Divagaciones de una Poulain
by Nea Poulain

martes, 15 de marzo de 2016

Las (pobres y olvidadas) comillas angulares

Hace tiempo escribí del uso de la raya (o guion largo) en los diálogos, así que después de que me preguntaran y que me diera cuenta de que las comillas angulares están cayendo completamente en el olvido, vengo a hablar de ellas y de sus usos. Mi fuente, como siempre, es la Ortografía 2010 de la RAE (apoyada por las 2005) y no soy lingüista, ni correctora de estilo, así que me veo en la necesidad de poner la siguiente advertencia.

ADVERTENCIA PARA NAVEGANTES: No soy una erudita de la lengua española, sólo una ñoña que revisó toda la Ortografía de la RAE para aprender a puntuar. Soy humana y, como tal, tengo errores.

Ahora sí... ¡empecemos!


Las comillas son un símbolo doble y se usan diferentes en español: las comillas angulares, también llamadas latinas o españolas (y son estas: «», nada de signos de mayor y menor que: << >>), las inglesas, a.k.a las del teclado ("") y las comillas simples. La RAE recomienda por activa y por pasiva el uso de las comillas angulares en primera instancia en textos impresos «», recomendando dejar las otras para cuando se quiera entrecomillar un texto dentro de un texto que ya va entrecomillado, por ejemplo, algo así: 
«Antonio fue el que me dijo: "Vaya 'cacharro' se ha comprado Julian"».

Se usan como jerarquía: primero angulares, luego inglesas, luego simples. Todo muy sencillo, al parecer. Entonces ¿por qué hay un montón de gente que no las sabe usar? Bueno, es que no están en el teclado normal que usamos, tampoco en las máquinas de escribir. De hecho, si la gente conoce su existencia es por los libros y porque casi siempre (salgo alguna edición rarita hecha a la inglesa a.k.a las ediciones del Fondo de Cultura Económica) se usan para delimitar los pensamientos de los personajes y todo texto que necesite ir entrecomillado. ¿Cómo las obtenemos en el teclado? 

En Mac (y probablemente Linux):
  • Comilla angular de apertura («): Shift + Alt + { 
  • Comilla angular de cierre (»): Shift + Alt + }
En Windows: 
  • Comilla angular de apertura («): Alt + 174
  • Comilla angular de cierre (»): Alt + 0171
Ahora sí, ya que saben como demonios obtenerlas (y si no funciona, hagan uso del copy&paste o la técnica que se les ocurra) vamos a ver su uso en las narraciones específicamente, no me meteré con citas ni nada por el estilo. Primero, las comillas siempre siempre van pegadas al primer caracter de la oración y al último. Algo así. El siguiente caracter después de las comillas latinas va separado, a menos de que sea un signo de puntuación.
Ejemplo:
«Todo fue un desastre» fue el veredicto.
«Todo fue un desastre», pensó Juan.
Así NO:
«Todo fue un desastre»fue el veredicto.
« Todo fue un desastre » fue el veredicto.
«Todo fue un desastre» , pensó Juan.
Para marcar los pensamientos hacemos casi lo mismo que en los diálogos. De hecho, yo he visto un par de maneras de hacerlo. Que son así:
«Todo fue un desastre», pensó Juan; «todo nos salió mal».
«Todo fue un desastre ―pensó Juan―; todo nos salió mal».
Ahora las voy a explicar las dos para que no se confundan, pero según mi entendimiento (y el de los correctores de estilo de la mayoría de las novelas que conozco) las dos son correctas. En la primera, se usan las comillas en todas partes, con las reglas que ya vimos: pegadas a las oraciones de los pensamientos, con los signos de puntuación después de ellas (ponerlos antes es un error, así se ponen en inglés, nada más) o pegados a la acotación del narrador. En la segunda, en la acotación del narrador en medio del pensamiento, se usan guiones largos (o rayas) como en los diálogos normales. En este caso, igual que en los diálogos, las rayas van pegadas a la acotación del narrador y los signos de puntuación van después.

Pueden usar el modo que deseen, pero... ¡POR FAVOR!, usen la misma forma durante todo el texto. No se ve ni bien, ni elegante, ni estético que estén saltando de una a otra. En realidad este era un tutorial bastante pequeño porque no abarqué más usos de las comillas angulares, pero ya saben, si tienen dudas (y yo sé responderlas) con mucho gusto las respondo aquí abajo. Y si quieren que hable más de puntuación, también se aceptan ideas aquí debajo.


domingo, 13 de marzo de 2016

Persona Normal, Benito Taibo | Reseña


Sinopsis: Una grandiosa e increíble aventura para ser todo... excepto normal.
Tenía un par de padres divertidos y jóvenes, llenos de sueños y de planes. Pero a mis doce años, cinco meses, tres días y dos horas y cuarto, aproximadamente, me quedé sin ellos
Desde que el tío Paco se hizo cargo de él, Sebastián ha vivido aventuras increíbles: tuvo un encuentro inesperado con un enorme felino, conoció a uno de los últimos vampiros que viven en el DF; frente a su casa vio a un mítico personaje saltar de la góndola en la que viajaba, para rescatar a una joven de una inundación; consiguió un mapa estelar para un pobre extraterrestre perdido en la Tierra, sobrevivió el embate de un enorme monstruo marino, peleó al lado de los sioux para defender su territorio de los colonizadores? ¿Qué pasa con Sebastián? ¿Acaso no es una «persona normal»?


Este libro me dejó con una sola sensación. Cuando lo acabé (o más, bien, cuando descubrí que más o menos las últimas quince páginas o más eran sólo una nota que hablaba de libros que ya conocía) y lo cerré tuve ganas de agarrar y con toda mi paciencia (o sea, bastante poca) ir con Benito Taibo, escritor al que aprecio bastante, estampárselo en la cara y decirle "no mames". Había escuchado cosas buenas de él, que era un libro increíble para los amantes de la lectura y que te cambiaba la vida. Primero que nada voy a ir con la gente que me dijo que era un libro que cambiaba la vida para pedirles el dinero que me gasté en él porque juro que yo le tenía buena fe al libro. Más que buena, ¡buenísima!

Benito Taibo
¿Exactamente cuál es mi problema con este libro si a casi todo el mundo le ha gustado? Pues... ¿cuál no es mi problema con este libro? No sé por donde empezar. Hay muchos. Pero bueno, como por algo tengo que empezar, empezaré por... ¡la voz narrativa!

Cuando empieza el libro, Sebastián tiene doce años. Y nos está narrando lo que le va pasando a lo largo de casi toda su adolescencia. Bueno, un libro con un narrador en primera persona tiene que hacerte creer que efectivamente la voz del narrador es la del personaje y que suene natural en tu cabeza. Sebastián a los doce años es Benito Taibo en el presente. No te lo crees que sea un adolescente... bueno, casi adolescente, ni porque se te aparezca la Virgen de Guadalupe a jurártelo. No me vale la excusa de que Sebastián es muy maduro para su edad, no; maduro podrá ser, pero doce años sigue teniendo

El libro es un libro que continuamente habla de libros. Aunque en vez de darle variedad se va por el canon de la literatura occidental, que sinceramente se vuelve muy aburrido después de un rato. Justo lo dije en mis entradas pasadas: leer a hombres blancos heterosexuales (en su mayoría) que ya están en la tumba (en su mayoría) no tiene nada de malo, pero hay más peces en el mar y libros en la tierra. Además que es un libro que tiende a alimentar el ego de la gente que se cree superior por leer y la única edad a la que eso está bien es en la adolescencia. Pero no, en serio, leer no hace a nadie más especial o más inteligente. Es algo maravilloso y te enseña muchas cosas, pero de ahí a sentirte bastante superior como Sebastián a sus compañeros de secundaria hay un trecho. Y de ahí a pintarlo como una actitud deseable o correcta hay otro. 


No sé si les he dicho porque John Green me parece un escritor pésimo, pero si no lo he dicho lo digo ahora: es incapaz de ser imparcial, en cada página aparece, saludándote desde una esquina y dándote su opinión sobre casi todo. Algo parecido hace Benito Taibo, que parece que en todos los capítulos quiere darte una lección moral cuando realmente es algo que no le corresponde al libro: ni a este ni a ninguno. El trabajo de los libros no es darte las conclusiones, es dejarte saltar a ellas como puedas. Pero bueno, a la mejor hay a quien le gusta esto, yo no juzgo. El problema de este libro es que no tienen ninguna clase de núcleo, sus escenas no tienen otro propósito más que el que darte una lección por vez, así que la historia avanza a trompicones sin tener interés en llegar a alguna clase de final o tener un hilo conductor que vaya a alguna parte. 

Por lo demás, es un libro que está muy bien escrito, pero que esté bien escrito no es el mérito de ningún libro: se supone que todos lo están. Hilar las palabras en oraciones que suenen podrá ser complicado, pero más complicado es unirlas para contar una historia con algo de profundidad, con un núcleo bien definido y para dejarte saltar a las conclusiones tú solito. En fin, como conclusión, sólo se me ocurre decir que este libro sí me decepcionó bastante y aunque los personajes en su mayoría son agradables, el libro no le ayuda mucho. 

viernes, 11 de marzo de 2016

La más densa tiniebla, Antonio Malpica | Fotoreseña

"Deja de comprar libros infantiles, me salen más caros y no te duran nada"
―Mi mamá

Sinopsis: ¿Qué orilló a Karen a pararse en el borde del viejo pozo frente a la casa del señor Ander a pesar de todo lo que se decía de él? Que tenía pacto con el diablo… Que en realidad era un espectro… Que su casa conducía al inframundo… Cuando Karen resbaló al interior, supo que nadie la había visto caer y que jamás sería encontrada. Por eso lloró desconsoladamente. Entonces escuchó que alguien le hablaba desde la oscuridad. “Sólo tienes dos opciones: vivir o morir”, dijo la voz de ultratumba. A partir de ese momento, Karen será llevada a un inquietante mundo donde la tenebrosa imaginación del señor Ander le mostrará que el mayor terror de todos surge siempre del lugar menos pensado.

La más densa Tiniebla, como ya había dicho yo por allí, es sólo una excusa para reinventar algunos de los cuentos de Hans Christian Andersen y aquí aparece desde la princesa que sintió un chicharo debajo de doce colchones y el patito feo que en esta historia no es un patito. Y el libro es una excusa tan buena para reinventar cuentos clásicos que es un trabajo excepcional. La historia sigue a Karen y al señor Ander después de que Karen caiga al pozo que está cerca de la casa donde ella y su familia pasan las vacaciones. Cuando Karen cae, el señor Ander le dice que tiene la elección más fácil de su vida puesto que sólo tiene dos opciones: o vivir o morir.

La verdad es que este libro sería muy poco sin sus ilustraciones, las ilustraciones mantienen el ritmo, le dan un toque mucho más perverso a algunos cuentos y le dan al libro la fuerza que necesita. Me gustaría ponerles aquí todas las ilustraciones en foto pero tampoco se trata de dejarlos sin nada para cuando lo vayan a leer: las sorpresas tienen que prevalecer. Así que he seleccionado algunas para enseñárselas con la reseña  y que vean la preciosidad de libro que editó el Naranjo (no, no me patrocinan, ya me gustaría a mí). El trabajo de ilustración lo realizó Joaquín Aragón, sin el cual el libro definitivamente no sería lo que es.

Finalmente, he de decir que, pese a lo corto de esta reseña, recomiendo el libro a todos aquellos amantes de los cuentos clásicos que quieran una reinvención, todo hay que decirlo, mil veces retorcida, de estos. Muy recomendado, sobre todo si les gustan los libros infantiles. Y recuerden que los libros infantiles, aunque se llamen infantiles, no tienen edad.