Divagaciones de una Poulain
by Nea Poulain
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miércoles, 8 de enero de 2020

Recuento del #GuadalupeReinas2019

Del 12 de diciembre al 6 de enero participé en el maratón Guadalupe Reinas 2019 que organizamos en Librosb4tipos todos los años y donde el reto es leer única y exclusivamente libros de autoras. La propuesta es leer 10 libros en 26 días que sigan diez diferentes consignas. Este es el tercer año que lo completo (cuestión de orgullo). El año pasado hice varias reseñas de las lecturas pero este apenas si tuve chance y la verdad es que dejando de lado unas cuantas lecturas, creo que la mayoría no me inspiran a hacerles reseñas enteras, así que en este recuento hablaremos de todo a la vez. Sólo dejaré fuera el manga, porque leí uno de los últimos tomos de Banana Fish y planeo dedicarle una entrada completa más adelante. Así que acá van: nueve libros que leí para el Guadalupe Reinas 2019.


Comunidad terapéutica, Iveth Luna Flores


Sinopsis: En Comunidad terapéutica la escritura poética se convierte en una herramienta capaz de desnudar la violencia y construir un testimonio de las marcas que ésta deja tras de sí, en particular cuando se ejerce sobre el cuerpo femenino. La autora de este libro nos recuerda que hay imágenes que no merecen ser traducidas a metáforas

Nunca sé muy bien qué decir cuando hablo de poesía. Sé que en el caso de este libro, lo que leí me desgarró por dentro múltiples veces. Me gustó mucho y fue la única lectura de todo este maratón que se coló entre mis mejores lecturas del 2019. Otras se acercaron, pero esta fue la única que definitivamente se coló. Hay una idea muy poderosa en uno de los poemas: "hay imágenes / que no merecen ser / traducidas a metáforas", escribe de muchas cosas que otros ni siquiera se atreven a tocar. Además, sentí, por la manera en que están acomodados los poemas, que es un libro que después de destrozarte te ayuda a levantarte y te da un abrazo (algo así). Muy recomendado.

Fuego Cruzado, Marcela Turati


Sinopsis: Un número frío, indiferenciado, suma a los caídos por la llamada "guerra contra el narcotráfico", pero en la periferia de la contabilidad oficial, se esconden las historias de cientos de niños, mujeres y hombres, nuevos huérfanos (de padres y autoridades), viudas, familias en la indigencia, personas desaparecidas, pueblos exiliados por el miedo o que lidian con sus pesadillas, así como jóvenes que no tienen más opciones que engrosar las filas del crimen organizado o campesinos convertidos por hambre en productores de cultivos ilegales.

Algunas de los artículos que conforman el libro de Marcela Turati, publicado en 2011, cuando Felipe Calderón todavía estaba en el poder, con todo y su guerra contra al narco fueron publicados en la revista Proceso. Todas hablan de la gente atrapada en el medio de la guerra contra el narcotráfico, una "guerra" que hoy en día todavía no tiene mucho sentido. Todos los artículos están escritos desde la empatía, se analiza quienes son los únicos encarcelados y castigados (los que llegan a la droga porque no hay otra cosa, otra oportunidad, otro modo de sobrevivir, mientras que los capos ricos sobornan al poder), se habla de las muertes, de los retenes, de las muertes civiles. Este es otro libro muy doloroso (y habla de un pasado muy cercano). Cuando me pregunten por qué odio a Felipe Calderón y el ejército me parece repugnante, ya nada más tengo que señalarles este libro.

Valientes e (im)perfectas, Reshma Saujani


Sinopsis: Vivimos en un mundo donde las niñas son criadas para “ser perfectas”, cuidar de los demás y ser políticamente correctas. Los niños varones, en cambio, aprenden a ser valientes, reponerse frente a la adversidad y salir adelante. ¿El resultado? Cuando las niñas se convierten en mujeres, tienen demasiado miedo a fracasar o equivocarse, no se atreven a ser ellas mismas y sacrifican sus metas y sus sueños.

Qué desperdicio de papel. A mí no me gusta la autoayuda ni el desarrollo personal de este corte por la simple razón de que a lo único que aboca es a "cómo sobrevivir en el capitalismo". Y sí, el mensaje superficial está bien: dejar ir a la perfección está bien. Pero en el fondo, el problema no es personal y no se resuelve de manera individual. Reshma Saujani en alguna parte habla de la doble jornada y de cómo se exige que las mujeres sean perfectas en todo a la vez y yo ya estaba gritando LA CULPA LA TIENE EL CAPITALISMO. El resumen de este libro es que es un montón de obviedades con buenas intenciones que, lamentablemente, no va a cambiar el mundo. Sí, mira, cómo te explico: uno cambia (y está bien), el pinche sistema no.

Geek Love, Katherine Dunn


Sinopsis: Geek Love is the story of the Binewskis, a carny family whose mater- and paterfamilias set out—with the help of amphetamine, arsenic, and radioisotopes—to breed their own exhibit of human oddities. There’s Arturo the Aquaboy, who has flippers for limbs and a megalomaniac ambition worthy of Genghis Khan . . . Iphy and Elly, the lissome Siamese twins . . . albino hunchback Oly, and the outwardly normal Chick, whose mysterious gifts make him the family’s most precious—and dangerous—asset.

Este lo leí en inglés porque no existe traducido. ¿Quieren leer un libro raro? Este es su libro. ¿Quieren leer un libro que empieza raro y acaba todavía más raro? Este es su libro. Los Binewskis son una familia rarísima, no porque lo sean físicamente (que sí) sino porque son raros. Raros en sus relaciones entre ellos, raros en su amor y en su odio, en su manera de expresarlo. Todo el libro está narrado desde los ojos de Oly (que es preciosa y quiero abrazarla mil veces) y eso hace que pasen una de las cosas que más me gustan en el mundo de los libros y de leer: todo lo vemos desde la perspectiva de un narrador no fiable. Se los recomiendo mucho, Dunn habla de manera muy hermosa de muchas cosas muy horribles y muy raras. Y Oly es muy hermosa.

El desapego es una manera de querernos, Selva Almada


Sinopsis: Dispersos o inhallables, estos relatos dan nuevo acceso a la literatura de Selva Almada, conocida por crónicas y novelas varias veces traducidas, elogiadas por la crítica y celebradas por los lectores.

El título es lo mejor del libro. También el primer cuento me gustó (aunque no me quedó claro cuál era el núcleo) y tiene un pedazo rumbo al final que me gustó bastante. Luego, de manera técnica, diré que Selva Almada escribe bien. O sea, su prosa está bien, no le veo un sólo problema. ¿Pero? No me gustó. Hay un hilo conductor entre los primeros cuentos (la muerte) que no pinta nada en los últimos, no sé qué chingados une realmente al libro, los cuentos suelen no tener núcleo alguno o suelen dar vueltas en torno a una idea sin tener nunca una conclusión y un final. No quiero decir más porque no es un libro que haya odiado pero tampoco me gustó.

Hablemos de amor, Alicia Delaval


No tengo sinopsis de este libro, pero son poemas de la tabasqueña Alicia Delaval. Siguen la estructura de una relación, desde el enamoramiento hasta el desamor. Y trae ilustraciones. No sé que más contarles de él, también es un libro descatalogado.

Pues me gustó. O sea. Normal. Son poemas muy normales sobre el amor, no me movieron tanto algunos. El primero está muy bien y los del final, que son más tristes, me gustaron un poco más. Las ilustraciones son un trip que creo que no entendí en lo absoluto. Vale la pena leerlos por rescatar a Alicia Delaval del olvido, eso sí. Es una autora mexicana que lleva muchísimos años descatalogada y cuya obra es imposible de conseguir (aunque este y otros poemarios están disponibles en la red de Bibliotecas de México en pdfs escaneados, aprovéchenlos).

Los cien sentidos secretos, Amy Tan


SinopsisMientras está a punto de divorciarse, Olivia va contándonos la transformación que sufrió su vida cuando irrumpió en ella la extraña Kwan, su hermanastra, la hija que Jack Lee, su padre, había abandonado en China cuando emigró a Estados Unidos en la época de la revolución comunista. Kwan no podrá jamás distanciarse del mundo que la vio nacer y, con sus misteriosos «ojos yin», que le dan poderes para revivir, e incluso reencarnar, fantasmas reales y legendarios del pasado, pronto aparecerá ante los demás como un ser algo trastornado, como fuera de la realidad

Esta novela es todo lo que espero de Amy Tan, o sea, me gustó. Pero tampoco me sorprendió o fue más de lo que esperaba, realmente. Lo que sí me gustó mucho fue cómo escribía realismo mágico al hablar del mundo yin y de la reencarnación, pero el resto ya me lo esperaba más o menos porque las novelas de Amy Tan siguen todas una misma estructura. Que no es malo, las hay muy buenas, como La hija del curandero que es un libro que ha marcado toda mi existencia. Pero a veces, sólo a veces, siento que les falta un poco para ser novelas que me muevan todo el piso. Mi parte favorita de la novela fue, definitivamente, lo adorable que es Kwan y lo lista que es y lo genial personaje que es. 

El color púrpura, Alice Walker


Sinopsis: El color púrpura cuenta, a lo largo de distintas décadas, la intensa vida de Celie, una mujer de la América rural del Sur. Forzada a casarse con un hombre brutal. Celie se retrae y comparte su desgracia sólo con Dios. Celie sufrirá una transformación gracias a la amistad que comparte con dos extraordinarias mujeres, adquiriendo la autoestima y la fuerza que necesita para perdonar.

Me gustó mucho. Es todo lo que espero de una novela norteamericana ganadora del Pulitzer. En ese sentido, no me sorprendió demasiado, pero sí la disfruté mucho. Se lee muy rápido, no es muy larga y me gusta como aborda un poco el tema de los misioneros (aunque no me encanta del todo). Mis favoritas, de entre todas las mujeres retratadas, son Sofía y Tashi, además de Celie. Es una historia que me llena de sentimiento. Se las recomiendo, yo tenía una cita muy pendiente con la novela porque fue lectura en Librosb4Tipos cuando todavía no nos llamábamos Librosb4Tipos, o sea, imagínense.

Amora, Rosamaría Roffiel


SinopsisEn esta novela testimonial, el amor se feminiza totalmente en el encuentro de dos consciencias y de dos cuerpos femeninos que física y espiritualmente aman sin memoria. Pero en Amora hay mucho más que un espléndido entusiasmo vital y amoroso, aunque eso de por sí ya sería suficiente; hay más que el gran tema del deseo y la sexualidad feminina que trasgreden la norma y el prejuicio. Hay una revalorización de la solidaridad como compromiso humano y una propuesta ética que, reivindicando el cuerpo, lo trasciende para restaurar en las relaciones individuales y sociales los auténticos lazos de honestidad y lealtad.

Amora, además de una novela lésbica, es una novela que es un testimonio del movimento de mujeres en México. Es valiosa en cualquier ángulo que la veas. Yo, por supuesto, tengo desacuerdos ideológicos con su autora (los tengo con todo el mundo, cosas de ser comunista), pero me maravilla como habla de muchos temas (del movimiento, de la independencia de las mujeres, del amor). Todo el tiempo estuve gritándole a las hojas "Claudia, NO MAMES", porque Claudia me irritó hasta límites insospechados, pero la novela me gustó mucho, especialmente cuando habla de amor. Es muy fácil de encontrar en las redes, así que si quieren leerla, sólo mándenme un mensaje en tuiter y se las comparto.

domingo, 12 de mayo de 2019

Chicas Muertas, Selva Almada | Reseña

Sinopsis: Un relato que combina percepciones y recuerdos personales con la investigación de tres feminicidios que revela, de modo sutil, la ferocidad del machismo y el desamparo de las mujeres pobres. Tres asesinatos entre los cientos que no alcanzan para titulares de periódicos ni convocan a las cámaras de los canales de Buenos Aires. Tres casos que llegan desordenados: los anuncia la radio, los conmemora un diario de un pueblo, alguien los recuerda en una conversación. Tres crímenes ocurridos en el interior del país, mientras Argentina festejaba el regreso de la democracia. Tres muertes sin culpables. Convertidos en obsesión con el paso de los años, estos casos dan lugar a una investigación atípica e infructuosa.

No puedo decir que me muriera por reseñar este libro.

No me gusta hablar de feminicidios, mucho menos viviendo en un país donde es algo que ocurre en promedio, nueve veces por día. De todos modos, quería hablar un poco de él. Se lo dejé a la suerte (las encuestas de tuiter) y después de un par, votaron porque lo reseñara, así que aquí estoy. Voy a hablar de Chicas Muertas. Y de Selva Almada. Y de los feminicidios, porque son el tema central del libro y es un tema que atraviesa a las mujeres, especialmente a las mujeres de clase trabajadora, que son la clase de mujeres que encontraron en los campos algodoneros de Juárez en los noventas, las que aparecen en el río de los remedios en el Estado de México, las que aparecen en campos baldíos, abandonadas. El feminicidio nos atraviesa.


Chicas Muertas es un híbrido entre novela, crónica, ensayo, crónica novelizada o algo así. Es una manera de acercarse a los feminicidios y hablar de ellos. Hay muchas veces que, como ya he dicho en muchas reseñas, la ficción nos permite imaginarnos mundos mejores, otras veces nos permite imaginarnos mundos mucho peores que queremos mejorar porque nunca paramos de soñar con mundos mejores. Pero también muchas veces y con muchos libros publicados en este tiempo dentro de latinoamérica: muestran partes de nuestra realidad. Es algo que abordé en el ensayo que escribí para Infiltradas, sobre cómo las mujeres en latinoamérica muchas veces abordan la realidad que viven las mujeres en el continente desde distintas maneras de narrar y contar historias, incluso desde distintos géneros. Sí, por si no lo sabían, me publicaron en un libro. Si quieren saber más pueden hablarme al tuiter o conseguir el libro en este link de la editorial Palabaristas. Ahora sí, Chicas Muertas.
Yo tenía trece años y esa mañana, la noticia de la chica muerta, me llegó como una revelación. Mi casa, la casa de cualquier adolescente, no era el lugar más seguro en el mundo. Adentro de tu casa podían matarte. El horror podía vivir bajo el mismo techo que vos.
 

Chicas Muertas recupera tres casos de feminicidio, aislados entre ellos (aunque en realidad el feminicidio es simplemente una forma que tiene de manifestarse este sistema en el que vivimos, no es algo aislado como tal) y Selva Almada toma como misión juntar los huesos de las chicas, armarlas, contar su historia y dejarlas correr hacia donde tengan que ir. A veces, detrás de las horribles estadísticas se nos olvida que hay seres humanos. Es algo común. Las estadísticas son sólo números y, para algunos, ver el horror en números es mejor que pensar en las personas que mueren. Para mí es igualmente horrible, porque la estadística, los números y todo lo que tiene que ver con matemáticas son otro lenguaje que construimos para poder explicar lo que sucede a nuestro alrededor. No puedo olvidar que en la estadística de México (9 mujeres muertas cada día en las que el caso es tipificado como feminicidio) hay personas, hay vidas y hay historias. Y en las estadísticas de Argentina y de toda América Latina pasa lo mismo.


Además de contar la historia de tres feminicidios, entre las páginas del libro de Selva Almada, se esconden otro montón de cosas que afectan y atraviesan a las mujeres. Especialmente, a las trabajadoras. Las mujeres que dependen de sus maridos porque viven en un sistema que las condenó a lo doméstico, sin posibilidades de emanciparse. Maridos que las violentan. Historias de violencia sexual, de mujeres que tienen miedo, que temen por sus hijas, que buscan a sus hijas desaparecidas sin descanso. Hay un fragmento en el libro en el que la narradora cuenta cómo le impactó una vez la noticia de que una mujer de su barrio, la esposa del carnicero López, lo hubiera denunciado por violación.
¿Cómo podía ser que el marido la violara? Los violadores siempre eran hombres desconocidos que agarraban a una mujer y se la llevaban a algún descampado o que entraban a su casa forzando una puerta. [...] Nunca nos dijeron que podía violarte tu marido, tu papá, tu hermano, tu primo, un vecino, tu abuelo, tu maestro. Un varón en el que depositaras toda tu confianza.
No les puedo decir que sea una lectura agradable. Es una lectura corta, pero aún así desgarradora porque siempre es desgarrador leer sobre el tema. Es un libro que, además, explora el duelo de las familias, de los amigos y de todos los cercanos, lo que lo hace aún más difícil, complicado y pesado. Habla de las mujeres muertas, poniéndolas al centro, pero también de los que se quedan atrás. De las madres, las hermanas, los hermanos, los padres, los novios, de sus duelos y cómo viven, a veces, el no saber si las desaparecidas están vivas o muertas, como viven el no saber dónde están sus restos, si es que hay restos. Los feminicidios muchas veces son una historia sin terminar. En las novelas policiacas, que los usan a diestra y siniestra para que, durante el curso de la novela un o una detective busquen a un asesino, siempre hay una recompensa, siempre lo atrapan, siempre quedas con la sensación de que se hizo justicia. Eso no ocurre en la realidad. La realidad es que en México y también en Argentina, la mayoría de los feminicidios quedan impunes. Y eso es algo que se ve en el libro, que se siente, algo que continuamente transmite la prosa de Almada.


Finalmente, para concluir: ¿recomiendo este libro? Claro que sí. Me parece que es un libro desgarrador, pero con mucha fuerza. Almada es buena escritora y, además, es increíblemente sensible al momento de contar las historias de las tres chicas muertas. Así que sí, claro, lo recomiendo.