Divagaciones de una Poulain
by Nea Poulain
Mostrando entradas con la etiqueta #VolveraHogwarts. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta #VolveraHogwarts. Mostrar todas las entradas

sábado, 12 de septiembre de 2020

El fuego verde, Verónica Murguía | Reseña

Sinopsis: Luned no es como las demás muchachas: en sus sueños no hay sitio para pretendientes y familia. Lo que anhela es perseguir a los ciervos, trepar a los árboles y buscar madrigueras. Un día, gracias a un forastero, descubre un oficio misterioso que tal vez le proporcione un hueco en el mundo: contar historias. Será el principio de una peripecia que la llevará por senderos nunca transitados... 

Ya me volví a encontrar con Verónica Murguía... *truena los nudillos* ¡No es cierto! Este libro me gustó mucho y voy a llorar por toda la entrada. Quienes sepan de mis desencuentros con Loba los saben y ya; pasa que a veces un libro no te gusta nada y luego lees otro del autor y te gusta mucho. Eso me pasó con El fuego verde, que es la lectura de septiembre en #VolverAHogwarts (club de lectura de fantasía, al que los invito con mucho gusto si les gusta el género).

Quiero abordar la reseña desde distintos puntos, entonces voy a separar la entrada en partes, más que nada para poner orden y no ir saltando de un tema a otro sin ton ni son. La reseña no tiene spoilers, pero beware por exceso de referencias a cosas de la tradición fantástica y exceso de sentimientos de Nea.

Sobre contar historias y el poder del lenguaje

La guerra, y eso no podía explicarlo, era una en los poemas y otra en la vida real. No es que ella hubiera visto una guerra. Pero Efra había visto dos batallas, y no había nada poético en lo que vio; decía que todo fue confusión, dolor y muerte. Recordaba los gritos, el olor de la sangre, de os orines y el excremento de heridos y muertos. 

Siempre he escrito historias con elementos fantásticos. Tengo experimentos en otros géneros, como la ciencia ficción (aunque siempre acaba muy híbrida y no al gusto de los intelectuales de la ciencia ficción), el realismo (no me vuelvan a dejar escribir realismo, porque no es lo mío), pero siempre acabo volviendo, de muchas maneras a la fantasía. A finales de año pasado empecé a escribir otra vez fantasía de esa que queda en la etiquetita de fantasía épica después de años de no acercarme porque había acabado muy aturdida de cómo hacer bien los mapas y dónde van los ríos y cómo hacer que tu sistema político esto y lo otro y lo de más allá. 

Arte conceptual de Hwanggyu Kim

Léase, estaba muy trabada. No negaré que Marx influyó en mi manera de escribir sistemas políticos, pero estos jamás han sido el centro de mi fantasía, por ejemplo. Lo mágico, imaginativo y lo imposible dentro del realismo sí. Por unas o por otras, este también ha sido un año donde he leído muchísima ficción especulativa y, dentro de ella, bastante fantasía. Y yo no concibo escribir sin leer (se me ocurre imposible sentarse a escribir sin haber leído, pero luego hay quien lo hace y pues... ok, los juzgaré desde la distancia), así que entre tanta lectura empecé a descubrir hacia donde quería ir con esto de la escritura.

El fuego verde tiene como protagonistas a dos cuenteros. O un cuentero y su aprendiz, si quieren ponerse estrictos. Gran parte del libro versa alrededor del arte de contar historias, del amor por las historias y la manera en que las palabras las transforman, hacen posible que la gente se las imagine de alguna u otra manera. La prosa de Verónica Murguía está repleta de amor por las historias y un profundo reconocimiento a algunas de las historias más reconocidas del lore fantástico. Siendo Broncelandia el escenario de parte del libro, es lógico que se hable de Merlín y del ciclo Artúrico, por ejemplo; en el libro también hay múltiples referencias al Beowulf (que me dejó con ganas de leerlo, porque yo en esos lados del mundo siempre he ido más tras el ciclo artúrico y, yéndonos al sur de Europa, la mitología clásica griega y romana y ¡ojalá hubiera tiempo para leerlo todo!). Dejo un poco eso de lado porque ya lo recuperaré más adelante, ahorita quiero centrarme sobre todo en el amor a las historias y a los libros.

El chiste es que quiero hablar un poco de el amor a la tradición oral que se respira en este libro (y al preservar las historias también). Hace poco comentábamos en una transmisión en vivo de Librosb4tipos en como muchas escritoras reconocían, desde su narrativa, el trabajo de la oralidad al momento de contar historias. Ya mencioné que a mí, por ejemplo, Kalpa Imperial de Angélica Gorodischer me había trasladado hasta Las Mil y Una Noches (porque yo personalmente asocio la tradición oral a esa obra porque es de mis favoritas que algún día terminaré de leer). Me pasa algo parecido con algunos pasajes de El fuego verde, que me trasladan inmediatamente ya no sólo a los poemas épicos a los que hacen referencia, sino a todo el montón de historias que han pasado de boca en boca y que alguien decidió que merecían quedar inmortalizadas sobre el papel y así llegaron hasta nosotros.

También, por supuesto, por el inmenso poder que Verónica Murguía le concede a las palabras. A mí lo que más me importa a la hora de leer fantasía es que me dejen con esa sensación de que la imaginación es el único límite que existe (y esta no tiene fronteras, así que...). El lenguaje es sumamente poderoso porque puede cambiar la perspectiva de quien está leyendo. Una historia trágica, sólo con el poder de la palabra, puedo parecerte hermosa.

Los tres estaban de acuerdo en que tal vez esa fuera la magia de las palabras. Cuando el poeta escribía "cisne sangriento" por buitre y "árbol de lobos" por la horca, lo que acudía a sus cabezas era hermoso.

Si hacemos eso los escritores. La muerte puede volverse algo hermoso en nuestras palabras (oíganme nada más decirle a mi esposa que un personaje "tuvo una muerte hermosa", por ejemplo), la guerra puede ser algo poético si lo quieren, no el horror que es en la realidad. Y Luned, Denme y Efra, viven en esos dos mundos: el de las historias y el de las palabras terribles con significados terribles y horrorosos. Hay un pasaje en donde Luned habla de las palabras aprendidas en Corberic en contraste con los poemas y es un pasaje precioso que nos recuerda que escapamos de la realidad a través de los cuentos de hadas no porque estos sean hermosos y color de rosa (asumiré que aquí todos sabemos que no lo son) sino por las imágenes que los escritores y los poetas evocan en nosotros.

Brocelandia y otras referencias a la tradición fantástica

El escenario era el bosque. En el bosque vivió Merlín —y Luned percibió con claridad que en el nombre del mago resonaba el eco del gorgojeo del mirlo— cuando se volvió loco; en el bosque nació Peredur; oculto en el bosque acechaba Grendel, el monstruo. Las hadas y los elfos eran los hijos o padres de los árboles que ella amaba tan apasionadamente.

La fantasía no nació en un termo al vacío. Tolkien no la creó un buen día ni sacó a la Tierra Media de ninguna parte. Todos los escritores de fantasía tienen (tenemos) una tradición inmensa a nuestras espaldas. No sólo la celta ni todas las historias que hicieron que Tolkien imaginara la tierra media, sino todos los mitos, de todas partes del mundo. A mí me cansa lo predominantemente europeo en el género (más que nada porque hay un constante cierre de puertas para quien no se ciñe a unas reglas muy rígidas en el mercado) pero no quiere decir que no me guste. Por ejemplo, si yo les contara del ciclo artúrico... *dos millones de años después*. Creo que eso lo dejó claro.

Concept Art de Marco Gorlei

El caso es que además de que me gusta leer fantasía inspirada en el imaginario fantástico de América Latina (y aquí es en donde me interrumpo otros dos millones de años para hablar de La saga de los confines de Liliana Bodoc) o de cualquier otra parte que no sea Europa, también me encanta ver honrado el lore fantástico del Ciclo Artúrico, de Bretaña, Francia, los cantares medievales (amor aquí para Isolda y Tristán, por favor), porque la fantasía no nació de la nada ni la inventó Tolkien del vacío, ni ningún otro escritor. Ya lo dije: hay una tradición inmensa a nuestras espaldas.

Hay un libro que se llama Breve historia de la fantasía y tiene una cita referente al ciclo artúrico que yo aplicaría a casi todas las historias que me hicieron desear escribir fantasía una y otra vez, es esta: 

Y es que quien sucumbe una vez a la leyenda Artúrica, irremediablemente, sucumbirá mil veces más y no podrá evitar que terminan cayendo en sus manos todas las obras que resuenen con los ecos de la Dama del lago.

The Quarrel of Oberon and Titania, de Sir Joseph Noel Paton

La cosa es que a través de las páginas del fuego verde veo toda una rendición a esta tradición fantástica hermosa, el amor a los libros y a los poemas de Luned lo siento, porque se parece un poco al mío: no es tanto a los objetos como a las historias mismas (¿he mencionado ya las suficientes veces que el culto al libro como objeto me pone nerviosa?). Aunque Denme me parezca un poco creepy a veces en sus interacciones con Luned (perdón, apreciaciones personales) adoro que ella decida seguirlo para convertirse en cuentera justamente por el amor a las historias y por querer provocar los mismos sentimientos que él le causa cuando cuenta sobre Brocelandia o cuando lee el Beowulf (muchísimas veces referenciado en esta historia). También pueblan el libro y el universo de Murguía personajes como Tristifer o la Fata Titania, Reina de las Hadas.

Luned

Si el bosque de Brocelandia era el palacio, Luned jugaba a ser la reina. Las veredas alfombradas de agujas de pino eran los pasillos que llevaban a la piedra musgosa que hacía las veces de trono; los abedules y los castaños eran las columnas que sostenían el techo, entre cuyas nervaduras aparecían las estrellas. El búho era el heraldo que anunciaba su llegada.

Mi parte favorita del libro es Luned. Es una de las protagonistas que mas me ha enamorado últimamente y adoré cada uno de sus momentos en el libro. Su infancia en el pueblo y el bosque, por ejemplo, es de mis partes favoritas, porque no es un tipo de protagonista que suela tener muy seguido.

Lo comentaba una vez que estaba hablando de Black Butler (Kuroshitsuji) en tuiter y sobre Elizabeth Midford, mencionando que aunque estaban en boga las protagonistas fuertes ¡y a mí me encantan!, hubo un momento en la historia en que solían ser calificadas por su feminidad. Está bien tener esas protagonistas fuertes que se salían de la norma, como Katniss Everdeen (hola, soy Nea Poulain y Los juegos del hambre no me gustan y nunca lo he superado), pero son constantemente castigadas por la feminidad que mostraran y la narrativa pasaba el tiempo recordando que "no eran como las demás chicas" (en realidad ninguna chica es como las demás). 

Mencioné en tuiter a Elizabeth de Black Butler porque me maravilla su sensibilidad y me maravilla ese capítulo donde empieza diciendo algo como que "las chicas están hechas de cosas delicadas", haciendo alusión a las convenciones sociales (victorianas) sobre las mujeres y termina, demostrando lo fuerte que es, diciendo "pero esto es de lo que estoy hecha yo". Breve resumen. También recordé un poco una trilogía que más o menos me gusta de Kristin Cashore (Graceling, el primer libro está bien, el segundo, Fuego, es majestuoso y el tercero, Bitterblue, es normal), porque sus protagonistas, tres mujeres, son muy diferentes entre sí; mi favorita es Fuego, una arquera monstruo que sueña con formar una familia (algo que, en su condición de monstruo, le es negado) y pone de cabeza a un reino entero. 

Arte conceptual de Sergey Vasnev

Luned no tuvo miedo de este bosque antiquísimo: amaba a los árboles y sentía que los gigantes que la rodeaban la conocían. Sabía que pisaba suelo sagrado, porque no había experimentado nunca esta especie de silencio grabe y preñado de muda alegría que se hizo en su corazón.

Me gusta Luned precisamente por su sensibilidad y por su fuerza interior. Es valiente y no se traiciona a sí misma. Se esfuerza en aquello que la apasiona, como el bosque, las plantas y las historias. No es una chica como "las demás", o sea, no calza con el imaginario de lo que debe ser una chica, pero la narrativa no lo repite todo el tiempo. Queda claro siempre que Luned se sale de la norma porque su madre se desespera con ella, pasa todo el tiempo en el bosque y no tiene ningún interés en casarse. Hay varios fragmentos sobre ella muy curiosos sobre ello. En tuiter, mientras comentaba la lectura, dije varias veces que quería abrazarla y protegerla y sí, eso me inspira Luned. Aunque no es que necesite protección.

—¿Quieres morir? ¿No ser? ¿Estás loca, niña?
—No... No quiero, pero tampoco quiero ser para siempre. ¿Cómo, entonces, podría amar sin vacilaciones? ¿Gozar? Tarde o temprano todo sería mío, y perdería todo también... Olvidaría lo que soy. Un ser preso en el tiempo y la carne...

Si ya leyeron el libro, les diré que mis momentos favoritos de ella son en su viaje por el bosque de los elfos y las hadas: el capítulo de Tristifer y su plática con la Fata Titania. Son momentos poderosísimos para ella y para la historia en sí. Quiero más protagonistas tan sensibles y tan fuertes como Luned. Muchas, muchísimas más. La única pega que pongo a todo esto es que a mí, precisamente, no me encanta la relación que tiene con Denme, pero bueno, eso ya es una apreciación personal porque por algunos detalles de la narración siento que él es muy creepy a veces.

Conclusiones 

Había aprendido otras palabras terribles desde su llegada a la ciudad. Horca, picota, cepo, descuartizamiento, grillete, tortura, mazmorra, rueda de Tántalo, verdugo, mano de gloria.
Su aldea era tan pequeña que esas palabras no se usaban.
Muerte, hambre, peste, dolor, sí.
Se decía a sí misma (y hacía uso de un lenguaje nuevo, recién aprendido) que cada palabra era como un fruto, la culminación de un árbol de ideas; que cuando aprendía la palabra y comprendía su origen, la palabra la iluminada con el relámpago de la revelación.

Perdón por hacer una reseña (a estas alturas, ¿esto califica como ensayo o algo así?) tan larga. La fantasía, el contar historias y los personajes como Luned me pueden. Les recomiendo este libro porque es magnífico. Tiene algunos detallitos, pero no quiero detenerme en ellos (y además ya los mencioné arriba).

Me reconcilié mucho con Verónica Murguía. Creo que este es el libro que debí de haber leído primero, para recomendárselos miles y millones de veces. Tiene la misma prosa magnífica que amo de Loba con temas que me interesan, cosas que me apasionan y es, además, fantasía mexicana. ¡Latinoamericana! Lean a las fantasistas de este lado del planeta, tenemos muchas cosas que ofrecer.

En otros temas, también me apasiona como el libro habla de la vida y la muerte. Ese es ya un apéndice no más a toda la entrada, porque si no esto terminaba siendo inacabable y yo no sé si me van a leer o me van a mandar al carajo al párrafo y medio. Pueden leer este libro en bookmate. Ahí lo leí yo porque esa es su edición más reciente (es diferente a la primera, aviso).

—Y a ti, ¿quién te dijo que la muerte es mala? Mala es la lepra, y mala la crueldad de los demás hombres y mujeres que nos rechazan. Pero no la muerte.

martes, 31 de diciembre de 2019

Sé lo que hiciste en 2019

¡Casi feliz año nuevo! Ya es el último día del año y es por eso que les deseo que empiecen con muy buen pie el 2020, que cumplan sus propósitos si es que los hacen (yo no) y que en general, 2019 haya sido un año bueno para ustedes. ¡Ya tengo diez años gritándole a la nube aquí! Los cumplí en octubre y escribí una entrada sobre las cosas que aprendí. No puedo creerlo, de verdad. Una década hablando de libros. Es toda una vida en internet, al menos. Pero bueno, vamos a lo que interesa, que es el recuento anual.

1. Habré escrito un medio millón de palabras. Así, en crudo, sin editar. De esas, 240K eran de fanfics (que sí fueron corregidos y publicados) y el resto de material caótico que está en su mayoría en el cajón. Gané el CampNaNoWriMo de abril con 30K palabras, acabé el Drabblectober sin fallar ni un día y gané, por primera vez en mi vida, el NaNoWriMo. Llevaba muchos años intentando eso último y pues era este año o nunca, me alegra muchísimo haberlo logrado. (Para que sepan más de mis cosas de escribir, pueden ver el recuento que publiqué antier sobre lo que pasó en el fandom).

2. Pasando al material Ferias de Libro, este año sólo fui a dos fuera de la Ciudad: la FILEY y FIL Guadalajara. La primera como parte de Librosb4tipos (mis compas dieron dos pláticas y yo fui de apoyo moral) y la segunda pues como yo (que también fuimos morras de Librosb4tipos y parte de Volver a Hogwarts). 

Beforas en Mérida
Volver a Hogwarts en Guadalajara
beforas (ft. Elyse y Fer) en Guadalajara
3. En otros eventos que tuve, pues Librosb4Tipos, aka la mejor colectiva del mundo mundial, estuvo presente en el Museo de la Ciudad de México hablando de trabajo en equipo y de promover la lectura de libros escritos por mujeres, dimos también una plática en el Palacio de Mínería sobre esto mismo y nos anduvimos moviendo de un lado para otro. Lo mejor de todo fue que organizamos una convivencia entre escritoras y lecturas por el Día de la Escritora y fue maravilloso. También, después de esa experiencia, nos animamos a hacer una convivencia improvisada en Guadalajara. ¡Y conocí a Alex, a quien conocía desde Potterfics! Por supuesto, también estuvimos presentes en la marcha del 8 de marzo.


Librosb4tipo presente en el 8M.

Convivencia en Gdl (Librosb4tipos).
4. Cumplí el reto de Goodreads y acabé teniéndole que poner una cifra altísima porque mi año lector estuvo muy extraño. La verdad, es que lo encontré muy mediocre en cuestión de libros (me costó llenar mi plantilla de las mejores lecturas del año que voy a ponerles en los siguientes días de enero), estuve unos meses sin tocar un libro y me dediqué a leer cómic y manga porque mi tbr en ese apartado era enorme. Leí series larguísimas, me puse al corriente en otras y aproveché para leer muchas cosas que tenía pendientes. La cosa quedó así: 138 libros escritos por vatos, 153 por morras y 6 que eran coautorías entre morras y vatos. Casi 50/50, pero las mujeres ganan como siempre (siendo parte de Librosb4tipos, ¿les extraña?). De los libros leídos, 77 eran novelas, antologías de cuentos, libros de no ficción o fanfics (dos, exactamente, porque no marco todos los leídos, sólo los largos largos que encuentro en Goodreads) y 221 eran tomos de manga o compilados de cómic (incluyendo aquí novelas gráficas). (De hecho, consideren que esta cifra puede aumentar, por si hoy me da por terminar otro tomo más de Bungo Stray Dogs). Aquí les dejo algunos de los detalles de mi año en goodreads:


5. Volver a Hogwarts cambió de casa: se fue de la Biblioteca Vasconselos al Bunko Roma-Condesa y ahora leemos libros de fantasía. Además de leer los extras de Harry Potter, este año leímos Carry On, El libro del cementerio y Reckless.


6. Hice cosplay. De unos cuantos de Harry Potter, acabé rescatando el cosplay de Ms. Marvel, hice el outfit de Carmen Sandiego, por fin cumplí mi sueño de ser Sailor Mercury, caí en el precipicio de My Hero Academia (Raquel aka @hitzuji me aventó) e hice a Todoroki (con más personajes en los planes) y cumplí mi mayor deseo que era ser C.C. de Code Geass (para quien no lo sabe, hay un póster enorme de ella en mi recámara); como quien dice, if you can't date them, cosplay them. Además aumenté mi repertorio de personajes de Harry Potter. Les voy a dejar todas las fotos porque pues ustedes tienen que aguantar mi nerdez aquí. Estamos aplaudiéndonos por todas las cosas que hicimos en el año.

Carmen Sandiego
C.C. (Code Geass)

Harry Potter, pero slytherin
Harry Potter y mi cara dork
Hermione Granger

Pansy Parkinson

Deku y Todoroki siendo cutes
Yurio, niño emo
Sailor Mercury
7. En los highlights del blog, definitivamente estuvo mi entrada sobre Period End of Sentence y por qué es un pésimo documental. Se convirtió, de la noche a la mañana, en la segunda entrada más vista. Además cumplí diez años y para mí eso es una etapa muy importante. Significa que algo estoy haciendo bien aquí.

8. De mi vida personal, sabrán nada de nada.

jueves, 5 de septiembre de 2019

Booktag Animales Fantásticos | #VolveraHogwarts

¡Hola! Volver a Hogwarts ya volvió con sus actividades y este año estamos leyendo los libros extras de Harry Potter. El primer libro que leeremos es Animales Fantásticos y Dónde Encontrarlos, uno de los libros de texto de Hogwarts y pues, por eso, hicimos un booktag inspirado en él. Ya saben que a mí los booktags me encantan para recomendar libros y con este espero ponerles varias nuevas recomendaciones. Por otro lado, los animales fantásticos son de mis cosas favoritas en Harry Potter (literalmente volvería a ver la última película que salió que es un poco lamentable sólo para ver el diseño de los animalejos), así que, acá vamos.


Dementor: libro que te arrebató la felicidad (por malo, triste, etcétera)



Toda la serie de Tokyo Ghoul de Sui Ishida. Son catorce tomos de manga y es una historia marcada a cada momento por la tragedia. Me gustó mucho porque me gustan esa clase de historias, pero sí es como un dementor a veces: te arrebata toda la felicidad al leerla porque tiene un tono muy desesperanzador. Se las recomiendo si les gusta leer manga. Planeo escribir un poco más de ella más adelante porque creo que tiene muchas cosas dignas de analizar, Sui Ishida es muy bueno al contar historias, armarlas, armar personajes y retratar de situaciones angustiantes.

Escarbato: un libro con una historia muy tierna



El libro Tal vez vuelvan los pájaros de Mariana Osorio Gumá. Este libro narra la dictadura en Chile y el exilio desde los ojos de una niña pequeña, Mar, y es bastante autobiográfico. Es una historia dura, sí (perdón, es que me gustan las cosas tristes), pero me pareció increíblemente tierno y con un final increiblemente esperanzador. Aunque aun no le he hecho reseña, les puedo adelantar que me identifiqué mucho con el papá de Mar, que es comunista (wonder why me identifiqué) y que el final del libro me pareció especialmente tierno.

Dragón: un libro muy grande



Estuve pensando en libros gordos que he leído en mi vida y se me ocurrió poner aquí El segundo sexo de Simone de Beauvoir. Es un libro que leí hace mucho y es un pequeño tabique. Siempre es bueno leerlo y releerlo alguna vez porque trae muchas cosas que se pueden debatir y es un gran libro académico (fuera de que yo esté en desacuerdo con algunas cosas). Entonces, pues aquí queda la recomendación.

Fénix: un libro que te gustó más al releerlo



No releo tanto a veces (como que necesito entrar en el mood) pero hay una trilogía que aprecié mil veces más al releerla y es La guerra de las brujas de Maite Carranza. Tiene un estilo muy desenfadado y una narración muy coloquial y al ir leyendo la historia la primera vez me desesperaban un poco algunos detalles, pero al segunda vez que la leí me encantó descubrir los conocimientos de mitología de la autora, que son muy amplios y me encantó ver todas las referencias. Además, en esta trilogía las brujas son mujeres únicamente y hay un subtexto muy importante sobre la sororidad, sobre cosas que sólo las mujeres sufren y hay muchos paralelismos con la experiencia general de mcuhas mujeres. Como siempre, muy recomendado.

Thestral: libro con la muerte que más te dolió



Me han dolido un montón de muertes. También he matado a un montón de personajes. Creo que personalmente nunca he superado a Sirius Black en La Orden del Fénix (ni a ninguno de los merodeadores) porque hay algo en su historia que me parece trágico de por sí. Como nota curiosa, debo decir que los empecé a apreciar más como personajes al ver la tragedia que representaba la historia de los cuatro y ahora que el año pasado releímos la saga, el final de la Orden del Fénix sigue siendo un final que me parece muy difícil (de hecho, todo el libro es un libro que me parece muy difícil porque es muy muy muy emo y es una de las etapas más oscuras de la saga).

Acromántula: libro de terror



Quiero recomendarles aquí que lean Las cosas que perdimos en el fuego de Mariana Enríquez, que es un libro con una compilación de cuentos de terror. Me gustaron tanto que incluso hablé de uno en el ensayo que publiqué en Infiltradas. Es terror muy cotidiano y muy urbano y juega con miedos muy actuales. Quizá no haya monstruos, pero el terror es muy real. Cuando lo leí, el cuento de Las cosas que perdimos en el fuego, que le da título al libro fue uno de los que más me impactó.

Basilisco: libro con un plot twist que te petrificó



No sé si me petrificó en el buen o en el mal sentido (es un libro bastante promedio el que voy a poner aquí) pero de que me petrificó me petrificó: Mentirosa de Justine Lasbalestier. Tiene un plot twist más o menos como a la mitad que me sorprendió bastante. Una de las cosas positivas de este libro es justamente que juega mucho con la narradora no fiable que tiene (es una mentirosa) y justo por eso puso meter el plot twist que metió. Por un lado me gustaría releer este libro, pero por el otro siento que tampoco valdría tanto la pena.

Centauro: un libro donde haya una profecía



Quiero aprovechar para recomendar The Priory of the Orange Tree de Samantha Shannon, un libro gordísimo sobre fantasía épica donde hay una profecía, dragones, varios reinos, una pirata que es el temor de todos los mares, un romance entre dos mujeres y muchas cosas. Es un libro muy muy interesante (un poco promedio en algunas cosas) pero que creo que demuestra que se puede escribir de romances diversos en un montón de géneros y de historias. Les recomiendo que le den una oportunidad a este libro.

Hipogrifo: libro al que le tienes respeto (porque lo consideras complicado o tardaste mucho en leerlo, por ejemplo)



A Little Life de Hanya Yanagihara es un libro que me causa mucho respeto. Primero porque es una novela enorme y porque me costó bastante leerlo. Su estructura es complicada y a veces parece laberinto; además, habla de temas muy complicados y difíciles y pues la verdad a estas alturas de la vida no supe si lo hizo de una manera correcta o no, sólo que creó un libro capaz de hacerte sentir muchas cosas al mismo tiempo y al que le tengo muchísimo respeto.

Troll: un libro que te parece malísimo 



Muchísimos, pero creo que últimamente ando con ánimos de recordar que Kevin Brooks no sabe escribir ni cerrar una historia. La elección es Miedo. Estuvo entre mis peores libros leídos de 2018 y es que es... un libro malo, sin más. Mal setting, mala narración, malos personajes, sin final aparente. De verdad, es que yo paso. Nada más que decir.

No olviden seguir las redes de Volver a Hogwarts para enterarse de más actividades que tenemos planeadas. Este año nos cambiamos de sede y estaremos los domingos de septiembre (con excepción del 15) en el Bunko Roma-Condesa discutiendo los libros que leeremos este año. ¡No falten si son de la CDMX!

lunes, 31 de diciembre de 2018

Recuento de los daños del 2018

Digamos que para mí fue un buen año. Un año raro, pero un buen año, al fin y al cabo. Sobre todo cuando se trata de lectura y cosas relacionadas con los libros. No sé por dónde empezar, pero bueno, acá va el recuento de todo el año y un poco de sneak peek para el que viene. Tengo planes para el próximo año porque es el año en el que esté blog, este pequeño espacio, cumple diez años. ¡No puedo creer que lleve casi diez años gritándole a la nube en un blog!


1. Este año volví a escribir fanfiction y escribí varias cosas. Desde adaptaciones de películas de Bollywood (una adaptación de Dil Se y otra de Veer - Zaara) hasta canciones inspiradas en canciones de reggaetón para un reto que organizó mi esposa llamado Reggaetón Mágico en la siguiente compilación: Nunca quise bailar con nadie. Todavía no acabo la compilación, pero espero hacerlo pronto. Además de eso, vale la pena mencionar Maldito, porque lo escribí en el Camp NaNoWriMo de junio y Las cosas que perdimos en el fuego, nada más porque me gustó mucho. 

2. Recuperando lo de arriba, este año fracasé de manera rotunda en el NaNoWriMo por motivos ajenos a mí (trabajo, entrevistas, vida privada y personal), pero sí logré completar el Camp de junio con las 50K palabras, entonces eso lo consideró un éxito. Ahora estoy trabajando en otros proyectos, tanto fanfiction como originales.

3. Pasando de la escritura a los libros, este año trabajé en FIL Minería y en FILIJ. Minería me dejó mentalmente acabada y con los pies hechos un desastre porque el piso del palacio es horrible; además de que descubrí que es una feria un poco más desgraciada porque acuden pocos niños y jóvenes (es  mi área) y los comentarios que desdeñan la LIJ son más. A pesar de eso, tengo buenos momentos. FILIJ estuve la feria completa, me congelé de frío, pero estuvo ligeramente mejor. De todos modos, creo que no volveré a trabajar otra feria completa porque eso en general impide disfrutarlas bastante. De todos modos, en la FILIJ tuve el placer de toparme con varias autoras que admiro como María García Esperón, Yolanda Reyes, Isol y Alicia Molina (además de que conseguí una firma de Oliver Jeffers).  






4. Ya que estamos hablando de ferias del libro, debo decir que este año viajé a la FIL de la Universidad de San Luis Potosí con las morras de Libros b4 Tipos y también a la Fiesta del Libro y la Rosa de la UNAM en Morelia con ellas. Dimos pláticas sobre mujeres escritoras, trabajo colectivo de mujeres y algunas otras cosas más. También participamos en el club de lectura de El libro cegatón leyendo Cuentos de buenas noches para niñas rebeldes 2.




5. Además de todo, fui de nuevo a la FIL Guadalajara, cosa que estuvo increíble en todo sentido, con todo y que había demasiada gente. Compré bastantes libros a buen precio o libros que es casi imposible conseguir en México. Y además, Libros b4 Tipos estuvo presente en el Encuentro Booktube en el que dimos una plática sobre nuestro trabajo y recomendamos bastantes escritoras. Tuve la oportunidad de estar en la mesa y la verdad es que fue algo increíble. Acá abajo les dejo las fotos de la FIL Guadalajara.




6. Hablando de cosas relacionadas con los libros, además conocí a Fernanda Melchor en una presentación de Aquí no es Miami (es increíble escucharla hablar de verdad) y a Agustín Cadena presentando El príncipe de los tejados (que aun no he tenido oportunidad de leer). Creo que fue lo más importante en cuestión de autores y libros.




7. Cumplí de sobra mi reto de Goodreads este año, aunque he aprendido que, en los últimos años, debo poner una cifra elevada para que el reto aguante el ritmo al que consumo comics (aunque sólo marco como leídos los compilados) y los libros infantiles. Pero bueno, aquí les dejo la última actualización de mi año en libros (aunque quien sabe si cambie de aquí a que sea oficialmente primero de enero).

8. Como pueden ver en mi año en libros de Goodreads, este año releí Harry Potter. Releí la saga completa, que era algo que ya tenía pendiente y en planes con Raquel, al que después se sumó Abril y nos pidió que la esperáramos hasta septiembre y que después, platicando en su círculo de literatura Juvenil se convirtió en un círculo de lectura llamado #VolveraHogwarts y una actividad en línea (tenemos cuenta de twitter, instagram y página de facebook). Gracias al círculo de lectura conocí gente increíble con la que ahora comento fanfics si es necesario como excusa para seguir viéndonos y porque, seamos sinceros, Mortífago de Metanfetamina es genial.






9. Además hice mucho cosplay con Raquel (@hitzuji), que tiene un proyecto increíble de rp en tumblr. Acá abajo les dejo a Hermione y a Pansy.




10. De mi vida personal, lo único que van a saber es que me gradué.


11. ¿Qué viene? Más retos, por suspuesto. Pueden ver como me fue en mis retos generales en esta entrada y como me fue en el Tour Latinoamericano en esta otra. Estoy trabajando en otro reto que se trate de diversificar lecturas, entonces ya lo verán los primeros días de enero. Por supuesto, más planes con Libros b4 Tipos, todavía le quedan días al maratón Guadalupe Reinas, aunque yo soy una desquiciada que ya casi lo acaba. Y, además, por supuesto, los planes de aniversario.

¡FELIZ AÑO NUEVO!