Divagaciones de una Poulain
by Nea Poulain

sábado, 6 de abril de 2019

Sobre el #CampNaNoWriMo: retrato de una escritora

Estoy haciendo el CampNaNoWriMo. No me cuesta trabajo (tanto) porque ya me conozco lo suficiente como para saber qué clase de proyectos me animan a escribir mucho en poco tiempo y por qué trabajé muchos años en hacer de la escritura un hábito. Escrito diario. Las únicas excepciones para no escribir es que no tenga tiempo porque estoy de viaje o trabajo doce horas o algo así. E incluso así, a veces escrito. Soy obsesiva. Reviso treinta veces (y de todos modos se van typos en los fanfics). Así que los últimos días he estado haciendo un ejercicio de pensar en cómo he evolucionado como escritora y cómo ha evolucionado lo que escribo. Y esta entrada es acerca de eso. Perdón si los aburro, pero vamos a hacer introspección.

Escribo desde que tengo uso de memoria. Ya lo he dicho antes y en otras entradas, pero escribo porque soy absurdamente creativa y el único talento que me dio Diosito, en el que no creo, fue escribir. No, esperen, no es cierto. Nací sin muchos talentos en realidad. Tener una voz decente al cantar me ha costado sangre, sudor, lágrimas y mucha pena ajena. No dibujo (aunque tuve un tiempo en el que colorear me fascinaba y lo hacía bien) aunque mi sueño es escribir el outline de un cómic o novela gráfica (alguien cumplámelo, por favor, yo pongo la historia y la escritura). No tengo ninguna clase de oído musical. No entiendo el arte, sólo dejo que me lo expliquen y lo admiro. Escribir es, realmente, el momento en el que atasco mi creatividad. Se me da bien crear historias, armar historias, sacar historias de la nada, contar historias con las premisas que mi esposa me pone en telegram, imaginarme otros mundos. Eso se me da bien.

Escribir es otro asunto.

No entiendo la imagen intelectual o cool del escritor. La imagen del escritorio ordenado, el orden de la planeación ni los miles artículos de papelería. Sólo acumulo libretas donde anoto ideas y outlines en letra cursiva de manera desordenada. No entiendo el café (por qué no me gusta), la necesidad de estar concentrado, sin ruido. Los rituales. ¿Las páginas que ofrecen recursos para escritores? ¿Hojas de personaje? ¿Fichas? Nunca me ha funcionado nada de eso. Escribo con música ruidosa, con la tele que alguien más está viendo a todo volumen en el fondo, con el ruido de la cocina, de la lavadora, de lo que sea. Escribo mientras trabajo, mientras estudio, mientras veo series o videos en youtube. No estoy bromeando. Escribo porque escribir para mí es como respirar: vital. Soy un caos, también.


No me molesta ser un caos. Mientras escriba diario, estoy en paz.

He luchado toda mi vida contra el bloqueo del escritor. Sé que existe y huyo de él tanto como puedo. Escribo en benders de cinco o seis horas que me dejan con el cerebro frito tirada en el sillón porque es la única manera que conozco de escribir (incluso estas entradas, que después reviso). A veces, cuando tengo un día libre, dos palizas en un día. Lo hago porque es mi manera de mantener el cerebro trabajando y de seguir el hábito. Escribir para mí no es un talento nato (ese nada más fue mi imaginación activa). Es un hábito. Es un hábito como comer sano, lavarse los dientes y salir a caminar todos los días. Es la única manera en la que concibo mi manera de ser escritora, incluso con trabajo aparte de escribir, incluso trabajando ocho o diez horas por culpa de maldito capitalismo (no me recuerden que la última FILIJ trabajé turnos de nueve horas mientras intentaba hacer en NaNoWriMo). Sé que no es así para todos, pero esto es un retrato. Por un momento, estamos hablando solamente de mí.

Si quieren saber cómo lo hice un hábito: escriban diario durante un mes. No necesitan escribir demasiadas palabras. Cien bastan. Luego háganlo otro mes. Y luego otro. Y luego otro. Y luego otro, hasta que no necesiten recordarse que tienen que hacerlo. (Por supuesto, háganlo sólo si no afecta ni su salud física o mental, esto es muy importante, hasta una obsesiva insana como yo ha pasado épocas sin escribir simplemente porque mi cerebro necesitaba un descanso).

Llevo más de diez años escribiendo, pero llevo exactamente diez publicando cosas en internet. Los cumplí el 4 de enero de este año. Desde antes ya había decidido que me iba a llamar a mí misma escritora, porque eso era. Qué importaba que los últimos seis años sólo hubiera compartido fanfiction, porque estaba guardando el trabajo original para otras cosas (o simplemente para mi cajón). En diez años, he analizado muchas veces qué temáticas escribo y he experimentado mucho. Es algo que me ha permitido hacer el fanfiction y de lo que ya he hablado. He podido experimentar con temáticas, con estructuras, narradores, hasta estilos. Lo he podido hacer porque el fanfiction me brinda un mundo que ya existe y me permite jugar con él. Puedo ver qué funciona y qué no antes de meterlo en uno de los mundos que he creado. Para mí, experimentar es parte de escribir. Claro, soy una edgy de mierda y por supuesto que ya escribí una historia empezando desde el final, una historia intercalando tipos de narración (segunda persona contra tercera), experimenté con todos los tipos de narradores posibles, escribí una historia que contenía sólo diálogo. Edgy, dije.

 
Lo que me hace volver al hecho de que analizo mucho lo que escribo. Me tomó diez años (poco menos, quizá) descubrir qué era lo que sabía escribir bien y qué era lo que me gustaba escribir. Lo descubrí leyéndome, claro. Aguantándome el cringe de lo primero y admirándome por cómo empecé a mejorar. Ya les conté que mucho tiempo en mi adolescencia me identifiqué con lo emo (por accidente, ya hablamos de eso en una entrada pasada) y que eso me llevó a oír mucha música (buena y mala) y más que eso, me llevó a buscar cierto tipo de aesthetic (que hoy en día no tiene nada que ver realmente con lo emo que fue el 2007 pero que tiene sus raíces justamente ahí), cierto tipo de temática y cierto tipo de historias cursis y tristes hasta la médula. Gracias a Diosito, en el que no creo, no me quedé allí y evolucioné. I stepped up my game. Pero seguí buscando sentir lo que esas historias malas me hacían sentir. Las emociones. Seguí buscando lo desgarrador a la vez de hermoso, el enfoque tremendo en los sentimientos, la tragedia en la que al final hay esperanza, quería sentirme desgraciada pero ser feliz por ello, justo como dice Ron Weasley en Harry Potter. Y quería causar lo mismo. Sólo que con historias de calidad.

La mayoría de mis historias, aunque con magia, tramas complicadas, crímenes enredados, paradojas y viajes en el tiempo y todo tipo de criaturas fantásticas, llevan mucho tiempo buscando el enfoque en lo emocional, en lo sentimental, en las relaciones humanas y en preguntarnos qué dentro de nosotros nos lleva a hacer lo que hacemos, a enamorarnos de quien nos enamoramos o por qué construimos las relaciones que construimos. Casi todas (con excepciones de cosas escritas casi por encargo) buscan eso. Lo cual no quiere decir que todas lo logren. Estoy segura de que ni siquiera una mayoría lo hace realmente cuando las releo, pero hay cosas de las que estoy orgullosa. Cuando se habla de tipos de escritores, sé que soy escritora de brújula (no planeo o planeo poco, simplemente sé a donde quiero llegar o qué pay-off quiero causar), sé que todas mis historias son character-driven, los personajes nunca están al servicio de la trama porque soy obsesiva en su coherencia dentro de las incoherencias humanas; entonces, mi trama siempre está al servicio de los personajes. Cambio las cosas radicalmente cuanto tengo que hacerlo sólo para que los personajes queden mejor perfilados y construidos. Creo que esa es una de las herencias que el rol dejó en mí.

Soy jugadora de rol. Hace mucho que no juego ni una miserable partida o trama o nada (fuera de un experimento raro de tuiter que tengo ahora mismo), pero me gusta pensar que todavía lo soy y que un día volveré a hacerlo (quien sabe, la vida da vueltas). Soy una de las pocas personas que disfrutaba hacer las fichas de personaje porque era una obsesiva con ellas. En los foros, lo que más importaba en ellas era la historia y que esta tuviera sentido. Era algo cansado. Pero siempre me gustó crear historas para mis personajes que explicaran por qué, en resumen, eran unos traumaditos. Mis personajes casi siempre están messed up porque it's okay to be messed up y lo más satisfactorio es hacerlos evolucionar para que dejen de estarlo (no sin antes arrojarlos al fondo del pozo, storytelling básico), llevarlos a un punto en su vida en el que se entiende por qué lo que estoy escribiendo se acaba: porque ya no es necesario seguir contando. Me gusta lo triste pero también me gusta la esperanza. Casi todas mis historias largas han acabado en un momento de esperanza en medio de la tristeza y no es algo que haya hecho a propósito, es simplemente un patrón del que me di cuenta muchos después de haberlas creado. En mi retrato de escritora, supongo que eso quiere decir que es algo que también busco. 


Al último, reconozco que escribir es un acto político. No es un acto político sólo porque sea mujer (y hay una clara historia en las que a las mujeres se las ha alejado de cualquier trabajo intelectual o creativo), sino porque escribir es, además, ponerle un pedazo de mí a todas las historias y conmigo se va toda mi ideología. Antes que todo, soy un ser político. Cada palabra que pongo en el papel está allí por una razón (además de que sobrevivió a todo mi proceso de autoedición, porque de momento es lo mejor que tengo para pulir lo que escribo). Sé, a grandes rasgos, como es mi estilo (porque al analizarlo estoy biased, soy la propia autora). Sé que quiero ser honesta, que pongo los sentimientos por encima de todo lo demás, que prefiero el mostrar a contar, que soy algo así como una Marie Kondo de la redacción: ¿tu adjetivo no sirve de nada? Quítalo. ¿Esa descripción que pusiste no aporta nada? Tampoco va. ¿Ese objeto que mencionaste como si fuera a ser algo importante en la trama y no lo fue? Se va. Así me hablo a mí misma cuando corrijo (de por sí escribo cosas que quedan muy largas para lo que inicialmente planeo, imagínense si dejara todo lo que corto, que usualmente se corta para poner información más útil).

Finalmente, creo que en este punto de la vida en el que llevo diez años publicado y una vida escribiendo, sé que no quiero ser una escritora cool. Quiero que me publiquen lo que escribo. Y ya. No quiero formar parte de ningún club intelectual o cool. Después de todo, soy brutalmente honesta. Incluso en la ficción. Al final, soy una escritora que se mata el cerebro en benders de seis horas escribiendo, con música a todo volumen, que escribe en la sala de su casa porque no hay estudio, en medio del ruido, las conversaciones y la gente. Esto soy.

Así estoy escribiendo el #CampNaNoWriMo. Como se puede.

jueves, 4 de abril de 2019

The True Lives of the Fabulous Killjoys: The future is bullerproof

Sinopsis: Years ago, the Killjoys fought against the tyrannical megacorporation Better Living Industries, costing them their lives, save for one—the mysterious Girl. Today, the followers of the original Killjoys languish in the Desert while BLI systematically strips citizens of their individuality. As the fight for freedom fades, it’s left to the Girl to take up the mantle and bring down the fearsome BLI! 

Esta entrada además de reseña es un paseo por la nostalgia de mi adolescencia que empezó más o menos en el 2006/07 cuando entré a la pubertad. Y decidí que vestirme siempre de negro era lo más cool y que intentar tener fleco emo era una excelente idea (algo que no logré hasta esta época, que tengo un fleco falso que cuando crece me tapa toda la cara). De hecho creo que si buscan al principio de blog van a encontrar todavía rastros de mi adolescencia emo. Cosas que pasan cuando creas un blog a los 13 (casi 14) años. Pero bueno, vamos a hablar de comics primero.

The True Lives of the Fabulous Killjoys es un comic publicado en seis grapas/issues escrito por Gerard Way y Shaun Simon e ilustrado por la maravillosa e increíble Becky Cloonan (este fue el primer comic que leí ilustrado por ella y la verdad es que la ilustración se merece un 10). Es una continuación/spin-off/cosa relacionada con el último album de My Chemical Romance, Danger Days: The true lives of the fabolous Killjoys y estoy segura de que la experiencia lectora mejora cuando fuiste fan y escuchaste el albúm. No tengo pruebas pero tampoco dudas. Dicho eso, sé que cada producto cultural debería poder sostenerse y hablar por sí mismo (a menos de que hablemos de una saga de películas/libros donde es obvio que hay que conocer los anteriores, pero bueno, yo no aplico eso a spin-offs) y esa, prácticamente, es toda la razón de por qué este comic se fue con una aprobado justo en las estrellas de Goodreads (aun así, puntuar un libro en una escala del uno al cinco es algo que todavía no me acaba de gustar porque me gusta exponer mis razones para que me haya gustado o no en reseñas larguísimas que no lee nadie).

The True Lives of the Fabulous Killjoys ocurre en las lindes de Battery City, la zonas, el desierto. Empieza con una chica, un gato y una transmisión de radio que nos pone en contexto. Todas las cosas que me gustan de las primeras páginas es que nos enseña el mundo en el que se va a desarrollar la historia mostrándonos las cosas. No cuenta, sino que muestra. ¿Quién es la chica? ¿Quién fue? ¿Quienes fueron los verdaderos Killjoys de los que se habla en el radio como una leyenda? Todo lo va mostrando, poco a poco, sin sobre exponer su mundo. Les juro que eso me convenció de seguir leyendo porque quería saber más cosas del mundo y de los personajes dónde se desarrollaba la historia (especialmente porque recordaba 0 cosas sobre el disco Dager Days).


Además de eso presenta los otros hilos argumentales que sigue el cómic, de los cuales mi favorito es la historia de Red y Blue, dos prostitutas robots de Battery City (nada fuera de la realidad ni tampoco tan ciencia ficción, es algo que ya existe en este mundo capitalista lamentable) que están enamoradas una de la otra (robots con sentimientos, I'm up for that) y sueñan con ser libres. Hay una parte en la que dicen que un día DESTROYA bajará del cielo y los hará libres a todos (amo amo esas historias con esa clase de backstory en cuestión de mitos/leyendas) y que sus cuerpos serán sólo suyos y pienso que eso es hermoso.


Y por ahí también empieza a involucrarse la historia de Korse, un robot asesino de Battery City que desarrolla sentimientos y que es el estúpido arco más confuso de todo el comic, así que aquí es cuando voy a hacer rewind y les voy a contar mi vida entera. 

Bueno, no entera, sólo un pedazo. Probablemente yo no hubiera leído este comic es bastante tiempo si no hubiera sido fan de My Chemical Romance ni hubiera tenido una etapa full emo en mi vida. (Y sí, ya sé que la música de MCR no es exactamente del género, pero la mayoría de su following si lo era y su aesthetic se acercaba bastante). Mi preadolescencia y mi adolescencia trascurrieron en esos gloriosos años en los que la gente se horrorizaba y fascinaba con los emos. Salían noticias como: ¿Los emos promueven la autolesión y el suicidio? (tema laaaaargo, la verdad), mi mamá se quejaba de mis intentos de tener fleco (todos fallidos hasta ahora que tengo 23 años y un fleco falso que me descuido y me cubre media cara), de los flecos de mis amigas, de la ropa que usaba (teníamos un mal gusto tremendo), de la música que oía (30 veces al día The Black Parade aderezado con Welcome to my life de Simple Plan y la mitad de Three Cheers for Sweet Revenge y por ahí pedazos de Good Charlotte y otras cosas que ella considera lamentables). Una época interesante para se empezar a ser adolescente la verdad, cosa que me duró como del 2006 a una parte del 2009 (y ya luego sólo sobrevivieron mis gustos musicales y mi mal gusto en la ropa muto de estilo).


Todo ese párrafo fue de contexto. La cosa es que yo fui algo así como *emo por accidente*. Yo era una niña nerd, fan de Harry Potter, friki ya desde la primaria que o encajaba en ningún lado y era cero cool (y además nunca me gustaban las cosas que eran cool en ese entonces, como High School Musical o la música de Hillary Duff). No pertenecía a nada exactamente. Hasta el día que vi un poster de Gerard Way con el cabello negro y se me cayeron los calzones. Hay días que mi heterosexualidad me da miedo, perdón. El caso es que así llegué a todo lo emo, lo triste, sad, nostálgico, meláncolico, decadente, todo a la vez. Y descubrí que me gustaban las historias que nacían de todo ese montón de sentimientos (léase: por qué considero The Black Parade como uno de los mejores álbumes que se han escrito) y que son cosas que al día de hoy sigo buscando.

Eso es una parte de por qué la historia de The True Lives of the Fabolous Killjoys me llama tanto la atención de entrada (además de que ya quedamos que fan de MCR, sé dónde andan los antiguos integrantes en la vida y qué hacen, léase Gerard Way). El mundo decadente, el mood meláncolico, de que quizá todo lo glorioso ya quedó atrás. Los Killjoys originales están muertos en la historia, sólo queda gente que está intentando llenar sus zapatos, manteniéndose bajo el radar para no ser descubiertos por Better Living Industries (BL/ind), la empresa que maneja Battery City. Y queda la niña a la que protegían, la niña que viajó con ellos. El problema es que de repente, sobre todo en las dos últimas grapas/issues sientes que te estás perdiendo de algo, que hay más backstory de la que cupo en el comic y empecé a sentir desesperadamente de que había faltado espacio para acabar de amarrar el final y no dejarme tan confundida.


Resultó que era porque no recordaba absolutamente nada de Danger Days y de sus videos y que el comic, en su final, a la hora de sostenerse por sí mismo como un producto cultural, cojeaba un poco. Es realmente lo único lamentable. (La historia del pasado de la niña, por cierto, está en el video de Na Na Na y en el de SING, si es que les interesa). Me quejé un poco porque CADA PRODUCTO CULTURAL DEBE PODER SOSTENERSE POR SÍ MISMO. Y soy una histérica de que eso se cumpla (ya lo podemos ver con Harry Potter, ver las películas sin leer los libros es un mundo de confusión porque omiten datos que luego sí usan y nadie entiende nada). 


Por otro lado, una de las mejores cosas del comic es la ilustración de Becky Cloonan. Esta fue la primera vez que leí un cómic con su trabajo y quedé maravillada (nivel ahora quiero ver todas sus ilustraciones por siempre). La verdad es que sí recomiendo mucho a esta ilustradora. También es la primera vez que leo a Shaun Simon, aunque no fue lo primero que leí en mi vida de Gerard Way (remember, crazy fangirl) y me gustó bastante en general. Sólo siento que, de verdad, les faltó espacio o intentaron abarcar más de lo que les daban las páginas que tenían disponibles. Por lo demás, les recomiendo la historia si quieren algo en ciencia ficción y sobre todo para decirles que esta clase de mundos son los mundos que me gusta ver retratados en la ciencia ficción (no sé me dan tanto los viajes intergalácticos ni el mundo progresando al 100 porque más bien me gusta explorar el despeñadero al que nos está llevando el sistema económico actual).


Creo que si bien no es un producto tan sólido como lo esperaba, es un experimento bastante interesante para darle una vuelta y conocerlo. El desarrollo de los personajes es bastante decente, especialmente en el caso de Blue y Red, las robots, que casi casi fueron mi arco favorito en toda la historia. La niña también me gusta mucho y todo el mito que se construye en torno a DESTROYA y a por qué los Killjoys protegían originalmente a la niña (algo que nunca había sido explorado tal cual o respondido a la perfección) me gusta mucho.

De hecho, me parece que el desarrollo de la niña, que ya no es niña, sigue un modelo bastante libre del viaje del héroe a través de todo el cómic. (Supongo que conocen el viaje del héroe, que es un tópico usado y reusado en novelas fantásticas y de ciencia ficción que hace que una historia sea bastante satisfactoria; por ejemplo, Harry Potter lo sigue en todos los libros, Star Wars, Star Trek, incluso libros de Narnia siguen ese modelo, El señor de los anillos y así hasta la saciedad). Aunque parece que gran parte de su historia quedó atrás cuando le dice a Cola (quien la salvó una vez y en el comic se convierte en su mentor) que los Killjoys le enseñaron a vivir, se nota que es un personaje que sigue evolucionando bastante. En fin, después de tanta verborrea (esta reseña ya me quedó enorme), sí, a pesar de todo, les recomiendo este comic.

domingo, 31 de marzo de 2019

O.W.Ls Magical Read-a-thon | Abril 2019

Esta soy yo metiéndome en un maratón de lectura al mismo tiempo que hago el Camp NaNoWriMo de abril. Mi mente está pensando PERO QUÉ ESTÁS HACIENDO. Yo la ignoro. Me gustan los maratones de lectura y en este la verdad es que el único reto es realmente seguir la lista de lectura que me voy a poner. Ya verán por qué. Abajo les explico de qué trata.


Se organizan varios Magical Read-a-thon al año. Al menos dos, que yo sepa y entienda: uno para los O.W.Ls y otro para los N.E.W.Ts. Pero déjenme me voy en reversa un poquito para poderles explicar: es un maratón de lectura con temática de Harry Potter. Quizá ahora todos entiendan por qué demonios me estoy anotando. Hay una consigna por cada materia que existe en Hogwarts, pero no tienes que hacerlas todas, no realmente. Sólo debes *aprobar* aquellas que necesitas para la profesión mágica que te gustaría tener. Hay un pdf hermoso que la organizadora hizo con todas las carreras mágicas que se le ocurrieron, y también uno con las consignas. La explicación es simple: buscas una carrera mágica que te guste y haces las consignas de las materias que vienen listadas en los O.W.Ls (en español mejor conocidos como los T.I.M.O.S o los exámenes esos que presentan en quinto año). De todos modos les dejo el link a una explicación más detallada y a las preguntas frecuentes. Aquí abajo además les voy a poner el video donde la organizadora explica también todo el asunto.


Bueno, ya que tienen todos los links por si quieren apuntarse a este desastre conmigo, les voy a contar que elegí una carrera mágica que me apasiona y que ya he mencionado que me gustaría: pocionista (en inglés, Potioneer). Es lo que yo consideraría mi materia favorita, aunque detesto mucho a los profesores que la dan. Lo que me hizo enamorarme de ella fue, curiosamente, un discurso que pronuncia Snape (a quien odio) en el primer libro:
No espero que lleguen a entender la belleza de un caldero hirviendo suavemente, con sus vapores relucientes, el delicado poder de los líquidos que se deslizan a través de las venas humanas, hechizando la mente, engañando a los sentidos... Puedo enseñarles cómo embotellar la fama, preparar la gloria, hasta detener la muerte.

Para esta carrera necesito cinco O.W.Ls, por lo que tengo que leer cinco libros. Que van a ser los siguientes:

1. Aritmancia: un libro con más de un autor. Elegí Otras Inapropiables, escrito por varias autoras, entre ellas bell hooks y Gloria Anzaldúa. Es un libro de ensayos del que ya les estaré contando más adelante.

2. Cuidado de Criaturas Mágicas: un libro con un animal de tierra en la portada. Elegí El diablo en la cruz de Ngugi wa Thiong'o, que tiene un venado en la portada.

3. Encantamientos: un libro con temática adulta. Aquí voy a hacer un pequeño paréntesis para mencionar que no entiendo del todo a los gringos y sus categorías ni que es un libro *adulto*, pero por si acaso llevo años con este pendiente, así que lo elegí: El monstruo pentápodo de Liliana Blum.

4. Herbología: un libro con una planta en la portada. Elegí El desapego es una manera de querernos de Selva Almada, que es un libro con muchas muchas plantas en la portada.

5. Pociones: el siguiente ingrediente, es decir, una secuela. Otro paréntesis para decir que mi materia preferida tiene una de las consignas que menos me gusta porque estuve pensando mucho en sagas que tuviera pendientes y con ganas de acabar. Tengo pereza suprema de leer, por ejemplo, el último libro de The Mortal Instruments desde hace... desde que salió. No tengo el segundo de The Raven Boys aún. Así que acabé eligiendo Infernal Devices de Philip Reeve, la tercera parte del Mortal Enginees Quartet, una saga muy desconocida y a la que ninguna editorial en español le ha hecho ningún favor (espasa la editó de una manera preciosa, pero no la acabó; Planeta hizo un desastre de ella). Lo voy a leer en inglés, así que espero encontrarlo a tiempo.

Listo, esas son las cinco. Pero son pocos libros, así que, para ponerle emoción al asunto, agregué dos materias más que leeré si me da tiempo entre mi caótico orden de lecturas:

6. Transformaciones: un libro con la portada roja. Distancia de rescate, de Samantha Schewblin. I mean, es rojo y corto.

7. Runas antiguas: un retelling. Elegí Circe de Madeline Miller, que podría interpretarse como un retelling de la Odisea o algo así.

Ya les iré contando de mis avances por medio de las reseñas que haga y en tuiter, con el hashtag #OWLsReadathon2019. Ya les contaré como me va en este desastre.

viernes, 15 de marzo de 2019

La entrada número 600 (y los planes del aniversario número 10)

En octubre cumplo 10 años con el blog. ¿Suena a una eternidad? Es una eternidad. Lo abrí porque cuando tenía trece años quería gritarle cosas a la nube (mejor dicho al vacío del internet) y escribió puras pendejadas (en serio, puras pendejadas, no vayan a ver, se van a asustar de ellas) y nunca se imaginó la clase de público que iba a tener, ni que iba a tener público). Durante mucho tiempo, este blog fue mi bote de basura emocional y también el único modo que yo tenía de decirle al mundo qué estaba leyendo. Casi nadie a mi alrededor leía lo que yo (había lectores, simplemente nuestros gustos se cruzaban cada cinco años luz). Compartir la lectura para mí ha sido una parte fundamental de mi vida y aunque me resisto a decir que este es un blog literario (es mi blog personal, en el que hablo de lo que quiero), la literatura y los libros han sido una parte esencial de él.


Finalmente, no había hecho esta entrada porque no sabía cómo hacerla. Las entradas de festejo suelen ser repetitivas, no exactamente lo más divertidas del mundo y siento que se tratan de mí aplaudiéndome a mí misma (no, esperen, no lo siento: se tratan de mí aplaudiéndome a mí misma, lo cual no tiene nada de malo, sólo es un poco aburrido). Pero resulta que este año cumplo 10 años gritándole a la nada en internet y pensé que eso era algo que debía celebrar de alguna manera. Por supuesto la primera parte va a ser darles gusto y leer algunos de los libros que salieron en el Qué leo, qué reseño, para que conozcan mi opinión sobre ellos. 

Pero habrá más cosas. Más gritos a la nube. 10 años se ven como una cifra perfecta para hacer un balance, para ver hacia atrás y reconocer de dónde vengo y cómo llegué aquí. No borro nada de lo que he dejado aquí porque a estas alturas no me apetece esconder nada. Esto soy, esto fui (que no necesariamente son la misma cosa, porque si de algo se ha tratado que escriba en internet es dejar constancia de mi evolución de pensamiento en vivo y a todo color). Al final, sólo quiero darles las gracias por seguir aquí. Por no irse, por seguir leyendo, por seguir comentando y compartiendo lecturas. Por acompañarme en todas y cada una de las aventuras.

Tengo planes, por supuesto. Voy a contarles de algunos de ellos, en realidad más para obligarme a hacerlos, porque ya dije que los tengo:

1. ¿Conocen mi guía para leer a Alexandra Kollontai? Seguro que sí, hablo mucho de ella. Quiero hacer una sobre Clara Zetkin. Iba a hacerla para el 8 de marzo, pero las cosas pasan y las lecturas se retrasan, entonces seguramente la tengan pronto.

2. Viene abril y abril es el día del niño. Llevo años dándole vueltas a algún especial de Isol o de Oliver Jeffers o de Chris Van Allsburg. No sé finalmente qué salga primero y qué salga después (definitivamente no todos durante abril), pero quizá alguno caiga.

3. Un booktag de hechizos en el que me etiquetaron y que no he hecho (y que sólo va en esta lista porque en algún momento he de hacerlo).

4. Tengo varios planes para hablar sobre cine en India. Es una cultura que me interesa dar a conocer y hablar sobre la India me apasiona (nótese en mi entrada más reciente sobre el país, dónde critico Period End of Sentence). Siento que es como gritarle a la nube, pero eso no me impide hacerlo.

Y pues esto es todo. Este es un respiro entre las reseñas, los análisis y las recopilaciones de lecturas. Yo ya no puedo decir nada más. Sólo gracias por leer.

martes, 5 de marzo de 2019

Sexualidad y capitalismo | Lecturas recomendadas

¡Hola de nuevo a mi blog! Parece que no voy a dejar de discursear con temas políticos en un tiempo porque es marzo y marzo es el día internacional de la mujer trabajadora y obviamente tengo un montón de cosas que decir al respecto. ¡Miles de temas que tratar! pero bueno, vamos por partes, como siempre. 


Para empezar, supongo que ya saben que en Libros b4 Tipos este mes estamos leyendo Chicas cerdas machistas (Female Chauvinist Pigs) de Ariel Levy, un libro periodístico que analiza de manera introductoria la revolución sexual, la liberación sexual y cómo el capitalismo se ha aprovechado de ella y las mismas mujeres le pueden trabajar al patriarcado. Esto es con el propósito de abrir el debate sobre el tema y de ver cómo el capitalismo hace de la sexualidad de las mujeres una mercancía. En esta entrada les recomendaré algunas otras lecturas de libros o artículos por si quieren profundizar en el tema (algo que recomiendo mucho). Además los invito a unirse a la lecutra del colectivo, puesto que lo estaremos discutiendo en vivo.


Textos introductorios


Todos estos textos me parece que resultan introductorios al tema, para quien no tiene tanta experiencia y quiere empezar a profundizar. Obviamente no es sólo para que se queden con estos, pero es una manera de empezar

1. Chicas cerdas machistas, Ariel Levy. Este texto es periodístico y parece que es más bien una colección de artículos que versan siempre sobre la sexualidad de las mujeres y cómo es vista como mercancía. Lo leí hace tiempo y creo que tiene puntos importantes para abrir el debate. Es muy introductorio, claro, pero abre una brecha que nos hace preguntarnos por qué el capitalismo se adueñó de la liberación sexual. Disponible aquí.

2. Ninguna mujer nace para puta, Sonia Sánchez y María Galindo. Sonia Sánchez es una sobreviviente de trata originaria de argentina y María Galindo es una activista abiertamente lesbiana originaria de Bolivia. Este libro se presenta como un diálogo entre ambas en las que se habla de la prostitución en argentina y la cara que muchas veces la gente se resiste a ver: la precarización que lleva a las mujeres a ella. Lo pongo como introducción porque es un texto corto (relativamente, es un libro de apenas 100 páginas) y es un diálogo que puede ayudar a abrir el debate con otras mujeres. Disponible aquí.


3. Diálogo Prostitución/Trabajo sexual: las protagonistas hablan, compilado por Lohana Berkins y Claudia Korol. Este libro es literalmente la transcripción de un debate frente a las dos posturas enfrentadas dentro del feminismo con respecto a la prostitución: el abolicionismo y el regulacionismo. Aquí son las protagonistas las que hablan y exponen sus posturas. Es una buena compilación, trae algunas entrevistas y definitivamente creo que ayuda al debate. A mí me ayudó a declararme abolicionista, entre otras cosas. Disponible aquí

4. La prostitución y cómo combatirla, Alexandra Kollontai. Este artículo fue escrito en el marco de la revolución rusa, pero me sigue pareciendo increíblemente vigente el día de hoy. Es cierto que su lenguaje no ha envejecido tan bien en algunas partes como las ideas que propone, pero es una excelente referencia para empezar a comprender cómo se ve la prostitución (y cualquier otro intento de mercantilizar la sexualidad) desde el marxismo. Fue uno de los textos que me ayudó a conocer a Kollontai. Disponible aquí.

Análisis desde el feminismo radical


Una de las cosas que más me interesa del feminismo radical (aunque esté en desacuerdo con algunos de sus análisis y planteamientos) es su análisis de la sexualidad femenina y cómo es percibida por el sistema. Aunque como con casi todo lo que leo, no estoy de acuerdo al 100% con todo, estos textos me parecen interesantes para debatir y conocer.

1. Política Sexual, Kate Millett. Este es un libro que dedica su segunda parte íntegra a analizar la manera en que se presenta la sexualidad de las mujeres en la literatura, analiza varias obras y nos permite ver cómo es que se nos ve y se nos representa dentro del sistema. La primera parte es una muy buena introducción al feminismo radical (y aunque ya dije que no concuerdo con todo, no me parece mala para conocerlo). Disponible aquí.

2. Pornography: Men Possessing Women, Andrea Dworkin. Esta es una lectura complicada por las imágenes que presenta. Andrea Dworkin habla de cómo se representa a las mujeres dentro de la industria pornográfica y analiza varios productos de esta. Disponible aquí.

3. La prostitución en el corazón del capitaismo, Rosa Cobo. Algo que encuentro que falta en los dos textos anteriores es analizar el porno, la prostitución y la trata de mujeres con cualquier fin de explotación sexual directamente enmarcándolo en el sistema capitalista. Y eso es lo que hizo este texto. Lamentablemente, es el único que no he podido encontrar disponible de manera gratuita en alguna parte, pero lo pueden encontrar en bookmate.

4. El ser y la mercancía de Kajka Ekis Ekman. A pesar de que tengo muchas críticas sobre este libro, me parece interesante qué aborde dos cosas: la retórica usada para defender el neoliberalismo sexual y la situación de los vientres de alquiler. Hice un análisis sobre él por si quieren checarlo. Disponible aquí

Análisis desde el marxismo


Dejé lo mejor para el último. La mayoría de estos textos son mis favoritos porque son los que me han ayudado más a debatir y a confrontar mis posturas y mis ideas. No son perfectos (no tienen que serlo), pero sí me parecen bastante buenos. Aquí les van.

1.  La mujer en el desarrollo social, Alexandra Kollontai. No todo el libro, claro, porque además de hablar de la mercantilización del cuerpo, habla de muchas otras cosas. Pero en su primera parte, que analiza la historia de las mujeres, habla también de la historia de la prostitución y en su segunda parte propone varias ideas para su abolición (que reflejan las ideas que ya están presentadas en el artículo de ella que recomendé más arriba). Pueden leer más sobre él en mi guía para conocer a Kollontai. Disponible aquí.

2. Mujeres, Nuestras vidas, nuestras luchas. Específicamente, uno de los capítulos, el que se titula La explotación de las mujeres en la prostitución. Es una mirada introductoria a cómo se ve el tema desde el marxismo, pero creo que es importante conocerla. A partir de ella se puede profundizar mucho más. Disponible aquí.

3. La prostitución en China, extracto de libro “La Guardia Roja conquista China” de Robinson Rojas. Habla de la situación particular en china y de cómo se combatió la prostitución, además de específicamente cómo se combatió el proxenetismo. También de cómo se trabajaba para que las mujeres se integraran a la sociedad. Recomiendo mucho leerlo en contexto porque el lenguaje es muy años sesentas, pero vale mucho la pena conocer el texto porque es sobre un ejemplo real. Disponible aquí.

Otros


Estas son las cosas que no me cabían en alguna otra categoría, pero que también me parecen importantes.

1. Los demonios del Edén, Lydia Cacho. Este es un libro periodístico sobre el caso Succar Kuri, un caso famoso en México sobre pederastia y pornografía infantil. Por el tema, es un libro difícil y descorazonador, pero el análisis de Cacho me parece muy interesante de conocer. Disponible aquí.

2.  Esclavas del Poder, Lydia Cacho. Este es otro trabajo periodístico de la periodista mexicana en el que intenta establecer el mapa de la trata con fines de explotación sexual en el mundo. Es un libro complicado, pero muy esclarecedor y una muy buena investigación. Disponible aquí

3. El modelo alemán está creando un infierno en la tierra. Un artículo que me gusta que habla sobre las consecuencias de la legalización de la prostitución en Alemania y pone en el foco a las víctimas de este sistema. Esta es una traducción realizada por feministas. Disponible aquí.

4. Cumbia, copeteo y lágrimas, Lohana Berkins. Estudio sobre la situación de la población travesti/trans en Argentina. Recomendados espacialmente (por el tema) los capítulos qué abordan la prostitución. Disponible aquí

Si quieren preguntar por alguna otra versión o formato de los textos aquí, pueden hacerlo en los comentarios, si quieren recomendar algo más pueden hacerlo en los comentarios, ya saben, todo en los comentarios.

Actualización 04/06/2019: Hice una actualización para agregar una lectura, puesto que mi meta es que esta entrada se vuelva una guía de lecturas para quien desea adentrarse en el tema.

Actualización 19/07/2019: Agregué una lectura al apartado marxista.

Actualización 15/07/2020: Agregué una lectura a la parte de feminismo radical y otra en la sección de otros. Una aborda los vientres de alquiler y otra la situación travesti trans. 

domingo, 3 de marzo de 2019

Mi problema con Period End of Sentence y Padman

Cuando lo vi el documental en Netflix me llamó la atención. Primero, porque habla de India específicamente y creo que es uno de los lugares que más amo en el mundo y que me duele ver representado en los medios occidentales como un país bárbaro o salvaje (porque no es más que una visión racista de él). No revisé nada de él y lo dejé pasar pensando que lo vería después. Unos días después vi los Óscar y me sorprendí cuando lo vi nominado. Me sorprendí también cuando ganó. Vi a muchas mujeres en mi timeline de twitter festejar esto, hablar de como debíamos dejar de tratar a la menstruación como un tabú (cosa absolutamente necesaria) y aprovechar el momentum para hablar de salud sexual y reproductiva. Yo soy una paranoica de mierda y no festejé que ganara el corto documental (me dije que lo vería definitivamente), pero sí aproveché para leer lo que otras mujeres decían. 

Luego vi el corto. Ahí empezó a ir todo en picada. El corto está grabado en Hapur, una ciudad que no conozco (bueno, más bien pueblo) ubicada en Uttar Pradesh al norte de la India. Se enfocaba en un entorno rural y los primeros minutos hablaba de cómo percibían las mujeres la menstruación. Obviamente, según mi experiencia, sé que hay un tremendo tabú sobre la menstruación, que no son temas que se tratan a menudo y que las mujeres en India no son propensas a hablarlo con desconocidos (organizaciones dentro de la India hablan de que, cuando van a hablar de salud sexual y métodos para lidiar con la menstruación, a veces toma hasta cuatro días que las mujeres empiecen a abrirse y que es un tema que siempre se trata en grupos no mixtos para que ellas se sientan más seguras en principio). Así que las reacciones de las mujeres cuando les preguntaban por el periodo o la menstruación no me parecieron desconocidas. Hay partes del footage que me parecía que el único propósito que tenían era causar shock en audiencias occidentales (por ejemplo, cuando una maestra en un salón lleno de niñas y niños pide que alguien le explique qué es el periodo) y eso me hizo levantar las cejas. Pero ya hablaré de eso más adelante y con más detalle.


Después se presenta el proyecto de Muruganathan, que se supone que instala máquinas en entornos rurales para que las mujeres puedan fabricar toallas sanitarias baratas y accesibles para ellas. En twitter mencioné que no conocía la marca. No sé si hay en Kharar, Punjab (un pueblo pequeñito, pequeñito donde viví, más pequeñito que Hapur), el único lugar donde alguna vez compré toallas sanitarias porque no me fijé en las marcas. Dije que me daban curiosidad porque las toallas sanitarias en India me parecían horribles (son muy plásticas e incómodas) y ahí lo dejé. Pero cuando terminé el documental no podía sacarme de la cabeza que algo me había parecido mal en todo aquello, principalmente porque al principio hablan del cloth, un trapo o tela de algodón que las mujeres usan durante sus días y después lavan y secan como algo antihigiénico. Ese método no es antihigiénico (es algo parecido a las toallas de tela, no lo mismo, pero parecido) per se como lo presentaban, sino que depende de cómo se use. Así que me puse a buscar de dónde había salido el documental, qué estadísticas habían usado, cuál era el propósito del proyecto y más sobre los métodos usados por las mujeres durante su menstruación en India (porque conocía relativamente poco, como dije, no es un tema que sea muy propenso a hablarse abiertamente con desconocidos en el país).

Y ahí empezaron todos mis problemas. Hice un hilo en tuiter presentado varios artículos que desmitificaban el proyecto, el documental y hablaban de los datos presentados. Esta entrada es un intento de condensar esta información en español citando todas las fuentes que cité en twitter. Vamos parte por parte.

La estadística que usa Muruganathan (quien hace las toallas en el documental) y es más falsa que un unicornio dorado


Cuando logré encontrar qué datos se manejaban, casi me voy para atrás. No me extrañó, porque es una fuente citada ampliamente en artículos occidentales para hablar de la India y prácticamente sale en todas partes. La estadística (más falsa que un caballo volador) es la siguiente: 
"Only 12% of India's 355 million menstruating women use sanitary napkins (SNs). Over 88% of women resort to shocking alternatives like unsanitised cloth, ashes and husk sand. Incidents of Reproductive Tract Infection (RTI) is 70% more common among these women.”
Traducción: Sólo el 12% de las 355 millones de mujeres que menstruan en India usan toallas sanitarias. El 88% de las mujeres recurren a alternativas shockeantes como cloth/tela antihigiénica, cenizas y arena. Incidentes de Infección del tracto reproductivo son 70% más comunes entre estas mujeres.
 ¿Por dónde se empieza a desmitificar este asunto? Primero lo primero, el estudio es de The Neilson Company and NGO Plan India supuestamente y no se lo puede consultar en ninguna parte. Como si no existiera. Por si sólo, eso ya me hizo ver demasiadas banderas rojas la primera vez que supe de él. Un artículo en ScooWhoop desmitifica varias cosas sobre él. Lo pueden consultar en This Study That 88% Of Indian Women Do Not Use Sanitary Pads Is Nowhere To Be Found. Aquí voy a desglosar algunas de las cosas que dice el artículo para quienes no lean en inglés, no se preocupen (y mencionaré las fuentes que cita). Acá va el desglose:
  • La Encuesta Nacional sobre Salud Familiar en India en el año 2015-16 reporta que el 48.5% de las mujeres en entornos rurales, el 77.5% de las mujeres en entornos urbanos y el 57.6% en total usan toallas sanitarias. NO EL 12%.
  • En otros artículos académicos realizados en India (muchos condensados en este link) reportan que el uso de toallas sanitarias en entornos rurales en la India varía entre el 35% y el 57%. Es mayor entre mujeres adolescentes, donde puede subir hasta el 80%
  • Sobre el absentismo en las escuelas reportado también en el estudio, que dice que las mujeres no están yendo a la escuela por la menstruación (específicamente) también habla. Esto se uso de manera sensacionalista por parte de Netflix para promover el documental en este video. La realidad es que en Canada, el 17% de las adolescentes faltan a la escuela por causa de la menstruación, en Washington D.C, lo hacen el 21% de las mujeres, el 24% en Singapur, el 26% en Australia y el 38% en Texas. En India, el porcentaje es del 24%.
  • Además, este absentismo no tiene nada que ver con el no-uso de toallas sanitarias. Los estudios reportan que tiene que ver con cólicos o con dismenorrea (cuando la menstruación te causa dolores muy fuertes), una razón por la que incluso YO HE FALTADO A COSAS
  • La dismenorrea entre mujeres adolescentes en India varía, según las poblaciones, desde el 11.35% hasta el 72.6%. Una estadística similar o incluso menor a muchos lugares del primer mundo (en Australia el pico más alto es de 94%, por ejemplo).
Todo esto puede ser consultado en un artículo de Mythri (una organización que trabaja salud menstrual con adolescentes en India) que condensa la información en tablas comparativas y cita todos los estudios consultados. Acá: Menstruation: Rhetoric, Research, Reality. En la siguiente tabla pueden ver el porcentaje de uso de toallas sanitarias o cloth (o ambos) entre distintos grupos de mujeres en la India. Se menciona el lugar donde se realizó el estudio y la muestra.

 
Estos seguramente no son los únicos estudios, seguro buscando más pueden encontrar más. Mi mayor problema con el documental y con el proyecto es ese. ¿Cuál es la necesidad de usar un estudio falso para sustentar un proyecto así? ¿Qué agenda traen detrás? ¿Quieren que veamos a las mujeres indias como unas pobres estúpidas que no saben lo que es bueno para ellas (según estos tipos, usar toallas sanitarias)? Es un visión terriblemente occidental (y racista, porque pobres de las mujeres marrones, tienen que ir a salvarlas de sí mismas, al parecer).

Pero sigamos con el asunto.

Usar cloth/tela no es antihigiénico



Durante los primeros minutos del documental le preguntan a las mujeres qué es lo que usan (si no usan toallas sanitarias). La mayoría de ellas responden que tela (más sobre esto en el siguiente párrafo). La manera de presentar las respuestas es fragmentada, como si el documental quisiera que infiriéramos que es un método malo y antihigiénico, incluso atrasado. Yo lo conozco (viví en India) y sé que no es antihigiénico (además en México antes se usaba manta de cielo, que es un método parecido, literal sólo cambia el tipo de tela). Pero como mi palabra no es universal, busqué fuentes que explicaran el asunto. Mythri, una organización que ya mencioné arriba que ha creado material educativo para hablar de la menstruación, tiene un artículo sobre los métodos que usan las mujeres en India en entornos rurales en India. El primero mencionado es, por supuesto, la tela. Aquí va la cita de lo mencionado (con mi correspondiente traducción):
Cloth used for absorbing menstrual flow is the product that majority of rural girls and women prefer. Note that we say prefer for very specific reasons. Across India, among the thousands of women we surveyed and interacted with, majority of them use cloth because they prefer it. The reasons have little to do with affordability or accessibility to other products. Cloth users feel that it is more comfortable when compared to a sanitary napkin. Unlike sanitary napkins, most women are very familiar with cloth and change it more frequently than they would a sanitary napkin, resulting in better hygiene. Besides, in humid regions of the country, sanitary napkins crumble easily and hence a cotton cloth is preferred. Several women also expressed environmental concerns on disposing sanitary napkins in their villages and therefore preferred reusable cloth. In some villages in Karnataka, women told us that they can now purchase a red cloth called “Date Batte” (Date refers to periods, and Batte means cloth) from the grocery shops.
La tela usada para absorber el flujo menstrual es el método que usan la mayoría de las niñas y mujeres en entornos rurales prefieren. Nótese que decimos prefieren por razones muy espefícas. Alrededor de India, entre las miles de mujeres que hemos encuestado y tenido contacto con, la mayoría usar tela porque lo prefieren. Las usuarias sienten en su mayoría que es mucho más cómodo que las toallas sanitarias. Al contrario que con las toallas sanitarias, la mayoría de las mujeres está mucho más familiarizada con la tela y lo cambian con más frecuencia que una toalla sanitaria, lo que resulta en mejor higiene. Además, en las regiones húmedas del país, las toallas sanitarias se desmoronan fácilmente, así que una tela de algodón es preferible. Varias mujeres además han expresado preocupación por el medio ambiente para deshacerse de las toallas sanitarias y por esto prefieren una tela reusable. En muchas aldeas en Karnataka, las mujeres nos contaron que ya podían comprar una tela roja llamada "Datte Batte" en las tiendas de abarrotes.
Más información sobre este y otros métodos es presentado en el artículo (se habla también de toallas sanitarias de tela y sus desventajas y ventajas frente a las toallas deshechables y la tela, las toallas sanitarias comerciales y los tampones y la copa menstrual, además de por qué no se suelen recomendar estos en entornos rurales, donde también, en mi experiencia, son casi inexistentes). El artículo lo pueden consultar acá: Menstrual products and rural Indian women.

En otro artículo de la misma asociación, se pregunta por qué se ve a la toalla sanitaria deshechable como la única opción cuando claramente no lo es. También en otro más, habla de la mala calidad de las toallas de Muruganathan. No coman ansias, que les voy a poner todos los links. Seguimos por partes.

La calidad de las toallas sanitarias de Muruganathan


Son malas. Ya hablé de cómo las toallas sanitarias en India me parecen de mala calidad, pero estas se superan. En Mythri una mujer las probó y esta fue la conclusión: 

To be honest, I had even tried the pads made by Muruganathan’s machine before distributing them. I found the quality highly questionable – it would hardly last an hour before needing to be changed. And even the adhesive used was of such poor quality that when one tries to remove it, it just sticks and then the pad rips apart making a mess of the whole situation. Yet I thought “Well, it is for THEM. This should be enough.”
I wonder if the Twinkle Khannas of Bollywood who are suddenly praising and promoting Padman, have ever used his product. Do they go around in their designer outfits and costly vehicles wearing a leaking pad which needs to be discarded every hour? Or are they among those who think “This is good enough for THEM”?
Para ser honesta, incluso probé las toallas hechas por la máquina de Muruganathan antes de distribuirlas. Encontré la calidad altamente cuestionable, apenas duraban una hora antes de que necesitara cambiarlas. E incluso los adhesivos usados eran de tan baja calidad que, cuando intentaba quitarlas, la toalla simplemente se pegaban y la toalla se rompía en pedazos haciendo un desorden de toda la situación. Aun así pensé: "Bueno, es para ELLAS. Debería ser suficiente".
Me pregunto si las Twinkle Khanna [estrela de Bollywood] que están de repente promoviendo Padman [película sobre el creador de la máquina] han usado alguna vez este producto. ¿Se mueven en sus outfits de diseñador y sus vehículos caros usando una toalla sanitaria que tiene que ser cambiada cada hora? ¿O están entre aquellos que piensan "esto es suficientemente bueno para ELLAS"?
¿Quienes son ELLAS? El artículo procede a explicarlo, hablando de cómo el target son obviamente las mujeres pobres de la India rural que, según las élites, necesitan su ayuda para aprender a manejar su menstruación de manera higiénica, sin tomar en cuenta lo que las mujeres del entorno rural quieren y necesitan. Hace notar que ninguna investigación había nunca podido relacional el uso del tela a la aparición de infecciones en los genitales, como el proyecto parece hacer creer. Y que ninguna encuesta en India había presentado resultados de mujeres que usaran cenizas o arena para absorber el flujo menstrual. Que bien el sensacionalismo, eh. Todo esto puede consultarte en Padman – The Real Story of How He Shot to Fame by Selling Shame, donde además hablan de la historia del proyecto y cómo llegó a la fama.

Y lo último: ¿cómo consiguieron el footage shockeante? Siendo unos hijos de la chingada. Vamos a ello.

Ignoremos la cultura India para nuestros propósitos, dijeron los que realizaron este documental


En una entrevista la directora, Rayka Zehtabchi, dijo lo siguiente: 
“For example, we walked into a co-ed classroom, unannounced, in India. The teacher asked the 15-year-old students if anyone could tell her what menstruation was. And there’s a shot in the film of a young girl who’s called upon, and she stands up completely petrified. In the film, there is about 30 seconds where she literally cannot say a word. In real life we got about three minutes of footage of her where it seemed like she was going to faint. It was so hard to watch and realize that the shame was so painful.”
Por ejemplo, entramos a un salón de clases, sin anunciarnos, en India. La maestra le preguntó a sus alumnos de quince años si alguien le podría decir qué es la menstruación. Y hay un pedazo en el documental de una joven a la que le piden que conteste, donde está parada completamente petrificada. En el documental, hay más o menos 30 segundos donde ella literalmente no puede decir una palabra. En la realidad, tomamos más o menos tres minutos de video donde parece que se iba a desmayar. Era demasiado difícil de ver y darse cuenta de que la vergüenza era tan dolorosa.
Para consultar la entrevista, acá está el link

En India no es raro que las mujeres (y los hombres también a veces) se muestren tímidas en extremo al hablar con extraños, especialmente extranjeros (cuántas veces no habré yo estado en una casa donde les daba pena hablarme porque era extranjera, porque quizá su inglés no era lo suficientemente bueno, porque yo era una extraña, porque... miles de razones). El hecho de que entraran en el salón, sin anunciarse e hicieran la pregunta en un entorno mixto, es una falta de sensibilidad absoluta y cero conocimiento de las relaciones entre mujeres y hombres en la India. Muchas organizaciones, Mythri, entre ellas, hablan de cómo tratan el tema en entornos no mixtos en principio (sólo mujeres para hablarles de los métodos que pueden usar, de qué es la menstruación, de cómo detectar si tienen alguna infección, etc., sólo hombres para que también sepan qué es, etcétera) para crear un espacio seguro (que ese salón de clases no era en lo absoluto). Además de que rompieron varios lineamientos de la UNICEF para grabar y reportear a menores de edad. Eso puede verse desglosado en el artículo siguiente: And the Oscar goes to “Period. End of Sentence” – for use of false data, misrepresentation of Indian women and violation of child rights

Mis conclusiones


Me parece terrible el uso de datos falsos para avanzar el proyecto. Me parece más terrible que este documental no sea el único producto occidental que los usa. ¿La encuesta falsa? Prácticamente cualquier artículo sensacionalista sobre menstruación en la India lo ha usado. Incluso proyectos dentro del mismo país manejados por hombres y mujeres obviamente de estratos sociales más altos (aka la étile burguesa). Es de vergüenza. Y es más de vergüenza que haya ganado un Óscar. Me parece además terrible que muchísimas mujeres se hayan ido con la finta de lo que presenta el documental porque es muy difícil encontrar los datos y compararlos. Así no nos ayudan. Y pues nada, la verdad no siento haber arruinado este documental o proyecto. India se merece cosas mejores, que no la miren con condescendencia y que no vayan a salvar a mujeres marrones sin tener ni idea de qué quieren o qué necesitan.

martes, 19 de febrero de 2019

Home, Nnedi Okorafor | Reseña

Sinopsis: It’s been a year since Binti and Okwu enrolled at Oomza University. A year since Binti was declared a hero for uniting two warring planets. A year since she abandoned her family in the dawn of a new day. And now she must return home to her people, with her friend Okwu by her side, to face her family and face her elders. But Okwu will be the first of his race to set foot on Earth in over a hundred years, and the first ever to come in peace. After generations of conflict can human and Meduse ever learn to truly live in harmony? 

En Libros b4 Tipos estamos leyendo el primer libro de Binti como lectura conjunta este mes de febrero. Yo me propuse además leer los otros dos porque pues finalmente son libros de Nnedi Okorafor, escritora a la que admiro demasiado (cosa que casi ni se nota con mi reseña de Akata Witch, Kabu-Kabu, Quién teme a la muerte y Binti). A finales de enero finalmente leí Home (Hogar) en inglés (en español está editado por CronoCiFi y traducido por Carla Bataller Estruch) y bueno, vengo aquí a hacer la reseña.


Lo único malo de este libro es que sufre de algo que yo llamo el síndrome del libro sandwich. Es el libro de en medio y no creo que eso le haya ayudado del todo. Binti, la primera parte, puede ser tanto una parte de algo más grande como un libro que puede responder ante el mundo por sí solo. Es una historia redonda en casi todos los sentidos y en sus pocas páginas aborda muchos temas culturales que resulta muy interesante debatir. Home hace lo mismo al abordar distintos temas, reta a la concepción del mundo que tiene Binti, la protagonista y la hace cuestionarse sobre ideas pre concebidas, algo muy interesante, pero a a vez, creo que no es una historia redonda, sino sólo la introducción a algo más grande. Y aunque sin duda pasan cosas y se puede sentir de repente que hay cierto desarrollo de la trama, es una introducción muy grande hacia el tercer libro: The Night Masquerade, que estoy leyendo en este momento. No hay resolución porque el libro actúa sólo como un puente. Y el puente está bien construido y la prosa es buena y los personajes desarrollados, pero... bueno: no es más que un puente. Y de repente eso me resulta frustrante porque sé que es un libro que tiene que ir siempre acompañado, especialmente por la entrega que le sigue.


Pero bueno, vamos a hablar un poco de la trama y los temas que el libro aborda. Para empezar, es la vuelta a la tierra de Binti, que va acompañado de Okwu, la medusa. La tensión se siente desde el principio por el conflicto que tienen las medusas con los koush y porque la familia de Binti aun no entiende por qué se marchó para estudiar si ningún himba lo había hecho antes. Me gusta esa pelea entre lo nuevo y la tradición. Primero, porque creo que las tradiciones no son sagradas ni estáticas, sino que evolucionan y los pueblos evolucionan con ellas. Entiendo la frustración de Binti y el amor a los suyos, pero también la necesidad de irse a estudiar al espacio para usar el conocimiento que tiene en ayudar al resto. Su familia en general me frustra o no me importa lo necesario porque, fuera de su abuela paterna (que no es himba) y su padre, no hay mucho espacio para que estén desarollados o el lector los conozca mejor (quizá, aunque no sé, esa oportunidad me llegue en el tercer libro). 

En el libro también apareccen los zinariya, a los que el resto de la gente se refiere como salvajes. Incluso Binti piensa así y es ahí cuando el libro nos enseña que muchas veces crecemos con ideas pre concebidas sobre el otro. Se hace todo un cuestionamiento en ese sentido: ¿por qué los zinariya, que habitan el desierto, son salvajes para el resto? Y habla precisamente de como solemos tachar de salvaje a todo lo que no entendemos o vemos menos civilizado (y, finalmente, ¿qué es menos civilizado?, ¿cómo medimos la civilización?, ¿con la vara de los países imperialistas? Porque así no va a funcionar el asunto). 

Otro de los puntos buenos del libro es precisamente que seguimos ahondando más en la forma de vida de los himbas y en sus tradiciones y creencias, además de que se nos amplía el mundo de Binti con otros pueblos y otras tradiciones y otras formas de vida. Me gusta que el libro haga eso aunque, como ya dije, y a riesgo de estarme repitiendo, tiene muy poco espacio para hacerlo y eso es lo que creo que le impide tener un desenlace propiamente dicho. 


Concluyendo, ¿recomiendo este libro? Sí, claro, como parte de la trilogía de Binti me parece un libro interesante y me parece también una gran aportación al afrofuturismo (como parte de la saga) puesto que amplia el mundo en el que vive Binti. Bueno, eso es todo por ahora, los veo cuando reseñe The Night Masquerade.