Divagaciones de una Poulain
by Nea Poulain

jueves, 2 de noviembre de 2017

Altar de Muertos | Booktag

Un altar de muertos se pone en siete niveles de manera tradicional. También los hay de tres y de cinco, pero el que nos ocupa hoy tiene siete niveles. Se pone un altar para recibir a los muertos que vienen de visita este Día de Muertos, el 2 de Noviembre. Y como no íbamos a quedarnos atrás, Ale, del Canal Sputnik en booktube, creó un Booktag sobre el Altar de muertos, que es el que me dispongo a hacer el día de hoy. Creo que ya saben lo mucho que me gusta este día y lo mucho que me gusta ver altares de muertos en este día, el cempasúchil, todos los festejos, las películas relacionadas con el asunto... bueno, creo que ya lo saben. He escribo a menos una entrada del asunto. Así que vamos a empezar el Booktag y, de paso, les enseño como armar un altar de muertos.


Primer nivel: escritor o libro que representa lo más sagrado para ti y que bendice tu librero

En el primer escalón del altar se suele poner al santo o virgen al que quienes ponen el altar son devotos (porque el Día de Muertos que celebramos hoy en día en México tiene orígenes en la evangelización de los pueblos nativos, así que en algunas partes contiene muchos elementos del catolicismo) y, también se suelen poner las fotos de aquellos que esperamos recibir visita. En el caso de los libros, pues ya vieron la consigna. 

Un libro que definitivamente me alegro tener en mi librero es... (redoble de tambores por favor): Diablo Guardián. Al menos uno de los que tengo. Leer las aventuras de Violetta R. Schmidt me cambió la vida, me hizo ver de manera diferente a la clase media aspiracional de México y me divirtió increíblemente. El libro es de Xavier Velasco y creo que es mi libro favorito en la vida. 


Sin embargo, no creo que sea el único libro que ponga allí. Tengo otros libros que también estimo demasiado, como El Segundo Sexo, de Simone de Beauvoir. Se considera una de las biblias del feminismo... lo cual es un poco raro, porque el feminismo no es dogma, pero bueno. Para mí no es una biblia (ya dije, el feminismo no es dogma), pero sí un libro muy importante para mí y es uno de mis libros feministas de cabecera. Se los recomiendo, por supuesto. 


Libros que iniciaste y nunca terminaste y que están en el purgatorio de los libros iniciados


El segundo escalón del altar es para las almas en el purgatorio, entonces creo que se entiende muy bien la consigna. Ahora mismo tengo dos libros en el purgatorio de los libros iniciados, así que aquí les van: primero, está la colección de Las Mil y Una Noches. Resulta que estoy leyendo la colección de tres tomos de Atalanta, pero voy lento. Antes leía una noche por noche, pero después de un tiempo me aburrí, quise descansar, después leí como cinco noches, después nada y ahora ahí sigo. Ya lo terminaré en algún momento.


Mi otro libro en el purgatorio no lleva tanto tiempo. Sólo como un mes, y está allí porque he tenido poco tiempo que dedicare y, definitivamente, El género en disputa no es un libro al que uno le dedique poco tiempo. Escrito por Judith Butler, también es un libro muy famoso dentro de teorías del género. Espero ya pronto poder acabarlo.


Libro infantil que todo adulto debería leer porque no parece para niños


El siguiente nivel del altar está dedicado a los niños. Los niños que mueren no vienen de visita el mismo día que los adultos, sino que ellos llegan el primero de noviembre, Día de Todos los Santos.

Bueno, aquí en realidad no me decido, tengo muchos. Así que intentaré no irme tanto por las ramas. Yo creo que los adultos deberían leer muchos libros que se venden como si fueran libros para niños, que deberían leerlos todos si hace falta. Pero bueno, empecemos por alguno. Primero, quiero mencionar el libro de una autora mexicana: se trata de Ella trae la lluvia de Martha Riva Palacio. Yo creo que todos deberían leer ese libro, que habla de discriminación a la otredad y de la situación de los refugiados en muchas partes del mundo, al mismo tiempo que está dirigido a un público infantil y juvenil. 


Otro libro que no me canso de decir que todos las personas deberían leer, porque trata del poder de nuestra imaginación y de como cada libro es una historia que nunca se acaba es La historia Interminable de Michael Ende. Las aventuras de Atreyu, Bastian Baltasar Bux y el dragón de la suerte me encantan y no puedo dejar de leerlas nunca. Creo que es un libro que sirve perfectamente para recordar al poder de nuestra imaginación. 


Y como tres recomendaciones son mejor que una, les voy a contar de Lilus Kikus de Elena Poniatowska, un libro que, además, fue ilustrado por Leonora Carrington y vendido como si fuera para niños cuando, en realidad, me parece que muchas personas pueden disfrutar la historia de Lilus Kikus y la idea de ser una niña hace varias décadas en México, en los plenos tiempos del qué dirán y la exigencia de ser una buena mujer. ¡No se lo deben perder!


Libro que te gustaría releer en un futuro y concluir ideas que no has terminado


En este nivel es en donde ponemos el tradicional pan de muerto, que es un pan que lleva unos bonitos huesitos y azúcar encima. Les juro, lo más delicioso que nunca van a comer. Miren, foto: 


Como siempre, no tengo uno. Y yo nunca sigo las reglas de los Booktags (¿es por eso que nunca me etiquetan en ninguno?), así que, sí, evidentemente, voy a elegir dos libros. Primero, creo que tengo muchos asuntos sin terminar con Milan Kundera en La insoportable levedad del ser. De hecho, siento que tengo muchos asuntos sin terminar con todos los libros de Kundera, pero la mayoría son con La insoportable levedad del ser. Es un libro que definitivamente los invito a leer a todos y decidir por ustedes mismos.


Por otro lado, también me gustaría leer, en un futuro, de nuevo, La dialéctica del sexo de Shulemith Firestone porque quiero seguir descubriéndolo. Para poder leer este libro, tuvo que pasar mucho tiempo y tuvieron que pasar muchas lecturas. Y, sin embargo, aún siento que leerlo en otro momento me ayudará un poco más a sacar más conclusiones y entenderlo un poco mejor. Aún así, totalmente recomendado a quien le interese. 



Libro al que siempre regresas porque te ayuda a alimentar tu alma.


En el quinto nivel ponemos la fruta y la comida que, en vida, fue la favorita del difunto. Por ejemplo, yo en mi altar puse mole, camote y calabaza en dulce, mandarinas, guayabas, unas galletas marías... Porque eso le gustaba a mis abuelos. Me falto poner otras cosas, pero mi espacio era reducido, así que ni modo. Aquí les pongo una foto de mi altar by the face.


En este booktag ya puse dos libros a los que yo siempre regreso, que son Diablo Guardián y La historia interminable. No quiero repetir, así que les voy a mencionar otro libro. Resulta que yo siempre acabo regresando a la historia de Anna y Abel en El cuentacuentos, libro que escribió Antonia Michaelis. Es un libro juvenil, pero que me ha hecho reflexionar tanto y tantas veces que no podía dejar de mencionarlo por aquí.


Autor o libro al que le pondrías un altar de muertos


El este nivel supuestamente se colocan las fotos de los difuntos. Pero al menos yo siempre las coloco hasta arriba o en donde quepan porque nunca me alcanza el espacio para poner altar de siete pisos. Bueno, primero que nada, creo que a muchos libros aquí mencionados les pondría un altar (Diablo Guardián, El Cuentacuentos, La historia interminable, Ella trae la lluvia, El segundo sexo...), pero como dije, no quiero repetir, buscaré entre algunos más de mis libros favoritos.

Entonces, evidentemente, le pondría un altar de muertos a Cumbres Borrascosas de Emily Brontë creo que es mi clásico favorito, es una de mis historias preferidas y no he encontrado ni una sola película que a mi gusto le haga toda la justicia que este libro necesita.


Libros que recomiendas para iniciar en la lectura


Se pone un rosario, pero yo no soy católica así que la neta no sé para que es, pero la consigna decía esto, así que ¡vamos a recomendar un libro para iniciar la lectura! La verdad no sé que se hace en estos casos, porque no recuerdo un momento de mi vida en el que no leyera. Así que me voy a ver muy basic y les voy a recomendar a J. K. Rowling y a Harry Potter. Por mi la saga hizo maravillas, así que si puede hacer maravillas por alguien más, ¿por qué no?


Por otro lado, no me queda más que desearles un buen Día de Muertos, que hagan fiesta, coman pan de muerto, recuerden a sus seres queridos, pongan ofrendas, festejen bonito. Ya casi se acabó el día y falta menos para que se acabe el año, pero todavía tienen tiempo de acordarse de los muertos.

martes, 31 de octubre de 2017

#PoulainResponde: 8 años con el blog

¡Este Octubre el blog cumple 8 años! Increíblemente, ya llevo ocho años escribiendo en internet como hobby y he aprendido muchas cosas y conocido a muchas personas. Estos ocho años han sido un viaje increíble y excepcional, que espero que siga así. Ustedes, lo que leen esta página, son testigos directos de como evolucionan y cambian mis lecturas, mis ideas, lo que digo, lo que pienso, mis opiniones, como he evolucionado a la hora de hablar de un libro. Y como hoy es el último día de Octubre y es Halloween les voy a contar que me disfracé el sábado pasado de mi superheroína favorita: ¡Kamala Khan, Ms. Marvel!


Por otro lado, el 1 y 2 de Noviembre son las celebraciones de Día de Muertos y Día de todos los Santos en México y espero contarles varias cosas en varios entradas a lo largo de los primeros días de noviembre, además de que tengo reseñas pendientes que compartirles. Pero bueno, estamos hablado de ocho años con el blog. Imagínense ocho años y la tremenda constancia (y falta de) que es necesaria para lograrlo. Esta vez, como parte de un evento especial, dejé que me preguntaran cosas en un preguntas y respuestas. Y fuera de broma: he aquí el resultado.

@librosqd: ¿Quién engañó a Roger Rabbit?

Nunca la he visto entera.

@librosqd: ¿Podrán las Orizondo ser feliz con los Reyes sin que nadie más intente dañarlos?

¿De qué telenovela hablamos?


@librosqd: ¿Cuál es tu canción favorita de la gran, única e inigualable, Celia Cruz?

Su versión de Vasos Vacíos con Los Fabulosos Cadillacs. Su voz es inigualable y genial. Miren, aquí les voy a poner un video para que la escuchen y no tengas excusa.}



@librosqd: Si tuvieras que releer persona normal en loop o conversar con Chumel eternamente para que caiga el patriarcado ¿cuál eliges?

Releer Persona Normal en loop. Como todos saben, no me gustó el libro, lo considero mediocre y escrito con un nulo esfuerzo para venderte el mito de que los lectores son mejores personas que el resto. Pero me niego a cruzar una sola palabra con Chumel Torres (un idiota que un día dijo que no nos merecíamos la libertad de expresión y que se cree la cumbre del feminismo sólo por no ser... bueno, @callodehacha).


@Viktorianayo: Te he dicho que te considero activista feminista, ¿cuál crees que ha sido tu mayor contribución al movimiento hasta ahora?

Ser parte de Libros b4 Tipos, creo. Aquí va la pausa publicitaria, obviamente. Libros b4 Tipos es un colectivo feminista en donde visibilizamos la literatura escrita por mujeres y su trabajo intelectual. En general me he dedicado a escribir y a difundir feminismo para las masas y Libros b4 Tipos me ha dado la oportunidad de conocer a más mujeres que realizan trabajo intelectual y conocer otras perspectivas (además de tener debates bien interesantes sobre el feminismo).

@librosqd: ¿Algunas vez pusiste "Nerea" en algún perfil o yo te llamo así en mi cabeza porque soy loco?

Porque... no sé, tu cabeza se inventó Nerea. He sido AndyP, Nea Poulain, Altair Black y tres millones de personajes de rpg. Andrea Poulain ya se me quedó.

@librosqd: white feminists or terf.

Death. Prefiero la muerte a escoger algo. No concuerdo con ninguna postura.


@karen_b44: ¿Cuándo podremos leer tu novela de fantasía urbana?

Un año de estos. No llevo mucho y no he avanzado por diversas cosas. Pero sí, estoy escribiendo una novela de fantasía urbana ambientada en México. 

@karen_b44: ¿Drarry o dramione?

Both. Los leo con la misma alegría. También he escrito ambos. 

@librosqd: ¿Superman en calzones amarillos con patrones de calabazas embrujadas o rojos con estampado de jirafa azul?

Los de calabazas embrujadas, me gustan las calabazas.


@librosqd: Top 5 de películas hindú favoritas.

A ver, no tengo así como un top 5. Vídeos de música sí. Pero a ver, mis películas favoritas son 3 idiots, que es genial y Pink. De ahí además me gustan Khabi Kushi Khabi Gam, la música de Dilwale y Udta Punjab me entretiene bastante.

@librosqd: ¿más barato por docena o los tuyos, los míos y los nuestros?

Más barato por docena.

@librosqd: ¿Vívala o véndala?

No veo esas cosas.

@librosqd: ¿Qué tradiciones religiosas (de cualquier religión) te gustan? apartando el hecho de ser doctrinas y sistemas de control.

Me encanta El Día de Muertos, que tiene influencias de un montón de religiones prehispánicas y del catolicismo. Me encanta el Holy en la India, muero por ir a la India durante un Holy. Me encantó Diwali, también festejado en la India.



martes, 17 de octubre de 2017

Libros infantiles en #LeoAutorasOct

«Andrea, ¿y tú por qué lees tantos libros para niños?»
«¡Porque me da la gana!»

Bueno, hoy les traigo varias pequeñas reseñas que tengo muy atrasadas y voy a aprovechar la iniciativa de Leo Autoras Octubre para recomendarles algunas lecturas muy cortas y ligeras para su mes, ahora que hemos pasado de la mitad y para que conozcan nuevas autoras. Justo este 16 de octubre es el día de la escritora y me parece importante recordar que leer autoras a mí, personalmente, me ha cambiado la vida y la manera de ver la literatura y el mundo. El trabajo intelectual de las mujeres es a menudo poco reconocido y bastante desagradecido. Entonces, por eso, hoy quiero recomendarles varios libros para niños y no tan niños, puesto que los adultos pueden disfrutar la literatura infantil como cualquier otro. ¿Empezamos? 

En el sur, Christel Guzcka


Sinopsis: Cuando Montserrat se ve forzada a mudarse a la ciudad su vida da un vuelco. Al principio se pregunta si su papá seguirá enviándole cartas a su nuevo hogar y cómo vivirá sin su abuelo cerca de ella. Poco a poco los días toman una dirección diferente al lado de su amiga Yolo. La ciudad las obligará a mantenerse alerta frente a sus peligros, a veces derivados del uso inadecuado de internet.

Siento que por alguna razón las historias con una moraleja sobre el mal uso del internet se están poniendo de moda y no saben del todo cómo hablarle a los niños/adolescentes exactamente. Pero vamos a ver qué onda con este libro. Montserrat se ve obligada a mudarse de un día para otro de un lugar pequeño a la temible Ciudad de México, una supermetropoli (entre ciudad y área metropolitana, le calculo que somos ya casi 24 millones o más) y por supuesto que se replantea las cosas que se replantea cualquier niño que se cambie de casa. Su papá, que le manda cartas, ¿sabrá su nueva dirección? ¿Se las seguirá enviando? ¿Y su abuelo vivirá ahora lejos de ella? ¿Hará amigos? ¿Cómo se desenvolverá en la gran ciudad? 

El libro es una especie de coming of age narrado de manera amena, rápida, la historia de Montse tiene un núcleo claro (la búsqueda de su papá y las cartas) y la de Yolo pretende demostrar que es peligroso no tener cuidado en internet. La historia resulta predecible y poco sorpresiva si a los 10 años pasaste mucho tiempo en el consultorio del dentista con Lo que callan las mujeres y Mujer, casos de la vida real puesta en la sala de espera (sólo que ahora en vez de verlo desde el punto de las mujeres adultas, todo lo vemos desde el punto de vista de Montse y Yolo). Supongo también que es predecible si has visto suficientes capítulos de La Rosa de Guadalupe, pero para cuando eso salió yo ya había cambiado de dentista. La diferencia entre las telenovelas con mal guion y mala actuación y este libro es que este libro tiene más sustancia, mejor narración, mejores diálogos y un descenlace mejor planeado. 


Aun así, creo que es importante releer un libro y preguntarse si parece que están adoctrinando a un niño o leyéndole una fábula con moraleja más obvio que el hecho de que el cielo es azul. No porque las fábulas sean malas o del demonio, sino porque debemos darnos cuenta de que, aún al escribir para niños, no de puede ni se debe subestimar a los niños. Creo que es lo que le faltó a este libro, un mejor análisis de cómo narraba la historia y qué tanto dejaba a niños y jóvenes participar sacando sus conclusiones. No es un mal libro, sí lo recomiendo, pero en el espacio de los libros average. De las cosas más notables son sus ilustraciones, de Octavio Cruz, con increíbles detalles morados.

Historia Medio al Revés, Ana María Machado


Sinopsis: "Y entonces se casaron, tuvieron una hija tan linda como un rayo de sol y vivieron felices para siempre..." Hay muchos cuentos que terminan así. Pero éste es el comienzo del nuestro. Es la historia de la hija de ésos que se casaron y vivieron felices para siempre.

Esta, al contrario de la anterior, es una historia con una redacción mucho más simple y sencilla y con una historia más compleja y que parte del cliché, pero nunca llega a él. Más bien, parte del cliché para alejarse de él lo más posible. Esta es una historia que empieza cuando hay un par de reyes que viven felices para siempre con una hija que vive feliz para siempre a la espera de su propia aventura y todo en el reino está muy tranquilo. Y la realeza, muy acostumbrada hacer poco y nada, contempla el tiempo pasar y a su reino florecer completamente hasta que el rey se da cuenta, un día, que todas las noches, alguien se roba el sol. Y se escandaliza.

Con esa premisa tan sencilla Ana María Machado nos regala una historia exquisita, que, por supuesto, cumple con lo que todo cuento de hadas debe de cumplir: tiene caballeros, dragones, una aventura, una princesa en edad de casarse y unos reyes. Claro que es un cuento muy poco convencional en todo lo demás y es perfecto para niños que ya saben leer bien y tienen interés por estas historias. Ana María Machado escribe excepcionalmente bien, lo que le sigue. Parece que le hago la pelota, pero la mujer ya no necesita de mis alabanzas, la verdad, es toda una institución de la literatura infantil y juvenil en todo sentido.


De este libro me gustan los detalles a las narraciones épicas, los guiños a las narraciones épicas (algunos que quizá no hubiera captado de más chica, así que les aseguro que leerla es definitivamente algo bueno aunque ya no sean niños), los comentarios agudos y un poco sarcásticos sobre la realeza, que para los niños caen precisamente en una comedia ligera, de la que te puedes reír siempre y que hace todavía más disfrutable esta pequeña historia de un rey que descubrió que todos los días alguien se robaba el sol. 

Es un libro bueno para leerle a grupos de niños, está agradable, un planteamiento simple y una historia que no lo es tanto y que toma en cuenta a los niños y a sus gustos.

Adiós a los cuentos de hadas, Elizabeth Cruz Madrid


Sinopsis: Mariel ha perdido a su mamá a causa del cáncer, vive con su papá y su madrastra. Con frecuencia escribe cartas a su mamá pensando lo que le diría si ella viviera. Cuando es llevada por su papá a un internado, encuentra consuelo en las pláticas que sostiene con un chico que conoció por internet. Pasa los días deseando conocerlo y esperando que venga a rescatarla.

Este es un libro perfecto para estampárselo a un papá o a una mamá y decirles que por esto tienen que comunicarse con sus hijos. Para los jóvenes todavía no sé si sirva realmente de algo o sea sorpresivo y no caiga en los clichés, pero bueno, para algo le encontré utilidad. Mariel es una niña que se ha quedado huérfana de madre y tiene un padre que se volvió a casar y no sabe muy bien como comunicarse con su hija o hablarle a su hija o prestarle atención. Se escuda tras el que trabaja demasiado, pero yo sólo quería que le hiciera tantito casito a su hija. También tenemos a una madrasta que se preocupa poco por comprender a su hijastra y prefiere distanciar la relación cuando ve problemas que intentar comunicarse con su hijastra. Y a la hijastra. los tres personajes son una familia realmente muy poco funcional y ese tipo de personajes siempre dan para una buena historia (vean, por ejemplo, Hermano Lobo) y por eso siento que esta me quedó a deber. 

Mariel le escribe a su mamá comparándola con un Oasis y se refugia en las cartas que le hace porque nadie más parece prestarle atención a lo que le está pasando (lo cual es, en resumen, un desencadenante para la historia). Poco a poco te das cuenta de que Oasis es un personaje inventado por Mariel porque es la antítesis de su madrastra, completamente. No sabemos mucho de como era la mamá de Mariel, aunque conocemos detalles. Sabemos de su pasado, pero Mariel hace supocisiones. Si la madrastra dice que no, es que su mamá hubiera dicho que sí. Les juro que toda esa relación con un familiar perdido, el duelo y la tristeza me interesan y me parece que dan para una excelente historia. 


Por eso siento que este libro quiso abarcar demasiado: el duelo, el internet, el aceptar una nueva familia, el sentirse rechazado. Quizá haber reducido un poco el alcance hubiera sido mejor para explorar de otra manera el duelo de Mariel, puesto que hay un punto que todo lo que parecía el núcleo inicial desaparece y nos encontramos con una historia medio aleccionadora. No sé, no me gustan las historias aleccionadoras. A pesar de todo eso, Adiós a los cuentos de hadas tiene muchas cosas que me parecen rescatables y de la que les voy a contar un poco. Las ilustraciones de Esteli Meza son maravillosas, bellísimas y evocan mucha nostalgia. ¡Me encantaron! Las cartas a Oasis son maravillosas, me hablan y me enseñan un montón de Mariel, de sus gustos, de sus miedos, de su manera de ver el mundo. Me hubiera gustado que el libro tuviera más de esas, pero igual acababa en sobredosis. 

Se los recomiendo, es un libro un poco más para jóvenes, agradable, sencillo, no demasiado complicado, bastante cliché, pero no por eso la historia está mal contada. 

domingo, 15 de octubre de 2017

Sexo Chilango, Mónica Braun | #Librosb4Tipos

Sinopsis: Esta edición reúne todas las columnas mensuales que la autora publicó con gran éxito durante siete años en la revista Chilango. El resultado es una crónica-ficción en forma de episodios que retrata algunas de las contradicciones que viven las mujeres cuando buscan amor y estabilidad pero reclaman también pasión, libertad y éxito profesional. Aquí el sexo se da por sentado; se duda, en cambio, de la necesidad de ser madre o la pertinencia de ligar en la web. Los fans de la serie televisiva Sexo en la ciudad disfrutarán de este ejercicio lúdico, su versión a la mexicana, divertido pero no por ello menos profundo.

Agárrense que esto está largo. Primero, voy a hacer la pausa publicitaria obligada con este tipo de reseñas, puesto que este libro fue el libro que leímos durante el mes de septiembre en el colectivo Libros b4 Tipos (pueden encontrarnos en facebook, twitter y goodreads) y con el que promovimos la iniciativa #VocesFeministas en nuestras redes sociales, que pretendía recopilar las voces de mujeres periodistas y mujeres que hablan de feminismo en las redes. Tuvimos que retrasar todo por el temblor del 19 de septiembre, pero bueno, aquí seguimos. Pueden seguir participando en las #VocesFeministas sin ningún problema. Ahora, si todavía no me odian por la pausa publicitaria, quiero contarles que voy junto con otras de mis compañeras del colectivo a estar este lunes 16 hablando en una mesa con motivo de los Doscientos años de Jane Austen en el marco del Día de la  Escritora en la Biblioteca Vasconselos de la Ciudad de México a las 4 de la tarde. Si andan por aquí, ¡están invitados!

Que no se supieran mi apellido se fue a la mierda, bai
Finalizada la pausa publicitaria, quiero, ahora así, pasar a hablar del libro. Quiero abordarlo por tópicos diferentes porque es un libro que da para debatir mucho y de muchas cosas. Las únicas aclaraciones que haré son las siguientes: yo no soy el público target del libro ni en mil años y quizá eso me haga verlo todo con mucha más frialdad y que creo que es importante cuestionarnos a quién le escribimos, por qué escribimos, qué discurso estamos usando y otras muchas cosas. Yo lo analizo todo con perspectiva de género, me interesa mucho qué escriben las mujeres y por qué, a quién va dirigido, sobre qué mujeres escriben. Entonces vamos a empezar.

La búsqueda del amor romántico en la era de la liberación sexual™


No creo en el amor romántico. Más bien creo en Kate Millett que dijo que así como la religión había sido el opio del pueblo, el amor había sido el opio de las mujeres. No es la única feminista en rescatar ese análisis. De hecho, de las cosas que rescato del feminismo radical, es precisamente su análisis al amor, al romance y a la supuesta liberación sexual. Ahora que se murió Hugh Hefner (el cabrón de Playboy) me pasó algo curioso: yo no estaba interesada por el hecho hasta que vi a un par de feministas aplaudirle y llorar su muerte porque Hugh al parecer había hecho algo bueno en su vida (financiado abortos cuando eran ilegales) y entonces algo me hizo click y dije NO, ESPERA. Hugh Hefner se hizo rico gracias al hecho de que hizo del cuerpo de la mujer un producto. Y me di cuenta qué tanto habíamos caído en la trampa de la liberación sexual que nos cuentan los hombres y el capitalismo.


La liberación sexual significó tener derecho al aborto, poder decir que no y poder decir que sí bajo nuestros términos, significó anticonceptivos. Y el capitalismo le vio cierto potencial. De repente, nos hizo también convencernos de que una mujer empoderada era una mujer que vivía su sexualidad libremente... siempre y cuando esa sexualidad libre se viviera diciendo que sí. No me lo tomen a mal: individualmente, pueden considerar empoderante hasta rascarse la espalda con la mano izquierda, no me importa. Pero la sociedad capitalista no es el individuo. La liberación sexual sólo gusta a los hombres (tratando a los hombres como colectivo y no como individuos) cuando les beneficia: tratar al porno como empoderante (aún cuando es una industria que sigue promoviendo una cultura a la violación, una cultura a la pedofilia —¿las lolis? ¿las colegialas?— y un fetichismo a todo lo que no es blanco), decirle a las mujeres que desnudarse para una revista es empoderante —al mismo tiempo que la que rechaza el planteamiento es tachada de frígida, sumisa, no libre, lo que quieran—, decirle a las mujeres que decir que sí es empoderante, que deben vivir su sexualidad libremente —para acostarse con ellos— y subsecuentemente olvidarse del no. La parte favorita del feminismo es la de la liberación sexual que manipularon a su antojo... que acaba sin ser feminismo ni nada de nada.


Entonces, antes de que me empiecen a preguntar que dónde estoy yo hablando del libro del que supuestamente voy a hablar, aquí vengo. Sexo Chilango es una recopilación de columnas publicadas en la revista Chilango que tienen una inspiración en Sex and the City y las aventuras de Carrie en Nueva York. Mujeres que ya pasaron de los treinta, de clase media, medio alta, y que aparecen cada mes a hablar de sus relaciones. Es una columna muy heterosexual (por sus protagonistas) y muy enfocada en, bueno, lo que es ser clase media en la Ciudad de México. Se maneja un concepto de empoderamiento por el hecho de que las mujeres disfrutan vivir de sus relaciones libremente e, incluso, en algún momento, declaran que, si están solteras, es porque les da la gana.

Entonces estamos en un mundo de la mujer de clase media empoderada que, por ejemplo, no significa que las demás lo estén, es un mundo y un libro basado en las experiencias individuales de algunas mujeres. Yo sí creo que es un libro que cae en la trampa del patriarcado de la liberación sexual en algunos momentos. Porque es importante entender que el patriarcado es todo un sistema social que se mantiene en la supremacía masculina y que es imposible así de la nada liberarse completamente de su influencia. Y lo que hizo fue aprovecharse de lo que pudo y ponerlo a su favor. Todo el mundo se sigue apoyando en la dictomía del patriarcado: la mujer buena vs la mujer mala. Las mujeres no viven su sexualidad sin estigmas, aunque quizá tengan más libertad de poner sus condiciones (en algunos casos, sobre todo cuando eres clase media, media alta, alta): los estigmas aparecen a veces cuando dices no (frígida), a veces cuando dices sí (puta). Me pondría a contarles mis experiencias amorosas aquí pero hace casi cinco años que no estoy soltera, ya se me olvidó ligar.

Nah, I wish, pero tengo las habilidades de ligue de una patata
En fin, el empoderamiento por medio de la sexualidad libre y el uso de nuestra sexualidad lo más en nuestro favor que podamos al final nos puede empoderar a cada quien individualmente (ya saben, como si encuentran empoderante lamerse el codo), pero nunca va a empoderar a todas las mujeres como colectivo. Kim Kardashian desnudándose para una revista nunca jamás va a significar que hemos evolucionado como sociedad, porque aunque Kim Kardashian puede ser una bien chingona empresaria y haber puesto sus condiciones, el desnudo todavía es comercializado como un producto para hombres y la foto anda haciéndole el trabajo al patriarcado. Como conclusión de mi ejemplo supongo que kudos por Kim Kardashian que es una mujer rica y puede hacer esas cosas (aunque de todos modos siempre salen los machos a criticar).

Entonces volvemos a este libro: ¿es o no es un libro feminista? Quien sabe, supongo que depende de qué tipo de feminista te dirá: para mí es una onda feminismo excesivamente liberal. Yo ando pegada a la onda marxista y radical, así que a mí no me pregunten. Vamos a otras cosas, que tengo mucho de que hablar.

La burbuja clasemediera (yo también viví ahí)


Piensen que están escribiendo una columna para una revista de onda clase media, media alta, quizá hasta alta. Piensen que además les pidieron que la columna tiene que ser onda Sex & the City. ¿Qué sale? La primera mitad del libro es un resultado que ni calcado, se los juro. La segunda mitad evoluciona, cambia, Mónica Braun se centra en su hijo, cambia un poco los temas, pero ante todo, hay algo que se mantiene constante: la burbuja de la clase media. Déjenme les explico a que le llamo la burbuja clase media, porque es un lugar hipercómodo para vivir si te lo puedes permitir. La burbuja clasemediera es ese lugar donde tu conciencia de clase puede volverse selectiva, donde puedes decirte apolítico y no comprender que ser apolítico es algo imposible en este mundo y no comprender que tu posición apolítica nada más ignora a aquellos que no pueden darse el lujo de decir eso (los colectivos más oprimidos). Les digo, es un lugar bien bonito, pocas preocupaciones, a veces puedes darte el lujo de considerar que puede existir un consumo ético bajo el capitalismo (aunque alguna que otra vez te darás una decepción). Además, aunque vivas un poco al día y te preocupes por el fin de mes, usualmente no te preocupas por dejar de comer. Es una burbuja linda.

And conciencia de clase
Un día llega el mundo real y te la rompe y ya te cagaste para siempre. No dejas de ver la pobreza que te rodea, no dejas de ver como la burguesía se caga a todo lo que está debajo de ella. Te entran por los ojos las condiciones de las obreras de las fábricas textiles de todo el mundo, las mineras que trabajan en territorio impunemente, el ejército disparando contra población maya. Y ya no hay vuelta atrás. No te caga la vida, pero sí te empiezas a dar cuenta de que vivías en una burbuja y dices "khé".

Este es un libro que se revuelve, por supuesto, dentro de los limites de esa burbuja. Vivir en la burbuja clasemediera no significa que nunca salgas de la Condesa y de Polanco o del barrio nice de donde sea que vivas. Significa que sales, pero que sigues como en la burbuja, como que notas la pobreza, pero como que no te quita el sueño. Como que viajas y conoces comunidades pobres y a veces como que te quiere dar un algo de white rich savior. La burbuja es cosa de no darte cuenta. Entonces el libro obviamente se revuelve entorno a ella (nunca culparé a nadie por estar en la burbuja, está hecha para que no te importe estar en ella o ni te des cuenta). Incluso en capítulos que intentan confrontarse con el clasismo mexicano general, todo es demasiado tibio y a veces, perpetua un discurso clasista sin darse cuenta. He aquí,  el temido capítulo del morenito de Iztapalapa. Sospecho que quien escribió a la redacción de Chilango y dijo que la autora de Sexo Chilango seguramente nunca les iba a contar la historia de como nunca había salido con un morenito de Iztapalapa en un intento de destaparla como una clasista. Sospecho que no le salió bien porque Mónica Braun contestó que sí había salido con uno, aunque no de Iztapalapa y procedió a contar la historia en un intento de hacer una columna anticlasista. Cosa que... resultó más o menos.

Vamos al poder del discurso. Vivimos en una sociedad terriblemente clasista, racista y patriarcal. Todo eso se intersecta, pero a veces me atrevería a decir que la clase es el eje donde todo lo demás está soportado. Especialmente el racismo. ¿Por qué en México equiparamos decir morenito con decir pobre? ¿Es que acaso todos los morenitos son pobres? ¿O todos los pobres son morenitos? Y si algo de eso es cierto, ¿por qué? El color de piel es algo que mueve a México. Prentan la tele. Cualquier canal. Busquen una telenovela. Cuenten la gente no blanca que aparece. Ahora, del número que les haya salido, cuenten a los que no salieron como sirvientas, choferes, otra clase de servidumbre, niños pobres o gente pobre a secas. Ahí tienen el problema. De repente como que podría no entenderse porque equiparar morenito a pobre es algo entre racista y clasista y podríamos decir que es que así nos entendemos en México. Pues sí, nos entendemos en una sociedad clasista y racista, ¡faltaba más! Es bien difícil salirse del discurso, pero no imposible y lo realmente admirable es cortarlo de raíz y no seguir perpetuándolo.

Expocisión sobre el racismo en México, Museo de la Ciudad de México, 2016
Fotografía: Andrea Poulain
Y hablando de discurso, déjenme les cuento de la palabra naco. ¿A quien le dicen naco? ¿A los pobres, a los morenos, a los corrientes, a los que consideran inferiores a ustedes? O sea, olviden por un momento la definición de naco que un diccionario les pueda dar y piensen: ¿la han dicho? ¿Cuándo y a quien? ¿POR QUÉ? Vuelvan a cuestionarlo. A mí cuando lo analicé me di cuenta de que decir naco para mí significaba todo un concepto de clases: lo decía cuando consideraba algo por debajo de mí. A la hora de la verdad, naco es un término con connotaciones clasistas de entrada. No es el como la uses. Ya las trae. Es un slur (como la n-word, la t-word, etc). Yo, que soy una persona que la decía, me justificaba tras que la palabra no importa, sino como la uses y que quieras decir, pero con el tiempo me he dado cuenta que tu discurso es muy importante. Dice mucho de ti: ¿dónde lo adquiriste y por qué?, ¿te lo has cuestionado? ¿Sí, no? ¿Por qué? También, aunque no lo creas, dice más de tu contexto que de ti. Quien dice la n-word siendo blanco es porque está en su vocabulario. Llegó allí de alguna manera. A mí lo que me saltó de alguna manera todas las redflags sobre esta palabra, fue como literal el cierre de la expocisión sobre el racismo en México en el Museo de la Ciudad de México fue el remarcar esa palabra.

Yo, descripción gráfica
Toda esa sarta de cosas me pregunté leyendo el libro, más concretamente, leyendo el capítulo del morenito. Soy muy odiosa con lo clasista, nada me embona, lo veo por todos lados. Después de todo, les escribí el pequeño clasista que llevas dentro. Le veo clasismo a veces a lo que escribo (al discurso de fondo, si voy a poner a un personaje clasista odioso, pues ahí está, ¿no?), a las baldosas del piso; en resumen a todo. Entonces, además de analizar el libro con perspectiva de género, me metí a la onda de verlo con conciencia de clase. Cuestionarme a mi misma y al libro (que, como ente inanimado, no respondió, pero sí tuvimos unos interesantes debates). Se mueve en una burbuja muy cerrada, que es, sospecho, la misma que su público target (y por eso repito de nuevo: es obvio que yo no lo soy). No siento que ignore deliberadamente a toda una clase social, aunque ignorar por omisión también sea ignorar, finalmente, lo que siento es que es un producto hecho para cierto público en cierta revista en una burbuja de clase media. Así como yo no soy el público objetivo de After o Crepúsculo, o Bukowski o los libros de Booktubers o las novelas de Danielle Steel, tampoco soy el público objetivo de Sexo Chilango. No estoy en la burbuja de la clase media y en vez de leerlo en paz me hago todo un trip cuestionando porque no es para mí.

Otras cuantas cosas del libro, buenas y malas y peores y mejores


Es un libro que empieza en una onda muy frívola. No saben el suspiro de alivio que solté cuando me di cuenta de que Mónica Braun no era ni la mitad de fresa de lo que es la columna y el libro. Me encanto cuando empezó a evolucionar y a centrarse en su hijo, porque me daba oportunidad de ver otra faceta que me gustó un poco más.

Por supuesto, es un libro que no pasa el test de Bechdel ni a patadas. Breve recuerdo del test: dos mujeres al menos como personajes, ambas deben de tener nombre y ambas deben interactuar al menos una vez y hablar de cualquier cosa que no sea hombres (hombres que se ligan, hombres que odian, papás, hijos, tríos, todos los hombres entran ahí). Obvio no me voy a poner a decirles que no lo pasa y por eso es malo, porque es un libro con mujeres heterosexuales como protagonistas que hablan de sus relaciones con el sexo opuesto. O sea. Lo raro habría sido pasar el test (aunque admito que hubiera sido interesante).


Es un libro relax. No relax en el sentido de que te lo vas a leer en una tarde, pero está escrito de manera amena, como si te lo estuviera contando una mujer que es tu amiga. Eso es un buen punto a favor.

Conclusión de este viaje: léanlo si están más en el público, les puede gustar, les puede no gustar. A mí personalmente no es un libro que me haya gustado, pero salió mucho debate de él y eso siempre es productivo. Como siempre, todo lo que digo puede estar sometido a debate, si quieren opinar algo si es que tienen el libro, o no lo tienen o nada más quieren ser opinadores porque sí, aquí está mi blog y mi sección de comentarios. 

jueves, 12 de octubre de 2017

Malintzin, malinchismo: la mujer en la conquista de México

En España es el día de la hispanidad: un poco curioso ponerlo en el día que Colón pisó América, ¿no? O sea, tiene todo el sentido del mundo para ellos, que Colón pusiera un pie en el Caribe significó más tarde que España sería el mayor imperio del mundo. Colón le abrió la puerta a España para colonizar casi toda latinoamérica, le dio puerta a los ingleses para venir, a Francia para intentar tener colonias (eso no salió demasiado bien), hizo que un buen día se sentaran España y Portugal a firmar el tratado de Tordesillas para decidir qué tierras eran para cada quien (con la idea de que tierras con imperios y civilizaciones ajenas les pertenecían) e hizo que, quinientos años después (poco más) sigamos sufriendo las consecuencias de la colonización. Somos tierras colonizadas, somos el resultado de un choque de culturas, aun cuando choque no es la palabra correcta si estamos hablando de que unos intentaron destruir un sinfin de culturas de raíz, somos el resultado de la evangelización, el resultado del mestizaje, el no saber de donde vienes, pero tener una idea. Podemos hablar horas de colonización. Yo, que hoy no estoy muy original, voy a hablar de La Malinche.


Yo aprendí de la Malinche como la traidora. La que vendió a su pueblo a un hombre llamado Hernán Cortés. La idea de que vendió y traicionó al pueblo mexicano siempre me ha resultado absurda por dos cosas: (1) en el territorio que hoy es México (y Guatemala) no había un único pueblo. Estaban los Aztecas... y muchos eran sus vasallos, pero mantenían su identidad, y estaban los Mayas (los que quedaban) y estaban más pueblos al norte (Apaches) y al oeste. No había un sólo pueblo. La Patria como la conocemos ahora no existía. Y la Malinche no era Azteca, no era Mexica. Y, claro, (2) porque al hablar de la Malinche no hablan de los Tlaxcaltecas, que pelearon al lado de Cortés. Nadie se atreve a subir el dedo y apuntar y decir La Culpa es de los Tlaxcaltecas. Porque no es. Sufrieron las mismas consecuencias que el resto en la colonización, intentaron jugar las cartas que tenían a su favor y salió como salió. Perdieron igual.

Tal vez decir que Malintzin fue una víctima de las circunstancias, un resultado de los hechos, es un poco ingenuo, pero es lo que creo. Si quieren una investigación seria, consíganse un historiador, yo soy una aficionada. Pero bueno, vamos a hablar de Malintzin, Malinalli, Doña Marina, La Malinche. Todo esto salió porque cuando leí Visión de los Vencidos (que es, finalmente, una recopilación de diversas narraciones indígenas de la conquista), la Malinche aparecía dos veces, quizá tres. Y aparecía como mención al margen, poco importante. En donde sí aparece más es en las imágenes, como una figura femenina que siempre está dibujada al lado de Cortés. Me queda ver cómo habla Cortés de ella en las Cartas de Relación, pero así a buen ojo me da la impresión de que, pese a la importancia de tuvo Malintzin en la conquista, su papel no llamaba demasiado la atención como para que apareciera en esas primeras narraciones.

Se dice que La Malinche nació Malintzin, posiblemente, en Olutla, Veracruz. Y que nació en la clase alta de la sociedad. Decía Bernal Díaz del Castillo (que escribió La Historia Verdadera de la Conquista de la Nueva España) que sus padres habían sido señores y caciques de un pueblo llamado Copainalá. Creció en una región que era fronteriza en la población nahuatl (los vasallos del Imperio de México-Tenochtitlan) y al ámbito cultural maya. La nombraron «Malinalli» en honor a la Diosa de la Hierba. Al parecer, cuando su padre murió, su madre se volvió a casar y tuvo un hijo, así que ella quedó como la hijastra incómoda. Sociedad patriarcal, ya saben. Así que acabó siendo vendida a un grupo de traficantes de esclavos provenientes de Xicalango. Después de una guerra de Xicalago con Potonchán, fue cedida a un cacique maya de Tabasco. Por eso hablaba nahuatl y maya, lo que le permitió, más tarde, ser la intérprete de Hernán Cortés.

Cuando los españoles ganaron una batalla contra los tabasqueños, Malintzin fue regalada a Hernán Cortés, como se regalan las flores, los perros y los libros. La regalaron junto con otras 19 mujeres, junto con algunas piezas de oro y un juego de mantas. Los españoles no tardaron nada en bautizarla con el nombre de Marina y Cortés se la cedió a otro. Pero ese otro no tiene importancia en esta historia porque se regresó a España y Cortés acabó quedándose con Malintzin (como si ella fuera posesión) por su valor como intérprete. En toda esta historia, ella no tuvo mucho libre albedrío. La vendieron, la regalaron, la regalaron otra vez y luego le dijeron que fuera intérprete. Le preguntaron sobre las costumbres de los nativos. Y ella respondió (¿qué hacía?). Le preguntaron por cómo eran militarmente los nativos. Y ella respondió (¿pues que hacía?). Cortés tuvo un hijo con ella (¿pues qué hacía? Ella era una mujer en una relación de poder con un hombre). 

Y ahora la cultura popular se deshace en acusar de malinchista a quien traiciona a lo que entiende Patria (hay que amar a la Patria con mayúscula, por el sólo hecho de haber nacido en ella, hay que amar a un conglomerado de tierra y querer defenderlo hasta la muerte, la Patria, que dice amar sus tradiciones, pero desprecia a los pueblos originarios). Porque Malintzin la traicionó primero, según estos iluminados. México no existía en esos entonces y no había como traicionarlo, pero lo traicionó. Su error fue no tener el poder de la premonición. Siempre he creído que el odio a Malintzin viene de que tuvo un hijo con Cortés, total, que es una mujer y tuvo un hijo. Es común andar culpando a las mujeres de las relaciones que mantienen sin pensar que en ese contexto, tener una relación con un hombre, la que fuera, casi casi, era una relación de poder. Y que las mujeres no lo tenían. Pero esa es pura conjetura mía. Nunca he entendido el odio a Malintzin porque no es algo que tenga sentido en mi lógica.


Por eso hoy la reivindico. Hoy, 12 de octubre, día de la raza (México), de los pueblos índigenas, de los pueblos originarios, de la descolonización (Bolivia). Todo menos el día de Colón y de la hispanidad, por favor. Es algo retorcido celebrar la hispanidad el día que Colón piso América sin saberlo, por mucho sentido qué tenga, y lo que significó para los pueblos latinoamericanos. Reivindico a Malintzin porque se lo merece. Después de tantos años de odio, es lo menos que la figura de una mujer indígena se merece. 

viernes, 29 de septiembre de 2017

El patriarcado no descansa

Este artículo no es una investigación seria ni nada, más bien es el vómito de todo lo que traigo adentro y aquí está.

Debo reseñas, entradas, listas, pero no tengo cabeza para nada. Si soy completamente honesta, acabé la entrada de las mujeres en la independencia de México nada más porque ya la tenía empezada. Y ya. Porque me sentía en compromiso conmigo misma para acabarla. Porque hacía dos días habían asesinado a Mara Castilla (que fue a parar a las viles estadísticas como una más de las siete víctimas de feminicidio al día en México), porque el caso de Mara Castilla era otro más a la lista. Porque. En realidad tenía tantos porqués que ya se me olvidó la mitad. El lunes me dije que tenía que respirar hondo, volver al blog, quería escribir algo del feminicidio en México, pero quería leer primero, quería difundir algo. Quería sentirme útil. Y luego el martes tembló

Y se acabó todo.


Iba camino a la escuela, estaba en el carro con mi mamá. Al lado había un camión de pasajeros, estábamos paradas para que un trailer pudiera dar la vuelta y sentí como que el carro brincó. Por medio segundo pensé que era mi imaginación y que era porque el carro hijo de la chingada se había acelerado. Pero no, brincó otra vez. Y obvio estaba temblando. Alcancé a mandar un mensaje al grupo de whatsapp que tenía abierto. «No mamen, está temblando». Enviado. Fue la última señal que tuve creo que como en 20 minutos. Curiosamente, no sentí feo el temblor, sólo pensé que había estado fuerte y que lo había sentido más porque estaba ya en la Ciudad y no en mi cerro del Edomex (que ni es un cerro, pero no se sienten los temblores). Se había ido la luz. Pero pensé que nada había pasado. Para no quedarnos atoradas en el caos, porque todavía podían avanzar los carros, llegué a la escuela, no había como dar vuelta de regreso e irse (eso sí era ya un caos). Me bajé y fui a ver a donde estaba concentrada la gente. 

Y luego tuve internet y vi el desastre que había sido en realidad y entré en un raro modo automático que suponía leer noticias, buscar a todos los que no se habían reportado, hacer algo, ser útil como se podía. No les voy a contar de eso. Ya hay muchos hablando de la Solidaridad Mexicana, así, con mayúsculas. Hay tantos, que ya hasta los organismos oficiales y las Fuerzas Armadas andan haciéndose propaganda con la Patria y otras madres. Hay tantos diciendo que hay que dejar al lado nuestras diferencias para ayudar, que le gritan feminazis a las mujeres de la Brigada Feminista cuando quieren hablar de las (malas) condiciones de las costureras de Chimalpopoca. Porque ellas sí separan y los que nos dicen feminazis no (seguro). A mí, además de el gran corazón que tiene mucha gente que conozco, lo que me quedó claro es que el patriarcado no descansa.

Perdón si para ustedes estoy dividiendo. Si piensan eso, ¿qué vergas hacen aquí? Cierren la pestaña y podemos todos vivir en paz. Bueno. Volvamos a que el patriarcado no descansa (y obvio se ayuda del capitalismo y vivimos en un desastre y ya). Porque el 19 de septiembre ya había quien se aprovechaba de que había gente que estaba en una zona de desastre para intentar violar mujeres. En el multifamiliar de Tlalpan, que se derrumbó, un hombre intentó abusar de una menos de edad el mismo 19 de septiembre en uno de los departamentos aledaños al edificio derrumbado. Ella alcanzó a pedir auxilio y la gente casi lincha al agresor. Y no es para menos


La creación de la Brigada Feminista (que debe su nombre a que la convocaron varias organizaciones feministas) hizo que se levantaran más hombres con ganas de insultar que de ayudar. Lo único que ayudaron a hacer unos cuantos fue a propagar la desinformación de que la Brigada  Feminista sólo rescataba a mujeres y niños: nada más lejos de la realidad. Peor resultó que la Brigada Feminista estuviera ayudado en las labores de rescate de una fábrica textil en Chimalpopoca y Bolívar y reclamando el censo de las costureras que allí trabajaban. Porque en este mundo capitalista a nadie le interesan las costureras de Chimalpopoca, ni en qué condiciones trabajaban y la gente prefiere que no le cuenten en qué condiciones de explotación fue fabricada la ropa que traen puesta. No hubo censo.
«Trabajaban unas 60 personas, en total –cuenta una vecina–, casi todas mujeres. El problema es que para entrar había que pasar por dos puertas de seguridad, con huella digital. Sólo podían salir de una en una. El edificio se cayó unos minutos después del sismo, pero no tuvieron tiempo para salir. Yo las conocía a todas ellas porque vendo dulces y refrescos. Ellas me compraban, pero también eran mis amigas, a todas las conocía».
Y por lo que de ese párrafo supongo, tampoco había una ruta de evacuación o un plan de contingencia. Pero no hay que olvidarlas, a las costureras, porque el que olvida su historia está condenado a repetirla (dicen) y esto ya había pasado una vez el 19 de septiembre de 1985.


Los feminicidios no se detienen, ni los abusos ni la discriminación. El patriarcado no descansa y, de algún modo, hay personas que dicen que las feministas no paramos de mover nuestra agenda y que deberíamos deternernos aunque sea por el temblor. Perdón, pero no. Desde el 19 de septiembre hasta el día de hoy me la he pasando viendo noticias de la verga sobre mujeres muertas, abusadas y violadores que salen libres. Si el patriarcado no descansa, ¿por qué habría de hacerlo yo?

lunes, 18 de septiembre de 2017

Las mujeres de la independencia de México

Probablemente conozcan el nombre de Doña Josefa Ortíz de Domíguez, que pasó a la historia como una de las mujeres más importantes de la historia de México. Su casa fue la casa donde inició la conspiración de Querétaro, su casa fue donde Iturbide e Hidalgo y otros tantos más se sentaron a hablar de la independencia por primera vez. Quizá, incluso, si tengas algo más de interés en la historia, conozcas el nombre de Leona Vicario, que mantenía a los insurgentes informador y los financio. Sin embargo, estas dos mujeres no fueron las únicas dos mujeres que participaron en la guerra de Independencia en México, que empezó un 16 de septiembre de 1810 y terminó, finalmente, el 21 de septiembre de 1821. Pero no, no fueron las únicas. Me dediqué a buscar y a escarbar en libros de historia y en internet para traerles está entrada que espero que les guste o de mínimo les interese (aunque sea nada más a mis lectores Mexicanos, luego hago otra sobre algún otro país de América Latina). También, en otro momento, planeo hablar de otros movimientos libertadores en México, porque la independencia fue un movimiento de criollos (descendientes de españoles) para los criollos donde se aprovecharon de mestizos e indígenas y negros. Pero bueno, hoy mujeres, no hay que abarcar de a tanto.


La corregidora: Josefa Ortíz de Domínguez


Se llamaba María Josefa Crescencia Ortiz Téllez-Girón pero es más conocida por el Josefa Ortíz de Domínguez, el nombre de casada y fue la esposa del corregidor de Querétaro. Nació en Valladolid, hoy Morelia, Michoacán, en el año 1768. Fue a un colegio muy encumbrado después de la muerte de su papá, el Colegio de las Vizcaínas (un colegio que todavía existe ccomo Colegio de San Ignacio de Loyola Vizcaínas y que sólo sobrevivió a la Reforma años después porque no era propiedad de la iglesia). Ahí la conoció un hombre que se llamaba Miguel Domínguez, se enamoraron (dice la historia) y se casaron. Y listo. Él se convirtió en el Corregidor de la ciudad de Santiago de Querétaro.

Doña Josefa era criolla. Esto significaba, en el complicado sistema de castas de la Nueva España, que era descendiente de españoles directamente, pero que no era española. Eran la clase privilegiada de México, pero no la clase más privilegiada. Los gachupines estaban por encima de ellos, o sea, españolitos, efectivamente, nacidos en España. Bueno, así clase privilegiada como eran, no podían acceder al poder y decían sufrir abusos de los españoles (no abusos como los que sufrían todos los indígenas, los mestizos, los negros y los mulatos, pero bueno, se hacen a la idea, eran privilegiados, pero se sentían discriminados, no hay que olvidar que la Independencia fue un movimiento por y para criollos que se ayudó de la fuerza indígena, negra, mulata, mestiza y que por ahí hizo cosas buenas por ellos). Doña Josefa se identificaba con ello, los criollos eran considerados ciudadanos de segunda clase (pero no tercera, ni de cuarta, ni de quinta) porque habían nacido en la colonia. En el descontento, los criollos empezaron a formar círculos literarios donde discutían ideas prohibidas por la iglesia católica y por ahí hablaban de independencia y ella se integró a uno de esos grupos que se reunía en su casa y convenció a su esposo de ir también (error, porque el hombre cometió como mil millones de errores que destaparon la conspiración).


Entonces. El grupo literario/conspiración de Querétaro. Ahí estaba. Tenían planes para levantarse en armas el 1 de octubre de 1810, sin embargo, el 13 de septiembre fueron denunciados por un infiltrado y descubiertos. El Corregidor, su esposo, fue obligado a conducir un cateo en las casas de la ciudad para agarrar a los conspiradores (miembros del grupo literario) y encerró a su mujer bajo llave que para protegerla (y yo sospecho, pero nada más sospecho, que para que no hiciera nada que pudiera agravar la situación). Sin embargo Doña Josefa, dicen que hizo sonar sus zapatos contra el suelo y que la escuchó el alcalde Ignacio Pérez y lo mandó a advertir al cura del pueblo de Dolores en Guanajuato y a los hermanos Aldama que ya los habían descubierto. Y gracias a ella fue que la madrugada del 16 de septiembre Miguel Hidalgo instó al pueblo a levantarse en armas en la misa patronal. 

De todos los conspiradores originales, Doña Josefa y su esposo fueron los únicos que vivieron para ver la independencia vuelta realidad. Ella porque después del cateo fue encarcelada en tres conventos diferentes y no fue liberada hasta más o menos cuatro o cinco años después. A su esposo porque literalmente fue obligado a destapar la conspiración, destituido y un virrey le dio una pensión en agradecimiento por ello y porque nunca participó en la lucha armada. Otras cosas sobre ella que les pueden o no interesar es que tuvo once hijos, rechazó recibir ningún premio o reconocimiento por su participación en la independencia y que fue declarada Benemérita después de su muerte.



Leona Vicario


Por si creyeron que el nombre completo de la corregidora era largo, el de Leona Vicario era María de la Soledad Leona Camila Vicario Fernández de San Salvador. Su padre era un español proveniente de Castilla la vieja y ella nació en Toluca. Tuvo las comodidades de una familia criolla, evidentemente: por ejemplo, tuvo una amplia educación, algo muy raro en una colonia donde sólo el 20% de la población sabía leer y escribir y entre los iletrados había muchas mujeres de alta cuna porque... eran mujeres. Cuando se murieron sus papás quedó a cargo de su tío que le permitió vivir sola (¡escándalo!) y la comprometió con alguien llamado Octaviano Obregón que mucho caso no le hizo (esto son conjeturas mías) y se fue a España como diputado de las cortes de Cádiz.

Luego conoció a un hombre llamado Andrés Quintana Roo, que fue insurgente y tuvo un papel en la independencia. Se enamoraron y, cuando el pidió su mano, el tío de Leona dijo que no, que cómo se les ocurría, si él era pobre (no lo era tanto, pero la familia de Leona era acaudalada a manos llenas), que no estaban en las mismas esferas sociales, que no, que nada de nada (todo eso es conjetura mía, el dato histórico es que el tío dijo que no porque Quintana Roo era pobre según él. Leona, enojada por esto y además ya apoyando al movimiento insurgente, decidió ayudar en lo que pudiera a la causa independentista. Y eso hizo.

Formó, desde 1810, parte de una sociedad secreta llamada Los Guadalupes, cuyos integrantes organizaron una red, a través de correos con Miguel Hidalgo y José María Morelos y les proporcionaban información debido a que pertenecían a la sociedad virreinal. Leona recogía la información sobre las estrategias de los españoles para combatir a los insurgentes y, además, dio cobijo a fugitivos, envió medicinas y víveres al campo de batalla. Se trasladó a Tlalpujahua (un pueblo conocido ahora por hacer esferas para árboles de Navidad) donde convenció a muchos de unirse a la causa Insurgente. La descubrieron en marzo de 1813, cuando interceptaron uno de sus correos, y ella huyo a San Ignacio, Michoacán y de ahí a Huixquilucan, Estado de México.


Pero la agarraron. Su tío logró que la recluyeran en un convento un tiempo, pero finalmente fue procesada. Nunca delató a nadie, no dio ni un nombre e ingresó a la cárcel ese año. Claro que, en mayo de 1813 la ayudaron a escapar tres insurgentes disfrazados y regresó a Tlalpujahua, Michoacán, donde ahora sí, se casó con Andrés Quintana Roo. Después de la muerte de Morelos rechazaron todos los indultos que les ofreció la capital, vivieron huyendo, ella dio a luz a su primera hija en una cueva en Achipixtla. Después de la independencia, algunos de sus bienes fueron restituidos y le fueron concedidos honores. Fue Benemérita de la Patria, Madre de la Patria y fundadora de México y a mí esos títulos como que no, pero bueno. Es considerada la primera periodista en México y en Quintana Roo (el estado) hay un poblado con su nombre.

Fuentes de información y esas cosas: este artículo de aquí y este otro de aquí.

Rafaela López Aguado de Rayón


Esta mujer pasó a la historia por una frase que dijo. «Prefiero un hijo muerto que traicionar a la patria», dijo, cuando el Gobierno le ofreció el perdón a su hijo menor Fransisco a cambio de lograr que los demás depusieran las armas y se rindieran. Y ella decidió que no iba a traicionar sus ideales ni iba a hacer que sus hijos traicionaran sus ideales antes de aceptar el perdón de su hijo. No me imagino lo que tuvo que pasar por su cabeza para tomar esa decisión, pero la tomó. Rafaela López Aguado era descendiente de una familia española que había radicado durante muchos años en Michoacán, en el poblado de Tlalpujahua (el mismo que hoy se dedica a hacer esferas para árboles de Navidad y en el que se estableció Leona Vicario durante varios años). Su marido se dedicaba a la minería (una de las insdustrias estrella de la Nueva España y por la que son conocidos todavía esos pueblos, si no han ido, pueden hacer el tour de El Oro, Estado de México y luego ir a Tlalpujahua). Todos sus hijos se unieron a la lucha insurgente.

Fuente: la vil wikipedia.

Mariana Rodríguez del Toro


Ella es una de mis favoritas, la mujer que conspiró para secuestrar al virrey de la Nueva España. Ella y su esposo simpatizaba con los insurgentes que buscaban independizarse del gobierno español. Sin embargo, me parece que al principio de la guerra ni ella ni su esposo se unieron activamente a la lucha. Sin embargo, en abril de 1911, un hombre llamado Félix María Calleja llegó a la Ciudad de México con una noticia fatídica: los líderes insurgentes (Hidalgo, Allende y los hermanos Aldama y más) habían sido capturados en su camino al norte. Los españoles y el ejército realista festejó creyendo que con eso mataría la llama de la insurgencia y... pues eso no pasó. Más bien, la reavivó en mucha gente, entre ellos, Mariana Rodríguez del Toro.


Se dice que en una tertulia, cuando ya todos estaban desanimados, ella se paró y les dijo «¿Qué sucede, señores?, ¿no hay otros hombres en América aparte de los generales que han caído prisioneros?» Durante esa misma tertulia ella propuso un plan para atacar al virrey de la Nueva España y se acordó seguirlo. Claro que el plan fue descubierto pprque un hombre que estaba en esa tertulia, llamado José María Gallardo que acudió a confesarse a la Iglesia de la Mercer. El cura violó el secreto de confesión y los descubrieron. (Como siempre, los hombres arruinando las ideas de las mujeres). La aprehendieron a ella y a su esposo. Ella no delató a ningún miembro de su grupo y fue liberada hasta 1820, un año antes de la consumación de la independencia.

Fuente: otra vez la pobre wikipedia.

Gertrudis Bocanegra


El nombre completo de Gertrudis Bocanegra es María Gertrudis Teodora Bocanegra Lazo Mendoza, no tan largo para la época, la verdad, más bien era promedio. Fue hija de comerciantes españoles de clase media y ella se casó con un soldado de Michoacán. Gertrudis Bocanegra se adhirió a la guerra de independencia tan pronto estalló esta y sirvió como correo en el territorio que estaba entre Pátzcuaro y Tacámbaro. Fue muy hábil al armar toda una red de comunicación. Su hijo se unió a las tropas de Miguel Hidalgo, pero bueno, la historia no es sobre su hijo, es sobre ella.


En la etapa de la resistencia de la guerrilla insurgente (ahí por el 1817, más o menos, cuando los principales líderes ya habían muerto), fue enviada a Pátzcuaro para ayudar en la toma de la ciudad por parte de los rebeldes y ahí fue aprehendida por el ejército realista. Intentaron torturarla para que delatara a otros, pero ella siempre se negó a dar información a los realistas (el ejército español). Fue enjuiciada y sentenciada a muerte por traición.

Fuente: por acá.

Rita Pérez Jiménez


Se llamaba María Rita de la Trinidad Pérez Jiménez y fue una militante en la guerra de independencia de México. Era hija de dos grandes hacendados que vivían en la zona de Los Altos de Jalisco (¡de ahí es mi mamá, dudes!). Ella se casó con el hacendado y activista (dice la wikipedia) anti español (ya me cae bien) Pedro Moreno, con quien tuvo cinco hijos. Se unió a la lucha independentista junto a su esposo y se encargo de cocinar para los rebeldes, de repartirles la comida y de curar heridos. Fue administradora y un brazo fuerte de la lucha armada.


Lamentablemente, en 1813 su hija María Guadalupe fue hecha pisionera por un jefe realista; su hijo Luis murió en 1817 en combate. Ella embarazada, junto a todos sus hijos menores fueron tomados prisioneros en 1817 en el ataque de los realistas al Fuerte del Sombrero. Sus dos hijos menores murieron en cárceles, ninguno tenía más de cinco años. Recibió la noticia de la muerte de su esposo, que había escapado junto a Javier Mina. Ella fue liberada en 1819, pero le fueron quitadas todas sus propiedades y murió sola. Se la ha honrado como heroína.

La generala: Antonia Nava


Antonia Nava fue una militar que participó en la guerra de independencia junto a su esposo (con quien tuvo ocho hijos, por cierto). Apoyo a José María Morelos hasta su muerte. Se unió a la guerra de independencia y, como nunca se separaba de su esposo, los soldados la nombraron La generala. Dos de sus hijos murieron en la guerra, ella ayudó a levantar la moral de la tropa cuando fue necesario, de hecho, cuando Nicolás Bravo decretó que había que matar a un soldado de cada diez para que les alcanzara la comida (perturbador), ella y las mujeres se ofrecieron (perturbador, pero lo comprendo en el contexto) y, aunque el sacrificio jamás se llevó a cabo, sí que levantó la moral de la tropa.

Antonia Nava estuvo presente en la firma del Plan de Iguala en 1821, la consumación de la Independencia y entró a caballo a la Ciudad de México junto con el ejército Trigarante.

Conclusión


Ellas no son las únicas mujeres, hay una lista mucho más grande que pueden buscar en todas partes, pero la información que hay sobre estas mujeres es mínima. Además no nos desprendemos de un cierto conexto histórico en el que las mujeres prácticamente no participaban en la lucha armada y eran mucho más valoradas por sus sacrificios (por ejemplo, el sacrificio de sus hijos). Por otro lado, la Independencia fue también una manera de que muchos criollos (que no aspiraban al poder en la Nueva España) obtuvieran poder sin buscar liberar a quienes estaban abajo. Poco se habla, por ejemplo, de que Vicente Guerrero probablemente tenía ascendencia negra (pero no está comprobado porque la historia se refiere a él como índigena, como mulato, como mestizo y nada se sabe en realidad). Las mujeres más visibles en la independencia (de las pocas visibles) son criollas y son las esposas de alguien (quizá más importante que ellas), son las madres de alguien (muchas veces soldados muertos en batalla o fusilados y se las honra por sus sacrificios). Es el contexto de la independencia. Miguel Hidalgo abolió la esclavitud en la Nueva España, pero ese detalle se volvió un pie de página en la historia, cuando debió de haber sido mil veces más importante. Muchas de estás mujeres también pasaron, la mayoría, como un pie de página. En fin, estas fueron algunas mujeres de la independencia, los veo después, cuando les hable de las revueltas de esclavos que hubo antes (y de las que nadie habla, pero la historia es muy banca).