Divagaciones de una Poulain
by Nea Poulain

lunes, 20 de julio de 2015

La casa en Mango Street, Sandra Cisneros | Reseña

Sinopsis:
La casa en Mango Street es la extraordinaria historia de Esperanza Cordero. Contado a través de una serie de viñetas —a veces desgarradoras, a veces profundamente alegres— es el relato de una niña latina que crece en un barrio de Chicago, inventando por sí misma en qué y en quién se convertirá. Pocos libros de nuestra era han conmovido a tantos lectores.

La casa en Mango Street es un libro diminuto. Pequeñísimo. Apenas tiene 110 páginas según Goodreads y se lee muy rápido, pues está dividido en pequeñas viñetas que retratan, desde los ojos de Esperanza, como es la vida en Mago Street y cómo es su vida. A partir de las viñetas la vemos hacer amigas, enfrentarse al mundo exterior, a Mango Street y decirnos que su nombre no le gusta. Todo visto desde su inocencia, claro, las idas y venidas de sus vecinos, cómo llegan y se van.
Sandra Cisneros es chicana. Latina originaria de Estados Unidos, gente con costumbres propias (lo más famoso, el Cinco de Mayo), que no son propiamente ni americanos, ni mexicanos. Retrata ese ambiente en un libro tan pequeñito que, de alguna manera, te hace sentir parte. Las viñetas casi siempre son pequeñas y conocemos a multitud de personajes. Unas chicas se casan por sólo huir de su padre y se encuentran con un esposo que no las quiere dejar salir a la calle; otras viven encerradas porque sus esposos creen que son demasiado bonitas y podrían huir... Otros viven con la añoranza de regresar a sus ciudades de origen a sus pueblos, a los lugares donde de crecieron y se niegan a aprender inglés del todo. Las historias se entrelazan todas en los ojos de Esperanza, que simplemente nos cuenta cómo son las cosas en un entorno al que no quiere pertenecer. 

La casa en Mango Street no es una casa que pueda llamar casa, según ella, que ya se ha enfrentado a las miradas de pena al señalar los lugares en los que ha vivido. Necesita una casa blanca, con jardín y árboles, para poder llamarla casa. Por lo pronto, está en Mango Street y una parte de ella siempre se quedará en Mango Street.

Los ojos tienen miedo del barrio, dice, pero es que no lo conocen. Allí todo es, dentro de lo que cabe, tranquilo. Un chico les da un paseo en un coche robado y los hace bajar cuando oye las sirenas,  un viejo paga dólares a cambio de besos. Allí es donde Esperanza ve nacer su pubertad y su adolescencia. Por su manera de narrar, todos los personajes se vuelven de carne y hueso a tus ojos, todo se vuelve creíble, las situaciones, que podrían ser tan desgarradoras (y muchas veces lo son), se narran con sencillez, porque Esperanza no tiene otro modo de narrar las cosas. 

Retrata muy bien un modo de vida que yo apenas conozco de palabras. La mitad de la familia de mi mamá está en Estados Unidos. Y llegaron así como Esperanza, probablemente a un lugar mucho menos acogedor que Mango Street

Como detalle, me encantó encontrarme entre las páginas con ese:

dos y dos son cuatro
cuatro y dos son seis
seis y dos son ocho
y ocho dieciséis.
 

Una versión diferente a la que conozco, porque todas las versiones son distintas, pero es un juego que conozco de toda la vida y que se seguirá jugando, pase lo que pase. 

El libro, en general, me ha encantado. La voz narrativa es definitivamente su mejor cualidad, una delicia. Esa inocencia (y un poco pérdida de ella) a la que se enfrenta Esperanza, ese mundo en el que vive y nos presenta cómo si no fuera la gran cosa todo lo que pasa con su familia. Viven en un barrio donde dos cada de tres noches alguien muere baleado, y si no es allí, al menos es cerca. A veces no los reclaman, porque su familia está lejos, muy al sur. Esas familias que nunca sabrán que fue de los suyos, porque un día se fueron al norte y nunca volvieron a saber de ellos. 

A ver, por si no lo he dejado ya suficientemente claro: el libro es precioso. Precioso en mayúsculas y con neón. Yo me lo leí en una madrugada, pero como eso no suele ser identificador de nada (porque yo me leo hasta malos libros en poco tiempo), pues diré que, el tiempo que estuve leyendo, no sentí deseos de levantar la vista.  

De verdad, se lo recomiendo a todo el mundo. A quien quiera oírme. Es un libro que no es del todo feliz, con muchas partes desgarradoras, que te deja con sentimientos encontrados. Porque algo tan triste no puede ser tan bonito.

sábado, 18 de julio de 2015

El libro de los portales, Laura Gallego | Reseña

Advertencia: Hay spoilers menores (algunos más grandes) todos marcados dentro de la reseña. Si quieren leerla y pasarlos por alto, no hay problema. 

Sinopsis: Los pintores de la Academia de los Portales son los únicos que saben cómo dibujar los extraordinarios portales de viaje que constituyen la red de comunicación y transporte más importante de Darusia. Sus rígidas normas y su exhaustiva formación garantizan una impecable profesionalidad y perfección técnica en todos sus trabajos.
Cuando Tabit, estudiante de último año en la Academia, recibe el encargo de pintar un portal para un humilde campesino, no imagina que está a punto de verse involucrado en una trama de intrigas y secretos que podría sacudir los mismos cimientos de la institución.

Leí este libro hace bastante porque me lo compré en una FIL Zócalo, teniendo aún fe en Laura Gallego. Este libro es la muestra total de por qué sus libros más cortos me parecen magistrales y no he querido volver a abrir Memorias de Idhún para encontrarme con que una parte más crítica de mí les encuentra errores. No es el mejor libro de Laura Gallego y de hecho me dejó sin saber que pensar. Tiene puntos fuertes, pero los puntos débiles acaban rebasado el libro por todos lados y es casi imposible encontrarle algo que lo rescate. Pero bueno, ¿por dónde empezamos? 

La sinopsis que puse arriba es un poco mentirosa, debo aclarar. Al menos al final. Quizá el propósito de Laura Gallego era que en su libro se mostrara como se tambaleaba una institución, pero realmente no vi eso en ninguna parte. Sin embargo, no planeo ponerme a spoilear el libro en el segundo párrafo de la reseña, así que vamos en orden. 

Uno de los puntos fuertes es la construcción de un Reino que vive a base e portales. Laura Gallego sabe construir mundos fantásticos y este, aunque más flojo que otros que he conocido, no es la excepción. Toda su teoría con base en los portales es maravillosa y la trata como ciencia, no como magia. Muchos podrán decir que no es ciencia, es magia, pero creo que deben recordar que no lo vemos desde el punto de vista de nuestro mundo, sino del mundo en el que habitan los personajes. Toda la institución de la Academia está bien montada, aunque tiene detalles que se tambalean si los sobre analizas. Algunas cosas, como el hecho de que se nieguen a innovar en las formas de los portales probablemente se deba a lo arcaico de la institución. En fin, un punto por la construcción del mundo.

En el área personajil hay de todo. Tabit es un personaje sólido, pero eso es porque no tenemos oportunidad de ver un gran trasfondo de él hasta más o menos la mitad de la novela y no nos explica su pasado hasta prácticamente el final (y se empieza a tambalear por allí mismo). Pude, más o menos, identificarme con algunas partes de su poca personalidad, lo que me dice que Laura Gallego fue capaz de hacerlo tridimensional, pero que le faltó mucho al personaje para que me lo creyera, pues al momento de verlo en una escena más dramática, todo se cae a pedazos. Es sacar a Tabit del ambiente general de la novela y arrojarlo al drama cuando el personaje pierde demasiada fuerza.


Sus amigos no aparecen mucho y están caracterizados según detalles obvios: como el chico que le cuesta trabajo aprobar todo, la chica medio rica medio estudiosa... Parecen sacados de película adolescente y metidos en un mundo medieval en una Academia de Portales. Los arquetipos son medianamente perdonables a su poca participación en la novela. 

Caliandra es otro asunto. Mujer fuerte, femenina, inteligente y con un instinto realmente artístico. Cuestiona las normas más antiguas de la Academia... pero tampoco sabemos nada más allá. Sólo conocemos su faceta como alumna gran parte de la novela. Tiene algún interés amoroso que nunca llega a consumarse, pero esa trama parece cortada de tajo, como si Laura hubiera cambiado de idea a medio libro. Al final, somos capaces de verla más humana, sí, pero también roza lo Mary Sue durante unos momentos, cuando resulta ser la estudiante más joven que nunca entró a la Academia de los portales (SPOILER pues entró a los trece años, y no a los quince, después de aprobar el examen que le hacen a aquellos que quieren obtener una beca FIN SPOILER). 

Los cuidados antagonistas dicen ¡hola!
Cali y Tabit son contrarios en el ámbito académico, contrastan, así se nos presentan y es por eso que creo que su relación amistosa se pudo enfocar de otra forma diferente, pues una vez que empiezan a colaborar, parecen no tener ningún desacuerdo demasiado grande nunca, algo que me suena sumamente inverosímil. En fin, pero yo no soy la autora, sólo doy mi opinión. 

Yunek, en cambio, es uno de los personajes más sólidos que se han visto. Capaz de hacer de todo por su familia, hasta el final, es fiel a ella y a nada más. Cometió un error en el pasado y desde entonces trata de arreglarlo, pero realmente no sabe cómo y empieza a navegar en un océano de soluciones fáciles que no lo va a llevar a ningún lado. Es un persona sólido, fiel a sí mismo y que en general no está desaprovechado en la novela; me pareció el más humano (con todas sus contradicciones), pero no fue mi favorito. Sentía que le faltaba algo. 

Tash y Rodak son los dos personajes faltantes del cuadro, más inútiles que nada. Tash es una chica que se viste de chico porque su papá no pudo tener hijos y sólo es útil por el asunto de la bodarita azul (el material que usan para pintar los portales) y Rodak... Bueno, para que vean la inutilidad, tuve que ir a consultar al libro para acordarme del libro. Repitan detrás de mí: No crees personajes inútiles y, si ya los creaste, al menos que no salgan haciendo bulto en toda la novela. Rodak se suponía que era toda una transgresión, porque al chico le gustan los chicos... Se trata con normalidad y todo, pero en serio, no aporta nada a la trama

Los antagonistas son un chiste, una caricatura de sí mismos, apenas consiguen escenas y parecen antagónicos poco creíbles, realmente no aportan nada... Fin

Ahora, vamos a la parte peliaguda de la novela: la trama. La trama que se arma en el libro es un conjunto de demasiadas cosas. Laura Gallego quiso abarcar mucho en muy poco (sí, casi 500 páginas se quedan cortas con este libro) y al final no le funcionó. Hubiera funcionado en un libro de 500 páginas más, mucho más desarrollado, pero también mucho más aburrido, porque la mitad de las cosas no tienen el suficiente interés,


¿Cuáles son las variables que entran en toda la trama? Viajes en el tiempo (terriblemente desaprovechados, mal enfocados), una conspiración que todos creen que es un mito (trama apresurada, que requiere de deducciones más agudas que las de Sherlock Holmes), una crisis institucional porque la bodarita se está acabando (así como aquí el dilema con el petroleo y que hubiera sido mucho más interesante si se hubiera enfocado bien y se hubiera hecho una crítica real a la institución de los pintores de portales, pero que acaba siendo sólo relleno aburrido con una fácil resolución porque ya se le había acabado el libro a Laura), portales que van a otros mundos/universos (igualmente, apenas relleno desaprovechado), traiciones (interesante, pero irrelevante también), un asesinato que ocurrió más de veinte años atrás que a nadie le importa, ni a la autora, porque aunque se resuelve, es tan poco importante y relevante para el cuadro completo que es perfectamente olvidable. 

Ahora, ¿de qué se trata el libro en realidad? De dos estudiantes, Tabit y Caliandra, buscando a un desaparecido Maese Belban (ella porque era su aprendiz, él porque... sí). ¿Qué tiene que ver esto con todo lo que mencioné arriba? Todo, absolutamente. Todo está vinculado a la desaparición de manera bastante complicada y a menudo muy poco creíble; Tabit relaciona cosas que otro no sería capaz de relacionar y nos sale mejor que Shelock Holmes. Yo lo diagnosticaría paranoide. Es un error difícil de ver porque los que vemos el cuadro completo somos los lectores y a menudo tendemos a creer que también los personajes lo hacen, pero no. Tabit sólo tiene una pequeña vista al cuadro, saca conclusiones que sólo los lectores sacarían... o que ni ellos sacarían. 


Así que tenemos un rompecabezas amorfo, en general aburrido, porque los personajes pasan más tiempo hablando que haciendo cosas gran parte del libro, un montón de relleno y una voz narrativa que invita a dormir. Laura Gallego tiene sólo una voz narrativa que no ha cambiado nunca (más que en Dos velas para el diablo, narrado en primera persona en presenta) que le ha funcionado con más o menos éxito otras veces (Finis mundi, El Coleccionista de relojes extraordinarios, ambos libros que me agradan), pero aquí no. ¿Cuál es el problema? El narrador omnipresente que nos acompaña durante toda la novela intenta adecuarse al personaje que tiene el punto de vista principal en la escena y fracasa, así que todos los personajes suenan igual y tu mente grita "¡ABURRIDO!"

Rapidez con la que se resuelve todo.
Añada un toque de absurdo.
¿Después de toda esta tesis de por qué el libro no es realmente tan bueno? Bueno, la naturalidad en los diálogos se suicidó, la elocuencia de los personajes no para por elocuencia, sino por pendejez, el final es apresurado en narración y en ejecución, los personajes sufren de OOC (Out Of Character) de parte de la propia autora y... al no tener tiempo para explicar qué pasa con todos sus personajes relleno al final, hace que Tabit se lo cuente a otro personaje algunos años en el futuro. Nada más que ese epílogo parece narrado y actuado por robots

Ahora, un pequeño apunte al margen... 

Los cimientos de la institución de los pintores (Maeses) de portales nunca se ven realmente afectados. Las cosas que los amenazaban durante la trama nunca tienen una relevancia real. Por ejemplo, si hubiera estado en mi mano, hubiera criticado más fuertemente la institución, pero Tabit se conforma, acepta las reglas. Cali ve un poco más los errores, pero no los cuestiona realmente. Por ejemplo, SPOILER cuando un maese traiciona a la Academia y enseña a alguien que no pertenece a ella a pintar un portal le cortan los tendones de las manos para que no pueda volver a pintar y la lengua, para que no transmita el secreto. Eso es altamente criticable, pero simplemente se ve normal. Lo hubiera aceptado, porque estamos en otro mundo, con otras reglas, si la conspiración que ocurre durante medio libro no hubiera atacado justamente ese punto con argumentos perfectamente razonables. FIN SPOILERS


Así que, en resumen, ¿qué tenemos? Un libro interesante en su planteamiento, fallido en su ejecución, con un par de frases y escenas buenas, que se quedan en eso, sin realmente ir más allá. La trama en general es un rompecabezas amorfo mal resulto y mal pegado. A pesar de todo ello, creo que quienes disfruten del género fantástico, podrán encontrar que el mundo está bien planteado y las explicaciones técnicas sobre los portales de Laura son mínimamente interesantes. Sin embargo, los puntos malos rebasan a los buenos y no sé si recomendarlo

jueves, 16 de julio de 2015

Fantástica Juvenil que vale la pena

¡Hola! Bueno, hace poco publiqué la entrada Distopías que valen la pena y por alguna razón tuvo bastante éxito y a mucha gente le gusto. Así que me dije, ¿por qué no hacer otro más? Bueno, esta vez voy a hablar de Fantástica, en especial Juvenil (Fantástica en general lo dejaré para después). ¿Listos? La única aclaración es que aquí habrá muy pocos libros actuales, en especial porque no he leído casi nada de Fantástica Juvenil actual y que fenómenos del tamaño de Harry Potter no entran aquí, esos ya todo el mundo los conoce (y en serio, lean Harry Potter, me cambio la vida).

Stravaganza, Mary Hoffman



Destino los descontinúo hace tiempo, antes de publicar el tercero. Otra editorial en español tomó el relevo de la historia, pero no sé como estará ahora. Los primeros aún se pueden conseguir en español, lamentablemente, el resto, que yo sepa no. La saga, protagonizada por adolescentes normales de Inglaterra que se convierten en Stravagantes (capaces de viajar a otra dimensión) y descubren Talia, una versión extraña de Italia, cada libro ambientado en una ciudad diferente, que tiene su contraparte en el mundo real. Romula y Roma, Remora y Siena, Bellezza y Venecia... y así. Cada stravagante se tiene que enfrentar a diversos problemas cuando viaja, pues la Talia de ese entonces está llena de familias que quieren disputarse el poder. 

Finis Mundi, Laura Gallego


Últimamente Laura Gallego no acierta demasiado bien en cuanto a libros, pero este, el primero que publicó, ganador del Premio El Barco de Vapor, es uno de los mejores en cuánto al fin del mundo he leído. Un joven monje, Michel, huye de su monasterio después de haber encontrado unos extraños manuscritos que dicen que el mundo terminará justo con la llegada del año 1000 d.C. Estamos en 997, en pleno auge de la Edad Media, y Michel, que después de haber pasado toda su vida en el monasterio no sabe exactamente a donde ir (además de que habrá multitud de obstáculos para él), busca desesperadamente la ayuda de alguien que tenga más conocimiento del mundo que él y es así como se encuentra con Mattius, el juglar, que lo arrastra por todo tipo de lugares, lo mete en casas de judíos, y lo lleva a cuestas allá a donde los manuscritos dicen que hay que ir. Ayuda nunca les falta, pero problemas tampoco. Es un libro cortito, entretenido, con la fantasía justa, protagonizado por tres personajes muy diferentes, que evidentemente hacen contraste. De mis cosas favoritas de Laura Gallego, realmente, dejando de lado sus libros mucho más vendidos. 

El guardián de los dragones, Carole Wilkinson


Antaño,en china, la posición de Guardián de los dragones era respetada. Sólo aquellos que habían nacido con él don de hablar con un dragón y podían entenderlo, aspiraban a obtenerla. Sin embargo, ahora los dragones, descuidados, moribundos, dependen de los cuidados de una pequeña esclava sin nombre y de un hombre que no sabe lo que es cuidar a un dragón. Descubrí estos libros más pequeña y no pude resistirme a leerlos porque tenía dragones. Al principio el dragón viejo es causa de toda la desesperación de la joven niña esclava, Ping, porque es un dragón viejo y sabio, como el abuelo que te sermonea que nunca has tenido. Poco a poco, Ping y él se van entendiendo, huyendo de un cazador, de los agentes del emperador y del mismo emperador, que aspira a convertirse en inmortal.

Este libro es parte de una trilogía (ahora tetralogía, me parece, aunque no leí el cuatro), siendo la segunda parte El jardín del dragón púrpura y la tercera, La luna del dragón.  

Corazón de tinta, Cornelia Funke


¿Alguna vez has soñado con sacar a los personajes de los libros mientras lees en voz alta? Seguramente es el sueño de mucha gente, sin embargo, la cosa nunca puede salir tan bien: podrías sacar a los villanos más crueles. O peor aún: por cada cosa que sale, una entra. ¿Qué te arriesgarías a perder entre las páginas de un libro con un mundo cruel? Meggie, la hija de Mo, no entiende por qué la única copia que su padre tiene de un libro desconocido, llamado Corazón de Tinta es tan importante, hasta que aparece un hombre llamado Dedos Polvorientos (nombre curioso), a advertirles que Capricornio los está buscando. Nombres curiosos, se dice Meggie, pero antes de que pueda preguntar quién es esa gente tan rara Mo la ha metido en el carro y se ha marchado cual fugitivo hasta la casa de la Tía Elinor, una mujer a la que no le hacen demasiada gracia los niños. 

Esta es la primer parte de una trilogía (que lamentablemente, va de más a menos y por eso me limito a recomendar sólo su primera parte), y, aunque los personajes a veces pecan de excesivamente inocentes, no temo decir que este es un libro buenísimo, con apariciones estelares de Rapunzel, uno de los cuarenta ladrones (al que sus compañeros no van a extrañar) de Las mil y una noches y Toto, de el Mago de Oz.

La saga de los confines, Liliana Bodoc



Creo que si han revisado el blog aunque sea un poquito, ya sabrán que amo completamente esta trilogía. Es como el amor de mi vida en forma de libros, porque es de una autora latinoamericana (y ya sabemos la poca juvenil latina que hay disponible), porque es fantasía épica en todo sentido y porque es fantasía épica inspirada en las culturas latinas antiguas. Incas, mapuches, aztecas, mayas inspiran a los zitzahay, los husihuilkes, los señores del sol... Quizá, la única crítica que podría marcarle es la pobre división de escenas que hay en el libro, pero por lo demás, incluso el lenguaje profundamente poético me gustó. La historia esta muy bien planteada y tiene grandes paralelismos con la Conquista de América (con marcadas diferencias, por supuesto) y criaturas como lamellos en vez de caballos, y penachos y religiones antiguas.

Bueno, ahora, ya lo saben, ¡a leer!

martes, 14 de julio de 2015

El teorema Katherine, John Green | Reseña

Sinopsis: Según Colin Singleton existen dos tipos de persona: los que dejan y los que son dejados. Él, sin duda, pertenece al segundo. Su última ex, Katherine XIX, no es una reina, sino la Katherine número diecinueve que le ha roto el corazón.Para escapar de su mal de amores, y con el propósito de hallar un teorema que explique su maldición de las Katherines, Colin emprende junto a su amigo Hassan una aventura que le llevará a Gutshot, un pueblecito de Tennessee, y a la sospecha de que en la vida la inteligencia no siempre es la mejor compañera de viaje.

Si usted odia:
a) los anagramas.
b) las preguntas tontas que se hacen las personas a las que dejan sus novios/as.
c) los datos curiosos.
d) los pies de página.
e) dos o más de las anteriores.

Este no es un libro para usted. Durante las páginas del teorema Katherine tenemos un abuso de todos esos elementos enlistados arriba que dejan de parecer graciosos como a la página diez. Considero este el libro peor logrado de John Green y a Buscando a Alaska y a Bajo la misma estrella no les dediqué palabras especialmente halagadoras (Bajo la misma estrella se llevó un comentario bueno en cuanto a la construcción de algunos personajes, Buscando a Alaska sólo por ciertos pasajes). Creo que no hay nada que quiera rescatar de este libro.

Como por algún lado tengo que empezar la crítica, vamos a empezar por Colin Singleton. El niño es un niño prodigio cuya utilidad para la vida es nula, sabe once idiomas (envidia), lee cuatrocientas páginas al día (ni yo sé como, que me acabo de marcar récords personajes leyendo 250), hace relaciones raras con datos en su cabeza, usa palabras raras y pedantes, no sabe que es realmente interesante en una conversación normal (un esfínter pupilar, no) y, bueno, no está especialmente arriba en la escala social. No es muy difícil comprender por qué. Sólo es bueno memorizando cosas, la verdad, así que no le encontré la verdadera inteligencia y además se marca el teorema matemático menos fundamentado del mundo.


Me pareció tierno que cuando era pequeño le gustara jugar a ser un robot sabelotodo (que era realmente lo único a lo que sabía jugar), pero poco más. Colin es muy inseguro y es ese el rasgo que está mejor mostrado sobre él en el libro (siempre preguntándose si gusta, si lo que va a decir es correcto, si es buen novio, si es buen amigo...), porque bueno, está intentando demostrar que sus relaciones tienen una representación matemática. ¿Dato curioso inútil? Ha tenido diecinueve novias en distintas etapas de su vida, todas llamadas Katherine (no Catherine) y todas lo han dejado a él.

Tenemos también a Lindsay, un personaje que vive la vida actuando: ella misma lo dice, con los viejitos tiene acento sureño, con su novio es la chica popular, con Colin una aficionada a las gráficas que cuentan historias. No es un personaje demasiado bien armado, pero se defiende relativamente. Hassan, el mejor amigo de Colin, es, por el contrario, el graciosete de turno y la mayor parte del libro da risa, sí. Me hubiera gustado conocerlo un poco más, pero en general como personaje me ha gustado y sólo he creído que le ha faltado un poco de más protagonismo para que no viéramos sólo la parte graciosa. Es musulmán, no tiene demasiadas ganas de ir a la universidad, ni de besar chicas con las que no se va a casar, usa muchas palabras en árabe y... bueno, en general está bien. Es un poco bueno para nada y a lo largo del libro eso no cambia, por lo que el personaje no evoluciona demasiado, lamentablemente. Nos da una sorpresa al final, pero no más.

Para el resto de los personajes... pues, tenemos al novio de Lindsay, El Otro Colin (EOC), unos cuantos tíos cuyo nombre no recuerda y Katrina, una chica buena, sexy y popular. Algo así como el estereotipo de las porristas en las películas de instituto gringas. Tenemos a los padres de Colin y a los de Hassan, pero a John Green parece que le estorban, así que no tienen realmente un papel importante en la novela, simplemente se dedican a... no, ni a estar allí. El único papel que tienen es que Colin les llame por teléfono. La madre de Lindsay, Hollis, es, básicamente, la rica del pueblo, le da trabajo a todo el mundo. Y no hay más personajes con verdadera relevancia, además de que los protagonistas a menudo suenan forzados o no muy naturales.

Ahora vamos con la trama. Es una trama sencilla, introducción (a Colin lo han dejado diecinueve chicas llamadas Katherine), desarrollo (Colin se va de viaje en carretera y acaba en Gutshot, Tenneesse), nudo y desenlace. En el camino, obsesionado por que diecinueve chicas lo hayan dejado, empieza a trabajar en un teorema matemático que exprese sus relaciones en una gráfica. La gráfica apunta hacia abajo cuando es la chica quien deja al chico, y la gráfica apunta hacia arriba cuando es el chico quien lo hace. ¿Tiene sentido? Por supuesto que no, como la mitad de las cosas que pasan en matemáticas. Sin embargo, mis problemas con las matemáticas de John Green empieza cuando, al parecer, incapaz de hacer funcionar el teorema, va metiendo más variables (hasta allí, todo bien todavía) de las cosas que influyen en la relación: popularidad, aspecto físico, etcétera. Sin embargo, la fórmula no es producto de un análisis, ni de nada, o no lo parece. Básicamente Colin se dedica a meter todo al azar a ver si funciona y, obviamente, después de mil intentos, algo funciona. La fórmula es larga, tiene un seno, muchas cosas, no recuerdo más (no, no es bonita, Juan Verde, una fórmula así causa pesadillas). 

Hay un apéndice de matemáticas en el libro que se me hizo exageradamente básico, pero hablo por mí, no me atrevo a decir nada más porque bueno, en mi carrera hay gente que no sabe graficar una parábola (¡una parábola!). 

Por lo demás, sí, esa es la trama, pasan cosas mientras Colin hace su teorema y piensa en las Katherines. Por supuesto, las cosas que pasan son mucho más interesantes que Colin haciendo su teorema. Trabajan para Hollis, grabando los testimonios de mucha gente que vive en el pueblo, sobre si cambiarían de pueblo, si vivirían en otra parte, qué hacen... Vamos, es un testimonio que Hollis quiere dejar para sus nietos. Me pareció algo tierno de parte de Hollis y así nos da tiempo para conocer algunas caras curiosas en Gutshot. Durante esos días Lindsay huye del trabajo para estar con su novio, Hassan hace nuevos amigos que a Colin no le gusta y Colin está preguntándose por enésima vez por qué Katherin XIX lo dejó. Un chico muy entretenido, nuestro Colin. 

Tenemos vistazos al pasado de Colin (algunos tan extraños como increíbles), siendo de los mejores, su relación con Katherine I, La Grande (una relación de dos minutos y medio) y sus experiencias como niño anormal. Hay cosas que lo hacen prácticamente estar a un paso de la categoría de Gary Stu, al menos tratándose de intelecto, pero siempre tenemos su inseguridad (que es molesta, no mentiré) como recordatorio constante de que no es muy perfecto que digamos. Eso John Green lo desarrolló bastante bien, le daré el mérito, pero hay un pequeño problema. 

Pequeñísimo, de hecho. La narración de John Green. Voz narrativa... no es muy agradable, es como tener a Colin en nuestra cabeza y al mismo tiempo a un pedante sabelotodo que todo el rato está soltándonos datos curiosos inútiles (en su gran mayoría) y tenemos el recuerdo constante de que Colin es inteligente: ¡ya lo muestras, Green, o al menos lo intentas, deja de decírnoslo con esas palabras! Pero bueno, la mitad de las notas al pie nada más te causan la impresión de que John Green estaba tal que así: 


Así que en general, lamentablemente, el libro es bastante aburrido, el final predecible más o menos desde la mitad (con detalles de más o de menos) y la moraleja final, estúpida con todas sus letras. Tres libros y sigo confirmando que de verdad, Juan Verde y yo no nos llevamos. Me gusta su sentido del humor alguna veces, sus vlogs, pero sus libros no. Exceptuando a los protagonistas de Bajo la misma estrella, todos los demás son los mismos arquetipos una y otra vez y las tramas se parecen. Los clichés repetidos son los mismos, aquí sólo cambiamos de la obsesión por las últimas palabras de la gente famosa (creo recordar) por los anagramas y al Coronel por Hassan y listo. Tanta originalidad no mata, en serio.

En general la novela está llena de relleno, con pasajes inútiles y poco entretenidos, y acaba convertida (muy lejos de sus pretensiones iniciales) en una plasta adolescente común y corriente que no se distingue en lo absoluto del resto. Vamos, que muy original no es, el planteamiento matemático no se sostiene por muchos lados (porque más bien parece una fórmula hecha al azar en muchos sentidos), los personajes no son exageradamente agradables, Colin en general desespera y no evoluciona lo suficiente como para convertirse en alguien del todo agradable. Y, por supuesto, mi queja normal ya que hablamos de John Green: ¡no tienes naturalidad en los diálogos! Juan Verde parece entender a los adolescentes, pero no su manera de hablar y le acaban saliendo un montón de pedantes traumados complicados con problemas existenciales que se arreglarían de sólo ir al psicólogo. En su mayoría.

Así que el veredicto final sobre esta novela es:


domingo, 12 de julio de 2015

Cómo (no) escribir una novela romántica

¿Quiere escribir una novela romántica plagada de clichés, cero original, que cualquier editorial desesperada por hacer dinero le publicará para lanzarlo a la fama? Sólo tiene que seguir los siguientes sencillos pasos y le aseguro que acabará con una novela romántica (o trilogía, depende de cuanto quiera exprimir a la gallina de los huevos de oro) completamente infumable, llena de clichés baratos de película de instituto gringo, con pesronajes planos y una trama nula. No necesita mucho, sólo un lugar donde escribir su bodrio a la medida.


1. La protagonista primero. Para la chica, el ideal es una estudiante de Literatura Inglesa (o cualquier otra carrera de letras). ¿No tiene ni idea de la carrera? Bueno, no se preocupe, simplemente haga un par de referencias a Orgullo y Prejuicio, el libro de Jane Austen, haciendo que la protagonista se compare con Lizzie Bennett a quien obviamente se parece. Por lo demás, recuerde decir que nunca ha tenido novio (o sólo ha tenido uno, nadie quiere leer de una chica que ha salido con todos), que es muy inocente y si se puede, cuele por ahí también su virginidad. Muy importante lo último. Por lo demás, su personalidad es muy simple y tiene un par de rasgos (estúpidos) muy distintivos: morderse el labio (hasta sacarse sangre), ponerse el cabello detrás de la oreja, rascarse la oreja, ruborizarse como tomate. Ya verá usted. Por lo demás, no tiene personalidad y se deja mangonear por todo el mundo, sin tener opinión propia. ¡Listo! Tiene a su protagonista perfecta.

Ahí la tiene: ejemplo perfecto
2. Obviamente, después va el protagonista. El rasgo más distintivo, y el único que realmente importa, es que sea guapo cual galán de telenovela. Masculino, quizá con un poco de barba, joven y atractivo para que nuestra chica caiga en sus garras en menos de un milisegundo. ¿Qué más necesita su protagonista? Ser machista, posesivo, celoso, muy celoso, tener traumas de la infancia; básicamente, el ingrediente perfecto para una relación amorosa destructiva. Sin embargo, para que sus lectores no se den cuenta de esto, recuerde decir que en el fondo es muy dulce y que sólo necesita de una mujer para arreglarlo. Ignore a su consciencia que le dice que en la vida real, una relación entre sus dos protagonistas acabaría en violencia de género; eso a los lectores y editoriales no les importa. ¿Cómo bonus? Que sea rico, asquerosamente rico, si no, a nadie le va a gustar

Ejemplo perfecto no. 1
Ejemplo perfecto no. 2
3. La relación "amorosa". Píntela como la ultimate love story, haga que todas sus lectoras digan lo tierna que es. ¿Cómo hace esto? ¡Muy fácil! Haga que la chica se deje mangonear por el protagonista, como siempre y que la relación sólo esté basada en lo físico. Ponga frases románticas del estilo: "eres mía", "te quiero y por eso no puedes hacer...", "siempre serás mía", "no puedes escapar de mí"; ¿qué no son románticas sino que algunas dan miedo? ¡No importa! A nadie le importa eso, recuerde lo celoso y posesivo que es su protagonista. Además, no olvide inspirarse en la peor película porno que haya visto para escribir las escenas subiditas de tono, a nadie le importa el realismo y su chica virgen (y en general, mojigata) bien puede resultar una diosa del sexo. Por otro lado, para marcar más aún su romance, no olvide que la chica se tiene que quedar imbécil cada que admira la guapura de su pareja y se crea fea en comparación. ¡Qué subidón de autoestima! No necesita nada más. ¿Un desarrollo profundo? ¿Qué es eso? 

4. Escriba paja para llenar al menos 300 páginas. Citas, encuentros en cafeterías, quizá alguna ex loca del protagonista que quiera ponerle las cosas difícil, métalos en problemas con la mafia si su protagonista es mafioso, haga que alguien intente matar a la chica por razones completamente absurdas. Añada algunos amigos y personajes desechables para la ocasión y pinte siempre siempre siempre a su protagonista como una irritante damisela en apuros. Escriba un final cursi digno de Nicholas Sparks y vea a su pareja caminar agarrados de la mano hasta el infinito. Claro que si quiere escribir más libros, sepárelos para tener una excusa cuando los vuelva a reunir, en la segunda parte.

5. Échese a dormir o siéntese a esperar, lo que usted prefiera. Si escribió todo bien, obtendrá reacciones como las siguientes: 


6. Cuando sienta que el fenómeno se está acabando, escriba más libros malos. Si ya no tiene que escribir porque acabó la historia, simplemente reescriba el primer libro desde el punto de vista del protagonista masculino, y no de la chica. ¿Que no le parece original? No se preocupe, no es el primero en hacerlo: 

En serio, ¡¿QUE CLASE DE KARMA ESTAMOS PAGANDO?!
No olvide incluir pasajes perturbadores como este:
Como bonus, no olvide decir que la gente que critica la relación amorosa de sus protagonistas (diciendo diciendo que es enfermiza y abusiva) son reprimidos mojigatos que no entienden nada del amor. Si puede, venda los derechos de su libros basura a un estudio cinematográfico y hágase más rico. Luego ríase de todos los idiotas que siguen pobres con sueños de publicar un libro

viernes, 10 de julio de 2015

Todas las hadas del reino, Laura Gallego (#LCHaditas) | Reseña

ADVERTENCIA: Esta reseña contiene spoilers por todas partes (los spoilers mayores irán marcados, como siempre). El que avisa no es traidor. Claro que si no has leído el libro y no te interesa spoilearte de lo lindo puedes visitar mi reseña de Todas las hadas del reino sin spoilers en PlusbitsMx.

Sinopsis: Un nuevo cuento de hadas protagonizado por un personaje tradicionalmente secundario; el hada madrina. Una novela ambientada en un mundo de fantasía, que evoca a los cuentos clásicos de siempre, pero al mismo tiempo plantea un ahistoria diferente repleta de magia, aventuras e intrigas. Camelia es un hada que lleva trescientos años ayudando con gran eficacia a jóvenes doncellas y aspirantes a héroe para que alcancen sus propios finales felices. Su magia y su ingenio nunca le han fallado, pero todo empieza a complicarse cuando le encomiendan a Simón, un mozo de cuadra que necesita su ayuda desesperadamente. Camelia ha solucionado casos más difíciles; pero, por algún motivo, con Simón las cosas comienzan a torcerse de forma inexplicable.

Okey, ¿qué tenemos aquí? Un cuento de hadas moderno, más o menos. Por primera vez, la protagonista de la aventura es el hada madrina y no sus ahijados que tienen que hacer hasta cosas imposibles para tener un final feliz. Admito que la premisa (como casi todas las de los libros de Laura) es interesante y sí me dio ganas de leer el libro. Sin embargo, después de no haberme convencido completamente con Donde los árboles cantan y El libro de los portales (reseña pendiente de publicar), no me animaba. Sin embargo, se organizó una lectura conjunta desde Rapsodia Literaria y Entre letras y café, así que me animé. Sólo fuimos cuatro personas, pero definitivamente me entretuve y pude contrastar opiniones con más gente. 

Así que, al analizar el libro, me di cuenta de que extraño las tramas más simples de Laura. El problema con este libro y con El libro de los portales es precisamente la cantidad de personajes inútiles que tienen merodeando por sus páginas. De hecho, los tres primeros capítulos la pasamos conociendo a un set de personajes que nunca habremos de volver a ver, exceptuando, por supuesto, a Camelia. Los demás ahijados son completamente prescindibles y, debido a que su historia jamás tiene un desenlace propiamente dicho, Laura podría haber cortado todas sus páginas; prácticamente, no aportan nada al libro

Además, al ser el resto de los personajes planos, no logré conectar con nadie en ningún momento. Básicamente me resbalaba si Camelia se moría, si no se moría o si alguien le desfiguraba la cara con una motosierra. No me importaban en lo más mínimo, ni para bien, ni para mal. En fin, los personajes me daban igual: Camelia, Simón, Ren, Rosaura, las demás hadas... Completamente igual.

Ahora, sobre el sentido común de Camelia. ¡¿DÓNDE CARAJOS ESTÁ?! Que ya sé que estamos en un cuento de hadas, pero creí que para ese entonces habrían empezado a darse cuenta de que obligar a la gente a casarse (como a su ahijado el que necesita esposa) o encerrar a la gente en torres no soluciona los problemas, ni crea finales felices. En serio, es que ya ni las telenovelas malas al estilo de la maldita lisiada... 


En fin, la trama, hablemos de la trama: había llegado yo a más del 40% del libro y todavía no veía el núcleo real de la historia. Veía a los ahijados de Camelia, a Simón con su amor por la princesa Asteria, a Ren que iba y venía y a relleno inútil por todas partes. Al final, Ren es útil, Rosaura un poco también y Magnolia nos muestra que le pasa a las hadas que se corrompen, pero el resto de los ahijados nos ofrece subtramas inútiles, que al final ni siquiera cierran (como ya dije) y sólo están haciendo bulto en lo que pretendía ser el núcleo de la historia. Al final, parecía que la historia era tan simple como resolver la queste de la princesa Asteria (la que no quería casarse), pero, como toda telenovela barata, se sacó un plot twist forzado, poco explicado y al que le faltó desarrollo. En vez de todo el relleno que tuve que soportar, se podría haber desarrollado eso de una mejor manera

SPOILERS GRANDES COMO UNA CASA

Ahora, cuando llegamos más o menos a ese plot twist, en el que Simón se da cuenta de que Ren los ha traicionado a todos y deja de confiar en Camelia (porque claro, dejas de confiar en el hada que ha hecho todo por ti, que normal; ha ignorado sus celos por ti y ahí estás tú...), Camelia sufre una transformación que la deja más o menos así: 


No, no es una broma. Literalmente se convierte en Maléfica, con rasgos de Rumpelstiltskin, por los guiños a los cuentos que hay. En serio, uno siente que está viendo la película de Maleficent y que lo único que falta es ver a Angelina Jolie. Originalidad se fue a saltar de un puente, porque realmente de original, la segunda parte del libro no tiene nada hasta el final.


FIN DE SPOILERS

Ahora, pasemos a otro tema: las referencias a los cuentos clásicos de los hermanos Grimm, Perrault, y demás: son más de las normalmente aceptables por párrafo. De hecho, en twitter propuse un drinking game: 


Si alguien lo hace, le juro que acaba en coma etílico. Firmado ante notario, si quieren. Realmente, el libro está saturado de referencias a cuentos: La bella y la bestia, Hansel y Gretel, Rumpelstiltskin, La bella durmiente del bosque, Blancanieves, la Cenicienta, Rapunzel, Las hadas, Pulgarcito, El flautista de Hamelin, Barba azul, Los cuatro hermanos ingeniosos, Seis amigos alrededor del mundo, Falada, el caballo prodigioso, el de los cisnes, el de la hermana blanca y la hermana negra... Y esos son sólo de los que me acuerdo en este momento.

En serio. Como siempre, lo que le falla a Laura Gallego es precisamente la ejecución. Partiendo de una buena premisa lo convierte todo en una telenovela, con plot twists que serían interesantes de estar más desarrollados, un final apresurado, absurdo y con OOC en sus propios personajes. Realmente me hubiera gustado ver un desenlace mucho más sólido, con los personajes mejor situados, pero en vez de eso me tocaron unos capítulos de "apaga y vámonos que todo se nos hizo tarde". Y listo.

¿Recomendando? Si eres muy fanático de los cuentos de hadas a lo mejor y te gusta, deberías probar. Si no, me temo que es un libro prescindible y inútil en la mayoría de los casos.


SPOILERS DE LO QUE ME HUBIERA GUSTADO VER AL FINAL

La reacción de Felicia al darse cuenta de que quemaron a su hada madrina, pues se menciona que todo se hizo a sus espaldas. Creo que, visto así, Camelia fue su figura maternal, y hasta que Felicia no empezó a desear independencia, fue la persona que la cuidó. Me imagino que eso abrirá una brecha enorme con sus padres, que nunca se recuperarán del todo de la pérdida de su hija. No la conocen de la manera en que Camelia la conocía y eso va a sufrir estragos en su relación.

Qué ocurre, aunque sea de manera lejana, cuando se dan cuenta de que las hadas les han dado la espalda. Muchas cosas van a colapsar, sobre todo porque, como vemos en algunos de los ahijados de Camelia, usan a las hadas madrinas para cumplir sus caprichos y no realmente sus finales felices. Probablemente culpen al Rey Simón de eso, y todo el sistema político económico explote y el reino de Laura Gallego se convierta en Westeros 2.0. Una perspectiva preciosa.

Definitivamente, no a Ren y a Camelia en modo insta-love. Quizá sólo una insinuación de que podría haber ocurrido en el futuro. Pero no lo que pasó.

FIN DE LOS SPOILERS Y LA RESEÑA

Las otras reseñas:

miércoles, 8 de julio de 2015

Aristotle and Dante discover the secrets of the universe, Bejamin Alire Sáenz | Reseña

Sinopsis: Aristóteles es introvertido y tímido. Dante es transparente y expresivo. Por motivos que parecen escapar a toda razón, estos dos chicos de diecisiete años se encuentran y construyen una amistad entrañable que les permitirá redefinir el mundo del otro y aprender a creer en ellos mismos para descubrir los secretos del universo. El escritor multipremiado, Benjamin Alire Sáenz, explora la lealtad y la confianza entre dos jóvenes que están aprendiendo a ser adultos en un escenario fronterizo tan mexicano como estadounidense. Juntos deberán crecer al mismo tiempo en que se adaptan a una sociedad que también está búsqueda, identidad.

Muy bien, creo que hacer un comentario crítico de este libro me va a costar trabajo porque, aunque me gustó y no dudaría en recomendarlo, reconozco sus puntos débiles y creo que debo decirlos. Sin embargo, ¿por dónde empezar el comentario?

Bueno, para empezar, los personajes. Ari es uno de los personajes mejor construidos que he visto en los últimos libros que he leído, con sus quince y dieciséis años a cuestas y sus contradicciones efectivamente adolescentes. Como voz narrativa, no deja que desear, pues al presentarlo todo desde su punto de vista, tenemos incógnitas sobre los demás. Hubo momentos en que, con todo y su adolescencia a cuestas, quise estamparlo contra la pared por toda esa confusión dentro de él, y todo lo que hacía mal. Pero creo que no puedes pedirle a un chico de su edad que sea maduro o lógico. A los quince años hay un festival de hormonas en el cuerpo y unas ganas de libertad que... ¡vamos! Ari es creíble.


Dante, por otro lado, es fácil de descifrar porque es expresivo, tan fácil de leer como una hoja de papel (aunque Ari a veces tampoco lo entiende). Es de ascendencia mexicana, pero debido a la forma en que lo criaron sus padres, nunca se ha sentido realmente alguien de ascendencia mexicana. Es incapaz de identificarse con la familia de su madre, se siente como un extraño. Es muy abierto, sensible y llora mucho, lo cual pone de nervios a Ari, más duro, peleonero y mucho más tímido y cerrado con sus cosas. Como nota al margen diré que ninguno de los dos pasaría por mexicano en México, por cierto.

Ahora bien, es de agradecer que, al menos, en un libro de este tipo, los padres no sean personajes apenas dibujados y al final resulten un estorbo hasta para el mismo escritor. Con unas cuantas características básicas, los padres de nuestros protagonistas son, de hecho, personajes relevantes para la trama y para el desarrollo de sus hijos. Bastante creíbles, con sus propios miedos, sus equivocaciones humanas y ese amor por sus hijos. Los demás personajes son meramente relleno, pero nunca están forzados y siempre tienen al menos una característica básica muy tonta para que los identifiques.

Ahora bien, ¿qué pasa con el resto del libro y por qué no le di cinco estrellas en Goodreads? Es un libro acerca de nada. Los personajes están en cierto escenario y hacen cosas. Hay dos momentos en lo particular que pueden ser clímax y gracias a los cuales los personajes se desarrollan a golpes (algo maravilloso), pero... el resto del tiempo, es acerca de la nada y de cierto descubrimiento adolescente. Fuera de la amistad de los dos personajes, no hay nada realmente que conduzca la trama a lo largo más o menos un año y algunos meses. Hay giros argumentales, sí, pero... viendo el libro en un conjunto, ¿hay una historia? No lo sé. Creo que hay dos personajes, realmente confundidos con su vida (algo más que natural viendo su edad) que son amigos y pasan por diferentes fases.  

Su relación amistosa es real y el autor habla de cosas reales que suelen ocurrir entre los adolescentes. Cosas que, tarde o temprano, pasaron por la cabeza de todos. Sin importar que Ari y Dante sean unos raros. Es fácil identificarse con esa parte de ambos recordando tus propios años confusos, sobre todo con Dante. 

Ahora, volviendo a la trama, sigo diciendo que para conducir un libro a bien puerto, no te basta sólo con poner dos personajes y hacerlos interactuar. Necesitas algo más grande que eso. Aunque hay dos giros abruptos en específico en la novela un par de veces, hay también cosas predecibles en todo el camino hasta el descenlace. Es uno de los pocos fallos que le veo a la novela y que creo que debió haber sido más cuidado. 

Por otro lado, los diálogos son muy naturales, no suenan forzados más que en algunos pocos momentos, sobre todo cuando algún personaje da un discurso. Pero fuera de eso, con respecto a la naturalidad de los diálogos, cosa que valoro, por el realismo que le imprime a lo narrado, no hay ninguna queja. Mi única queja sobre eso es que a veces hay demasiado diálogo sin descripción alguna o narración alguna, por corta que sea, y eso lleva a la confusión si no llevas la secuencia de quien habla cada vez

A pesar de todo eso, la recomiendo. Creo que retrata bien a los adolescentes, es realista con respecto a gran parte de las relaciones familiares, 

ALGUNOS SPOILERS MENORES

Precisamente por esa falta de historia que se sentía, la segunda parte de las tres en las que dividí el libro, me aburrió. Yo dividí el libro en tres grandes partes: cuando Ari conoce a Dante, cuando Dante se marcha, cuando Dante vuelve. La segunda es hasta cierta parte predecible y hasta aburrida por algunos momentos. Ari, que es un excelente narrador, como personaje en solitario no tiene demasiado qué ofrecer; no sostiene él sólo todo el peso del libro. Al menos, sus padres y Dante rondan constantemente en el ambiente, y ayuda un poco. 

Hay trama justo en esa parte (y sólo en esa) que están hechas para rellenar, sí. La parte de la chica con la que Ari se obsesiona un poco, en especial, no ofrece gran cosa y es finalizada abruptamente. Sólo se pinta el primer beso de Ari, la primera relación (si es que esa puede serlo) amorosa del chico. Lo que creo que en toda esa parte se pudo haber desarrollado mucho más de lo que de hecho se desarrolló, fue la relación de Ari con su familia y en especial con la situación de su hermano en prisión

Al final eso se soluciona de una manera un poco más apresurada que las demás cosas, pero creo que está bien, en conjunto. No se intenta abarcar demasiadas cosas. 

FIN DE LOS SPOILERS MENORES


Bueno, en general, como conjunto, el libro me gusto y lo recomiendo. Tiene sus fallos, por supuesto, pero creo que es un libro genial. Trata con mucha normalidad el tema de la homosexualidad en la época en la que está escrito, nada en ese sentido me pareció no forzado, ni absurdo, ni imposible. La trata con normalidad y, aunque es una parte muy importante del libro, por el desarrollo de Dante, especialmente; creo que no es, ni de lejos, lo más importante. Creo que la relación de Ari y Dante, en todo sentido, es muy real y es por eso que este libro se lleva una nota así de alta.

sábado, 4 de julio de 2015

La tienda de los suicidas, Jean Teulé | Reseña

Sinopsis: Novela enormemente divertida, no exenta de humor negro, en la que el lector penetra en la tienda y en la vida de una familia dedicada a la venta de productos (sogas para ahorcarse, venenos de toda índole, armas, etc,) que cualquier suicida deber tener a mano para el momento en que decida abandonar este mundo. La familia se siente orgullosa de su trabajo y su reconocida eficacia profesional, hasta que en su seno nace una nueva criatura: un niño alegre al que entusiasma la risa.Es una novela muy divertida, ágil, bien escrita, con diálogos chispeantes.

¿Tu vida ha sido un fracaso? ¡En La tienda de los suicidas tu muerte será un éxito! 

No, no estoy bromeando. En la tienda de los suicidas puedes comprar lo necesario para ejecutar un suicidio, todo está garantizado porque, si no mueres, te devuelven el dinero. Desde cuerdas para ahorcarte, venemos y todo lo que se te ocurra. Para los más deportistas, el harakiri es una buena opción si es que quieren impresionar a los amigos... y si no tienen amigos, pues al forense. A todos los clientes se les dice "Adiós" y no "Hasta luego" porque de todos modos no los vas a volver a ver. Así es : la gente va a La tienda de los suicidas porque se quiere suicidar. Ya no quiere vivir ni un día más. 

La tienda, por supuesto, es regentada por una familia muy peculiar: los Tuvache. Lucrèce y Mishima, junto con sus tres hijos, son los encargados de que los suicidas tengan éxito, pues dicen las estadísticas que más de la mitad falla. Como guiño, han nombrado a sus hijos en honor a un suicida famoso: el mayor es Vincent por Van Gogh, la de en medio es Marilyn por Monroe y el más chico es Alan. Si adivinan en honor a quien, les regalo una manzana y un chocolate. 

Las cosas en la tienda transcurren con total normalidad, exceptuando por el pequeño detalle de que Alan sonríe todo el tiempo. Y ríe. Sus padres lo hacen ver el noticiario todos los días para ver si las malas noticias lo deprimen (como debería ser), pero Alan es incapaz de ver el lado malo de las cosas, siempre se concentra en el bueno. Por ejemplo, si se estrella un avión y se mueren casi todos los pasajeros, Alan considera que es una buena noticia que hayan sobrevivido unos pocos. Así es con todo y no es de extrañas que vuelva locos a sus padres, pues arruina el proyecto del parque de atracciones mortal de Vincent al sugerirle que debería unir los rieles de la montaña rusa pues así sus pasajeros serán más felices y se deshace de los caramelos con cianuro. 

En fin, si no han dejado de leer aun, quiero dejar en claro que está novela no es una broma. Existe. Alguien la escribió. Tiene un marcado humor negro y es bastante divertida. El autor la sitúa en una línea temporal sin definir —algún tiempo en el futuro—, en un lugar desconosido —probablemente, alguna zona de Francia—, cuando el mundo parece unificado y todo se paga en euro-yens. Nunca se explica nada de eso, pero no es necesario: eso se infiere, el verdadero contenido de la novela es la trama, esa aparenté trivialización del suicidio, en el que todo parece un mero trámite. ¿Quieres suicidarte? Ningún problema: en la tienda de los Tuvache hay cuerdas que ya tienen el nudo corredizo hecho, venenos, y hasta paquetes con maznabas envenenadas. Si no puedes suicidarte con eso es que eres lerdo.


El libro es muy rápido, por lo cortito que es, aunque a veces parece que divaga. Sobre todo en las primeras escenas, cuando apenas estás conociendo a los personajes. Sin embargo, todo aquello se le perdona porque la Tienda de los Suicidas es un lugar cautivador como escenario y ver todas las posibilidades que tiene alguien de suicidarse con semejante humor negro es algo increíble. Los "problemas" para la familia es cuando Alan empieza a contagiarles la sonrisa y el buen humor. ¿Cómo van a vender productos para suicidas con semejante alegría?

Bueno, sobre el libro, tengo poco más que decir. Se lee rápido por lo corto, es entretenido y una buena sátira. Eché de menos un poco de más profundidad en la narración, pues aunque conocía a los personajes, había momentos en los que, incluso para ser una sátira, me parecían demasiado caricaturescos, sin demasiada profundidad, pero aún así disfruté la lectura en conjunto. Los gags se repiten y algunos dejan de ser tan graciosos cuando los repites, claro; sin embargo, me parece que el autor no exprime todo el humor hasta que de verdad nada da risa.


El final no es una sorpresa, se anuncia desde capítulos antes, pero aun así el cambio es muy brusco, la evolución demasiado rápida y no tan natural. Quizá ese es el error del libro, que le debió dar un poco de más tiempo al final, en vez de hacerlo tan brusco; el problema es que, si lo hacía así, corría el riesgo de acabarse sin chistes o situaciones cómicas que explotar... Todo un dilema. Bueno, en conjunto, el libro es entretenido, aunque yo no lo calificaría la lectura del siglo, mucho menos el próximo premio Nobel. Se lee rápido por lo corto y porque las situaciones planteadas son ágiles, además de que utiliza un lenguaje realmente sencillo.

Pueden probar a darle una oportunidad, por supuesto

jueves, 2 de julio de 2015

Recuento de los daños | Junio 2015

Este recuento no viene completo, porque varios libros de este mes ya entraron en Lo que leí en vez de actualizar el blog (concretamente, los últimos tres: América, Rebelión en la granja y El otoño en Pekín) y no veo caso alguno en repetirlos, sinceramente, porque diría lo mismo de ellos.

El amante, Marguerite Duras


Me hubiera encantado que, siendo un clásico, como es, me gustara mucho más. Pero mi madre tenía razón sobre este libro: no es para todo el mundo. La manera de narrar me mareo, principalmente porque salta de un lado a otro, es muy difícil ubicarse en el tiempo o encontrar el hilo conductor de la historia. Apenas fui capaz de ubicarme en los escenarios apenas descritos con algunos detalles (el libro se ubica en Indochina) y la impersonalidad con la que el libro (prácticamente autobiográfico) está narrado, me volvió loca; no fui capaz de conectar con los personajes y de hecho, tampoco con las situaciones en general. Le reconozco la maestría al libro, pero a mí, a pesar de ser tan corto, me aburrió.

El aliento del cielo, Carson McCullers


Ya hablé sobre él en su reseña y sigo diciendo que Carson McCullers es maravillosa. El aliento del cielo es una compilación de prácticamente todos sus cuentos y tres de sus novelas cortas entre ellas, La Balada del café triste y Frankie y la boda. Los sentimientos que transmite McCullers me fascinaron, esa nostalgia por el pasado reflejada en alguno de sus cuentos, la obvia confusión adolescente y lo de sentirse muy poco entendida que refleja el personaje de Frankie (y me hizo recordar mi propia época de pubertad), la desolación de sus tres cuentos de matrimonios rotos por el alcohol, la madurez de la protagonista de Wunderkind... Vamos, si hubiera conocido y leído a McCullers hace cinco o seis años, me hubiera sentido entendida en muchos aspectos.

Extraños en un tren, Patricia Highsmith


Este fue el libro de este mes en el Club de Lectura de La noble y ancestral cada de los Black. Lo conocía de nombre por la película de Hithcock que no he visto, pero nunca me había detenido a leer la sinopsis. Debo decir que retrata estupendamente a dos personajes que son personajes detestables, pero ambos por diferentes razones. Mientras que Guy tiene perfectamente interiorizado que es un buen tipo y que sólo quiere por fin el divorcio de su ex mujer para poder casarse, Bruno odia a todas las mujeres, menos a su madre, quiere deshacerse de su padre y se pregunta constantemente si sería capaz de matar a alguien. Recomendable como libro de crímenes, aunque tiene pasajes que se hacen cuesta arriba.

Más allá del olvido, Patrick Modiano


Este libro lo empecé en mi sequía, en marzo. Lo volví a empezar hace pocos días porque me daba pena no acordarme de qué se trataba o donde me había quedado. Además, leyendo un libro de Modiano ya podía tacharlo de la lista de los premios Nobel. Bueno, la historia, narrada por un personaje treinta y después quince años más tarde tiene varias inexactitudes que achacamos, obviamente, al narrador; además, tiene partes que el narrador parece haber decidido no contar. En eso reside gran parte de encanto e la novela, pues en la mayoría de los casos, los personajes se quedan como un misterio sin develar completamente, porque los vemos a través de un tercero. ¿Recomendable? Por supuesto.

La tienda de los suicidas, Jean Teulé


Libro simplón, sencillo, sin más pretensiones que entretener y criticar... algo que tiene que ver con el suicido, la vida y la muerte y la sociedad actual. Divertido, con gags recurrentes cada tres segundos, eso sí; entretenido, la verdad, tengo que admitirlo, pero con un final muy sorpresivo y poco desarrollo en algunas partes. A pesar de todo eso (porque últimamente estoy muy obsesionada con que las cosas tengan buena calidad además de ser entretenidas), recomiendo el libro si te gusta el humor negro (¡hablamos de una tienda de suicidas!) y los personajes extravagantes. No tengo mucho que decir sobre él porque no fue de esa clase de libros que me dejó pensando demasiado al terminar, pero que sí me hizo pasar un buen rato.

La casa en Mango Street, Sandra Cisneros


Quizá, junto con El aliento del cielo, el mejor libro del mes. La casa en Mango Street es un libro pequeñito, de apenas 110 páginas, que por medio de cortas historias nos va contado la historia de una niña chicana (mexicano-americana) que reside en Mango Street y quiere una casa con jardín y que pueda llamar suya; sin embargo, por lo mientras, tiene a Mango Sreet. Las historias son cortas, el lenguaje es sencillo y el hecho de que hablara de cosas que conozco y con las que me puedo sentir lejanamente identificada, me agradó. Además, la inocencia impresa en la narración hace el libro una pequeña joya que retrata con sencillez diferentes situaciones crudas. Recomendable, sí, muchísimo.

El arte de no decir la verdad, Adam Soboczynski


Libro pretencioso donde los haya,  además con ligeros toques de misoginía por allí y por allá. Más que relatos inteligentes, cuentos que me agradaran, me encontré con una especie de libro de autoayuda que se jacta de sí mismo y pretende "enseñarte algo para ir caminando por la vida". Libro inútil y sin gracia que no es ninguna guía para sobrevivir al mundo y ni siquiera es entretenido. Se vuelve aburrido a la sexta historia y tiene una reutilización de personajes que más que original, parece cómo si el autor no quisiera inventarse más nombres. De verdad, a pesar de lo corto, intragable e infumable; no se lo recomiendo ni a mi mayor enemigo, porque leer este libro es como estar en la cabeza de la persona más pedante del mundo.

Aristotle and Dante discover the secrets of the universe, Benjamin Alire Sáenz


Un buen descubrimiento cuando hablamos de literatura juvenil, porque los buenos títulos empezaban a escasear. Fue el libro que me leí en inglés este mes, así que en cuanto a técnica no tengo mucha queja, en cuanto a trama muy poco, y en cuanto a desarrollo de personajes me parece perfecto. Otro mes menos prolífico probablemente se habría coronado como una de las mejores lecturas del mes, pero este mes le gano la Cisneros (con una mucho mejor representación de la realidad chicana en Estados Unidos que la este libro) y McCullers (que supera casi todo en desarrollo de personajes). Aún así, recomendado por su manera de tratar y desarrollar a un personaje gay en un lugar tan profundamente intolerante como El Paso, Texas, en los años en que está ambientada la novela. Muy buen libro.

Así que el Junio, el total de libros asciende a 12. La verdad, mi mes más prolífico en mucho tiempo, y si así llego lista para el Maratón de Julio, no cabe duda que soy perfectamente capaz de lograr los 10 libros en un mes (más, por supuesto, el extra que será Todas las hadas del reino, de Laura Gallego).

martes, 30 de junio de 2015

Maratón de Lectura del @ForoDeLosBlack

Cada cierto tiempo se organiza, en el foro La noble y ancestral casa de los Black, un maratón de lectura. ¿La meta? 10 libros al mes. Poca gente los acaba, por supuesto, pero en el intento nada se pierde. Este maratón, por supuesto, estoy apuntadísima.

Elegimos, entre setenta opciones (sí, porque así somos de geniales) las ocho categorías obligatorias que entrarían en el maratón (para darle dificultad, por supuesto) y las restantes quedaron como las opciones para las dos categorías libres en las cuales podremos elegir libros.

Así que la lista de libros que planeo leer el mes que viene es... ¡la siguiente!

  1. Un libro del fondo de tu lista de pendientes: En el camino, Jack Kerouac. Algo alrededor de tu cuello, Chimamanda Ngozi Adichie. TERMINADO
  2. Un libro prohibido: La metamorfosis, Franz Kafka. Todos los libros de Kafka fueron prohibidos durante el régimen nazi. TERMINADO
  3. Un libro que salió el año que naciste: Wicked, memorias de una bruja mala, Gregory Maguire. TERMINADO
  4. Un ganador del premio Pulitzer: La escapada (traducida originalmente Los rateros) de William Faulkner. Ganó en Pulitzer en 1963. TERMINADO
  5. Un libro clásico: Los miserables, Victor Hugo. 
  6. Un libro de un autor que nunca antes hayas leído: El curioso incidente del perro a medianoche, Mark Haddon. TERMINADO
  7. Un libro que se convirtió en película: El guardian entre el centeno, J. D. Salinger. TERMINADO
  8. Un libro de un autor de tu país: Pedro Páramo, Juan Rulfo. TERMINADO
  9. Un libro de un Nobel de Literatura: La náusea, de Jean-Paul Sartre. Sartre ganó el Nobel en 1964; lo rechazó, pero está en la lista de ganadores.
  10. Un libro de historias cortas: Las nieves del Kilimanjaro y otros cuentos, de Ernest Hemingway. TERMINADO
A finales del mes les cuento como me fue con mis intenciones de leer tantos libros. Ya lo he logrado antes (véase El recuento de los daños de enero, y el de febrero), pero esta vez tendré finales, así que ya veremos, ya veremos.