Divagaciones de una Poulain
by Nea Poulain
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domingo, 15 de marzo de 2015

Cada día, David Levithan | Reseña

Sinopsis: Cada mañana, A despierta en el cuerpo y la vida de una persona diferente. Nunca hay aviso previo de dónde ocurrirá o quién será el elegido. Pero A ya se ha hecho a la idea de ello, incluso tiene una serie de normas que sigue para vivir: nunca involucrarse. Pasar desapercibido. No interferir. Todo está bien hasta la mañana en la que A se despierta en el cuerpo de Justin y conoce a la novia de este, Rihannon. A partir de ese momento, las normas a través de las cuales se ha guiado siempre dejan de tener sentido. Porque, finalmente, A ha encontrado a alguien con quien de verdad quiere estar... un día, y otro, y el día de después.

Este fue el libro de esta quincena en el club de lectura de La Noble y Ancestral Cada de los Black y me dejó los sentimientos un poco encontrados. Por un lado no me disgusta, pero por el otro... bueno: vamos a la reseña.

Obviamente, había momentos en que la cantidad de nombres personajes y situaciones me mareaba. Supongo que todo eso es a propósito porque A lo ve de esa misma manera: sólo tiene la opción de permanecer en un cuerpo veinticuatro horas y le toca de todo: parejas felices, parejas que están en una mala racha, chicas con hermanos que se meten mota, porros, chicas desagradables, chicos inteligentes, chicos controlados por sus madres, chicos con problemas, chicos sin problemas... Y todos ellos tienen un trasfondo y una historia, pero vemos apenas lo justo en muchos casos. Y eso es lo mismo que ve A. No tiene otra forma de verlo. En ese sentido, aun con todo el mareo, me pareció bastante bien, aunque llega un punto en el que parece que Levithan está intentando abarcar muchos más temas de los que puede y se pierde en cosas que a nadie le importan para la trama... Familias funcionales, disfuncionales, gays, lesbianas, chicos normales, frikis, no frikis, chicas depresivas, ansiosas, reinas del hielo de la preparatoria. En serio, ¿era necesario TANTO?

Levithan metiendo personajes a lo loco
Eso sí, tiene sus opiniones sobre cada persona y no duda en decirlas. Así que siempre vemos a todos los cuerpos que habita desde su juicio. Es justamente lo que creo que pasa con Justin: no me parece especialmente un mal chico, aunque no sea un novio demasiado bueno, pero al verlo desde los ojos de A, lo vemos peor de lo que es. Creo que Justin es un chico al que le gusta sentirse querido y Rhiannon lo quiere, le es fiel, pero no le pone exactamente toda la atención del mundo y Rhiannon confunde todo aquello con amor. Pareciera que está en la relación por comodidad, porque lleva un año con él... Sinceramente, no lo condeno de la misma manera de A: sé lo que la rutina puede hacer, te acostumbra, y es un horror, pero para salir de eso necesitas más que unas palabritas bonitas, necesitas que te abran los ojos (que es lo que hace A). Así que aunque Justin no me parece precisamente un buen chico, tampoco me parece tan malo como A lo pinta, simplemente es un chico que no merece, ni de lejos, la novia que tiene. Cuando corta con Rhiannon obviamente vemos su peor cara, pero creo que, aunque no es justo para la chica, es perfectamente lógico que reaccione de la manera en que lo hace: sentirte engañado es una mierda.

Bueno, bueno, sobre el insta-love... o algo así. Creo que A lo llama amor porque es la única manera que tiene de llamarlo. Vive vidas de un día, así que sólo tiene un día para apreciar a una persona, a un padre, una madre, una novia... Y eso lo lleva a llamar "amor" tan pronto a lo que siente por Rhiannon. Ella, por su parte, necesita tiempo. Y eso es obvio. Además de que nunca acaba de acostumbrarse. A le gusta, pero la cosa es muy complicada. Aunque muchos autores se empeñen en creer que no, la distancia y las complicaciones podrán no hacer mella en el amor, pero sí en las relaciones. Los dos personajes lo tienen muy difícil y Rhiannon se incomoda especialmente con los cambios de A. Intenta que lo del exterior no importe, pero ni sus mejores intenciones ayudan cuando A es una chica ―y a ella no se le nota del todo cómoda― y cuando A está gordo. No vende la idea de que el "amor lo puede todo" o "un chico que se enamora de ti en un día es completamente normal".

En fin... en varias ocasiones sentí que A no se consideraba un él o una ella, simplemente una persona, pero la traducción en español se empeña en que hable como él... quizá también en inglés, ya lo veré. Tampoco le importa enamorarse de un chico o una chica... en su particular manera de ver las cosas, parece ver más allá. Eso sí, tengo problemas con el el final, completamente racional y normal. Justo para A ―y para sus creencias―, pero lo de Rhiannon... no, gracias. ¿Por qué conseguirle un novio? ¿Por qué? ¿Por qué simplemente no puede quedarse sin A y listo, punto, cerrar un capitulo en su vida? No, allá va el autor a ponerle un novio... digo, A a ponerle un novio. Rodé los ojos hasta que se me cayeron, porque perpetua la idea de que las chicas necesitan un novio (al menos lanza a la basura la idea de que un novio arregla todos tus problemas, que ya es algo). Y ya dejé claro qué tan buena me parece esa idea (pista: NO). 


Eso sí, a veces quería ir a darle unos buenos zapes a A con su manera de ver la vida. No es exactamente el narrador más confiable del mundo porque desde el momento que ve a Rhiannon todo gira en torno a ella. Y para la chica no todo gira en torno a él, ni un mísero momento, así que es lógico que el chico se quiera arrancar las venas, tenga opiniones con las que no estoy de acuerdo y me haga querer gritarle. Queda claro que no es un narrador nada confiable, que no piensa racionalmente porque lo más cerca que ha estado de tener una relación estable es Rhiannon ―y el que te guste alguien te hace actuar como un idiota― y que, sentimentalmente no tiene experiencia aunque se empeñe en creer que sí. La chica se lo dice una y otra vez, pero el está duro y dale: "que he visto cosas". Sí, m'ijo, has visto cosas, pero una cosa es verlas y otra experimentarlas. Y es precisamente por ello que le dan calabazas.


Pero bueno... hablemos de la parte más mala: sentí la trama de Nathan muy desaprovechada en algunos puntos pues había momentos en los que se hacía obvio que sólo volvía al escenario cuando A y Rhiannon estaban alejados, era sólo el recurso extra ¿de verdad eso era necesario? Voy a colgar un cartel que diga: "No creen tramas que luego van a desaprovechar", que muchos autores lo ignoran y meten el relleno por el relleno. También la intervención del reverendo me hizo pensar que había algo más allí, pero al final, nada de nada. Sólo las ganas. Que conste que lo del reverendo podría haber sido un clímax y no lo fue, lo que hace que el libro sea más plano.

Levithan es ese autor que me hace tenerle fe a lo juvenil, pero con este libro noté que no es ni de lejos, el mejor. Lástima que sea el único traducido, pero yo me quedo con Two Boys Kissing. Le hace más justicia a sus personajes en esos dos, que en este.

sábado, 21 de febrero de 2015

Oscars Literarios (IV)

Nombrar lo mejor y lo peor de cada año el sábado antes de los Óscares ya es costumbre. Dann fue el primero en hacerlo en su blog: Ratonera de un cuasi-escritor. El recuento es de lo que leí el año pasado (febrero 2014 - enero 2015, que se pueden consultar en mi perfil de Goodreads o el año en que me de por hacer las reseñas aquí). Así que, pasando a cosas importantes, los premios a lo mejor de mis libros el año pasado es... 

Este año, la música, cortesía de A. C. Newman, Prophets, del albúm Get Guilty.

Mejor trama


Se lo queda Los días del venado, de Liliana Bodoc. Le debo una reseña en condiciones (aunque ya tiene una Plusbits), pero es que el libro es amor puro. Muchas referencias a las culturas prehispánicas en américa latina, desde los husihuilkes que habitan los Confines, los zithahay de Beleram y los Señores del Sol que me recordaron demasiado a los Aztecas. Además la manera de escribir de Liliana Bodoc no te hace extrañar la acción y sabe hilar, perfectamente, los hilos de la trama y urdir intrigas de todo tipo ¡y todo el tiempo! Además, crea un universo mágico y te hace desear conocerlo... aunque pasen tantas desgracias en él, pues no le tienta la mano a la hora de hacérselo pasar mal a sus protagonistas.

Es, como suelo decir, una de esas escritoras rompe kokoros, porque la verdad, me tardé en terminar el libro por falta de valor. Liliana no se tienta el corazón en ningún momento y a veces George R. R. Martin se queda corto en comparación con ella.

Mejor escritor


David Mitchell, por Cloud Atlas, El Atlas de las Nubes, un libro en el que, aunque la historia es buena, la forma es lo que importa, la manera de entrelazar un diario de viaje, las cartas a Sixmith, una novela de escenas cortas sobre una periodista que buscar deshacer un misterio, un relato de un editor inglés que posteriormente se vuelve película, un interrogatorio, o entrevista, según se vea a un clon rebelde y finalmente, un relato hablado (con todos los errores de gramática y sintaxis que eso conlleva). Parece, por momentos, que lo que importa no es en sí la historia, si no la forma. Un libro precioso, cuyo autor supo cómo hacer para mantenerte en vilo. (También, por cieto, hay una adaptación cinematográfica que es muy buena).

Mejor protagonista masculino


Kyril, de Los novios búlgaros, un búlgaro que huye de Bulgaria en busca de riqueza fácil y se encuentra con un caballero dispuesto a dárselo todo. Un personaje gracioso hasta cierto punto, sin miedo a la muerte, al que le faltan escrúpulos y quizá un poco de moral, pues está dispuesto a todo para conseguir algo de dinero, hasta a lo ilegal. Incapaz de estarse quieto, con un mal gusto que se hace notar en su forma de vestir y en esa cadena dorada gruesa que quiere para el cuello, con una moto y demasiadas multas, siendo el chófer de un caballero sin carro se va abriendo paso por Madrid.

Mejor protagonista femenino



Se lo lleva la única chica capaz de hacerme leer más libros de Scott Card: Petra Arkanian. Medité mucho antes de dárselo, porque parece que en los libros de Scott Card el único propósito de las mujeres, por más  genios militares que sean, es casarse y tener hijos (y la mayoría acaba deseándolo a los quince años con una vehemencia que yo nunca he tenido). De preferencia muchos hijos. Pero Petra es Petra y lo merece. Porque deseó ser la madre de una nueva raza (y de hecho, lo fue, aunque no haya visto crecer a sus hijos) y libró una guerra... y me hizo seguir leyendo esos libros. De verdad, Petra se lo merece. 

Mejor comic/manga/novela gráfica



La categoría que se estrena (porque la mitad de las cosas que leí en el año fueron manga y comics) es para xxxHolic, de las CLAMP. Nada lo supera, aunque fieles a su estilo, las CLAMP me dejaron con mil y un dudas al terminar de leer todos los tomos, pero los personajes valieron la pena. He de decir que aun no he visto el anime y no quiero verlo por miedo a que me arruine la percepción que tengo del manga (cosa que me pasó con X, pero al revés). Y tampoco me he leído xxxHolic Rei, pero lo tengo pendiente (y tiene el listón demasiado alto).

Mejor personaje secundario femenino



Para La inocente, La destrenzada, Wilkilén, de La saga de los confines, en especial, por Los días del fuego. El personaje de Liliana Bodoc se caracteriza por su inocencia y su manera de ver la vida. Por andar con trenzas y hacerse amiga de la muerte. Un personaje que aparece muy poco a lo largo de la saga, pero sus apariciones siempre son oro puro. ¿Quién más se atrevería a decirle a la Muerte que es una vieja senil y ofrecerle trenzarle el cabello y pintarle con añil las líneas de la mano? Bueno, pues Wilkilén, que crece a lo marco de tres libros, y nosotros la vemos crecer.

Mejor personaje secundario masculino



Kostya, de Guardianes de la noche (y los libros siguientes). Aunque en realidad su papel en Guardianes del Crepúsculo fue el que me hizo darle este lugar. Kostya es Kostya y... realmente no sabía que esperaba de él: si un rebelde, un renegado o un antagonista. Pero Kostya es sólo Kostya y en eso radica que me haya gustado, no es precisamente un vampiro al uso, tampoco un otro al uso, y mucho menos un personaje que puedas clasificar en ninguna parte. Los sentimientos entre paternales que despierta en Anton al principio de la saga y, finalmente, las sospechas que van acabando con él... Un personaje perfecto, redondo, humano...

Mejor libro no ficción



Es, sin ninguna duda, para La noche de Tlatelolco de Elena Poniatowska. Lo más notable de no ficción que leí el año pasado. No entra precisamente en la categoría de ensayo y no pretende narrar los hechos del 2 de octubre de 1968, pero es una compilación de anécdotas y entrevistas que se dieron lugar esa noche y en genera, durante todo el movimiento. Un libro interesante, de por sí. Le debo una reseña también, pero esa quizá, quizá, se tarde un poco en llegar, porque no sé con que palabras describir este libro, porque aunque cuenta la historia, no es, en ningún momento, objetivo, tiene demasiados puntos de vista entremezclados. 

Mejor libro



Definitivamente, para Two Boys Kissing, de David Levithan. Hermoso en todos sentidos... de hecho, pueden leer la reseña que le hice. Básicamente califico al libro como una sucesión de palabras muy bien acomodadas con situaciones demasiado cotidianas que se vuelven extraordinarias cuando las lees. Lástima que aun no esté disponible en español (y de hecho, dudo que llegue a estarlo alguna vez), pero si pueden leer en inglés, se los recomiendo mucho. Lo mejor de todo, quizá, sea que no necesita apelar al drama para hacerte pensar o enternecer. Simplemente necesita mostrarte escenas cotidianas.

sábado, 12 de abril de 2014

Two boys kissing, de David Levithan | Reseña

Sinopsis: El reconocido autor David Levithan cuenta la base de la verdadera historia de Harry y Craig, dos chicos de 17 años de edad que están a punto de participar en un maratón en el que se besarán durante 32 horas para establecer un nuevo Guinness World Record. Toda la novela es narrada por un coro griego de una generación de hombres homosexuales víctimas del SIDA. Mientras que los dos chicos cada vez más deshidratados y con falta de sueño, se les cierran los labios, se convierten en un punto focal en la vida de los otros chicos adolescentes que se ocupan de languidecer relaciones a largo plazo, al salir, el control por la identidad de género, mientras que la pareja besándose trata de averiguar sus sentimiento el uno por el otro.

No digo que sea el descubrimiento del año, pero me enamoré. En serio. Es un libro con una sucesión de palabras que cuentan una historia demasiado bonita que es especial precisamente por lo cotidiana que es. Excepto por los dos chicos que intentan romper el récord Guinness y que son el eje de la historia, las demás historias que se entrelazan son ese tipo de historias que cualquier ha vivido. Es la historia de esos novios que llevan tanto tiempo siendo novios que viven en una rutina, la historia de la primera cita, ese irremediable "quién carajos soy" de la adolescencia, el miedo a que los demás no te entiendan, el sentimiento de "nadie me hace caso y mis padres no me quieren".

Me ha gustado. Mucho. Un libro cortito que se lee en dos patadas con un poco de paciencia, con un final abierto que deja un buen sabor de boca. No es un libro profundo, o al menos a mí no me lo pareció. Está escrito de una manera tremendamente sencilla, con frases cortas, siempre desde la vista de una generación atrás, una generación que ha visto más y sabe un poco más de la vida. Ese fue, quizá, uno de los detalles que más me gustó: que los narradores saben que están viendo adolescentes, que conocen los errores de los adolescentes, pero no los juzgan demasiado, que aceptan que así es la vida y que cada quien tiene que cometer sus propios errores.
The first sentence of the truth is always the hardest. Each of us had a first sentence, and most of us found the strength to say it out loud to someone who deserved to hear it. What we hoped, and what we found, was that the second sentence of the truth is always easier than the first, and the third sentence is even easier than that. Suddenly you are speaking the truth in paragraphs, in pages. The fear, the nervousness, is still there, but it is joined by a new confidence. All along, you've used the first sentence as a lock. But now you find that it's the key.
Los narradores son testigos de la soledad de Craig mientras mira la pantalla de su celular, mientras se comunica con "contactos" y no con amigos, de como la familia de Peter acoge a Neil como un hijo y como la homosexualidad de Neil es un secreto a voces del que nadie habla. De la manera en que la madre de Craig se entera de la homosexualidad de su hijo y esa forma tan humana de reaccionar que tiene.


No es un libro dramático, no apela al drama para hacerte enternecer. Hay drama, pero también hay romance, la felicidad del primer amor, los altibajos de una relación que ya dura años, las peleas y las formas que cada quien tiene de reconciliarse. Los celos de un adolescente y la desesperación de otro la ver como sus antiguos amigos lo denigran por salir con un chico. Ese lema que casi todos hemos esgrimido alguna vez de "la sociedad está mal" sin darnos cuenta de que somos parte de ella.

Es un libro precioso. Sin más. Muy muy recomendado.