Divagaciones de una Poulain
by Nea Poulain
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viernes, 22 de enero de 2016

#MásGordoElAmor, Antonio Malpica | Reseña

"Pe... pero... ¡¿YA LO ACABASTE?!"
― Mi papá, dos días después de comprarlo.

Sinopsis: Ella tenía quince años. Él también. Y se amaban (ejem) con locura... Pero el destino a veces es cruel. Y la fortuna hace de las suyas. Ahora, muchos años después, la suerte les ha puesto los ojos encima. Casa, vestido y sustento no importan. Ni distancia alguna que los separe. No hace falta salud ni dinero. Encontrarla es lo único que importa.

Yo decidí que iba a leer este libro y otros cuantos de Malpica un buen día y decidí pregonarlo por toda mi casa, mi vida, internet, mi colonia. Hasta que me cansé porque la FIL Minería todavía quedaba muy lejos y yo no iba a comprar libros hasta entonces. Supuse que todo el mundo sabría para entonces que yo quería algún libro de Antonio Malpica. Pero no. Mi papá oyó en el radio una entrevista con Malpica donde hablaba de este libro y le llamó la atención que los protagonistas perdieran su tiempo en Plaza Satélite, que los novios adolescentes se citaran en la oficina de correos que estaba enfrente de Plaza Satélite y que muchos de los circuitos salieran mencionados. Y lo compró. Bueno, quizá todavía no entiendan por qué, pero se los explico: mi papá ha vivido más de la mitad de su vida a cinco minutos de Plaza Satélite. Pensaba darle el libro a mi hermana, pero yo lo encontré, lo abrí y antes de que se diera cuenta ya había decidido yo que: 1) el libro iba a ser mío y 2) el libro estaba muy bueno. 

Había leído libros ambientados en el D.F., pero nunca, nunca jamás, un libro en el que Ciudad Satélite tuviera tanta importancia. Ciudad Satélite, un lugar parecido a un fraccionamiento para gente que se creía rica de los años setenta y ochenta, sin semáforos (pero con muchos topes), con circuitos en vez de avenidas, hoy con el tráfico cada vez más inaguantable, y cada día más gente. El Pollo, Molina y Simón, amigos de toda la vida, tienen algo en común: su adolescencia transcurrió en Ciudad Satélite, en la misma secundaria, que por cierto, es la misma a la que fueron mis hermanos (yo no, yo fui a acabar a una secundaria laica más persignada que la más católica de las escuelas, donde todos los maestros se iban por problemas con la dirección, toda una lástima). Allí fue donde Simón conoció a su primer amor, Majo Tuck García, la popotitos, flaca, flaca (busquen la canción: Popotitos, Los teen tops), más rara que nada, convencida de que Simón era el amor de su vida y se iba a casar con él. Según yo, el amor de los quince es más dramático que la telenovela de la lisiada, más estúpido que nada, lleno de absolutos (nuncas, jamáses, siempres) que nadie cumple y más cortavenas que el libro más deprimente que hayan leído.

Lo sé, yo soy toda una optimista. Así que esa historia se trata de ese primer amor. O de la masturbación mental que ese amor supone treinta (o menos) años después, ya en los cuarenta, con decepciones amorosas a tutiplén, divorcios, hijos, carreras truncadas y sueños deshechos y vueltos a hacer y adaptados a decepciones anteriores. Así se encuentra Simon cuando su pareja actual, Judith, le pone los cuernos en su propia casa y decide que ya está bien, que nadie puede tener tan mala suerte en la vida y que se va a suicidar. Pero antes de que logre llevar a cabo su cometido, ocurren dos cosas y una de ellas es que decide lanzarse en la búsqueda de una de las tres personas en el mundo que no tienen ni twitter, ni facebook, ni ninguna red social conocida y que parece que no han tenido conexión a internet en su vida: su ex novia de la secundaria, Majo Tuck García, a la que recuerda como si hubiera visto ayer y está convencido que es su amor para toda la vida porque ella fue la única con la que no cagó las cosas. 

David Tennant, nunca me falla
Así que así parte el libro: una búsqueda de telenovela, pero sin las tonterías habituales de una, una narración hecha por El Pollo que volvería loco a cualquier maestro de literatura, porque salta de un narrador a otro como le da la gana y lo encuentra conveniente. Este tipo de recursos suelen ser inteligentes bien usados, con una justificación decente, no sólo porque "me dio la gana" y este libro es uno de esos que sabe hacer eso de ese tipo de narración. El lenguaje es simple... bueno, supongo que es simpre si eres mexicano y conoces todas las groserías posibles que se dicen en el DF, por lo menos. Si no, te recomiendo que te busques a tu amigo mexicano más cercano y lo interrogues sobre cuanta palabra rara se te cruce

Los personajes son creíbles dentro de su entorno y situación, por supuesto. Pero como he conocido gente más extraña, no los cuestioné mucho. Un psicólogo infantil que en realidad quería dedicarse a dibujar comics toda su vida, pero lo único que ha conseguido es tener seis carpetas llenas de dibujos de Juventina, que describe como una Mafalda mexicana mil veces más ácida (o un millón). El Pollo que quería ser una estrella de música country... y lo único que ha logrado es tocar en las bodas... mientras llegan los novios al salón. Y Molina, el que completa el trío, que es ejecutivo bancario porque a su novio le gustan los ejecutivos bancarios, no porque le encante el trabajo. Lo sé, panorama desolador. Los personajes tienen sus objetivos, consientes, inconscientes, sus incongruencias de seres humanos y es muy fácil empatizar con ellos aunque sus desgracias no se parezcan en nada a tu vida. (En primera porque, primero, no conozco mucha gente con tantos problemas para encontrar a su novia de hace mil años y, por supuesto, tampoco con muchas ganas). 

En resumen, aunque este libro da muchas vueltas sobre el amor y el núcleo es precisamente la búsqueda de un amor perdido, poco hay de romántico en todo el asunto. Las conversaciones de Simon y Majo a los quince años no dejan de ser perturbadoras, pero con un dejo de romance, principalmente por la insistencia de Majo en asegurarse que Simon es el hombre perfecto para ella y el recuerdo que guarda Simón de su ex parece empañado por sus ilusiones, más que una representación de la realidad. Y el personaje lo admite. La novela es divertida, a pesar de las desventuras de los protagonistas y todas las vueltas que da la historia antes de llegar a su final. Parece que hubieran puesto a Xavier Velasco a escribir la historia que pretendía contar Mónica Beltrán Brozón en Historia de un corazón... y tal vez un par de colmillos. O al menos el estilo, la narración y los personajes me recordaban a los de Brozón mezclados con la Violetta de Velasco.

Tennant no falla
Los secundarios siempre tienen su papel y, una de las curiosidades del libro es que El Pollo, en ese papel de narrador omnisciente que se adjudica al principio del libro, intenta ser lo más objetivo con todos sus personajes, pero de alguna manera acaba siempre dejando escapar un pequeño pedacito de su parcialidad y sus pensamientos. El tratamiento que le da a Rosa, su ex mujer, es uno de ellos. Parece que, aunque nuestro narrador en tercera persona no la odia, sí que se siente irritado por su presencia y deja que algo de eso se le acabe escapando. Para mí es un increíble detalle porque nos recuerda que nuestro narrador es un narrador en quien no podemos confiar demasiado para hacer juicios de valor objetivos y que es uno de los personajes del libro. Me recuerda un poco a La Peste de Camus y como estoy segura de que alguien me vendrá a tirar una piedra por atreverme a comparar al genio de Camus con cualquier cosa, remarco lo de "un poco".

Los giros de la novela son inteligentes y realmente en los plot twists no sentimos que Antonio Malpica nos haya tratado como lectores imbéciles. No diría yo que son los mejores plot twists del mundo, pero al menos no son de esos que, como en algunos otros libros, me hacen desear lanzar el libro por la ventana y mucho menos parecen escritos por un guionista de Televisa. Malpica hace y deshace con sus personajes hasta que nosotros ya sólo deseamos que por favor les vaya bien. Que se ven como buena gente, a pesar de lo malhablados y de todas las locuras que hacen por buscar a alguien. Antonio Malpica me convenció, literalmente, que sus personajes se merecían algo bueno en la vida no por ser buenos, simplemente por ser humanos.


Las ilustraciones, magníficas todas ellas, son de Bernardo Fernández, BEF, y aparecen en forma de tira cómica cada ciertas páginas, siempre hablando del mismo tema o problema al que se están enfrentando los personajes. Es cierto que yo hubiera preferido que estuvieran entre capítulo y capítulo, porque a veces me cortaban la lectura en medio del párrafo, pero me gustaron muchísimo. Sí daba la sensación de que, como dicen en el libro, Juventina era una especie de Mafalda mucho más sarcástica que la original, pero con su propio toque

Les recomiendo el libro, no se van a arrepentir (eso espero). 

lunes, 26 de octubre de 2015

Landline, Rainbow Rowell | Reseña


Sinopsis: Georgie McCool knows her marriage is in trouble; it has been in trouble for a long time. She still loves her husband, Neal, and Neal still loves her, deeply — but that almost seems beside the point now. Maybe that was always beside the point.

Two days before they’re supposed to visit Neal’s family in Omaha for Christmas, Georgie tells Neal that she can’t go. She’s a TV writer, and something’s come up on her show; she has to stay in Los Angeles. She knows that Neal will be upset with her — Neal is always a little upset with Georgie — but she doesn't expect him to pack up the kids and go home without her. When her husband and the kids leave for the airport, Georgie wonders if she’s finally done it. If she’s ruined everything.

That night, Georgie discovers a way to communicate with Neal in the past. It’s not time travel, not exactly, but she feels like she’s been given an opportunity to fix her marriage before it starts... Is that what she’s supposed to do? Or would Georgie and Neal be better off if their marriage never happened?

Esto es el diálogo que ocurrió en mi cabeza para que yo me decidiera a leer este libro: 
Consciencia: Fangirl te decepcionó de manera épica, ¿por qué le das otra oportunidad?
Yo: A la mejor ha mejorado y ya escribe mejor. A la mejor no hay tantos clichés en la historia.
Consciencia: No. Eso no va a pasar. Mira a John Greeen y tus intentos de oportunidad.
Yo: No puede ser tan malo *agarra el libro y lo abre*
Consciencia: No, no es posible. Me voy a suicidar. Ya. Ahora.

Y como consciencia pronosticó el libro fue une épica decepción. Yo aún no entiendo, pero ni de lejos, que haya ganado Best Fiction en los Goodreads Choice Awards. Es malo. Aburrido. Personajes no importantes. No entiendo por qué ganó. Creo que simplemente asumiré que la gente tiene mal gusto y ya. Pero bueno, vamos a argumentar por qué este libro me pareció, entre otras cosas, mortalmente aburrido.

La sinopsis te destripa básicamente todo el libro. No hay más historia allí. Creo. Te destripa toda la trama y el débil núcleo que tiene. Deberían decirle a quien escribe las sinopsis que, por lo menos, se preocupe por que no te cuenten toda la historia, o al menos no todos los puntos relevantes. Juro que, con una excepción, quizá, no hay nada más de interés para la trama principal dentro del libro. Mortalmente aburrido en su mayor parte. Me da la impresión, además, de que Rainbow Rowell sólo tiene una voz narrativa porque estar dentro de la cabeza de Georgie McCool sonaba igual que Cath, la protagonista de Fangirl. Exactamente igual, a pesar de todas las diferencias entre las dos (Georgie es mucho más extrovertida, graciosa y mucho menos irritante que Cath). Eso no ayudó a que el libro fuera más interesante porque ya en su tiempo pensé que la voz narrativa de Rowell decía demasiadas cosas obvias y trataba a los lectores un poco como retrasados mentales (sin llegar al nivel de John Green o los odiosos libros de autoayuda).


En fin, ahora, la trama en sí tiene cierto "realismo mágico" (lo calificaron algunos) y para mi cerebro, la idea de que Georgie le pueda hablar al Neal de 1998 me parece archifantástica por todas las posibilidades que ofrece. Al final, no ofrece nada nuevo para desarrollar a los personajes, los problemas con el tiempo no se abordan demasiado (al menos hasta el final, por supuesto) y Rainbow no se mete en demasiados problemas, pero sí que usa el asunto para crear un tipo de paradoja temporal. Nada demasiado impactante y la verdad es que se puede adivinar desde el 30% del libro: en resumen, predecible, poco explicado, sin gran fundamento y además con una protagonista que pasa más tiempo pensando sobre si está bien o mal lo que hace, que haciéndolo, lo que en algunos momentos vuelve el libro más pesado y aburrido. Si es que los personajes piensen no está bien. Pero que le den la vuelta una y otra vez a lo mismo con casi las mismas palabras... Es obvio que se vuelve todo demasiado pesado. 

El Doctor lo explica mejor que yo.
Ahora, los personajes. No me podían importar menos, de verdad. No es que me caigan mal (eso al menos ya sería algo), no, es que ni siquiera me preocupo por ellos. Georgie y Neal tiene un montón de características informadas que en realidad no vemos demasiado. Es un error que es la segunda vez que le veo a Rainbow Rowell y me molesta mucho: se pasa la frase "show, don't tell" por los bajos fondos. Así no va a construir un personaje que a mí me interese realmente porque muchas veces no hay concordancia entre lo que dice el narrador en la descripción del personaje y lo que en realidad hace el personaje: Georgie, por ejemplo, no me pareció graciosa en ningún momento, pero el narrador dice que lo es y los demás personajes también lo dicen, pero yo no lo veo. Georgie casi no dice cosas graciosas, ni siquiera para aportar al guion que se supone que está escribiendo con Seth. Además que en general ningún personaje en este libro llamaba demasiado la atención.

Por otra parte... la bendita plática sobre los celos de Georgie y Neal que tiene lugar en alguna parte del libro. A ver sí, lo entiendo: los celos existen. En el 99.999999% no son productivos ni sanos. Pero existen. Es obvio que tus personajes los tienen algunas veces. A mí me irritan las personas muy celosas (o celosas, punto), pero, con algo que suele ser tan irracional como los celos, no busco casi ninguna explicación. Esto no es un error ni nada, sino más bien una pregunta de una duda enorme que tengo: ¿de verdad entienden tan necesario que alguien justifique sus celos? ¿ven a una persona más racional? ¿los ven más sanos? Porque los celos no son sanos. Ni explicados, ni no explicados. Ni se vuelven racionales como por arte de magia. En fin, esa es mi duda.

Sobre la prosa: plana como sabana africana. Lo entiendo, el inglés muchas veces es más simple, pero es que esto ya no tiene perdón de Dios.


Desarrollo de la historia: lento y pesado. Un montón de flashbacks que en realidad podrían ahorrarse (hay algunos interesantes, pero la mayoría simplemente no lo son). Hasta más o menos la mitad del libro sientes que sigues en una introducción eterna sobre los personajes, sus historias, sus trabajos... Sus familias. Este libro necesita una tijera urgente: esta lleno de relleno.

En fin, ya no quiero seguir escribiendo sobre él. Me da sueño. Pasen de él, esa es mi única recomendación. 

domingo, 12 de julio de 2015

Cómo (no) escribir una novela romántica

¿Quiere escribir una novela romántica plagada de clichés, cero original, que cualquier editorial desesperada por hacer dinero le publicará para lanzarlo a la fama? Sólo tiene que seguir los siguientes sencillos pasos y le aseguro que acabará con una novela romántica (o trilogía, depende de cuanto quiera exprimir a la gallina de los huevos de oro) completamente infumable, llena de clichés baratos de película de instituto gringo, con pesronajes planos y una trama nula. No necesita mucho, sólo un lugar donde escribir su bodrio a la medida.


1. La protagonista primero. Para la chica, el ideal es una estudiante de Literatura Inglesa (o cualquier otra carrera de letras). ¿No tiene ni idea de la carrera? Bueno, no se preocupe, simplemente haga un par de referencias a Orgullo y Prejuicio, el libro de Jane Austen, haciendo que la protagonista se compare con Lizzie Bennett a quien obviamente se parece. Por lo demás, recuerde decir que nunca ha tenido novio (o sólo ha tenido uno, nadie quiere leer de una chica que ha salido con todos), que es muy inocente y si se puede, cuele por ahí también su virginidad. Muy importante lo último. Por lo demás, su personalidad es muy simple y tiene un par de rasgos (estúpidos) muy distintivos: morderse el labio (hasta sacarse sangre), ponerse el cabello detrás de la oreja, rascarse la oreja, ruborizarse como tomate. Ya verá usted. Por lo demás, no tiene personalidad y se deja mangonear por todo el mundo, sin tener opinión propia. ¡Listo! Tiene a su protagonista perfecta.

Ahí la tiene: ejemplo perfecto
2. Obviamente, después va el protagonista. El rasgo más distintivo, y el único que realmente importa, es que sea guapo cual galán de telenovela. Masculino, quizá con un poco de barba, joven y atractivo para que nuestra chica caiga en sus garras en menos de un milisegundo. ¿Qué más necesita su protagonista? Ser machista, posesivo, celoso, muy celoso, tener traumas de la infancia; básicamente, el ingrediente perfecto para una relación amorosa destructiva. Sin embargo, para que sus lectores no se den cuenta de esto, recuerde decir que en el fondo es muy dulce y que sólo necesita de una mujer para arreglarlo. Ignore a su consciencia que le dice que en la vida real, una relación entre sus dos protagonistas acabaría en violencia de género; eso a los lectores y editoriales no les importa. ¿Cómo bonus? Que sea rico, asquerosamente rico, si no, a nadie le va a gustar

Ejemplo perfecto no. 1
Ejemplo perfecto no. 2
3. La relación "amorosa". Píntela como la ultimate love story, haga que todas sus lectoras digan lo tierna que es. ¿Cómo hace esto? ¡Muy fácil! Haga que la chica se deje mangonear por el protagonista, como siempre y que la relación sólo esté basada en lo físico. Ponga frases románticas del estilo: "eres mía", "te quiero y por eso no puedes hacer...", "siempre serás mía", "no puedes escapar de mí"; ¿qué no son románticas sino que algunas dan miedo? ¡No importa! A nadie le importa eso, recuerde lo celoso y posesivo que es su protagonista. Además, no olvide inspirarse en la peor película porno que haya visto para escribir las escenas subiditas de tono, a nadie le importa el realismo y su chica virgen (y en general, mojigata) bien puede resultar una diosa del sexo. Por otro lado, para marcar más aún su romance, no olvide que la chica se tiene que quedar imbécil cada que admira la guapura de su pareja y se crea fea en comparación. ¡Qué subidón de autoestima! No necesita nada más. ¿Un desarrollo profundo? ¿Qué es eso? 

4. Escriba paja para llenar al menos 300 páginas. Citas, encuentros en cafeterías, quizá alguna ex loca del protagonista que quiera ponerle las cosas difícil, métalos en problemas con la mafia si su protagonista es mafioso, haga que alguien intente matar a la chica por razones completamente absurdas. Añada algunos amigos y personajes desechables para la ocasión y pinte siempre siempre siempre a su protagonista como una irritante damisela en apuros. Escriba un final cursi digno de Nicholas Sparks y vea a su pareja caminar agarrados de la mano hasta el infinito. Claro que si quiere escribir más libros, sepárelos para tener una excusa cuando los vuelva a reunir, en la segunda parte.

5. Échese a dormir o siéntese a esperar, lo que usted prefiera. Si escribió todo bien, obtendrá reacciones como las siguientes: 


6. Cuando sienta que el fenómeno se está acabando, escriba más libros malos. Si ya no tiene que escribir porque acabó la historia, simplemente reescriba el primer libro desde el punto de vista del protagonista masculino, y no de la chica. ¿Que no le parece original? No se preocupe, no es el primero en hacerlo: 

En serio, ¡¿QUE CLASE DE KARMA ESTAMOS PAGANDO?!
No olvide incluir pasajes perturbadores como este:
Como bonus, no olvide decir que la gente que critica la relación amorosa de sus protagonistas (diciendo diciendo que es enfermiza y abusiva) son reprimidos mojigatos que no entienden nada del amor. Si puede, venda los derechos de su libros basura a un estudio cinematográfico y hágase más rico. Luego ríase de todos los idiotas que siguen pobres con sueños de publicar un libro

martes, 17 de marzo de 2015

Sky, Joss Stirling (#SkyLC) | Reseña

Sinopsis Cuando Sky ve por primera vez a Zed, el chico malo de su nueva escuela, ya no puede quitárselo de la cabeza. Él le habla con sus pensamientos, lee su mente. Las sombras de su pasado la atormentan y un nuevo mal amenaza su futuro. Sky experimenta fenómenos paranormales y pronto se sumerge en una trama de romance y acción que la lleva a descubrir su verdadera identidad. Ahora debe enfrentar la oscuridad y decidir si acepta o no su nueva vida y el amor. ¿Se atreverá?

Leí el libro por la lectura conjunta que hubo en el blog Sabious Words y, porque, al leer la sinopsis se me ocurrió que la premisa, aunque cojeaba de algunas partes, podía ser buena. Oh. Dios. Mío. Qué equivocada estaba. Sin embargo, el engañó me duró más o menos hasta la mitad del capítulo dos, cuando empecé a ver los clichés andantes por todas partes, porque al libro le tengo que reconocer que el preludio es bastante bueno y, al dejar tantas dudas, engancha. El problema es que todas las dudas se quedan sin respuestas conforme van surgiendo otras y la autora responde todo rápido y se nota lo apresurado.


Pero, como dijo Jack el Destripador, vamos por partes con este libro:

Para empezar, sentí que estaba en medio de un cliché con patas y de película de instituto gringo. Sentí más o menos que esto era una mezcla entre 10 things I hate about you y Mean girls en cuestión de escenario, pero sin los diálogos graciosos, el guion inteligente y la trama mínimamente interesante con un cliché, bien que mal, decentemente desarrollado. Más bien sentí que el escenario era el típico de esas películas ―y un poco el de Crepúsculo―, pero los chistes no me llegaban, los personajes estereotipados sólo me hacían rodar los ojos y, finalmente, los protagonistas ser me hacían de una personalidad demasiado cambiante que no lograba ni la profundidad de una hoja de papel.

Sky, para empezar, se me hizo una adolescente demasiado normalita para sufrir amnesia ―lo lógico es que aun tuviera algo de ayuda psicológica, al menos por rutina―. Tiene opiniones claras y fuertes y se hace oír, lo que es un acierto… pero no parece seguir sus propios consejos en ningún momento. Al ser la narradora en primera persona tenemos mucha cháchara sobre sus sentimientos, lo cual es completamente lógico, pero puede llegar a ser terriblemente aburrido si es repetitivo. Y en este caso lo es. Además, declara ser feminista ―entre líneas, pues dice que su madre lo es y que ella está de acuerdo―, pero eso no se nota casi en ningún momento. Sí, le hace frente al galán de turno, pero parece más un recurso ―un poco absurdo― para probar que es una mujer fuerte. No lo demuestra con algunos de sus actos y se nota muy al final cuando básicamente se pone así con Zed y le dice que ella va a hacer lo que se le hinche para protegerlo y protegerse: 


Zed, en cambio, es todo un tema. Pareciera que hay dos Zeds: el chico antes de empezar la relación con Sky y el de después. El cambio es demasiado marcado incluso para la pobre explicación de la autora de que Zed estaba yéndose por el mal camino antes de conocerla y… todo ese cliché (además aprovecho para decir que se sigue vendiendo, bastante mal desarrollado, el cliché de que la chica «arregla» al chico). Otra cosa que pude ver mientras leía es que no entiendo como Zed les parece un galán perfecto. Sí, es guapo, sí, es tierno, pero tiene un tremendo defecto… Dice, no una, sino varias veces que Sky «es suya». No quiero aguarles la fiesta pero cualquiera suelte eso en un libro en el que la relación se está mostrando como tierna, complementaria y como un ejemplo tiene para mí un tache enorme. No puedes decir eso ni hablar de tu pareja ―sea hombre o mujer― como una propiedad. Y no lo dice sólo en la escena en la que aborda a Sky para contarle lo de los savants por primera vez. No, lo repite una que otra vez a lo largo del libro.


Después, están los secundarios… Algunos, como Tina y Zoe no están sólo para adornar, pero no tienen gran participación. Personalidades bien definidas, pero no dejan de ser clichés de carne y hueso, lo que para mí les resta méritos porque ni siquiera están desarrollados de forma inteligente. Además, uno esperaría que al ser un libro sobre una chica que tiene comentarios en off bastante en pro de la liberación femenina y tiene amigas pasara el Test de Bechdel, pero no. Efectivamente, pasa los primeros dos puntos: la novela tiene al menos dos personajes femeninos con nombre que tienen al menos una plática. Pero las pláticas siempre tienen chicos dentro. Aunque sea en una plática de esquí aparecen metidos con calzador.

Ahora, hablemos sobre la relación romántica de estos dos: no me la creo. En primera por su manera de comenzar, con esa escena en la que un Zed casi desesperado se acerca a Sky de todas y cada una de las maneras posibles. Le dice ―y cito textualmente―: «eres mía, tienes que serlo». Entiendo que Zed quizá no está en todos sus cabales y quiere que ella se dé cuenta, pero hay mil y un maneras mejores de demostrarlo. No estoy en contra de que se diga eso en una novela, sólo que… ¡no me vendan ese tipo de relación como una relación tierna, buena, como un ejemplo a seguir! Al menos, me gustaría que la gente analizara lo que está leyendo, que viera que la manera de comportarse de Sky y Zed no es precisamente mala, pero tampoco la más sana del mundo.

En muchos momentos, él decide por ella y ella lo acepta, simplemente para no discutir. No en todos, pero sí bastantes. Me molesta especialmente porque he visto muchas pendejadas gracias a esa frase en escenas muy similares. Sólo que en carne y hueso. Y no es, ni de cerca, algo bueno o agradable.

Por otro lado, tengo quejas ―y muchas― de la trama. No tiene ni de dónde cogerse porque hasta antes de la primera cita de Zed y Sky no tiene un hilo conductor demasiado fuerte. Después de eso los antagonistas parecen metidos con calzador totalmente y, cuando finalmente aparecen, son una caricatura de ellos mismos. Aterrorizantes, sí, pero con muchas cosas que no tienen lógica ni siquiera para una novela adolescente, fantástica y romántica.

Con la parte que involucra al FBI me pasa lo mismo: me parece demasiado caricaturizado, como que no puede ser tomado en serio ni siquiera dentro de la novela. Además de que Sky sale del segundo aprieto que ya ni las novelas sin publicar de Laura Gallego y sus salvaciones absurdas. Por otro lado, investigué, hace cosa de dos años o poco menos, sobre las secuelas que deja un secuestro, cómo se comportan las personas que han sufrido uno cuando son rescatadas y como tienden a comportarse mientras están secuestradas. Nada de esto vi en Sky, ni de cerca; vamos, que por ver, no vi no lo que dice la Wikipedia sobre el tema y eso me habla bastante mal del trabajo de documentación de la autora.

Siempre digo que espero que al menos se tomen la molestia de saber sobre qué escriben, porque yo lo hago al escribir y es lo que quiero la mayoría del tiempo. Pero casi todo el mundo pasa del tema.

En fin, no recomiendo el libro por todas las razones expuestas allá arriba. Por supuesto, sé de buena mano que a mucha gente le va a gustar y lo único que me queda por pedir es lo siguiente: analicen qué están leyendo. No lo lean por leer, piensen en ello. 

domingo, 15 de marzo de 2015

Cada día, David Levithan | Reseña

Sinopsis: Cada mañana, A despierta en el cuerpo y la vida de una persona diferente. Nunca hay aviso previo de dónde ocurrirá o quién será el elegido. Pero A ya se ha hecho a la idea de ello, incluso tiene una serie de normas que sigue para vivir: nunca involucrarse. Pasar desapercibido. No interferir. Todo está bien hasta la mañana en la que A se despierta en el cuerpo de Justin y conoce a la novia de este, Rihannon. A partir de ese momento, las normas a través de las cuales se ha guiado siempre dejan de tener sentido. Porque, finalmente, A ha encontrado a alguien con quien de verdad quiere estar... un día, y otro, y el día de después.

Este fue el libro de esta quincena en el club de lectura de La Noble y Ancestral Cada de los Black y me dejó los sentimientos un poco encontrados. Por un lado no me disgusta, pero por el otro... bueno: vamos a la reseña.

Obviamente, había momentos en que la cantidad de nombres personajes y situaciones me mareaba. Supongo que todo eso es a propósito porque A lo ve de esa misma manera: sólo tiene la opción de permanecer en un cuerpo veinticuatro horas y le toca de todo: parejas felices, parejas que están en una mala racha, chicas con hermanos que se meten mota, porros, chicas desagradables, chicos inteligentes, chicos controlados por sus madres, chicos con problemas, chicos sin problemas... Y todos ellos tienen un trasfondo y una historia, pero vemos apenas lo justo en muchos casos. Y eso es lo mismo que ve A. No tiene otra forma de verlo. En ese sentido, aun con todo el mareo, me pareció bastante bien, aunque llega un punto en el que parece que Levithan está intentando abarcar muchos más temas de los que puede y se pierde en cosas que a nadie le importan para la trama... Familias funcionales, disfuncionales, gays, lesbianas, chicos normales, frikis, no frikis, chicas depresivas, ansiosas, reinas del hielo de la preparatoria. En serio, ¿era necesario TANTO?

Levithan metiendo personajes a lo loco
Eso sí, tiene sus opiniones sobre cada persona y no duda en decirlas. Así que siempre vemos a todos los cuerpos que habita desde su juicio. Es justamente lo que creo que pasa con Justin: no me parece especialmente un mal chico, aunque no sea un novio demasiado bueno, pero al verlo desde los ojos de A, lo vemos peor de lo que es. Creo que Justin es un chico al que le gusta sentirse querido y Rhiannon lo quiere, le es fiel, pero no le pone exactamente toda la atención del mundo y Rhiannon confunde todo aquello con amor. Pareciera que está en la relación por comodidad, porque lleva un año con él... Sinceramente, no lo condeno de la misma manera de A: sé lo que la rutina puede hacer, te acostumbra, y es un horror, pero para salir de eso necesitas más que unas palabritas bonitas, necesitas que te abran los ojos (que es lo que hace A). Así que aunque Justin no me parece precisamente un buen chico, tampoco me parece tan malo como A lo pinta, simplemente es un chico que no merece, ni de lejos, la novia que tiene. Cuando corta con Rhiannon obviamente vemos su peor cara, pero creo que, aunque no es justo para la chica, es perfectamente lógico que reaccione de la manera en que lo hace: sentirte engañado es una mierda.

Bueno, bueno, sobre el insta-love... o algo así. Creo que A lo llama amor porque es la única manera que tiene de llamarlo. Vive vidas de un día, así que sólo tiene un día para apreciar a una persona, a un padre, una madre, una novia... Y eso lo lleva a llamar "amor" tan pronto a lo que siente por Rhiannon. Ella, por su parte, necesita tiempo. Y eso es obvio. Además de que nunca acaba de acostumbrarse. A le gusta, pero la cosa es muy complicada. Aunque muchos autores se empeñen en creer que no, la distancia y las complicaciones podrán no hacer mella en el amor, pero sí en las relaciones. Los dos personajes lo tienen muy difícil y Rhiannon se incomoda especialmente con los cambios de A. Intenta que lo del exterior no importe, pero ni sus mejores intenciones ayudan cuando A es una chica ―y a ella no se le nota del todo cómoda― y cuando A está gordo. No vende la idea de que el "amor lo puede todo" o "un chico que se enamora de ti en un día es completamente normal".

En fin... en varias ocasiones sentí que A no se consideraba un él o una ella, simplemente una persona, pero la traducción en español se empeña en que hable como él... quizá también en inglés, ya lo veré. Tampoco le importa enamorarse de un chico o una chica... en su particular manera de ver las cosas, parece ver más allá. Eso sí, tengo problemas con el el final, completamente racional y normal. Justo para A ―y para sus creencias―, pero lo de Rhiannon... no, gracias. ¿Por qué conseguirle un novio? ¿Por qué? ¿Por qué simplemente no puede quedarse sin A y listo, punto, cerrar un capitulo en su vida? No, allá va el autor a ponerle un novio... digo, A a ponerle un novio. Rodé los ojos hasta que se me cayeron, porque perpetua la idea de que las chicas necesitan un novio (al menos lanza a la basura la idea de que un novio arregla todos tus problemas, que ya es algo). Y ya dejé claro qué tan buena me parece esa idea (pista: NO). 


Eso sí, a veces quería ir a darle unos buenos zapes a A con su manera de ver la vida. No es exactamente el narrador más confiable del mundo porque desde el momento que ve a Rhiannon todo gira en torno a ella. Y para la chica no todo gira en torno a él, ni un mísero momento, así que es lógico que el chico se quiera arrancar las venas, tenga opiniones con las que no estoy de acuerdo y me haga querer gritarle. Queda claro que no es un narrador nada confiable, que no piensa racionalmente porque lo más cerca que ha estado de tener una relación estable es Rhiannon ―y el que te guste alguien te hace actuar como un idiota― y que, sentimentalmente no tiene experiencia aunque se empeñe en creer que sí. La chica se lo dice una y otra vez, pero el está duro y dale: "que he visto cosas". Sí, m'ijo, has visto cosas, pero una cosa es verlas y otra experimentarlas. Y es precisamente por ello que le dan calabazas.


Pero bueno... hablemos de la parte más mala: sentí la trama de Nathan muy desaprovechada en algunos puntos pues había momentos en los que se hacía obvio que sólo volvía al escenario cuando A y Rhiannon estaban alejados, era sólo el recurso extra ¿de verdad eso era necesario? Voy a colgar un cartel que diga: "No creen tramas que luego van a desaprovechar", que muchos autores lo ignoran y meten el relleno por el relleno. También la intervención del reverendo me hizo pensar que había algo más allí, pero al final, nada de nada. Sólo las ganas. Que conste que lo del reverendo podría haber sido un clímax y no lo fue, lo que hace que el libro sea más plano.

Levithan es ese autor que me hace tenerle fe a lo juvenil, pero con este libro noté que no es ni de lejos, el mejor. Lástima que sea el único traducido, pero yo me quedo con Two Boys Kissing. Le hace más justicia a sus personajes en esos dos, que en este.

lunes, 2 de febrero de 2015

Romántica Juvenil: El romance que nos está vendiendo

Adendum a 2020: se le hicieron ligeros cambios a concepto en este artículo. Quizá la opinión de la autora (aka yo) ha cambiando en los detalles y para eso sería mejor dirigirse a entradas más nuevas.

Un día me di cuenta de que ya no disfrutaba de la Literatura Juvenil actual. Fue allí que, para evitar hacer corajes, simplemente dejé de leer mucha juvenil. Lo pueden ver no sólo en las reseñas sino en mi Goodreads. Desde hace tiempo me siento en un mundo donde leo los libros que en ninguna parte de la blogósfera interesan, así que me puse a analizar qué demonios me molestaba tanto de la literatura juvenil. La respuesta me cayó después de ver unas cuantas reseñas de libros que calificaban a sus protagonistas como mujeres fuertes y con carácter que yo sólo calificaba como personajes flojos, desesperados, poco creíbles y pésimos ejemplos para las jóvenes que van a leer esos libros. (Véase... El club de los corazones solitarios).

El problema de los libros no es que un personaje se pueda definir sobre si tiene pareja o no la tiene. Un personaje puede ser creíble aun siendo una chica que busca desesperadamente novio, incluso que llega a desvalorizarse por conseguir la atención de un chico, pero en ningún caso debe de ser expuesta como un buen ejemplo. Con el el libro mencionado arriba me pasó, simplemente, que me molestaba que la protagonista empezara a definir dos tipos de chicas: desesperadas por conseguir novio, pero valiosas, y aquellas chicas que tenían novio y abandonaban a todas sus amigas. 

Hace unos días encontré una reseña de After #2 (de Libros and Stuff, ¡publicidad gratis!) donde la protagonista se contradecía cada dos segundos. Primero, diciendo que no estaba dispuesta arreglarle los problemas a su novio controlador y a las diez páginas lo estaba besando... A todas luces, sin ni siquiera leer me pareció una relación enfermiza, ¿por qué se está vendiendo eso como algo bueno? ¿POR QUÉ?

No estoy en contra de que se pinten relaciones enfermizas, de controladores, de mujeres y hombres abusados (porque sí, ellos también son abusados), siempre y cuando el subtexto no diga que son ideales románticos. Yo misma tengo un par en mi fanfiction, sobre todo en Vendetta, dónde una chica se aprovecha de su novio y lo utiliza vilmente y un hombre se obsesiona de manera enfermiza con una chica menor y me sorprendía encontrarme comentarios de una chica que decía que el obsesivo era tierno... Me daban ganas de gritarle: ¡¿Tierno donde, carajo, si a punto estuvo de violarla?! 

Podemos irnos al ejemplo de siempre y toda la vida, Crepúsculo. Yo no estoy en contra de que Bella se sienta más segura con un hombre a su lado, estoy en contra de que se pinte una relación controladora (por que sí, lo es, sólo de pensar en como Edward manipula a Bella o le prohíbe ir a ver a Jacob porque se le hinchan sus putos huevos, a pesar de que ha quedado demostrado que Jacob no es peligroso) como algo bueno, algo romántico y algo tierno. 

No. Y no sólo es Crepúsculo. La alargada sombra de Crepúsculo está en muchos libros que yo ya no leeré. No quiero hacer corajes con eso y pensar que lo leerán chicas más jóvenes que yo. Una mujer fuerte, un personaje fuerte, no es aquella que intenta arreglar los problemas psicológicos de su pareja, sino que es lo suficientemente valiente como para reconocer que lo mejor es alejarse. 

Por el momento, yo no puedo hacer nada, más que escribir esto, y seguir escribiendo de mis personajes femeninos, en mis historias. Personajes fuertes aun si desean ser detectives como amas de casa, como si son putas o vírgenes, asesinas o policías. Aun si son inseguras que desean un novio o que desean el amor, todos (hombres y mujeres) hemos deseado eso y no nos volvemos más débiles por hacerlo; podemos pintar a una chica insegura que se define en base a su vida amorosa, es válido, pero no podemos atrevernos a decir que está bien que se desvalorice frente a un chico, no podemos atrevernos a definirla nosotros en base a si es soltera o no.

Poniendo un ejemplo, se suele despreciar a Sansa Stark y a adorar a Arya Stark. Una desea un príncipe, es una doncella, sueña con casarse, con tener hijos, con ser una princesa, eso no la hace débil y creo que a lo largo de cinco libros y cuatro temporadas hemos podido verlo. Arya, por su parte, es de armas tomar, pero no por eso es de piedra. Es vulnerable, y lo hemos visto. Pero son personajes como esos los que quiero encontrarme en la literatura juvenil. Personajes como Clara del Valle, como Úrsula Iguarán, como la Vieja Kush y Wilkilén, personajes como Hermione Granger o Minerva McGonagall o Molly Weasley, personajes como Maya Vidal. 

No quiero que me vendan romances con el chico malo donde la chica le arregla los problemas psicológicos y lo hace cambiar. Quiero romances realistas. Personajes realistas... Yo diría que no pido mucho, pero al ver el catálogo de juveniles, las reseñas, las sinopsis, pienso que lo que estoy pidiendo es un milagro. 

Ojalá algo me demuestre lo contrario.