Divagaciones de una Poulain
by Nea Poulain

jueves, 28 de abril de 2016

Everything, everything, Nicola Yoon | #LCTodo

Sinopsis: My disease is as rare as it is famous. Basically, I’m allergic to the world. I don’t leave my house, have not left my house in seventeen years. The only people I ever see are my mom and my nurse, Carla.
But then one day, a moving truck arrives next door. I look out my window, and I see him. He’s tall, lean and wearing all black—black T-shirt, black jeans, black sneakers, and a black knit cap that covers his hair completely. He catches me looking and stares at me. I stare right back. His name is Olly.
Maybe we can’t predict the future, but we can predict some things. For example, I am certainly going to fall in love with Olly. It’s almost certainly going to be a disaster.

Participé en la Lectura Conjunta organizada en el blog Nelareads y estuve comentando un poco el libro; aunque era mi intención leerlo con calma, lo ataqué como al tercer o cuarto día porque no podía más con la curiosidad. Y así me fue. Este libro me dejó tan confundida en algunas cosas que ya pasó una semana y todavía estoy rumiando acerca de él.

Estuve vagando por la página de Nicola Yoon y decidí que me caía muy bien. Nació en Jamaica, tiene una sonrisa muy bonita y por lo que pude chismear en algunas fotos, su esposo tiene rasgos asiáticos. Tienen una hija y no me extraña de donde salieron los rasgos para su Maddie, que es medio-afroamericana, medio asiática. Un detalle de lo más curioso dentro del libro para mí porque no estoy acostumbrada a encontrarme con personajes diversos dentro del YA. Y por una vez, hacerlo es un alivio. Me ha gustado, al menos esa parte. Por lo demás, creo que no me acabo de decidir acerca del libro así que responderé como Olly a la pregunta de si me ha gustado: "Sí, no, quizá". Lo que siento con este libro es confusión, así que voy a dividir mi review en dos partes (en realidad tres, ya lo verán). Primero, porque quiero sacármelo cuando antes...

Lo malo


1. La novela definitivamente adolece de algunos de los problemas de la literatura juvenil actual, sobre todo de los clichés. Los clichés no son malos per ser, pero sí son un argumento muy gastado y carente de originalidad. Aún así, es mucho mejor partir del cliché que llegar a él, por lo que medio perdoné el hecho de que Maddie está enferma. Quien sabe, ¡quizá y hasta hubiera estado desarrollado de manera interesante! Sin embargo, otros no los puedo perdonar ni en pintura, como por ejemplo: las descripciones físicas que hace Maddie de sí misma frente al espejo, las referencias a Austen, etcétera. No me gusta que se sobreexplote un mismo recurso hasta que lo odio.


2. Algunos giros del final. No, si ya lo leyeron, no es el que están pensando. Hablaré de ellos más adelante porque merecen un análisis a fondo. 

3. En muchas películas (y libros) un par de adolescentes medio pendejos se suben a un avión y acaban del otro lado del mundo por alguna razón. Generalmente cuando roban la tarjeta de sus padres. No se ustedes, pero a mis padres cuando compran un boleto de avión, les congelan la transacción en el instante si parece sospechoso o hablan para asegurarse de que sea correcta. No pido que en un libro las cosas sean 1,000% realistas, pero me irrita cuando usan esa clase de recursos sin pensar demasiado bien en las consecuencias que traerá después.

Lo bueno


1. El show, don't tell tan bien usado durante todo el libro. De hecho, sólo por eso, quiero pararme y aplaudir. No lo veía tan bien usado en un libro de la temática y con un narrador en primera persona desde hace mucho tiempo. Maddie es un unreliable narrator y siempre intuimos que no cuenta todo. Siempre parece guardarse algo. Además de que hay algunas cosas que no nos las dice, sino que las muestra, como su interés por el horario de los vecinos, del que nos enteramos cuando nos muestra. Sus habilidades como espía son bastante buenas. También, como pasa mucho tiempo observando a los vecinos, notamos que, de algún modo, está sumamente frustrada con su vida. A veces parece contárnoslo, como narradora, pero pareciera que, para sí, no lo admite de una manera tan abierta. Esto pasa con la mayoría de los personajes y me encanta. Ayuda mucho a su desarrollo.


2. Carla. Me encanta que sea latina (chicana, para ser exactos, tengo idea), pero también me encanta algo más: ¡que ser latina no la defina! Dejen me explico, tiene un montón de características, desde su nombre hasta expresiones que la delatan, pero no es lo único que la delata. Es un personaje tridimensional y cuando hablo que tienen que existir libros diversos me refiero a libros con personajes como estos. Entre más personajes a mencionar, Olly definitivamente es interesante, aunque siempre lo vemos a través de los enamorados ojos de Maddie (that's not a secret) y la madre de Maddy tiene conflictos internos dignos de analizar (más adelante). 


3. Cómo se trata el tema de la violencia doméstica. Cuando se habla de temas sensibles en una trama como la que pretende mostrar Nicola Yoon en torno a Olly, algo te puede traicionar. Algo que me molesta mucho cuando se trata de los agresores y las víctimas es que se culpe a la víctima y el agresor sea un agresor sólo for the sake of the drama. No. La violencia doméstica es complicada, difícil y no es un tema que hacer aparecer en un libro sólo por el drama. Por eso me ha encantado la humanidad que tiene Nicola Yoon para mostrarlo. Me gustan las dimensiones y las contradicciones morales de Olly. Porque su padre es su padre y alguna vez lo quiso (o todavía lo quiere) y su madre es su madre y la adora. Pero de cuando en cuanto, odia a su padre por ser como es y odia a su madre a pesar de ser la víctima porque está tan frustrado que, a pesar de que no la culpa (yay! no hay victim blaming!) no sabe qué hacer.

4. Las ilustraciones del libro. Las hizo el esposo de la autora y son todas preciosas, por si tenían la duda. Me encantan los libros ilustrados cuyas ilustraciones además son recursos narrativos para que la trama se mueva. Me parece muy interesante como funcionan ilustraciones y texto, los dos juntos. (Esa fue mi inner editora hablando). 

Ahora sí, al asunto que nos ocupa, que genera mi confusión y todo lo demás: 

El amor, el lenguaje y cómo (no) lo puede todo


Parece título de tesis. Tesis mediocre, pero tesis al fin y al cabo. Así que, por si acaso, quiero dejar en claro que yo no soy lingüista ni psicóloga. No soy una experta en la materia, sólo soy curiosa y sobre analizo las cosas. He leído por allí, siempre en reseñas en español, que entre Olly y Maddie hay una clase de amor instantáneo, de click. Esa clase de clicks pasan, sí, pero nosotros no le llamamos amor tan rápido. Decimos "me gusta alguien" antes de decir "estoy enamorado", aun cuando aquí enamorarse no incluye alguna clase de verbo fatalista, como en inglés (to fall in love, to fall: caer) o fracés (tomber amorouse, tomber: caer) y algunas otras lenguas. Por alguna razón, en español tendemos a marcar una diferencia brutal entre querer y amar porque tenemos las dos palabras. Pero, ¿qué pasa cuando no las hay? 

Maddie usa muy rápido la expresión "I love" con Olly y puede parecer exagerada. Pero me gusta pensar en ella intentando imaginarme lo que diría exactamente si estuviera tan frustrada y de repente apareciera alguien nuevo en mi entorno. Alguien que me gusta y que me corresponde de alguna manera. Probablemente yo diría "Te quiero" y probablemente los primeros "I love you" de Maddie hacia Olly signifiquen eso. No lo sé, sólo estoy aventurando. El inglés siempre se me ha hecho un suplicio a la hora de hablar sobre querer y amar, porque para mí no son lo mismo, no lo serán nunca, por más que el verbo sea el mismo. To love. Casi siempre lo traduzco como amar y entonces me chirria porque decir "Te amo" suena como entregarte y decirlo demasiado pronto a veces hasta resulta trágico.

Pero en inglés to love puede significar las dos cosas. Igual que en francés aimer es a la vez decir que algo te gusta, que quieres a alguien o que lo amas. ¿Cómo esa gente no explota? Sí, ya lo sé, es su idioma, están acostumbrados. Así que cuando leía el libro me vino a la mente eso, esa diferencia, esa perspectiva de Maddie para entenderla mejor. 

Y así, con todo, intenté descifrar qué era lo que quería decir el libro sobre el amor. Me perdonarán, pero aquí empiezan los spoilers. Quien avisa, no es traidor.


Maddie no está enferma. Quizá es una revelación exagerada, pero era la única que tenía sentido. Si Maddie es alérgica al mundo, casi literalmente, no hubiera llegado viva al avión que la llevó a Hawaii. Puede que a muchos les molesté la revelación, pero realmente es intenteresante porque ayuda un poco a construir mi tesis del amor, el mensaje del libro y otras estupideces varias. La madre de Maddie tiene un claro problema psicológico que ha estado pagando su hija. Le da una dimensión extraordinaria a lo que parecía ser un personaje con problemas de personalidad, obsesivo sin razón y sobre todo, incomprensible. La madre de Maddie no cosecha simpatías en algunas partes del libro porque no podemos entender sus razones a negarse a darle a Maddie oportunidades, pero gracias en parte a una enfermedad de Maddie, todo hace click.

La madre tiene tanto miedo de perderla que le ha hecho creer toda la vida que está enferma. Más bien, se ha hecho creer a sí misma que su hija está enferma. Jodidamente genial. Un conflicto interno maravilloso, un desarrollo increíble de ese personaje, aunque al final, el mensaje falla. Porque Maddie está dolida, decepcionada y está convencida de que el amor es una mierda y que el amor no lo puede todo. Maddie tiene razón en mi mundo, al menos: el amor no lo puede todo y, sobre todo, como se ve con la familia de Olly, el amor no lo aguanta todo. No puede.


Y al final Maddie manda todo a la mierda, de una manera bastante literal y suena algo como "Love woths everything", obviamente algo muy adolescente de película, porque el amor no es eso, no lo aguanta, no lo vale, no lo puede todo. Curiosa contradicción humana, porque no puede perdonar a su madre un poco, ni siquiera bajo la misma tesis, pero sí ir tras Olly. Y más contradictorio aún, esa frase se destruye al mirar a los padres de Olly. ¿Qué significa todo eso al final? No tengo ni puta idea. Eso estoy segura de dos cosas: Maddie cree en el amor y en su relación con Olly, es contradictoria como adolescente y como humana. Su desarrollo no es ningún coming to age, ningún proceso de madurez. La única manera en que me explico el libro es que Maddie es humana, comete erorres de juicio y es una narradora poco confiable. 

Decidí explicarmelo así porque tengo un libro cuya relación amorosa (o algo), su final y su mensaje son la antítesis de esto (El cuentacuentos, Antonia Michaelis) y porque al final hacer tantos análisis sobre el amor me va a dejar el cerebro podrido porque a la mejor estoy intentando explicar algo inexplicable.

martes, 26 de abril de 2016

Americanah, Chimamanda Ngozi Adichie | Reseña

"Subrayaría este libro entero"
― Declaración de intenciones

Sinopsis: As teenagers in a Lagos secondary school, Ifemelu and Obinze fall in love. Their Nigeria is under military dictatorship, and people are leaving the country if they can. Ifemelu—beautiful, self-assured—departs for America to study. She suffers defeats and triumphs, finds and loses relationships and friendships, all the while feeling the weight of something she never thought of back home: race. Obinze—the quiet, thoughtful son of a professor—had hoped to join her, but post-9/11 America will not let him in, and he plunges into a dangerous, undocumented life in London.
Years later, Obinze is a wealthy man in a newly democratic Nigeria, while Ifemelu has achieved success as a writer of an eye-opening blog about race in America. But when Ifemelu returns to Nigeria, and she and Obinze reignite their shared passion—for their homeland and for each other—they will face the toughest decisions of their lives.
Fearless, gripping, at once darkly funny and tender, spanning three continents and numerous lives, Americanah is a richly told story set in today’s globalized world: Chimamanda Ngozi Adichie’s most powerful and astonishing novel yet.

Si me siguen un poco saben que yo pierdo el piso por Chimamanda Ngozi Adichie, una escritora nigeriana. Sus libros son bastante accesibles en un mundo en el que me ha costado días enteros rastrear novelas africanas contemporáneas y además, no es sólo que sean accesibles, es que hasta el momento no decepciona. Tengo tantas, pero tantas cosas que decir sobre este libro que ni siquiera sé por cuál empezar. Quizá por su calificación en Goodreads, que es lo único que tengo hasta el momento: 5 estrellas. No soy una persona que regale con facilidad las cinco estrellas, por cierto. No soy muy dura, tampoco con libros que no lo merecen, pero tengo un defecto: siempre le busco cinco pies al gato. Y a veces se lo encuentro. Para que un libro se lleve mis cinco estrellas tiene que ser un libro que yo considere, en todo sentido, magnífico. Americanah no es un libro perfecto y de hecho tengo algunas cosas que criticarle, pero soy parcial y le regalé igual las 5 estrellas. Se las merece por hacerme reflexionar. Así que este es un libro al que le di 5 estrellitas aunque no creo en calificar a los libros con números fríos. ¿Cómo empezar a hablar de él?

Chimamanda, my love.
Supongo que voy a empezar por el tema. Americanah es una novela con múltiples apuntes sobre la raza, el racismo y como se percibe todo en Estados Unidos, que no es la misma manera que en Nigeria. Así que si quieren el punto de vista de una africana sobre el racismo en Estados Unidos y sus observaciones, Ifemelu las tiene todas y no dudo que al menos el 90% sean las mismas de Chimamanda. Ifem es el punto conductor de la novela, la protagonista definitiva, los demás sólo son entes que orbitan a su alrededor. Personajes bien construidos, sí, pero construidos para acabar orbitando entre el mar de opiniones de Ifem porque ella no soporta no tener una opinión concreta sobre algo. Un poco bitch sí que es, qué quieren que les diga. La historia la sigue a ella principalmente, aunque hay algunos paréntesis en los que nos enteramos un poco de la vida de su novio, ex novio, ex pareja, ex algo, Obinze. Ifem, muy joven, se muda a Estados Unidos después de una huelga en su universidad. Tiene que empezar todo de nuevo, acostumbrarse a un nuevo modo de vida y darse cuenta de lo diferente que son los Estados Unidos. 

Y sí, literalmente, su novela la sigue a lo largo de sus experiencias en Estados Unidos. Desde lo cambiada que encuentra a su tía Uju, antigua ex amante de un general y con un hijo. Ifem inmediatamente se da cuenta de que 1) los estadounidenses evitan la palabra "negro" como si fuera la peste por razones que a Ifem se le escapa, 2) todo el mundo asume que África es un continente bárbaro donde la gente no habla inglés, las mujeres viven oprimidas y no pueden votar. Sí, pasa en muchos países de África, pero no en toda. Así que empieza un blog con un nombre insoportablemente largo y horrible ―Raceteenth Or Various Observations About American Blacks (Those Formerly Known As Negroes) By A Non-American Black― para dar su opinión acerca de absolutamente todo. Y cuando digo todo, es absolutamente todo. 

El tema de la raza sigue siendo controvertido. Hay gente que dice "no me fijo nunca en el color de piel, todos somos seres humanos" y que puede efectivamente hacerlo pero no tienen ni idea de que no estamos ni cerca de haber eliminado el racismo. Y hay gente que cree que el racismo se manifiesta en todas partes de las mismas maneras (como en Estados Unidos) y se empeña en arreglar el mundo desde su punto de vista. Si creen lo último, por favor, salgan a la calle. Racismo hay en todos lados, pero juro que no en todas partes es igual. Puedo contarles acerca de México, donde algunos miran despectivamente a los indígenas, unos insisten en que todos somos mestizos (sí, la mayoría lo somos, no todos) y algunos intentan esconder de manera desesperada que entre sus antepasados hay indios. Y los descendientes de los negros en chiapas siguen peleando porque, efectivamente, se les reconozca como descendientes de africanos, no sólo de indígenas (aunque lo más probable es que también sean una mezcla). Así que no, como dice Ifem, en Nigeria el color no era tan importante porque la gente no estaba obsesionada con eso, pero en Estados Unidos es algo completamente diferente. 

The only reason you say that race was not an issue is because you wish it was not. We all wish it was not. But it’s a lie. I came from a country where race was not an issue; I did not think of myself as black and I only became black when I came to America. When you are black in America and you fall in love with a white person, race doesn’t matter when you’re alone together because it’s just you and your love. But the minute you step outside, race matters. But we don’t talk about it. We don’t even tell our white partners the small things that piss us off and the things we wish they understood better, because we’re worried they will say we’re overreacting, or we’re being too sensitive. And we don’t want them to say, Look how far we’ve come, just forty years ago it would have been illegal for us to even be a couple blah blah blah, because you know what we’re thinking when they say that? We’re thinking why the fuck should it ever have been illegal anyway? 
Hay un montón de personajes más, desde una mujer desesperada por casarse para poder conservar su residencia, una mujer bien acomodada que contrata a Ifem como niñera y se refiere a todas las mujeres negras como "hermosas". O Curt, que opina que una revista sólo con mujeres negras es algo racista hasta que Ifem le pide que cuente cuántas puede encontrar en una revista normal y le dice que allí no puede encontrar consejos para maquillarse, peinarse o los colores que le quedan porque todo está dirigido a otras personas. Sin embargo, creo que el acierto más grande de Chimamanda es acerca del cabello: ¿alguien sabe cómo carajos es el cabello de Michelle Obama al natural?  Podemos imaginarlo pero no. No tenemos ni la más remota idea. 


Finalmente, este libro no está ahí para que nadie se sienta cómodo. Está allí porque habla de un problema que la gente no quiere hablar. Se deslindan de todo diciendo que la esclavitud ya fue abolida y que los matrimonios interraciales ya están permitidos y que ya no hay segregación racial. Y ya. ¿Alguien ha visto la película Escritores de la Libertad? Cuando las escuelas juntaron a todos, dejando de segregarlos por su raza, la gente se llenó la boca diciendo que era un gran avance. Fue en los 90s cuando una maestra llegó a dar clase a un salón lleno de negros, latinos, asiáticos y un blanco (aterrorizado) y se encontró con que sí, había integración, pero era sólo ficticia. Que incluso los maestros se quejaban de ella porque había más peleas, más delincuencia y grupos difíciles. Pero según ellos no eran racistas. Porque habían integrado a todos, así que se negaban a hablar del problema. La profesora se llama Erin Gruwell y llevó a Miep Gies hasta su mismo salón de clases.

La película basada en su vida, Escritores de la libertad es de los años 90 y lo que ella logró fue enorme, pero toda la gente a la que se enfrentó sigue existiendo, con esa misma mentalidad y muchas de ellas pueblan el libro de Chimamanda. Como dice Ifem: "El racismo nunca debió de haber existido en primer lugar, por lo que no te ganas una galleta por reducirlo".

Ahora vamos a hablar de otra cosa de la que me di cuenta leyendo el libro. Bueno, no es algo que me viniera de la nada mientras leía el libro, sino algo de lo que ya me había topado en todas partes. Hay gente que trata al racismo y al machismo como si fueran entes separados que nunca se cruzan y que no tienen absolutamente nada que ver. No es cierto. La discriminación interseccional es una teoría que sugiere que distintas formas de discriminación (sexismo, racismo, discriminación de clase, etcétera) no actúan de manera independiente, sino que se interrelacionan. Hay una parte en la novela sobre las elecciones de 2008 que lo ilustra bastante bien. Los medios dicen que las mujeres prefieren a Hillary y los negros a Obama. Entonces alguien pregunta: "¿Y las mujeres negras?" La respuesta es simple: "Cuando los medios dicen 'las mujeres' hablan de las mujeres blancas."

Por supuesto el libro no es perfecto.Tiene cabos sueltos y tramas que parecen inacabadas o simplemente olvidadas. Una historia de amor con facetas muy diferentes y personajes que a veces acaban por desdibujarse porque Ifem es demasiado fuerte. Quizá es un libro que lo intenta demasiado, pero eso no es algo malo necesariamente. En algún punto tiene que acertar y para mí acertó hablando de racismo y en su manera de retratar a las mujeres. Hay algo cuando lees a Chimamanda que te hace darte cuenta de que es feminista. Quizá porque retrata a las mujeres como a cualquier hijo de vecino. Tiene todos ejemplos de mujeres: desde las que buscan casarse hasta las que no, desde las que persiguen una carrera como las que no quieren, desde ateas hasta religiosas. No trata con condescendencia a ninguna de ellas.

Recomiendo el libro y lo recomiendo mucho. No es el libro quizá perfecto, aunque a mí me pareció maravilloso. Creo que tienes muchas cosas de las cuales puedes aprender algo y que puedes contrastar con tus propias experiencias y darte cuenta de que no porque tú no lo vivas, no existe. Disfruté mucho del libro. ¡Léanlo! (Si quieren).

domingo, 24 de abril de 2016

Book Tag Rita Skeeter | ¡Feliz día del libro!

Sí, el día del libro fue ayer. Bueno, también es el día de los derechos de autor, no crean que sólo el día del libro. Los libros son los festejados, obviamente, pero como todo el mundo aprovecha para recomendar sus libros favoritos, hoy haré un... ¡tag! Lo encontré en el canal de Sputnik y me encantaron las preguntas. Están dirigidas a los Booktubers, pero yo adapté la cosa un poco. Principalmente porque últimamente me cansa un montón que los medios se fijen únicamente en el fenómeno mediático que constituyen los Booktubers, sea para halagarlos, sea para criticarlos, sea para lo que sea. No es por ponerme reina, pero el fenómeno blogger también is a thing, llevamos aquí un montón y no tenemos intenciones de irnos a ningún lado. Y los promotores de la lectura no estamos sólo en internet, ¡estamos en todas partes! Bibliotecas, escuelas, campañas...

Pero bueno, a lo que vamos, que Rita dice que debería contarles ya mi vida entera.


1. ¿Tu actividad en Blogger ha cambiado tus hábitos de lectura? ¿Lees más, menos, con otros fines?
La verdad es que no recuerdo muy bien cómo era antes porque seis años son seis años, chavos. Bueno, siempre he leído mucho y la diferencia es que quizá ahora analizo más algunas cosas, pero el blog no es enteramente culpable de eso; más bien es una combinación entre que he madurado un poco y pienso más en cómo recomendar un libro. Lo que no se ha movido demasiado es mi hábito en cuanto a velocidad de lectura. Siempre he leído rápido, pero desde que tengo tantos libros a mi disposición, leo mucho más.

2. ¿Lees para hacer reseñas/entradas o haces reseñas/entradas para compartir lo que lees? 
La segunda. Eso ni se pregunta. Ni que me pagaran por reseñar.


3. ¿Qué tan relevante es poseer el libro? 
A menos de que yo lo quiera con desesperación, no demasiado. Libros digitales, bibliotecas (digitales y no digitales), libros prestados (juro que ya acabo el de Murakami este año), todo está a mi disposición y realmente tener el libro en físico no es tan importante en algunos casos. Especialmente por la falta de espacio y porque no quiero acabar ahogada en libros.

4. ¿Es relevante leer cierta cantidad de libros por semana o por mes?
No. A menos de que esté participando en un maratón de lectura, entonces sí me dolerá un poco no leer los libros que me propuse. Lo importante es leer, no contar los libros para presumirlos después.

5. ¿Por qué/ para qué lees?
Leer para mí es como respirar. Bueno, no tan dramático: si dejo de leer no me muero. Leo para saber cosas y para descubrir más cosas que quiero aprender. No leo para evadirme, nunca me ha gustado eso, pero si para relajarme o distraerme. No leo para meterme en otros mundos, este ya es muy basto y tiene un montón de historias qué ofrecer. Leo porque no puedo vivir sin leer y ya está.


6. ¿Por qué / para qué subes entradas?
Porque me sale de los bajos fondos. Mejor respuesta jamás.

7. ¿Hay algún libro del que no hablarías en tu blog?
No sé. Hay muchos de los que no he hablado. Buenos, malos y regulares. Los buenos porque no sé qué decir. Los malos porque son malos a secas, ni siquiera son de esos libros malos que me den ganas criticar para denunciar algo. Los regulares porque nunca sé que decir. Personalmente, creo que no hablaría de casi ninguno de Kundera (aunque lo amo) o de Murakami (porque no me late perder el tiempo reseñándolo) o de los libros que siguen de After (porque con el primero quedé satisfecha para esta vida y la siguiente). No le veo el caso.

8. ¿Comprarías o has comprado libros pirata? 
No los compraría (no me da la gana hacer rica a la gente que piratea libros) y sí, los he comprado. Mi papá me compró los de Narnia piratas porque dijo, textualmente, que yo le salía muy cara con eso de los libros. Ahora, sobre las descargas tengo mis principios aunque no parezca. Nada de páginas que se hagan ricas de links acortados o publicidad a menos de que no haya alternativa y no quiera esperar, ninguna traducción fan. Libros que no se pueden conseguir en México y están muy caros en internet: descarga. Libros de autores a los cuales no quiero darle un centavo de regalías (Meyer, Todd, Scott Card, Coehlo, etc): descarga. Libros que cuestan más de 300 pesos y de verdad quiero: lo pienso. El resto intento comprarlos.


9. ¿A quién admiras? ¿A quién sigues?
Mucha gente, especialmente a aquellos que se dedican a promover la lectura como modo de vida, porque para mí aunque es una pasión, no deja de ser una pasión sin paga. Entre escritores, admiro a la nigeriana Chimamanda Ngozi Adichie, aquí a Xavier Velasco y a María García Esperón. Me fascina Maite Carranza. De blogueros, Nina es de las primeras que conocí, Alejandra Arévalo de Sputnik fue la primera booktuber que me animé a seguir. Uf. No acabo nunca.