Divagaciones de una Poulain
by Nea Poulain
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sábado, 28 de agosto de 2021

Ao No Flag, Kaito | Reseña

Portada del volumen 1 de Ao No Flag
Sinopsis: Taichi Ichinose es un estudiante de tercero de bachillerato poco dado a expresar sus sentimientos y a interaccionar con los demás. Sin embargo, un día Futaba Kuze le revela que le gusta Toma Mita, uno de los chicos más populares de la escuela y amigo de la infancia de Taichi, y le pide ayuda para acercarse a él. Él se siente identificado con ella y decide ayudarla, pero la vida es complicada, y más cuando te encuentras a las puertas del mundo adulto...

Me tomó mi tiempo leer este manga, a pesar de que objetivamente no es muy largo (8 tomos, nada más, cuando yo leí Inuyasha entero en dos meses y medio). No es tampoco del tipo de lecturas en las que suelo enfrascarme sin una buena razón detrás, pero aquí estamos. Después de Ao No Flag, de Ichinose, de Futaba y de Toma y de su historia de amistad. A menudo me he referido a Ao No Flag como el único triángulo amoroso que merece derechos en la historia pero, lejos del chiste, es una sobresimplificación de lo que realmente es Ao No Flag; si hay un triángulo amoroso y si este merece derechos es justamente porque no va sobre esa fantasía (mayormente heterosexual, pero no siempre, las dinámicas de la heterosexualidad medio tóxica han llegado a todos los rincones del planeta) de dos personas luchando por el amor de otra donde no puede haber amistad de por medio y no hay complejidades qué explorar. Antes que romance adolescente, Ao No Flag se enfoca en la amistad y en muchas maneras de vivirla.

(Nota aparte: es un manga con personaje abiertamente LGBT que podría, quizá, ser calificado como BL y me choca encontrarmelo en listas de "mangas LGBT (no BL)", como si ser BL fuera algo malo; no lo hagan, me causan el mismo cringe que el "ay, sí me gusta el BL pero no soy fujoshi"; pista, a los homofóbicos no les importa la diferencia sútil de términos). 

Pongamos un poco de contexto: Ao No Flag es un manga shonen (demografía, no género; moriremos gritando que las demografías no son géneros) que fue serializado en la revista Shonen Jump, del mangaka KAITO (no tengo más información fuera de ese nombre y lo que viene al final de los volúmenes, así que no pregunten más). Su final hizo algo de ruido en los círculos otakus y así fue como llegué a él: por curiosidad. Luego una amiga me lo recomendó con mucha vehemencia y lo puse en los pendientes hasta que no pude aplazarlo más porque se anunció que Panini lo licenciaría en México (¡por fin!) y decidí que era un buen momento para leerlo entero. La amiga en cuestión, por cierto, es Marina Golondria y tiene un video reseñando y analizando el manga llamado Por qué deberías leer Ao No Flag. Lo pueden checar también porque tiene grandes puntos.

Yo quiero hablar específicamente de la amistad en el ojo del huracán. No es extraño que los mangas aborden el tema. A lo largo de todas las demografías y los géneros de manga se ha hablado de diferentes relaciones de amistad y lo profundas que pueden llegar a ser. Sólo ver el enfoque romántico de este manga es quedarse corto. Y caer en la sobresimplificación de decir que no importa lo romántico porque la amistad es muy fuerte (cuando los personajes bien demuestran que todas las maneras en las que se relacionan son importantes para ellos). Así que aprovechando a Kuze, a Toma y a Taichi y al resto de los personajes voy a aprovechar para hablar un poco del tema.

Portada del volumen 2 de Ao No Flag

¿Por qué insistimos en creer que los vínculos románticos están por encima de cualquier otro? O, al contrario, ¿por qué para demostrar que no es cierto que están por encima de cualquier otro insistimos en realzar a la amistad con el único propósito de crear un ranking que la ponga hasta arriba? Supongo que es cuestión de racionalizar las formas en las que nos relacionamos, quien sabe. Pero cosas tan complejas como los sentimientos no se pueden racionalizar. Una de las cosas que me gusta es que Futaba aprecia de diferente manera, pero sin ranking alguno, a Toma y a Taichi a lo largo de todos los estados de su relación con ambos. Demuestra que ningún tipo de vínculo está por encima de otro. Yo que me muevo en espacios fandom vivo oyendo ese "es que lxs shippers están obsesionadas con el romance, no pueden ver una amistad" o "ay, es que por que quieren shippearlxs cuando son una bonita amistad". El simplismo que derrochan los argumentos "romance > amistad" o "amistad > romance" este manga los barre de un escobazo. 

Ao No Flag demuestra dos cosas: escribir relaciones complejas es difícil, sí, pero no es algo de lo que puedas alejarte cuando vas a ahondar en los sentimientos de tus personajes y no hay vínculos que, sin contexto alguno, al vacío, sean mejores que otros.

Mi adolescencia es una época a la que no volvería jamás. Esto va a alguna parte, lo prometo. También suelo bromear con que teenagers scare the livin' shit out of me (y no es mentira). Pero hay algo que me desespera en muchos mercados editoriales (no me pasa mucho con el manga, porque tanto en el shojo como en el shonen hay muchos autores que parecen reconocer que su audiencia es capaz de adentrarse en historias llenas de matices y sutilidades). Algo. Pongámosle nombre. Mientras que existen autores (como lo fue Ursula K. LeGuin, en su tiempo) que defienden el derecho que los niños y jóvenes tenían a adentrarse en historias llenas de matices y a que no se insulte a su intelecto escribiendo cosas llenas de simplismos, hay editores y editoriales que pretenden que las obras para esta demografía sean simples (no todas, pero las hay). Escribe en una estructura lineal, no entenderán si saltas de un lado a otro. Introducción, desarrollo, nudo, descenlace. No entenderán si lo haces de otra forma. No. Eso es demasiado complicado. Los adolescentes son más simples. Ao No Flag barre todo eso en dos segundos. 

Panel de Taichi en Ao No Flag
Taichi

Taichi, Futaba y Toma están en el último año de preparatoria. Se preparan para la universidad o lo que sea que siga en su camino. Ante ellos se encuentra el futuro, grande, amplio, incierto. Creo que todos hemos estado allí, viviendo en una sociedad que te hace elegir algo (lo que sea, aunque te equivoques) a los 18 años. Hemos vivido esa incertidumbre y, tal como Taichi, Futaba y Toma (y Mami y Masuma y todos los demás personajes) hemos sentido mucho y muy grande porque es la época en la que muchas cosas se experimentan por primera vez. Quizá ninguno de los personajes se parezca a lo que fuimos o quizá no queramos compararnos con ellos; quizá no queramos volver nunca a eso que fuimos pero verlo con distancia y desde otras perspectivas, en esta historia, que nos están contando, nos caliente el corazón y nos haga sentir algo. Sugerir que los adolescentes "son simples" (y créanme, he visto la audacia hasta en quien se supone que ha escrito algo para ellos) tras las reflexiones a las que los personajes se enfrentan (y, como lectores, nos enfrentan) es ridículo.

Portada del volumen 7 de Ao No Flag

El amor, la amistad, el futuro, las expectativas, qué es ser feliz, cómo buscamos la felicidad. Todas aquellas preguntas se dan lugar en el pequeño universo de una preparatoria. Y yo, que suelo irme por los caminos de lo no mimético y lo especulativo, ¡lo disfruté muchísimo! Me gustan estas historias, donde no hay moralina barata, donde se reconoce que ninguna relación es fácil cuando son tan profundas como pueden llegar a serlo el romance y la amistad y se narra en consecuencia, llenando las historias y los cuentos de matices y claroscuros. 

¿Les recomiendo Ao No Flag? ¡Por supuesto que sí! ¿Dónde lo leen? Existe scanlation, por supuesto, si en su país no es un manga que haya sido licenciado (en inglés y en español); en México está licenciado por Panini Manga (patrocíname, Panini) y la verdad es que deseo también leer su traducción para ver qué tal. Donde sea que lo lean, no importa, sólo disfrútenlo mucho. Es una historia maravillosa.

Ao no Flag, manga Panel
Taichi y Futaba

PD: Y no, Raúl, las fujoshis no arruinaron Ao No Flag.