Divagaciones de una Poulain
by Nea Poulain
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domingo, 7 de julio de 2019

La aprendiz (Crónicas del mago negro #2), Trudi Canavan | Reseña

Sinopsis: Sonea es la única aprendiz del gremio de los magos que no proviene de una familia rica y poderosa, pero eso no le supone ningún problema mientras cuente con la protección de Rothen y Dannyl. Sin embargo, cuando empiezan a circular ciertos rumores malintencionados sobre Sonea que obligan al Gran Lord Akkarin a intervenir, la intrépida aprendiz se encuentra ante una difícil disyuntiva: ¿debe mantener oculto el oscuro secreto del Gran Lord o, al contrario, ha llegado el momento de sacar a la luz una terrible verdad?


Después de leer el primer libro tuve una sospecha. Ahora que acabé de leer el segundo libro, la confirmé: esta trilogía no debería ser una trilogía, sino un libro solito. Un tochaco, pero un libro sólo, al fin y al cabo. Noto que la trama relacionada con el mago negro es la principal y que todo lo demás es accesorio para rellenar espacio. La aprendiz es un libro muy largo para la trama que tiene (El gremio de lo magos, por otro lado, ya dije que se sintió desaprovechado en algunas cosas porque el descenlace pudo ser mejor y la relación entre las clases de Kyralia pudo haberse explotado más). Hasta ahora, la trama individual de cada libro no merece todas las páginas que le dan, parece que se va arrastrando como puede mientras el resto del libro se dedica, sí, al mago negro y al misterio que esconde. Lorlen, el administrador, Rothen (por momentos) y Dannyl, todos, están inmersos en la trama que concierne al mago negro y Sonea... bueno, Sonea está ahí. Es tan triste lo accesorio que es que por más que le han buscado que hacer, queda muy opacado por los demás. Pero a ver, como dijo Jack el destripador, vamos por partes. 
 
Sonea en este libro
Cosas que se me hubieran ocurrido a mí para que Sonea no fuera sólo un accesorio durante el libro: que se empezara o se intentara resolver el misterio de dónde viene su magia (porque es lógico que alguien se lo pregunte, especialmente ella), que su investigación sobre los pasadizos de la universidad tuviera mucho más peso, porque al final queda en nada, que se explorara más su relación con el Gran Lord Akkarin (o que investigara aunque fuera infructuosamente sobre él). Lo triste de la trama de Sonea es que se reduce al bullying. Regin, el antagonista del libro, es, al igual que Fergun, en el libro pasado, un antagonista penoso. No es que esté mal construido, porque sus motivos son muy claros (existe mucha gente como él en el mundo real, decidida a hacer que los que considera inferiores lo pasen mal) y es entendible su forma de ser, pero no pasa ser ser un reflector para que veamos lo buena persona que es Sonea. Regin es literalmente El Aluminio (¡hay un tipo de personaje que se llama así y yo no lo sabía! Lo aprendí en un video ensayo sobre Mr. Peanutbutter de Bojack Horseman), cosa que se explica acá (El Aluminio es ese personaje que existe para resaltar las características de otro, ya sea positivas o negativas; por ejemplo, Draco Malfoy es un personaje de ese tipo hasta antes del sexto libro de Harry Potter). Regin y Sonea comparten algunas características (son magos fuertes, son inteligentes, estudiosos y dedicados) y contrastan en muchas otras (Sonea viene de las barriadas, es losde y no encaja entre los magos; Regin es todo lo contrario). La presencia y actitud de Regin nos recuerda que Sonea es buena persona, que no es cruel y que desencaja en el Gremio. Como si fuera un aluminio puesto detrás de una piedra preciosa para hacer destacar un poco más sus características (y he de ahí el nombre del tipo personaje). ¿Entonces, de dónde viene mi queja?



A ver, Regin me parece un villano patético. De todo el juego que podría dar, es un personaje mayormente plano (y a ver, esto per se no es malo, que un personaje sea plano significa que no evoluciona o cambia) con motivaciones demasiado simples. Me hubiera gustado que, o fuera alguien que evolucionara (para mal habría sido muy interesante, ¿hasta dónde sería capaz de llegar para demostrarle a Sonea que no pertenece?) o que sus motivos hubieran sido más complicados y contradictorios como los seres humanos (por ejemplo, que hubiera sido más explicito el conflicto que le causa que Sonea sea buena en la magia al mismo tiempo que está convencido de que es inferior, porque así funciona el mundo). El primer libro mostraba mucho esta clase de cosas, aunque sutiles, estos conflictos interiores. Aquí es todo más blanco o negro y no hay matiz alguno (aunque bueno, yo voto porque las barriadas armen su ejército revolucionario, dinamiten el gremio y pongan a los magos verdaderamente al servicio del pueblo y no del rey) y, por eso, Regin no pasa de un villano patético y de relleno. Es relleno porque el verdadero villano (o no, quien sabe, todo es muy misterioso) es otro. La trama principal de la trilogía brilla mucho más, aunque este libro sólo se dedique al desarrollo, sin cerrar ni un sólo hilo argumentativo (por eso digo que hubiera sido mejor que toda la historia fuera un libro autoconclusivo, porque la estructura narrativa da para eso).

Yo a Regin

Bueno. Hablando de la trama principal, ahora quiero tratar cosas que mejoraron con respecto al primer libro. Dannyl tiene mucho más espacio de brillar (y Rothen queda opacado, una lástima). A través de sus ojos conocemos el resto del mundo que ha creado Trudi Canavan (que la verdad es que no invirtió demasiado en matices con las descripciones de sus reinos, pero bueno, no diré nada de eso todavía, quiero esperar a la conclusión). El personaje que acompaña a Dannyl, Tayend of Tremmelin es tremendo personaje, me encanta el desarrollo que tiene (aunque la verdad es que Trudi Canavan no sabe escribir slowburns amorosos, uno se huele desde el principio lo que está pasando, pero no hay tensión alguna y los diálogos en esas cuestiones siempre salen forzados, no sé que le impide ser más natural). Debo confesar además que me sorprendió encontrar alguna clase de representación LGBT en este libro porque no es algo común en la fantasía y me parece que Canavan tuvo mucho cuidado con como la introducía. El libro se publicó originalmente en el 2002 y en ese entonces que yo recuerde, la fantasía siempre se promovía como algo de chicos (muy muy fuertemente), todavía estábamos oyendo de cómo los libros de fantasía eran satánicos (especialmente, este tipo de libros, que hablaban de magia negra y esas cosas) y los libros con contenido LGBT nunca eran para jóvenes. La trama que toca esos temas es interesantes y creo que da para el debate y, sobre todo, nos muestra un panorama diferente en la literatura fantástica al que conocemos ahora (donde existen libros como The Priory of the Orange Tree, por ejemplo). 

Por otro lado, Dannyl es el personaje por medio del cual exploramos cosas que tienen que ver con la magia y el pasado del Gran Lord Akkarin, lo cual vuelve su trama de lo más interesante. Agrega cosas al mundo que ya conocemos y pues, todo bien por ese lado. Akkarin es un misterio y un personaje muy críptico, necesito saber mucho más de él. Y cuando digo mucho es mucho. Justo si el tercer libro me da mucho material me encantará. Pero necesito información, estoy así:

  
Bueno, ese es el libro, un extraño desastre narrativo lleno de relleno, que arrastra sus tramas como puede. Voy a acabar la saga porque pues ya sólo me falta un libro y no pierdo nada. Pero que quede claro que yo dinamitaba Kyralia porque es un sociedad con todo lo malo que tiene una sociedad de clases (o sea, Canavan la armó muy bien) y eso es justamente lo que me gusta. En el fondo se puede adivinar alguna crítica, aunque por como la esritora maneja el tema, no espero un cambio muy significativo para el final de la saga, a ver con qué me sorprende. Esta vez no se si recomendarles el libro porque admito que hay cosas que tienen potencial, pero les juro que se me hizo super cuesta arriba leerlo todo y sufrí un poco porque sentía que la trama de Sonea no servía para prácticamente nada (no me equivoqué, aunque fue un alivio ver que le ayudaba aunque fuera a desarrollarse un poco como personaje) y porque todo el mundo iba dando tumbos por ahí con la excepción Dannyl. Por cierto, hay un misterio de asesinatos, pero ni lo menciono porque no tiene prácticamente ninguna relevancia en el libro (considerando el tiempo y las páginas que les dan), supongo y espero que serán para la secuela.

Nos vemos en la próxima reseña. 

martes, 25 de junio de 2019

El gremio de los magos (Crónicas del mago negro #1), Trudi Canavan | Reseña

Sinopsis: Cada año los magos de Imardin se reúnen para realizar, junto con la guardia real, una gran purga en las calles de la ciudad: la vacían de vagabundos, pícaros y maleantes. Son maestros en las diversas disciplinas de la magia, y saben que nadie puede oponérseles. Pero su escudo protector no es tan impenetrable como creen.
Porque Sonea, una joven que vive en la calle, está furiosa tras ver que su familia y sus amigos van a ser expulsados de la ciudad. Toda la rabia acumulada por años de injusticia va concentrada en una piedra que Sonea lanza contra las fuerzas del orden. Para sorpresa de todos, la piedra atraviesa la barrera invisible y derriba a uno de los magos.
El peor de los temores del gremio se ha hecho realidad… hay un mago sin educar en las calles. ¡Un mago fuera de la nobleza! Deben encontrar a Sonea cuanto antes, porque se trata de una persona con un poder enorme que, descontrolado, representa una amenaza tanto para quien lo posee como para el resto de la ciudad.

Hum, la manera en la que está planteadas las clases de esta sociedad es lo bueno del libro. ¿El resto? Bueno, vamos a analizarlo. O sea, no creo que sea malo, sólo creo que no entiende muy bien cuál es su núcleo y que de repente hay cosas que no son necesarias. Un montón de cosas que en realidad no son necesarias. Bueno, voy a empezar por las partes buenas o las más interesantes para luego desmenuzar el resto en paz (y porque siempre es más bonito oír lo bueno al principio). Como cuando quiero hacer análisis de varios temas, voy a ir separando la reseña por temas. 


La sociedad de clases


Imardin tiene una sociedad en la que los magos son de los más privilegiados (después del rey, me parece, porque de repente se alcanza a intuir que el rey los usa para lo que cree conveniente). Las grandes casas viven en el círculo interior de de la ciudad (léase, los ricos). Sólo entre ellos hay magos, los demás no tienen posibilidad alguna de entrar al gremio. Por otro lado, fuera de las murallas están las barriadas, donde vive gente más pobre, están los ladrones en los túneles y la gente se gana la vida como puede, son llamados losdes. Los magos los desprecian activamente y los consideran la escoria de la ciudad. Así que, sin sorpresa alguna, los losdes los odian (cosa que los magos no pueden comprender, pobrecitos) y los odian más un día especial al año: La Purga. Durante la purga expulsan a la gente de la calle de la ciudad, a los pobres, a los que consideran inferiores. (Y luego se atreven a preguntarse por qué los odian, dios mío). 

En fin, si tuvieramos que extrapolarlo al capitalismo, los magos serían la burguesía, los losde, el proletariado. Claro que el capitalismo, aunque se parece mucho, no funciona exactamente como la sociedad de clases de Imradin, que recuerda un poco más al feudalismo (aunque not quite tampoco). Digamos que, en ese caso, las grandes casas serían las casas feudales, siendo los magos los más poderosos entre esa minoría que lo controla todo y el resto los siervos (y todo aquel que no es visto como útil, es expulsado). Es un sistema que me gusta mucho. ¿Qué pasa cuando los magos son la clase privilegiada y sólo aparecen en las grandes familias? Es una idea con la que no se juega tanto, entonces eso juega en su favor. Por ejemplo, en Harry Potter, la sociedad mágica está muy estratificada en clases (mientras más pura la sangre, mejor), pero funciona completamente apartada de los no magos (allí, muggles).  En Memorias de Idhún o Crónicas de la Torre de Laura Gallego, ser mago es algo raro, pero que puede ocurrir en casi cualquier familia y, según en qué escuela en el caso de Crónicas de la Torre, cualquiera puede ganarse un lugar privilegiado (y también, según en que reino, los magos son perseguidos o no). Por ejemplo, en The Priory of the Orange Tree de Samantha Shannon, las magas son perseguidas y, en muchos casos, obligadas a ocultarse. Entonces, está es una idea con la que no me había enfrentado antes y que es interesante.

 Canavan pudo haber jugado mucho más con esa diferencia, explorado más el desprecio de los losde por los magos (especialmente porque toda la primera mitad del libro se prestaba especialmente para ello). Mientras intentan atrapar a Sonea, vemos que el desprecio está justificado, pero que aún así los losdes viven en una contradicción, pues hay algunos que son capaces de traicionar a su propia clase para intentar conseguir el favor de los magos (pista: no consiguen ni mierda). Y como pasamos tanto tiempo con Sonea de un lado a otro, huyendo, adentrándose entre los ladrones, buscando escondites, que Canavan hubiera jugado mucho más con este enfrentamiento entre una clase y otra (losdes y magos) me hubiera gustado mucho más. De repente, sólo tenemos atisbos. En fin, de todos modos, la manera en la que la autora presenta este antagonismo es el punto fuerte del libro. Punto a favor. 

La primera plática entre Lord Rothen y Sonea es especialmente clara en ese respecto. Rothen entiende por qué los desprecian, pero no hace nada por cambiarlo. Se convence con que algo podría cambiar mientras juega dentro del sistema (especialmente porque Imradin mantiene un férreo control sobre los magos de otras regiones y sobre los suyos propios: es como el ejército y, aunque se dije que los magos existen para ayudar a la gente, en realidad son un brazo del rey). Rothen intenta explicarse La Purga de manera que tenga lógica, pero Sonea le hace ver que las cosas no son blancas o negras y que aunque crean que le están haciendo un favor a la gente... no se lo hacen a nadie. La cosa queda en nada, pero para mí es muy claro que los magos son el brazo represor del reino (aka: la policía, el ejército). En fin, puntos por esa parte. Es muy buena.Y luego el resto

El ritmo, los personajes y el núcleo de la historia


Todo esto se junta. Y crea algunos problemas. Vamos por partes para que les pueda ir explicando todo. ¿El ritmo? Okey, ¿ven que arriba dije que me hubiera gustado que Trudi Canavan hubiera jugado más con el antagonismo entre los magos y los losdes? Es porque hubiera mejorado 10/10 el ritmo de la primera parte del libro. La busca y captura de Sonea se come un buen pedazo como pretexto de mostrarnos el mundo en el que vive (puntos ahí), pero a veces peca de tener relleno (just don't do relleno), personajes que no tienen papel importante en la trama (Harrin, Faren se queda como sombra de cosas que pudieron ser y no fueron, los tíos de Sonea, básicamente todos menos Ceryni) podrían tenerlo y participar más en el ambiente de la historia. A ver, en muchas reseñas he visto que hay quejas porque el principio es muy lento: lo es. A veces hay libros así y punto. Pero este no tendría por qué serlo porque la construcción del mundo tiene demasiado potencial escondido.


Los personajes, bueno..., son normales. Sonea es un poco boba (facts), pero se atisba que es una chica que quiere cosas mejores para su gente, aunque de momento esté obligada a jugar dentro del sistema; Cery es lo más atrabancado que existe en este mundo y tiene potencial; Rothen es listo pero reformista y sin muchas intenciones de cambiar el mundo y Fergun es básicamente más estupido que Doofenshmirtz y su construcción es rara (cosa que se hubiera solucionado con un poco de más insight en él desde el principio, que hubiera aparecido más y que sus motivos fueran más claros, quizá no para el lector, pero sí para la escritora). ¿El mago negro? Realmente ni sus luces, aunque hay algunas pistas.  La mejor construcción es de lejos, la de Rothen. Dannyl, un mago, aprendiz de Rothen, me dejó mucho que desear porque se nota que está ahí para hacer cosas que Rothen no haría y para ser el prop que puede explicarnos cómo es su maestro (mejor que hubieran hecho show, don't tell y hubieran aprovechado el full potential que tenía Dannyl, sobre todo teniendo en cuenta que es un mago capaz de comunicarse con los ladrones). Como nota, diré que me gusta Sonea cuando se enfrenta a los magos e intenta ser unapologetic (sin lograrlo, porque es medio boba) y cuando explica por qué usa el cabello corto o quiere parecer un chico (se ahorra que la molesten). ¡¿PERO Y EL MAGO NEGRO?! Sobre eso voy.


A ver, a la hora de escribir una saga quiero que piensen en ser como J. K. Rowling. Ya sé que ya no es popular y que se volvió un meme, pero por favor, piensen un poco cómo construyó sus libros: hay una trama general que los une a todos (Voldemort tiene un motivo para perseguir a Harry y tiene, además, una agenda para "limpiar el mundo mágico"), pero cada libro tiene un misterio que resolver y una trama. Introducción, desarrollo, climax, final. No parece que hayan cortado tramas a la mitad, o que un libro sólo sea una introducción muy larga. Porque, pese a todo su potencial, eso es lo que es El gremio de los magos: una introducción muy larga con un villano de relleno (en serio, para el final que tuvo, lo es). El climax existe, pero hasta se siente anti climático (¡tantoooo potencial desperdiciado, todo lo que yo hubiera escrito ahí!) y, aunque sí hay cierta sensación de satisfacción con varias revelaciones, todo parece una introducción de 400 páginas a algo más (cosa que, por ejemplo, no parece Harry Potter y la piedra filosofal, ni Juego de Tronos, ni La resistencia en Memorias de Idhún, ni..., muchos libros que abren sagas fantásticas, es más, aunque Ciudad de hueso tiene muchos pecados, no es una introducción demasiado larga).

En fin, como esto tiene potencial, voy a leer los libros que me faltan, aprovechando que están en la biblioteca y voy a seguir comentándolos por aquí. Por lo pronto, ya saben lo que encuentran en El gremio de los magos: una construcción de una sociedad estratificada que resulta muy interesante y mucho potencial. Si les gusta la literatura fantástica, definitivamente los animo a probar por aquí, aunque sólo sea por ver si los llama.