Divagaciones de una Poulain
by Nea Poulain
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domingo, 16 de enero de 2022

Oscars Literarios (XI)

Llevamos once años de la tradición de llamar Oscars Literarios a mis mejores lecturas de cada año (total y completamente arbitrarias) y este es el primer año desde hace siete que se presentan sin Razzies que los acompañen. No hay peores lecturas. No es por qué de repente me haya entrado la tacha de que qué gacho es hacer peores lecturas (a veces uno lee cosas nefastas y quiere hablar de ellas, es normal) sino que no más tengo dos, una de las cuales es un manga que no terminé (leí sólo un tomo) y otra es un cuento de NK Jemisin que voy a recuperar en un ensayo a lo largo de estos primeros meses del año. No hay Razzies porque fue un año sin tantas decepciones. Curioso, pero me alegra mucho. En cambio, hay 18 mejores lecturas (de las cuales ya conocen algunas de narrativa gráfica) que acomodé en categorías total y completamente arbitrarias hechas por mí para todos ustedes (en parte porque es divertido, en parte porque así es más fácil ponerlas a todas al mismo nivel). Algunas son tradición, otras aparecen y desaparecen según las lecturas y según las tendencias de lectura que haya seguido en el año.

Sobra decir que las elecciones son siempre personales a mis gustos y nada objetivas (qué es la objetividad cuando hablamos de lo que nos gusta). Por supuesto, son cosas que recomiendo en general, pero si quieren recomendaciones más personalizadas y estas son demasiado generales pues siempre pueden checar mis reseñas. Aquí están las lecturas de todo un año, las que me hicieron gritar más, las que más disfruté, las que más pensé. Hay demasiadas cosas a considerar. Este año son dieciocho, mayoría asiática y mayoría de fantasía. Acá vamos.

Mejor trama

Se lo lleva Tian Guan Ci Fu de Mo Xiang Tong Xiu. Lo leí en traducción fan aunque este año salió la traducción oficial en inglés (lo eí en inglés y la traducción fan era bastante buena, en español se nota que es amateur y no se le puede pedir lo mismo que a una profesional, pero allí está). Es una historia de fantasía xianxia, muy larga que es también danmei (un romance BL) entre los protagonistas: Xie Lian y Hua Cheng. A lo largo de muchísimas páginas podemos aventurarnos en la vida de Xie Lian y sus aventuras. Mis razones para nombrarlo en mejor trama son justamente que gran parte de la historia está estructurada como una novela de aventuras y eso me gustó mucho.

Mejor escritora 

Va para Xia Jia, que este año me dejó sin palabras con tres cuentos publicados en Planetas Invisibles, antología compilada por Ken Liu. Cuando leí sus cuentos (Cientos de fantasmas desfilan esta noche, El verano de Tongtong y El paseo nocturno del dragón equino) me quedé maravillada con su manera de expresarse y de escribir y de aproximarse a la ciencia ficción. Me pareció tan sensible y tan humana y sobre todo tenía miradas muy interesantes hacía la vejez (no solo desde el cuento de El verano de Tongtong, sino también con el dragón equino) y planteos muy interesantes sobre la vida. Ay, no sé, me encantó. La disfruté muchísimo. Me la pasé gritando de amor sobre Xia Jia todo el tiempo que estuve leyendo la antología.

Mejor protagonista femenina

Es para Igraine de Noche en Tintagel de Verónica Pazos. Lo que más disfruté del libro fue ver a una Igraine tan lista, tan inteligente, tan enamorada, tan fuerte y tan vulnerable. Lo artúrico me obsesiona de muchas maneras, pero Verónica Pazos me dio todo lo que no sabía que quería o necesitaba. Puso todos los matices sobre la mesa y puso a Igraine al centro. Tanto sus sospechas cuando Uther posee el rostro de Gorlois como su travesía por el otro lado me resultan arcos muy interesantes y sé que el libro no sería lo mismo sin esta versión de ella.

Mejor protagonista masculino

Harún de Harún y el Mar de las Historias de Salman Rushdie. Se lo doy porque Harún me dio tremenda ternura mientras leía el libro. Sus aventuras, sus pensamientos, su esperanza, todo. Elegí hablar de las historias de Salman Rushdie el día del libro en 2021 y fue una elección muy acertada. Ahora quiero resaltar especialmente a Harún que mueve a gran parte de las historias de este libro y se aboca a salvarlas. Es maravilloso.

Mejor manga

A nadie le extraña, porque ahí está el top de narrativa gráfica. Se trata de Tokyo Revengers de Ken Wakui, una de las mejores historias que he leído en años. Hanagaki Takemichi ve en TV que ha muerto su antigua novia de secundaria junto a su hermano, víctimas de una organización criminal que solía ser una pandilla de secundaria. El prota es un loser de la vida y más tarde ese día cae a las vías del tren, pero en vez de morir, vuelve años en el pasado, a la secundaria. Allí acaba por descubrir que tiene el poder de cambiar el pasado, que los altos mandos de la Tokyo Manji Gang no son lo que pensaba y va en una carrera contra el tiempo para descubrir qué fue lo que llevó a la Toman por el camino malo. Me fascina cómo esta historia cuenta algo super violento lleno de sensibilidad, porque hay cierta narrativa latinoamericana que me dejó harta de la violencia por el shock y pues este manga tiene una aproximación mucho más sensible hacia personajes que viven en contextos marginales.

Mejor cómic


A punto estuvo e no haber porque prácticamente no leí cómic occidental y tradicional este año, pero me topé con Through the woods de Emily Carroll que me fascinó. Es una pequeña antología con varios relatos spookys que me fascinaron mucho. El estilo de ilustración me gustó bastante y me metió mucho en la historia. Ya les platiqué un poquito en el top, pero las dos primeras historias fueron mis favoritas y adoré la conjunción entre imagen y texto que hizo Emily Carroll para contar cuentos de miedo. Muy recomendados si el mood spooky es lo suyo.

Mejor webcómic

De este también ya podían intuirlo por el top anterior, pero es Countdown to Countdown de Xiao Tong, una historia de fantasía/ciencia ficción (como híbrido me parece muy interesante de analizar) con un arte precioso que amo y adoro con todo mi corazón. Llegué a leerlo sin expectativa alguna, salvo que a mi esposa le gustaba y confío en su gusto y me encontré una cosa preciosa y desgarradora. Quiero mucho a Iris Black y deseo abrazarlo. Me gusta mucho como protagonista, además de todo.

Mejor manhua/manhwa

Tian Guan Ci Fu, adaptación de Mo Xiang Tong Xiu, con arte de Starember. A ver, es por el arte. Lo sé yo, lo sabe mi vecino y lo sabemos todo. El modo en en que está la historia le da una cadencia interesante a la historia que en texto es tan diferente (y ademas pues, al ser un medio diferente, le aporta otras cosas distintas). Disfruté muchísimo leerlo y me acompañó en momentos donde su arte fue como un abrazo para mí (así que sí, obviamente eso también influye). No sé si se los recomiendo sin conocer antes la historia de la novela, pero puede ser un buen acompañante o primera aproximación a esta obra.

Mejor personaje secundario masculino

Callum de The Atlas Six de Olivie Blake. Híjoles, estuve entre él y Tristan, del mismo libro. Pero Tristan es más protagónico y Callum, por la necesidades de la trama de su libro, se desdibuja un poco más al fondo, alzándose como un ente misterioso que no acabas de entender ni siquiera cuando se explica a sí mismo. Creo que mueve muchas cosas en el libro y en la trama sin que uno se dé cuenta y es justamente la personificación de la frase knowledge is carnage que acompaña al libro (todos lo son un poco, pero Callum especialmente). Muero por leer la versión de Tor de este libro y ver a Callum en sus facetas más vulnerables en la ficción de Olivie, porque aquí se atisba muy claro y necesito más de esa complejidad de personajes.

Mejor personaje secundario femenino

Bueno, pues es Mami de Ao No Flag de Kaito. Creo que todos los personajes secundarios están muy bien formados, con sus complejidades y sus problemas (me caigan peor o mejor), pero las reflexiones de Mami son tan honestas que se llevan el premio. Sus reflexiones ahogan la página cuando las hace, sus sentimientos están siempre allí y es un personaje terriblemente complejo y muy adolescente. No es una adolescente que caiga bien, necesariamente (y sospecho que hay hombres que tienden a odiarla), pero me gusta que sea un personaje que se da oportunidades de cambiar, adaptarse y que es sincera ante todo.

Mejor libro infantil o juvenil

Aquí elegimos el libro desgarrador del año (y fui a ver el rango de edad que dicen que tiene para asegurarme): La canción de Aquiles de Madeline Miller. Leerlo fue algo maravilloso en todo sentido. Me encantó como Miller tomó el subtexto sobre el que hemos especulado por años (qué tipo de relación tendrían Aquiles y Patroclo más allá de lo que se alcaza a ver en La Iliada) y lo llevó al texto, lo volvió explícito y luego escribió un libro para recrearse con nuestras lágrimas (seguro las disfruta). Escribí una reseña bastante detallada del libro porque me dejó en un estado charco de lágrimas pero a la vez maravillada de lo buen libro que es.

Mejor libro de no ficción

Qué es uno de mis tops de mejores lecturas sin esta escritora en particular. Ahora casi siempre aparece, desde que decidí ir leyendo toda su obra poco a poco. Para esta categoría elegí El idioma de la noche de Ursula K. LeGuin, un libro de ensayos sobre ciencia ficción y fantasía que me gustó mucho. Me encantaría discutirlo en una reseña en el futuro cercano (si vieran mi lista de atraso con las reseñas quedarían anonadados). Ursula me parece una mujer brillante para plantear muchas cuestiones respecto a la literatura imginativa y a su escritura, qué significa escribir fantasía y ciencia ficción y ser mujer en esos géneros. Estuvo muy padre leerlo.

Mejor antología de cuentos

 

Creo que aquí no tuve duda alguna y fue de los primeros que elegí para este top: El ángel de Nicolás de Verónica Murguía. Me fascina la pluma de Verónica Murguía y este libro fue un poco diferente a lo que estoy acostumbrada a leer de ella, pero de todos me gustó muchísimo. En los cuentos de este libro Verónica recupera historias relacionadas a mitos bíblicos o a la religión y nos ofrece nuevas perspectivas respecto a ellas. Quisiera tener su cerebro, la verdad, cuando sea grande quiero ser como Verónica Murguía. Los cuentos están espectaculares y mi favorito es en el que la protagonista y narradora es la mujer de Lot (verdaderamente nunca superé Sodoma y Gomorra).

Mejor libro de fantasía

Este año releí La historia interminable de Michael Ende y creo que es una gran historia. Volver a meterme entre sus páginas, con Bastian Baltasar Bux y Atreyu, me recordó mucho a mi infancia y también me hizo ver muchas más cosas sobre cómo nos aproximamos a la fantasía, por qué nos puede ayudar a pensar en otras posibilidades para el mundo, cómo nos podemos perder en ella y por qué es tan difícil y necesario el camino de vuelta hacia la realidad. Descubrí muchísimas cosas releyendo y se consolidó de nuevo como uno de mis libros favoritos (y, claro que sí, en estos tops abrazamos las relecturas con mucho amor). Michael Ende de verdad creó una obra de arte cuando escribió este libro y le estaré por siempre agradecida por ello.

Mejor libro de ciencia ficción

Esta categoría también alberga una relectura de uno de mis libros favoritos. Se trata de Frecuencia Júpiter de Martha Riva Palacio Obón. No lo recordaba tan claramente, así que releerlo me recordó por qué lo había usado para un ensayo, por qué recordaba con tanto cariño lector los simulacros del fin del mundo y la historia de Emilia, la protagonista. Reencontrarse con lecturas siempre es agradable porque les veo nuevas cosas (casi siempre), reafirmo muchas de mis opiniones y creo otras nuevas. Como lectores siempre estamos cambiando y para mí, Frecuencia Júpiter siempre será parte de mis inflexiones lectoras.

Mejor fanfic terminado

Vengo a estrenar esta categoría porque creo que llevo unos dos años con la tacha fanfickera explotando y defendiendo que es una forma de hacer literatura también. Así que decidí hacer el asunto aún más visible y considerarlos dentro de los Oscars Literarios (definitivamente es una categoría que llega para quedarse). Se trata de From The Sidelines de suffocatingspring, el fanfic definitivo del cliché del jock y el nerd. Se trata de un fanfic de My Hero Academia (de Bakugo y Deku, porque una tiene gustos) donde se ven obligados a hacer un proyecto juntos, se cuestiona la amistad, qué es ser un buen amigo, qué significa el amor, cómo lo vivimos, cómo lo sufrimos y cómo nuestros contextos nos afectan de maneras en las que ni siquiera nos damos cuenta. ¿Si nos dicen que somos incapaces de amar, cuánto tiempo pasará hasta que nos lo creamos? Una obra de arte este fanfic.

Mejor libro de romance

Es hora de reivindicar que yo amo leer romance, pero odio todo lo mainstream que se publica en el género y básicamente casi cualquier clase de romance heterosexual (salvo excepciones). Pasé mucho tiempo renegando del género y es porque, newsflash: había estado leyendo cosas que yo considero absoluta basura. Pero este año leí Golden Stage de Cang Wu Bin Bai, una novela histórica danmei de romance y me maravillé. El emperador decide que va a pasar a un marques con un general (por motivos políticos) sin saber que ya se conocen y que enamorarse no les cuesta absolutamente nada de trabajo. Me encantó la historia, la disfuté mucho y yo por siempre enamorada del romance entre Fu Shen y Yan Xiaohan.

Mejor cuento

A pesar de que hubo muchísimos que me gustaron y casi hice trampa y pongo dos, al final me decidí por La tumba de las luciérnagas de Cheng Jingbo. Estpa publicado en la antología Planetas invisibles compilada por Ken Liu y es de mis cosas favoritas de la vida. Creo que es una hibridación perfecta entre la estética de la fantasía y la ciencia ficción. Es como un cuento de hadas en el espacio y uff, eso me encanta. Lo disfruté muchísimo. Además quien tradujo lo hizo con mucho amor y me gustó mucho sentir que se había preservado la poética incluso en español (el trabajo de traducción es complicado y lo admiro mucho). También planeo que esta nueva categoría se quede por aquí muchos años más, que reconozcamos más al cuento como formato legítimo (porque, insisto, creo que las lecturas son mucho más que el libro-objeto).

Mejor libro

Aquí elegí una lectura que hice en tiempo record (no tenía por qué hacerla completa, pero varios extractos eran la tarea de un taller que tomé y el libro no era muy largo, así que lo leí en menos de una semanita) y que me gustó mucho. Se trata de La hija del rey del País de los Elfos de Lord Dunsany y en mis reseñas hice todo un análisis de la lectura y lo que me había maravillado de esta. Centré el análisis en las mujeres que aparecen en la historia y en la búsqueda del País de los Elfos porque creo que son temas que me llaman mucho, pero podría estar todo el día hablando de lo perfecto que me pareció este libro.

Y así terminados, otro año de lecturas condensado en unas cuantas. No sé qué me depare el 2022 pero sí he reflexionado sobre qué lectora soy y qué lectora aspiro a ser. Quiero seguir siendo crítica, analítica, compartir lo que disfruto de la lectura, abrirme a otros géneros y formatos, disfrutar del acto de leer, hacerlo por placer, compartirlo. Esta es una pequeña parte. ¿Cuáles fueron sus mejores lecturas de 2022? ¿Qué me recomiendan? ¿De aquí se llevan alguna recomendación?

miércoles, 10 de noviembre de 2021

El ángel de Nicolás, Verónica Murguía | Reseña

Portada del libro El ángel de Nicolás.
Sinopsis: Verónica Murguía ha reconstruido con doble sentido magistral diferentes momentos de la historia y del mito: por un lado, su estilo es una enseñanza serena y, con todo el peso del término, clásica del poder de la palabra; por otro, sus narraciones revelan con una sabiduría generosa el entramado sorprendente de algunos acontecimientos históricos de Occidente y de Oriente, el sentido más humano posible de las parábolas bíblicas y el secreto insustituible de las representaciones griegas. Si, como decía César Vallejo, ‘el arte descubre caminos, nunca metas’, no es ningún azar que El ángel de Nicolás, este libro hermoso y singular, comience en busca del idioma del Paraíso y termine con el cuerpo desollado del primero de los artistas flotando en ese eterno río donde nunca nos introduciremos dos veces.

Como a todos los libros, llegué a El ángel de Nicolás por casualidad. Había razones más que de sobra para leerlo. El nombre de su autora en la portada (encuentro que coincido mucho con la manera de pensar de Verónica Murguía y aunque no siempre me encanta lo que escribe, las últimas cosas que he leído me han dejado maravillada), el hecho de que sus cuentos retratan algunos acontecimientos históricos entre Occidente y Oriente (la pasión de la autora por la edad media árabe me encanta porque es una de mis hiperfijaciones en la vida) o que algunos abordaran acontecimiento narrados en la Biblia (creo que siempre es interesante dialogar con una obra que, a pesar de tener lecturas artísticas, porque no se puede negar que es literatura también han sido manoseadas como dogma por una parte terriblemente poderosa de las instituciones eclesiásticas), todo se fue juntando para que yo lo leyera.

Además, el último cuento que le leí en voz alta a mi mamá es el cuento con el que abre este libro. ¿Qué cosas no? (Y la última novela fue Noche en Tintagel).

Fotografía de Verónica Murguía
Verónica Murguía

Cuando lo recomentó Ale Arévalo (@soy_sputnik) porque fue un libro que se fue en las cajitas del Proyecto Soyuz (chéquenlo para que vean más o menos de que se trata lo que hace mi amiga) me sorprendí porque era un libro de Verónica Murguía del que no había oído ni hablar. Obviamente no he leído toda su obra, pero su nombre me resuena por allí y por allá y más o menos sé en que anda y El ángel de Nicolás me cayó de sorpresa. Ni el título, ni la portada, ni de dónde salía, nada había visto. Digamos, fue un libro que llegó a estrellarse enfrente de mí y me dijo: léeme. Y yo lo hice. 

Como mencioné, aborda historias antiguas. Un Rey que deseaba descubrir el lenguaje de dios y contrató nodrizas que tenían prohibido hablarle a los bebés y tan solo los escuchaban llorar. Un poeta. Sodoma y Gomorra, su horror y su belleza. Desde cada historia reconozco el amor de Murguía por esos personajes bíblicos, medievales, algunas historias que nadie parece querer rescatar, esos mitos puestos en otra perspectiva, contados de otro modo. Creo que hay pocas autoras mejor versadas para estos temas que ella, pero eso es ya una observación muy parcial sobre el tema.

El ángel de Nicolás es un libro que leí por lo bello de su prosa. ¿Qué tan hermosa puede ser la desgracia? O quizá esa es sólo la manera de contarla, hace que parezca más terrible del todo.  Quizá es la manera de racionalizar aquellas decisiones que todavía no entendemos, como la de la mujer de Lot al volverse hacia Sodoma. "Quise que lo último que vieran mis ojos fuera el lugar en que lo amé, [...] Por eso me volví". Después de tantos meses, lo que me queda más claro es eso: que lo leí porque la manera en que unía sus palabras era hermosa y hay muchas horas que matar en la silla de un hospital. 

La destrucción de Sodoma y Gomorra, por John Martin

De fondo, aunque las historias que Murguía son mucho más antiguas de lo que podemos imaginar, hay algo atemporal en ellas, algo que está escribiendo que es sobre nosotros mismos y nuestras propias búsquedas (y creo que eso es algo que caracteriza a los buenos escritores de fantasía, como lo es Murguía: nunca dejan de escribir sobre las pequeñas cosas y sentimientos que nos conciernen a todos como seres humanos aunque estén hablando de dragones, de bosques mágicos, de reyes crueles o de historias que acontecieron hace mucho tiempo). El tono de los cuentos recuerda a los mitos creados entorno a historias repetidas una y otra vez.

A las historias que se contaron de generación en generación y han sido recuperadas una y otra vez. Las versiones de Verónica Murguía son únicas porque son muy personales, son sus palabras, puestas sobre el papel con mucho cuidado. Y eso es lo hermoso de encontrar muchas versiones de una misma historia: siempre un pedazo del autor y del lector se quedan con ellas. Uno cuando las escribe y otro cuando las lee (por eso siempre tenemos reacciones y gustos diferentes respecto a la lectura: lo que pasa entre una historia y nosotros es súmamente personal y nadie puede arrebatárnoslo).

Herodias, por Paul Delaroche
Herodias, por Paul Delaroche

También me ocurrió que, en medio de estas historias, aunque a veces trataban de hechos terribles, no sentía que me ahogaba en ellos ni tampoco que la narrativa estaba buscando tan sólo una reacción de shock. Los cuentos no eran una alternativa a otra realidad más terrible a la que escapar para pensar que la mía no era tan mala ni tampoco un texto desesperanzado que intentaba ahogarlo a uno en el horror (eso que llaman realismo cuando quieren decir violencia desmedida). Murguía se ha esforzado mucho en desmitificar el amor por la guerra medieval y el cuento de El ángel de Nicolás sigue ese curso. Aborda los horrores de ella y en demostrar que no es todo vida o muerte, sino que hay más, pero deja que uno responda qué es ese más. Demuestra que ni siquiera lo poético (como lo es su proesa) a veces puede quitarle lo terrible al campo de batalla. Y así son todos sus cuentos. Sí, parece decir algunas veces, como con Sodoma: la tragedia puede parecer bella pero no deja de ser tragedia.

¿Les recomiendo el libro? Sí, por supuesto. Que se atrevan a acercarse a él y darle un vistazo; que, si les gusta, platiquen de sus cuentos y de sus historias, o se las guarden, si quieren. Lo que deseen. Ya les he recomendado mucho a Verónica Murguía en este blog así que saben que casi todos sus libros tienen mi sellito de aprobación. Es un libro corto que puede leerse en pausas o muy rápido, al fin y al cabo, cada quien lee a su estilo (el chiste, al final, es que lo disfruten).

miércoles, 6 de octubre de 2021

Book Tag Tokyo Revengers

Había pasado ya mucho tiempo sin hacer booktags. Sigo considerando que son un ejercicio muy padre para recomendar libros de maneras diferentes y que siempre obligan a buscar cosas que quizá no hemos recomendado en algún tiempo y siempre es pretexto para hablar de cosas que nos gustan (o que quizá no nos gustan tanto). En el último mes me obsesioné muy fuerte con Tokyo Revengers después de que se estrenara el anime (que no vi, sólo he leído el manga) y me recordó a historias que disfruté mucho en mi adolescencia. Es un manga de niños pandilleros que ha resonado mucho en latinoamérica creo que por muchas razones (pero la principal es que ofrece una mirada muy sensible a las infancias y juventudes marginadas y que es difícil encontrar aquí en este momento del tiempo, puesto que gran parte de nuestra literatura realista está secuestrada por la violencia sin sentido, el morbo y el narco, sin darle un espacio a la esperanza y a la bondad). Prometo después seguirles hablando de la historia, pero quería poner un poco el contexto de por qué había hecho el tag.

En este caso, con este tag intenté en enfocarme en cosas que me hubieran gustado mucho (excepto en una consigna) y en algunas cosas que los personajes representan para mí. Si han visto Tokyo Revengers, quizá entiendan cosas. Si no, no hay ningún spoiler en las consignas y sí buenas recomendaciones. Sin más que decir, empezamos.

1. Takemichi: un libro que te costó trabajo leer pero no te rendiste y te gustó mucho

Takemichi es un perdedor. Un loser. No es bueno peleando y no es fuerte físicamente, pero tiene una esperanza brutal en que podrá conseguir un futuro bueno para todos y la capacidad de nunca rendirse. Aquí voy a poner a Tian Guan Ci Fu (Heaven Official's Blessing) de Mo Xiang Tong Xiu porque es un libro que me costó meses. Muchas veces tuve que hacer pausas en él no porque fuera pesado (de hecho, es muy fluído para lo largo que es) si no porque quería darle tiempo, espacio, quería también explorar otras historias. Llegué a dejarlo semanas completas en pausa, hubo momentos en que vi su tamaño como algo muy cuesta arriba, pero siempre estuve segura de que, no importaba cuando me costara, la historia valía la pena y lo estaba pasando muy bien. Hice una reseña sobre el libro donde hablé un poco del xianxia y la fantasía con raíces en la cultura china que les recomiendo mucho leer si son géneros que les interesen aunque sea un poquito.

2. Mikey: un libro que cada que relees descubres algo nuevo

 

Aquí voy a poner un cliché. Releo mucho, pero tengo hiperfijaciones y muchas veces releo las mismas cosas una y otra vez. Así que no es extraño que diga La historia interminable de Michael Ende. Ya en su momento a principios de año hice una reseña/ensayo donde hablé de que es un libro con múltiples capas y de cosas nuevas que descubrí en mi última lectura. No por nada es una de las obras cumbre de la fantasía y de la literatura infantil y juvenil. Ende tenía mucho cariño por las historias, las palabras y la fantasía y se nota mucho en ese libro. (Además que lo elijo porque la mirada de Mikey, por la que siempre lo reconozco, no importa cuanto cambie de aspecto, me recuerda a la inocencia de adentrarse por primera vez en Fantasia, no sé, tiene algo).

3. Draken: un personaje que sea el corazón de una historia

Luned de El fuego verde de Verónica Murguía es el corazón que alimenta la historia de ese libro. Luned y su amor por los cuentos y los poemas, Luned y su amor por el bosque, Luned y su infinita amabilidad, Luned en el bosque de los elfos y las hadas, Luned frente a Titania, Luned en Brocelianda. La adoro, es una protagonista que deja mucho corazón allí donde las palabras muestran su prescencia y Verónica Murguía la dotó de muchísima fortaleza, así que la quiero muchísimo. No es la primera vez que recomiendo este libro y no dejaré de recomendarlo pronto.

4. Chifuyu: un libro al que siempre recurras cuando necesitas sentirte mejor

A muchos, especialmente los que están mencionados en este booktag. Simplemente elegiré uno de los faltantes y lo pondré aquí. En este caso quiero mencionar a La hija del curandero de Amy Tan. Por alguna razón siempre he sentido a la escritura de Amy Tan como un abrazo, pero este libro, sobre todo, es el que más lo ejemplifica. Hay un momento en el que Pan Kai Jing, uno de los personajes, dice "somos divinos y el tiempo no puede cambiarnos" y siempre que me siento un poco mal acudo a esas páginas. Es una historia muy intimista, de una madre y una hija, que explora las diferencias culturales, la vejez, el pasado y, entre los márgenes, la migración.

5. Baji: un libro que te haya hecho llorar


Olvidado Rey Gudú de Ana María Matute
me hizo sentarme y contemplar el vacío, lo que en mi caso se parece a llorar mientras leo. Hay varios capítulos dedicados a la historia de Predilecto, Tontina (qué manera de cuestionar los arquetipos de las tontinas de los cuentos, destinadas a terribles destinos, qué manera de cuestionar lo que creemos que merecen) y la Ondina (que se convirtió en agua y en lágrimas y me hizo llorar con ella y con el amor que sentía). Hay otros momentos muy desgarradores en el libro, pero creo que esos tres nombres son los que más cosas despiertan en mí. Sí les vengo recomendando este libro maravilloso.

6. Kazutora: un libro que no haya sido lo que esperabas

Rebeldes de SE Hinton. Usualmente Tokyo Revengers me recuerda mucho a narrativas existentes en América Latina, pero existen algunas otras historias en distintos medios (Danger Days, los Killjoys, Aullido) que me recuerdan mucho a Tokyo Revengers. Rebeldes de SE Hinton es una de ellas. Yo la conocí de casualidad. En Estados Unidos es una lectura obligatoria por la que todo el mundo pasa, creo que en otras partes del mundo también. Susan E Hinton puso, a los dieciséis años (quizá antes, pero Rebeldes/The Outsiders se publicó cuando ella tenía dieciséis) sobre el papel la frase "Stay Gold, Ponyboy" y desde entonces me ha perseguido, porque el libro me movió el piso. Me encantaría decirle eso a los personajes de Tokyo Revengers. Stay Gold, Mikey-kun. Rebeldes nunca fue lo que yo deseaba que fuera en mi adolescencia (no era un libro sobre el cual yo tuviera mucha fe y además creía que era mucho más edgy), fue lo que era y me movió el piso de muchas maneras. Quería mencionarlo por su relación con la historia que hizo nacer este booktag y un poco para recuperarlo y recomendarlo de nuevo.

7. Hina: un personaje que salvarías de su destino todas las veces que fueran necesarias


A Wilkilén de La saga de los Confines de Liliana Bodoc. No voy a spoilearles La saga de los confines (en eso ya soy profesional en mis ensayos de análisis publicados) ni meterme mucho en el destino de Wilkilén, pero viajaría una y otra vez a las Tierras Fértiles, a los Confines y la salvaría una y otra vez. La amiga que me recomendó los libros de Liliana en ese entonces me dijo que el kokoro me iba a doler con Los días de fuego y pues me sigue doliendo, qué puedo decir. Salvaría a Wilkilén, una vez, todas las veces. Si alguien merecía ser feliz, era ella (el corazón de los Confines).

8. Kisaki: un libro que desearías no haber leído 

Ten Count de Rihito Takarai. Realmente me irrita. Tengo una entrada que es una lista de todas las cosas que me cagan de esa historia (en la que la gente cree que decirme que no entendí la historia hará que cambie de opinión o simplemente les gusta enojarse porque en mi esquina personal del internet decidí que iba a odiar ese manga que a mí me parece terrible). El problema fue que el primer volumen no fue el culmen de lo pésimo y una vez que estaba asqueada de los personajes no pude parar. Pero, amigos, desearía no haber caído en ese antro del mal.

9. Naoto: un libro que le recomendarías a tu hermanx pequeñx


No tengo hermanxs pequeñxs (yo soy la menor de cuatro) pero supongamos que sí los tengo. Recomendaría sin dudar Harún y el Mar de las Historias de Salman Rushdie. Es un libro divertido y destila amor por contar historias y por recuperarlas y por divertirse con ellas. Me divertí como niña leyéndolo y sería algo que le aventaría a la cara de quien se dejara. Es más, se los estoy recomendando a ustedes ahorita mismo. Para que vayan de viaje al Mar de las Historias y se maravillen de todo lo que allí hay.

10: Tokio Manji Gang: un libro que tenga el tropo de la familia encontrada (found family)

Los Killjoys... no cierto, son un disco (que hay un cómic, pero no es exactamente sobre ellos). Pero quería hablar de ellos y, como no pude, voy a hablar de la Doom Patrol de Gerard Way. Específicamente de esa porque creo que tiene momentos clarísimos en los que ejemplifica que la Patrulla Condenada realmente es una familia encontrada de inadaptados y marginados. Un poco como los niños de Toman, pero adultos, con poderes y en modo surrealista. Hace mucho que no hablo de mi amor por la Doom Patrol, por Casey, por Crazy Jane, así que me pareció un buen momento para recordarlos. 

Incluí todo lo que ha salido en el anime, pero no personajes que han tenido su desarrollo sólo en el manga, por lo que quizá cuando salga la segunda temporada y termine de emitirse, haga ota versión de este booktag con algunas actualizaciones. Voy a etiquetar a Marina Golondrina por si quiere hacerlo, a Hitzuji Books para cuando lea el manga y a quien desee hacerlo. Si lo hacen, por favor mándenme un link.

miércoles, 14 de octubre de 2020

Escritoras de fantasía | Femme Fantale 2020

Un día en una conversación de Telegram, una amiga me pasó un bingo de prompts y me dijo que era un maratón de lectura. Lo hizo con toda la intención de que yo decidiera hacerlo porque este maratón, el Femme Fantale, es bastante libre en cuanto a prompts (puedes mezclarlos como sea y hacer lo que sea) y está dedicado a leer mujeres que escriban fantasía y ciencia ficción. Mis meros moles, pues. Dicho eso, me uní y elegí algunas lecturas. No llené todo el bingo y junté varios prompts porque era un readathon de ocho días nada más, pero sí leí algunas cosas de las que quiero platicarles.

Además de los libros que menciono en esta entrada también leí El castillo en el aire de Diana Wynne Jones, la segunda parte de El castillo ambulante (para cubrir Europa, libro de antes del 2000 y libro de una serie), pero tengo otros planes sobre ese libro, entonces lo abordaremos después en el blog (ya verán, puede que me tarde, pero valdrá la pena). Así que, sin más que decir, vamos allá.

Auliya, Verónica Murguía

Sinopsis:  El encuentro de Auliya, una muchacha coja en trance de descubrir la magia blanca, y Abú al-Jakum, héroe joven que busca el mar, desencadena en este libro una conmovedora sucesión de portentos novelescos. Escrito con una prosa evocativa y precisa, Auliya, primera novela de Verónica Murguía, es al mismo tiempo un cuento filosófico y un relato fantástico que combina, con una asombrosa naturalidad, la erudición arábiga y el temperamento narrativo. Esta novela, leyenda del amor y el desierto, presenta el trueque de los poderes más sugestivos y tiernos de la imaginación: el agua y la tierra, la pubertad y el valor, el reino animal y los genios malignos, la búsqueda y los caminos del aprendizaje. 

Después de leer El fuego verde, libro de Verónica Murguía que me maravilló muchísimo, decidí que tenía que leer Auliya. Nada más el título me evocaba a Las mil y una noches y esa obra es una de mis lecturas intermitentes (mi mamá sabe en qué noche voy, es de las lecturas que son para siempre y por siempre) desde que tengo la edición que más tarde sacó Atalanta en el kindle. Conforme lo iba leyendo más me iba convenciendo de que Verónica Murguía estaba expresando su amor por Las mil y una noches entre las páginas de Auliya; para no quedarme con la duda, busqué a ver si ella misma había dicho algo al respecto. Habla de Auliya como una obra ambientada en una Edad Media conjetural, en el desierto, en el Magreb árabe (apunte al margen, esas historias me gustan mucho y es por ello que un libro que SÍ me gusta de Laura Gallego, para variar, es La leyenda del Rey Errante). Dice la propia Verónica Murguía en una entrevista que pueden leer aquí:

Quise escribir La noche mil dos porque Las mil y una noches me abrió un universo que aún no se agota para mí, pero luego me enteré que existe una novela formidable que se titula así, de Roth. [...]. En ese libro quise hacer una exploración del legado árabe que hay en el español, de los centenares de palabras que heredamos de ellos, de la extraordinaria  complejidad  de esa cultura y  de un paisaje tradicionalmente asociado con la revelación y el espíritu: el desierto.

 Auliya es una historia maravillosa de una mujer que puede escuchar a los animales y tiene una relación muy interesante con el agua (en un lugar donde las lluvias son un milgaro). Cuida de un hombre al que salvan de un djinn en su aldea y sueña con la playa, un lugar que quiere conocer. Todo en el libro evoca a Las mil y una noches, algo que reconocerán si se han acercado a la obra. La novela es un viaje, tanto en el interior de Auliya como en el exterior. La personaja sufre varias transformaciones a lo largo de la novela. No me es tan entrañable como Luned de El fuego verde, quizá, porque me identificó más con Luned en otras cosas, pero Auliya es igualmente impresionante y una de las cosas que más me impresionó del libro fue su determinación.

Aprendió el nombre de las constelaciones. El cielo se convirtió en un tapiz de luces, lleno de espadas, guerreros y dragones que se movían en una danza infinita. Auliya, analfabeta, leía el gran libro del mudo. Lo hacía con mucha concentración y nada podía distraerla.

Murguía escribe con un lenguaje muy poético que a mí me encanta (luego eso no está tan bien visto porque ahora hay una tendencia a ponernos Marie Kondo con el lenguaje, pero voy a ignorar esa tendencia amablemente) y nos regala, desde Latinoamérica (algo que es indudable, pues aun hablando del Magreb árabe, escribe desde aquí) una obra de fantasía impresionante. Definitivamente es una autora que me encanta tener en mis referentes. Como nota, este libro cumplía con la consigna de Norteamérica y libro único. 

The Terracotta Bride, Zen Cho

Sinopsis: In the tenth court of hell, spirits wealthy enough to bribe the bureaucrats of the underworld can avoid both the torments of hell and the irreversible change of reincarnation. It's a comfortable undeath … even for Siew Tsin. She didn't choose to be married to the richest man in hell, but she's reconciled. Until her husband brings home a new bride.Yonghua is an artificial woman crafted from terracotta. What she is may change hell for good. Who she is will transform Siew Tsin. And as they grow closer, the mystery of Yonghua's creation will draw Siew Tsin into a conspiracy where the stakes are eternal life – or a very final death.

Una de las grandes desventajas de buscar fantasía es que se traduce poca. Y se traducen un exceso de gringadas al año porque esas venden más que autores desconocidos de otras partes del mundo. Zen Cho es originaria de Malasia, aunque vive en Reino Unido. The Terracotta Bride es un libro muy pequeñito (una novella de apenas poco más de diez mil palabras) en los que habla del inframundo y la muerte. Su estética me pareció maravillosa y, buscando en goodreads, encontré que había quien había catalogado el libro también dentro de la ciencia ficción (con el asunto de la novia de terracota es comprensible). El asunto de las hibridaciones me parece muy interesante de abordar porque ambos géneros me gustan, pero ambos géneros tienen muy marcadas sus estéticas y son hermanos, nada más. Hibridarlos es difícil y muchas veces esas hibridaciones son muy raras: historias de ciencia ficción con una bruja que sale dos líneas y ya te dicen que hay fantasía, historias de ciencia ficción que en vez de fantasía, son más híbridos del realismo mágico (que es maravilloso y lo que sea, pero ustedes me entienden). En fin, creo que Zen Cho hace un gran trabajo sobre eso y su estética definitivamente salió de la fantasía y el folclore de Asia del este y del sur (especialmente del primero).

"This time, let us hope you will get to be old," she said. "It is great suffering to know youth only".

Es una lástima que no este traducido, pero si leen en inglés definitivamente lo recomiendo. Me movió muchas cosas por dentro su manera tan sútil de hablar de amor, pero tan presente en cada una de sus líneas. Cuando comienza puedes no saber muy bien a dónde va, pero poco a poco te va enredando entre sus páginas y cuando te das cuenta, empiezas a entender el amor entre los personajes, el destino, sus vidas en el inframundo y la reencarnación. 

Es la primera obra que leo de esta autora (para esto me sirvió este maratón, sobre todo) y creo que estaré atenta a ver si alguno de sus otros libros me llama la atención. Descubrir nuevos escritores es algo que me apasiona y me hace leer cosas diferentes siempre. Les recomiendo The Terracota Bride si les gustan las historias de amor sutiles que te envuelven entero, las historias sobre lo que ocurre después de la muerte y el inframundo. Como nota, lo leí para Asia y LGBT+.

Raybearer, Jordan Ifueko

Sinopsis: Tarisai has always longed for the warmth of a family. She was raised in isolation by a mysterious, often absent mother known only as The Lady. The Lady sends her to the capital of the global empire of Aritsar to compete with other children to be chosen as one of the Crown Prince’s Council of 11. If she’s picked, she’ll be joined with the other Council members through the Ray, a bond deeper than blood. That closeness is irresistible to Tarisai, who has always wanted to belong somewhere. But The Lady has other ideas, including a magical wish that Tarisai is compelled to obey: Kill the Crown Prince once she gains his trust. Tarisai won’t stand by and become someone’s pawn—but is she strong enough to choose a different path for herself?  

Este libro me dejó con curiosidad de ver qué escribe Jordan Ifueko después. Ella es una escritora de origen nigeriano, así que este libro, fue, obviamente, mi lectura para África. Raybearer es un libro de fantasía épica en un mundo donde conviven varios reinos inspirados en diversas culturas (desde el mapa que tiene que yo olvidé puedes ir adivinando las influencias de Ifueko). La protagonista, Tarisai, es la hija de una mujer misteriosa que tiene una misión para ella y un djinn. (Lo segundo definitivamente me interesó bastante). Mientras estaba leyendo sentía que había cosas que podían desarrollarse un poco más o que había relaciones a las que la autora parecía no darles tanto peso (entiendo que en un libro el espacio es limitado, pero la relación entre Tarisai y el futuro emperador siempre me pareció que necesitaba más énfasis que otras cosas...; eso, por supuesto, siendo una apreciación personal). De todos modos, me pareció lo suficientemente interesante como para poner el ojo en la autora.


Hay un tema que quiero aprovechar para remarcar. Mientras lo estaba leyendo (y después de leerlo) busqué algunos reviús en goodreads para darme una idea en general de qué recibimiento había tenido el libro (hago eso a veces, nada más por ver si mi opinión es la general o ando por fuera) y me sorprendió que estuviera teniendo tan buen recibimiento (para bien) pero me sorprendió todavía más que los reviús se quedaran tan... en la textura. Sí, el worldbuilding del libro es muy interesante; si, el sistema de magia también; sin embargo, pocos pasaban de ahí. Pocas discusiones en torno a los personajes o la trama. Al final, eso me deja pensando que a veces hay personas que valoran mucho más la decoración (que en este libro es muy buena, pero también los personajes tienen muchas cosas sobre las que hablar) que las tramas y los sentimientos que nos trata de transmitir un libro.

Si bien sentí que algunas relaciones entre los personajes les faltaba mucho trabajo y que había puntos de la trama que había resaltado más, me pareció muy interesante la manera en la que Jordan Ifueko escribe de de Tarisai y su mamá. Creo que es una de las cosas más complicadas del libro y lo que más rescato de todo (puesto que el descenlace no cierra demasiado, está hecho con miras a una secuela). Si tienen interés en la fantasía épica africana, podría ser un buen libro para echarle el ojo.

Los cuatro de Alera, Márgara Averbach

Sinopsis: Ese año, los magos nuevos eran cuatro, y Cuatro que darían que hablar, según se decía. No era casualidad. En Alera, nadie creía en las casualidades. Por eso todos estaban tan preocupados en la aldea: la crisis tenía que ser grande para que los Otros y el Bosque eligieran como magos a todos y cada uno de los hijos de los perdidos: Emelda, Lunte, Zana y Damla, una magárbol.

Finalmente, llegamos a un libro por el que hice una odisea completa para conseguirlo. Tras el cierre de SM Argetina, varios libros de Márgara Averbach quedaron en el olvido más absoluto. Lógicamente, no había ninguna manera legal de conseguirlos en plataformas digitales, la biblioteca no los tiene (porque no se editaron en México, hasta donde tengo conocimiento), y el mundo pirata tampoco (sí, increíblemente, no todo se consigue allí, amigos). No les voy a contar la odisea que hice para conseguirlo y poder leerlo, pero sepan que lo conseguí gracias a la solidaridad de las redes entre lectoras. El caso es que pude leerlo.

Adoré conocer a los cuatro, pero sobre todo a Damla, la magárbol. Me resultó un personaje entrañable de entre todos los que componen el libro y sus pasajes, cuando se habla de la transformación y de los árboles, me resultaron especialmente poéticos. Encuentro que son muchos los autores latinoamericanos que al escribir fantasía rescatan un lenguaje muy poético y me encanta que eso ocurra, sobre todo en la literatura infantil y juvenil, donde a veces hay una creencia (muy dañina) de que los niños no entienden "palabras difíciles" y hay que escribir cosas sencillas de comprender.

Damla se estremeció dentro del Árbol. Había visto el todo y sabía que esa mancha no podía ser la única. Encontró otras del otro lado del mundo, en el Collar de Perlas, y más allá todavía, en el Otro Extremo, que jamás había visitado nadie de la Gran Isla. Los ruidos no se parecían entre sí, pero la marca que dejaban sobre el mundo era siempre la misma: una marca de vacío que bloqueaba las conversaciones, los contactos y los espacios. Un extraño lugar sin puentes.
Apenas entendió eso (entonces, o antes, o después: para los árboles el tiempo es redondo), una parte de ella, la parte diminuta que todavía era Damla, se dio cuenta de que había empezado a comprender los infinitos idiomas de los Árboles.
Era magárbol.


Los cuatro de Alera fue un libro que me dio mucho gusto leer. Me pasa muy seguido con quien escribe fantasía desde Latinoamerica, porque uno se encuentra con unas visiones diferentes a las que vienen de Europa. Se alimentan de la tradición fantástica más clásica, pero también aportan su propia visión. Definitivamente en algún momento seguiré leyendo los libros de Averbach, puesto que estoy muy interesada en sus historias. Si les gustan las narraciones colectivas y poéticas: se los recomiendo (si es que pueden encontrarlo, si no, pues ya saben que me pueden escribir a mi correo, aquí rescatamos autoras para que no caigan en el olvido). A ella la leí como libro de sudámerica, nota. 

sábado, 12 de septiembre de 2020

El fuego verde, Verónica Murguía | Reseña

Sinopsis: Luned no es como las demás muchachas: en sus sueños no hay sitio para pretendientes y familia. Lo que anhela es perseguir a los ciervos, trepar a los árboles y buscar madrigueras. Un día, gracias a un forastero, descubre un oficio misterioso que tal vez le proporcione un hueco en el mundo: contar historias. Será el principio de una peripecia que la llevará por senderos nunca transitados... 

Ya me volví a encontrar con Verónica Murguía... *truena los nudillos* ¡No es cierto! Este libro me gustó mucho y voy a llorar por toda la entrada. Quienes sepan de mis desencuentros con Loba los saben y ya; pasa que a veces un libro no te gusta nada y luego lees otro del autor y te gusta mucho. Eso me pasó con El fuego verde, que es la lectura de septiembre en #VolverAHogwarts (club de lectura de fantasía, al que los invito con mucho gusto si les gusta el género).

Quiero abordar la reseña desde distintos puntos, entonces voy a separar la entrada en partes, más que nada para poner orden y no ir saltando de un tema a otro sin ton ni son. La reseña no tiene spoilers, pero beware por exceso de referencias a cosas de la tradición fantástica y exceso de sentimientos de Nea.

Sobre contar historias y el poder del lenguaje

La guerra, y eso no podía explicarlo, era una en los poemas y otra en la vida real. No es que ella hubiera visto una guerra. Pero Efra había visto dos batallas, y no había nada poético en lo que vio; decía que todo fue confusión, dolor y muerte. Recordaba los gritos, el olor de la sangre, de os orines y el excremento de heridos y muertos. 

Siempre he escrito historias con elementos fantásticos. Tengo experimentos en otros géneros, como la ciencia ficción (aunque siempre acaba muy híbrida y no al gusto de los intelectuales de la ciencia ficción), el realismo (no me vuelvan a dejar escribir realismo, porque no es lo mío), pero siempre acabo volviendo, de muchas maneras a la fantasía. A finales de año pasado empecé a escribir otra vez fantasía de esa que queda en la etiquetita de fantasía épica después de años de no acercarme porque había acabado muy aturdida de cómo hacer bien los mapas y dónde van los ríos y cómo hacer que tu sistema político esto y lo otro y lo de más allá. 

Arte conceptual de Hwanggyu Kim

Léase, estaba muy trabada. No negaré que Marx influyó en mi manera de escribir sistemas políticos, pero estos jamás han sido el centro de mi fantasía, por ejemplo. Lo mágico, imaginativo y lo imposible dentro del realismo sí. Por unas o por otras, este también ha sido un año donde he leído muchísima ficción especulativa y, dentro de ella, bastante fantasía. Y yo no concibo escribir sin leer (se me ocurre imposible sentarse a escribir sin haber leído, pero luego hay quien lo hace y pues... ok, los juzgaré desde la distancia), así que entre tanta lectura empecé a descubrir hacia donde quería ir con esto de la escritura.

El fuego verde tiene como protagonistas a dos cuenteros. O un cuentero y su aprendiz, si quieren ponerse estrictos. Gran parte del libro versa alrededor del arte de contar historias, del amor por las historias y la manera en que las palabras las transforman, hacen posible que la gente se las imagine de alguna u otra manera. La prosa de Verónica Murguía está repleta de amor por las historias y un profundo reconocimiento a algunas de las historias más reconocidas del lore fantástico. Siendo Broncelandia el escenario de parte del libro, es lógico que se hable de Merlín y del ciclo Artúrico, por ejemplo; en el libro también hay múltiples referencias al Beowulf (que me dejó con ganas de leerlo, porque yo en esos lados del mundo siempre he ido más tras el ciclo artúrico y, yéndonos al sur de Europa, la mitología clásica griega y romana y ¡ojalá hubiera tiempo para leerlo todo!). Dejo un poco eso de lado porque ya lo recuperaré más adelante, ahorita quiero centrarme sobre todo en el amor a las historias y a los libros.

El chiste es que quiero hablar un poco de el amor a la tradición oral que se respira en este libro (y al preservar las historias también). Hace poco comentábamos en una transmisión en vivo de Librosb4tipos en como muchas escritoras reconocían, desde su narrativa, el trabajo de la oralidad al momento de contar historias. Ya mencioné que a mí, por ejemplo, Kalpa Imperial de Angélica Gorodischer me había trasladado hasta Las Mil y Una Noches (porque yo personalmente asocio la tradición oral a esa obra porque es de mis favoritas que algún día terminaré de leer). Me pasa algo parecido con algunos pasajes de El fuego verde, que me trasladan inmediatamente ya no sólo a los poemas épicos a los que hacen referencia, sino a todo el montón de historias que han pasado de boca en boca y que alguien decidió que merecían quedar inmortalizadas sobre el papel y así llegaron hasta nosotros.

También, por supuesto, por el inmenso poder que Verónica Murguía le concede a las palabras. A mí lo que más me importa a la hora de leer fantasía es que me dejen con esa sensación de que la imaginación es el único límite que existe (y esta no tiene fronteras, así que...). El lenguaje es sumamente poderoso porque puede cambiar la perspectiva de quien está leyendo. Una historia trágica, sólo con el poder de la palabra, puedo parecerte hermosa.

Los tres estaban de acuerdo en que tal vez esa fuera la magia de las palabras. Cuando el poeta escribía "cisne sangriento" por buitre y "árbol de lobos" por la horca, lo que acudía a sus cabezas era hermoso.

Si hacemos eso los escritores. La muerte puede volverse algo hermoso en nuestras palabras (oíganme nada más decirle a mi esposa que un personaje "tuvo una muerte hermosa", por ejemplo), la guerra puede ser algo poético si lo quieren, no el horror que es en la realidad. Y Luned, Denme y Efra, viven en esos dos mundos: el de las historias y el de las palabras terribles con significados terribles y horrorosos. Hay un pasaje en donde Luned habla de las palabras aprendidas en Corberic en contraste con los poemas y es un pasaje precioso que nos recuerda que escapamos de la realidad a través de los cuentos de hadas no porque estos sean hermosos y color de rosa (asumiré que aquí todos sabemos que no lo son) sino por las imágenes que los escritores y los poetas evocan en nosotros.

Brocelandia y otras referencias a la tradición fantástica

El escenario era el bosque. En el bosque vivió Merlín —y Luned percibió con claridad que en el nombre del mago resonaba el eco del gorgojeo del mirlo— cuando se volvió loco; en el bosque nació Peredur; oculto en el bosque acechaba Grendel, el monstruo. Las hadas y los elfos eran los hijos o padres de los árboles que ella amaba tan apasionadamente.

La fantasía no nació en un termo al vacío. Tolkien no la creó un buen día ni sacó a la Tierra Media de ninguna parte. Todos los escritores de fantasía tienen (tenemos) una tradición inmensa a nuestras espaldas. No sólo la celta ni todas las historias que hicieron que Tolkien imaginara la tierra media, sino todos los mitos, de todas partes del mundo. A mí me cansa lo predominantemente europeo en el género (más que nada porque hay un constante cierre de puertas para quien no se ciñe a unas reglas muy rígidas en el mercado) pero no quiere decir que no me guste. Por ejemplo, si yo les contara del ciclo artúrico... *dos millones de años después*. Creo que eso lo dejó claro.

Concept Art de Marco Gorlei

El caso es que además de que me gusta leer fantasía inspirada en el imaginario fantástico de América Latina (y aquí es en donde me interrumpo otros dos millones de años para hablar de La saga de los confines de Liliana Bodoc) o de cualquier otra parte que no sea Europa, también me encanta ver honrado el lore fantástico del Ciclo Artúrico, de Bretaña, Francia, los cantares medievales (amor aquí para Isolda y Tristán, por favor), porque la fantasía no nació de la nada ni la inventó Tolkien del vacío, ni ningún otro escritor. Ya lo dije: hay una tradición inmensa a nuestras espaldas.

Hay un libro que se llama Breve historia de la fantasía y tiene una cita referente al ciclo artúrico que yo aplicaría a casi todas las historias que me hicieron desear escribir fantasía una y otra vez, es esta: 

Y es que quien sucumbe una vez a la leyenda Artúrica, irremediablemente, sucumbirá mil veces más y no podrá evitar que terminan cayendo en sus manos todas las obras que resuenen con los ecos de la Dama del lago.

The Quarrel of Oberon and Titania, de Sir Joseph Noel Paton

La cosa es que a través de las páginas del fuego verde veo toda una rendición a esta tradición fantástica hermosa, el amor a los libros y a los poemas de Luned lo siento, porque se parece un poco al mío: no es tanto a los objetos como a las historias mismas (¿he mencionado ya las suficientes veces que el culto al libro como objeto me pone nerviosa?). Aunque Denme me parezca un poco creepy a veces en sus interacciones con Luned (perdón, apreciaciones personales) adoro que ella decida seguirlo para convertirse en cuentera justamente por el amor a las historias y por querer provocar los mismos sentimientos que él le causa cuando cuenta sobre Brocelandia o cuando lee el Beowulf (muchísimas veces referenciado en esta historia). También pueblan el libro y el universo de Murguía personajes como Tristifer o la Fata Titania, Reina de las Hadas.

Luned

Si el bosque de Brocelandia era el palacio, Luned jugaba a ser la reina. Las veredas alfombradas de agujas de pino eran los pasillos que llevaban a la piedra musgosa que hacía las veces de trono; los abedules y los castaños eran las columnas que sostenían el techo, entre cuyas nervaduras aparecían las estrellas. El búho era el heraldo que anunciaba su llegada.

Mi parte favorita del libro es Luned. Es una de las protagonistas que mas me ha enamorado últimamente y adoré cada uno de sus momentos en el libro. Su infancia en el pueblo y el bosque, por ejemplo, es de mis partes favoritas, porque no es un tipo de protagonista que suela tener muy seguido.

Lo comentaba una vez que estaba hablando de Black Butler (Kuroshitsuji) en tuiter y sobre Elizabeth Midford, mencionando que aunque estaban en boga las protagonistas fuertes ¡y a mí me encantan!, hubo un momento en la historia en que solían ser calificadas por su feminidad. Está bien tener esas protagonistas fuertes que se salían de la norma, como Katniss Everdeen (hola, soy Nea Poulain y Los juegos del hambre no me gustan y nunca lo he superado), pero son constantemente castigadas por la feminidad que mostraran y la narrativa pasaba el tiempo recordando que "no eran como las demás chicas" (en realidad ninguna chica es como las demás). 

Mencioné en tuiter a Elizabeth de Black Butler porque me maravilla su sensibilidad y me maravilla ese capítulo donde empieza diciendo algo como que "las chicas están hechas de cosas delicadas", haciendo alusión a las convenciones sociales (victorianas) sobre las mujeres y termina, demostrando lo fuerte que es, diciendo "pero esto es de lo que estoy hecha yo". Breve resumen. También recordé un poco una trilogía que más o menos me gusta de Kristin Cashore (Graceling, el primer libro está bien, el segundo, Fuego, es majestuoso y el tercero, Bitterblue, es normal), porque sus protagonistas, tres mujeres, son muy diferentes entre sí; mi favorita es Fuego, una arquera monstruo que sueña con formar una familia (algo que, en su condición de monstruo, le es negado) y pone de cabeza a un reino entero. 

Arte conceptual de Sergey Vasnev

Luned no tuvo miedo de este bosque antiquísimo: amaba a los árboles y sentía que los gigantes que la rodeaban la conocían. Sabía que pisaba suelo sagrado, porque no había experimentado nunca esta especie de silencio grabe y preñado de muda alegría que se hizo en su corazón.

Me gusta Luned precisamente por su sensibilidad y por su fuerza interior. Es valiente y no se traiciona a sí misma. Se esfuerza en aquello que la apasiona, como el bosque, las plantas y las historias. No es una chica como "las demás", o sea, no calza con el imaginario de lo que debe ser una chica, pero la narrativa no lo repite todo el tiempo. Queda claro siempre que Luned se sale de la norma porque su madre se desespera con ella, pasa todo el tiempo en el bosque y no tiene ningún interés en casarse. Hay varios fragmentos sobre ella muy curiosos sobre ello. En tuiter, mientras comentaba la lectura, dije varias veces que quería abrazarla y protegerla y sí, eso me inspira Luned. Aunque no es que necesite protección.

—¿Quieres morir? ¿No ser? ¿Estás loca, niña?
—No... No quiero, pero tampoco quiero ser para siempre. ¿Cómo, entonces, podría amar sin vacilaciones? ¿Gozar? Tarde o temprano todo sería mío, y perdería todo también... Olvidaría lo que soy. Un ser preso en el tiempo y la carne...

Si ya leyeron el libro, les diré que mis momentos favoritos de ella son en su viaje por el bosque de los elfos y las hadas: el capítulo de Tristifer y su plática con la Fata Titania. Son momentos poderosísimos para ella y para la historia en sí. Quiero más protagonistas tan sensibles y tan fuertes como Luned. Muchas, muchísimas más. La única pega que pongo a todo esto es que a mí, precisamente, no me encanta la relación que tiene con Denme, pero bueno, eso ya es una apreciación personal porque por algunos detalles de la narración siento que él es muy creepy a veces.

Conclusiones 

Había aprendido otras palabras terribles desde su llegada a la ciudad. Horca, picota, cepo, descuartizamiento, grillete, tortura, mazmorra, rueda de Tántalo, verdugo, mano de gloria.
Su aldea era tan pequeña que esas palabras no se usaban.
Muerte, hambre, peste, dolor, sí.
Se decía a sí misma (y hacía uso de un lenguaje nuevo, recién aprendido) que cada palabra era como un fruto, la culminación de un árbol de ideas; que cuando aprendía la palabra y comprendía su origen, la palabra la iluminada con el relámpago de la revelación.

Perdón por hacer una reseña (a estas alturas, ¿esto califica como ensayo o algo así?) tan larga. La fantasía, el contar historias y los personajes como Luned me pueden. Les recomiendo este libro porque es magnífico. Tiene algunos detallitos, pero no quiero detenerme en ellos (y además ya los mencioné arriba).

Me reconcilié mucho con Verónica Murguía. Creo que este es el libro que debí de haber leído primero, para recomendárselos miles y millones de veces. Tiene la misma prosa magnífica que amo de Loba con temas que me interesan, cosas que me apasionan y es, además, fantasía mexicana. ¡Latinoamericana! Lean a las fantasistas de este lado del planeta, tenemos muchas cosas que ofrecer.

En otros temas, también me apasiona como el libro habla de la vida y la muerte. Ese es ya un apéndice no más a toda la entrada, porque si no esto terminaba siendo inacabable y yo no sé si me van a leer o me van a mandar al carajo al párrafo y medio. Pueden leer este libro en bookmate. Ahí lo leí yo porque esa es su edición más reciente (es diferente a la primera, aviso).

—Y a ti, ¿quién te dijo que la muerte es mala? Mala es la lepra, y mala la crueldad de los demás hombres y mujeres que nos rechazan. Pero no la muerte.