Divagaciones de una Poulain
by Nea Poulain

martes, 22 de enero de 2019

Nuevas perspectivas para la liberación de la mujer de Stefan Engel y Mónika Gärtner

Sinopsis: Las mujeres han desarrollado una nueva conciencia de sí mismas, particularmente debido a su inclusión en la producción social y en los diferentes movimientos sociales. Esto ha reforzado nuevamente la lucha por su liberación en la conciencia pública. Con su escrito polémico los dos autores Monika Gärtner-Engel y Stefan Engel quieren contribuir a esta discusión social tomando consecuentemente partido por la liberación de la mujer en una sociedad liberada de explotación y opresión.

Leí este libro gracias a Ana (que tiene un blog llamado Cien Flores de Colores, donde pueden encontrar material de formación marxista y de mujer y marxismo). No es el primero que leo gracias a ella, pero es de los que me han gustado. Nuevas perspectivas para la liberación de la mujer fue un soplo de aire fresco cuando sentía que me estaba estancando un poco con lecturas culeras, o con lecturas que no me estaban dejando lo que buscaba precisamente. El libro fue publicado originalmente en Alemania en el año 2000 y es una coautoría entre Stefan Engel, el presidente del partido Marxista-Leninista de Alemania y Mónika Gärtner-Engel, que sé que es un miembro importante del partido, pero como la información está toda en Alemán practicamente no pude averiguar nada más de los dos. (Lo sé, que insight les doy). De todos modos, lo importante es realmente el libro. Así que vamos a él.

El libro consta de tres partes. La primera se dedica a los fundamentos sociales de la explotación y opresión específicas de la mujer en el capitalismo y es básicamente la base teórica de prácticamente todo el libro, la segunda se refiere al movimiento de mujeres proletario y burgués, haciendo especial énfasis en que la clase separa a las mujeres (algo que yo he mencionado en diversas ocasiones ya, al hablar de Alexandra Kollontai, de La mitad del cielo y al realizar la crítica a Por qué no soy feminista de Jessa Crispin). Si no eres alemán esas son las más interesantes, pero la tercera también es muy buena, ya que recupera la historia y habla de la lucha por la liberación de la mujer y el socialismo, pero se enfoca mucho en Alemania y los últimos capítulos están muy enfocados a la situación durante la guerra fría y después de ella en Alemania y quizá si no están tan interesados o tienen mucho contexto no sean los más interesantes del mundo.


El primer punto que quiero tratar es justamente la primera parte. Ahí recupera los fundamentos de la explotación de la mujer en el capitalismo (sí, Andrea, ya lo dijiste arriba) y expone la doble explotación de las mujeres en el capitalismo. ¿A qué nos referimos cuando decimos doble explotación? A la dimensión del trabajo doméstico no remunerado que realizan las mujeres trabajadoras (además de la jornada laboral común) comparándola con el trabajo doméstico no remunerado que realizan los hombres. Hablan de la situación específica en Alemania, pero aquí abajo hasta tienen un cuadrito para que se note
.
El libro me parece muy valioso por ese análisis que hace. Quizá este hable de la situación específica en un país, pero esa misma situación se puede extrapolar al presente y a otras áreas del mundo. La doble explotación no es algo de Alemania. Existe en todo el mundo. Y existe desde hace mucho. La misma Alexandra Kollontai recupera la idea de doble explotación/doble carga en El comunismo y la familia (que no me parece de sus textos más aplicables al día de hoy, pero que sí tiene un fragmento de análisis que vale la pena rescatar):
La mujer casada, la madre que es obrera, suda sangre para cumplir con tres tareas que pesan al mismo tiempo sobre ella: disponer de las horas necesarias para el trabajo, lo mismo que hace su marido, en alguna industria o establecimiento comercial; consagrarse después, lo mejor posible, a los quehaceres domésticos, y, por último, cuidar de sus hijos.
Precisamente se habla de esto porque el libro habla de la opresión específica de la mujer en el capitalismo. Si analizamos la historia de las mujeres (algo que hace Alexandra Kollontai en La mujer en el desarrollo social y Simone de Beauvoir en El segundo sexo, aunque personalmente creo que a De Beauvoir le faltó analizar el papel de las mujeres en las revoluciones de la clase obrera y obviamente no es marxista, sino existencialista), nos damos cuenta de que la opresión nunca se ha manifestado de la misma manera. En el esclavismo, el feudalismo y el capitalismo, la mujer trabajadora ha sufrido de opresión, pero esta nunca ha sido igual. Entonces, este libro nos transporta al aquí, al ahora, al sistema capitalista, para exponer la opresión específica de la mujer en el capitalismo.
Ahí mismo recupera la idea de que no todas las mujeres son iguales, sino que sufren una opresión específica con base en su clase. Las mujeres no somos una masa homogénea: las hay burguesas y las hay proletarias. Y el libro, por supuesto, aborda la diferencia. De aquí me voy a agarrar para irme al segundo punto del libro: cómo analiza y muestra los movimientos de mujeres burgueses y proletarios. Porque claro, cada uno tiene intereses diferentes. 

En ese sentido, Clara Zetkin escribió lo siguiente para definir al movimiento de mujeres burgués (y viene citada en el libro): 
El movimiento de mujeres burgués es —como el movimiento de mujeres considerado como un todo— el hijo del modo de producción capitalista, que crea la base económica y es la fuerza motrizz y sustentadora de las aspiraciones por la completa igualdad social del sexo femenino con el masculino. [...] El movimiento de mujeres burgués tiene los pies en el suelo de la sociedad burguesa y lo defiende contra el proletariado en avance. Lucha sólo por reformar la sociedad burguesa eliminando las ataduras jurídicas y sociales que encadenan el sexo femenino en provecho del hombre.
El libro analiza como muchos de estos movimientos sólo se movían en pos de los intereses de la clase burguesa, mujeres que buscaban obtener los mismos privilegios que sus contrapartes masculinas y que se beneficiaban materialmente de la explotación de los trabajadores. Habla de cómo el movimiento de mujeres burgués nunca fue uniforme: "en la mayoría de los casos unificó un amplio espectro de diferentes, y a veces hasta contradictorias, posiciones que iban desde las aspiraciones abiertamente reaccionarias hasta los deseos más progresistas". Es por eso que dentro del feminismo existen ramas que se contradicen a sí mismas (la liberal y la radical, por poner un ejemplo), por qué existen grupos de mujeres que creen que se puede ser pro vida y estar en favor de las mujeres, por qué hay "feministas conservadoras" (que son, usualmente, abiertamente reaccionarias). Esto nunca ha sido homogéneo

El libro recorre el movimiento de mujeres en Alemania específicamente y hace un análisis muy amplio del movimiento de mujeres de la pequeña burguesía que recomiendo ampliamente. Finalmente, esta es una lectura que no puedo dejar de recomendar. No sé en qué países se edite en físico, pero sí conseguí, gracias a Ana (amor para ella) una copia escaneada en PDF que fue la que estuve compartiendo en tuiter cuando lo leí (hace ya bastantes meses). Los invito a conocer el libro, para mí se ha vuelto una de las lecturas escenciales para conocer la cuestión de la mujer desde el marxismo. Se los dejo disponible en este link. A cualquiera que lo lea, me gustaría platicarlo, mis comentarios siempre están abiertos.

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