dido se enamora de inmediato de él. Durante un tiempo gozan de su mutuo amor, pero los dioses, con sus caprichosos designios, tienen otros planes. Conoce esta historia narrada por la protagonista mientras te adentras en uno de los más apasionantes episodios de la Eneida.

Dido, también conocida como Elisa de Tiro, aparece como la fundadora de la ciudad de Cártago según fuentes griegas y romanas. Su origen varía según los mitos y las obras, pero todas coinciden en que, en Fenicia, Dido se casó con Siqueo, un sacerdote del Templo de Melkart en Tiro que escondía un tesoro que Pigmalión, el hermano de Dido, codiciaba. Después de la muerte de Siqueo, y al saberse usada por Pigmalión, Dido huyó a África, para fundar Cártago (en la actual Túnez), una ciudad consagrada a la diosa Tanit (en su versión fenicia, Astarté, o para otros: Venus). Es allí dónde se encuentra con Eneas, sobreviviente Troyano, hijo de Venus, que le pide asilo, y queda sellado su destino

Dido frente al espejo
Según el mito, Venus convence a Cupido para que haga que Dido se enamore de Eneas y no lo traicione, aun sabiendo que Eneas tendrá que abandonarla después. Este libro es la historia de Dido y su amor por Eneas. Es un libro pequeñito, de esos que se leen en un día y que yo hice durar leyendo de un capítulo en un capítulo hasta que ya no pude hacer que sus páginas me duraran más tiempo. La historia de Dido está contada al modo de los cuentos antiguos, donde existía el amor a primera vista y los dioses dictaban el destino de los mortales. Tiene un lenguaje curioso, un detalle que me pareció un detalle digno de mencionar: los diálogos y los pensamientos recuerdan a épocas antiguas, pero este es un libro para niños y es por eso que, a la vez, el lenguaje es simple y perfectamente entendible. 

El libro, además, está adornado por las ilustraciones de Omar Urbano, que son preciosas. Es una de las cosas que más me gusta de Ediciones el Naranjo, todos sus libros son ilustrados y parece que siempre dan con el ilustrador perfecto para cada uno de sus libros. No soy una experta en arte, pero las ilustraciones de este libro sí que tienen mi manita arriba de aprobado.

Este es un libro de esos que empiezan por el final. Ya saben, uno de sus pequeños desgraciados que te adelantan el final en la página uno y el resto del libro te preguntas cómo demonios llegaron a eso (a menos de que conozcas la historia de Dido y de Eneas, con lo cual, en ese caso, el final que no contaré no es ninguna sorpresa). Empieza con una carta de Dido, dirigida a Eneas, que tiene un tono un tanto extraño: parece que está llena de amor, pero a la vez es triste y desgarradora. Una combinación que funciona muy bien, créanme. 

Dido y Eneas, mirando Cártago
Te maldigo y no quiero maldecirte. Te amo y no quiero amarte. He tenido tus caricias y ahora tendré el filo de tu espada.
(Dido a Eneas).
Les presumo mi firma
Los personajes del libro recuerdan a los personajes de los antiguos mitos griegos, a los personajes de la Íliada, la Odisea y, por supuesto, la Eneida. Sus diálogos y sus acciones, todo recuerda a esos viejos personajes y a esas historias. Es increíble lo vigentes que pueden ser las viejas leyendas y los viejos mitos: sobre ellas se siguen escribiendo libros, historias, se siguen escribiendo versiones diferentes, una tras otra, quizá intentando entender el mito, volverlo real, simplificarlo o volver a contar una historia de otra manera. 

Por supuesto que recomiendo este libro. No se dejen engañar: no es sólo para niños. A pesar de su extensión y de sus ilustraciones es un libro que puede ser disfrutado por todos, especialmente por aquellos que disfrutan de los mitos griegos y romanos y de cualquier lugar. A los que conocen la historia de Dido y quieren revivirla. A los que conocen la de Eneas, y también quieren revivirla. A los que quieren una historia de amor a la antigua. Y si todavía no los he convencido, les dejo el Book Trailer aquí abajo, asegurándoles que este libro vale la pena (y de hecho, cualquier libro de María García Esperón que se les antoje vale la pena). 

Si lo leen, ¡disfrútenlo!


Actualización 25/04: Me grabé leyendo el capítulo 0 de este libro y lo compartí en igtv (probablemente después siga compartiendo más fragmentos). Si les gusta escuchar la lectura en voz alta, pueden verlo en mi perfil de igtv.

miércoles, 2 de diciembre de 2015

Como usar la raya (o guion largo) en los diálogos

Buenos días. Por favor, alcen las manos todos los que aspiran a ser escritores. O que escriben. O que ya son escritores, pero no tienen novela. O escritores en proceso de corregir sus novelas o cualquier cosa. Si quisiera cubrir todas las posibilidades, estaría hablando hasta mañana y no llegaríamos al punto de esta entrada jamás.


Voy a contarles una historia: si me dieran un peso cada que le digo a alguien que vaya a la RAE o busque cómo se usa la raya correctamente para escribir diálogos, ya sería rica o al menos tendría amasada una fortuna considerable. La verdad es un tema que me frustra mucho porque yo recuerdo que aprendí por repetición y por correcciones, leer manuales me ayudó poco o nada, también porque tenía trece años y una increíble falta de paciencia.

ADVERTENCIA PARA NAVEGANTES: No soy una erudita de la lengua española, sólo una ñoña que revisó toda la Ortografía de la RAE para aprender a puntuar. Soy humana y, como tal, tengo errores. (Y todavía me sorprende tener que especificar eso...)

Así que... ¡empecemos!


Para empezar, hay mucha gente que no conoce ni el guion largo (o raya) o espera que aparezca mágicamente cuando usa el guion corto (-) o el guion que no es tan largo del que me olvidé su nombre (–) o hasta el guion bajo ( _ ). No se burlen, conocí a alguien que escribía los diálogos con el guion bajo. Bueno, el guion largo o raya es este (―) y con él se escriben los diálogos; no valen las comillas inglesas, ni las francesas, ni cualquier otra cosa que se les ocurra. Estamos escribiendo en español

¿Cómo lo obtienen en el teclado? 

En Windows: Alt+0151.
En Mac: Alt + Shift + guión corto (-).

También pueden copiar y pegar, un patrón de auto corrección, un atajo en el teclado, lo que quieran. Aunque eso se los debo para otra entrada porque esta ya me va a quedar lo bastante larga. Sin embargo, creo que uno de los problemas principales de la mayoría de la gente es que no sabe dónde encontrar la raya y usan el guion. ¡Me he encontrado libros editados con guiones cortos! ¡GUIONES! (Desearía que fuera una broma).

Bueno, para empezar, la primera regla que se tienen que aprender, es que las rayas nunca van separadas de las palabras. Nunca. Jamás. En serio, jamás en la vida. En el caso de que estemos iniciando el diálogo, la raya va pegada a la primera palabra de lo que va a decir nuestro personaje. 
Así:
―Vine por el anuncio. ¿Fitzwilliam Harper?
No así:
― Vine por el anuncio. ¿Fitzwilliam Harper?
En este caso tenemos una intervención simple, sin ninguna clase de acotación por parte del narrador. ¿Qué hacemos cuándo hay acotaciones del narrador? ¿A qué palabra pegamos la raya? ¿A la de la acotación? ¿A la del diálogo? ¿O hay un espacio? Bueno, bueno, antes de entrar en pánico, la raya va pegada a la primera palabra de la acotación del narrador. Además de que la acotación se iniciará con minúscula si el verbo que continúa es un verbo comunicativo (por ejemplo, hablar, contar, decir, preguntar, inquirir, etcétera) o si no hay ningún punto antes. Y por ningún motivo, si el diálogo no continúa, tenemos que poner otra raya al final. ¡Por ningún motivo!
Así:
―¡Usted me dijo que viniera! ―reclamó Kane.
No así:
―¡Usted me dijo que viniera!― reclamó Kane.
Tampoco así:
―¡Usted me dijo que viniera!―reclamó Kane.
Mucho menos así:
―¡Usted me dijo que viniera! ―Reclamó Kane.
Menos así:
―¡Usted me dijo que viniera! ―reclamó Kane.
Si el diálogo continúa después de la acotación o intervención del narrador sí tenemos que poner la raya que va al final de la acotación, aunque esta vez no va pegada al diálogo, sino a la última palabra de la acotación del narrador.
Así:―¡Usted me dijo que viniera! ―reclamó Kane. Pues aquí estoy.No así―¡Usted me dijo que viniera! ―reclamó Kane―Pues aquí estoy.
En medio de un diálogo, pueden hacer las acotaciones del narrador que crean necesarias y todas siguen las mismas reglas que ya enuncié arriba. Además, después de una acotación del narrador no es obligatorio poner un punto y seguido; por ejemplo, se pueden poner comas, puntos y comas o dos puntos (e incluso se puede no poner nada) según se ajuste a la oración que están utilizando. Lo único que nos se pone después de la acotación del narrador, sino en el mismo diálogo son los puntos suspensivos, para marcar aun más la pausa. 
Ejemplos
―La señorita rubia que estaba allá ―se corrigió― le manda esto.
―Gracias a Alexis. Yo no estaba rentando nada ―se apresuró a aclarar Harper―; ella nos engañó a los dos.
―No lo sientas ―dijo, rechazando su lástima―, es pasado.
―Pero eras policía… ―dijo Kane―. Podrías haberlo enfrentado.
Muy bien. Ahora, seguramente han visto que, en algunos casos, hay un punto y seguido antes de la acotación del narrador y esta empieza con mayúscula, como si fuera una oración completamente diferente. Esto ocurre generalmente cuando la intervención del narrador no tiene ningún verbo de índole comunicativa (hablar, decir, contar, comentar, responder, preguntar, pedir, etcétera) y no va a hacer ninguna acotación sobre el diálogo en sí, sino sobre las acciones del personaje. La regla no es absoluta, tiene sus excepciones, por supuesto, pero si apenas van empezando analizarlo de esa manera va a ayudarles mucho (al menos a mí me sirvió). ¿Quieren ver algunos ejemplos? Las reglas para poner las rayas (o guiones largos) son exactamente las mismas. Nada varía
Algunos ejemplos:
―Ah, tú también estás aquí. ―Se asomó y vio a Kane―. Y el periodista. Maravilloso, sencillamente maravilloso.
―¿Qué puede merecer que se roben el corazón de las personas? ―No solían tocar demasiado el tema, pero los últimos días salía hasta en la sopa.
―Maldición, Kane, parte de la magia de la exposición es que esté aquí precisamente. ―Roni había hecho un énfasis especial en la palabra aquí.
¿Ya todo les parece más fácil? No se preocupen, ya casi acabamos. La raya tiene muchos, muchísimos usos y escribir diálogos quizá no es tan simple como yo se los estoy poniendo aquí. Estoy sintetizando lo más sencillo como una introducción para aquellos que no tienen ni idea de sus usos. Escribir diálogos es algo increíblemente flexible, pueden ser tan largos como ustedes quieran, pero siempre recuerden que tienen que ser naturales, tener tantas acotaciones como sea necesario para el narrador o para la historia. Así que seguramente se han encontrado con el siguiente problema: ¿qué carajos se hace cuando sus diálogos tienen más de un párrafo? ¿Se abre otro guion? ¿No se marca nada? Bueno, se hace así: 
―Lorem ipsum dolor sit amet, consectetur adipiscing elit ―el narrador dice algo―, nunc sit amet est nunc. Mauris tincidunt ipsum a mi vehicula, in mollis nisi tincidunt. Aliquam sagittis nisl tortor, ut aliquam urna sodales quis. Cum sociis natoque penatibus et magnis dis parturient montes, nascetur ridiculus mus.
»Sed nec orci nibh. Suspendisse hendrerit, tellus vel pharetra hendrerit, felis enim placerat risus, nec tincidunt elit orci et magna. ―Otra acotación de narrador―. Nunc aliquam id ligula a feugiat. Mauris consequat vel enim tristique pretium. Aenean gravida nibh nisl, sed auctor nisi condimentum et. Vestibulum non elit tempus, convallis ipsum et, euismod velit.
Sí. se ponen las comillas angulares de cierre al empezar el segundo párrafo del diálogo. Ojo, son las comillas angulares de cierre (») no dos signos de mayor que (>>); sí, me sigue desconcertando la gente que las confunde. La única diferencia es esa, todo lo demás es igual a como les puse allá arriba.

Pues bien, de momento eso fue todo. Mi fuente es la Ortografía 2010 de la RAE, que pueden consultar en la página de la RAE... o haciendo click en el link que ya les dejé. La raya o guion largo tiene muchos otros usos (listas, a modo de paréntesis, etcétera) y si la consultan pueden encontrar muchos más ejemplos de diálogos mucho mejor explicados que lo que yo les dejé aquí for dummies. Si tienen dudas o quieren que agregue algo más (siempre que tenga que ver con el uso de la raya en los diálogos), pónganlo aquí abajo en los comentarios y por supuesto que puedo poner más ejemplos. 

lunes, 30 de noviembre de 2015

Recuento de los daños | Noviembre 2015

Bueno, noviembre fue, de nuevo, un mes fructífero. Tanto para escribir, como para leer y hasta ver series. Estoy orgullosa de ello. La tarea que tengo pendiente para mañana, no. Bueno, este mes leí bastante, otra vez, lo que me está dejando bastante atrasada con las reseñas, pero espero ponerme al corriente esta semana ya por fin. Para los que tengan curiosidad, no, no acabé el NaNoWriMo. Aun pienso escribir hoy un poco más, pero dudo hacer 25K palabras para hoy a las doce de la noche, así que ni modo. De todos modos, la verdad es que disfruté y que seguiré escribiendo hasta acabar lo que estaba escribiendo. Al fin y al cabo, voy justo en la mitad. 

La peste, Albert Camus


Bueno, esto fue lo que salió en el Club de Lectura del foro La Noble y Ancestral Casa de los Black, así que lo leí con mucho gusto (aunque no me ayudó a tachar otro nombre de mi lista de premios Nobel, yo ya había leído a Camus antes, con El extranjero, libro que adoro y que leería mil veces más si es necesario). Me gustó mucho y tengo pendiente la reseña, pero creo que seguirá así un tiempo más. Hay cosas de ese libro que todavía necesito acabar de digerir por lo complicado que puede volverse un tema tan simple. Hay una parte, en especial, que llama la atención al principio, en donde se habla de la separación de las familias y los amantes por el cierre de la ciudad y de como, en cierto modo, son esas las personas más afortunadas porque tienen algo a lo que aferrarse para no caer en la desesperanza. 

The Thing About Jellyfish, Ali Benjamin


Un libro mono, no para cambiar la vida (lamentablemente), pero sí muy interesante, con protagonistas muy sólidos y una historia más o menos que se mantiene y no pierde ni el ritmo, ni el sentido en ningún momento. La protagonista está decidida a no hablar después de perder a su mejor amiga, que se ahogó. Apenas tiene doce años y nadie la quiere particularmente en la secundaria a la que va. Además, el hecho de que no hable más que lo imprescindible no le ayuda mucho. Es un libro sobre el duelo, la pérdida, la culpa y las despedidas que, además, tiene una gran cantidad de medusas y me recuerda a una película un poco cliché de Hollywood. Es un buen libro, pero no diría que algo increíble o que me haya cambiado la vida.

A Little Life, Hanya Yanagihara


Este libro es maravilloso (o muy macabro, según el punto en el que se mire). Es un tocho de casi ochocientas páginas más o menos (yo lo leí en el kindle y eso fue lo que calculó) que habla de la vida de cuatro neoyorkinos a lo largo de sus veintes y sus treintas y sus cuarentas y más allá. Toca temas muy complicados y no aptos para los sensibles pero creo que, de entre los clichés, lo hace bien y con mucho respeto; no busca ser políticamente correcta, así que no esconde los temas o tiene pelos en la lengua, pero tampoco le falta sensibilidad a la hora de tratarlos. La autora no se toca el corazón con ninguno de sus personajes y es una experta en el maltrato personajil y es por eso que creo que la mayor virtud del libro es que sus personajes no necesitan darte lástima para que los aprecies.

La reina roja, Victoria Aveyard


Peor libro del mes. Sin dudarlo ni un tantito. Hubo otros flojos, aburridos, quizá que no cumplían su cometido o que no acabaron de cuajarme, pero esto fue lo peor. Primera nota para las editoriales: necesitan un buen corrector de estilo y si no lo tienen, por favor, ni publiquen cosas. Este libro es divertidísimo si lo ves con ojos de que sabes que vas a leer una porquería, porque de otro modo no hay manera de disfrutarlo. Personajes planos, narración con errores básicos de puntuación, trama inconsistente, un núcleo que cambia cada dos páginas y no se sostiene. Además de que parece ser un mal refrito entre otros libros de actualidad. Y es un mal refrito. (Y tener una nula edición. No porque tengan las ventas aseguradas pueden hacer una edición con las patas).

Fates and Furies, Lauren Groff


Este libro está entre los mejores del año en Amazon. Creo yo que incluso es calificado el mejor del año y aunque para mí no merece semejante honor, no voy a decir que es un libro malo. De hecho, me pareció un libro magistral. Muy entretenido, muy poético y con personajes muy interesantes. Llama la atención especialmente el marido, un hombre que tiene la firme idea de que las mujeres son menos creativas (o no tan creativas) porque tienen hijos y en eso gastan su creatividad. Majestuosa la reacción de su mujer, que ha elegido no tener hijos, cuando le salen con eso. En fin, que el hombre ama a Mathilde (y ella lo ama a él), pero tienen unas ideas idiotas una vez cada tanto (y lo mejor es que la autora no lo justifica, la historia no lo justifica y el resto de los personajes no lo justifican). 

Trigger Warning, Neil Gaiman


Yo nunca nunca había leído a Neil Gaiman. Lo sé, es una confesión complicada. Había visto la película de Coraline y el capítulo al que le había escrito el guion de Doctor Who (The Doctor's Wife, muy de su estilo), pero no había leído nada, absolutamente nada de él. Así que cuando lo vi nominado en los Goodreads Choice Awards con esta antología de relatos creepys y no tan creepys decidí que tenía que remediar el asunto y me puse a leer. Realmente Neil Gaiman sabe contar historias, de eso no hay duda. Y en este libro hay poemas, hay historias fantásticas, historias que más parecen de terror y hasta una historia de Doctor Who que fue tan buena que hasta le perdoné que fuera con el Onceavo Doctor y Amy Pond (no, no me gusta Amy Pond). 

Our Souls at Night, Kent Haruf


Me llamaba por la premisa. La gente mayor no suele protagonizar muchos libros y mucho menos llegar a ser reconocidos como los mejores del año, aunque sea en Goodreads. Pero este libro es un cliché sobre la gente mayor y no me gustó del todo. Sí, retrata la cruel realidad de cómo los hijos o los jóvenes ven como inmoral que sus padres o sus abuelos vuelvan a tener una relación romántica después de viudos, lo cual hace al libro un libro con una trama frustrante por momentos y que te hace pensar en ese sentido, pero en todo lo demás le faltaron... no sé, ganas, emoción, trama, núcleo, ¡personajes bien construidos! ¡Algo! Un libro ni bueno, ni malo, sólo un poco insulso, que seguramente no recordaré demasiado.

Dido para Eneas, María García Esperón


¡Por fin leí el libro nuevo de María García Esperón! Es una de mis autoras favoritas, claro que sí, y este libro es aun más pequeño que los dos últimos. Narra la historia de Dido, reina de Cártago, que huyó de Fenicia de su hermano y se topó con Eneas en el camino, sobreviviente de la guerra de Troya (ese niño con cara de imbécil al que, en la pésima adaptación de Troya, Paris le da su espada), que tiene que fundar una ciudad por designio de los dioses. Dido se interpone en su camino. Si ya saben como acabó la historia (yo sí, desde hace mucho tiempo), probablemente se pregunten como una historia tan triste puede ser una historia de amor tan hermosa, pero les juro que vale la pena. 

Higiene del asesino, Amelie Nothomb


No sé si una de mis autoras favoritas, pero sí va camino a convertirse en una. Higiene del asesino es el segundo de sus libros no autobiográficos que leo. Hasta ahora, uno de los mejores. El humor de Nothomb es especial, no es de esas cosas con las que te vayas a reír demasiado y todo el tiempo, pero no hay duda de que tiene un sentido del humor increíble. Su protagonista, un escritor que nunca ha concedido entrevistas, disfruta mareando a los pobres periodistas, odia a todas las mujeres porque son lo más feo de la creación, está convencido de que nadie lo lee porque deberían suicidarse si lo leyeran de verdad. Para acabar, es obeso mórbido y odia las preguntas sobre su infancia. Si quieren saber por qué el libro se llama Higiene del asesino, deberán leerlo. Vale la pena.  

Coraline, Neil Gaiman


Pues bien, tenía que seguir leyendo a Gaiman después de lo que me había gustado su otro libro así que decidí continuar por Coraline porque ya había visto la película y conocía la historia. Los cambios son muchos, pero la esencia es la misma, aunque yo misma me sorprendí de que la atmósfera en el libro es aún más oscura, pues la película ya me parecía demasiado disturbing. Neil Gaiman cuenta una historia que no es muy para niños en un libro juvenil y lo hace perfectamente. Me encantó y después de ese libro decidí que seguiría leyendo a Gaiman porque Coraline era impresionante. Los personajes extravagantes y el terror que causa La Otra Madre se sienten y Gaiman ni siquiera tiene necesidad de adornar sus libros con una prosa recargada.

El libro del cementerio, Neil Gaiman


Esto ya fue una casualidad, porque no me gusta mucho leer muchos libros de un mismo autor muy seguidos o siento que acabo saturada. El libro del cementerio es bueno, de eso no me quedó duda, pero creo que lo hubiera disfrutado más tras un descanso, así que lo releeré cuando no tenga a Gaiman en todas partes. La atmósfera también es extraña, un poco retorcida, pero creo que este libro si es mucho más infantil y juvenil que Coraline. También tiene lo suyo, claro, si no, no sería un libro de Gaiman. Además de que la trama es muy original: un niño sobrevivió a un asesinato múltiple y ahora es ciudadano honorífico del cementerio. Lo crían los fantasmas, le enseñan todo lo que necesita saber (excepto a relacionarse con los vivos) y lo cuidan.

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