Divagaciones de una Poulain
by Nea Poulain
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martes, 24 de enero de 2017

Razzies literarios (III)

El año pasado leí noventa y cinco libros y los califiqué todos en Goodreads. Aunque sigo considerando que una calificación del uno al cinco es poco representativa de lo que significa un libro ―porque hay demasiados factores que tomar en cuenta― los tres siguientes fueron los únicos en tener una estrella de cinco y reseñas con tantas quejas que no sabía ni por dónde empezar. 


Así que, bueno, aquí va, sin más dilación: ¡lo peor de 2016! Y que de perdida les divierta el destripe, porque les encanta la sangre.

After, de Anna Todd


No se cómo no lo veían venir si este libro es pésimo y un insulto a todas las mujeres del mundo. Además, resultó un insulto para mi intelecto. Anna Todd escribe mal, pretende que un romance completamente tóxico pase por normal y no se da cuenta de que si Hardin no fuera rico y guapo estaríamos ante un episodio de NCIS: Unidad de Víctimas Especiales. La violencia de género se justifica una y otra vez a lo largo del libro y el maltrato a Tessa se justifica una y otra vez a lo largo del libro, además de que Anna Todd contribuye al mito de que la virginidad importa para algo o te cambia como persona, coquetea demasiad con la dualidad de la puta vs la santa sin darse cuenta que la mayoría de las mujeres no cae en ningún extremo y además redacta y puntúa de la puta mierda. Vamos, que no lean After. Reseña por acá.


El fuego en el que ardo, de Mike Lightwood


Este fue, de los peores, el menos peor. No sé qué clase de halago es ese ―pista: no lo es― pero alguno tenía que ser el menos peor, pobre. No me voy a quejar de los paréntesis corta-párrafos ―son un recurso válido y no un error de maquetación, aunque en este libro podrían mejorarse millones― ni de la homofobia retratada en la historia ―sí, eso existe en el mundo real― ni de como Óscar enfrenta el bullying ―eh, chicos, no, no es cobarde― sino de la manera en que se trata, finalmente, el tema de las auto-lesiones. Es chungo, sí y yo no lo he sufrido ―uh, oh― pero sí sé que pretender que hay una «curación» por llamarla de una burda manera por un enamoramiento instantáneo es mentirle a miles de personas. Eso no pasa. Se necesita mucha terapia, mucho amor, un excelente psicólogo o psiquiatra y muchos huevos. Ah, y además el libro está mal puntuado. En resumen, pueden saltárselo. Reseña por acá.


Besos entre líneas, de May R. Ayamonte y Esmeralda Verdú


Este fue el peor. Con mayúsculas, si quieren que se vea más imponente: El Peor. No hay nada peor que una mujer feminista se cague en todo lo que cree por escribir una novela romántica con niveles de toxicidad cuestionables. A Esmeralda no la conozco, por eso sólo digo una. En fin, creo que ya he dicho que no está mal hablar del machismo en los libros, el machismo existe, es una realidad que vivimos ―y sufrimos― y evidentemente las obras de arte creadas en una sociedad machista y sobre todo patriarcal van a tener rastros de todo ese machismo, no podemos eliminarlo de un día para otro. Sin embargo, si tenemos la obligación de señalarlo, cuestionarlo y tener las esperanzas de cambiarlo. Por eso me enoja tanto como se trata la relación en este libro, como los celos se vuelven algo romántico y una agresión sexual en el capítulo uno misteriosamente no lo es porque el agresor es guapo. En fin, además este libro trata a las personas enfermas mentalmente como nada más que su enfermedad ―en serio, porque alguien con anorexia no puede ser nada más que la anorexia, no―, retrata de manera mierda a los mexicanos ―sólo nosotros podemos insultarnos a nosotros mismos y ni se ve bien echarle basura a tu propio patio trasero― y sugiere que imitar acentos con propósitos humorísticos está bien ―eh, el noventa por ciento de las veces, no―. Y sin ni siquiera darse cuenta, deja a la protagonista como una maltratadora de animales que en realidad se supone que los ama. En resumen, tiene de todo y es un libro que se niega a reconocerlo. Hagan un favor y no lo lean nunca. Reseña por acá


lunes, 1 de febrero de 2016

Recuento de los daños | Enero 2016

¡Primer mes del año! Primer mes de lecturas. Quiero aclarar, por si acaso, que no tengo un giratiempo, mis días no tienen más de veinticuatro horas y no sé cómo le hago para leer. Me lo preguntan mucho y juro que si tuviera una fórmula mágica ya se las habría dado. Cuando la descubra, lo primero que hago es pasárselas.


Chicana Falsa, Michelle Serros


La primera lectura del año fueron los poemas (y unas cuantas anécdotas sueltas) de Michelle Serros, en los que escribe de sus experiencias como chicana. Es un libro muy cortito que aun no he reseñado precisamente porque se me hace muy poca cosa para reseñarlo solo, estoy esperando juntar algunos otros poemarios para recomendarlos todos juntos. Las historias que cuentan sus poemas son interesantes: vemos desde el racismo a los latinos, las costumbres de las familias mexicanas en Estados Unidos, las raíces que se niegan a perder y las que ya han perdido. También, aunque en menor medida, aparece el machismo latino, ese que caracteriza a la generación de mis papás, tan claro y tan latente. Si los poemas se les hacen difíciles porque no los entienden, este es un libro que sin duda me gustaría recomendarles.

El hilo de oro, Cornelia Funke


El segundo libro del año fue esta preciosidad de Cornelia Funke. Es la tercera parte de su saga Mirrorworld (en español, Reckles) y va tejiendo los hilos hacia una historia cada vez más completa. Sus novelas casi siempre son corales, llenas de protagonistas interesantes y personajes de todo tipo. Agradables, desagradables, odiosos... Como siempre, se asegura de cerrar tramas en este libro, de las que dejó abiertas el pasado, y las que directamente conducían este, y además dejar algunas incógnitas (algunas de las cuales arrastra desde el primer libro) para seguir conduciendo su saga. El desarrollo de los personajes en tres libros es perfecto, me parece a mí, y ha mejorado bastante desde la desgracia que fue el final de Inkworld o, en cristiano, la trilogía de la Tinta. Me gusta que haya mejorado, como ya puse en la reseña y obviamente lo recomiendo.

Bad Feminist, Roxane Gay


Estos ensayos de Roxane Gay llevaban mucho tiempo haciéndome ojitos. No me sirvieron para gran cosa, realmente, aunque si me dieron un par de puñetazos en la cara. Cada que leo un libro como este me doy cuenta de cuan parecido es el sexismo y cuan diferente es a la vez en distintas partes del mundo. El feminismo sigue el mismo camino, siempre adaptándose a las preocupaciones más inmediatas de su entorno. En este caso, de Roxane Gay, me quedo con su ensayo sobre privilegios y como acusar a nadie no sirve de nada, pero que, de todos modos, deberías ser consiente de que tienes algunos privilegios. Me quedo también con todos sus ensayos sobre los medios y la representación racial, de orientación sexual y de género en los medios, fueron bastante interesantes y, por supuesto, con su ensayo que aborda directamente y sin eufemismos lo que llaman rape culture. No recuerdo exactamente que ella haya usado esas palabras, pero sí que habla de lo que se entiende por eso. Interesante y, por supuesto, recomendado. Si no les bastó, escribí una reseña.

Las cartas de Aberlardo y Eloísa, Pedro Abelardo (y Eloísa)


Por que Eloísa no viene listada como autora es todo un misterio. Yo la habría puesto. Pedro Abelardo fue un filósofo muy conocido, allá por el siglo X o el siglo XI, o el XII... miren que busqué la fecha original de publicación del libro y ya la olvidé. Se enamoró de Eloísa, la hija de su protector, que no se lo tomó muy bien y después de algunas bodas, idas, venidas, abortos y peleas, mandó que le cortaran el pito a Pedro Abelardo. Sí, en serio. Entonces se ordeno como monje e hizo que Eloísa hiciera lo propio, parece que por celoso. Allá, muchos años después, empezaron a mandarse cartas cargadas de pasión en las que Eloísa tiraba contra los hombres, la sociedad, la iglesia, el hábito y Pedro Abelardo se escandalizaba y le decía que fuera más comedida... para poco después declararle su amor. Una lectura entretenida y debo decir que, si bien Eloísa me encantó, Pedro Abelardo no me gustó mucho como persona. Aun así, la historia que hicieron los dos en la filosofía debe conocerse. No, no planeo hacer una reseña.

Everyday Sexism, Laura Bates


Otro libro feminista, sí, van a ver muchos por aquí. En este caso, Laura Bates habla del proyecto que inició en internet, Everyday Sexism, y mientras analiza lo parecido en los testimonios y los distintos temas en los que los separa (muy acertadamente, todo hay que decirlo), se da palmaditas en la espalda. Y falla epicamente en darse cuenta de que sus sujetos de prueba, todos los que le han mandado testimonios, a pesar de estar en todo el mundo, son sólo las personas que tienen acceso a internet y a una educación mínima. Un libro interesante más por los testimonios y porque es la prueba viva de que sí, el sexismo existe incluso donde ya no creemos que existe. Hablo un poco más del proyecto en una entrada que hice en la hora del té, si quieren conocerlo, pues el libro no es mal lugar en donde empezar. Recomendado.

Sula, Toni Morrison


Creo que de lo mejor que leí en el mes. No lo mejor, eso me costaría escogerlo entre tantas cosas buenas. Sula habla de dos mujeres negras en medallion, diferentes, que han seguido distintos caminos y esos caminos tendrán sus consecuencias; mientras que la primera elige casarse y quedarse toda su vida en Medallion para convertirse en alguien útil para su sociedad, Sula huye a la universidad, buscando una libertad que quien sabe si encontrará. Es un libro muy pequeño, con una variedad de increíble de personajes y, la verdad, bastante interesante por la forma en la que retrata a la comunidad negra, su manera de vivir, la desconfianza que le tenían a los blancos (y el odio que los blancos que los blancos tenían por ellos). Muy recomendado, aunque la verdad, aun le debo una reseña. Mea culpa, por lo último, pero la tendrán, algún día.

#MásGordoElAmor, Antonio Malpica


Un libro muy entretenido, ambientado en México, que sin duda recomiendo. #MásGordoElAmor es la persecución del primer amor idealizado, prácticamente una masturbación mental que es lo único que le queda a Simón a después de unos cuantos divorcios y varias relaciones fallidas. El único buen recuerdo que tiene es el de Majo García Tuck, la popotitos, su novia de la secundaria y emprende una carrera para encontrarla, contra el tiempo o contra sí mismo. Toño Malpica escribe de una manera muy divertida, con unas vueltas de tuerca interesantes que nos hacen interesarnos por sus personajes, aunque nos parezcan malhablados y de moral un poco torcida. Muy recomendado, sobre todo ahora que se viene el mes cursi: San Valentín. Sinceramente, ya no sé que más decirles sobre él, además de que tiene ilustraciones de BEF cada capítulo y que deberían leer la reseña que le hice si quieren saber un poco más.

Soy vertical, pero preferiría ser horizontal, Sylvia Plath


Al mismo tiempo que leía #MasGordoElAmor y moría de risa con Toño Malpica, Sylvia Plath me regresaba el suelo y me hacía estrellarme. Plath es una de las precursoras de lo que llaman la poesía confesional y leerla es como cortarse las venas, en serio, es una depresión continua. Su primer poema en este libro, el más largo y para mí también el más interesante, aborda la maternidad, sus alegrías y sus tristezas, la idea de que el cuerpo de una mujer no es más que una incubadora, de no sentirse ella misma cuando tiene a alguien dentro de quien hacerse responsable. La mayoría de sus poemas siguen la misma línea, pero ese fue el que, dentro de todo, me impresionó más que el resto. Muy interesante y me lo estoy guardando para hacer una pequeña recopilación de reseñas en poesía.

My Life on the Road, Gloria Steinem


Este libro lo leí porque fue el propuesto de enero en el Club de Lectura de Emma Watson, Our Shared Shelf, ya que pasaba ahí mucho tiempo. Dicen que si no puedes contra ellos, te les unas. Así que entre que escribía opiniones en los tópicos, criticaba las buenas intenciones, la falta de actos, las intervenciones inteligentes que había en todo el club de lectura me decidí a leer las memorias de Steinem de quien no sabía absolutamente nada. Tampoco sé nada de la historia del feminismo en los Estados Unidos, me parece interesante, pero no un conocimiento obligado para mí, latina, en un entorno totalmente diferente. El libro es curioso y si les interesa Steinem, sin duda lo recomiendo, si no, no se están perdiendo de absolutamente nada. Tengo la reseña pendiente, así que ya tendrán noticia de ella cuando me decida a escribirla.

After, Anna Todd


Lo leí por masoquismo puro y duro, ni siquiera me voy a molestar en mentir. Estaba buscando ejemplos de relaciones románticas en literatura juvenil, buenas, malas o, como la de este libro, pésimas en todo sentido. Me parece un libro pésimo y si bien respeto a las personas que les gusta, porque cada quien es un mundo, no puedo tomar en serio sus gustos literarios. Porque entre que Tessa y Hardin son una relación enfermiza pintada como romántica, el machismo se hace presente y el slut shaming no falla, tenemos un libro escrito con las patas. Prosa explicativa, resumenes narrativos, comas que no deberían ir, comas que no están, errores de redacción de primaria y sin un sin número de errores. En serio, no lo lean y si no los he convencido, tienen ahí la reseña. La única razón para leer esto es, como yo hice, masoquismo puro y duro.

Colaboraciones


PlusbitsMx:

La hora del té:

jueves, 28 de enero de 2016

After, Anna Todd | Reseña

Sinopsis: Tessa Young se enfrenta a su primer año en la universidad. Acostumbrada a una vida estable y ordenada, su mundo se tambalea cuando conoce a Hardin, un chico tan guapo como borde, inquietante, lleno de tatuajes, y de aparente mala vida. Desde el primer momento se odian. Pertenecen a dos mundos distintos, pero pronto se harán más que amigos y nada volverá a ser igual. Hardin y Tessa deberán enfrentarse a muchas pruebas para estar juntos. La inocencia, el despertar a la vida, el descubrimiento del sexo… las huellas de un amor tan poderoso como la fuerza del destino.

No sé exactamente por donde empezar la reseña. Pero creo que es justo que primero sepan por qué demonios leí el libro antes de decirme cosas como "si no te gusta, no lo leas", así que por ahí empezaré. Primero, no entiendo como las editoriales lo venden o catalogan como Young Adult o, en México, Juvenil. Sé que al final del día la gente de cualquier edad lo leerá si quiere leerlo sea cual sea su categorización, pero no me parece correcto venderlo como juvenil cuando no lo es. Pero como yo estaba buscando ejemplos de romances (buenos, malos, pasables, malísimos, lo que cayera) en la literatura juvenil y After, debido al monstruoso fenómeno que representa, acabó llamando mi atención. After es, a mi gusto, un libro pésimo de esos que son tan malos que son buenos siendo malos y cuando quieres reírte un rato. Podría considerarlo un libro para apagar las neuronas, pero incluso eso se le da mal.

Así que, ya que aproveché para leerlo y destriparlo en Twitter y en Hangout estoy haciendo la reseña. ¿Por dónde empezamos ahora sí de verdad? No estoy completamente segura, tengo tantas cosas que decir que bueno... siento que no acabaré jamás. Pero bueno, a lo que vamos, por partes, como dijo Jack el Destripador.


After es un fenómeno monstruoso. Para que se den una idea, ven esta pequeña imagen del fanfic original en wattpadd (por que sí, ¡es un fanfic de One Direction!)

No, lo de los 200 millones de leídas no es broma

Y está calificado como PG-13. Tiene escenas pornofestivas, pero está calificado como PG-13. Yo soy la primera que leí escenas pornofestivas a los 13 años, pero les juro que esas al menos estaban en las clasificaciones correctas: M y MA. ¿Qué estaría pensando Anna Todd? Bueno, la trama es sencilla y tonta como película cliché de adolescentes universitarios, sólo que con más escenas porno, chicos tatuados y relaciones abusivas. Hagan de cuenta que el libro lo escribió un guionista de telenovelas de Televisa. ¿Por dónde empiezo a destriparlo?

Bueno, por sus personajes. Empecemos por la narradora, Tessa, que es una chica inocente, pura, frígida, que se cree mejor que los demás, que no bebe, estudiosa, responsable, virgen como si esa cualidad importara y, a mi parecer, bastante insegura. Así enumerados, ningunos de esos adjetivos están mal o dan los ingredientes para un mal personaje. Las chicas inseguras tienen derecho a protagonizar libros, las soberbias, las que son frígidas, las que no beben, responsables, las que quieren un príncipe azul, las que no... básicamente todas. El problema es cuando los personajes tienen una personalidad tan plana que una hoja de papel del más delgado tiene más grosor. En el caso de Tessa, lo que dice y lo que hace, son dos cosas totalmente distintas. ¿Cuál es la verdadera Tessa? No tengo ni idea. Contradecirse es de humanos, pero contradecirse tanto y en todo, es de ir al psicólogo. Lo único que concuerda entre la Tessa que narra y la que actúa es básicamente... que es una controladora y planificadora. Las contradicciones que tiene no son contradicciones humanas, sino contradicciones por el bien de la narración o descuido de la autora, lo que deja a la narración muy mal parada.

Ahora vamos con Harry Styles... digo, Hardin Scott. La única diferencia entre él y Kilgrave, de Jessica Jones es que Kilgrave tenía un poder para controlar a la gente, los hipnotizaba. Hardin no. Así que el hecho de que la gente lo vea como un galán no es algo que solamente me saca de onda, sino que directamente me perturba.  Hardin es un celoso, maniático, controlador y maltratador. Sus cambios de humor, que supongo que son sólo accidentes de Anna Todd por no saber contar una historia, directamente me asustarían en una historia real. ¿En serio esto es lo que alguien considera material de novio? Porque yo más bien lo considero material de villano. Si Hardin no fuera guapo (supuestamente), estaríamos en un capítulo de La Ley y el Orden UVE con feminicidio incluido o mínimo violencia doméstica.

Los demás personajes son los integrantes de One Direction. Están... ahí. Son como floreros o accesorios. Anna Todd los usa como recursos argumentales cuando los necesita y el resto del tiempo se olvida que existen. El problema es cuando cambian de personalidad de manera tan drástica entre una aparición y otra y te preguntas si Anna Todd no olvidó la escena anterior o simplemente es que así necesitaba al personaje para que la trama tuviera sentido. Entre lo más decentemente construido está Steph, que es amigable con Tessa, da buenos consejos y le es leal como amiga y la madre de Tessa, cuya personalidad maniática, controladora, sobreprotectora sobre Tessa pudieron dar un buen conflicto y hacer crecer a Tessa realmente... sin embargo, hacia el final la madre de Tessa se convierte en un recurso argumental burdo, barato y mal utilizado para hacer escenas a la telenovela de la lisiada. Hasta me la imaginé como Itati Cantoral,


Los personajes en realidad no tienen profundidad y de seres humanos suelen tener lo mismo que un alien. La mayoría se identifican por algún par de características tontas y ya, especialmente los amigos de Hardin y Logan (a.k.a los integrantes de One Direction). Hay otros personajes que sólo sirven para contrastar lo buena que es Tessa y que inmediatamente nos pongamos de su lado, lo cual se reduce a un burdo slut shaming

¿El ejemplo? Molly. Es "amiga" (no me queda claro realmente) de la pandilla de Hardin y tiene el cabello rosa, suele vestirse con cosas bastante reveladoras y bebe alcohol, por lo que Tessa inmediatamente la califica de furcia, también porque anda con los chicos libremente. Eso nos lleva a una doble moral muy notoria: a Tessa le intimida que Hardin se haya acostado o haya salido con tantas chicas (más o menos una por semana) y se siente menos porque cree que él ya lo ha visto todo. En ningún momento se pasa por su cabeza que el hecho de que Hardin viva su sexualidad como le sale de los testículos, todo lo irresponsable o responsablemente que quiera, sea algo malo. En cambio, a Molly, mujer, la condena por lo mismo. ¿Ven la doble moral? 


No me voy a meter a hacer juicios morales sobre cómo vive cada quien su sexualidad, eso hasta sobra. Me parece hasta válido que exista un personaje mujer con esas contradicciones y esa doble moral hoy en día: ese tipo de personas existen, esconderlas en la ficción no hará que lo dejen de hacer. Pero la voz de Tessa no es sólo un personaje, es Anna Todd, allí, diciéndonos una y otra vez cómo una chica como Molly es una puta (cuando en realidad para serlo, para empezar, tendría que cobrar) y recordándonos que no queremos ser como ella. Cualquier libro que intente meterte clases de ética o moral by the face es un libro que, sinceramente, para mi sobra y más una moral como esta. Ni que los lectores fueramos pendejos. ¿Qué mensaje está dando el libro? ¿Qué clase de cosa le estamos enseñando a las chicas de hoy? Que los chicos que se acuestan con todas son unos galanes y las chicas que hacen lo mismo unas furcias de pelo rosa. 


Bueno, después del doble rasero importante del libro y que no tengo nada más que marcar en cuanto a personajes (porque si sigo no voy a acabar nunca), vamos a... ¿qué otra parte mala se les ocurre? ¿Narración? ¿Redacción? Anna Todd se saltó la parte de la primaria en la que enseñaban a usar las comas... y también el repaso en la secundaria... y ¿les he contado que en la Universidad me enseñaron a usar las comas otra vez porque la gente todavía no sabía? Pues también se saltó esa parte. Aquí un tweet con cuatro ejemplos (porque es más rápido encontrar los tweets que las imágenes en mi celular).

Y ya entrados en materia, esa clase se la saltó el editor original, el corrector de estilo, quien revisó, quien maquetó y todos los que leyeron esto antes de que se publicara, incluyendo al traductor. Siempre me ha parecido una falta total de respeto que una editorial permita que sus libros salgan con faltas de redacción y de ortografía tan básicas. Sí: la ortografía y la redacción no te dan de entrada una buena historia, pero sin esas dos cosas, simplemente causas mala impresión. Acabo sintiendo que las editoriales lo hacen simplemente porque saben que el libro se va a vender como iPhone en su primer día y que no necesitan esforzarse mucho (y es por eso que uno no debe gastar dinero en libros como este).


Ahora sí vamos a la parte donde planeo detenerme más y hacer un análisis mucho más a fondo: la trama. La trama no es más simple porque no es posible y de hecho toda la sinopsis la resume: Tessa es una universitaria inocente, Hardin es completamente diferente a ella, amor, o mejor dicho, lujuria. Para hacer relleno Tessa tiene un novio al que le pone los cuernos (no, en serio, Tessa per se no es mal personaje sólo por ponerle los cuernos a su novio como tampoco lo es por ser inocente o prejuiciosa, lo es por no estar bien desarrollada) y unos cuantos chicos colados por Tessa, además de otras cosas más... 

La relación entre Tessa y Hardin me parece simplemente perturbadora (más tomando en cuenta de que dicen por ahí que es la fantasía de la autora con Harry Styles) y completamente sana. No es un ideal romántico al que aspirar, como nos lo vende la autora, el marketing y la misma Tessa. El maltrato está ahí desde el día uno y Tessa lo permite una y otra vez, alegando amor eterno o que Hardin puede cambiar por ella. No me opongo a que retraten ese tipo de relaciones en los libros, por mí que cada quien escriba lo que quiera y si eso quieren escribir, que eso escriban: pero que por el amor de Dios (en el que no creo) lo hagan de manera realista y no ignoren las estadísticas. Lo que hace Hardin con Tessa, una y otra vez, no son cosas normales. Que este celoso y la maltrate repetidas veces por eso, que la insulte una y otra vez... eso no es romántico; no lo hace porque la quiere, sino porque la ve como un objeto de su propiedad. No romantizen los celos enfermizos y mucho menos el abuso. Hacia el otro lado no nos encontramos con que Tessa maltrata a Hardin (en realidad se nos presenta como un personaje bastante pasivo a la hora de actuar), pero sí lo cela de una manera insoportable. Son tal para cual en ese detalle: los dos creen que el otro es su accesorio, su llavero... su propiedad. Eso no es un ideal romántico... ¡ni siquiera es algo romántico! Y eso es lo que nos ganamos cuando estamos en una sociedad que insiste en perpetuar frases como "si no te cela, no te quiere". 

¿Quieren ejemplos? ¡Tengo muchísimos! Están en mi twitter. Pero para que vean que no miento, voy a poner unos cuantos aunque esté haciendo la entrada más larga que nada.



¿Qué les dije? ¿Les parece algo normal? ¿Romántico? ¿Algo a lo que aspirar? Sinceramente, espero que la respuesta sea no. Porque si me dicen que sí, entonces estamos jodidos. Que no, que no quiero una relación retratada como un camino de rosas, pero sí algo realista, donde al menos si va a haber violencia (porque la ahí, está tan clara y obvia) la autora no nos insulte prácticamente a la cara y nos diga que eso es romántico. Díganle a alguien que sí ha estado en una situación así y ha salido, a ver que les dice. En serio, Anna Todd, como alguien que ha visto ese tipo de situaciones, simplemente me insulta que creas que has escrito una novela romántica y que tus personajes y su relación es alguna clase de modelo a seguir. ¡No lo son! Me apena que la gente crea eso y no cuestione lo que está en los libros. No porque en un libro aparezca como algo bueno... ¡es bueno! Llevo seis años en este mundo y sigo sin creer que tenga que repetir esa frase más veces de las que Draco Malfoy dice sangre sucia. 


Podría enumerar todo el machismo que hay en el libro y que se presenta como algo normal y normalizado... pero, la mera verdad de la verdad, no acabaría nunca. De hecho, a pesar de ser un libro protagonizado por una mujer, con bastantes personajes femeninos, creo que ni siquiera pasa el test de Bechdel. Las conversaciones, la mayor parte del mundo, se basan en los chicos y en las relaciones o acaban desembocando allí. ¿Que si recomiendo el libro? Por supuesto que no, no recomiendo ni tocarlo con un palo de tres metros en llamas. Pero como no quiero quedarme sin decir algunas cosas respecto a algunos detalles, pues aquí van los spoilers a diestra y siniestra: si no los quieren, pueden dejar de leer. 


SPOILERS, EL QUE AVISA NO ES TRAIDOR

En repetidas partes de la novela Tessa tiene encontronazos con pervertidos de la fraternidad en la que vive Hardin. Hay una escena especialmente que deja mal cuerpo porque Tessa acaba huyendo de un chico que la llama preciosa y está a un tris de tocarla y abusar de ella. Más tarde, Tessa le dice a Hardin, como si nada, como si fuera lo más normal del mundo, que la culpa no era del chico, sino de ella por estar dormida en la misma habitación. Pero... ¿DISCULPA? ¿QUÉ? El victim blaming lo llevamos a la orden del día. Lo que importa no es enseñar a los abusadores a que se controlen, no, sino enseñar a las víctimas que es su culpa y que podrían y, de hecho, deberían evitarlo. El asunto se repite unas veces más, cuando Hardin sugiere que no le gustaría que Tessa anduviera en poca ropa cerca de esos pervertidos. ¿Han visto esa imagen en la que una mujer en topless tiene pintado en el pecho la frase "still not asking for it"?  Bueno, habría que estrellársela a todos los personajes en el libro en la cara. Y a Todd, de paso.

Lo siguiente que quiero discutir es el último plot twist, la idea de darle a la novela una revelación, un clímax, algo en lo que se sostenga. Anna Todd decidió que el final sería que Tessa se enterara que Hardin había apostado su virginidad, después de que ella se fuera a vivir con él y ocurrieran unas cuantas escenas de Hardin evitando que Tessa viera a sus amigos.


Odio la idea de que la virginidad importe tanto. Estamos en una sociedad que le da una importancia descabellada a algo que es simplemente social. Tessa llega a sugerir que no es la misma (o no será la misma, no sé en que parte lo hace) virgen y no virgen. Un planteamiento sencillamente absurdo. La atención que se le da al hecho de que Tessa es virgen, no sólo por parte de los personajes (lo cuál podría estar justificado con una personalidad menos cliché y mejor construida) sino de la misma Tessa y, supongo, la misma autora, es algo exagerado. Sólo se le da atención, además, a la virginidad de las mujeres. 

Ya lo dijo Chimamanda Ngozi Adichie en su su TED talsk: la vara para medir a hombres y mujeres nunca es la misma. Y Ayaan Hirsi Ali habla del culto a la virgen, abordándolo desde el punto de vista musulman, pues ella nació en una familia musulmana somalí; en su libro de ensayos The Caged Virgin habla precisamente de ese culto exagerado que se le tiene a la virginidad de una mujer, tratándolo como si fuera algo precioso no para la mujer, sino para el hombre. Lo enfoca totalmente hacia el islam y los musulmanes, pero tiene un punto: ese culto a la virginidad también existe en otras partes; diferente, si quieren, y mucho menos obvio. Pero está allí: la importancia exagerada que acaba teniendo la virginidad de Tessa en la trama es algo absurdo. El hecho de que Anna Todd haya considerado que una revelación de ese tamaño era capaz de sostener toda la trama me hacen preguntarse si no es ingenua, si no ha visto muchas películas o si sinceramente le parece que es algo relevante


En serio, el libro me insulta. También me divierte, claro que sí, esta tan mal escrito que no puedo evitar reírme, pero por otro lado acabo recordando que todos los elementos malos de la trama están allí porque están normalizados. Que tu pareja te maltrate o te controle en contra de tu voluntad no es algo romántico, nunca lo será. Pero este no es el primer libro que retrata ese tipo de relaciones, es sólo el resultado de otros que han salido y se han vendido como el pan caliente; After sólo esta allí, aprovechando que el mercado todavía no está lo suficientemente sobre saturado de este tipo de historias, regalándonos una más que se venderá como un ideal romántico. ¿Hasta cuanto la gente seguirá comprando esto (nota: no, no lo compré, eso habría sido caer muy bajo)? Porque el fenómeno se acabará cuando simplemente nadie le haga caso. El marketing es el marketing. La oferta existe porque la demanda está allí. Por favor, si lo leen, les pido que piensen si es normal, si es romántico, si es correcto todo lo que está pintado así en el libro. No lo lean sólo por leer.


Ahora pues, y juro que ya es lo último, he hablado varias veces del literary rape, sin ir más lejos, en la última reseña que publiqué, la de Skandalon. Lo mencioné por primera vez cuando leí Life and Death el genderbender de Crepúsculo, pero por si no lo recuerdan, se los pongo aquí debajo. Les diría que siento mucho si me estoy repitiendo, pero creo que el hecho de que tenga que hablar de este mismo tema en muchos libros (¡y libros escritos por mujeres!) demuestra la importancia del asunto. Esto es lo que dice Maggie Stiefvater en un post llamado This is a post about literary rape:
I’m talking about novels where the rape scene could just as easily be any other sort of violent scene and it only becomes about sex because there’s a woman involved. If the genders were swapped, a rape scene wouldn’t have happened. The author would’ve come up with a different sort of scenario/ backstory/ defining moment for a male character. Really, this sort of rape is such a medieval, classical way to tell a story. 

Traducción (hecha por mí): Estoy hablando de novelas donde la violación puede ser cualquier otra clase de violencia y sólo se convierte en algo acerca de sexo porque hay una mujer envuelta. Si los géneros estuvieran cambiados, la violación no habría ocurrido. El autor podría haber creado un escenario/backstory/clímax diferente para un personaje masculino. Realmente, esta clase de violación es una manera demasiado medieval de contar una historia. 
En After no hay ninguna violación que se use como backstory para el desarrollo de un personaje femenino, o como un punto de inflexión donde la violencia sólo se convierte en algo sexual porque hay una mujer. No. Lo de After es peor. Utiliza el burdo recurso de usar una violación para desarrollar a un personaje masculino que la presenció



Tiene un poco de sentido, sí, me imagino que cualquier persona que presencie una escena como esa, quedara impactado, probablemente con algún sindrome post traumático. Está bien. Me repito más que un político en campaña pero la violencia sexual no es un tema que se deba esconder, no es un tabú, es algo que está pasando y cuyas estadísticas son alarmantes. Aun así, hay personas que siguen usando el recurso de una violación en la literatura (o en el cine, o en la TV, en cualquier medio) como un modo de impactar, no de hacer conciencia o visibilizar un problema que aun carga con todos los estigmas del victim blaming ("mira como iba vestida", "lo disfrutó", "estaba borracha", "lo estaba pidiendo"). En este caso, Hardin le cuenta a Tessa como observó que unos borrachos a los que su padre había ofendido violaban a su madre. Me dio hasta arcadas.

Anna Todd está usando la violación de una persona para que seamos más sensibles hacía un muchacho abusivo que maltrata a su novia, para ponerlo como un buen ejemplo. Le da un toque de humanidad, según ella, demostrando que puede ser así de sensible. Que tiene pesadillas cada noche por eso. ¿Saben qué? No puedo respetar a la autora sí. Lo convierte sólo en algo sexual porque hay hombres involucrados. En tragedias gratuitas sólo para demostrar que su personaje es alguien con una conciencia. Si quieren leer buenas tramas que involucren este tipo de abusos, donde todo se trate con el respeto (aunque también la crudeza) que se debería, donde no se usa como un simple recurso burdo, busquen otros libros. No sólo uno que quiere causar mal cuerpo para que nos de compasión un personaje. En serio. Esto no. 

Por leer, yo voy a hacer un Bradley Cooper con este libro... en mi mente,
porque mi kindle no va a salir volando por mi ventana. Ya saben lo que opino. Pero si todavía no les queda claro, Charlie Vintage y yo inauguramos Poulain's Corner con un Stream en vivo de nuestra opinión: Poulain's Corner: After, Anna Todd. Calidad de video 0, calidad de sonido 0, cutrez extrema, pero nos pusimos a hablar (y divagar) frente a una cámara como hora y media.