Cada año, el Fondo de Cultura Económica, junto a la Fundación para las Letras Mexicanas convoca al premio hispanoamericano de poesía para niños. Yo, cada año, al menos una vez al año, intento, en el marco del Día Internacional de la Poesía (mañana, 21 de marzo), escribir algo sobre poesía, para compartirles lo que he leído en este género. A pesar de todo, siempre, siempre, siempre que lo hago, la entrada resulta un fracaso total porque la gente no está interesada en libros de poesía, parece que tengo otras cuatrocientas entradas más interesantes o yo que sé. El caso es que aquí sigo, otra vez, otro año, en el que voy a intentar enseñarles algunos libros de poesía. Esta vez voy a dedicar la entrada a la poesía para niños, género invisible dentro de los géneros invisibles.
¿Por qué es tan invisible el pobre? Nadie lo quiere, todos lo odian, si fuera una persona y no un género literario ya se estaría comiendo un gusanito... Yo creo que tiene que ver con muchas cosas. Primero, que la poesía es vista como aburrida y a los niños se les inculca, muchas veces de manera indirecta, esta idea de que la poesía es aburrida (y ergo, es difícil, complicada o incomprensible), también tiene que ver que muchas veces la poesía se empieza a disfrutar cuando se puede oír en voz alta y muchos papás no tienen muchas ganas o mucho tiempo de leerle a sus hijos. Yo no sé. Yo les vengo a contar que sí existen libros apasionantes, a la vez que divertidos, de poesía para los más pequeños y que si tienen hijos, sobrinos, primos pequeños o lo que sea, pueden probar a leerles algo de estos poemas. Las reseñas que les voy a enseñar son muy cortitas, puesto que estos libros son breves y creo que unas pocas palabras bastarán para explicarles por qué son libros muy buenos.
Lunática, Martha Riva Palacio Obón
Sinopsis: Por culpa de un lengüetazo de luna, una niña se convierte en niña-loba. Todos sus días son días de lobos. Y por más que su papá ruja: "Eres una niña, no una loba", y por más que su mamá la mande castigada a su cuarto; sigue estrellándose contra el piso con su bicicleta intentando alcanzar la luna. Ella conoce de sueños y de vuelos altos, sabe invocar a los espíritus de la tarde y ser un aullido que gira en la llanta que rueda jardín abajo; pero también conoce el dolor cuando te pica una abeja en el brazo, o cuando tu estómago se vacía porque no siempre te gusta estar sola. Un libro de poesía que habla con las palabras, pero también con los silencios; ganador del Premio Hispanoamericano de Poesía para Niños 2014.
Este es un poema sobre una niña-loba y el universo y la independencia y la libertad de una niña-loba. Martha Riva Palacio no suelta la fascinación que le tiene al universo en ningún momento y en ninguno de sus libros. Creo que es un elemento que la define muy bien, que sabe explotar y que en ningún libro de ella es igual al anterior (en el blog ya hemos repasado Ella trae la lluvia, Frecuencia Júpiter, Buenas noches, Laika y Orfeo). Martha escribe este poema precioso, protagonizado por una niña en la que, estoy segura, muchas otras niñas van a poder verse un poquito retratadas.
Además, Martha como escritora no es condescendiente con los niños y eso es algo que me encanta (de hecho, creo que en parte esa es la razón de que su poemario es de los pocos que siempre acaba en el área de juveniles). Los considera seres pensantes e inteligentes, capaces de entender lo que está escribiendo o, al menos, de aprender algo nuevo a partir del poema que ella les está dando. Las palabras raras abundan, acompañadas de las diferentes estructuras de las que se vale para hacer el texto como ella quiere. Sin embargo, para mí lo que es casi lo mejor de este poemario son las ilustraciones de la española Merce López. Ver el libro solamente es algo hermoso. Las ilustraciones acompañan perfectamente las palabras, es todo precioso.
Escalar
sin que te importe
que se rasgue tu vestido.
Porque es sólo tela
y lo que importa
es alcanzar la cima.
Tigres de la otra noche, María García Esperón
Sinopsis: Los tigres saltan de bajo del pupitre, de la caja de colores, de la puerta del armario, nos acompañan en nuestros paseos en bicicleta y de vez en cuando nos dan una manita de gato.
Hay un tigre
Bajo mi almohada,
Todas las noches
Estrena rayas.
María es otra autora que es común ver en este blog. Es de mis escritoras mexicanas favoritas de todos los tiempos, a la que admiro a la hora de hablar de mitología y de historia. Seguro recordarán que ya he reseñado libros de ella antes en el blog (El anillo de César, Dido para Eneas, El disco del tiempo), pero nunca poesía, aunque siempre supe que también escribía poesía. En este pequeño libro que ganó el premio hispanoamericano, los tigres son los grandes protagonistas de los poemas. Ideal para niños que aman los animales y, sobre todo, ideal para niños que aman los felinos.
Este texto está ilustrado por Alejandro Magallanes y cada ilustración nos regala tigres y rayas con elementos bastante sencillos. Mi única queja es que he notado que a los niños no les gusta tanto a primera vista en algunas páginas porque los colores tienden a verse medio apagados y si hay algo que a los niños les guste de los libros ilustrados es, precisamente, la explosión de color. De todos modos eso varía de niño a niño, pero en general más o menos aprendes qué cosas les gustan más en general después de intentar venderles libros varias veces. Tigres de la otra noche es, también, un excelente poemario para practicar la lectura en voz alta, de verdad se los recomiendo.
Esto que brilla en el aire, Cecilia Pisos
Sinopsis: Con un exquisito juego de lenguaje, Cecilia Pisos nos sitúa frente a escenarios maravillosos donde existen estrellas que desean calzarse guantes para estirar sus puntas, sapos que llueven y agua que salta, un mar que sale a juntar caracolas y toma la siesta a lomo de ballena, o nubes que cuentan niños porque no pueden llover. Las poderosas ilustraciones de Ana Pez invitan al lector a buscar detrás de las palabras las muchas imágenes que esconden. Esto que brilla en el aire es una propuesta fresca, muy apetecible para cualquier lector, donde los poemas y las ilustraciones propiciarán un desbordante diálogo y hondos estremecimientos.
Este es el libro que se publicó más recientemente del Premio Hispanoamericano de Poesía y, de hecho, es novedad en el Fondo de Cultura Económica. La argentina Cecilia Pisos juega con las imágenes y los escenarios de sus poemas para crear juegos de palabras bastante interesantes, como dice la sinopsis. Un mirlo que es, a su vez, un desperador, por ejemplo, es lo que puede uno encontrar entre las páginas del libro. Cecilia Pisos también hace ilusiones al sonido o la música de los poemas (y los silencios de estos). Seguro alguien que sí haya estudiado literatura les diría todo esto de manera menos coloquial, pero bueno, vinieron conmigo, ¿no?
El poemario está ilustrado por la ilustradora Ana Pez y, de los trabajos que le conozco (puesto que ha ilustrado otros libros en el Fondo de Cultura Económica) este es, sin duda, el mejor de todos para mis ojos que realmente no saben de ilustración. Les juro que en este momento me siento como los señores que opinan de todo sin tener ni idea, pero en este caso yo tengo la buena intención de que la poesía para niños llegue más lejos y la conozcan y conozcan estos libros que merecen ser conocidos, no opinar porque sí, nada más. Creo que, de los poemarios que ya les he hablado, este es de los más accesibles para los que le tienen un poco del miedo al género y si le dan una oportunidad, seguro encontrarán algún poema que les guste mucho.
Ema y el silencio, Laura Escudero Tobler
Sinopsis: Este poemario tiene como eje central el personaje de Ema, y está compuesto por varios poemas que evocan a su tremenda imaginación y a las aventuras que vive en su entorno cotidiano, desde el momento en que despierta hasta que llega la hora de dormir. Con un lenguaje exquisito pero sencillo, la autora nos describe los diversos escenarios que Ema recorre acompañada de peculiares personajes. Las coloridas y enternecedoras ilustraciones de Roger Ycaza complementan los poemas para enriquecerlos y darles otra lectura.
Una de las cosas que más me gusta de los libros para niños es la continua celebración de la imaginación de los niños. Los libros que les des tienen que estar a la altura de su imaginación, los niños son el público más dificil de todos, no se van a conformar con cualquier cosa. Ema y el silencio, en este caso, es un poemario que es una celebración a la inagotable imaginación que tenemos y a la poesía. Este es un poemario hermoso en todo sentido, que para leer en voz alta es perfecto, sobre todo para disfrutar el sonido de los poemas.
Las ilustraciones son del magnífico Roger Ycaza, del que ya les he hablado porque ilustró un libro de Martha Riva Palacio llamado Ella trae la lluvia que ya mencioné más arriba. La ilustración de Roger Ycaza es maravillosa siempre (si tienen oportunidad de ver su albúm ilustrado, Los días raros, nos e van a arrepentir) y acompañan perfectamente a todos estos poemas que evocan perfectamente a la imaginación y las aventuras de Ema, con personajes increíbles en todas las páginas. Se los recomiendo mucho, es creo que de mis favoritos. Además, la autora, Laura Escudero, tampoco es nada condescendiente con los niños a la hora de escribir poesía, se nota que admira su imaginación y todas sus ocurriencias y eso es hermoso.