Divagaciones de una Poulain
by Nea Poulain
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jueves, 11 de enero de 2018

La cara desnuda de la mujer árabe, Nawal el-Sadaawi | #AdoptaUnaAutora

Entrada para el proyecto Adopta Una Autora

Sinopsis: «La cara oculta de Eva», un clásico de la literatura árabe moderna, denuncia la opresión que sufren las mujeres en el mundo islámico y, con unos nuevos prólogo y epílogo, mantiene toda su vigencia más de veinticinco años después de su publicación. Nawal El Saadawi relata de manera impactante la violencia y la injusticia que se han extendido por la sociedad en la que vive. Su experiencia como médico rural en distintas zonas de Egipto, como testigo de la prostitución, de los asesinatos por razones de honor y de los abusos sexuales, además de la ablación, que ella misma sufrió de niña, la impulsaron a dar testimonio de todo este sufrimiento. Con claridad y precisión detecta y analiza las causas de esta situación, y describe el papel histórico de la mujer árabe en la religión y la literatura. Para la autora, el velo, la poligamia y la falta de igualdad ante la ley de hombres y mujeres son incompatibles con el islam y con cualquiera de las otras religiones.

Bueno, primero que nada, vengo a presentarles mi nueva participación en el proyecto Adopta Una Autora, al cual les recomiendo unirse. Sólo tienen que ser creadores de contenidos y difundir las palabras de autoras en internet. Durante 2017 estuve trabajando con Elena Poniatowska como adoptada y realicé tres reseñas de su obra (además de las que ya tenía en el blog), este 2018 estaré trabajando con la escritora y feminista egipcia Nawal el-Sadaawi. Hace mucho ya que leí este libro, La cara desnuda de la mujer árabe (en inglés The Hidden Face of Eve: Women in the Arab World y en la más reciente reedición en español que no me acaba de convencer, La cara oculta de Eva), pero quería que fuera mi carta de presentación de Nawal el-Sadaawi cuando empezara con sus entradas como autora adoptada.

La cara desnuda de la mujer árabe es, creo, uno de los libros más completos sobre la cuestión de la mujer árabe, especialmente en egipto que existen en el mundo. Mucha gente dice que es una de las biblias del feminismo islámico pero yo tengo problemas con algunos de esos conceptos: uno, no creo que ningún libro sobre feminismo sea una biblia, el feminismo no es dogma y dos, Nawal el-Sadaawi ha reiterado en muchas ocasiones que no cree que el feminismo pueda ser islámico o de ninguna religión (aunque por supuesto, se abogue por la libertad de culto y la liberación de las mujeres en todas las religiones del mundo), así que elegiré respetar eso al hablar de sus libros. Además, dada la diferencia de culturas entre todos los países de mayoría musulmana (desde los pashtun, los urdu, turcos, árabes, amazigh, etc), creo que hablar de que este libro engloba a todo el feminismo islámico es estirar mucho porque sólo se ocupa de la mujer árabe y, principalmente, en Egipto).

Nawal el-Sadaawi
Pero bueno, ya les había hablado brevemente de la autora en una reseña pasada del libro Mujer en punto zero (Woman at point zero), que conseguí por casualidad, que es una obra de ficción que habla de la poca libertad de las mujeres en el Egipto fundamentalista de finales del siglo veinte, entre los setentas y los ochentas. Para entender al mundo musulman hay que entender que en muchos países ocurrió un fenómeno llamado fundamentalismo. La religión tomó fuerza y las instituciones religiosas fueron usadas para oprimir en muchos casos (por ejemplo, en Irán, después de la revolución y la caída del Sha, el gobierno que se impuso, para horror de los revolucionarios, fue extremadamente conservador y religioso y fue el gobierno que impuso el velo obligatorio... y ni que decir de Afganistán, donde los talibanes se aprovecharon de todo, impusieron la burka, prohibieron la educación de las mujeres y cortaron de raíz todas sus libertades). Egipto también pasó por ese proceso y la misma autora dice como ella había sido menos libre que su madre y como veía que su hija lo era aún menos en algunas cuestiones. Hoy en día, Egipto no es el país represor que era en los setentas y ochentas, pero le falta mucho camino para recorrer para volver a ser lo que fue en los años treintas y cuarentas, cuando las mujeres lograron conquistar algunas libertades. El velo ya no es obligatorio, las mujeres tienen acceso a la educación, pueden manejar... Sin embargo, algunas de las cuestiones que expone Nawal el-Sadaawi en este libro siguen tan vigentes como nunca, no sólo en Egipto, sino en otros lugares del mundo árabe.

Mujeres manifestándose en Egipto
Ahora sí, volviendo al libro, quiero hablarles de algunos temas que toca específicos para ver si los convenzo de leerlo:

1. Nawal el-Sadaawi se enfoca en las mujeres que tienen las menores oportunidades y recalca la necesidad de emancipación legal y económica


Durante todo el libro, la autora habla de que, por más leyes que existan para remediar la situación de la mujer, su liberación no será posible si no se le concede la emancipación económica y legal. Habla especialmente de como, usando a los textos sagrados como excusa, las mujeres son practicamente propiedad de los hombres con los que conviven: su padre, el hermano mayor o menor, su esposo, su hijo. Las mujeres no son sujetos, son objetos. Expone, así, que en calidad de objetos, las mujeres deben obediencia al marido o a los hombres de la familia, lo cual las expone a la violencia, los golpes y los abusos. 

Mujeres manifestándose en Egipto
Analiza varios fragmentos del Corán para explicar como los textos son usados, precisamente, para anular a la mujer en nombre de la religión. Ahondaré más sobre ello en otro punto, pero precisamente ahí expone perfectamente las excusas que usa el sistema para mantener a las mujeres en sus casas, como objetos que se encargan de las labores de cuidado y los trabajos vistos como femeninos. Se enfoca en las mujeres pobres y en las que no han tenido acceso a la educación y en la falta de oportunidades a las que se ven sometidas. En algún punto hay un testimonio de una mujer que dice como su madre salió de su casa sólo tres veces: para casarse, a parir y rumbo al panteón. Existen muchas mujeres que son reclusas en su propia casa, dice la autora, pero también, y cuando el sistema económico lo necesita, existen muchas mujeres obreras, que trabajan jornadas inhumanas y no tienen prácticamente derechos laborales, que reciben sueldos prácticamente indignos, pues se asume que no necesitan más, puesto que el hombre de la casa es quien lleva el pan a la mesa y recalca, una y otra vez, que es necesaria la emancipación económica.

2. Se hace hincapié sobre la violencia de género en Egipto


Durante todo el libro, Nawal el-Sadaawi es muy firme sobre la violencia de género, que explica repetidas veces. Varios capítulos ahondan precisamente en las distintas violencias a las que las mujeres en Egipto se enfrentan. Desde la mutilación genital femenina, también conocida como ablación y las problemáticas a las que las mujeres se enfrentan por causa de esta. La autora está mutilada, como casi el ochenta o noventa por ciento de las mujeres de su edad. También habla de la legislación sobre la mutilación genital femenina y la falsa creencia de que su origen está en el Corán (cuando hay evidencia de que esta mutilación es anterior a Mahoma y se practica en lugares de África que no tienen casi población musulmana). 

Habla de la violencia sexual existente en Egipto y del estigma que sufren las mujeres que han sido abusadas: el culpar a la víctima llevado al máximo. Además, habla un poco de la legislación y de como muchas mujeres se ven imposibilitadas para hacer algo cuando su agresor es también su marido (a quien, practicamente, le pertenecen). Sumado a eso, Nawal el-Sadaawi examina el matrimonio como institución y habla de la imposibilidad de las mujeres para pedir el divorcio (cuando los hombres si pueden hacerlo con algunas condiciones) y del estigma y las pocas oportunidades a las que se enfrentan las mujeres casadas. 

Finalmente, y creo que es uno de los grandes aciertos del libro, Nawal el-Sadaawi habla del origen de la prostitución en el mundo árabe (se asume que esta ya existía, sólo la enmarca en el contexto) y también en la Europa cristiana del inicio de la Edad Media y como las instituciones religiosas incluso llegaron a promoverlo (incluso yendo contra lo que habían dicho sus profetas, pero al tema religioso nos vamos a meter después). Pues bien, Nawal el-Sadaawi habla de la prostitución como una institución (más o menos, no sé si llamarla así) que existe para explotar sexualmente a las mujeres y es una de las fuentes de violencia que sufren las mujeres en Egipto. Primero, porque es ilegal y eso las somete a los abusos policiales; segundo, porque siempre acaban en las manos de los proxenetas, que se hacen ricos a costa de su explotación, mientras ellas permanecen en la pobreza y, tercero, de como la prostitución no es una libre elección para las mujeres ya que, además de lo expuesto anteriormente, la mayor parte de las mujeres en prostitución son mujeres pobres, solas, divorciadas, madres solteras, mujeres estigmatizadas y que son, prácticamente, un cero a la izquierda.

También, por supuesto, Nawal el-Sadaawi habla del tema favorito del mundo occidental al hablar de países de mayoría musulmana: el velo. Lo toca hasta después, porque para ella hay temas más urgentes, como la mutilación, violencia sexual, la falta del acceso a la educación y al mercado laboral, pero lo toca. Existe una creencia en el mundo occidental (de los hombres, en general), de que si le quitamos el velo a las mujeres serán libres automáticamente. La autora habla sobre ello, remarcando como en las tres religiones principales el cubrirse el cabello era algo principal (los velos de la Europa Medieval, que apenas si dejaban ver el óvalo de la cara o un pequeño pedazo del cabello, las judías ortodoxas, que usan pelucas o velos para cubrir su cabello...) y de como ahora las campañas occidentales se enfocan demasiado en él sin prestar atención a otros asuntos. Por supuesto, habla de la imposición del velo como otro mecanismo de violencia y de como en las primeras protestas feministas, el quitar la imposición era algo elemental para las mujeres de clase media y alta, mientras que para las más pobres y sobre todo, las trabajadoras, no era algo tan urgente como derechos laborales o derechos que las protegieran de la violencia. No hablaré más para dejarles algo que leer en el libro.

3. Nawal el-Sadaawi habla de religión, de las instituciones religiosas y de los textos sagrados


Khadija, primera esposa de Mahoma
Para hablar de muchos temas en los países árabes, por fuerza tienes que tocar la religión y su influencia. Es frecuente que la autora hable de fragmentos del Corán y del contexto en el que Mahoma dijo muchas de las cosas que dijo (pues el Corán, como todos los textos sagrados, se contradice en algún punto). Hay un capítulo bastante bueno donde la autora habla de las mujeres del Corán y de muchas mujeres que históricamente fueron importantes en el mundo árabe. Habla especialmente de Aisha, una de las esposas de Mahoma, como una mujer muy inteligente. Habla de ellas porque, como ella misma dice, las autoridades religiosas las han ido haciendo invisibles poco a poco, porque no les sirven para validar la violencia a la que someten a las mujeres. Habla de mujeres guerreras, reinas y las reivindica ante un mundo que las borra sin cesar.

También, para hablar de religión, por supuesto que habla del cristianismo (digo, Jesús es un profeta musulmán también) y de como la iglesia se ha cagado en todo lo dicho por Jesucristo según sus intereses (más o menos así como hacen en cada religión). La verdad es que el libro ayuda a aprender mucho del asunto y, además, la autora explora la idea de que la religión per se es sólo el instrumento de opresión moldeado al antojo de los hombres en diferentes contextos, que usan a su conveniencia según necesitan para explotar a las mujeres como un bien de consumo en el capitalismo. 

Conclusiones


Creo que La cara desnuda de la mujer árabe es uno de los textos fundamentales para hablar de feminismo en países árabes y de la cuestión de la mujer en el medio oriente. Es un texto muy completo, sobre todo porque se apoya en las investigaciones de la autora, que incluso estuvo en la cárcel por ellas. Es un poco difícil de conseguir y hasta hace muy poco estaba descatalogado en Español. La reedición que salió tiene una portada horrenda (una mujer con niqab, dando entender exactamente lo que Nawal el-Sadaawi denuncia: que lo único que le importa a la civilización occidental es el velo, que para otra cosa no les interesa denunciar la violencia de género), pero ya lo pueden encontrar por ahí. Ahora, como es un texto sobre feminismo, yo lo tengo a disposición de quien lo necesite: en epub en español, en pfd en español, en pdf en inglés. Creo que los tres son traducciones directas del árabe.

Les recomiendo mucho el libro si les interesan estos temas y ya los espero para seguirles platicando de Nawal el-Sadaawi en este proyecto tan bello que es Adopta Una Autora.

miércoles, 16 de agosto de 2017

Lilus Kikus, Elena Poniatowska | #AdoptaUnaAutora

Entrada para el proyecto #AdoptaUnaAutora y #LIJFeministaLat

Reseña: Hace muchos años, tal vez trece o quizá un poco menos, apareció un libro de sueños: los tiernos sueños de una niña llamada Lilus Kikus para quien la vida retoñó demasiado pronto. 
Lilus sabía poner orden en el mundo sólo con estarse quieta, sentada en la escalera espiral de su imaginación, donde sucedían las cosas más asombrosas, mientras con los ojos miraba cómo se esfumaba el rocío y un gato se mordía la cola o crecía la sonrisa de la primavera. Luego, de pronto, sentía que los limones estaban enfermos y que sólo inyectándoles café negro con azúcar podía aliviarlos de su amargura. Pero Lilus era también endiabladamente inquieta: corría a preguntarle a un filósofo si él era el dueño de las lagartijas que tomaban el sol afuera de su ventana. También divagaba en cómo hacerle a Dios un nido en su alma sin cometer adulterio e investigaba con su criada Ocotlana de qué tamaño y sabor eran los besos que le daba su novio. 
Todo en este libro es mágico y está lleno de olas de mar o de amor como el tornasol que sólo se encuentra, tan sólo en los ojos de los niños. Juan Rulfo.

Este libro se clasificó erroneamente para niños porque estaba ilustrado por la gran e increíble Leonora Carrington (si no la conoces, les recomiendo googlear su nombre) y porque era muy cortito y porque lo protagonizaba una niña, al menos, al principio. Gracias a ese pequeño error al catalogarlo (pues sólo la literatura para niños tenía dibujos y sólo a los niños les interesaba leer cosas que tuvieran a niños de protagonistas, según la gente que lo decidió) durante muchos años muchos niños (y adultos que se atrevían a leerlo) pudieron disfrutar una obra tan magistral como lo es Lilus Kikus, uno de los primeros libros que Elena Poniatiwska publicó en su carrera (y sigue publicando). Pero vamos a hablar de Lilus Kikus.

Para empezar, lo ilustró la genialosísima Leonora Carrington, a quien si no conocen les recomiendo que la busquen en internet porque sus ilustraciones y todo su trabajo no tienen desperdicio. Aquí les dejo dos ilustraciones de este librito para que más o menos se imaginen como es la cosa.



Para seguir, pues ya vamos a hablar del libro. El libro empieza con Lilus como una niña y acaba con Lilus como una jovencita. En cierto sentido, estamos ante un coming-of-age, pero seguramente muy diferentes a todos los que conocen. Lilus no juega con muñecas porque se le mueren todas. Es que es un poco torpe. Lilus no entiende mucho de política y dice que siempre le pasan a ella las cosas a medias. El libro se divide en pequeños capítulos, todos con un tema diferente, en el que podemos notar que Lilus va creciendo y que sus experiencias van cambiando. Si al principio no jugaba con muñecas porque las mataba todas, al final es una jovencita en una sociedad conservadora que quiere meterla en cintura y que, como con muchas jovencitas alocadas antes que ella, lo va a lograr.

Sobre si es un libro para niños o no, no me meto. Yo sí se lo leería, por ejemplo, a los mayores de diez años, quizá un poquito antes. Los cuentos están bonitos, narrados poéticamente y siempre desde el punto de vista de Lilus, así que vemos su percepción del mundo y no otra. Creo que eso es lo más bonito de todo el libro. Siempre tenemos ahí el punto de vista de Lilus, cómo ella ve las cosas. Entonces tenemos que leer entre líneas para saber qué cosas pasan, para entender un poco a Lilus Kikus.

Entre sus páginas hay una muchacha embarazada de la escuela expulsada porque se embarazó y es la oveja negra de un blanquísimo rebaño (como no, si era escuela de monjas):
—Ahora estoy completamente desilusionada del amor, Lilus… Ahora solamente pienso en la maternidad, y ya he dado los pasos conducentes…
Expulsaron a la Borrega. Se fue con su petaca escocesa, y sus grandes anteojos negros eran como lágrimas postizas. Le sacó la lengua a la directora, le hizo dos estupendas muecas a Lilus y le avisó que muy pronto le mandaría una botella de champaña…
Si lo pensamos mucho, el mundo no ha cambiado demasiado. Si se embaraza una adolescente primero la condenan y le dicen que perdió el camino y luego ya, si eso, se preocupan por ayudarla. En averiguar qué pasó para que pasara eso, pues no, pero bueno. Ahí se fue la borrega, desilusionada del amor y pensando en la maternidad.

Elenita, por ahí, entre líneas, también se mete con los matrimonios en los que parece que el marido cambió a la mamá por esposa o creyó que en vez de esposa estaba adquiriendo una sirvienta, con la amiga de Lilus, Chiruelita, que se casó con un artista lánguido y maniático al que siempre le hacía la comida. Y, claro, por que no, en el acoso callejero, porque desde que Elenita publicó este libro a las mujeres ya les gritaban despropósitos en la calle y todavía los hombres siguen insistiendo que, de alguna manera, eso es halagador. Y mientras anda averiguando de que sabor son los besos que la da su novio a la sirvienta de su casa y preocupando porque la quieren mandar a vivir con las monjas.

Es un coming-of-age, sí. Es el coming-of-age de las jovencitas alocadas que viven en una sociedad conservadora que las tiene que meter en cintura, volverlas castas y puras, hacerlas preocuparse por lo Bien Visto y lo Mal Visto y sobre todo por los símbolos y la iglesia y la religión y volverlas creyentes en sus filas. Se los recomiendo mucho, más si les gusta leer entre las líneas o quieren conocer una de las primeras obras que publicó Elena Poniatowska. Es considerado Literatura Infantil y Juvenil y la verdad es que para niños ya cercanos a la pubertad y jóvenes, es un libro hermoso (incluso antes). Y para los nostálgicos, pero no tanto, nos recuerda un México conservador y que vivía cuidándose de lo Mal Visto y siguiendo las reglas de lo Bien Visto. En serio, léanlo.

(Y si todavía no los convenzo, le pueden echar un vistazo en epublibre.org y luego, cuando se enamoren, ir a comprarlo con Ediciones Era).

viernes, 19 de mayo de 2017

Las indómitas, Elena Poniatowska | #AdoptaUnaAutora

Esta entrada es parte del proyecto #AdoptaUnaAutora. ¡Adopten a la suya!

Sinopsis: La sociedad actual libra distintas luchas, entre ellas la de las mujeres, aquellas que alzan la voz desde sus trincheras y desconocen la idea de rendirse. En medio de la multitud se distinguen las que van a contracorriente: madres, combatientes, escritoras, trabajadoras domésticas; mujeres antes y después de todo.Las indómitas rinde tributo al rostro anónimo de las mujeres que lucharon en la Revolución, a la inconfundible Jesusa Palancares y al silencio de las mujeres del servicio. Alberga la esencia de Nellie Campobello, Josefina Vicens y Rosario Castellanos, quienes se abrieron paso en una época literaria dominada por hombres. Mientras que la desaparición de Alaíde Foppa representa la dura realidad latinoamericana, la lucha imperecedera de Rosario Ibarra de Piedra da voz a las madres de desaparecidos y la causa feminista de Marta Lamas replantea lo que significa ser mujer en el sigloXXI.A través de esta recopilación de ensayos, el lector se sumerge en la vida de las indómitas, muchas veces olvidadas, pero nunca silenciadas. Elena Poniatowska, Premio Cervantes 2013, es una de las más reconocidas autoras mexicanas en la actualidad.• Esta serie de ensayos reúne un tema fundamental en la obra de Poniatowska,el rol social de las mujeres, con uno delos géneros en los que su pluma tiene más fuerza: el retrato biográfico.

A ver, estoy reseñando este libro por obvias razones: es una de las obras más recientes de Poniatowska, yo quería saber en que andaba ella y además lo iba a presentar junto a Marta Lamas en la Feria del Libro del Palacio de Minería. Miren, yo no les voy a mentir: Marta Lamas es una de las personas que me acercó al feminismo, con todo y que representa a un feminismo más privilegiado y burgués. Entonces yo tenía una pequeña fangirl interna que quería ir a ver a Poniatowska y a Lamas y de paso leer el libro. Así empezó la cosa. Ahora sí, vamos a hablar del libro.

Para empezar, el libro consta de varios textos de los cuales el único original es el que está dedicado a Marta Lamas (y que me aburrió muchísimo porque es un halago de páginas y páginas a Marta Lamas sin nada muy interesante), lo demás fue publicado aquí y allá antes de acabar de caer en ese libro. Como quien dice, es un libro que se publicó porque había que sacar un libro y algo que promocionar. Sí, está interesante, aunque me llamó la atención que, exceptuando algunos, todos los demás textos estén dedicados a mujeres privilegiadas (distintas) pero privilegiadas. Sin embargo, con todo y lo privilegiadas que son las mujeres de este libro, casi todas son desconocidas, no oímos sus nombres como escritoras, no nos suenan, nadie nos los enseñó (todas ellas escritoras dignas de que alguien las adopte). Entonces vamos a empezar a hablar de los temas del libro uno a uno.

Josefina Bórquez, mejor conocida como Jesusa Palancares


Elena escribió un libro que es muy famoso que se llama Hasta no verte Jesús mío. Si todo va bien, esa va a ser mi siguiente lectura para #AdoptaUnaAutora, durante los dos meses que vienen (y si alguien quiere participar leyéndolo conmigo, me haría muy feliz). Bueno, la protagonista de ese libro, Jesusa, estaba inspirada en una mujer de carne y hueso a la que le había pasado de todo y había sido soldadera en las tropas de Carranza en la revolución (de eso ya pasaron cien años, imagínense). Cuando Elena la conoció, Josefina/Jesusa era una mujer muy pobre que trabajaba limpiando uniformes de obreros, que tenía un hijo adoptado, que tenía gallinas y se quejaba mucho. Josefina peleó en la revolución y lo dio todo por ella, pero a cambio, la revolución mexicana no le dio nada. ¿Pensión? Pero si ella no era soldado, sino soldadera. ¿Pensión por su marido muerto? Pero si estaba muy joven, podía volverse a casar y que iba a andar el Estado pagándole a un hombre joven la vida. En cambio, la hizo pobre y la fue sacando de la ciudad, poco a poco. Como Elena dice: ella cada vez vivía más lejos.

Josefina Bórquez con Elena
Josefina Bórquez es la cara de muchas mujeres pobres en México, todas de ellas olvidadas, nadie las quiere, a nadie interesan, son invisibles. Pero si se fijan en las calles de la ciudad, las van a ver. Ahí están y no se van a ir a ninguna parte. De Josefina Bórquez, por supuesto, nos vamos a... 

Las Soldaderas


Las soldaderas de la Revolción Méxicana hicieron posible la revolución. Le hicieron la comida a los soldados, les lavaron la ropa, los siguieron a todos lados y a veces, tomaron los fusiles y pelearon ellas. En el ejército de Zapata, que era el que trataba a las soldaderas más equitativamente y con mayor respeto, hubo coronelas. ¿Las han visto en los libros de historia? Porque en mis libros de historia lo más que había era la anécdota de la Adelita. «Y si Adelita se fuera con otro, la seguiría por tierra y por mar, si por mar en un buque de guerra, si por tren en un tren militar». Caray, igual y Adelita quería irse, ¿no? Bueno, de las soldaderas ya hablé en una entrada para La hora del té que aquí voy a compartirles: Las soldaderas de la revolución mexicana. A todas estas mujeres, la revolución no les dio nada, más bien las olvidó de la historia para dejarlas en una simple y triste anécdota.


Elena escribe una historia de Villa, cuando ejecutó a todas las soldaderas que había capturado porque una sola se atrevió a dispararle y ninguna quiso delatar a otra. Hizo que las quemaran y ellas todavía lo insultaron y le dijeron que todas querían matarlo. Villa no es conocido por eso, pero no se caracterizaba por tratar bien a las mujeres. Tampoco Carranza, la verdad. Una vez que Zapata capturó a soldaderas del ejército carrancista, las trató mejor él como prisioneras de guerra, que el mismo Carranza. Una de las cosas que Elena menciona, es que hay que desmitificar a los héroes de la Revolución (y de paso, también a los de la Independencia). Esos dos actos de la historia de México estuvieron llenos de mujeres y ahora no vemos a ni una sola. Y de las soldaderas, vamos a hablar de una de las escritoras de la revolución.

Nellie Campobello


Nellie era bailarina, su hermana, Gloria, llegó a ser considerada la Prima Ballerina de México gracias a su dirección. Pero también escritora. Nellie es una de las pocas escritoras de la Revolución. Porque historias de la revolución hay muchas, y escritores también, pero escritoras no hay tantas. Sin embargo, Nellie fue más conocida como Bailarina, que como escritora mientras estuvo viva. De su obra, se dice que es una mirada femenina de la revolución, porque está llena de familiaridad y de espacios comunes. La escribió denunciando que la revolución se había institucionalizado y que muchos héroes habían sido injustamente juzgados.


Nellie no tiene muchas obras y desapareció de la vida pública el año de 1984. Y si alguien quiere saber qué ocurrió, puede leer por aquí. Muchas de sus coreografías fueron rescatadas y sus libros aun se editan, aunque poca gente los conoce. Yo les quiero recordar que en Libros b4 Tipos vamos a leer Cartucho, de Nellie Campobello, el mes que viene (Junio). Además de que alguien debería adoptarta, yo sólo digo.

Josefina Vicens



También es escritora. ¿La conocen? ... ¿No? Eso pensé. Porque yo tampoco la conocía, lo confieso. Tiene que ver que sólo escribió dos novelas, por supuesto, pero escribió guiones cinematográficos y ganó el premio Xavier Villaurrutia en 1958 (de eso, por supuesto, ya llovió) por su primera novela, titulada El libro vacío. Ganó dos veces el premio Ariel por guines que ella escribió en Renuncia por motivos de salud (1975) y Los perros de Dios (1979). Fue miembro de la Secretaría de Acción Femenil de la Federación de Trabajadores al Servicio del Estado y luchó por las trabajadoras. También debo decirles, es una excelente opción para adoptar (aquí imaginen que estoy como guiño guiño patada).

Rosario Castellanos


Miren, si son mexicanos y nunca han oído de Rosario Castellanos voy a ir a tirarme por un balcón porque no sé que estamos haciendo aquí, entonces. En Libros b4 Tipos, antes de que fuéramos Libros b4 Tipos, leímos El eterno femenino y lo comentamos en un hangout (ahí está el link) por si quieren sabe, yo no le hice reseña, pero aquí está una que hizo Karen del canal de booktube de Las flores están locas. Ahora bien, ¿quién fue Rosario Castellanos? Fue una escritora y diplomática mexicana (murió mientras fungía como embajadora en Tel Aviv, Israel), escribió novela, teatro y poesía y Elena habla de ella con mucho cariño.


Rosario fue feminista, criticó la imposición de ser sumisas a las mujeres, habló en pro de su educación, instó a desmitificar el mito de la madre abnegada. Era fanática de leer a mujeres y escribió un libro llamado Mujer que sabe latín... sólo para hablar de ellas. Si les interesa saber, el título del libro viene de «Mujer que sabe latín, ni consigue marido ni tiene buen fin». A esta si no les digo que es una buena idea para adoptar porque ¡ya está adoptada! En fin, de esta nos vamos a otra más.

Alaíde Foppa


¡Otra más para adoptar! Yo la conocía más bien por su papel en Guatemala y su desaparición, pero o cómo escritora, he de reconoder. Alaíde Foppa es Guatemalteca por padre de madre y Argentina por parte de padre. Nació en Barcelona, vivió en Europa. Llegó a Guatemala y colaboró activamente con la revolución. En México pasó su primer exilio. Fue docente en la facultad de Filosofía y Letras de la UNAM. Se fue a París cuando su marido fue nombrado cónsul, allá nacieron sus hijos. Regresó a Guatemala en 1950, pero tuvieron que salir cuatro años después, de nuevo exiliados, tras el derrocamiento del gobierno del coronel Jacobo Árbenz Guzmán. Alaíde volvió a México y se quedó hasta aquó hasta su último viaje a Guatemala, en 1980. Por supuesto, Elena no te cuenta todo esto en Las Indómitas, sino que habla de Alaíde con cariño y desesperación. ¿Qué pasó con ella? ¿Por qué desapareció? ¿Quién la desapareció? 


Alaíde fue a Guatemala a renovar su pasaporte vencido en 1980 y nunca volvió. La secuestraron el 19 de Diciembre. Se asumió que el gobierno en turno había ordenado la desaparición (Elena habla de eso), pero nunca pudo comprobarse. Cuando Elena encontró esto, los restos de Alaíde aun no habían aparecido y ya habían pasado años. No sé supo nada hasta 1999. En México hizo muchas cosas por el feminismo, fue feminista, fundó la revista fem y habló contra la represión del estado. ¿No les late adoptarla?

Rosario Ibarra de Piedra



De todas las indómitas del libro, ella y Marta Lamas son las únicas que siguen vivas el día de hoy. Yo la conocí porque fue senadora, pero antes de eso fue activista. Hizo una huelga de hambre en la catedral porque el Estado nunca le dijo que había pasado con su hijo, que desapareció durante el sexenio de Gustavo Díaz Ordaz y Luis Echeverría (turbios años para ser estudiante en México). Si he de ser sincera, cuando Elena escribió esto, Rosario aun no era senadora y ahora ya que fue senadora, pues nunca me impresionó mucho, exceptuando su labor al hablar de los desaparecidos forzados del Estado. Si les recomiendo saber quién es si les interesa, pero yo reconozco, plenamente, que ya la conozco de vista y de oídas y no mucho de lo que escribió Elena es nuevo para mí. 

Marta Lamas



Marta Lamas ha sido una de las pocas feministas en México que antes de ponerse a hablar de la prostitución, la trata y los derechos de las sexoservidoras que fue a pararse a una esquina a hablar a con ellas. Todavía no leo su libro al respecto y no sé qué opina sobre el tema, pero al menos fue pararse con ellas y a hablar con ellas. Algo que no muchas mujeres hacen antes de opinar. Marta Lamas fue una de mis maneras de llegar al feminismo. Lo que escribió Elena sobre ella me aburrió de sobremanera porque es sólo un gran halago a Marta y creo que ella merecía una historia como la que les escribió a todas las mujeres de este libro. Si bien Marta Lamas representa un feminismo muy privilegiado, yo reconozco que por ella llegué a donde estoy. Hoy a veces la critico y a veces le dio la razón. Es el único texto completamente original del libro y, lamentablemente, el más aburrido. Juro que quisiera no decir eso, pero no me queda más remedio. Sin embargo, al final dejé mi ensayo favorito del libro.

Se busca muchacha


El trabajo doméstico. ¿Por qué todas las trabajadoras domésticas son mujeres? ¿Por qué todas ellas son mujeres pobres e indígenas? La lucha por los derechos de las trabajadoras domésticas nunca ha tenido mucha audiencia. Muchas de ellas no conocen los derechos que les corresponden como trabajadoras y a veces ni los patrones. Elena habla y escribe en general, pero también escribe de las que vivían en su casa, en el cuarto de servicio, porque ella creció en una casa privilegiada. En mi casa nunca hubo criada. Pero mis hermanos tuvieron nana porque mi padre y su mamá trabajaban. Ella todavía se dedica, hoy en día, al trabajo doméstico, junto con todas sus hermanas y sus sobrinas. Una vez nos invitaron a comer y en medio de la plática, sacaron fotografías de mis hermanos, contaron historias, hablaron de cuánto cobran y dónde trabajan. También de cómo le hacían para hacerse respetar. Creo que de todo el libro, fue lo que más me gustó y no tenemos un ejemplo claro. Elena habla en general. Reconoce que habla desde un privilegio, pero no deja de hablar en general. Me hubiera gustado que al menos contara con el testimonio de alguna trabajadora doméstica, así como tenía el testimonio de Josefina Bórquez al hablar de las soldaderas. 

Y bueno, eso fue todo. Ya hablé mucho así que me voy a callar un rato y las voy a dejar sacar sus conclusiones. El libro sí me gustó, pero pues al final, la mayoría de estas mujeres fueron privilegiadas de algún modo u otro. Me gusta que hablen de ellas, pero también me gusta que le den voz a aquellas que son las más olvidadas: las indígenas, las pobres, las marginadas. En fin, les dejo sacar sus conclusiones y... ¿seguros que no quieren adoptar a nadie de aquí? 

lunes, 27 de febrero de 2017

La piel del cielo, Elena Poniatowska | #AdoptaUnaAutora

Reseña para el proyecto Adopta una autora.

Sinopsis: La piel del cielo es la historia de un hombre que busca en las posibilidades de la ciencia la explicación del mundo y que halla, en el proceso de esa búsqueda, el desafío del amor. La novela presenta una trama cuyo personaje central es Lorenzo de Tena, de madre soltera y padre señorito. A la muerte de su madre se traslada, junto a sus hermanos, a la casa de su padre y de su tía Cayetana en la ciudad. Su brillantez intelectual le permite trabar amistad con los hijos de la clase más acomodada de México, pero su origen humilde y su carácter inconformista le apartarán del destino que se abre ante él como dirigente del país.

Quiero hacer un análisis exhaustivo de este libro y tiene tantos temas qué tocar, que creo que separaré la reseña en subtítulos y subtemas, para poder apreciar verdaderamente el trabajo que nos ha dejado Elena Poniatowska y que ganó el Premio Alfaguara de novela 2001 (no me extraña, con semetante libro). Así que entonces, vamos, como dijo Jack el destripador, por partes. Recuerden que si hay spoilers estarán debidamente marcados con sus letreros rojos y gifs y que no me hago responsable de nada que pase si yo ya avisé, eh. Pero no creo que sea necesario, salvo por un detalle que me resguardaré para el final. Entonces, ¿qué no puedo decir de este libro? 

Bueno, empecemos por la persona que inspiró este libro.

El verdadero Lorenzo de Tena: Guillermo Haro


Sí, existió. Y aunque no puedo asegurar que todo lo que le pasa por la cabeza a Lorenzo en el libro le pasó a Guillermo Haro, este astrónomo mexicano fue la inspiración de Elena Poniatowska para escribir este libro. Creció durante la época de la Revolución mexicana. Estudió filosofía en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y no derecho, como Lorenzo de Tena en la Libre de Derecho. Se empezó a interesar en la astronomía (y en el libro, se interesa precisamente, gracias a Luis Enrique Erro, uno de los más grandes astrónomos mexicanos) y a causa de su dedicación y entusiasmo acabó siendo contratado en 1943 como asistente del recién fundado Observatorio Astrofísico de Tonantzintla. También estuvo, como Lorenzo, en Harvad para luego volver a México y continuar trabajando en el Observatorio Astrofísico de Tonantzintla. No tengo más detalles de su vida, salvo una lista de proyectos en los que participó, el hecho de que fue uno de los investigadores más jóvenes en el Colegio Nacional, que ganó inumerables premios por sus aportes a la ciencia y que, por supuesto, en 1968, el año de la matanza de estudiantes, se casó con Elenita.

Elena Poniatowska y Guillermo Haro
Sí, la trayectoria de Lorenzo de Tena, por sorprendente que pueda parecer, está inspirada en el marido de Elena Poniatowska, con quien tuvo dos hijos. Él le sacaba a ella casi veinte años y cuando uno lee el libro, se pregunta, ¿qué tanto de ese hombre, Lorenzo de Tena, que no quería casarse, ni tener hijos, ni sabía tratar a una mujer, ni toleraba que una mujer lo confrontara hasta que Fausta llegó a su vida en Guillermo Haro? La misma aurota dice que no mucho. Les cito una entrevista que dio para la revista La insignia:
―Si la novela habla de un astrónomo, como se ha comenzado a saber, ¿se permitió incluir elementos autobiográficos?
―No, aunque ciertamente estuve casada con Guillermo Haro. Hay un astrónomo, Lorenzo de Tena, cuya historia empieza en los años veinte y a quien nadie pela. Tiene una fuerte lucha contra su medio social. A su lado aparecerá un personaje femenino que lo contrapuntea, de nombre Fausta Rosales y de la que se enamorará al paso del tiempo.
»En cuanto a las referencias a Guillermo no creo que existan, si bien la trama está situada en Tonantzintla y en la ciudad de México.
Pues ahí lo tienen. No mucho. Y me alegro un poco, porque como vamos a ver un poco más adelante, Lorenzo de Tema es todo un personaje. Bueno, este fue un pequeño paréntesis cultural, ahora sí vamos con el libro.

El racismo y clasismo mexicano en la familia De Tena


Nada como esta imagen para explicar el tema.
Final de la expocisión "Racismo en México" en el Museo de la Ciudad de México
Un tal Joaquín de Tena conoció a una tal Florencia y tuvieron hijos, pero nunca se casó con ella porque nunca estaría bien visto que alguien de su círculo se casara con una índigena. ¡¿Cómo?! Si él era de una familia de buen nombre, rica, de esas que hablaba francés en la mesa por aquello de las buenas costumbres. Al principio, los niños viven ajenos a toda esa locura y sólo presencian las visistas de su papá. Lorenzo no se entusiasma mucho con esas visitas, pero el menor, Santiago, lo adora. Entonces, cuando los De Tena acaban por vivir con la familia paterna, se encuentran con un mundo completamente diferente al que están acostumbrados. No es tan simple como el que su madre, Florencia, les había construido.

Los De Tena hablan francés en la mesa y se deshacen en atenciones ante los extranjeros, aunque a los nacionales los denigran. No son ricos en realidad, pero hacen todo lo posible por esconderlo en una sociedad en lo que lo único que importa es la clase social y no ser indígena. Así es como los niños acaban educándose con los maristas, en un mundo lleno de discriminación y desigualdad social al que acaban por acostumbrarse o rebelarse, no hay de otra. No es el único libro que trata el tema, pero Elena lo hace muy bien, sobre todo cuando Lorenzo acaba por rebelarse porque odia las injusticias contra los pobres y se aleja de sus amigos, que cada día lo entienden un poco menos. Todo eso, por supuesto, muy bien retratado en todo el libro que escribió Poniatowska, pero, sin duda, donde más resplandece es al principio, cuando los niños chocan con el mundo de los De Tena, que no se parece en nada al que les había construido Florencia, su madre.

El nacionalismo en un país donde nadie quería invertir en ciencia


Lorenzo de Tena dejó la Escuela Libre de Derecho y no se convirtió de entrada en Astrónomo, sino que apoyo a Bassols a ayudar a las comunidades indígenas a tener una mejor vida. Repartió periódicos socialistas y se dio cuenta de que ni eso les interesaba porque no podían leer, se quejó de la falta de educación del país y en el idilio en el que vivían los comunistas y los socialistas que creían que imprimiendo periódicos mejoraría todo. Se peleó con sus amigos que, después de ser juaristas, acabaron por contentarse con el gobierno, abarcando todo lo que podían. Y finalmente, deseoso de hacer algo por México, un país donde los políticos oían la palabra ciencia y temblaban de miedo, se puso a trabajar en el Observatorio. Nadie quería invertir en ella porque alegaban que no había dinero (¿cómo robar menos?) o bajo la excusa de para qué invertir, si el vecino del norte (Estados Unidos) les llevaba años luz de ventaja.

El famoso observatorio
Yo tengo muchos dilemas con ese asunto, porque nunca he pretendido quedarme en México, aunque lo amo. Quiero estudiar en Argentina y en Inglaterra, quiero hacer algo bueno por el mundo y todas esas cosas, pero nunca he sentido ese Nacionalismo como Lorenzo de Tena que se fue a Harvard a estudiar y, aunque la universidad de Boston lo maravilló, volvió a México sin Doctorarse. cuando lo llamó Luis Enrique Erro (un astrónomo brillante y hay un planetario en mi Universidad que lleva su nombre) lo llamó a trabajar en el observatorio. 

Es una de las pocas (chance y la única) cualidad que le admiro a Lorenzo de Tena. Podría decir que admiro su trabajo y su tenacidad, pero a la vez me da pena, porque usa el trabajo para aislarse de los seres humanos, a los que ni entiende, ni le interesa entender. Pero ese es tema de otro apartado, así que aquí sólo diré que admiro a Tena por querer hacer algo por bueno por su país y nada más. Por casi todo lo demás lo que quiero es aventarle una silla en la cara,

El macho mexicano y su hábitat natural


Lorenzo de Tena dice que no entiende a las mujeres y que sólo se casará el día que encuentre una mujer que lo deje trabajar. ¿Entendieron? Que-lo-deje-trabajar. Casi todas las mujeres o lo ignoran o lo ponen en su lugar, porque lo que el niño quiere no es una esposa o una mujer o nada, lo que quiere es una lámpara, y ya si necesita usar el pito, igual y una muñeca inflable. A la única mujer que parece querer es a su madre, Florencia, y miren que se enfurece cuando ella se empequeñece frente a su papá (y en vez de culparlo a él y ser un cabrón que reniega de ella, la culpa a ella, por el poder del espíritu santo). Aun así, Lorenzo de Tena busca a las mujeres. ¿Increíble, no? Supongo que todos tienen instintos naturales.


Es un macho mexicano en su habitat natural, como lo han sido cientos antes de él y cientos después, es el perfecto retrato y, gracias a dios, en las mujeres recibe sólo lo que merece. Ni las entiende, ni le interesa. Al final cree que hay que protegerlas porque el mundo no está hecho para mujeres y, muy satisfecho consigo mismo porque se cree persona decente, dice que las mujeres son sólo bolsas para hijos no deseados. Hay que protegerlas, dice, pero nunca dice que hay que cambiar el mundo, que el que está mal es él, que los cabrones que abandonan a las mujeres con el hijo en el vientre son cabrones. Y todas las mujeres lo ponen en su lugar. Lisa lo regaña, lo rechaza, no sé va con él; Fausta le dice que lleva siglos de atraso en su pensamiento social; su hermana Leticia le da el avión igual que tiene hijos y en realidad Lenchito se auto sabotea todas las relaciones por pinche misógino de mierda. ¿Y saben qué? En un mundo donde eso no es lo común, me encanta que a Lencho le pase. Se gana lo que se merece.

Todas las que se le fueron por pendejo
En fin, Lorenzo de Tena es el perfecto izquierdista y machista al que le da repelús la idea de una novia feminista y, es más, lo único que quiere es una mujer que lo deje trabajar. Y por pendejo, siembra lo que cosecha: pura mierda de relaciones. Y abrazaría a Elenita por ello.


domingo, 15 de enero de 2017

¿Y quién es Elenita? #AdoptaUnaAutora

Entrada para el proyecto #AdoptaUnaAutora.

Elena Poniatowska Amor, para ser más correcto. Nació en París, pero es muy muy mexicana. Es hija de un polaco de origen francés y de una mamá mexicana. Como nota curiosa, su padre era un príncipe, sobrino del último rey de Polonia y Elena renunció a su título nobiliario por su nacionalidad mexicana. Lo que es querer a un país. 

Elena conoció México a los diez años, pues llegó desde Francia a causa de la segunda guerra mundial. Sonaría poético decir que ya no se fue jamás, pero lo cierto es que fue a estudiar a Estados Unidos y a su regreso fue cuando decidió dedicarse al periodismo. Empezó trabajando en el Excélsior que, espero, sea un nombre que todos los mexicanos reconozcan; firmaba sus crónicas ―y aún hoy, el trabajo crónico de Poniatowska es impresionante―. Durante un año, publica una entrevista al día, pasando por las casas de reconocidos mexicanos: Amália Rodrigues, Juan Rulfo, Dolores del Río.

Y es cuando, dicen, empieza a interesarse por cuestiones sociales y el papel de la mujer mexicana. 

Publica su primer libro ―que no he leído― Lilus Kikus en 1962. Es una colección de cuentos ―que, espero, tengo que leer pronto―. Después de ese sigue Todo empezó en domingo y, finalmente, el que sigue, es el internacionalmente reconocido Hasta no verte Jesús mío.


Elenita ha recibido los doctorados Honoris Causa de la Universidad Nacional Autónoma de México, la Universidad Autónoma Metropolitana, la Universidad de Puebla, la de Sonora y del Estado de México, la de Guerrero, la de Chiapas y la de Puerto Rico. También el New School of Social Research de Nueva York, Manhattanville College y la Florida Atlantic University en los Estados Unidos y en Paris 8, La Sorbona y en Pau-Pyrénées, así como el Premio Mary Moors Cabot de periodismo en la Universidad de Columbia, Nueva York (2004), el de la Universidad Complutense, Madrid (2015), la Legión de Honor francesa (2003), el “Gabriela Mistral” de Chile (1997) y en 2006 el “Courage Award” de La International Women’s Media Foundation. El 19 de noviembre fue nombrada Premio Cervantes de Literatura en 2013. Como quien dice, es toda una personalidad en el ámbito literario y es casi imposible no conocer su nombre. Pero, exactamente, ¿quién es Elena Poniatowska?

El jurado del Cervantes describió su obra ―que no a ella― como «una brillante trayectoria literaria en diversos géneros, de manera particular en la narrativa y en su dedicación ejemplar al periodismo. Su obra destaca por su firme compromiso con la historia contemporánea. Autora de obras emblemáticas que describen el siglo XX desde una proyección internacional e integradora. Elena Poniatowska constituye una de las voces más poderosas de la literatura en español de estos días». Escribe crónica, novela, cuento, teatro y hasta poesía.

En su obra destaca especialmente el cuidado que le pone a la imagen de la mujer. Ha escrito trabajos biográficos de reconocidas mujeres como Tina Modotti, Angelina Belof y Leonora Carrington. Ese fue uno de mis principales motivos para elegirla como mi autora adoptada. La mujer es siempre una constante en su obra, aunque Elena también habla de las injusticias sociales ―es internacionalmente reconocida por su trabajo periodístico en La noche de Tlatelolco―. Se enfoca también mucho en la Ciudad de México, con toda su belleza y todos sus problemas. Así que, literariamente, esa es Elena. Y como primer acercamiento, eso es lo que les puedo contar sobre ella. Tengo planeado que la siguiente entrada sea sobre alguno de sus libros para hablar más a fondo sobre todos sus temas recurrentes y su manera de escribir. 

jueves, 8 de diciembre de 2016

Iniciativa #AdoptaUnaAutora

¡Hola! Obviamente me uní a esta iniciativa que lleva ya tiempo pululando por la blogósfera porque, bueno, soy yo, ¿qué esperaban? A mí no me pueden decir de iniciativas así sin que tarde o temprano me acabe anotando, pues. Así que vengo a contarles más o menos de qué va la cosa y a quien adopté y a animarlos a adoptar a la suya. De hecho, tengo a muchas autoras en mente, seguro cuando acabe con una me mudo con otra y así hasta el infinito. Peor bueno, empecemos por lo primero. 


¿De qué va la iniciativa?


Eliges a una autora. La das a conocer. Fin. 

Bueno, eso es la explicación simple, pero por otro lado...  ¿por qué es necesario darlas a conocer si se supone que cada vez hay más y tenemos nombres monstruosos como J. K. Rowling, Jane Austen, las hermanas Brontë y hasta, si quieren, Stephenie Meyer? Bueno, por la misma razón que J. K. Rowling escondió su nombre de mujer en las iniciales ―¿qué tal si por ser una mujer escribiendo fantasía no la leían?― o también la razón por la cual el nombre de Jane Austen nunca apareció en sus publicaciones sino que los libros eran escritos por "una mujer" o por la razón por la que las hermanas Brontë publicaron, originalmente, con pseudónimos masculinos ―Currer Bell, Ellis Bell y Anton Bell. 

Aunque no nos demos cuenta, la literatura femenina aún va un poco detrás. las escritoras se están poniendo a la par poco a poco, conforme la industria les va dando entrada, pero todavía hay que pelear mucho por ese lugar y por ese reconocimiento. J. K. Rowling no fue la regla cuando publicó, fue la excepción. Por ejemplo, si buscamos las listas de los diez mejores escritores de todos los tiempos, las listas están llenas de hombres ―blancos en su mayoría― y si acaso, alguna mujer por ahí, a veces a simple vista, a veces escondida bajo un pseudónimo masculino, como George Elliot, por ejemplo. 

En fin, que todavía creo que es necesario dar a conocer las joyas que escriben las mujeres. 

No es que les de prioridad o que crea que por ser mujeres escribirán mejor. No, es simplemente que creo que si se encuentran en desventaja en la industria editorial, hay que darles una oportunidad de darse a conocer y que mejor que apoyando iniciativas como esta. 

Ahora sí, ¿a quién adopté?


Tengo muchas ideas de autoras sobre las que hablar, pero para empezar elegí a una mexicana: Elena Poniatowska. Me podrán decir que es famosa hasta las trancas, pero me duele lo poco que la veo en los blogs y en booktube. Necesita que más gente la conozca. Como esta entrada no es para darla a conocer, sólo voy a dejar una pequeña semblanza de ella para que quien sí no tenga ni idea de quien es sepa un poquito y les cuento que planeo hacer con ella. 

Elena Poniatowska Amor, hija de padre francés de origen polaco, Jean E. Poniatowski, y madre mexicana, Paula Amor, nació en París, en 1932. Primera mujer en recibir el Premio Nacional de Periodismo, entre sus obras se cuentan “La Noche de Tlatelolco”, un clásico desde su publicación, al que se le otorgó el Premio Xavier Villaurrutia que rechazó preguntando quién iba a premiar a los muertos. Sus novelas y cuentos son “La flor de lis”, “De noche vienes” y “Tlapalería”, “Paseo de la Reforma” “Hasta no verte Jesús mío”, la vida de una soldadera mexicana, “Querido Diego, te abraza Quiela”, “Tinísima” ganadora del Premio Mazatlán (1992), “La piel del cielo”, ganadora del Premio Alfaguara de novela 2001 y “El tren pasa primero”, sobre la vida de los ferrocarrileros mexicanos, Premio Internacional de Novela Rómulo Gallegos (2007). “Leonora” obtuvo el Premio Biblioteca Breve Seix Barral (2011). “El Universo o nada” (2013) es la biografía del astrofísico Guillermo Haro. “Rondas de la niña mala” es su primer libro de poesía, y cinco libros de cuentos para niños. “Boda en Chimalistac”, “La vendedora de nubes”, “El burro que metió la pata”, “Sansimonsi” ilustrado por Rafael Barajas El Fisgón y “El Niño Estrellero” por Fernando Robles.
Así que aquí encontrarán reseñas y otras cosas diferentes sobre ella. ¡Ya verán! Que es una mujer que ha marcado escuela en México y que merece muchisisimo más amor de la blogósfera del que está recibiendo, así que me encantaría cambiar eso. ¡Bienvenidos a #AdoptaUnaAutora!