Divagaciones de una Poulain
by Nea Poulain

sábado, 25 de junio de 2016

Mis (otras) parejas favoritas | Series de TV

Hay veces que me gusta escribir posts por el fangirleo y esta es una de esas veces que quiero recomendarles algunas de las relaciones que mejor escritas me parecen en la televisión y que más adoro que me hacen sacar mi lista de feels de lo más profundo de mi ser. Ahí es cuando hablamos de el amor (ah, el amor, el amo) y bueno. No estamos a 14 de febrero, pero les voy a meter tanta miel en los próximos minutos que como si lo estuvieramos, chicos. ¿Por qué me gustan las parejas que me gustan? Pues porque están bien escritas, porque verlos hasta darse una mirada me hace ponerme en modo fangirl extrema y... bueno eso. ¿Qué tienen que saber sobre las parejas que voy a poner aquí? Bueeeeeeno, que son canon y que probablemente haya spoilers del tipo quien se queda con quien, evitaré el resto de los spoilers cojonudos. (¡Es muy difícil hablar de parejas sin eso!)


D'Artagnan & Constance (The Musketeers)



En realidad los shippeo desde que leí Los Tres Mosqueteros (versión resumida 1, versión resumida 2 y versión menos resumida 3, todas para niños porque mis papás nunca consiguieron nada mejor), pero realmente fue la serie The Musketeers de la BBC la que me hizo considerarla en mis parejas favoritas de toda la vida gracias a lo bien que los desarrolla y lo bad-ass que hace a Constance (recordando siempre que vive en un mundo de hombres, por y para hombres). Me encanta la tensión sexual que hay desde el primer momento, lo mucho que abofetea a D'Artagnan y a los demás mosqueteros por ser unos imbéciles que piensan con la entrepierna, me encanta que le haga notar a D'Artagnan que las mujeres no pueden hacer lo que quieran. Los adoro a los dos.


Mucha gente se quejó de que en la última temporada no son uno de los grandes enfoques, pero en realidad, de las escenas que podemos ver de los dos, nos damos cuenta de qué tanto han cambiado en cuatro años y como ha cambiado su amor. Y, sinceramente, los guionistas suelen meterse con las parejas casadas y felices para poner drama innecesario y tonterías así que prefiero que no sean el foco de atención y sean tan geniales que los pueda seguir adorando.

Jack Harkness & Ianto Jones (Torchwood)



¿Ustedes creen que empecé a ver Torchwood así de la nada? No, ya iba medianamente spoileada (gracias a Doctor Who en parte y gracias a... bueno... Tumblr). Pero realmente no sabía nada de nada sobre la serie. No sabía lo bien escrita que estaba la relación entre los dos, no sabía que era una serie donde lo menos importante era la orientación sexual de los personajes y en ningún momento ese es un rasgo definitivo de ninguno de ellos. Y que Ianto Jones es absolutamente genial. Eché de menos ver un poco más de él en su etapa más emo, pero la verdad es que siempre le quedó un rastro de eso... Y me encanta con Jack (aunque no estoy segura de que sea lo más sano para su vida o para la vida de nadie, Jack no tiene la cara de ser la persona más emocionalmente estable). 

Bueno, no quiero soltar spoilers. De hecho, me estoy conteniendo bastante para ello, pero si todavía no los he convencido de que vale la pena perder su tiempo con Torchwood tengo algo que igual puede ayudarles a ver la increíble química entre estos dos (mientras yo sigo jurando que su relación es de las mejores cosas que he visto actualmente y que si no están conformes con la serie, hay un montón de audios de Big Finish y libros).



Poussey & Soso (Orange is the New Black)



Bueno, acabo de ver la temporada de Orange is the New Black y además de contenerme para no soltar spoilers más importantes, pues esto ya casi lo teníamos cantado después del final de la tercera temporada. A Poussey le hacía falta una novia (yo adoraba a la alemana, pero su papá se merecía el infierno y más... o mejor el cielo, que yo voy al infierno que vuelo y no quiero mala compañía) y era obvio que necesitaba ser alguien que le correspondiera... (además de que implican que Soso es pansexual o algo parecido o yo qué sé, lo cual es absolutamente genial). 

Oh, my god, vean como la mira
Me encanta ver parejas felices en la serie, porque esta es una serie que suele tener un montón de... bueno... drama (y comedia a partes iguales) y es bonito ver a una pareja que no pelea por estupideces todo el tiempo en la serie. Sigo conteniendo muy fuerte para no soltar spoilers (por el amor de dios, no entren a Tumblr) pero debo decirles que me encantó como desarrollaron su relación en la serie y que apenas del poco tiempo en pantalla que había por toda la cantidad de personajes nuevos y viejos, les dieron el tiempo que necesitaban. Y esto fue todo por esta entrada de fangirleo, chicos.

jueves, 23 de junio de 2016

Este que ves, Xavier Velasco | Reseña

Sinopsis: «El de la pintura es un niño desesperado. Necesita salvarse y no imagina de qué. Quiere salir de ahí, no sabe cómo.»
Ser niño es entender que el que lleva al infierno es un camino corto. Se llega sin saber, se escapa sin pensar, se vuelve sin querer.
El niño de esta historia se resiste a contarla. Antes que darle un sitio en su memoria, preferiría darle sepultura. Cuando menos lo espera, ya está inmerso en un juego trepidante que le permite todo... menos dejar morir una historia. Se trata de salvarla, ése es el juego.
No es que la infancia sea en sí difícil, sino que sus fantasmas resultan invencibles y sus muros -horror- inexpugnables. En un proceso inverso al exorcismo, el autor se transforma en personaje, el retrato en fantasma, la cicatriz en tinta: «Se escribe, igual que se ama o que se vive, porque no queda más alternativa, ni se ve escapatoria tolerable.»

Xavier Velasco y yo fuimos niños (y adolescentes) muy diferentes. Yo era tranquila y bien portada en general, aunque cuando los mayores no miraban y tenía influencia de otros niños era capaz de hacer bastantes burradas. Y las hice (con la ventaja de que, como era bien portada, siempre regañaban a todos los demás primero antes de fijarse en mí). Lo que Velasco y yo compartimos, así, lejanamente, son los pedos mentales que te deja el ser hijo único. De veras lo entiendo porque yo también aprendí a jugar sola y cuando jugaba con alguien me tenían que explicar todo mil veces, hasta que entendía. Sabía entretenerme sola, que era imposible para casi todo el mundo; hasta hablaba sola, fingiendo conversaciones. En serio, niños, ser hijo único te deja tocado. (También tener medios hermanos demasiado mayores para vivir contigo y crecer como hija única, que es mi caso).


¿Qué demonios es este libro? No tenía demasiado chiste porque ya me sé el final. O sea, que este libro es como algo anterior a La edad de la punzada (mismo autor, obvio) y La edad de la punzada es más o menos mi biblia de la adolescencia (con todo y lo diferentes que somos Velasco y yo). Pero igual, el asunto del libro no es saberse el final sino lo que está en el medio, junto con todos los pedos mentales de Velasco. Cuando yo era niña era igual de insufrible que Velasco, sólo que de manera diferente. En mi casa no había dinero para tener moto, pero sí para libros y para que yo escribiera historias sin final. (Aunque con el tiempo mejoré en ese asunto).

Probablemente este libro sólo sea de interés para los fanáticos de Velasco. Mi papá empezó a insistir que yo lo leyera casi el año que salió, pero tuve que pasar por Diablo Guardián primero. Si no, quien sabe qué hubiera pasado. Xavier me hubiera parecido insufrible, mimado. Al final, resulta que leer Diablo Guardián primero tiene sus ventajas. Es la historia de su infancia y como la vida no tiene estructura de novela (introducción, desarrollo, clímax y desenlace) este libro tampoco la tiene. Es corto porque no necesita más páginas. Es la historia de la infancia y se corta en cuanto esta acaba. Es la infancia sin aderezarla con nostalgia, es infancia, simplemente. Todas esas horas muertas y aburridas, el suplicio de ir al colegio y de estar en un grupo donde no te quieren,

Al final este libro me gustó porque puedo identificarme un poco con el protagonista, o sea, con Xavier. No en la parte de malcriado, mimado y desordenado del salón, pero si en todo lo demás. Sobre todo cuando hablamos de la soledad y de escribir. Suelo estar muy en paz yo sola porque siempre lo estuve cuando era chiquita. Tenía amigas en mi calle e iba a jugar, pero la mayor parte del tiempo lo pasaba yo sola con diez barbies y tres kens.


¿Que si recomiendo este libro? Claro que sí. Aunque sepa que no a todo el mundo le va a gustar como a mí porque espero que alguien lo encuentre y se sienta como yo, o le guste o recuerde su propia infancia. Qué se yo. Lo recomiendo.

martes, 21 de junio de 2016

Ella trae la lluvia, Martha Riva Palacio | Reseña

Sinopsis: Calipso llegó a la isla en el peor momento. El calor avanzaba enloqueciendo a los pescadores y lo único que hacía falta era el pretexto para desatar un conflicto. Tras su primer encuentro con ella, en la playa, Teo se ve lanzado todas las noches a otro mundo. Ahí, el amor, la guerra, los sueños y la muerte cobran un matiz diferente. Conforme va descifrando cuál es la historia de su nueva amiga, el chico de doce años cae en cuenta de que en la superficie hay monstruos más peligrosos que los que habitan en las profundidades del océano. Esta es una historia sobre una voz perdida, una bruja de cabello azul que cree saberlo todo y cómo seguir nadando en medio de la sequía.

¿Alguna vez sienten que un libro los llama desde el estante en que está exhibido? Esa es una de las pocas cosas típicas lectoras que me pasan ―los libros nuevos apestan a pegamento según yo, me da igual rayarlos y escribirles en los márgenes y ciertamente no los trato como nada que sea sagrado― en mi vida y eso fue lo que me pasó con este pequeño libro de exactamente 99 páginas ―bueno, quizá unas dos más, pero ahí se detiene la numeración― de la autora mexicana Martha Riva Palacio, con ilustraciones de Roger Ycaza y perfecta edición de el Naranjo, con texto azul, como el mar; si fue a propósito o no, yo ya asumí que sí. No me contradigan, déjenme vivir el sueño.


En la isla las personas se dividen en dos grupos, uno de los cuales culpa al otro por la falta de peces, la sequía y básicamente toda tragedia que les pueda acontecer para demostrar que no los quieren. Los isleños son los oriundos de la isla y llaman criollos a los de afuera; los criollos se llaman a sí mismos la gente del mar y por lo que muestra el libro, son migrantes que se han visto desplazados de sus tierras hacia la isla. Teo es una mezcla entre ambos y le parece que no es bien aceptado en la isla, en donde vive con su tío desde que sus padres murieron, pero tampoco abiertamente rechazado. Como quien dijera, está en un vacío legal. La historia empieza con la llegada de Calipso de la mano de su abuelo, ambos criollos a la isla, mientras Teo nos empieza a explicar sus aventuras junto con la forma de vida en la isla.

Yo soy una optimista de la vida y estoy del lado de Teo: él no entiende por qué los isleños tratan mal a los criollos y yo... bueno, yo ya hubiera empezado a hacer campaña social por sus derechos, pero no estoy en el libro ―¡lástima! Pero si lo estuviera, no sería este libro tan infantil―. Sin embargo, hay quien intenta racionalizar el rechazo y a veces, hasta el odio, por los criollos y admite su discriminación como si cualquier cosa fuera ―cuando, después de incontables libros, películas y noticias deberíamos aprender que no es cualquier cosa y que más bien causa muchos problemas―; hay personajes que sólo repiten lo que otros han dicho ―por encajar―, algunos que intentan cambiar la situación ―pero no se atreven a mucho―, otros que atacan a los criollos directamente y finalmente, los más peligrosos de todos, los indiferentes. 

Teo es un niño y no ha venido al mundo con los prejuicios de los adultos y, como es un poco extranjero, tampoco entiende las peleas. Por eso no tiene ningún problema en relacionarse con Calipso, una niña que no habla, o con su abuelo. Y tampoco, desde que agarró un collar en la playa, encuentra nada extraño soñar con una niña de cabellos azules y ojos dorados, porque desde que murieron sus padres no soñaba. 

Por alguna razón que desconozco, la mayoría de los escritores... no, no esperen, la mayoría de los artistas, tiene alguna clase de fascinación con el mar. Como alguien que apenas recuerda el mar, lo puedo entender. Dicen que sus olas son impresionantes y el mar, por sí sólo, es una de las mayores maravillas de la naturaleza que podemos ver más fácilmente. El sueño de casi todo niño que no nació en una ciudad costera es conocer el mar y de adulto, aunque puedes odiar la playa, el mar sigue teniendo algo: hay a quien le produce calma, a quien le da paz, quien simplemente quiero verlo en los vídeos y de lejos y a quien le produce un rechazo tan profundo que en vez de ser indiferente a él, lo odia con pasión. El mar tiene algo para cada quien y en este libro, el mar y sus peces son como si fueran un personaje más

Las ilustraciones son de Roger Ycaza y el color que predomina es el azul, seguido del naranja, haciendo un tremendo contraste que hace que las ilustraciones sean preciosas. El libro en conjunto es una historia preciosa que involucra temas como la discriminación, a pesar de no llamarla así nunca. Pero nos muestra sus efectos y, como muchos otros libros, nos deja claro que la discriminación no lleva a ningún lado y más bien sólo produce más problema. Algo que haríamos bien en recordar siempre. El Naranjo no deja de sorprenderme con sus libros (para bien) y recomiendo muchísimo este libro. Es la primera vez que tengo el placer de leer a Martha Riva Palacio y estoy segura de que seguiré haciéndolo en un futuro.