Divagaciones de una Poulain
by Nea Poulain

martes, 14 de julio de 2015

El teorema Katherine, John Green | Reseña

Sinopsis: Según Colin Singleton existen dos tipos de persona: los que dejan y los que son dejados. Él, sin duda, pertenece al segundo. Su última ex, Katherine XIX, no es una reina, sino la Katherine número diecinueve que le ha roto el corazón.Para escapar de su mal de amores, y con el propósito de hallar un teorema que explique su maldición de las Katherines, Colin emprende junto a su amigo Hassan una aventura que le llevará a Gutshot, un pueblecito de Tennessee, y a la sospecha de que en la vida la inteligencia no siempre es la mejor compañera de viaje.

Si usted odia:
a) los anagramas.
b) las preguntas tontas que se hacen las personas a las que dejan sus novios/as.
c) los datos curiosos.
d) los pies de página.
e) dos o más de las anteriores.

Este no es un libro para usted. Durante las páginas del teorema Katherine tenemos un abuso de todos esos elementos enlistados arriba que dejan de parecer graciosos como a la página diez. Considero este el libro peor logrado de John Green y a Buscando a Alaska y a Bajo la misma estrella no les dediqué palabras especialmente halagadoras (Bajo la misma estrella se llevó un comentario bueno en cuanto a la construcción de algunos personajes, Buscando a Alaska sólo por ciertos pasajes). Creo que no hay nada que quiera rescatar de este libro.

Como por algún lado tengo que empezar la crítica, vamos a empezar por Colin Singleton. El niño es un niño prodigio cuya utilidad para la vida es nula, sabe once idiomas (envidia), lee cuatrocientas páginas al día (ni yo sé como, que me acabo de marcar récords personajes leyendo 250), hace relaciones raras con datos en su cabeza, usa palabras raras y pedantes, no sabe que es realmente interesante en una conversación normal (un esfínter pupilar, no) y, bueno, no está especialmente arriba en la escala social. No es muy difícil comprender por qué. Sólo es bueno memorizando cosas, la verdad, así que no le encontré la verdadera inteligencia y además se marca el teorema matemático menos fundamentado del mundo.


Me pareció tierno que cuando era pequeño le gustara jugar a ser un robot sabelotodo (que era realmente lo único a lo que sabía jugar), pero poco más. Colin es muy inseguro y es ese el rasgo que está mejor mostrado sobre él en el libro (siempre preguntándose si gusta, si lo que va a decir es correcto, si es buen novio, si es buen amigo...), porque bueno, está intentando demostrar que sus relaciones tienen una representación matemática. ¿Dato curioso inútil? Ha tenido diecinueve novias en distintas etapas de su vida, todas llamadas Katherine (no Catherine) y todas lo han dejado a él.

Tenemos también a Lindsay, un personaje que vive la vida actuando: ella misma lo dice, con los viejitos tiene acento sureño, con su novio es la chica popular, con Colin una aficionada a las gráficas que cuentan historias. No es un personaje demasiado bien armado, pero se defiende relativamente. Hassan, el mejor amigo de Colin, es, por el contrario, el graciosete de turno y la mayor parte del libro da risa, sí. Me hubiera gustado conocerlo un poco más, pero en general como personaje me ha gustado y sólo he creído que le ha faltado un poco de más protagonismo para que no viéramos sólo la parte graciosa. Es musulmán, no tiene demasiadas ganas de ir a la universidad, ni de besar chicas con las que no se va a casar, usa muchas palabras en árabe y... bueno, en general está bien. Es un poco bueno para nada y a lo largo del libro eso no cambia, por lo que el personaje no evoluciona demasiado, lamentablemente. Nos da una sorpresa al final, pero no más.

Para el resto de los personajes... pues, tenemos al novio de Lindsay, El Otro Colin (EOC), unos cuantos tíos cuyo nombre no recuerda y Katrina, una chica buena, sexy y popular. Algo así como el estereotipo de las porristas en las películas de instituto gringas. Tenemos a los padres de Colin y a los de Hassan, pero a John Green parece que le estorban, así que no tienen realmente un papel importante en la novela, simplemente se dedican a... no, ni a estar allí. El único papel que tienen es que Colin les llame por teléfono. La madre de Lindsay, Hollis, es, básicamente, la rica del pueblo, le da trabajo a todo el mundo. Y no hay más personajes con verdadera relevancia, además de que los protagonistas a menudo suenan forzados o no muy naturales.

Ahora vamos con la trama. Es una trama sencilla, introducción (a Colin lo han dejado diecinueve chicas llamadas Katherine), desarrollo (Colin se va de viaje en carretera y acaba en Gutshot, Tenneesse), nudo y desenlace. En el camino, obsesionado por que diecinueve chicas lo hayan dejado, empieza a trabajar en un teorema matemático que exprese sus relaciones en una gráfica. La gráfica apunta hacia abajo cuando es la chica quien deja al chico, y la gráfica apunta hacia arriba cuando es el chico quien lo hace. ¿Tiene sentido? Por supuesto que no, como la mitad de las cosas que pasan en matemáticas. Sin embargo, mis problemas con las matemáticas de John Green empieza cuando, al parecer, incapaz de hacer funcionar el teorema, va metiendo más variables (hasta allí, todo bien todavía) de las cosas que influyen en la relación: popularidad, aspecto físico, etcétera. Sin embargo, la fórmula no es producto de un análisis, ni de nada, o no lo parece. Básicamente Colin se dedica a meter todo al azar a ver si funciona y, obviamente, después de mil intentos, algo funciona. La fórmula es larga, tiene un seno, muchas cosas, no recuerdo más (no, no es bonita, Juan Verde, una fórmula así causa pesadillas). 

Hay un apéndice de matemáticas en el libro que se me hizo exageradamente básico, pero hablo por mí, no me atrevo a decir nada más porque bueno, en mi carrera hay gente que no sabe graficar una parábola (¡una parábola!). 

Por lo demás, sí, esa es la trama, pasan cosas mientras Colin hace su teorema y piensa en las Katherines. Por supuesto, las cosas que pasan son mucho más interesantes que Colin haciendo su teorema. Trabajan para Hollis, grabando los testimonios de mucha gente que vive en el pueblo, sobre si cambiarían de pueblo, si vivirían en otra parte, qué hacen... Vamos, es un testimonio que Hollis quiere dejar para sus nietos. Me pareció algo tierno de parte de Hollis y así nos da tiempo para conocer algunas caras curiosas en Gutshot. Durante esos días Lindsay huye del trabajo para estar con su novio, Hassan hace nuevos amigos que a Colin no le gusta y Colin está preguntándose por enésima vez por qué Katherin XIX lo dejó. Un chico muy entretenido, nuestro Colin. 

Tenemos vistazos al pasado de Colin (algunos tan extraños como increíbles), siendo de los mejores, su relación con Katherine I, La Grande (una relación de dos minutos y medio) y sus experiencias como niño anormal. Hay cosas que lo hacen prácticamente estar a un paso de la categoría de Gary Stu, al menos tratándose de intelecto, pero siempre tenemos su inseguridad (que es molesta, no mentiré) como recordatorio constante de que no es muy perfecto que digamos. Eso John Green lo desarrolló bastante bien, le daré el mérito, pero hay un pequeño problema. 

Pequeñísimo, de hecho. La narración de John Green. Voz narrativa... no es muy agradable, es como tener a Colin en nuestra cabeza y al mismo tiempo a un pedante sabelotodo que todo el rato está soltándonos datos curiosos inútiles (en su gran mayoría) y tenemos el recuerdo constante de que Colin es inteligente: ¡ya lo muestras, Green, o al menos lo intentas, deja de decírnoslo con esas palabras! Pero bueno, la mitad de las notas al pie nada más te causan la impresión de que John Green estaba tal que así: 


Así que en general, lamentablemente, el libro es bastante aburrido, el final predecible más o menos desde la mitad (con detalles de más o de menos) y la moraleja final, estúpida con todas sus letras. Tres libros y sigo confirmando que de verdad, Juan Verde y yo no nos llevamos. Me gusta su sentido del humor alguna veces, sus vlogs, pero sus libros no. Exceptuando a los protagonistas de Bajo la misma estrella, todos los demás son los mismos arquetipos una y otra vez y las tramas se parecen. Los clichés repetidos son los mismos, aquí sólo cambiamos de la obsesión por las últimas palabras de la gente famosa (creo recordar) por los anagramas y al Coronel por Hassan y listo. Tanta originalidad no mata, en serio.

En general la novela está llena de relleno, con pasajes inútiles y poco entretenidos, y acaba convertida (muy lejos de sus pretensiones iniciales) en una plasta adolescente común y corriente que no se distingue en lo absoluto del resto. Vamos, que muy original no es, el planteamiento matemático no se sostiene por muchos lados (porque más bien parece una fórmula hecha al azar en muchos sentidos), los personajes no son exageradamente agradables, Colin en general desespera y no evoluciona lo suficiente como para convertirse en alguien del todo agradable. Y, por supuesto, mi queja normal ya que hablamos de John Green: ¡no tienes naturalidad en los diálogos! Juan Verde parece entender a los adolescentes, pero no su manera de hablar y le acaban saliendo un montón de pedantes traumados complicados con problemas existenciales que se arreglarían de sólo ir al psicólogo. En su mayoría.

Así que el veredicto final sobre esta novela es:


domingo, 12 de julio de 2015

Cómo (no) escribir una novela romántica

¿Quiere escribir una novela romántica plagada de clichés, cero original, que cualquier editorial desesperada por hacer dinero le publicará para lanzarlo a la fama? Sólo tiene que seguir los siguientes sencillos pasos y le aseguro que acabará con una novela romántica (o trilogía, depende de cuanto quiera exprimir a la gallina de los huevos de oro) completamente infumable, llena de clichés baratos de película de instituto gringo, con pesronajes planos y una trama nula. No necesita mucho, sólo un lugar donde escribir su bodrio a la medida.


1. La protagonista primero. Para la chica, el ideal es una estudiante de Literatura Inglesa (o cualquier otra carrera de letras). ¿No tiene ni idea de la carrera? Bueno, no se preocupe, simplemente haga un par de referencias a Orgullo y Prejuicio, el libro de Jane Austen, haciendo que la protagonista se compare con Lizzie Bennett a quien obviamente se parece. Por lo demás, recuerde decir que nunca ha tenido novio (o sólo ha tenido uno, nadie quiere leer de una chica que ha salido con todos), que es muy inocente y si se puede, cuele por ahí también su virginidad. Muy importante lo último. Por lo demás, su personalidad es muy simple y tiene un par de rasgos (estúpidos) muy distintivos: morderse el labio (hasta sacarse sangre), ponerse el cabello detrás de la oreja, rascarse la oreja, ruborizarse como tomate. Ya verá usted. Por lo demás, no tiene personalidad y se deja mangonear por todo el mundo, sin tener opinión propia. ¡Listo! Tiene a su protagonista perfecta.

Ahí la tiene: ejemplo perfecto
2. Obviamente, después va el protagonista. El rasgo más distintivo, y el único que realmente importa, es que sea guapo cual galán de telenovela. Masculino, quizá con un poco de barba, joven y atractivo para que nuestra chica caiga en sus garras en menos de un milisegundo. ¿Qué más necesita su protagonista? Ser machista, posesivo, celoso, muy celoso, tener traumas de la infancia; básicamente, el ingrediente perfecto para una relación amorosa destructiva. Sin embargo, para que sus lectores no se den cuenta de esto, recuerde decir que en el fondo es muy dulce y que sólo necesita de una mujer para arreglarlo. Ignore a su consciencia que le dice que en la vida real, una relación entre sus dos protagonistas acabaría en violencia de género; eso a los lectores y editoriales no les importa. ¿Cómo bonus? Que sea rico, asquerosamente rico, si no, a nadie le va a gustar

Ejemplo perfecto no. 1
Ejemplo perfecto no. 2
3. La relación "amorosa". Píntela como la ultimate love story, haga que todas sus lectoras digan lo tierna que es. ¿Cómo hace esto? ¡Muy fácil! Haga que la chica se deje mangonear por el protagonista, como siempre y que la relación sólo esté basada en lo físico. Ponga frases románticas del estilo: "eres mía", "te quiero y por eso no puedes hacer...", "siempre serás mía", "no puedes escapar de mí"; ¿qué no son románticas sino que algunas dan miedo? ¡No importa! A nadie le importa eso, recuerde lo celoso y posesivo que es su protagonista. Además, no olvide inspirarse en la peor película porno que haya visto para escribir las escenas subiditas de tono, a nadie le importa el realismo y su chica virgen (y en general, mojigata) bien puede resultar una diosa del sexo. Por otro lado, para marcar más aún su romance, no olvide que la chica se tiene que quedar imbécil cada que admira la guapura de su pareja y se crea fea en comparación. ¡Qué subidón de autoestima! No necesita nada más. ¿Un desarrollo profundo? ¿Qué es eso? 

4. Escriba paja para llenar al menos 300 páginas. Citas, encuentros en cafeterías, quizá alguna ex loca del protagonista que quiera ponerle las cosas difícil, métalos en problemas con la mafia si su protagonista es mafioso, haga que alguien intente matar a la chica por razones completamente absurdas. Añada algunos amigos y personajes desechables para la ocasión y pinte siempre siempre siempre a su protagonista como una irritante damisela en apuros. Escriba un final cursi digno de Nicholas Sparks y vea a su pareja caminar agarrados de la mano hasta el infinito. Claro que si quiere escribir más libros, sepárelos para tener una excusa cuando los vuelva a reunir, en la segunda parte.

5. Échese a dormir o siéntese a esperar, lo que usted prefiera. Si escribió todo bien, obtendrá reacciones como las siguientes: 


6. Cuando sienta que el fenómeno se está acabando, escriba más libros malos. Si ya no tiene que escribir porque acabó la historia, simplemente reescriba el primer libro desde el punto de vista del protagonista masculino, y no de la chica. ¿Que no le parece original? No se preocupe, no es el primero en hacerlo: 

En serio, ¡¿QUE CLASE DE KARMA ESTAMOS PAGANDO?!
No olvide incluir pasajes perturbadores como este:
Como bonus, no olvide decir que la gente que critica la relación amorosa de sus protagonistas (diciendo diciendo que es enfermiza y abusiva) son reprimidos mojigatos que no entienden nada del amor. Si puede, venda los derechos de su libros basura a un estudio cinematográfico y hágase más rico. Luego ríase de todos los idiotas que siguen pobres con sueños de publicar un libro

viernes, 10 de julio de 2015

Todas las hadas del reino, Laura Gallego (#LCHaditas) | Reseña

ADVERTENCIA: Esta reseña contiene spoilers por todas partes (los spoilers mayores irán marcados, como siempre). El que avisa no es traidor. Claro que si no has leído el libro y no te interesa spoilearte de lo lindo puedes visitar mi reseña de Todas las hadas del reino sin spoilers en PlusbitsMx.

Sinopsis: Un nuevo cuento de hadas protagonizado por un personaje tradicionalmente secundario; el hada madrina. Una novela ambientada en un mundo de fantasía, que evoca a los cuentos clásicos de siempre, pero al mismo tiempo plantea un ahistoria diferente repleta de magia, aventuras e intrigas. Camelia es un hada que lleva trescientos años ayudando con gran eficacia a jóvenes doncellas y aspirantes a héroe para que alcancen sus propios finales felices. Su magia y su ingenio nunca le han fallado, pero todo empieza a complicarse cuando le encomiendan a Simón, un mozo de cuadra que necesita su ayuda desesperadamente. Camelia ha solucionado casos más difíciles; pero, por algún motivo, con Simón las cosas comienzan a torcerse de forma inexplicable.

Okey, ¿qué tenemos aquí? Un cuento de hadas moderno, más o menos. Por primera vez, la protagonista de la aventura es el hada madrina y no sus ahijados que tienen que hacer hasta cosas imposibles para tener un final feliz. Admito que la premisa (como casi todas las de los libros de Laura) es interesante y sí me dio ganas de leer el libro. Sin embargo, después de no haberme convencido completamente con Donde los árboles cantan y El libro de los portales (reseña pendiente de publicar), no me animaba. Sin embargo, se organizó una lectura conjunta desde Rapsodia Literaria y Entre letras y café, así que me animé. Sólo fuimos cuatro personas, pero definitivamente me entretuve y pude contrastar opiniones con más gente. 

Así que, al analizar el libro, me di cuenta de que extraño las tramas más simples de Laura. El problema con este libro y con El libro de los portales es precisamente la cantidad de personajes inútiles que tienen merodeando por sus páginas. De hecho, los tres primeros capítulos la pasamos conociendo a un set de personajes que nunca habremos de volver a ver, exceptuando, por supuesto, a Camelia. Los demás ahijados son completamente prescindibles y, debido a que su historia jamás tiene un desenlace propiamente dicho, Laura podría haber cortado todas sus páginas; prácticamente, no aportan nada al libro

Además, al ser el resto de los personajes planos, no logré conectar con nadie en ningún momento. Básicamente me resbalaba si Camelia se moría, si no se moría o si alguien le desfiguraba la cara con una motosierra. No me importaban en lo más mínimo, ni para bien, ni para mal. En fin, los personajes me daban igual: Camelia, Simón, Ren, Rosaura, las demás hadas... Completamente igual.

Ahora, sobre el sentido común de Camelia. ¡¿DÓNDE CARAJOS ESTÁ?! Que ya sé que estamos en un cuento de hadas, pero creí que para ese entonces habrían empezado a darse cuenta de que obligar a la gente a casarse (como a su ahijado el que necesita esposa) o encerrar a la gente en torres no soluciona los problemas, ni crea finales felices. En serio, es que ya ni las telenovelas malas al estilo de la maldita lisiada... 


En fin, la trama, hablemos de la trama: había llegado yo a más del 40% del libro y todavía no veía el núcleo real de la historia. Veía a los ahijados de Camelia, a Simón con su amor por la princesa Asteria, a Ren que iba y venía y a relleno inútil por todas partes. Al final, Ren es útil, Rosaura un poco también y Magnolia nos muestra que le pasa a las hadas que se corrompen, pero el resto de los ahijados nos ofrece subtramas inútiles, que al final ni siquiera cierran (como ya dije) y sólo están haciendo bulto en lo que pretendía ser el núcleo de la historia. Al final, parecía que la historia era tan simple como resolver la queste de la princesa Asteria (la que no quería casarse), pero, como toda telenovela barata, se sacó un plot twist forzado, poco explicado y al que le faltó desarrollo. En vez de todo el relleno que tuve que soportar, se podría haber desarrollado eso de una mejor manera

SPOILERS GRANDES COMO UNA CASA

Ahora, cuando llegamos más o menos a ese plot twist, en el que Simón se da cuenta de que Ren los ha traicionado a todos y deja de confiar en Camelia (porque claro, dejas de confiar en el hada que ha hecho todo por ti, que normal; ha ignorado sus celos por ti y ahí estás tú...), Camelia sufre una transformación que la deja más o menos así: 


No, no es una broma. Literalmente se convierte en Maléfica, con rasgos de Rumpelstiltskin, por los guiños a los cuentos que hay. En serio, uno siente que está viendo la película de Maleficent y que lo único que falta es ver a Angelina Jolie. Originalidad se fue a saltar de un puente, porque realmente de original, la segunda parte del libro no tiene nada hasta el final.


FIN DE SPOILERS

Ahora, pasemos a otro tema: las referencias a los cuentos clásicos de los hermanos Grimm, Perrault, y demás: son más de las normalmente aceptables por párrafo. De hecho, en twitter propuse un drinking game: 


Si alguien lo hace, le juro que acaba en coma etílico. Firmado ante notario, si quieren. Realmente, el libro está saturado de referencias a cuentos: La bella y la bestia, Hansel y Gretel, Rumpelstiltskin, La bella durmiente del bosque, Blancanieves, la Cenicienta, Rapunzel, Las hadas, Pulgarcito, El flautista de Hamelin, Barba azul, Los cuatro hermanos ingeniosos, Seis amigos alrededor del mundo, Falada, el caballo prodigioso, el de los cisnes, el de la hermana blanca y la hermana negra... Y esos son sólo de los que me acuerdo en este momento.

En serio. Como siempre, lo que le falla a Laura Gallego es precisamente la ejecución. Partiendo de una buena premisa lo convierte todo en una telenovela, con plot twists que serían interesantes de estar más desarrollados, un final apresurado, absurdo y con OOC en sus propios personajes. Realmente me hubiera gustado ver un desenlace mucho más sólido, con los personajes mejor situados, pero en vez de eso me tocaron unos capítulos de "apaga y vámonos que todo se nos hizo tarde". Y listo.

¿Recomendando? Si eres muy fanático de los cuentos de hadas a lo mejor y te gusta, deberías probar. Si no, me temo que es un libro prescindible y inútil en la mayoría de los casos.


SPOILERS DE LO QUE ME HUBIERA GUSTADO VER AL FINAL

La reacción de Felicia al darse cuenta de que quemaron a su hada madrina, pues se menciona que todo se hizo a sus espaldas. Creo que, visto así, Camelia fue su figura maternal, y hasta que Felicia no empezó a desear independencia, fue la persona que la cuidó. Me imagino que eso abrirá una brecha enorme con sus padres, que nunca se recuperarán del todo de la pérdida de su hija. No la conocen de la manera en que Camelia la conocía y eso va a sufrir estragos en su relación.

Qué ocurre, aunque sea de manera lejana, cuando se dan cuenta de que las hadas les han dado la espalda. Muchas cosas van a colapsar, sobre todo porque, como vemos en algunos de los ahijados de Camelia, usan a las hadas madrinas para cumplir sus caprichos y no realmente sus finales felices. Probablemente culpen al Rey Simón de eso, y todo el sistema político económico explote y el reino de Laura Gallego se convierta en Westeros 2.0. Una perspectiva preciosa.

Definitivamente, no a Ren y a Camelia en modo insta-love. Quizá sólo una insinuación de que podría haber ocurrido en el futuro. Pero no lo que pasó.

FIN DE LOS SPOILERS Y LA RESEÑA

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