Divagaciones de una Poulain
by Nea Poulain
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sábado, 1 de junio de 2019

Algunas reseñas de autores mexicanos

Hay días que me aburro de tener reseñas pendientes. Hoy es uno de esos días. Veo la lista de libros que quiero reseñar y me abruma ver que leo a una velocidad que no compite con la velocidad en la que pienso las reseñas. A veces tacho algún libro de la lista porque me doy cuenta de que en realidad ya no tengo absolutamente nada qué decir sobre él. Es algo triste, pero ese es casi siempre el destino de los libros que leí sin saber por qué, de los que me acuerdo, porque es muy difícil que se me olvide algo que leí, pero que sencillamente me parecieron tan anodinos que no encuentro nada digno de resaltar, ni bueno, ni malo. Supongo que es un destino mejor que acabar siendo el último ranteo de mi blog o el último libro que use de ejemplo para demostrar cómo no se debe escribir una novela, pero aún así es un destino bastante triste. El caso es que estaba yo repasando la lista de pendientes y, además de tachar unas cuantas cosas que ya no planeo escribir, encontré tres reseñas que definitivamente quería escribir.

Lo único que las une es que todos los libros son de autores mexicanos y pues de alguna manera hay que reivindicar a la literatura nacional y darle su espacio. Ya saben que en este blog todo cabe. Hablo de un millón de temas a la vez, porque puedo y porque quiero. Hay libros de todas las temáticas, para todas las edades y casi para todos los gustos. Yo simplemente devoro todo. Así que, ahora sí, aquí les van, las reseñas, antes de que pase un año y yo todavía no las haya escrito.

Los fantasmas de Fernando, Jaime Alfonso Sandoval


Sinopsis:  Fernando está convencido de que tiene la peor suerte del mundo: murió su perro, se quedó sin escuela, lo dejó la novia, se fracturó la mano y, para colmo, está por heredar un hotel abandonado que ha pertenecido a la familia de su padre, a quien no ha visto en años y quien se encuentra muy enfermo. Como no tiene nada que perder, decide acompañar a su tía y a su primastra a Costaverde para recibir la herencia. En medio de aquel viaje, lleno de secretos, recuerdos e historias de fantasmas, Fer desarrollará una amistad que lo cambiará profundamente.

Este libro lo leí mientras atendía la FILIJ el año pasado. Así que lo leí entre niños que preguntaban por libros de terror, de aventura, libros graciosos, que preguntaban el precio de los libros, de papás que pedían "libros con valores" (no lo hagan, por favor), de maestras que perseguían niños y de gente que me preguntaba con libros con detalles como "tiene una portada roja" o "salen dos niñas en la portada" y nada más. Ya sé que todos esos datos no parecen de lo más interesantes para la reseña, pero créanme que tienen su importancia: leí este libro, finalmente, entre interrupciones, dejé muchas veces una oración a la mitad por atender a alguien y luego tuve que volver a regresarme al principio, lo leí de pie, cansada, pero lo leí. Lo maravilloso de leer en medio de un stand en una feria de libro es que probablemente es la única distracción que tienes en ese momento y nada que no sea un cliente te va a sacar de la lectura. Lo no tan maravilloso es que igual estás leyendo el único ejemplar abierto y de repente lo necesita tu compañero de quien sabe dónde para enseñarle a un niño las ilustraciones y se te pierde la página donde lo dejaste o que hay una lista de espera de gente que lo quiere leer después de ti. Sí, hay que ser rápido.

Cuando lo presentaron en la FIL Guadalajara (Socorro Venegas, Toño Malpica y el mismo autor, Jaime), Toño Malpica dijo que era un libro que no podías echarte en un sentón porque había que darle su tiempo. Bueno, yo me salté el consejo por la torera y lo leí en una FILIJ, corriendo porque había más gente que quería leerlo y me lo eché más o menos en un día (sí, leo muy rápido, este no es el punto). Los fantasmas de Fernando es un libro muy sencillo..., en apariencia. Fernando tiene la peor suerte del mundo, está decidido a quedarse encerrado en su cuarto hasta el fin de los tiempos (hello darkness my old friend) porque se le murió el perro, lo cortó la novia y no sé que otra tragedia de esas que los adolescentes creen que es el fin del mundo le pasó cuando llega su tía y le dice que su papá se está muriendo y que le va a dejar una herencia.

Una descripción gráfica de Fernando
Y allá va: a un pueblo en la mitad de la huasteca potosina, a reclamar la herencia. Pero no todo es tan sencillo. Una de mis cosas favoritas del libro, lo que hizo que me gustara mucho, es la manera en la que el narrador juega con el lector. Es un juego inteligente, porque desde el principio uno advierte que la narración no le está contando toda la versión de la historia. Fernando, el personaje, la suelta dosificada y como a él le conviene. Total, el personaje lo que quiere es ganarse las simpatías del lector, ¿no? O al menos, la simpatía por la historia. Alterna la historia de su viaje como adolescente con un viaje antiguo que hizo con su papá. En toda la historia hay varios misterios y algunos se adivinan rápido, otros no. El libro habla mucho de la relación de padres e hijos y de lo complicada que puede llegar a ser. Creo que ese es su punto fuerte, de verdad.

Es un libro sencillo (no le busquen cinco pies al gato cuando nada más tiene cuatro) y me gusta especialmente porque la evolución del protagonista a lo largo de la historia es palpable. Fernando se ve obligado a confrontarse con su mierda y con las consecuencias de lo que hace, con todo lo que al principio del libro está escondiendo de sí mismo y de los lectores. Las ilustraciones son de Roger Ycaza, todas muy bonitas y acompañan muy bien la narración. El libro lo pueden encontrar en la colección A la orilla del viento del Fondo de Cultura Económica, por cierto.

El triunfo de la memoria, Abril Posas


Sinopsis:  Los personajes de Abril Posas se enfrentan a dos problemas: la memoria y el dolor. Su defensa es trágica e inútil pero valiente. Son héroes vencidos que entienden que nuestras historias no son más importantes que las de los otros.
En "El triunfo de la memoria" los cuentos revelan la desesperanza en la que vivimos, el rostro del anonimato, de la nostalgia, del dolor de todo ese ejército de seres que somos o que hemos sido; y nos dice: somos un grupo de apoyo que recicla historias para sobrevivir.
De la poderosa generación de los nacidos en los ochenta, la voz de Abril Posas despunta como una de las piezas de nuestra nostalgia. Nace de la rabia y nos recuerda que los débiles olvidan sus cicatrices porque, a veces, esas marcas son pruebas de que somos héroes. Aunque no exista salida, los sobrevivientes de la memoria, entonces, son héroes sutiles y reales.

Este es un libro de relatos publicados por la editorial Paraíso Perdido que saqué de la Biblioteca Vasconselos un día que no encontré ningún otro libro. O sea, fue el pilón. El libro que si hubiera encontrado algún otro de la lista que llevaba, no me hubiera llevado. Ya sé que a ustedes puede no interesarles mucho las historias de cómo llegan los libros que llegan a mi vida y por qué los leo, pero de todos modos se las voy a contar (y me vale madres). No creo en ningún designio divido que haga llegar a los libros a nuestras manos cuando los necesitamos, no creo en ningún destino que nos arroje un libro a los pies, por creer no creo en el zodiaco. En lo único que creo es en las casualidades. El triunfo de la memoria fue una casualidad en mi vida.


Ahora, hablando sobre el libro en sí: es un libro promedio. O sea, no te voy a decir nunca que fue la mejor lectura de mi año, pero tampoco te voy a decir que fue la peor. Al final del día quizá ni me acuerde de todos los cuentos que estaban en el libro, pero sí me voy a acordar de los que más me resonaron (el de la amiga católica, por ejemplo, o el primero). El triunfo de la memoria, como compilación de cuentos, es bastante buena. Se nota que hay una cohesión entre los temas de los relatos (los recuerdos, la memoria, la falta de ella), que todos tienen una razón de por qué estar en donde están. Pero. Pero creo que no todos están a la misma altura los unos de los otros y que sólo unos pocos se me quedaron bien grabados.

Kudos por el libro
De todos modos, este es el primer libro en solitario de Abril Posas. Por lo que encontré sobre ella ha sido ya participante en otras antologías, pero este es el primer libro que publica ella solita. Y se me hace un libro muy bueno para empezar, creo que sabe de lo que habla, que sabe como transmitir muchas cosas y cómo mantener al lector en vilo. La cosa es seguir puliendo la escritura y eso es algo que nunca dejamos de hacer.

Algunas primeras veces, Ana Romero


Sinopsis: En este libro encontrarás una historia similar a la tuya. Inés va a enamorarse por primera vez. Ella también hará un desayuno, hablará por fin con sus padres y quizá aprenda a bailar. Sus encuentros son un torbellino de sensaciones que sólo tú podrás comprender.
La sucesión de estos momentos de inseguridad, ternura y amistad conformarán su identidad.

Primeras declaraciones: YO ADORO ESTE LIBRO. Estoy enamorada de él. Esa podría ser toda la reseña, pero bueno, no vamos a perder la mala costumbre de llenar de verborrea las entradas. Este es un libro que, por el momento, me parece que está descatalogado. Así que si lo encuentran y son la clase de personas que les gusta leer historias románticas coming-of-age que pasan en México, no duden en leerlo (si alguien puede prestárselos, si lo encuentran en alguna biblioteca, en una librería de viejo). ¿Y por qué me gusta tanto? Porque me identifico de todas las maneras posibles con la protagonista. Inés es un tipo de chica edgy que sólo quiere encajar en alguna parte a como dé lugar, no tiene ni idea de cómo relacionarse con sus papás ni con su propia adolescencia y está descubriendo que ser mujer no es algo bonito ni de cuento de hadas.

La trama es sencilla (un amor de verano) pero la narración esconde entre líneas muchas cosas. En Inés vi reflejada la inseguridad de la adolescencia en las mujeres, el enfrentarse por primera vez a la cara de los dobles estándares de la sociedad en la que vivimos (la eterna dicotomía entre la santa y la puta, sin ningún punto medio), vi la búsqueda de una identidad que todos intentamos construir cuando nos damos cuenta de que estamos creciendo. Para mí, Algunas primeras veces, fue un viaje a mi propia nostalgia (y ya he hablado de cómo los productos que apelan a mi nostalgia me interesan de manera especial, aunque les exija la misma calidad que a cualquier otra cosa) y fue ver reflejadas muchas cosas de mí que viví en mi adolescencia en un libro.

De verdad se los recomiendo mucho. Ana Romero no es la única autora que escribe de las chicas adolescentes de manera magistral (por ejemplo, Ojos llenos de sombra de Raquel Castro también es de mis coming-of-age favoritos) pero sí es una de las que lo está haciendo mejor. Entre líneas hay una crítica muy aguda a lo que la sociedad marca como correcto para las mujeres y a lo que les exige a los jóvenes. Eso le dio muchos puntos al libro, la verdad.


Y bueno, hasta acá llegan mis recomendaciones del día. Cualquiera de estos libros es muy bueno para conocer a autores mexicanos, no duden en contarme si leen alguno o tienen alguna otra recomendación en los comentarios.

domingo, 28 de abril de 2019

Mexicoland, Jaime Alfonso Sandoval | Reseña

Sinopsis: Mexicoland es perfecto, lo mejor de México en un solo lugar: historia, música y comida. Lo malo es que todo es falso. Es un parque de diversiones en el futuro, el resto del país ha colapsado por la violencia y la anarquía. Apenas sobrevive un pequeño territorio donde se funda México Nuevo, una sociedad en la que cualquier delito es castigado con extrema crueldad. Ahí, Cuauhtémoc Rojo, en un solo día, se queda sin padres, escuela y casa. Pronto descubrirá que si quiere sobrevivir, necesita encontrar respuestas: ¿quiénes son esos extraños ancianos que lo vigilan? ¿Qué sucedió en realidad en el accidente de sus padres? ¿Qué se oculta detrás de los enormes muros que rodean las ciudades? Una distopía mexicana, con el humor y la acidez de Jaime Alfonso Sandoval.

Se unieron los astros, se alinearon los planetas, ocurrió un milagro, me salió mi número de la suerte, no sé que pasó, pero fui a la Biblioteca Vasconselos y no encontré uno, sino los dos ejemplares de Mexicoland de Jaime Alfonso Sandoval. Obviamente salí con uno de allí. Los ejemplares se la pasaban en préstamo todo el tiempo, así que sí considero un milagro que haya conseguido uno de ellos. Lo leí en tiempo récord (perdón, soy esa clase de lectora, no conozco otra manera de leer) y ya estoy haciendo la reseña para recomendárselos. Quiero adelantar que me gustó, pero vamos por partes, ¿no? Como Jack, el destripador.


1. Lo distópico fuera del primer mundo


Las categorías *primer mundo* y *tercer mundo* igual y no son las más adecuadas, pero creo que es la mejor manera que tengo que hablar de este asunto. Estados Unidos (y otros pocos países Europeos) han dominado la ciencia ficción y lo distópico en los últimos años. No es un género nuevo, pero existió un boom después de que Los juegos del hambre llegaron al mercado editorial y se convirtieron en un fenómeno (aunque antes de eso, ya existían muchísimos libros del género, desde la saga de Máquinas Mortales, del inglés Philip Reeve, hasta Battle Royale). Durante un tiempo, todo lo que vi publicado del género salía de editoriales norteamericanas e inglesas. ¿Cuándo iba a ser nuestro turno de imaginarnos otras realidades distópicas alejadas de lo que se proponía en esos fenómenos de ventas? Creo que ese momento está llegando, porque la ciencia ficción siempre se ha escrito en todo el mundo, pero ahora hay más lugar para quien busca explorar el futuro y la ciencia ficción desde otro lugar. Por ejemplo, ya les hablé de Quien teme a la muerte de Nnedi Okorafor en una reseña pasada, que es ciencia ficción ambientada en un Sudán futurista.

En este momento nos estamos enfrentando a Mexicoland. Distopía mexicana, con México partido en dos. De un lado está lo que la gente llama los territorios perdidos y del otro está un país donde todo cuesta dinero (hasta usar el elevador o entrar al parque), la gente vive en la pobreza y todo está controlado. Pagar un permiso para tener libros es algo demasiado costoso, no hay casi pensiones o retiros y la gente vive ahogada en deudas. Me pareció, sobre todo al principio, cuando el protagonista, Cuauhtémoc Rojo, se ve envuelto en un desmadre burocrático (en lo que se convierte su vida), algo que se asmejaba a la pesadilla que era El Proceso, de Kafka. Un escenario casi Kafkiano. La construcción de este México Nuevo de Jaime Alfonso Sandoval me pareció uno de los mayores aciertos del libro.


México Nuevo en realidad no es muy nuevo. México Nuevo es el México que conocemos llevado al extremo del capitalismo. Todo cuesta, la gente vive enajenada trabajando intentando tener una vida mejor y se convencen de que esa es la única manera de vivir. Hay quien vive en enormes barrios horizontales, que se alzan hasta tener casi cien pisos y nunca sale de allí en toda su vida: allí hay parques, escuelas, enormes tiendas departamentales para que gasten la miseria que ganan en sus trabajos. Un mundo terrorífico en todo sentido más inspirado en la realidad de lo que nos gustaría, pero que finalmente es una historia que estamos creando en nuestro entorno. Estamos hablando de nosotros, estamos leyendo de nosotros.


Nota aparte, el worldbuilding de este libro me pareció un perfecto atisbo al despeñadero que nos está llevando el capitalismo. Sobre todo por la situación de los trabajadores: los ricos se hacen más ricos mientras pagan miserias y se roban el producto de la fuerza de trabajo de otros. Y como soy yo obviamente analizo esas cosas. Jaime Alfonso Sandoval nos presenta dos mundos abismales: en el que vive Temo, sin tecnología, con trabajos precarios, sin posibilidades de pensión, donde la gente se vuelve loca ahorrando para poder tener un retiro y el de la gente que vive en Costamar, los banqueros, los descendientes de los fundadores de México Nuevo, la gente rica, con miles y miles de privilegios. Unos viven sobre el sufrimiento de otros.

Pero bueno, vamos a hablar de los personajes.

2. Los personajes (y su agencia)


¿Qué tanta agencia puede tener alguien cómo Temo, al que sólo arrastran de un lado a otro sin posibilidad de elección sobre su futuro? Al menos durante la primera parte del libro, me gustó la manera en que la trama arrastraba a Temo. Sin agencia alguna, simplemente viendo que otro desastre le caía encima. La historia empieza, para él, justo en el momento en el que cambia todo: lo sacan de clase para decirle que sus papás se tiraron a las vías del metro, cosa que es considerada un delito y que todo su fondo de ahorro se va a ir para pagar las indemnizaciones. Temo no tiene ni que decir en el asunto. Es un protagonista arrastrado por las circunstancias, porque el entorno en el que vive no le da opciones ni elecciones. La única elección es sobrevivir cómo se lo proponen o morir. Y punto.

Temo, básicamente
Me gusta que aun así sea obvio que los personajes vayan desarrollando convicciones (este yo de acuerdo o no con ellas) y actuén conforme a ellas. Me desespera un poco que Temo sea un hijo del sistema tan obvio, que crea que todas las injusticias que ve son *lo normal* y así son las cosas y punto, pero la verdad es que me gusta ir viendo el cambio de su manera de pensar poco a poco, sobre todo al enfrentarse a las situaciones en las que se ve metido. Por otro lado, mi favorito es Franc. Al principio no lo era, pero conforme se van revelando cosas sobre su personaje, se fue convirtiendo en mi favorito. 

De lo demás... bueno, la verdad es que la novela tiene un elenco extendidísimo de personajes secundarios, terciarios y de esos que aparecen sólo una línea. Seguirles el paso es a la vez confuso y divertido. La mayoría de los personajes tiene un propósito y trabajan por conseguirlo, así sea conseguir un lugar de retiro VIP a costa de otros, lograr que un parque de atracciones abra y funcione para los turistas o ser un revolucionario. Me gustó el papel y el reconocimiento que se le da a los ancianos en la historia, que suelen ser grandes inivisibles en la sociedad. Nota aparte, creo que Temo sentía más piedad por los ricos que yo. Yo los dinamitaba a todos, pero quizá he leído demasiado a Marx.


Y bueno, hablando de los personajes, creo que llegó la hora de hablar de...

3. Mexicoland, el parque


Mexicoland es un parque de atracciones turístico dirigido a los extranjeros que está inspirado en la cultura Maya. Tiene atracciones inspiradas en la cultura maya, entre las que están un museo que intenta representar al pueblo maya lo más fiablemente posible (y que es un zoológico humano), juegos de pelota, representaciones de sacrificios y... vamos, es una atracción turística que básicamente se basa en escupirle a la cultura maya e insultarla. La existencia de Mexicoland es un insulto. Es vender la cultura, mientras se sigue tratando como mierda a los mayas y a sus descendientes, el racismo se ve por todos lados y, por supuesto, lo que importa no es la cultura, sino el dinero que va a dejar de ganancia. Todo es mercancía dentro del capital. 


Por más descabellado que parezca, no es algo irreal. M. T. Anderson, por ejemplo, tocó el mismo tema en Paisaje con Mano Invisible, cuando habla de cómo la gente vende pedazos de culturas pegosteados unos con otros (crucifijos con budas y dioses del panteón hindú) porque eso es lo que atrae a los extraterrestres. Habla de cómo dentro de un mundo donde lo que vale es lo que es mercancía se vende la cultura y la identidad. Todo es mercancía. Y en Mexicoland es así. Los juegos de pelota, las representaciones, las grandes atracciones del parque no tienen ningún respeto por la cultura maya ni interés en tenerlo. Lo que quieren es dinero (para los ricos, claro).

Toda esta construcción me pareció muy interesante y, lamentablemente, nada descabellada. Sí, el libro puede recordarme por momentos a un universo kafkiano, pero lo veo todo mucho más pegado a la realidad de lo que parece. Para mí, el gran acierto del libro es ese: la manera en la que construye una distopía que nos parece horrenda que está mucho más anclada en la realidad de lo que nos gustaría. Es el gran acierto del libro, de verdad. Entre líneas se atisba una fuerte crítica social, a veces más obvia y a veces más escondida, pero que nos acompaña a lo largo de todo el libro. 

4. Y, finalmente, el rompecabezas completo


Para concluir ya nada más quiero decir unas pocas cosas. La verdad es que para mí hay cosas que se quedaron muy cerca de un libro perfecto. Hay cosas que yo hubiera mejorado (por ejemplo, de plano habría destruido hilos narrativos si no le ayudaban al núcleo de la historia y a las motivaciones de los personajes o los hubiera desarrollado más de manera que hubieran quedado cerrados por completo y que se viera más claramente cómo aportaban al núcleo de la historia, porque soy una Marie Kondo de la narración), creo que al final hay algunos capítulos que sucumben al caos narrativo y que el cierre pudo haber sido mejor. Sin embargo, Mexicoland no deja de ser un libro bastante bueno (mis estándares son simplemente imposibles) que les recomiendo conocer. Refleja a un México que creo que todos conocemos.

Nota aparte, el Movimiento Libertario avergonzaría a Marx, a Lenin, a Kollontai... son un caos (que narrativamente resulta muy entretenido), pero que no tienen ni idea de cómo enfocar una revolución. Me divirtieron, pero también me dieron ganas de decirles que TENÍAN UNA ORGANIZACIÓN SUMAMENTE DEFICIENTE y aventarles en la cara el otro libro que saqué de la biblioteca al mismo tiempo que Mexicoland: ¿Qué hacer? de Lenin. Pero bueno, narrativamente eran entretenidos y esta sólo es una nota al margen. (Andrea, ¿algún día vas a dejar de sacar el marxismo a relucir? NO, ya acepte que no voy a ser cool nunca).


Bueno, pues, ya saben, libro recomendado. Lo publica Penguin en el sello de Montena. Si viven en la CDMX y tienen credencial de la Biblioteca Vasconselos, ya saben que ahí lo pueden encontrar, aunque hay que perseguirlo porque es préstamo muy frecuente. Si lo leen, no duden en contarme qué les pareció.

lunes, 15 de enero de 2018

Latinoamericanos que leí en Bookmate | Mini reseñas

¡Hola! ¿Ya les he platicado de Bookmate? Creo que sí, pero sólo de pasada. Bookmate es una plataforma para leer libros online, es como el Netflix de los libros. Con una suscripción premiun puedes leer todo lo que quieras de sus libros disponibles. Además de que tiene títulos bien padres disponibles y hoy vengo a hablarles de tres libros que leí ahí el año pasado (2017), aprovechando que este año organizo el reto Tour Latinoamericano

Estos libros comparten el haber sido escritos por autores de América Latina nada más y que pueden ser encontrados en Bookmate con una suscripción premiun, además de que yo los recomiendo porque me gustaron en mayor o menor medida. No voy a venir a recomendarles Bookmate y a hablarles mal de libros que están ahí, ¿verdad? 

La ciudad de las esfinges de Jaime Alfonso Sandoval


Sinopsis: Los grandes cazadores es todo un reto conseguir la mejor pieza. Los hermanos Astorga son grandes cazadores y han averiguado algo que puede convertirlos en multimillonarios. ¿Quién dice que los humanos son los únicos animales racionales de la Tierra? ¡Craso error! El profesor Bayard conoce la existencia de los lemurios. Solo hay que llegar a las cumbres del Himalaya y ¡dar con ellos! Los hermanos Astorga son invitados a concursar en una prueba consistente en atrapar al animal mas original que exista. Tras muchas investigaciones, los Astorga descubren la existencia en el Himalaya de otros animales racionales, aparte del hombre. Ya allí, son atrapados por los lemurios, los famosos animales racionales, unos seres de tres metros de estatura, peludos y con lenguaje propio. A partir de ese momento, los lemurios hacen con los prisioneros exactamente lo mismo que los humanos suelen hacer con los animales: meterlos en zoológicos, utilizarlos como mascotas e, incluso, cebarlos para que después formen parte de un gran banquete. Al final, los hermanos Astorga logran escapar del territorio dominado por los lemurios, y además, llegan con un mono gigante que habla y del cual se hicieron amigos, Eewon. Por esta razón les conceden el premio de caza y se convierten en multimillonarios, aunque los Astorga no estén del todo de acuerdo, ya que en la ciudad lemuria han comprendido que no hay por que cazar y someter a los animales a ningún tipo de dominio.

Esta novela habla sobre la caza y hasta donde llega nuestro poder para dominar al resto de los animales del planeta. Acaso, como somos seres racionales, ¿tenemos derecho a cazar a todo lo que esté a nuestro antojo? Jaime Alfonso Sandoval pone la pregunta sobre la mesa con esta novela y lo hace bastante bien (aunque al final peca de sobre explicar lo que podría considerarse como moraleja de esta historia). La ciudad de las esfinges es, además, una novela sobre cambiar perspectivas y salir de la burbuja cómoda en la que solemos meternos porque creemos que nuestra percepción del mundo es la única válida. Este libro nos permite imaginarnos como miramos al otro. Los seres humanos hasta, el momento, creemos que somos los únicos seres racionales, no del planeta, sino del universo. Estamos solos porque no hemos encontrado otro en el cual reflejarnos y es precisamente lo que sugiere esta novela. Para verse reflejados en el otro y entender otra civilización que los ve como seres irracionales y sin inteligencia, los hermanos Astorga y su mayordomo no tienen que ir muy lejos, basta con adentrarse en los Himalayas.


La historia es entretenida, nos permite ver otra perspectiva, otro lado de la moneda (sólo que la moneda nunca tendrá dos caras en estas circunstancias) y explora un poco el mundo de la caza donde los cadáveres de animales son vistos como trofeos a coleccionar. Es una novela juvenil fresca y divertida escrita por el mexicano Jaime Alfonso Sandoval y publicada por SM. Narrada por el mayordomo de los niños, que ya no se sorprende de ninguna excentricidad de la gente con la que trabaja (porque como él mismo explica, ha trabajado con cada ejemplar de ser humano... que básicamente es inmune a las sorpresas de ese tipo), es una novela de aventuras, con constante huida y pelea que no va a aburrir a nadie. Muy recomendada, especialmente para hablar de la conservación de la diversidad en el mundo. 

Mi única queja es, precisamente, que Jaime Alfonso Sandoval intente hacer demasiado explícita la moraleja o enseñanza, porque esta novela no la necesita. Era perfecta porque ofrecía una trama perfecta para hablar del tema. Lo pueden encontrar aquí.

Puerto libre de Ana Romero


Sinopsis: Yo tenía casi ocho años cuando mi papá se fue a Freeport, un pueblo de Texas. Aquí nos quedamos mi Yaya, Mi Hermana, mi mamá y yo. Aunque estábamos tristes y nos extrañábamos, no la pasábamos tan mal: mi papá trabajaba como loco, mi mamá y Yaya tenían pleitos de mentirillas y Mi Hermana se metía en la pileta de agua en cueros. Hay tantas historias de migrantes como ramas de un árbol. Esta es la mía.

Este libro es una historia de migrantes. Anteriormente ya he hablado de historias sobre migrantes mexicanos y latinoamericanos en el blog (como por ejemplo, Caramelo, The Book of Unknown Americans) y esta, como siempre, es única en su forma especial. Ana Romero sigue la historia de una niña cuyo padre se va a los Estados Unidos y deja atrás a toda su familia, dejando la sensación de un vacío, de que algo falta, de que algo no está completo. Además, en algunos interludios, cuenta historias separadas de otros migrantes, los que llegan en el La Bestia, el tren, los que buscan a las Patronas, los que cruzan por amor y no vuelven, los que cruzan por necesidad y sufren la separación con sus familias. 

Puerto libre es un libro muy bonito porque, precisamente, explora todos los sentimientos alrededor de aquellos que se quedan atrás y que se van. Es un libro muy corto que se puede leer apenas en uno o dos días, pero no es un libro sencillo. A menudo sus historias son historias que vemos en las noticias, pero esta vez los migrantes tienen nombre, apellidos y sentimientos, no son una nota en el pie de página de alguna noticia o alguna estadística fría que no nos permite imaginar lo que pasa por la cabeza de aquellos que se van. 

El libro está publicado por SM y la autora es la mexicana Ana Romero. Lo recomiendo ampliamente, me tocó muchas fibras dentro de mí y definitivamente, es una historia muy bonita, además de que puede acercar a muchos jóvenes a un tema tan complicado a veces como lo es la migración. Lo pueden encontrar aquí.


Las cosas que perdimos en el fuego de Mariana Enríquez


Sinopsis: El mundo de Mariana Enriquez no tiene por qué ser el nuestro, y, sin embargo, lo termina siendo. Bastan pocas frases para pisarlo, respirarlo y no olvidarlo gracias a una viveza emocional insólita. Con la cotidianidad hecha pesadilla, el lector se despierta abatido, perturbado por historias e imágenes que jamás conseguirá sacarse de la cabeza. Las autodenominadas «mujeres ardientes», que protestan contra una forma extrema de violencia doméstica que se ha vuelto viral; una estudiante que se arranca las uñas y las pestañas, y otra que intenta ayudarla; los años de apagones dictados por el gobierno durante los cuales se intoxican tres amigas que lo serán hasta que la muerte las separe; el famoso asesino en serie llamado Petiso Orejudo, que sólo tenía nueve años; hikikomori, magia negra, los celos, el desamor, supersticiones rurales, edificios abandonados o encantados... En estos doce cuentos el lector se ve obligado a olvidarse de sí mismo para seguir las peripecias e investigaciones de cuerpos que desaparecen o bien reaparecen en el momento menos esperado.

Finalmente, el último libro de estas mini reseñas es, precisamente, de la argentina Mariana Enríquez, que acabo de descubrir en el Boom latinoamericano femenino. Son muchas escritoras las que están haciendo cosas increíbles en América Latina y ella es una. Hacía mucho que algunos cuentos no lograban sacarme un escalofrío como los de Mariana Enriquez. Creo que es, precisamente, su cotidianidad lo que los hace tan escalofriantes. Los personajes de la autora en general se revuelven en Buenos Aires o en cualquier otra provincia Argentina y tienen vidas aparentemente normales, hasta que algo sucede. Mariana Enriquez es una autora que te deja con la duda de donde empieza lo sobrenatural y donde termina la realidad, hasta donde lo que hacemos nos vuelve seres escalofriantes. 

La mayoría de los relatos están muy bien logrados. En uno una mujer se encuentra una calavera y se obsesiona con ella, uno de esos momentos donde te preguntas si no es que lo escalofriante no necesita ser algo fantasioso para realmente dar miedo, porque el relato se mueve en torno al haber recogido una calavera. El último es mi favorito, definitivamente, porque en un cuento de miedo, Mariana Enriquez alza una denuncia contra los feminicidios y la violencia doméstica. Las mujeres ardientes que se han reapropiado de los métodos con los que las matan. Este libro me dejó gratamente sorprendida y llena de ganas de leer más cosas de Mariana Enriquez. Lo pueden encontrar aquí.