Divagaciones de una Poulain
by Nea Poulain

domingo, 12 de febrero de 2012

La Biblioteca de los Muertos, Genn Cooper | Reseña



Es la primera vez en mucho tiempo que, cuando acabo un libro, este me deja indiferente totalmente… ya verán por qué.

Sinopsis: Bretaña, año 777. En la abadía de Vectis crece Octavus, un niño sobre el que pesa una maldición: es el séptimo hijo engendrado por un séptimo hijo y la leyenda le vaticina poderes diabólicos. Octavus comienza a escribir una lista con fechas y nombres sin sentido. Cuando uno de los nombres y su fecha coinciden con una muerte en la abadía, el miedo se apodera de los monjes. Siglos después, los miembros de la Orden de los Nombres, descendientes todos de aquel niño, siguen escribiendo sin descanso para completar un misterioso listado de nombres y fechas... Hasta que empiezan a suicidarse.

Estados Unidos, en la actualidad. Nueve personas han aparecido muertas en Nueva York, desconocidos que nada tenían en común. Solo una cosa les unía: todas las víctimas recibieron postales de ataúdes, que anunciaban el día en que morirían, poco antes de su fallecimiento. Son las aparentes víctimas de un asesino en serie difícil de atrapar, cuyas muertes desafían toda lógica...

El libro se divide en tres historias diferentes que después de todo, están relacionadas. La más interesante de todas, con diferencia, es la más corta, la historia de Octavius, la de ese niño del demonio que escribe nombres

La principal es una historia policiaca medio interesante, sobre nueve “asesinatos”. El caso es asignado a un protagonista borracho insufrible y una detective joven que al principio es insufrible, después un poco tonta y al final cae medio bien.

Y por supuesto, tenemos la tercera historia: la del descubrimiento de “La Biblioteca”. El autor se la podía haber saltado con mucho gusto o haberla contado en dos páginas en vez de gastar todas las hojas que se gastó. No tiene interés, no influye en la historia y a mí, lo que es a mí, no me interesó. Ni aunque apareciera uno de mis ídolos de la WWII (sí, Winton Churchill).

Personaje favorito: Elizabeth y el otro monje, que sólo aparecen un capítulo y son un amore total. Ah, y Mary cuando tiene sentido del humor. Y… esperen, ¿los monasterios no eran mixtos verdad? Bueno, creo que sí –creo, eh, creo-. 

En fin, como historia policial, no atrapa. (Eso o que acabo de releer Sherlock Holmes y encuentro a cualquier detective un poco tonto). Ah, tiene una secuela, ya averiguaré de ella. (A ver si Elizabeth y el otro salen más a menudo…)

Conclusión: La historia es predecible (en mucho tramos), pesada y con saltos de tiempo confusos.

jueves, 9 de febrero de 2012

Hablemos de Poesia (III): Inolvidable


El poema de hoy es de Alí Chumacero y me acuerdo haberlo leído en clase de lengua/literatura/español/whatever y me gusta bastante. No, no me lo sé de memoria…

Inolvidable – Alí Chumacero
Decir amor es recordar tu nombre
el ruiseñor que habita tu mirada
ir hacia a ti a través de lo que fuiste
y buscar el espacio suavemente,
buscándote cristal, desnuda forma
caída del recuerdo, o sólo nube.
Si lloro, el aire se humedece
y vuela con languidez
en lágrimas bañado
y de mis ojos naces libre sueño,
sin más navegación, inolvidable,
grácil estatua de melancolía.

Solo, como una ráfaga o ceniza,
miro aún el candor de tu cabello,
la morosa violencia de tus ojos,
hoy ya distancia, caracol cerrado
a mi rumor de corazón herido,
casi naufragio, tenebral y duelo.
En vano lejanías, o la muerte
del tiempo entre tu cuerpo agonizando,
porque en música pura estoy rendido
cuando al sentir conmigo tu presencia,
sobre mis labios mueres, amor mío.

Alí Chumacero
Nea

lunes, 6 de febrero de 2012

Menú de libros (XI)


Primer tiempo
El Nigromante de Michael Scott
—Coatlicue…
Josh entornó los ojos. Sin duda, había una sombra que merodeaba tras la cortina de humo.
[…]
El humo marrón se erizó; entonces aparecieron dos manos que lo abrieron como s se tratara realmente de una cortina.
Coatlicue surgió de repente.
Y era hermosa.

Segundo tiempo
Tr3s de Ted Dekker
—Un agujero en el pie, un hoyo en la cabeza; veremos quién termina muerto.
—Te amo, Sam —manifestó Kevin suavemente, haciendo caso omiso del dolor—. Pase lo que pase, quiero que sepas cuan perdido estoy sin ti.

Tercer tiempo
Querida Alejandría de María García Esperón
Juba cerró los ojos, súbitamente cansado. Deseé que los abriera, para recuperar su belleza.
—¿Cuántos años tienes, Selene? —me preguntó abruptamente.
—Doce —le contesté.
—En Roma, es la edad de las novias.
Juba sonrió y sentí mis mejillas arder con fue insoportable.
Era el Amor, como la Victoria, alado.

Postre
La leyenda del Rey Errante de Laura Gallego
—Quiero una alfombra que refleje todo esto —exigió.
Hakim lo miró, perplejo. Hammad perdió de golpe todo su aplomo.
—¿Có… cómo habéis dicho? —tartamudeo—. No creo haberos oído bien.
—Me has oído perfectamente —replicó Walid fríamente—. Quiero tener una alfombra que refleje toda la historia de la humanidad.