Divagaciones de una Poulain
by Nea Poulain
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sábado, 25 de abril de 2020

El fantasma de la casa del lago, Ana Romero | Reseña

Sinopsis: Julia y su padre se ven empujados a mudarse a una vieja casa en un pueblo que no conocen, con el paso de los días notan que una extraña presencia los acompaña en su nuevo hogar. Llena de curiosidad, y acompañada de su perro, Julia intentará averiguar más sobre la historia que envuelve a esa casa junto al lago y buscará descifrar quién es el ente que los rodea.

Leer este libro en voz alta, enterito, es una aventura. Lo leí todo completo en voz alta, sin haberlo leído nunca antes, pa' que escuchara toda la familia (las cosas que hace la cuarentena). Al final sólo acabó escuchándolo mi mamá, que no es muy dada a la literatura de fantasía, pero Julia, la protagonista, le cayó bien. Me gusta leer en voz alta. Lo disfruto mucho. (Seguro si me siguen últimamente les ha tocado escuchar mi voz leyendo). 

Total, que leí El fantasma de la casa del lago entero y voz alta y no lo puedo imaginar si no es contado. Llevaba mucho tiempo teniéndolo pendiente. Soy muy fan de Ana Romero (una de las autoras mexicanas que más me llega), aquí en el blog he reseñado Puerto libre y quería ver su aproximación a los fantasmas. Los escritores estamos obsesionados con ellos (también con los vampiros, los inmortales, la idea de la eternidad y esas cosas, cada quien sus obsesiones, claro) y son muy recurrentes en la literatura. Romántica, de terror, de misterio, fantástica. Aparecen hasta debajo de las piedras. Por eso quería leer este libro. 


Ahora sí, ya podemos hablar de él. Julia y su papá llegan a un pueblo (San Miguel) empujados por el abandono. Después de vivir en la colonia Portales y ser abandonados por Carolina (madre y esposa) que se fue a buscar sus sueños a San Petesburgo, Rusia y de pasar como año y medio en una caravana, sin nada, el papá de Julia decide que su hija se está volviendo estúpida, que no sabe nada de nada y que tiene que ir a la escuela como la gente normal.  Y acaban endeudados en San Miguel, en la casa de lago, un vejestorio rebajado mil veces, medio quemado, abandonado y en necesidad de cuarenta reformas cuando menos. A Julia no le hace gracia porque además corre la historia de que la casa está embrujada y que la habita el ahogado.


El libro, a dos voces, cuenta la historia de Julia y el Ahogado, Matías. Son dos voces muy diferentes. Julia es sarcástica, esconde en su interés inicial por el fantasma (y cuando digo interés quiero decir obsesión absoluta) el resentimiento contra Carolina (que, cabe mencionar, se fue dejando sólo un post it en el refri y ninguna explicación) y la sensación de abandono que siente. Investiga la casa, pregunta por la historia, se comunica con Matías e ignora siempre hasta cuando su mente le lleva a Carolina al frente. Una de las cosas más interesantes del libro es esta no-relación entre Julia y su madre. El resentimiento de Julia duele, porque se siente abandonada y no entiende por qué (lejos del concepto abstracto de que Carolina se fue a Rusia a perseguir sus sueños que no encontraba en una casa en la colonia Portales). Además, carga con el no encajar de todos los adolescentes (criaturas fantásticas que no entiendo ya pero que me recuerdan que la adolescencia es estar en constante estado de guerra), tiene un perro medio psíquico y vive en una casa embrujada que le produce terror. 
 

Entre sus capítulos, existen pequeños entre-capítulos en los que es El Ahogado quien tiene la palabra y poco a poco, tal como lo hace el lector, se descubre fantasma el también. Al Ahogado me encantó darle voz. Su manera de narrar y de descubrir el mundo me resultó maravillosa y toda una experiencia en esto de los libros de fantasmas. A tuiter subí un pedazo de la lectura que pueden escuchar, en mi dulce voz, acá: 
Al libro también lo acompañan las ilustraciones de Armando Fonseca, en negro, blanco y amarillo, que sirven para marcar la atmósfera del libro. Una de las cosas que más le reconozco a la editorial El Naranjo es el esfuerzo que le ponen a las ilustraciones de sus libros. Realmente son trabajos maravillosos en casi todos los casos (de los libros que me gustan) y trabajan con unos ilustradores super chidos. Me gustó mucho el trabajo de Armando Fonseca, que adora esta reseña (por supuesto). No cuesta nada imaginarse la atmósfera de la casa y del mundo de Julia viendo las ilustraciones que acompañan su historia


Ahora, para conseguir el libro en estos tiempos complicados: en Amazon está barato (no soy fan, pero por esto del precio y accesibilidad) como libro digital y estuvo gratis en la App Store de Apple (así que si tienes un dispositivo, pues... yo aprovecharía, porque yo no tengo). Lo encuentran con Editorial El Naranjo. Y por supuesto, seguro cuando acabe la contingencia, quizá se encuentra en alguna biblioteca (pero yo no sabría decirles de ese asunto ahorita). Se los recomiendo mucho. Entre sus páginas se escribe la historia de un abandono, de una muerte, de amor, de un misterio. Julia mueve los hilos de toda la historia y es una narradora francamente buena. Quizá si tuviera una queja, diría que el final, final, la última página, me hace aguas y que quizá podría haber vivido sin ella, pero todo lo demás me parece bastante redondo.